Bastards 7ª parte
Su mano cogió la mía llevándola a su entrepierna, la palma de mi mano notaba la dura verga del joven embutido en su vasto pantalón militar, miré sus ojos eran suplicantes, desabroché
BASTARDS 7ª PARTE
Sigo mirando las fotos, oigo al fondo unos leves ruidos y risotadas, pienso en la diversión juvenil en la piscina climatizada, ellos vienen de juerga sin dormir y yo no puedo pegar ojo, sonrío, aparece una cara juvenil asomando por la puerta diciendo: ¿Abuelo no puedes dormir? Lo miro embobado negando con la cabeza, se acerca y besa mi mejilla, le acaricio la cara lleva solamente una toalla alrededor de su cintura, de repente aparecen corriendo los otros dos, los tres idénticos y después se sientan a mi alrededor, paso otra hoja de fotos mientras ellos señalan una, se ven reflejados en ella, la foto era mía vestido con uniforme de campaña…
Y llegó la guerra con la invasión de Polonia a primeros de Septiembre de 1939, la Segunda Guerra Mundial estaba por arrollarnos a todos, la deportación de millones de judíos a los campos de concentración, donde eran masacrados, también de otras etnias, disidentes, enfermos mentales y homosexuales.
Durante la campaña tuve la posibilidad de desviar varios convoy de prisioneros siempre con el apoyo incondicional de los “Bastards”, enviándolos al norte de Suecia, donde en barco desaparecían a otro destino, luego vino la invasión de Francia, allí luchamos codo a codo con la Resistencia, con emboscadas y algunas escaramuzas, en una de estas me encontré en medio del fuego cruzado metido en una zanja, con cantidad de soldados muertos de ambos bandos, la guerra me había cambiado, antes lo importante era sencillamente el placer de los sentidos y ahora todo era muy sórdido, deprimente, me dolía tener que disparar sobre otro ser humano, fui esquivando los cadáveres buscando la mejor manera de salir de ése agujero, en un recodo me pareció oír un gemido y me dirigí hacia allí, pero solamente veía humo y muertos, de pronto bajo uno de estos salió la cara de un joven, me apuntaba con su rifle, la mano le temblaba, por su cara parecía no mayor de 16 años. Yo me colgué mi arma sobre el hombro acercándome con suma lentitud, él dijo en alemán: ¡Alto o disparo! Continué acercándome y quité el cadáver que se encontraba sobre el joven, miré su chaqueta manchada de sangre cerca de su corazón, repitió, sin convicción: ¡Alto o disparo! Yo mirándole a los ojos respondí en alemán: ¡Dispara y serás hombre muerto, solamente quiero mirarte la herida! Bajó el arma apuntando al suelo, abrí su chaqueta y camisa, la metralla recibida estaba algo por encima del corazón, pero había perdido bastante sangre y se le notaba muy pálido, lo tranquilicé preguntando su nombre en su idioma, se quedó sorprendido de mi acento, me dijo que se llamaba Nigel, se pronunciaba Naigel, me hizo gracia esa alusión y tenía 17 años a punto de cumplir 18, no parecía muy guapo pero tenía algo dulce en su mirada, que me cautivó, entonces pensé que yo debía tener más o menos la misma pinta.
Mirando su herida tomé el cargador de mi rifle diciéndole que lo mordiera cuando se lo ordenara, él asintió, tomando mi machete lo mojé con un poco de brandy de una petaca, dándole a beber al joven Nigel, se puso el cargador en la boca apretando sus dientes y hurgué en su herida sacando los trozos de metralla, de sus ojos resbalaban lágrimas de dolor e impotencia, perdió la consciencia y terminé de curar un poco sus heridas, de una de mis insignias arranqué la aguja mientras deshilachaba parte de mi camisa cosiéndole las heridas después de usar el brandy para desinfectarlo, tomé un sorbo guardando el resto para el joven, con las mangas de mi camisa le había hecho un vendaje, a lo lejos se oían disparos cada vez más espaciados. Apoyé mi espalda en la pared de la zanja mirando la pausada respiración del joven, su rostro estaba ceniciento, necesitaba sangre y pronto.
Busqué en mi liviano botiquín y encontré una jeringa con varias agujas y un trozo de tubo plastificado, sacándome los cordones del calzado hice un torniquete en mi brazo y en el del joven, una aguja en un extremo y la otra en el opuesto del tubo, se la clavé en la vena del brazo después de clavarme la mía, levanté mi brazo para que saliera un goteo continuado, poco a poco el color volvió a la cara del joven Nigel, mi brazo se apoyaba cerca de su cabeza y mientras controlaba la salida de la sangre mi mano acariciaba el corto cabello del joven, no se oían disparos, debían haberse desplazado a otro sector, yo miraba afuera para averiguar lo que pasaba, pero no se veía casi nada y se acercaba el anochecer, al mirar de nuevo al joven lo encontré despierto observándome y dijo: ¿Por qué me has ayudado? Yo respondí: ¡Porque tú sitio no es éste, tendrías que estar en la escuela estudiando y no metido en una guerra! Entonces con un susurro de voz dijo: ¿Cómo te llamas? Yo contesté: ¡Mi nombre es Noel y pertenezco a los “Bastards”! Su boca hizo una mueca a modo de sonrisa diciendo: ¡Vosotros lleváis de cabeza a casi todos los oficiales de ésta zona! Añadiendo: ¡Neil, quedas detenido! Yo estallé en una fuerte risotada, que retumbó por toda la zona y él se unió a mi carcajada tosiendo ligeramente y dije: ¿Me quieres detener? Nigel dijo mirando el tubo de la sangre goteando en su brazo: ¡Creo que tú me has detenido a mí!
Con la mano libre acaricié su cara y él depositó un beso sobre la palma de mi mano, saqué la aguja de su brazo y del mío, colocando trozos de esparadrapo, ahora ya tenía mejor aspecto, miré la costura de la herida del pecho no quería pensar en el beso de la mano, pero su corazón latía con mucha fuerza, cuando iba a cerrarle la camisa su mano cogió la mía llevándola a su entrepierna, la palma de mi mano notaba la dura verga del joven embutido en su vasto pantalón militar, miré sus ojos eran suplicantes, desabroché la prenda bajándole los pantalones, después por el calzoncillo saqué su verga al exterior masturbándolo lentamente, gimió acerqué mi cuerpo al suyo lamiendo sus labios, que se entreabrieron ligeramente, el joven cerraba los ojos, su boca me alentaba a penetrarlo con mi lengua de forma lujuriosa, pero al mismo tiempo temblaban ligeramente, mientras mi boca degustaba la suya lo fui masturbando, con mi otra mano saqué mi herramienta masturbándome al mismo ritmo que a Nigel y los dos gemíamos en nuestras bocas, poco después su verga comenzó a escupir semen salpicando el suelo y parte de mis botas, yo fui acelerando mi mano terminando poco después salpicando bastante sobre el suelo, con las últimas sacudidas de mi polla miré al joven, que miraba asombrado el tamaño de mi verga soltando: ¡Por Dios, es descomunal!
Entonces él se acercó a mí besando mis labios, al separarse su cara estaba enrojecida y dijo: ¡Gracias, la mejor masturbación de toda mi vida! Sin decir nada continuó diciendo: Hace unos años mi padre fue acribillado junto a unos compañeros en una cervecería, estaba todo a punto para irnos pronto de Alemania, pero su muerte aceleró la partida, mis abuelos, madre y hermanas partieron rumbo a Ginebra, yo me retrasé para enterrar a mi padre y después del entierro me detuvieron encerrándome en un calabozo como posible peligro para el Estado, cuando comenzó la invasión de Polonia me sacaron enfundándome un uniforme y de ahí al frente, antes allí ahora aquí. Entonces le pregunté su nombre completo respondiendo: ¡Soy Nigel Von Bremer! Estaba aturdido acababa de besar y masturbar al hijo de mi querido y añorado Manfred, mi expresión le hizo preguntarme: ¿Y tú nombre completo, así sabré recordarte siempre? Yo con apenas un leve susurro respondí: ¡Mi nombre es Noel Weiss! Sus labios temblaron diciendo: ¡Tú eres, “él Neil Weiss” de papá! Yo asentí con la cabeza, entonces dijo, que cuando recogían todo, había encontrado una carpeta con cartas mías y anotaciones a modo de diario de Manfred, solo entonces supo de mi existencia y nuestra relación, llamándole mucho la atención unos párrafos que decían: ¡Neil puede tener a cualquier hombre mayor o joven que deseé, pero sigue a mi lado cada vez que lo llamo, noto que me quiere y yo a él, nos lo pasamos genial, solos o acompañados, pero siempre puedo contar con él siempre se queda a mi lado y me hace sentir feliz! Se enjugó una lágrima que resbalaba por su mejilla.
Me miró a los ojos asintiendo y siguió hablando: ¡Ahora reconozco esos ojos! El día que comencé a leer el diario de papá, pasé por varias fases, del asco se fue traduciendo en asombro y fascinación, a mí me gustaba una chica del colegio vecino, pero los detalles de los escritos me producían fascinación hasta tal punto, que incluso me empalmaba leyéndolos, por la noche soñaba que me encontraba ocupando el lugar de papá, saboreando esos labios húmedos y tan hermosa verga, incluso mi ano lo notaba palpitante con bastante intensidad y terminaba masturbándome, antes de mi detención lo envolví bien enviándolo a mi caja de seguridad en Ginebra, donde solamente yo podía retirar, allí se encontraría a resguardo de todo. Cuando fui detenido, estuve dos días sin comer, finalmente un teniente apareció con la comida haciéndome preguntas sobre mi familia y poco después para poder comer me tenía que someter al teniente, algo más tarde me penetró brutalmente causándome un intenso dolor desgarrándome el culo, pero eso a él no le importaba mi humillación y menos mis dolores, a partir de ése día cuando me traía la comida me sometía a sus caprichos, entonces recordaba los pasajes del diario de papá relajándome y disfrutando mentalmente, imaginando al hijo de los dioses nórdicos tan rubio, apuesto y con su gran herramienta penetrándome sin piedad con sus constantes penetraciones.
Y ahora me has curado, besado como en mis sueños húmedos, además me has masturbado de tal forma que tardaré en reponerme de nuevo y encuentro ante mis ojos esa inmensa verga de la que tanto había leído, soñado y masturbado, pero no eres el tan ansiado dios nórdico rubio y apuesto de la forma que mi papá relataba, eres un joven muy apuesto eso no hay duda, tu verga es imponente, pero nada más. Entonces dije: ¡Soy un chico normal, nada del otro jueves, se escuchar, me comporto de forma correcta con todo el mundo, entiendo algunas frustraciones y sus sueños más escondidos, soy sincero, creo que uso los dones que me han dado para realizar cosas mejores, tengo buena retentiva y actúo cuando el momento lo exige, pero nunca engaño a los seres queridos! Añadí: ¡Mi pelo antes largo, era más rubio que el sol, pero ahora lo llevo embadurnado con betún, para no ser presa fácil, como un faro!
Mientras el joven relataba sus desventuras mi verga se había erguido de nuevo, pero pensando en otra cosa se fue calmando, entonces subí el pantalón de Nigel, cerrándolo y luego el mío, se movió apoyando su trasero sobre mi verga, lo aparté de forma cariñosa y dije: ¡Tenemos que salir de aquí, creo haber visto antes no muy lejos una granja! Con mi ayuda andamos hacía esa dirección, casi media hora más tarde la encontramos, estábamos agotados, la granja estaba vacía, la casa estaba medio quemada, pero el granero estaba intacto y nos colamos allí, recosté a Nigel sobre un montón de paja que amontoné, poniendo encima unas lonas algo gastadas, me deslicé fuera del cobertizo indagando por todos sitios, conseguí llenar las cantimploras con agua de un pozo, apenas habíamos hablado en el trayecto, encontré un farol de aceite y lo encendí dejando la luz bastante menguada.
Me acerqué a Nigel con la luz dejándola cerca mirando su herida, arranqué parte de mi camisa y mojándola limpié la sangre seca de la herida, con el resto de la camisa hice unos paños para cubrirla, también repasé su cara y cuerpo con trozos mojados, le di de beber mientras sujetaba su nuca, más tarde bebí yo también, su mirada parecía suplicante, sus ojos seguían mis movimientos y de pronto soltó: ¡Perdóname, soy un imbécil, me cuidas y yo te falto el respeto soltándote sandeces! Yo respondí: ¡No pasa nada, simplemente estoy algo agotado, soy un chico sencillo y de lo más normal, no soy ni un dios, ni un superhombre, tal vez en su amor por mí tu padre, Manfred, me describió de tal manera, pero yo siempre he sido igual para todos mis seres queridos y puedo decirte que tengo bastantes, padres, hermanastros, amigos, novios, amantes, familia, amigas y mi madre que apenas la recuerdo, pero soy parte de ella, lo mismo que Lord Cavendish mi padre natural y mi padre adoptivo Sir Weiss, además del resto! ¡Estamos metidos en una guerra que pocos hemos deseado, pero es lo que hay, en teoría tú y yo somos enemigos, pero aquí estamos, te guste o no! Durante mi retahíla le daba la espalda, al girarme lo encontré sollozando en silencio.
Me tumbé a su lado abrazándolo con suavidad dije: ¡Lo siento, esta guerra me hace recordar que ya no soy un niño, detesto esta guerra, tú eres demasiado joven para sufrir por ella, yo pronto cumpliré 27 años y me parece haber envejecido más! Besé sus parpados que se cerraban mientras lo acunaba entre mis brazos y pensando en mis añorados amigos. Me quité la chaqueta cubriendo su cuerpo dormido, mi camisa hecha jirones cubriendo sus heridas, cuando se quedó dormido me levanté para quitarme el frio y mirando al cielo imploré para que esto terminara pronto, pero tenían que pasar dos años más para que esa pesadilla terminara. El cielo era muy claro y las estrellas se destacaban por doquier, moví mis brazos entrando en calor y me recosté de lado junto a Nigel, miraba ese cuerpo juvenil, no me podía creer todavía que fuera el hijo de Manfred, alargué mi mano aflojando los botones del pantalón y casi sin darme cuenta los había deslizado hasta la mitad de sus muslos junto a los calzoncillos.
La verga descansaba lánguidamente sobre su muslo, incliné mi cuerpo sobre ella soplando ligeramente sobre el vello púbico y la verga palpitó hinchándose un poco, el capullo sobresalía un poco, mi lengua se deslizó sobre el lindo agujero del mismo, lentamente la verga fue estirándose dejando cada vez más el glande fuera de la piel y el tronco se endurecía, deposité mis labios abarcando el glande mientras mi lengua se paseaba por el bonito meato y la polla brincó una y otra vez, a la tercera mi golosa boca tragó casi la mitad de la verga, con dos dedos sujeté la verga mientras mi boca succionaba cada vez más y más hondo, Nigel gemía en sueños y suspiraba quedamente repitiendo: ¡Neil, Neil perdóname! Deslicé el pantalón con los calzoncillos sacándoselos, me terminé de desnudar y colocándome entre sus piernas continué chupando su verga, que estaba dura como una roca, desabroché su camisa apartándola hacia los lados y me arrodillé a horcajadas metiéndome su dura verga en mi ano, con varios movimientos de mi cuerpo quedó encajada dentro de mí.
Notaba el creciente palpitar de la verga dentro de mi culo, apoyándome sobre mis manos incliné mi cuerpo adelante y besé los labios de Nigel, mi lengua fue abriéndose paso entre ellos buscando su lengua y saboreando su interior, Nigel abrió los ojos mirándome y su pelvis comenzó a moverse sacando y clavando su polla en mi culo, su lengua buscaba la mía con ansia, el beso era de lo más ardiente y su polla también, los empujones eran potentes clavándose muy adentro, la notaba caliente y muy dura, nuestros corazones latían a mil por hora y un profundo gemido de Nigel mientras su polla soltaba su semen llenando mi culo con potentes sacudidas clavándola muy hondamente. Dejé su boca deslizándome hacía abajo sacando su verga de mi interior y cogiéndola con la mano la fui chupando, deslicé mi saliva sobre sus huevos paseando mi lengua por ellos, puse mis manos en sus muslos levantando sus piernas y enterré mi boca en su culo buscando con ansia su preciado agujero.
Mi ardiente boca lo abría a conciencia, mordisqueaba sus nalgas y mi mano buscó en mi ano parte del semen del joven Nigel y lo metí en el suyo ligeramente abierto con el dedo moviéndolo en rotación, cuando noté la dilatación me incorporé sujetando sus piernas sobre mis hombros, acerqué mi verga frotándola contra el ansiado trofeo y al poco me fui clavando con rotundidad, las palmas de sus manos se apoyaban sobre mis caderas para impedir que lo penetrara del todo, pero no cejé y fui entrando lentamente, su ano se abría dejando paso a mi potente verga para después apresarla y quedando bien encajada, finalmente terminé clavando toda mi verga, parando unos segundos, miré al joven a los ojos sus manos ya no me separaban, ahora agarraban mis caderas, me retiré un poco, entrando de nuevo y gimió, fui repitiendo lo mismo saliendo cada vez un poco más, bajé sus piernas dejándolas pegadas a mis caderas y puse las mías en sus caderas empujando su cuerpo contra el mío clavándose él mismo mi polla, volvió a gemir y yo con él, fui subiendo mis manos por su espalda e hice que levantara su cuerpo acercándolo al mío casi pegados, pasó sus brazos alrededor de mi nuca mientras me besaba con furia y ahora con mis manos en sus glúteos subía y bajaba su cuerpo sobre mi verga clavándosela hasta el fondo, gemía en mi boca y yo en la suya.
Su verga entre nuestros cuerpos se había endurecido de nuevo y notaba sus palpitaciones, soltando gotas de placer mojando nuestros pechos, incliné mis labios a su cuello mordisqueándole esa zona y pasando a su oído, mordiéndole el lóbulo, volví al cuello y besándole esa zona comenzó a correrse de nuevo llenándonos de semen nuestros cuerpos abrazados, mientras apretaba su culo mi polla estalló dentro de él, apretó sus brazos a mi alrededor buscando mis labios mordiéndolos y saboreando unas gotas de sangre que fluyeron de ellos. Sin sacar mi verga de su culo lo dejé recostado de nuevo y girando mi cuerpo me quedé detrás de él de lado recostando parte de su cuerpo sobre mi pecho, mi verga seguía dura y en su interior, giró su cara buscando mis labios de nuevo, ahora Nigel movía su trasero follándose el mismo, mis manos acariciaban su cuerpo y una descendió sobre su verga que empezaba a endurecerse de nuevo, su culo goloso se tragaba mi verga con rapidez, de pronto saqué mi verga del culo y dándole la vuelta lo puse de rodillas frente a mi cara engulléndome su dura polla, mi mamada le daba un gran placer y terminó llenándome la boca con su semen, lo dejé sobre la lona y enterré mi estaca dentro de su boca, apretó sus labios y al poco terminé derramando mi semen dentro de su boca mientras enterraba mi verga profundamente, su ávida boca succionaba mi polla dejándola limpia, poco después dormimos con nuestros cuerpos pegados.
Estaba amaneciendo, yo tumbado sobre la lona desnudo y boca abajo, notaba un placer enorme, una lengua lamía mi ano y una mano me separaba la pierna izquierda dejándola doblada en forma de cuatro y las cálidas manos ahora separaban mis glúteos, mi cuerpo se estremecía de placer, lentamente el cuerpo subió sobre mi espalda y mientras me penetraba con suma urgencia una mano apretaba mi garganta, al tiempo que sus labios me devoraban la oreja, la penetración era rotunda igual que la presión en el cuello y la comida de oreja, susurré: ¡Brandon, Brandon, te echaba de menos! La conocida voz dijo susurrante: ¿Cómo me has reconocido? Mientras su verga palpitaba dentro de mi ano, yo añadí: ¡La presión en mi cuello y la comida de la oreja al mismo tiempo, solo lo hacemos nosotros, además tu polla siempre queda bien encajada dentro de mi culo, como un guante!
El cuerpo antes endeble de Brandon se había transformado en un joven musculoso y con un cuerpo increíble, el entrenamiento había mejorado su cuerpo, cuando me penetraba solía decirme: ¡Eres mi marido y me perteneces! Yo repetía lo mismo cuando lo penetraba: ¡Eres mi marido y me perteneces! Esas palabras nos calentaban rápidamente, descubrimos la presión en el cuello que aceleraba nuestros orgasmos y eso ocurría ahora tumbados sobre la lona, su verga empujaba mi culo sin prisa pero de forma constante, giré mi cara buscando sus labios y nos besamos con ferocidad, hizo levantar mi culo, poniéndome a cuatro patas de rodillas, miré a mi lado Nigel dormía plácidamente, mi polla endurecida bamboleaba entre mis piernas con cada empujón que recibía de Brandon, notaba mi ano palpitar con cada embestida y de repente noté unos labios succionando mi verga, Nigel tumbado de lado y boca arriba se masturbaba mientras se tragaba mi poderosa polla moviendo su otra mano masturbándome, un estremecimiento de placer recorrió mi cuerpo mientras soltaba mi semen dentro de la ansiada boca de Nigel apretando mi esfínter provocando que Brandon me llenara el culo con su semen, la agitada respiración de Nigel reafirmaba su corrida llenando su abdomen con su semen. Nos tumbamos los tres y Brandon dijo: ¡Es una lástima que lo tengamos que eliminar, es tan mono! Mientras soltaba eso sacó su pistola apuntando a Nigel, lentamente incorporé mi cuerpo colocándome frente el arma respondiendo: ¡Nooo! ¡Es el hijo de Manfred! Brandon bajó su arma guardándola de nuevo.
Le conté rápidamente la breve historia del joven Nigel, mostrándole sus heridas que yo había reparado un poco, mientras buscaba en su bolsa de costado sacando varias prendas de ropa canturreaba con suavidad: ¡Tenemos un niño que cuidar, tenemos un hijo que criar y tenemos un joven que saborear! Se acercó al joven repitiendo la cancioncilla y quitando el improvisado vendaje lo curó cubriéndole con gasas y un vendaje mejor, sus labios descendieron sobre el plano vientre de Nigel absorbiendo su semen y chupándole la verga, cuando terminó chupó la mía, Nigel la de Brandon. Le ayudamos a ponerse ropa de paisano, enterrando la suya bastante hondo y con nuestra ayuda salimos de allí dirigiéndonos hacia el sur de Francia a nuestra casa cerca de Niza y por fin habíamos llegado, después de quitar una moto con sidecar a unos soldados alemanes, en nuestra casa curaron bien las heridas de Nigel y nosotros nos repusimos de tanta atrocidad vivida, Entonces nos llegaron nuevas órdenes desde Londres, teníamos que ir a Lisboa en Portugal y después concretamente a Estoril.
Cruzamos España, que se recomponía lentamente de La Guerra Civil y llegamos los tres a Lisboa alojándonos en el Hotel Suiza Atlántico, habíamos decidido llevarnos a Nigel con nosotros, durante el trayecto le fuimos instruyendo sobre algunas cosas importantes, él tendría que pasar por oficial alemán y nosotros de vez en cuando también, pero mayormente nuestra misión consistía en averiguar posibles espías y desbaratar sus posibilidades incluso dar otras pistas falsas. No queríamos que el joven corriera peligro, Brandon se había encariñado con él igual que yo, le explicó que tal vez tendríamos que acostarnos con distintas personas para sonsacarles información.
En Lisboa alquilábamos coches muy lujosos y siempre nos acompañaban unas chicas jóvenes muy bien vestidas y nada vulgares, aunque su profesión sí lo era, pero el dinero allí mandaba mucho, bajo la dictadura de Salazar estaba lleno el país de espías de todos los bandos, las chicas eran espectaculares y se divertían con nosotros, teníamos sexo con ellas y ropa muy elegante, iban muy arregladas, de tal forma que ni sus compañeras de profesión las reconocían, salíamos a comer y cenar, de casinos, además de otros espectáculos, en el hotel hicimos amistad con un joven de sonrisa enigmática, su nombre Joan Pujol y tenía 29 años, cuatro más que yo, se añadió a nuestras salidas por la capital. Yo notaba que intentaba sonsacarnos información y nosotros a él, una mañana temprano lo encontré mirando una guía con planos de Inglaterra, me senté a su lado interesándome por la guía, Pujol dijo que no había estado nunca en ése país, le señalé algunas ciudades más importantes.
Me llamo Diana María, tengo casi 22 años y soy prostituta en los suburbios de Lisboa 7 años atrás, cuando fui mancillada por un amigo de mi familia, cuando lo conté a mis padres no me creyeron y a él sí, viéndome rechazada de la vida familiar, los principios fueron muy malos, realmente lo pasé fatal no dejaba de llorar constantemente, pero poco a poco me fui recuperando tomando las riendas de mi existencia, algunos chulos querían que trabajara para ellos pero me negué en redondo, tras muchas discusiones y amenazas, finalmente desistieron. En la pensión donde dormía había varias chicas en las mismas condiciones en total éramos cuatro y eso nos unió un poco, nos cubríamos las espaldas unas a otras, pero ganábamos lo justo para ir tirando y alguna ropa de trabajo. Muchos días terminábamos molidas de cansancio y aburrimiento, solamente cuando nos reuníamos y charlábamos se nos pasaba el mal humor, de esa manera pasábamos día tras día y pasaron los años aumentando nuestras experiencias. Hoy hace un día espléndido cuando de repente se acerca un deportivo lentamente, un hombre joven con cabello muy rubio, casi nórdico, con gafas de sol parece observar a las prostitutas de toda la calle y el coche pasa delante de mí sin apenas mirarme y de repente echa marcha atrás parándose frente a mí, se quita las gafas de sol y me sonríe, yo pienso: ¡Dios, que hombre más hermoso, su sonrisa hace que el día se ilumine aún más! Su dulce voz me invita a tomar algo con él, habla un portugués titubeante, entonces le hablo en español y continuamos en ése idioma, repite su ofrecimiento subiéndome al coche sin pensarlo dos veces y arrancando con velocidad salimos de la ciudad.
Paramos cerca de Torre de Belém nos sentamos en una bonita terraza de un bar restaurante, sus ojos me observan constantemente y me pregunta mi nombre, yo respondo: ¡Lily! Me mira seriamente y añado: ¡Mi nombre verdadero es Diana María! Extiende su mano y tomando la mía, se inclina besándola con suma cortesía mientras dice: ¡Mi nombre es Noel! El sonido de su voz y su aplomo me hace contarle mi vida, que escucha detenidamente, me pregunta sobre política y la guerra de Europa, le respondo que no sigo demasiado los acontecimientos, pregunta por mis compañeras de la pensión, sus preguntas no me molestan incluso me parece que al hablar de ello con alguien me siento liberada, ha pedido por los dos y la comida ha sido esplendida, mientras saboreamos el café me pregunta: ¿Te gustaría cambiar de ambiente? Le miro a los ojos y respondo: ¿Quieres ser mi chulo? Y él suelta una sonora risotada: ¡Nooo, por Dios, nooo! Pagó la comida sin titubear y regresamos a la capital, aparcó en un garaje y subió tras de mi a la habitación de la pensión, allí mira a su alrededor y pregunta de nuevo: ¿Te gustaría cambiar de ambiente?
Me acerco a él y mientras acaricio su guapo rostro respondo: ¡Síii! Junto mis labios a los suyos, me abraza de forma delicada pero sin dejar nada entre nuestros cuerpos y devora mi boca, de tal manera que mi cabeza da vueltas de placer, su lengua me excita, bajo mi mano palpando el pantalón, noto que su verga se endurece con rapidez y aparto mi mano diciendo: ¡Menudo monstruo escondes dentro del pantalón! Y sin pedir permiso abro su pantalón dejándolo caer y me agacho tomando su verga entre mis manos y mi boca comienza a chuparla con ganas, por mi espalda me recorre un intenso escalofrío de placer, no me fuerza, me deja a mi aire y gime con mi mamada, mientras acaricia mi pelo y mi cara diciéndome lo hermosa que soy, su forma de decirlo hacía que hasta yo me creyera hermosa, me hizo levantar y me besó los labios con mucha calidez, al separarlos se subió el pantalón diciéndome: ¡Ahora no! ¡Me gustaría conocer a tus amigas! Le comenté que estarían en la calle buscando clientes, entonces salimos de nuevo y me llevó al Salón de Elizabeth Arden, allí bajo su supervisión me bañaron, me dieron masajes por todo el cuerpo, me cambiaron el cabello y me maquillaron, mientras Noel escogía de la boutique de Alta Costura unos vestidos para probármelos y también zapatos a juego, me probé los vestidos a cual más hermoso, pero no me dejaba ver mi imagen en ningún espejo, miraba sus ojos mientras su cabeza asentía, escogió ropa interior de extrema hermosura, finalmente de la sección de joyería adquirió un reloj con brillantes y un espléndido colgante para el cuello con pendientes a juego, el conjunto finalizó con una pulsera, unas gafas de sol y un foulard, solamente en ése momento me dejó mirar mi nueva imagen. El reflejo del espejo no era yo, era una joven muy hermosa y sensual, no era una buscona cualquiera, podría pasar hasta por una gran dama, el sonido del vestido de seda sobre el cancán remarcaba más mi delgada cintura, mis ojos comenzaban a lagrimear, pero me recompuse para no estropear el maquillaje, me acerqué a Noel abrazándole, pagó todo en efectivo y salimos cargados con bolsas.
Paseamos con el coche por la calle donde estaban mis amigas, me bajé del vehículo acercándome a ellas y no me reconocieron, cuando me quité las gafas se dieron cuenta y estaban asombradas, no se atrevían a abrazarme, les conté lo sucedido y les entregué dinero, que me había dado Noel, para que se fueran juntas a cenar y dejaran la calle, ya que al día siguiente irían a buscarlas para hacerles un nuevo cambio, nos acercamos a la pensión y pagó nuestro alojamiento hasta el fin de semana, ya que siempre se pagaba semanalmente y me llevó a su hotel, allí me entregaron la llave de mi habitación y a Noel le dijeron, que las otras tres ya estaban listas para mañana, él lo agradeció con una buena propina dándoles las gracias por las atenciones. Dejamos las bolsa en mi habitación, una suite para mí sola, que lujo, Noel notó mi nerviosismo y acariciando mi mano calmó mis temores, me dijo que lo haría muy bien, solamente me previno de no decir tacos malsonantes y nunca levantar el tono de voz, si tenía alguna duda lo mirara a él a los ojos, advirtiéndome que en la cena habría dos amigos suyos. Añadió: ¡Ante tu pregunta, seréis nuestras acompañantes, no puedo asegurar si habrá sexo en alguna ocasión, pero eso no impedirá que disfrutemos todos bastante! Miró la hora diciendo: ¡Preparada! Asentí con la cabeza.
Nos acompañaron a una mesa reservada, donde se encontraban dos jóvenes muy apuestos, aunque uno parecía algo más joven, las miradas de ambos descendían sobre mi acompañante Noel, había magnetismo entre ellos, se levantaron mientras me presentaba a ellos diciendo: ¡Queridos amigos os presento a Dana, nuestra musa! ¡Y estos son Brandon y Nigel! Ambos se inclinaron besando casi mi mano, el maître separó mi silla y nos sentamos todos en la mesa. La cena fue fabulosa, yo miraba a Noel y seguía su mirada sobre los cubiertos de la mesa, los tres me incluían en su charla, el más joven hablaba portugués muy fluido y me sentí más cómoda. Al terminar Nos despedimos de ellos y Noel me acompañó a mi habitación, me ayudó con la cremallera del vestido y ¡Oh Dios tener sexo con él fue apoteósico, me enseñó a disfrutar con cada rincón de mi cuerpo, su boca insaciable lamía succionaba, chupaba y mordisqueaba, mientras me susurraba lo hermosa que era! Consiguió en dos horas que tuviera hasta cinco orgasmos y sin penetrarme, pero sus manos, su boca y dedos hicieron maravillas, se vistió guardando su endurecida verga y besándome en la frente dijo: ¡Descansa, mañana tendremos un día muy ajetreado! Y antes de irse pregunté: ¿Por qué Dana? Sonriendo dijo: ¡Tu nombre es Diana, el de guerra Lily, pero Dana es más exótico y sensual, además llevas el pelo del color y forma que Lana Turner! Mientras apoyaba la mejilla en la almohada dije: ¡Me gusta!
Volví a mi habitación, Brandon y Nigel me esperaban tomando champan, me desvestí metiéndome una ducha rápida, y me vestí de nuevo, fuimos al casino del Excélsior, nuestra entrada en los locales nunca pasaba inadvertida, éramos atractivos y jóvenes muy vitales, jugamos un rato, bebimos más champan, entonces tocaron mi hombro y al girarme me encontré con un joven conocido de nombre Manuel Pertegaz, era de Teruel (España) pero ahora vivía y trabajaba en Barcelona, le presenté a mis amigos y se unió a nosotros en ese momento notamos un flash, nos habían tomado una foto a los cuatro. Manuel dijo que también estaba en nuestro hotel, pero unos pisos más abajo, habían venido con unos amigos a descansar un poco, bastante más tarde nos retiramos a descansar.
Nuestras habitaciones se comunicaban y tras una ducha refrescante me encontré a Brandon y Nigel desnudos sobre mi cama con el cabello mojado, me tumbé sobre ellos besando sus bocas alternativamente, nuestras manos no estaban quietas nos acariciábamos los tres encendiéndonos, tras chuparnos las vergas Brandon me penetró como sólo él sabía hacerlo y Nigel lo penetró a él, yo tumbado boca arriba, Brandon de rodillas frente a mí clavándome su polla y de pie detrás de él Nigel empujando su verga en mi amigo, Nigel giró la cara de Brandon apretando su mano en la garganta y besándolo con intensidad, el placer traspasó el cuerpo de Brandon soltando su semen con un fuerte empujón en mi culo, mientras Nigel estallaba dentro de Brandon, ellos continuaban empujando sus pollas y la mía comenzó a salpicar todo mi cuerpo hasta la barbilla. Nigel sacó la suya del culo de Brandon y se iba a tumbar junto a mí, pero mi amigo le dijo: ¡Cómo hijo, cómo hermano, cómo amigo y cómo amante nuestro, tienes que pasar la prueba definitiva! Tomándole la mano lo puso de rodillas delante de él mirándome a mí a horcajadas, cogí mi verga entrando dentro de su prieto culo, suspiró y gimió con fuerza, su ano se dilataba, las manos de Brandon acariciaban su espalda mientras la besaba con cariño, entonces sacó su verga de mi culo inclinó el cuerpo de Nigel sobre mi pecho y comenzó a penetrarlo con mi verga dentro de Nigel, le puse los dedos dentro de la boca y los chupó de forma ardiente, su respiración era muy agitada, mi otra mano acarició las cicatrices de la batalla, yo notaba su verga antes flácida aumentar casi al instante, nos mirábamos los ojos encendidos de pasión, su boca chupaba mis dedos y Brandon de un empujón se clavó dentro de él, ahora solamente él podía llevar el ritmo.
Nigel comenzó a besar mi boca con desesperación, su mano apretaba mi garganta, yo alcé mi brazo sujetando la garganta de Brandon que estaba inclinado sobre la espalda de Nigel y Brandon apretaba la garganta de éste mientras el roce de su polla con la mía nos encendía la sangre y soltando nuestro semen llenando el culo del joven, mientras su verga mojaba mi vientre con su semen, al poco sacamos las vergas de su culo y le obligué a que se colocara de igual forma sobre mi cara y comencé a lamerle el ano degustando el semen de ambos, que se escapaba con las palpitaciones, finalmente el ano quedó prieto de nuevo, mientras Brandon había lamido todo el semen derramado por Nigel y el mío lamiéndome después la verga, yo la de Nigel y él a Brandon, finalmente nos dejamos caer en la cama exhaustos, pero felices…
Continuará.