Belén
Una matrimonio abierto conoce a un chico dispuesto a ofrecerles exactamente lo que buscan.
Una noche más entre al chat, no entraba con ninguna intención, pero me distraía, siempre lo hacía en el de mi ciudad. Esa noche vi un nick que me llamo la atención: ella42el48. En primer lugar se había puesto primero ella, no hacia falta ser
un flecha
para imaginar que era una pareja.
Cuando abro un privado soy escueto y directo, no me gusta perder el tiempo y esta vez no iba a ser menos. Les escribí rápidamente.
—Hola, ¿buscáis? Yo tío hetero, dotado y discreto. Su respuesta fue bastante rápida.
—Hola, somos matrimonio abierto, estás hablando con Belén, busco macho empotrador, mi marido solo mira es un cornudo consentido.
No podía creerlo había tenido citas de todo tipo, pero un matrimonio donde él solo quería ver como follan a su mujer no me había pasado nunca. Volví a escribir.
—Tengo las mañanas libres, que os parece si para un primer contacto nos vemos en alguna playa nudista de la provincia, tomamos algo y bajamos a tomar el sol, los tres, o los dos como mejor os vaya vuestro rollo.
—Perfecto a las 10 estaremos mañana en la playa que hay cerca de la ciudad, justo a la entrada hay un bar, en la terraza verás a un calvo gordito, y con él una mujer "curvy", con el pelo corto, morena y con mucho de todo jejeje.
Ya que no preguntaste tú como somos te di una pequeña descripción, iré con vestido playero, espero no nos defraudes y sobre todo acudas, besos
guapo
.
Salió del chat sin decir nada más ni esperar respuesta, esperé un rato, pero no volvió, ósea que la suerte estaba echada, y mañana conocería a la pareja.
Me fui a dormir, y por la mañana me levante sobre las 8, me di una ducha como todas las mañanas y pensando en montar a aquella "curvy" como ella misma se había denominado me pajee, no quería tener una eyaculación precoz.
Me arreglé la barba y el resto del pelo del cuerpo dejando este bien cortito, cogí el coche y fui al encuentro con la pareja. Deciros que soy un tío alto, de complexión delgada, con el pelo corto y barba, ojos marrones, moreno tanto de pelo como de piel, y unos 16 cm de herramienta que intentaban hacer disfrutar a cualquier mujer que se preciase.
Los
encontré a la primera no había duda quienes eran, Me acerque a su mesa y pregunte Belén? Ambos sé levantaron, Belén me dio dos besos, y me presento a su marido Lucas que me estrecho la mano, mientras yo hacia lo mismo, José un placer. Nos sentamos ellos juntos, yo frente a Belén, y vino la camarera a tomar nota, yo pedí bocadillo y cerveza, Belén pidió tostadas y coca colas para ellos, no tardo en tomar las riendas de la conversación yendo directamente al grano. ¿Y bien te gusto? Me preguntó mientras abría las piernas mostrándome que debajo del playero no llevaba nada.
Su marido mientras nos miraba como hablábamos morbosamente, se acariciaba su paquete por encima del bañador. Mi respuesta fue que si, que me gustaba físicamente y su manera de provocar, aunque yo tampoco quise ser menos y lance mi órdago.
-De hecho tengo ganas de bajar a la playa y jugar con el conejo que no paras de enseñarme mientras el cornudo sé pajea. Mis palabras no hicieron más que excitar a Lucas, sin embargo Belén seguía desafiándome se apoyó en la mesa y acerco la cara hacia mí, dejando su escote libre para que viese sus pechos también y lanzo la siguiente pregunta. Tú tampoco estás mal, espero que des la talla, creo que mi marido ya solo piensa en pajearse viéndonos, míralo parece un mono, ambos nos reímos mientras él se sonrojaba, dime guapo ¿tienes aguante?
-Eso dependerá de lo mucho que tú sepas cabalgar respondí esta vez, salió la camarera y me pregunto si ¿queríamos algo más? Le respondí por todos, que no saque un billete de 50 € y le dije que se cobrara. Belén seguía mostrándome sus muslos y raja sin pudor alguno, yo la miraba del mismo modo, era una raja perfecta, depilada completamente y cerrada sin dejar sobresalir sus labios interiores, desde ahí empezaban unos grandes muslos bien prietos. Me trajeron él cambió nos levantamos y yo me fui al lado de Belén, la rodeé por su cuello dejando caer una mano dentro de su vestido jugando con su pezón, ella no lo esperaba, pero no rechazo mi mano, al mismo tiempo señalo la bolsa de playa y ordeno al cornudo seguirnos.
En la playa buscamos un lugar visible, a Belén le gustaba que vieran lo guarra que era, y al fin y al cabo era un matrimonio abierto y feliz, no necesitaban esconderse. Escampe mi toalla y me desnude, mi polla estaba a media carga el morbo del almuerzo había hecho que esta estuviese casi empalmada. Belén no dudó y tiro su toalla al lado de la mía, saco su vestido y quedo su cuerpo desnudo para mi deleite, sus tetas eran las de una madura que había dado pecho con grandes pezones siempre fuera, aparte eran bastante grandes, tenía una cintura marcada con un trasero prominente, por delante sus muslos se juntaban dejando una raja perfectamente perfilada.
Belén señaló a Lucas donde escampar su toalla, que era a unos pasos de ellos, cerca
pero
desde donde lo vería todo sin inmiscuirse en lo que sucediese, en su defensa debo decir que respeto todos los gustos, aunque este de ver como otros tienen sexo con su esposa no lo entendía mucho, pero haya ellos, en mi cabeza solo había un pensamiento, y este era follarme a la hembra que tenía delante.
Belén sacó la crema y me pidió por favor que se la extendiera por su cuerpo, que no quería quemarse. Se tumbó boca abajo, y fui a ponerle la crema, sin miedo tiré por su espalda generando en ella un escalofrío, mi polla rozaba su espalda cuando me senté sobre sus glúteos, y empece a esparcir la crema, cuando termine su espalda y cuello, continúe con su culazo separando bien sus cachetes, puse más crema en sus muslos he hice lo propio, preciosa date la vuelta no vaya a ser que sé quemen tus tetas, exclame y Belén, hizo caso a mis palabras. Misma operación ahora por delante, y misma sensación escalofriante al dejar caer la crema en sus tetas y vientre. Empece por sus hombros, bajando a sus pechos mientras jugaba con sus pezones, Belén tenía sus ojos cerrados y de vez en cuando exclamaba pequeños gemidos, continúe por su vientre, moviendo el piercing de su ombligo, y baje a su pubis una vez allí pase un dedo entre su raja, estaba muy mojada, al notar mi dedo separo sus piernas, quería facilitarme el trabajo mientras un profundo suspiro salía de sus labios, pero pare enseguida aún no quería jugar en exceso baje por sus muslos y termine en sus pies.
Creo que me toca a mí, no sería justo que yo me quemara. Mientras tanto Lucas parecía un mandril, no nos quitaba ojo, mientras acariciaba su polla, empece a comprender a Belén porque prefería otras pollas y es que la de su marido rozaba la ridiculez.
Belén se incorporó para ponerme la crema empezó por mi espalda acariciando suavemente mi cuello y dejando bajar sus manos hasta llegar a mi culo, en él estuvo intentando jugar con mi orificio, mientras sus labios besaban el lóbulo de mi oreja. No llego a meter el dedo aunque no me hubiese molestado, bajo hasta mis pies, una voz dulce me susurro que me diese la vuelta, cuando me gire me besó, mi polla estaba a punto de explotar, Belén lo sabía, por su parte debía estar igual de excitada que yo, separo sus piernas y dejo uno de mis muslos entre sus piernas, mientras me seguía poniendo crema en mi torso y brazos suave y despacio jugando conmigo ella se frotaba contra mi pierna, su coño se movia hacía delante y hacía detras mojando todo mi muslo, esta mujer iba a conseguir que me corriese sin llegar a metérsela, cuando bajo a mi tripa empezó a besar mi polla, mientras me pajeaba suavemente me miraba con cara de vicio y me decía que si ahí también ponía crema, no había acabado la frase y de mi polla la lefa salía a borbotones, el primer chorro salió directo a su cara el segundo cayó en mi vientre y el siguiente ya tenía todo mi nabo en su boca recibiendo la poca leche que quedaba.
Al mismo tiempo Lucas en un rincón se había corrido también, la situación le había merecido la pena.
Belén se tumbó en la toalla y no hizo falta que hablara, boca arriba cada teta hacia un lado por la ley de la gravedad y sus piernas separadas estaban pidiendo su orgasmo, así que me coloque de lado y empece a besar su cuello mientras mi mano fue directa a su hinchado clítoris ahora si iba a jugar con ella, la acariciaba suave ella gemía se aceleraba su orgasmo estaba cerca y cuando lo notaba quitaba mi mano, Belén se frustraba al poco volvía con mis caricias su vagina facilitaba mis caricias, pero quería más y yo tenía otra mano libre así que mi dedo empezó a follarla suavemente, estaba caliente, prieta y yo la penetraba despacio metiendo todo el dedo y sacándolo hasta la puntita y repetía la operación, mientras con el otro jugaba circularmente con su bolita otra vez iba a correrse y pare, Belén se quejó con la mirada, yo me reía y la entendí así que volví al juego ahora introducía dos dedos rápidamente mientras presionaba su clítoris, los suspiros pasaron a casi gritos, Lucas se había acercado se estaba pajeando a los pies de su esposa, mis dedos aceleraban la follada, y Belén explotó en un tremendo orgasmo, sus músculos vaginales presionaban mis dedos fuertemente con cada contracción, sus piernas estaban totalmente cerradas disfrutando del orgasmo, su marido también se corría por segunda vez tirando su lefa en los pies de su esposa, enseguida se apartó de nosotros y fue a bañarse.
Belén y yo seguíamos acariciándonos, hablando de una segunda cita, Belén me confesó que hacia mucho que no le hacían gritar de esa manera, yo por mi parte le dije que quería follarle todos sus agujeros, pero allí no era sitio. Lucas volvió del agua, nos contó que había disfrutado, y que nos había visto disfrutar, preguntando si volveríamos a quedar a lo que Belén y yo contestamos al unísono que sin duda.
Nos miramos y reímos de haber coincidido en la respuesta y recogimos nuestras cosas. Ya en el parking le di mi
teléfono
a Belén y nos despedimos fundidos en un morreo fuertemente abrazados mientras cogía su trasero.
continuará
…