Bebemus Meadus (2)

Elvia va a vivir con nosotros para formar un trio incestuoso, pero para cogermela tengo que convertila en mi "legitima esposa"

Llegué a mi casa por la noche luego de una agotadora jornada de trabajo, el recuerdo de la lujuriosa sesión de sexo "marranito" me había acompañado todo el día. Al entrar encontré a Paty vestida, mejor dicho semidesnuda con un coqueto conjunto de lencería y medias de liguero, corrió amorosa a saludarme y se prendió a mi cuello montándose sobre mí, sus piernas se enroscaron a mi espalda al tiempo que nuestros labios se fundían en apasionado beso.

-Hola amor, te he estado esperado ansiosa todo el día, ¿Por qué tardaste tanto?

-Pero amor si apenas son las siete, siempre llego a esta hora.

-Sí, lo se pero es ahora muy distinto; cada minuto sin verte es toda una eternidad. Después de lo de anoche no quisiera separarme ni siquiera un suspiro de tu lado. Ven cariño vamos a cenar, tu comida esta lista y calientita.

-Gracias amor, que linda eres conmigo. Quiero disculparme contigo de lo de anoche, es decir no es que me arrepienta de lo que hicimos pero no debí golpearte. Me dejé llevar por la lujuria, no supe contenerme.

-Déjalo así mi amor, no ha pasado nada. De verdad no es importante al fin de cuentas ambos disfrutamos hasta el tope de lo acontecido: si he de serte franca fue una experiencia inolvidable. Sentir tu meada en mi cuerpo fue algo casi celestial, me sentí una ninfa de los campos del Olimpo asediada por los faunos, tu fuerza para someterme confirmó que soy tu esclava y puedes hacer de mí lo que te plazca.

Estoy muy agradecida contigo por llevarme de la mano por la senda de este nuevo modo de gozar de los placeres del amor carnal. Ahora bien mío vamos a la mesa, luego iremos a la cama y me cogerás igual que anoche; me llenarás el coño con tu leche y me harás las cochinadas que tu imaginación te dicte. Luego de vaciar nuestros instintos tengo una loca idea que proponerte y una confesión que hacerte, solo espera hasta el momento oportuno y veras que a ti también te volará el sesito.

  • La cena estuvo ligera y deliciosa, más sin embargo lo que en realidad me apetecía en ese momento era "llegarle a los postres", es decir: ¡comerle el coñito a Paty!. Durante todo el ágape mi tolete permaneció bien tieso, listo para la batalla.

Nos dirigimos a nuestros aposentos, Patricia iba al frente contoneando las caderas en incitante movimiento, la tela de su tanga se metía entre el valle de su espectar nalgatorio mostrando su mórbidos encantos. Llegamos a la habitación y me abalancé sobre la presa para comérmela a besos y achuchones, le despoje de sus encajes dejándola completamente en cueros, su coño peludo invitaba al pecado.

Me despojé de mis vestidos y caí de rodillas ante el altar de su cosita contemplando la abundancia de sus pelos negros, el olorcillo de su cueva me cautivó más que nunca. Una lengua juguetona salió en búsqueda de su trofeo sepultándose en la húmeda caverna de su pucha; un saborcito diferente percibieron mis sentidos (todavía quedaban en su túnel restos del "semen" que su hermana depositara en su cueva) haciendo más placentera la caricia. Con ansias locas apuré a trabajar a mi apéndice dentro de la amada crica instándole a derramar sus jugos en mi boca. ¡Déjate venir, démelo en la boca!, grité obnubilado de placer, derrámate completa para beberme toda tu corrida. ¡Méate en mi cara, dame el divino néctar de tus riñones.!

Dos minutos después Patricia se vació en mi boca expulsando una sabrosa mezcla de sus jugos naturales con los restos "seminales" de su incestuosa cogida matutina. (A propósito no se había lavado con intensión de que probara los caldos de su hermanita)

Acto seguido sin previo aviso inició la descarga del ansiado líquido amarillo en mi boca, el delicioso brebaje llenó todos mis sentidos transportándome al Nirvana. Apuré tan pronto como pude toda su oferta amorosa para luego tomarla entre mis brazos y besarle con infinita pasión. Suavemente la tendí de espaldas en el lecho separando sus muslos hasta el tope, tome mi ariete y lo apunté a la entrada de su trémula abertura, el clítoris de Paty se hallaba al rojo vivo, erecto cual diminuto pene. No pude contenerme por más tiempo, metí mi verga en el coño de mi amada que recibió jubilosa la estocada, con relativa violencia tome posesión de la "plaza" llegando hasta la entrada del mismísimo útero, al sentir la dureza de éste órgano supe que no había más camino que recorrer y pronto inicié el vaivén de mis caderas. Estocadas profundas empujaban las entrañas de la caliente hembra que yacía bajo mi cuerpo sudoroso, la faena era de suyo apoteósica y prometía un final de abundante leche. Por fin mi resistencia fue rebasada y avisando a mi compañera de la inminente descarga tome sus nalgas para atraerla más profundamente. Entonces sus gemidos se hicieron más frenéticos y su chochito de cerró sobre mi verga, al unísono gritamos nuestro goce: ¡me vengo, me vengo completito……..aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhgggggggggg! explotamos en un simultaneo orgasmo, mi leche desbordó la olla de su sexo mientras la miel de mi amada bañaba toda mi herramienta.

No recuerdo hasta ahora una sesión de sexo tan sublime con mi esposa. Pero no acababa ahí la cosa, luego de un par de minutos Paty me pidió que le lamiera su coñito para asearla y me comiera nuestras vaciadas. Así que me recosté sobre mi espalda en la cama y espere a que ella se subiera en mi cara, lo hizo adoptando la posición 69 quedando su culazo indefenso ante mi lengua, separando sus cachetes descubrí el enigmático hoyuelo de su ano y ahí posé mi boca, dos tres lametones, luego viajaba a su sexo, de nuevo hasta su ano y así sucesivamente. Toda mi leche fue vaciada del estuche de Patricia, no quedo ni una sola gota, su sabor me apasionaba, si bien ya no quedaba nada del "semen" de su hermana. Mientras esto ocurría ella metió mi verga hasta dentro de su ávida garganta limpiando con la lengua los restos de la contienda amorosa.

Exhaustos permanecimos 10 minutos abrazados estrechamente descansando luego de "tan fiera batalla". Mimosa mi mujer me dijo entre susurros: -"creo que tengo que hacer caquita, ¿te gustaría acompañarme para que limpies mi culito con tu lengua?

De un salto me levanté de la cama, ni siquiera me tomé la molestia de contestarle, simplemente le tomé de la mano y le dije: "a que estamos esperando, vamos al baño".

Patricia se sentó en la taza del excusado abriendo de par en par su divinas piernas permitiendo que mirara todos sus secretos, sentado ante su cuerpo observaba atento la maniobra, haciendo un mohín de esfuerzo crispo las delicadas líneas de su rostro, un pujido salió de su boca exhalando su aliento. Entonces de la puerta trasera apareció un compacto trozo de color marrón, era ya su mierda. Ante el esfuerzo un hilillo amarillento comenzó a brotar de su delantera; al mirarlo me atrajo cómo la luz a las polillas, me fui al encuentro suyo pegando mi boca al sexo de Patricia y beber con gusto su orinada.

-¡Hummmmm, que rico amor me encanta como me mamas!, nunca imaginar que cagar acompañada de mi hombre fuera tan delicioso. Ahora chiquillo voy a darte tu premio.

-Patricia se dio vuelta mostrando su anito sonrosado, adornado por restos de su recién efectuada necesidad fisiológica. Separé sus cachetes para facilitar la "higienización" de su anito y con mi lengua apure hasta el último rastro de "sus cacas", el prieto hoyuelo quedo "deslumbrantemente limpio".

-Gracias amor, eres estupendo. Mi ano ha queda más limpio de lo que nunca lo he tenido, ni siquiera recién salida de la ducha lo tengo tan pulcro cómo ahora. Pero ya es tiempo de que vayamos a entregarnos al descanso, mañana tienes que ir a trabajar.

Además tengo algo que decirte, un secreto guardado por muchos años que no puedo mantener por más tiempo. Abrázame, vamos a la cama.

  • Tomé a Paty para levantarle en vilo y le llevé hasta nuestro lecho, amoroso le deposité sutilmente y besé sus labios. Te escucho atentamente, que es lo que tienes que decirme.

-Primero quiero que me abraces fuertemente, luego que me escuches sin interrupciones, por último pregunta lo que quieras y yo habré de responderte; ¿trato hecho? Pues bien, iniciemos la faena: tengo que confesarte que…… ¡SOY LESBIANA!, lo he sido toda mi vida, me gustan las mujeres pero solamente una. Desde que tenía 17 años he tenido sexo con una hembra de antología que es una estupenda amante. Por supuesto que también me gusta el sexo con los hombres, sino fuera así no me habría casado contigo. Te amo Paco, eso no lo dudes. Pero prosigo en esta confesión; cuando tenía 15 años mi hermana Elvia contaba con 17 gloriosos años, su cuerpo había adquirido unas estupendas formas que admiraban todos en la calle, hasta en nuestra propia casa mi padre y mis otros 2 hermanos le lanzaban piropos por sus carnes. Debo confesar que sentía envidia de ella, pues apenas mi cuerpo comenzaba a delinearse. Al cabo de un año mi cuerpo también floreció como ahora lo contemplas y disfrutas; habíamos empatado. De la misma forma los requiebros de "Tirios y Troyanos" iniciaron a profesarse para mí. Ese mismo año casi frisando el día de mi cumpleaños mis padres tuvieron que salir de manera apresurada, un tío hermano de mi madre había fallecido en Mérida. Me quedé al cuidado de mís hermanos, Elvia y de Jorge el mayor de todos. Esa tarde ella y yo habíamos hecho planes de ir al cine juntas así que decidimos tomar una ducha juntas para abreviar el tiempo. Desnudas nos metimos bajo la tibia caricia del agua, entonces Elvi elogió por primera vez mi cuerpo: "caray hermanita, que precioso par de tetas te gastas, son soberbias, esos pezones tan prietos y paraditos invitan a chuparlos. Ni que decir de tus nalgotas, parecen pelotas playeras. Se antojan de solo verlas, pero lo que en realidad llama la atención es ese triángulo peludo de en medio de tus piernas, es una selva que invita a explorar sus más escondidos secretos".- el "piropo" me tomo desprevenida y no supe que contestar, solo mis mejillas se colorearon de rojo carmesí. Pudorosa intenté cubrir mi sexo con las manos aprisionando entre ellas los melones de mis pechos, la risa de mi hermana no se hizo esperar,-Ja,ja-ja, "miren a mi hermanita, le da pena que le vea. ¡Déjate de tonterías, muéstrame tu cuerpo! –Sin saber por qué razón un calorcillo se apoderó de mi cuerpo y quitando mis manos de encima le ofrecí una vista completa de mis encantos a mi querida hermana. Al mismo tiempo clavé mis ojos en el cuerpo que frente de mí tenía, admiré sus carnes tan hermosas como las mías; sus pechos plenos se movían al compás de su agitada respiración, note su entrepierna con un brillo extraño y seductor, del que perlaban algunas gotas de humedad, el ambiente se lleno de pronto de un seductor y delicioso aroma; el aroma del sexo de mi hermana.

Mi coñito reaccionó de manera instantánea humedeciendo las paredes de mi chocho, algunas gotas se adhirieron a mis pelos produciendo el mismo efecto que en Elvia observara. Me sentía extrañamente excitada y mis pezones se tornaron rígidos y puntiagudos, de pronto la necesidad de ser tocada por todas partes se hizo presa de mi cuerpo, mis labios se entreabrieron para musitar alguna palabra pero fueron silenciados por la boca de mi hermana. El beso desde el inicio fue placentero, por primera vez mi boca era acariciada por otros labios. Las manos de ella iniciaron un vasto recorrido en mi cuerpo: tocaba aquí, apretaba allá, de pronto su boca encontró mis pezones anhelantes de caricias, cual tierno ternerito se prendió de las uvas de mis mamas.

Que delicia fue sentir esa caricia, me mandó a las puertas del Edén, sin pensarlo abrí mis piernas dejando libre el camino de mi coño a la mano exploradora de la incestuosa amante. Ni lerda ni perezosa la mano de Elvia tomo posesión de mi entrepierna frotando de deliciosa manera todo ese valle. Embelezada correspondí a la caricia sin saber a ciencia cierta como hacerlo, pero la sabia naturaleza nos dota del instinto necesario y mi mano busco el botoncillo de placer de la caverna, un dedo aventurero buscaba los repliegues vaginales de mi hermana. Por su parte ella también exploraba las profundidades de mi sexo. Al cabo de 5 minutos caímos de rodillas en el suelo, nuestros ojos se encontraron y sin mediar palabra alguna acomodamos nuestros cuerpos para amarnos mutuamente, jamás nadie me explicó técnica alguna sin embargo un 69 perfecto surgió de los deseos desatados entre ambas. Ella se tendió boca arriba, yo encima de ella boca abajo. Mi sexo fue de inmediato devorado por la boca de mi hermana mientras flexionando el cuello mi cabeza se situó entre de las piernas de ella.

Succioné impetuosa la rendija trepidante de su sexo, un sabor incomparable percibieron mis sentidos, desde ese instante supe que jamás habría de abandonarlo.

Pues bien Elvia continuaba su trabajo en mi sexo, las caricias se hacían cada vez más placenteras. Una luz cegadora llegó de pronto a mi cerebro y una infinita paz viajó por todo mi cuerpo, ¡me había venido por vez primera! Toda mi chorreada se la largue a mi hermana en la boca, ella tragó con gusto mis calditos y en reciprocidad también estalló en mi boca.

-¿Qué es lo que ha pasado?- nos miramos asombradas.- Nunca había hecho esto, te juro Paty que no supe lo que hice, pero debo confesar que no me arrepiento, por el contrario ha sido tan placentero que quisiera repetirlo hasta el último día de mi vida…… ¡te amo y te deseo hermana mía!

-Yo tampoco me arrepiento, lo que sentí fue la mera gloria, por supuesto que yo también quiero repetir siempre esta experiencia. Elvia: ¡estoy enamorada de ti y quiero ser "tu novia"!, amarnos para siempre, ser tuya toda la vida y que tu también seas mía.

¿Me aceptarías como novia y amante?

-¡Por supuesto amor, por supuesto! Yo también te amo y te deseo. Seré tu novia, tu amante, si lo deseas hasta tu puta, pero prométeme que nunca jamás vas a dejarme.

-Te lo juro Elvia, te lo juro por mi propia vida amor mío.

Terminamos nuestra ducha y radiantes de felicidad nos arreglamos para salir de juerga esa noche. A partir de entonces cada noche nos entregábamos a nuestro lésbico amor incestuoso, unos años después te conocí y nos hicimos novios, luego nos casamos y aquí estamos juntos, pero el amor y deseo por mi hermana siguió vigente todo el tiempo. Ella se fue a vivir sola y nunca quiso tener una pareja; es lesbiana 100 % pero solo me ama a mí y solo mantiene sexo conmigo. Hoy fui a verla cómo cada semana para amarnos, al ver mi cara con la boca rota amenazó con matarte, luego de explicarle lo que sucedió anoche se puso caliente como brasa, hicimos el amor y me oriné en su boca, ella se meó en la mía y nos cogimos con nuestros consoladores ( no me confesó lo de el "semen" depositado en su chochito) fue entonces que se me ocurrió la idea que tengo que proponerte: ¡me gustaría que Elvia viviera con nosotros! Que ella fuera mi "amante secreto" y para ti tu complemento. Se perfectamente que la deseas y quieres llevártela a la cama, pues esta es una oportunidad de oro para que tengas dos mujeres en la cama, lesbianas ambas y amantes la una de la otra, por si esto fuera poco ambas son hermanas. ¿Existe algo más maravilloso?, desde luego que puedes negarte pero entonces……. ¡NUNCA JAMÁS VOLVERÁS A BEBER MIS MEADOS NI A LIMPIARME EL CULO CON TU LENGUA LUEGO DE QUE HAYA YO CAGADO! Así que tú tienes la palabra amor mío.

-La narrativa del inicio del amorío incestuoso de Patricia con su hermana me puso a mil por hora por lo que la verga se me puso tiesa como el acero, me monté sobre la hembra que tenía su concha encharcada por los recuerdos de su vida sexual con la hermana. Metí mi cosa hasta el fondo y susurré a su oído la declaración siguiente: ¡ Tarde se me hace para cogerme a mi cuñada, este mismo fin de semana (en dos días) iremos por el menaje a su casa y le instalaremos en esta misma recámara. Desde ese día será nuestra "esposa" y dormirá siempre a nuestro lado. Pero ahora mueve tus caderas y ordéñame la verga con tu conejito.

Así sucedió, Paty apretó los músculos de la vagina y me llevó hasta el orgasmo, descargando un tonel de leche en sus adentros.

Por la mañana lo primero que hizo al despertar mi esposa fue ofrecerme su meada matutina la cual acepte gustoso. Luego me fui al trabajo y a esperar que acabar el día.

Paty le llamó a mi cuñada para informar el resultado de "las negociaciones", le puso al tanto como me chantajeó con no volver a darme a beber su meada ni a limpiar su ano sino accedía. Elvia estalló en sonoras carcajadas ante la manipuladora habilidad de su hermanita.

-Me sorprendes cada día más, siempre pensé que manejabas a Paco a tu antojo, pero nunca creí que tanto. Bueno no lo culpo si tu me amenazaras con no darme de tu culo o de tu pucha, yo también me dejo cortar el cuello. En fin hermanita, me despido voy a preparar todo para que este sábado tener ya todo listo. (lo primero que voy a preparar es mi consolador para encular a tu marido….¡ya lo veras, ya lo veras cabrona.!

-La idea de culiarme a mi cuñada me tenía sorbido el seso, durante los 5 años de casados mantuve viva esa fantasía pues Elvia me gustaba hasta el delirio. Ahora esa oportunidad se presentaba paradójicamente a invitación de su propia hermana, mi flamante esposa.

Los días pasaron con exasperante lentitud hasta que por fin llego el sábado, muy temprano de mañana acudí al domicilio de mi lésbica cuñada, la encontré hermosa, radiante de felicidad, vestida con un par de "vaqueros" ajustados que marcaban estupendamente su culito. Contra su costumbre de saludarme con un cortés ¡Hola! Me dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca.

-¡Hola amor, ya tengo todo listo! Cuando mi amo ordene esta esclava obedece. Mis cosas principales se encuentran empacadas, después vendré por lo que falte.

  • Llegamos a la casa y la actividad se torno frenética para instalar a "nuestra amante", unos trapos aquí, otros trapos allá, pon aquí sabe que cosa, sabe que en otra parte. El caso fue que como a las 5 de la tarde las hermanas se metieron juntas a la ducha "para prepararse". Desde que se cerró el trato de la mudanza habían urdido una ceremonia para celebrar "Nuestro matrimonio", Paty cocinó una deliciosa cena, puso enfriar los vinos y compro flores multicolores para adornar la casa. En medio de la sala dispuso una mesa de albos manteles largos, sobre ella un "libro de actas nupciales" donde se verificaría y "legalizara nuestra boda".

La "novia" se vistió apropiadamente para la ocasión; el mismo día de la noticia Elvia corrió a comprar su "ajuar de novia" : un cahondísimo negligé de color blanco, ligueros y medias a tono, tacones altísimos y un velo para mostrar "su velada pureza". Mi esposa en su papel de jueza vestía un sobrio Frack obviamente negro. A mi se me "obligó" a vestir también de rigurosa etiqueta. La novia apareció majestuosa bajando las escaleras que conducían a las habitaciones del piso superior de nuestra casa. Operado a control remoto el aparato de sonido, manejado por Patricia, dejó escuchar los acordes de la marcha nupcial para mayor solemnidad de divertido acto.

Recibí a "mi novia" con los brazos bien abiertos y para ser claros también con el pito bien erecto. Elvia traía entre sus manos en vez de ramo, una funda de terciopelo rojo que ocultaba "una sorpresita dentro", miró mi bulto y dijo: -"Calmadito corazón, después habrá oportunidad de eso (señalando mi paquete), primero lo primero; si no hay papelito no hay función. Osea que primero nos casamos, después seré toda tuya".

Esta bien mi amor como tu dispongas, así será entonces.

-¡Pongan atención par de tortolitos, la ceremonia va a comenzar!...... "estamos aquí reunidos para celebrar las nupcias entre Elvia y Francisco"- dijo en solemne tono Patricia, perdón la Juez. – "Elvia, ¿aceptas por tu "legítimo esposo" a Francisco, y prometes darle el culo cada noche, ofrecerle tu conchita para que te mame, orinarte en su boca todas las mañanas y serle fiel, menos con tu hermana, hasta que la muerte los separe?.

-Sí su señoría, acepto encantada. Es más también prometo dejarme limpiar mi culito cuando haga caca por la lengua de mi maridito y de mi hermana.

  • Y tu Francisco: ¿aceptas como tu "cachonda y legítima esposa" a Elvia, y prometes darle verga hasta el cansancio, llenarle de leche su chochito, limpiarle el coño y el culito cuando haga "sus necesidades", compartirla con tu esposa sin celos ni limitaciones, además de preñarla, y amarla hasta que la muerte los separe?.

  • Acepto señoría. Acepto de mil amores. También prometo hacerle hijos a la putilla de su hermana (de mi "esposa").

  • Pues entonces en nombre del poder que me otorga ser cachonda y además lesbiana, les declaro "marido y mujer",Firmen aquí para "legalizar el acto". Ahora puede usted cogerse a la novia.(firmamos en el libro de "actos sexuales")

-No tarde un segundo, levante el velo del rostro de mi ahora "legitima esposa" y por vez primera estampé un cachondo beso en la boca de mi cuñada. Mis manos recorrieron el ansiado cuerpo desde tiempos inmemorables. Por fin ese coñito habría de ser mío.

  • ¡Espérense cabrones, falta el ramo! Es la tradición.

  • Es verdad, lo había olvidado. Elvia mi amor aviéntale el ramo a tu hermana. (su papel de juez había concluido y de su ropa se había despojado quedando en un tremendo body negro de malla) su figura resaltaba en todo lo alto mostrando sus encantos.

Elvia tomo el misterioso estuche y se lo arrojó a su hermana, quien sonrió de manera maliciosa al recibir el paquete en sus manos. Desapareció a la cocina un par de minutos y regresó a nuestro lado. (Obviamente fue a llenar de yogurt las bolas del consolador que habría de desvirgarme).

-¿Qué estas esperando para cogerte a tu esposa? – apuró Patricia. –Ella te esta esperando, mira su entrepierna ya esta chorreando.

  • Efectivamente el coño de Elvi se encontraba ya empapado, una oscura mancha delataba su estado. Los pelos de su sexo desbordaban por todos lados, tal era la abundancia de su mata. El olor a sexo inundaba toda la estancia, la desnude con relativa prisa pero sumamente halagado, descubrir ese divino cuerpo era mi mejor regalo.

Cuando al fin la tuve completamente encuerada me dedique a oler su puchita adorada, mi lengua jugueteó con sus pliegues y mordisqueé su erecto clítoris haciéndole jadear desesperada por mi verga.

  • ¡¡¡Ya mi amor, penétrame.!!!!, no aguanto más esta tortura, quiero ser tuya en este instante, quiero que "me desvirgues" (como si su cachonda hermana no le hubiera metido su consolador mil veces) y "consumemos nuestra boda".

-Atendiendo su petición la eche de espaldas en la alfombra y procedí a abrir sus muslos dejando al descubierto su peluda araña. Mi verga adolorida por la espera buscó afanosamente la entrada del oloroso túnel. Se abrió paso entre los pliegues de la pucha haciendo gemir a la recipientaria.

-¡¡¡¡Huuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyy, amor que rico!!! Ahora la unión esta consumada, pero aun no estoy debidamente desvirgada.

  • Me extrañaron sus palabras: ¿Qué era eso de que no estaba debidamente desvirgada? Si mi acero se encontraba hasta el fondo de su cueva y nuestros pelos se mezclaban.

La respuesta vino en seguida; nuevamente en concierto entre ellas las "malvadas" hermanas habían urdido un plan: mientras yo me agasajaba con Elvia, Patricia llenaría de yogurt la bolas del artificial cipote, se lo colocaría convenientemente y esperaría la señal de su hermana, que al citar la frase de no "encontrarse debidamente desvirgada" entonces la otra entraría en acción y me perforaría el culo con su arma, entonces si la desvirgación estaría hecha. Por aquello de "ya no son dos cuerpos, sino sola carne", entonces al romperme el culo a mí sería como si se les hubiera roto el himen a ellas mismas.

Así fue como sin apenas darme cuenta Patricia se afianzó a mis caderas y apoyo la cabeza del tremendo aparato en la entrada de mi ano, previa y convenientemente lubricado el cipote se deslizó inexorablemente dentro de mis entrañas; súbito dolor me traspasó el alma, pero la presa que tenía bajo mi yugo me atrapó firmemente con sus piernas impidiendo mi retirada.¡¡¡¡¡¡¡oooooooooooooooohhh, aaaaaaayyyyyyyy, uuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhggggg!!!! Brotó de mi garganta. Patricia impasible continuó con la enculada, metió hasta el fondo su juguete llevándose consigo para siempre mi "virginidad cular" como trofeo de guerra. Unos minutos después de haber sido desflorado el placer sustituyó al inicial dolor, comencé a gozar de la enculada que Patricia me brindaba y entonces arremetí con fuerza en la cuca de Elvia que recibía gustosa mis estocadas. El goce llegó a su máxima expresión y el orgasmo se avecinaba, entonces anuncié a mis hembras que me derramaba, exploté dentro del coñito de Elvia, al mismo tiempo Patricia "eyaculaba" en mi culo llenándome de "semen" mis maltrechas entrañas.

La boda estaba ahora sí debidamente consumada. Pero falta que les narre lo acontecido después del enlace y como nos comimos nuestros "semen" cado uno del cuerpo del otro. Pero eso ya es otra historia y pronto conocerán el desenlace.

Agradeceré sus comentarios a mi correo.

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