Bastards 4ª parte

Brandon sacó su verga del culo de Daniel y acercándose a mi cara me golpeó con ella varias veces los labios enterrándola después en mi boca, yo chupé y chupé obteniendo mi preciado premio

BASTARDS 4ª PARTE

En el álbum unos ajados recortes de periódicos, en ellos se veían las fotos de la matanza en la cervecería-hostal, en el gran salón de banquetes hombres y jóvenes semidesnudos acribillados, desparramados por todo el lugar, en otra dos jóvenes vestidos con ropa íntima femenina, echados sobre un grueso coronel también acribillados y la última, Manfred tumbado boca arriba con un joven entre sus piernas con el cuerpo atravesado de disparos, Manfred un solo agujero en medio de la frente, como si de un tercer ojo se tratara. Los artículos indicaban que los asesinatos habían sido causados por elementos comunistas y anarquistas, causando la ruptura de negociaciones con la Unión Soviética.


Casi un mes más tarde llegó un gran sobre a casa de los Weiss con mi nombre, dentro se encontraban varios periódicos  alemanes enviados por Otto, junto a otro sobre menor lacrado y con letra de Manfred, además una carta manuscrita de mi amigo alemán que decía haber recibido en el schloss (castillo) de sus padres la carta de Manfred, mencionaba de pasada que nuestros amigos comunes habían marchado a sus destinos igual que él, lo habían destinado a una zona cercana a su país, terminaba reiterando su amistad y me retaba a ganarle en la sopa de letras que había dibujado debajo, era un juego que nos habíamos inventado para contarnos algo sin levantar sospechas. Estuve un rato mirando la sopa de letras y por fin lo encontré, era el lugar donde estaba destinado. Se encontraba en Suecia y la ciudad era Malmö, una zona costera y muy cercana a Dinamarca.

Con dedos temblorosos abrí el otro sobre lacrado de Manfred, salió una llave bastante extraña y una nota:

Queridísimo Noel, te entrego ésta llave como muestra del amor que he sentido por ti, recuerdas del viaje que queríamos hacer a un país cercano y el nombre del Banco, que te había recomendado para inversiones, allí encontrarás algo hermoso, que espero que aceptes de todo corazón. Los últimos días nos seguían constantemente y temiendo lo peor os aparté de mi lado, mi familia está bien provista y los envié fuera del país, están en América a salvo. Fuiste mi ángel, me abriste a nuevas sensaciones, te echaré de menos y siento no poder despedirme de otra forma ¡Te quiero y sé feliz!

Un mes más tarde junto a Albert Weiss visitamos Ginebra en Suiza, allí entramos en un gran Banco y después de mostrar mi identidad me llevaron a una cámara acorazada, el encargado con su llave y la mía pudimos abrir la mencionada caja de Manfred. En el reservado levanté la tapa y había unas bolsitas de gamuza atadas, las fui abriendo una a una y en ellas, se encontraban llenas de diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros azules, topacios y amatistas,  todas de singular belleza, tamaños y colores variados, era una inmensa fortuna, casi al fondo una cajita de terciopelo con un anillo en su interior, de plata muy simple, un sello con una N en el centro me lo puse en el dedo meñique y quedó perfectamente ajustado, era discreto pero muy elegante, la mano de Albert me acarició la nuca y lloré enterrando mi cara sobre su pecho, cuando me repuse guardamos todo de igual forma, menos el anillo y entregamos la caja cerrada, la guardaron de nuevo y hablamos con el director, que confirmó que los gastos estaban cubiertos por 50 años, nos despedimos y salimos al exterior, me faltaba aire.

En el hotel escribí una misiva para Otto y más tarde la envié por correo, le aseguraba que los echaba de menos y estaban en mi corazón, le recordé sobre el amuleto, al día siguiente regresábamos a Inglaterra. Allí reanudamos el entrenamiento con más intensidad. Devlin seguía con Ariel, Albert Weiss con Bernard, mientras yo estaba fuera Phil y Sayed se divertían entre ellos, yo tuve varios encuentros con Aarón nuestro profesor.

Aarón me hacía preguntas sobre lo que pasaba en Alemania y después de hablar largo rato me penetraba con rotundidad, su verga siempre me dejaba con ganas de más, su boca nunca se cansaba de saborear la mía y mi verga siempre estallaba dentro de su boca, después de llenarme el culo con la suya, pero mi ardor sexual me pedía guerra y me acostaba con otros chicos, del grupo de huérfanos había un lindo joven con pelo muy oscuro con ondulaciones, ojos oscuros y nariz un poco respingona, su cuerpo era alto y bastante delgado su nombre es Brandon algunas veces nuestras miradas se habían cruzado, su intensa mirada me seguía a distancia, me observaba, entonces decidí acercarme a él y le hablé en alemán, él respondió de igual modo, cambié de idioma y probé el francés y él respondió de forma correcta, sin acento extranjero, él cambio al italiano y después al español, sonreí felicitándole por su buena pronunciación, lentamente levantó su mano dejando la palma apoyada en mi pecho sobre el corazón y nuestros ojos se miraban fijamente, puse la mía sobre su pecho y su corazón palpitaba tan desbocado como el mío.

Fuimos a los lavabos del patio y entramos en un reservado, su mano apretó mi verga sobre los pantalones, con suma rapidez me los bajó agachándose frente a mí, su boca tomó mi polla que se endurecía por momentos ¡Oh Dios, que boca! Esa boca me succionaba hasta el cerebro, mis manos sobre su cabello apretaban la cabeza acompasando la mamada, su cara enrojecía y notaba con la punta, su campanilla sus manos sobre la parte superior de mis piernas acariciaban mis ingles, apretando esa parte contra su golosa boca, la lengua volteaba mi verga como si fuera un cucurucho y no aguanté más estallando dentro de su boca, cuando más honda estaba clavada mi polla, casi se ahoga al notar las sacudidas de mi semen tocando su garganta, siguió chupando más lentamente saboreando mi verga.

Brandon se levantó, su poderosa verga estaba dura fuera del pantalón, me agaché delante de él y entonces le di la vuelta al cuerpo dejándolo mirando la pared, mi boca buscó su precioso agujero y mi lengua comenzó a lamerlo, él gemía, pero entre susurros dijo: ¡Yo no… nunca! Y entendí su preocupación, pero mi boca continuaba sorbiendo su ano, tan sabroso y que se abría lentamente, con sus piernas separadas me di la vuelta sentándome sobre su pantalón y apoyando mi espalda contra la pared, mi boca saboreaba sus huevos mojándolos de saliva y después su dura verga, mi mano derecha forzaba su polla hacia abajo de tal forma que se clavaba dentro de mi boca y rozando mi paladar, ahora sus dedos forzaban su polla hacia abajo y mis dedos se dedicaban a hurgar en su trasero, mi boca chupaba con intensidad y mis dedos entraban suavemente y casi al notarlos dentro de su culo explotó soltando su semen dentro de mi boca salpicando mi paladar, fui degustando su semen mientras seguía soltando más semen, debía llevar tiempo sin correrse y eso me halagó sobremanera, dejé su polla limpia y me levanté sus manos tomaron mi cara y me besó de una forma casi brutal, como si fuera una recompensa para él, mi lengua entró en su boca y fui deleitándome con la suya incitándole a entrar en mi boca, notaba las palpitaciones de su corazón pegado a mí, al separar nuestros labios suspiró poniendo su palma sobre mi corazón, nos arreglamos la ropa y salimos de allí.

Pasaron tres largas clases y al terminar esperé junto a la puerta del aula y cuando Brandon apareció tomé su mano y tirando de él lo llevé a nuestra famosa buhardilla, lo fui desnudando con impaciencia mientras lo besaba, después me desnudé yo, nos tumbamos sobre los colchones y desnudos nos abrazamos, notaba su verga endurecida sobre la mía, yo tumbado sobre el colchón y él encima de mí frotaba insistentemente su verga contra la mía, fui separando mis piernas y levantando mi trasero tomé su polla dirigiéndola, de un solo empujón la clavó dentro de mí, notando sus sacudidas se estaba corriendo en el momento de penetrarme, sollozó enterrando su cara junto a la mía diciendo ¡Tenía tantas ganas…! Yo le susurré: ¡No pasa nada, tranquilo, todo está bien! Con mis caricias se fue tranquilizando, su verga se aflojó saliendo de mi culo, Brandon hizo el gesto de bajarse para chupar mi verga pero se lo impedí abrazándolo con fuerza, giré ambos cuerpos dejándolo debajo del mío, ahora le estoy devorando la boca y gime de gusto.

Mis manos acarician los costados de su cuerpo, al llegar a las tetillas mis dedos toman las suyas por un lado y por el otro las mías, aprieto un poco los pezones y ambos gemimos, mi boca   busca la suya y me ataca con fiereza, mis manos se ponen sobre sus delgados hombros y van acariciando sus brazos que voy separando de su cuerpo llevándolos hacia la cabecera, mi verga estaba dura entre sus muslos, mis manos sujetan las muñecas y mirándole a los ojos susurro: ¡Te voy a follar, de tal forma que me pedirás que repita una y otra vez! ¡Te exprimiré todo el semen que tienes dentro para mi deleite y yo te llenaré con el mío! ¡Te devoraré la boca, te morderé el cuello, te comeré la oreja, te haré sufrir de placer y dolor, finalmente te marcaré para toda tu vida! Mientras soltaba esas frases mi verga se apretaba entre sus muslos y mi cuerpo apretado frotándose al suyo provocaron una nueva erección de Brandon y continué diciendo: ¡Te abriré el culo como una tajada de sandía y estará bien dispuesto para que lo saboreé con mi polla! Esta afirmación provocó que su verga palpitara entre nuestros cuerpos.

Levanté mi cuerpo y quedándome de rodillas tomé su verga y me fui sentando sobre ella, el joven quedó tan sorprendido que solamente podía gemir de placer mientras yo me levantaba y me deslizaba hacia abajo de nuevo follándome con su polla, la mía trotaba sobre su plano vientre al mismo ritmo que yo, separé mis nalgas mientras aceleraba el ritmo y me clavé bien honda su verga, entonces gimiendo, mi polla comenzó a escupir semen sobre su cuerpo y Brandon soltaba de nuevo el suyo dentro de mi culo, que yo apretaba mientras me corría, me levanté de nuevo clavándome otra vez y él terminó soltando sus últimas gotas de semen, sus manos acariciaban mi pecho y vientre mientras suspiraba, cogió mi polla limpiándola con su mano, después fue recogiendo mi semen de su cuerpo llevándose los dedos a la boca.

Me levanté de su verga y me puse entre sus piernas levantándolas junto a su trasero y enterrando mi boca en su apretado agujero comencé a lamerlo con fuerza y lujuria, le mordía alrededor del mismo, poco a poco empezó a contraerse, mis dedos separaron sus nalgas dejando más espacio para mi lengua, me encantaba morderle el ano, Brandon se contorsionaba, sus manos acariciaban mi cabello mientras apretaba mi cabeza para que siguiera chupándolo, escupí saliva y continué lamiéndolo, cuando estuvo bastante preparado, hice que Brandon se diera la vuelta colocándose de rodillas delante de mí, su espalda pegada a mi cuerpo giré su cara y lo besé susurrándole: ¡Cuando estés preparado te follaré, pero tendrás que pedírmelo! Mi boca atacó nuevamente la suya nuestras lenguas se buscaban saboreándose, mis manos acariciaban sus tetillas bajando hacia abajo, su verga estaba dura de nuevo, la mía frotándose entre la raja del culo, de vez en cuando notaba su lindo agujero, pero no lo penetraba. Bajé su torso, la cara contra el colchón, tomé mi polla y dirigiéndola con la mano la frotaba constantemente sobre su ano, éste se abría y cerraba, acerqué el capullo y fui forzando la entrada, me retiré de nuevo, continué jugando frotándolo con más intensidad, entraba un poco y salía de nuevo, Brandon con voz entrecortada susurró: ¡Hazme tuyo, quiero ser tuyo aunque me revientes! Levanté de nuevo su cuerpo y mientras lo besaba lo fui penetrando lentamente, de sus ojos rodaban algunas lágrimas de dolor, pero su boca seguía devorando la mía y mi polla continuaba entrando abriéndose paso, de vez en cuando provocaba una palpitación de la misma y los dos gemíamos.

Dejé que su cabeza volviera a apoyarse sobre el colchón y sujetando sus caderas comencé a penetrarlo con rotundidad, con cada embestida sus quejidos eran de dolor y placer, los míos tan intensos de puro gozo, su ano aprisionaba mi verga, pero estaba más dilatado, le di la vuelta quedando boca arriba y separándole las piernas continué penetrándole mientras mis manos acariciaban su cuerpo y su verga, pasé mis brazos por debajo de los suyos pasándolos por la espalda y mis manos sobre sus hombros, ahora empujaba su cuerpo contra el mío provocando que él mismo se clavara aún más mi polla, mi boca mordía la suya y le besaba con fiereza, nuestros gemidos estaban en nuestros labios y nuestros corazones latían de forma vertiginosa, ya no podía resistir más, me había retenido varias veces para darle más placer y estallé dentro de su ano, mis sacudidas lo llenaron de semen y su verga comenzó a soltar el suyo entre nuestros cuerpos, mientras se retorcía con espasmos de placer.

Momentos después estaba acunando a Brandon entre mis brazos como a un bebé, él sollozaba y yo lo besaba amorosamente, levantó su cara mirándome mientras se enjugaba los ojos y dijo: ¡He descubierto a mi sol y pronto lo perderé! Entonces yo intrigado dije: ¿De qué estás hablando? Brandon bajó su mirada añadiendo: ¡Tengo una especie de anemia, por eso no puedo seguir el ritmo de la instrucción como vosotros, me canso con rapidez, la comida apenas la retengo, por mucho que coma la echo después, algunas noches estoy empapado en sudor y antes que lo preguntes, dicen que no saben la solución, es como una anemia vírica! Estiré mi brazo tomando mi pantalón, metí mi mano en el bolsillo y saqué el amuleto que iba destinado a Manfred y siempre lo llevaba conmigo, se lo coloqué por la cabeza ajustando el cordón y le aseguré que le traería suerte, abrazándolo de nuevo noté que su corazón latía más uniforme, girando su cara lo besé.

Cada día teníamos sexo y aprendía con rapidez, me hacía gozar cada vez que me penetraba, se desvivía por darme todo el placer posible y yo lo compensaba amándole de igual forma, con mis profundas penetraciones mirándole la cara extasiada, consciente de mis sentimientos por él. Por otro lado había conseguido por Aarón su expediente médico y se lo mostré a Albert Weiss, que hizo algunas llamadas, había en Canadá un hospital en el que dependía de cada caso, hacían transfusiones de toda la sangre sustituyéndola por la de un donante, pero todo estaba en fase experimental. Llamé a Maureen a Escocia, pregunté si podíamos pasar el verano con ella y además le conté la extraña enfermedad de Brandon.

Cuando llegó el verano nos fuimos a Escocia, sino habían novedades estaríamos los tres meses de verano, fui a presentar mis respetos a mi padre Lord Cavendish, se alegró de verme en tan buen estado y casi un hombre, mi cabello antes tan nórdico casi blanco se había tornado algo más pajizo, presenté a Brandon y nos dio permiso para encontrarnos con mi hermanastro pequeño, Daniel. Él me recordaba de todos los veranos cuando salíamos a corretear por los prados y valles, sus primeros intentos de montar un caballo, que ahora era un jinete extraordinario, al verme saltó del caballo tirándose sobre mí abrazándome con fuerza, ambos rodamos sobre el césped riéndonos como niños, luego le presenté a Brandon, Daniel algo más tarde preguntó: ¿Estáis juntos? Yo asentí diciendo: ¿Por qué lo preguntas? Sonriendo añadió: ¡Parecía algo celoso cuando nos revolcábamos! Yo respondí: ¿Y tú, no tienes celos de él? Sonrió de forma socarrona y dijo: ¡La verdad, es que sí, porque tendré que compartirte con él! Acaricié su cabello negro azabache y dije: ¡Lo pasaremos bien los tres, eso siempre que no venga tu hermano Robert! Entonces con una mueca añadió: ¡A Robert, que le den, se ha vuelto un estirado y muy remilgado! Le dije: ¡No será para tanto! Y nos reímos de nuevo, Dan era un polvorilla, no paraba nunca, tenía mucha energía, mi padre dijo que le recordaba a mí cuando tenía su edad.

Maureen desde el primer día, que le hizo un reconocimiento a Brandon, se encargaba con un cuidado especial en su comida, también le daba unas infusiones, nada agradable al olfato, pero pocos días después el color volvía a las mejillas de Brandon, le enseñamos a montar a caballo, el primer día le dolían las piernas y el trasero, pero el aire fresco y la compañía lo hacían soportar todo, por la noche lo acunaba besándonos, no podíamos tener sexo al menos en una o dos semanas y nos conformábamos acariciando nuestras vergas, pero sin terminar. Una tarde estábamos los tres bañándonos en el riachuelo cercano y Brandon me susurró: ¡Sabes que a Dan le gustas mucho, tal vez puedas satisfacerte junto a él, te idolatra! Yo respondí: ¡Por qué siempre estaba jugando con él y su hermano pasaba de unirse a nosotros! Cuando Dan salió del agua se tumbó a mi lado, me percaté que su mirada valoraba mi cuerpo en su totalidad y su entrepierna comenzó a hincharse dentro del bañador, se dio la vuelta colocándose boca abajo, para ocultar su erección, mirándole dije: ¿Te pasa algo? Dan se sonrojó respondiendo: ¡Con el sol me he puesto algo cachondo! Como si fuera lo más normal dije: ¡Nosotros nos ponemos cachondos constantemente y nos saciamos mutuamente, pero por ahora estamos a dieta! Incorporó su cuerpo sentándose y mirando a Brandon, que estaba a mí otro lado soltó: ¡Lastima, hacéis muy buena pareja! ¡Me gustaría ver como os besáis! Yo removí su negro pelo contestando: ¡Chico descarado!

Giré mi cara a Brandon y comencé a besarlo suavemente mientras mis manos le acariciaban el pecho, noté el movimiento de Daniel, que se ubicó junto a nuestros pies de rodillas mirándonos, sus manos se posaron sobre nuestros bañadores acariciando nuestras vergas que estaban duras, bajó la parte delantera de mi bañador sacando mi verga y huevos por encima, hizo lo mismo con Brandon, se mojó ambas manos con saliva y comenzó a masturbarnos con insistencia, los dos jadeábamos de placer mientras nuestras bocas luchaban entre sí incrementando más, el placer de ser masturbados al mismo tiempo y sin poder remediarlo terminamos los dos soltando nuestro semen sobre nuestros cuerpos y entre las manos de Daniel, siguió masturbándonos un rato más. Incliné mi cuerpo sobre el de Brandon sorbiendo su semen y mi mano fue recogiendo el mío llevándomelo a los labios, nos besamos de nuevo.

Tiré del brazo de Daniel poniéndolo entre nuestros cuerpos de rodillas y cerca de nuestras caras, le bajé el bañador sacando su gruesa verga y comencé a chuparla con ahínco, al poco Brandon hizo lo mismo, nos íbamos turnando chupando esa hermosa y juvenil verga mientras acariciábamos sus huevos, mi mano derecha se deslizó en su trasero rozando su ano frotándolo, notaba el palpitar del mismo, sus gemidos eran profundos y no aguantó más y terminó mojándonos las caras con su semen, que fui lamiendo y también su polla, entonces para nuestra sorpresa se estiró en medio de ambos buscando nuestras bocas, metiendo su lengua dentro y saboreando su propio semen, sus tiernos labios inexpertos nos reconfortaban. Nos metimos en el riachuelo y nos lavamos.

Le contamos a Maureen lo ocurrido y que no habíamos sido capaces de parar a Daniel en su masturbación, ella no le dio importancia y puso la cena en la mesa, Brandon cada día parecía más fortalecido y cogía algo más de peso, ya no estaba tan delgado, entonces en el destartalado coche nos llevaba a Edimburgo, en un hospital le hacían transfusiones con mi sangre, eso dos veces a la semana. Brandon ya no vomitaba la comida e incluso se cansaba algo menos cuando cabalgábamos o nadábamos. Dormíamos en la buhardilla sobre los colchones de las habitaciones, a veces también se quedaba Daniel, le gustaba vernos haciendo el amor, se metía por medio buscando nuestras bocas y nuestras caricias.

Una de esas noches calurosas, cubríamos nuestros cuerpos con una sábana liviana y dormíamos juntos, el día fue agotador, cabalgar durante horas, más tarde jugar con una pelota a futbol y después nadar, un poco de juego sexual sin terminar de exhaustos que estábamos. Como siempre yo dormía desnudo, a mi izquierda Brandon y a la derecha Daniel, mi sábana se había deslizado hasta mi cintura, y el frescor nocturno me endurecía los pezones, por consiguiente mi verga fue creciendo en mi duermevela, la sábana continuó descendiendo quedando por debajo de mis rodillas, sobre mi verga notaba un ligero aliento que jadeaba de forma entrecortada, separé un poco mis pestañas mirando hacia abajo, Daniel con las rodillas separadas al lado de mis caderas, su torso agachado sobre el mío olía mi verga y huevos, mientras una de sus manos se masturbaba de forma muy lenta, la otra metía sus dedos en su culo abriéndolo y follándose, nunca lo habíamos penetrado, moví ligeramente mi cuerpo separándome un poco de Brandon, Dan esperó un rato más y se arrodilló a horcajadas sobre mí sujetándome la polla llevándola a su ano, su juvenil cuerpo fue descendiendo mientras mi gruesa y larga verga entraba dentro de él, debía dolerle bastante, se mordía el labio inferior y le resbalaba unas lágrimas de los ojos, mi mano acarició la mano de Brandon, que fue despertando lentamente y vio al joven llorando mientras él mismo se traspasaba con mi polla.

Nadie hablaba solamente mirábamos sus movimientos y el dolor que su rostro demostraba, levantó un poco su cuerpo sacando parte de mi verga y respirando profundamente descendió de un golpe seco clavándose mi polla en toda su extensión y grosor, se quedó quieto mientras lloraba más, su verga se había aflojado, Dan había cerrado los ojos y Brandon se quitó el calzoncillo, acercó su boca a la mía besándome, Dan nos encontró besándonos al abrir los ojos de nuevo y mi verga palpitó varias veces dentro de su culo, su verga antes flácida fue recobrando su esplendor y su cuerpo comenzó a trotar como encima de su caballo, sus jadeos de placer eran intensos. Brandon se acuclilló sobre mi cara ofreciéndome su culo, que yo siempre tan goloso fui chupando con fuerza separándole las nalgas mientras su verga crecía con intensidad, cuando estuvo dilatado se colocó tumbado sobre mi cuerpo y sujetando la verga de Daniel la fue entrando dentro de su culo, las manos juveniles sujetaban las caderas de Brandon y besaba su espalda mientras yo lo penetraba y él a Brandon, mis empujones los hacían gemir a ambos y Daniel estalló terminando dentro del culo de mi amado Brandon, y yo reventé en el culo de Daniel llenándolo con mi semen mientras gemía, Brandon movió su cuerpo pegado todavía con el de Daniel y levantando mis piernas se clavó en mi culo y los dos sujetaban mis piernas abriéndolas y empujando al mismo tiempo y Brandon derramó su semen dentro de mí, dejaron caer sus cuerpos sobre el mío, nuestras bocas se saborearon con avidez.

Mis manos acariciaban ambos cuerpos y la lengua de Daniel insistía con ferocidad la lucha con la mía, su verga empezaba a crecer de nuevo frotándose contra mí pierna, Brandon notó esos movimientos y puso su mano entre las nalgas del jovencito acariciando con sus dedos su recién estrenado ano, entonces mi hermanito se ubicó entre mis piernas, yo las separé y colocando la almohada debajo levanté mi trasero ofreciéndoselo, Brandon de costado mirando al joven le animaba diciendo: ¡Venga pártele el culo, reviéntalo con un solo golpe! Eso encendía la verga juvenil y la clavó de un solo golpe, yo gemí de gozo y comenzó a follarme con furia, sus manos acariciaban mi cuerpo y mi verga. Brandon se puso detrás de él agachado lamiéndole el ano siguiendo sus movimientos y de repente enterró su verga dentro del culo de Daniel mientras que sus manos separaban las deliciosas nalgas del joven y éste ronroneaba de placer moviendo su cintura adelante y atrás follándome y follándose, el placer que sentía siendo penetrado por él provocó que simplemente apretando ligeramente mi verga eyaculara con intensidad mojando mi cuerpo apretando mi ano provoqué que Daniel derramara su semen dentro de mí.

Brandon sacó su verga del culo de Daniel y acercándose a mi cara me golpeó con ella varias veces los labios enterrándola después en mi boca, yo chupé y chupé obteniendo mi preciado premio, su semen que fui tragando lentamente mientras seguía chupando su verga, Daniel chupaba la mía y mi semen sobre mi cuerpo, después de saborearnos los tres nos tumbamos y satisfechos nos dormimos. Por la mañana mientras desayunábamos con Maureen llamaron por teléfono, ella estuvo hablando largo rato y luego me pasó el auricular, era Albert Weiss, me daba instrucciones al respecto de ciertas cosas que se tenían que hacer en la granja de Maureen, ése mismo día partimos al pueblo contratando a bastante gente y se levantaron unos grandes establos en la finca, además unas casas cercanas a ellos, días más tarde llegaron camiones con forraje y en tren llegaron ganado, tanto vacuno, ovejas, gallinas, conejos, mulos y caballos. Cuando estuvo todo listo se ofreció trabajo a los desocupados del pueblo y otros colindantes, se iba a montar unas granjas de cría y campos para forraje, era una previsión de Albert por si había guerra y se hacía en mi nombre. Entonces me enteré de una discusión entre mi padre Lord Cavendish y Albert Weiss, éste último quería adoptarme legalmente y darme su apellido, de aquí que tuvieran esa discusión, como mi verdadero padre no creía necesario darme su apellido teniendo dos herederos, terminó ganando Weiss, pero como segundo apellido Cavendish, así pasé a llamarme Noel Weiss-Cavendish O`Sullivan.

Nuestras vacaciones llegaban a su final, solamente dos meses y medio, pero los cuidados de Maureen, mi sangre y mi amor Brandon se había recuperado casi del todo. Y dos días antes de partir apareció Robert, con su blanco uniforme, acompañado por otro militar compañero de nuestra misma edad, nos pillaron jugando a futbol, bastante sucios de polvo y sudor, Robert parecía no acordarse de mí, hacía mucho que no coincidíamos, mucho más tarde bañados y aseados nos encontramos con ellos en la mansión, sentados en el sofá hablando con nuestro padre, al entrar Robert apenas sonrió, pero sus ojos me dieron un repaso de arriba abajo con algo de sorpresa, nos presentó a su compañero, ambos ya eran alférez de fragata, se llamaba Peter Cunningham y yo presenté a Brandon de “B”, más tarde me preguntaron si era de hijo de los magnates en diamantes de Beers, yo sonreí añadiendo: ¡Más o menos! No aclaré lo de la “B” de Bastards.

Pronto me di cuenta de la afinidad entre ambos compañeros, Peter miraba arrobado a Robert, que tenía una gran seguridad en sí mismo, a media tarde se bañaban en el riachuelo donde íbamos nosotros, se habían cambiado de ropa y viéndose solos se besaban acariciando sus cuerpos dentro del agua. Peter cruzó sus brazos alrededor de la nuca de Robert y sus piernas también alrededor de las caderas de éste, Robert sujetando su verga lo penetró, Peter gimió, mi hermano mayor se acercó con su carga a la orilla apoyando la espalda del joven y con lentos movimientos continuó penetrándolo mientras sus bocas se buscaban con frenesí, ambos jadeaban y pronto Robert gimió de forma profunda, señal inequívoca de terminar soltando su corrida en el culo de su amante, nosotros tres los mirábamos a cierta distancia para no molestarlos. Cuando Robert sacó su verga del culo de Peter subió el cuerpo de éste sobre la yerba y comenzó a chuparle la hermosa verga minutos después un largo suspiro auguraba el fin de Peter llenándole la boca a Robert de semen.

Cuando se separaron bañándose de nuevo aparecimos nosotros, como si acabáramos de llegar, nos desnudamos y entramos los tres en el agua, Peter no me quitaba el ojo de encima mientras bromeaba con los chicos, casi sin darme cuenta Robert me levantaba sobre el agua dejándome caer de nuevo como antaño, me apartó un poco del grupo y me dijo al oído: ¡Noel, estás estupendo, nunca te habría reconocido! Sonreí y le dije cerca de su oreja: ¡Muy buena mamada! Añadiendo: ¿Sigues teniendo problemas? Riéndose respondió: ¡Solo tú sabes cómo retardar mi final! Dije: ¡Peter está muy enamorado de ti! ¿Aún no te ha  penetrado? Robert muy serio dijo: ¡No quiere hacerme daño! Yo solté una carcajada añadiendo: ¡Crees que yo, no te haría daño, tal vez te dejaría el culo dolorido por un tiempo! En susurros respondió: ¡No me importaría! Mi mano levantó su cara y continué: ¿Quieres sufrir conmigo y no con tu amado o te gustaría más ver cómo me lo follo de forma brutal? ¡Recuerda que soy un bastardo y dicen que no tengo sentimientos! Robert tragó saliva me miró a los ojos diciendo: ¡Si sientes algún rencor házmelo pagar a mí, Peter no tiene culpa de nada!

Entonces saliendo del agua dije: ¡Chicos nos vamos a las caballerizas! Y todos salieron del agua incluido Robert, después de vestirnos fuimos a los establos, hice que subieran a la parte superior, una vez allí les obligué a desnudarse de nuevo y yo hice lo mismo, entonces tomé una silla de montar colocándola sobre el potro de madera que se usaba para lustrarlas, mientras en italiano le dije a Brandon que sujetaran con cuerdas a Peter, las manos por detrás y también los tobillos, eso comenzaron haciendo y yo empujé a Robert sobre la silla de montar, tomé sus brazos y los até fuertes hacia atrás y sus tobillos a cada pata del trípode, en italiano dije que fueran excitando a Peter, éste al estar inmovilizado no podía hacer nada por evitarlo, pero los besos y caricias que le daban lo iban excitando cada vez más y más.

Yo levantaba la cabeza de Robert para que mirara a su amado Peter excitado, la verga de Robert hacia abajo contra sus huevos se frotaban sobre la suave silla de montar, me puse detrás de él, escupí en la raja del trasero y paseé mi saliva sobre su ano metiendo mis dedos dentro de él, Robert se quejaba de dolor y miraba como Peter agachado era forzado ligeramente a chupar las pollas de Brandon y Daniel, su cara era de placer, entonces tirando de las cuerdas de sus muñecas  le susurré a Robert: ¿Quieres seguir  o paramos ahora? Él con la voz entrecortada dijo: ¡Haz lo que tienes que hacer! Hable de nuevo en italiano y casi arrastrando apartaron a Peter fuera del campo visual de Robert, le soltaron las cuerdas y cogiendo su mano, le obligué a penetrar con sus dedos el ano de su amigo Robert y hablándole al oído se colocó detrás de éste y sujetando su polla la enterró de un solo golpe en el culo de Robert, que soltó un grito de dolor, yo me puse frente a él enterrando mi verga en su boca mientras le obligaba a chuparla, miré la silla de montar y allí resbalaba su semen después de su primera penetración.

Peter primero quieto pero ahora golpeaba con fuerza las nalgas de su amado con su pelvis, la penetración era contundente mientras Robert me chupaba la verga, le fui desatando las muñecas y Brandon junto a Daniel los tobillos, pero él continuaba con la misma posición, Peter resollaba de gusto y gimiendo derramó su semen dentro del culo amado mientras acariciaba esa esplendida espalda, sacó su verga del culo y se apartó dirigiéndose a Brandon y Daniel continuó con la labor antes interrumpida chupando ambas vergas provocando que se corrieran dentro de su boca, pero mientras él chupaba las vergas yo puse a Robert sobre la silla de montar boca arriba besando su boca, le susurré: ¡Ahora no terminarás tan pronto! Levanté sus piernas y enterré mi polla de un empujón, le cayó unas lágrimas por el lateral de los ojos, yo era consciente del dolor, mi verga más gruesa y larga que la de Peter, coloqué sus piernas alrededor de mis caderas haciendo que me golpeara las nalgas con los talones mientras yo lo penetraba, mis manos sujetaban sus caderas y subían acariciando su pecho escultural, nuestros ojos no se apartaban mirándonos con intensidad, ambos sudábamos bastante, su mano iba a coger su polla, pero se lo impedí tomando ambas manos las levé sobre mi pectoral impidiendo que se masturbara mientras yo empujaba con más fuerza, Robert gemía, gemía de tal forma que mirándome a los ojos supe que su final llegaría pronto y aceleré mis embistes, me puse sus dedos dentro de mi boca y ambos estallamos al mismo tiempo, mi polla palpitaba soltando trallazos de semen dentro de su culo y su verga golpeando su plano vientre expulsaba el suyo llegándole hasta la cara de la fuerte intensidad de la corrida.

Lo ayudé a incorporarse y nos besamos con intensidad me dijo al oído: ¡Sabía que no me defraudarías! Yo respondí: ¡Aunque termines pronto, tu polla se recupera con rapidez y la segunda corrida es mucho más intensa que la primera y si terminas pronto al follar, no la saques continua dentro que volverá a endurecerse y si te follan mastúrbate lentamente hasta llegar casi al punto y la dejas, luego puedes continuar. Nos vestimos de nuevo y Peter dijo en voz alta: ¡Me habría gustado probar esa magnífica polla tuya clavada dentro de mi culo! Sonriendo dije: ¡Todo llegará! Ésa noche hice tres amuletos y por la mañana se los fui entregando a Robert, Daniel y Peter, horas más tarde volvíamos a Londres en tren…

Continuará.