Beatriz en Madrid 5
Beatriz sigue en casa de aquel maduro a punto de oir un nuevo trato.
Beatriz se limpió y se lavó un poco y volvió al salón. Solo llevaba la blusa que se la colocó un poco y al llegar cogió su falda y se la puso. Saúl y Alfonso estaban mirándola mientras bebían otra lata de cerveza. Ella se puso la falda tranquilamente como si nada hubiera pasado y se sentó suspirando agotada.
-¿ Disfrutaste pequeña?- dijo Alfonso acariciándole el pelo mientras Beatriz asentía con la cabeza.
- Bea es muy viciosilla y como ya te dije le encanta la leche. Seguro que acepta tu propuesta.- dijo Saúl sonriendo.
-¿ Que propuesta?.- respondió Beatriz mirando a Alfonso.
-Veras.... de vez en cuando organizo una partida de cartas con unos amigos míos en mi casa. El caso es que me daría morbo que tú estuvieras bajo la mesa cuando juguemos. Prometo que no sabrás quienes son, ni ellos te verán a ti. Todo depende de si eres lo suficientemente morbosa para chupársela a tres desconocidos y a mí también claro, el próximo viernes por la noche.
-¿ Qué?...-fueron las únicas palabras que salieron de su boca. Beatriz estaba intentando asimilar lo que acaba de escuchar. ¿Chupar cuatro pollas bajo una mesa? ¿Cómo se atrevían a proponer algo así? No podía ser, aunque por su cabeza pasaron varias imágenes y pensamientos que le indicaba que sería lo más morboso que haría nunca. Entonces Alfonso siguió hablando.
-Tú no los verías a ellos y ellos no sabrán en que boca se corren. Y como se que los estudiantes lo estáis pasando mal y a mí me gusta ayudar a la gente y más si son tan guapas como tú, quiero darte estos 200 euros.
-Yo...y yo no soy una....-dijo Beatriz de repente al oír lo del dinero pero rápidamente Saúl le cortó.
-No no no...Bea no. Nadie dijo que fueras nada. Alfonso es así, le gusta ayudar. No te lo tomes como pago a nada. Mira Alfonso ha ganado mucho dinero toda su vida, pero de joven lo paso fatal y le gusta ayudar a los demás.- dijo Saúl cortándole.
-Eso es Beatriz. Siento si has malinterpretado mis palabras. De hecho aunque no quieras venir el viernes a mi casa este dinero es tuyo si lo quieres. Dijo Alfonso sacando el dinero de la cartera. -Aquí tienes también mi tarjeta. Si aceptas al final llámame o si necesitas cualquier cosa...en serio Beatriz lo que sea. Quiero ayudarte.-terminó diciendo.
-Yo......debo irme....dijo Beatriz cogiendo el dinero y recogiendo sus cosas y marchándose.
Pasaron los días y llegó el viernes. Lo había pensado mucho todo. Era raro lo que tenía con Saúl. Le había hecho mirar el sexo de otra forma. Ahora quería experimentar...probar...disfrutar....y se sentía muy mojada cada vez que pensaba en cómo había sido follada por aquellos dos viejos, en cómo había sido usada. Al volver de la universidad llamó a Alfonso para decirle que iría. Pidió permiso a las monjas para pasar la noche fuera, ya que había quedado con Alfonso que después de las 4 mamadas, ella pasaría la noche allí con él. Estaba nerviosa. Nunca en su vida ni se le había pasado por la cabeza hacer algo así ni por asomo.
Cuando llegó a casa de Alfonso, este la estaba esperando. La explicó que lo único que tendría que hacer sería chupar hasta que se corrieran. En cuanto se corrieran todos ellos se irían. Beatriz asintió con la cabeza y Alfonso le dio una botella de agua por si quería beber algo después de cada mamada. En ese momento sonó el timbre y Alfonso le indicó que se metiera en la mesa. Era una mesa grande y cuadrada y cubierta por unas faldillas hasta el suelo. Sobre ella había unas copas, una cubitera y una baraja de cartas de póker. Beatriz allí dentro estaba nerviosa. Escuchó voces pero lejanas y no podía reconocer a nadie. Tenía curiosidad por saber a quien se la chupaba pero también le resultaba muy morboso no saber a quién se lo hacía.
Escuchó como Alfonso indicaba a la gente que entraran en silencio y que se quitaran la parte de abajo y se sentaran sin hablar. Se escuchaba un rumor, pero nada que se distinguiese. Pronto vio la primera polla bajo la faldilla, y luego otra y otra. Según escuchaba a Alfonso, que era el único que hablaba, estaba sirviendo unas copas a sus invitados y pronto se sentó. Beatriz estaba bajo la mesa con una polla en cada parte de la mesa. Pudo distinguir fácilmente la de Alfonso por ser el que se sentó último y porque era el que hablaba, pero también pudo reconocer la polla de Saúl. No estaba segura cien por cien pero ella juraría que era la polla que la había pervertido hacía días.
-Preciosa, cuando quieras.- escucho que decía Alfonso mientras se podía escuchar como barajaba las cartas.
Beatriz se decidió a tocar un poco a la polla que creía que era de Saúl hasta que se puso bien dura. Mientras tocaba con una mano, empezó a tocar a uno de los invitados con la otra. Escuchó risas en lo alto de la mesa mientras ella seguía masturbando. Acercó su boca y empezó a chupar. Beatriz oía gemidos. No sabía si la partida de cartas sería fructífera pero estaba decidida a hacerles disfrutar con las mamadas. Pronto noto como las piernas del hombre se movían y se estiraban, y supo que se correría pronto, así que dejo de tocar a Saúl y empezó a masturbar a aquel invitado y acariciarlo mientras su boca hacía que un torrente de semen saliera de la polla hacia la garganta de Beatriz. Mientras tragaba el semen de aquel desconocido, podía escuchar sus gemidos encima de la mesa. Cuando dejó de correrse separó la cabeza de Beatriz y ésta bebió un poco de agua y se fue directa a la polla de Saúl. Empezó a chuparla mientras la acariciaba. Estiró la mano enfrente y jugueteó con la polla del otro invitado durante un rato hasta que trago todo el semen de Saúl. Tras esto y a 4 patas se acercó a la polla del invitado y la metió en la boca. Aun tenia semen de Saúl y eso le dio mucho morbo. Este hombre que era más bien gordo no tardó en correrse.
Beatriz paró a beber agua y se fue a la polla de Alfonso. Empezó a chuparla como lo había hecho hacía una semana pero esta vez sí que conseguiría se semen en su boca y no en su coño como aquel día. Estaba muy cachonda, tan cachonda que se tocaba el clítoris mientras chupaba. El estado de excitación era tal que pronto se corrió tocándose, pero siguió acariciando su mojada rajita mientras chupaba la polla de Alfonso que tampoco tardó mucho en soltar todo el semen acumulado de la semana en la boca de Beatriz.
Beatriz tragó todo el semen y bebió agua mientras escuchaba como Alfonso hablaba con los invitados. Estaba muy cachonda, y esperaba que ahora se fueran todos y que Alfonso la usara y la follara como la folló hacía poco aquel día con Saúl. Vio como las piernas desnudas y las pollas flácidas y descargadas de todos los invitados desaparecieron y escuchó la puerta. Lo siguiente fue Alfonso levantando la faldilla y diciendo que salieran del salón.
-Lo hiciste genial Beatriz....tan bien que se han quedado con ganas de follarte.-dijo Alfonso en cuanto Beatriz se puso de pie a su lado. ¿ Te ha gustado la experiencia?- le preguntó.
Beatriz asintió.
Espero sus comentarios tanto buenos como críticos para así poder rectificar en futuras publicaciones. Estas historias son fruto de experiencias vividas, tanto física como mentalmente, ya que no hay nada más poderoso que la mente y la imaginación, pero aun así, los nombres que aparecen están cambiados para salvaguardar la intimidad de las personas que fueran reales en las historias.
Espero sus comentarios en mi correo.
Muchas gracias y espero que les gustase el relato y no defraudarles en los siguientes. Gracias