Beatriz. Pies divinos
Inicio de verano, sin hijos ni mujer. Pies de secretaria dolorosamente atractivos,deseo, aproximación y...
Os voy a contar lo que me ocurrido este verano.
A finales de junio mi mujer se fue a un congreso tres días, además los niños terminaron las clases y el fin de semana anterior los dejamos en el pueblo con mis suegros, estaba de Rodríguez pero mis perspectivas se limitaban a navegar por Internet "desde casa" por mis paginas fetichistas favoritas.
Por otro lado, en el trabajo, la secretaria que trabaja con nosotros, se ponía desde hace mas de un mes sandalias de verano, como cada vez que salgo al pasillo la veo enfrente de mí, no podía dejar de mirarle los pies, sandalias fucsia que deja colgando en los dedos, otras naranjas, otras marrones, y el no va mas de este año: Unas sandalias de esparto con tacón alto que se ata con dos cuerditas y que deja al descubierto el pie en toda su majestuosidad y unos zapatos de tacón alto de color rojo que se ata al tobillo, hay que decir que se llama Beatriz que mide alrededor de 1,60 y que marca todo su cuerpo con ropa ajustada que deja adivinar su moldeada figura, es decir estilo pinups de los años sesenta, morena de ojos negros y nariz redonda, para mi un cañón. Como iba diciendo, cada vez que la veía mi vista se iba a sus hermosos pies torneados por el sol de junio, y con las uñas pintadas a la francesa, al final estaba tan cachondo que buscaba cualquier excusa para levantarme y verle los pies y me parece que las dos últimas semanas ella se dio cuenta de mi fijación por sus adorables pies, sobretodo porque cada día disimulaba menos y se los miraba sin miramientos, sobre todo cuando se quedaba descalza en uno de los pies y jugaba con el otro, indiferente a que ella se diese cuenta. Nuestra comunicación se fue volviendo cada día mas sensual tanto en los gestos de ella como en mi forma de tratarla, pero ambos sabíamos que ese era el limite, tanto por mi mujer como por su novio.
Para no variar esa semana estaba como siempre... deslumbrante, esta vez un poco mas si cabe ya que venía de Benidorm, de tostarse mas en la playa, yo no podía dejar de pensar en su novio y como malgastaba la tenencia de aquellos maravillosos pies. No paraba de soltarle frases como que alta estaba con aquellas sandalias, o que morena estaba o que últimamente había adelgazado, ella me sonreía y me miraba a veces de manera picarona y otras como con cara de preocupación, no obstante no acababa de encontrar el arrojo necesario para hacer algún comentario relativo a sus pies, a veces al final del día tenia que ir al baño del trabajo para pajearme con sus divinos pies en mi mente para llegar a casa saciado.
Normalmente al irme ella sigue en su puesto de trabajo y cruzamos algunas frases intrascendentes mientras intento fotografiar los pies de mi diosa erótica Bea mentalmente para fantasear de vuelta a casa, un día que no quedaba nadie en la oficina al irme hacia la salida Bea se descalzó de un pie y levantándolo lo que pudo empezó a moverlo de un lado a otro, "que haces?" le pregunté," es que como me he fijado que cada vez que vienes hacia mi no dejas de mirarmelos, quería darte una sesión personal aprovechando que nadie nos ve.", me cogió tan desprevenido que por un instante me quedé paralizado sin poder reaccionar mientras no dejaba de mirar como movía aquel deseado pie. Entonces agachándome para colocarle la sandalia en el pie, le dije "Beatriz es que tienes unos pies tan bonitos y bien cuidados que no puedo controlar la vista, espero que no te moleste..", "tranquilo que no me enfado, al revés me alegra que me digas eso pues a mi novio mis pies le parecen espantosos a pesar de que intento que estén lo mas bonitos que puedo, y ahora que hace calor me encanta ponerme sandalias" note como le costo acabar la frase pues en esos momentos agarré su pie con mis dos manos para darle una merecida caricia antes de colocarle la sandalia, ya de pie le dije "pues es una pena lo de tu novio, esperemos que cambie de opinión algún día pues se nota realmente que los cuidas mucho, hasta mañana..." no le dí tiempo para la reacción y no podía quedarme pues tenia un cita con mi mujer en una tienda cercana.
Y llegó lo que los dos deseábamos pero que no queríamos.
Como no tenia que ir a casa pronto ya que mi mujer y los niños estaban fuera y me apetecía conocer a su novio (he de confesar que por pura envidia) la invité a que me invitara a su casa a cenar y ver el partido de fútbol de la eurocopa entre la Republica checa y Alemania, lo que le solté como una mas de las bromas habituales de cada día me contesto "vale", a lo que yo perplejo y asustado no pude decir mas que de acuerdo. Ya me veis durante una hora que es lo que faltaba para salir para inventarme una excusa creíble ante su novio por el cual estaba en su casa.
Por fin llegó la hora y me dijo " sígueme", "a ti o a tus pies" conteste mientras me arrepentía de lo osado de la contestación, "de momento a mí" me dijo sonriendo y dejándome ya totalmente rendido a lo que ella me ordenase.
Ya en su casa me dijo "sírvete algo de la nevera mientras me pongo cómoda", al rato apareció mi diosa erótica como bajando del cielo descalza con un pareo a modo de falda y un top blanco que dejaba su ombligo al aire. Nos sentamos en el sofá ella dobló las rodillas y se cogió los tobillos, empezamos a hablar, al cabo de un rato y nervioso le pregunté "cuando viene tu novio" "tranquilo sale a las nueve" eran las siete y veinte eso me tranquilizó mucho, así que saqué el tema de sus pies, "sigue Oscar odiando tus hermosos pies?" "Pues por desgracia si, ya no sé que hacer con ellos" dijo mientras estiró la pierna izquierda mirándose el pie que movía de izquierda a derecha y dejándomelo a medio metro, reaccioné de inmediato y antes que replegase su pierna agarré su pie con mis manos y mientras lo acariciaba dije "pues a mí me parecen perfectos, míralos pequeñitos, bien morenos con los deditos y sus uñas perfectamente cuidados" mientras alababa su pie izquierdo en vez de retirarlo estiró la otra pierna para que también se lo acariciase, "y además tienes una piel tan suave, sin una sola duricia en toda la planta, Bea tienes unos pies espectaculares, me los comería a besos...." soltó una risa nerviosa por un lado deseaba ardientemente que hiciera con su pies lo que quisiera, feliz de que por fin sus pies eran objeto de adoración, pero a la vez sentía pavor ante la perspectiva de engañar a su novio.
En mi estado de excitación no cabía preguntas en mi mente, solo deseaba su consentimiento para desvirgar aquellos pies, como no parecía que reaccionara me fui acercando el pie derecho poco a poco a mi cara, observando su reacción, estaba como paralizada, empecé a acariciarle el empeine con mis mejillas, seguía sin reaccionar así que me lancé a besarle los pies, primero por el empeine, siguiendo por el tobillo salté a la planta, allí en el puente pude notar como le costaba respirar, de tanto en tanto repetía su nombre entero "Beatriz..." y alababa sus sabrosos pies y sin dejarla reaccionar fui besando uno a uno todos los dedos hasta que naturalmente empecé a chupárselos, Bea ya se había abandonado totalmente y empezaba a tocarse el clítoris mientras le chupaba el pie lo mejor que sabía, se corrió apenas había empezado a trabajarme el pie izquierdo. Como podéis imaginar estaba a punto de correr me, hacer que Beatriz se corriese con casi solo chupar le los pies casi me hizo llegar a mí al orgasmo, quizás las sombras de mis pensamientos escondidos no me dejaron correr en ese momento.
Mientras Bea se recomponía me bajé los pantalones, "que haces no vamos a...." "tranquila que yo solo quiero seguir jugando con tus pies y además si me dejas ahora me toca a mí disfrutar un poco" un tanto recelosa se dejó guiar en el arte de pajear con los pies, se notaba que era inexperta pero yo no necesitaba mucho para colmar la fantasía que se estaba volviendo real, le guiaba los pies para que me lo agarrase como un pan a una salchicha, también le enseñe como jugar con los dedos con mi capullo así como masturbar con un solo pie mientras me metía el otro casi entero en la boca, así que no tarde mucho en correr me en sus pies, mientras Bea no quitaba ojo de todo lo que sucedía, además me corrí como nunca, hacía años que no salía tanta leche de mí, Bea miraba con avidez como se llenaban sus pies de semen, pude embadurnarle los pies enteritos, empeine, planta, dedos y hasta el tobillo.
He de confesar que en ese momento me quedaron las ganas de hacerle el amor, pero era un paso para el que todavía no estaba preparado, así que con sus pies todavía en mis manos hablamos un poco mas, de cómo con sus pies y un poco de practica podía mejorar las relaciones sexuales, "imagínate que en pleno orgasmo de un coito además te chupen los pies" o "o también le puedes meter los dedos de un pie por el ano de tu novio mientras le masturbas con el otro, te garantizo que tendrá uno de sus mejores orgasmos te lo digo por experiencia", como no estaba preparado para ver a su novio después de aquello hundí mi cara en la planta de sus dos pies mientras los besaba y lamía con ardiente deseo a forma de despedida que duró mas de diez minutos, me fui antes de que llegase su novio, físicamente había sido una infidelidad menor, mentalmente había sido una gran infidelidad, menos mal que aquella noche mi casa estaba vacía.