Bastards 11ª parte

Mirando a Otto dije sonriendo: ¡A tu edad, te has vuelto un asaltacunas! Y los tres reímos entonces le conté mi encuentro con Nigel en el campo de batalla y todo lo que había sucedido desde ése instante incluido el sexo que disfrutamos

BASTARDS 11ª PARTE

La II Guerra Mundial continuaba, cada vez las batallas e incursiones más feroces por ambas partes, habíamos dejado Portugal, nuestras jóvenes amigas causaban sensación en Barcelona de la mano de los grandes modistos de la época, allí estaban a salvo, los padres de Dana y Joao se encargaban de la casa de Sintra, que finalmente había comprado, lo que todos ignoraban era que la había puesto a nombre de Dana y Joao.

Dana después de hablar con las chicas dijo, que no se casarían por tener otra nacionalidad, lo agradecían de corazón, pero seguirían el camino marcado por mí, Nigel y Joao estaban en la finca de Niza ocultados por Miguel, el republicano español, allí de momento estaban a salvo.

En París del 18 al 25 de Agosto de 1944, hubo rebelión popular haciendo barricadas retrasando a los alemanes en su objetivo de la destrucción de la ciudad, finalmente fue liberada y lentamente toda Francia, lo mismo que el resto de países ocupados por los nazis, había destrucción por todas partes, cuando Francia fue liberada me encontré con Josephine (Baker) y me comentó que había un montón de niños y niñas huérfanos, sin familia para cuidarles además de la hambruna de una postguerra, no se puede alimentar los niños a base de chocolatinas y goma de mascar, hablé con algunas autoridades, finalmente me alquilaron en las afueras de París un palacete bastante grande y tras adecentarlo por dentro, los pequeños sin familia fueron acogidos allí, mujeres que habían perdido algún hijo se encargaban de los huérfanos, un ala era para los más pequeños y otra para los que podían andar, algunas de esas mujeres hacían de enfermeras y médicos, bajo la supervisión de un médico jubilado.

Por supuesto que después del encuentro con el mariscal Horst y Jimmy tuvimos algún encuentro más, nos interesaba sus documentos y Nigel le confundía haciéndose pasar por un espía de los nazis, señalando que un posible desembarco podría ser en Calais, antes de separarnos de Nigel y Joao, pidieron llevar el anagrama bajo el tobillo, querían ser aceptados por nuestro grupo y realmente se lo merecían, nuestro querido Jasón, que había disfrutado de ambos cuerpos le encantó tatuarlos, pero como siempre tenían apellidos, así Nigel tuvo su marca con “VB” de Von Bremer y Joao la “S” de Souza. Dana y las chicas estaban ahora en París aclamadas por todos, aparecían en todas las revistas y eran reconocidas en casi todos los sitios, pero Dana me dijo, que le gustaría enseñar a más chicas para los desfiles y entonces con mi ayuda abrió una agencia de modelos, pero quería que yo lo supervisara antes de decidir si las aceptaban, por eso busqué a un joven fotógrafo para que les hiciera fotos para saber si eran fotogénicas y así comenzó la Agencia Dana Models, las que pasaban la criba pasaban meses en una casa alquilada sometidas a un estricto ritmo de enseñanza, como yo había hecho con ellas y pronto ya no me necesitaban.

Al terminar la guerra fui con Brandon a Alemania, estaba muy  destruida, pero el “schloss” de Otto y sus padres continuaba en pie, pero de él hacía tiempo que no recibía noticias ni nuestras sopas de letras, sin embargo la casa familiar de Nigel estaba destruida por completo, unas ciudades, que habían tenido tanto esplendor eran ruinas al igual que la capital Berlín, mi alma se acongojaba ante tanto destrozo, lugares tan conocidos habían caído en los bombardeos era un gran desastre. Iríamos a visitar a Isabel la española republicana casada con el camarero Jean Pierre estaban en Skagen (Dinamarca) un pueblo tan al norte que parecía tocarse con Suecia, pero antes volvimos a ver el castillo familiar de Otto, encontré la llave enterrada, que habíamos usado para vaciarlo y entramos de forma sigilosa temiendo hacer mucho ruido, pero el interior vacío y en desuso parecía fantasmagórico, Brandon seguía mis pasos y recorrimos la planta baja y fuimos subiendo por los distintas plantas, no había nadie ni mensaje alguno, cuando íbamos a salir recordé la buhardilla y subimos allí.

Sobre un ajado colchón un joven con el pecho descubierto y otro dándonos la espalda agachado limpiando la sangre de una herida del tumbado en el lateral del vientre, el suelo crujió y el joven agachado se dio la vuelta, era Otto, al reconocerme suspiró de alivio, nos acercamos hasta ellos, mi amigo alemán hizo un movimiento negativo con la cabeza, dando a entender, que su compañero estaba grave, miré al herido, dos agujeros cerca uno del otro en la misma zona, Otto dijo mientras secaba la sangre, que unos alemanes confundiéndolos en su retirada les habían disparado y su amigo cayó bajo la ráfaga tras empujarle para que no le alcanzaran a él, nadie vino en su ayuda, le había salvado la vida y el joven estaba a punto de morir, estaba realmente acongojado por ello. Aparté con cariño a Otto y me puse al lado del joven herido mirando los dos agujeros, le dije, que trajera más agua y algo parecido al alcohol, se fue en busca de lo solicitado, cogí mi billetero y hablando con el herido dije que le dolería, que mordiera fuerte, se lo puse entre los dientes, Brandon me entregó su navaja plegable, quemé la hoja y escupí después sobre ella limpiándola con mi camisa, hurgué en las dos heridas, Brandon sujetaba al joven para que no se moviera, tocaba las balas, no estaban muy adentro, yo hablaba conmigo mismo y Brandon sacó de su bota un kit de cubiertos militares, una cuchara, tenedor y cuchillo, que quedaba juntos uno sobre el otro, lo tomé y usando la parte de la cuchara la metí en el agujero, costaba bastante pero saqué la bala y poco después la otra, el joven se había desmayado del dolor.

Llegó Otto y al verlo se pensaba que estaba muerto, pero mostré las balas, entonces fue Brandon que fue a nuestro coche, en la parte trasera del castillo, a buscar nuestro botiquín, Otto limpiaba la sangre reseca del joven, lo hacía de tal manera denotando una intensa ternura, parecía estar enamorado del joven y se lo dije, preguntándole al instante: ¿Fue por salvarte la vida? Otto me miró a los ojos respondiendo: ¡No, me gustó nada más verle, más tarde me fui enamorando, pero él no lo sabe! Continuó hablando, mientras Brandon y yo vendábamos al joven herido, el chico se llama Ruark, es de un pueblecito pequeño, ayuda a sus padres en el campo y tiene 19 años, venía muy ufano por los discursos del líder alemán, pero ante las duras batallas su confianza se fue desvaneciendo, pero no su valor y frescura, que me servía como un bálsamo, nos hicimos amigos y me contaba toda su corta vida, yo le contaba algunas anécdotas mías, pero obviando las sexuales, le gustaba oír todo y preguntaba muchas cosas, ya que él no había salido nunca del pueblo, en ése aspecto era virgen, todo en él denotaba pureza y sin apenas darme cuenta me robó el corazón.

Mirando a Otto dije sonriendo: ¡A tu edad, te has vuelto un asaltacunas! Y los tres reímos entonces le conté mi encuentro con Nigel en el campo de batalla y todo lo que había sucedido desde ése instante incluido el sexo que disfrutamos, Otto puso la mano en su entrepierna colocándose bien la verga pidiéndome, que parara de contárselo, pero al poco insistía que continuara, tanto Brandon como yo nos poníamos cachondos recordándolo y se notaban nuestros abultados pantalones, Otto miraba el cuerpo del herido estirando su mano la paseaba sobre la entrepierna del joven sin tocarlo, yo puse mi mano sobre la suya bajándola sobre ése lugar tan apetecible, mientras le decía: ¡En otro tiempo ya lo habrías devorado! Sus manos abrieron el pantalón bajándolos ligeramente, el calzoncillo del joven marcaba muy abultado, le deslizó la prenda hacía abajo dejando ver una bonita y gruesa verga bastante erguida.

Brandon besaba mi cuello mientras sus cálidas manos abrían mi camisa y su boca fue deslizándose hacía mis tetillas cogiéndolas, yo gemí mientras besaba su cabello, Otto se estiró en sentido opuesto al joven herido y su mano cogió la verga, la miró, la olió y su boca comenzó a chupar el capullo rosado, su otra mano abrió su pantalón mientras acariciaba su propia verga, Ruark gimió, la boca de Otto subía y bajaba lentamente, una suave voz dijo: ¡Otto, Otto, pon la tuya en mi boca, por favor! Otto miró al joven y bajándose las prendas hasta los tobillos se arrodilló entre su cabeza ofreciéndole su polla, que el herido capturó con prontitud con su boca mientras Otto continuaba chupando la del herido Ruark, gemían con sus bocas ocupadas, yo chupaba la verga de mi querido Brandon mientras acariciaba sus huevos llenos y rotundos, él gemía mientras acariciaba mi espalda, ya me había quitado la camisa y ahora su mano se deslizaba hacía mi trasero buscando mi agujero, sus dedos entraban dentro forzándolo, su otra mano apretaba mi verga mientras me masturbaba con lentitud, los cuatro gemíamos.

Finalmente Brandon soltó su semen en mi boca, que yo deglutí con ansia, al instante él chupaba mi polla metiendo sus dedos en mi ano y tardé poco en estallar en su boca llenándola con mi semen, luego nos besamos con cariño. Ruark el joven herido terminó soltando su semen en la boca de Otto y éste en la ansiosa boca de Ruark, poco después Otto se acercó a la cabeza del herido y besó sus labios con ternura, pasado un buen rato Otto se cambió de ropa y ayudamos a Ruark a cambiarse la suya, subimos a nuestro coche, un modelo algo viejo pero con un potente motor, con alguna modificación y partimos con rapidez, faltaba poco para cruzar la frontera con Dinamarca, paré el coche, bajaron entre Brandon y yo levantamos todo el gran asiento trasero, subió Otto tumbando su cuerpo boca arriba luego ayudamos a Ruark, que se puso sobre Otto boca abajo juntando sus bocas, bajamos el asiento colocando unas cuñas, para la respiración de ambos y les rogamos silencio hasta nueva orden y continuamos, al llegar a la frontera Brandon y yo bajamos, revisaron el coche, enseñamos nuestros pasaportes ingleses y pasamos sin más dificultad un kilómetro más adelante les ayudamos a salir, no parecían conscientes del riesgo que habíamos corrido todos, porque seguían besándose y sus pantalones denotaban unas buenas erecciones, Brandon se puso frente a ellos y sus manos fueron a las entrepiernas de los dos apretándolas con suavidad mientras decía: ¡Se nota que las dificultades os pone cachondos! ¡Merecéis un castigo!

Yo tumbé a Ruark sobre el asiento y bajando sus pantalones me zampé de un golpe su verga tocándome hasta la campanilla, él gimió, dejaba resbalar mi saliva sobre sus huevos mientras los acariciaba mojando mis dedos que buscaron su ano frotándolo con intensidad, mi boca hacía estragos en él gemía cada vez más, a nuestro lado de pie estaba Otto y frente a él Brandon chupándole la polla tirando de sus huevos hacia abajo, Otto se mordía los labios para no gemir fuerte, pero soltaba sonidos guturales de placer, mis dedos hacían su trabajo abriéndose paso en el prieto agujero de Ruark entrando lentamente, le dolía pero lentamente comenzó a gemir de gusto abriéndose como una flor en primavera, le saqué los pantalones dejándole desnudo la parte inferior de su cuerpo, tendí mi mano a Otto atrayéndolo hacía mi lugar, sujetando su verga la fue clavando en el ansiado culo de Ruark, que gimió, levantó la mirada viendo a su amigo Otto atravesarlo con su ariete de forma continuada. Abrí la puerta del otro lado apoyando mis manos en los asientos ofreciendo mi culo a mi amado Brandon, que rápidamente me penetró de forma contundente, como siempre gocé con su penetración, tenía ante mis ojos al joven herido gimiendo mientras era penetrado por Otto, Ruark giró la cara un poco viendo mi dura verga cercana a él la cogió con sus tímidos labios y fue chupándola cada vez con más ansia, Otto inclinado sobre su amigo me daba la boca saboreándola y los labios de Brandon en mi nuca me causaban enorme placer, todos gemíamos y separando mi boca de Otto chupé la verga de Ruark mis labios apretaban tan hermosa polla mientras ésta temblaba dentro con placer, al poco rato soltó su semen llenando mi boca y yo llené la suya con mi semen, finalmente Otto y Brandon casi estallaron al mismo tiempo en nuestros culos llenándolos con su espeso líquido seminal, Ruark mirándome dijo: ¡Si hubiera tenido las balas dentro de mi cuerpo, con tu mamada habrías conseguido sacarlas por la punta de mi polla! Todos reímos su chanza mientras le revolvía su corto cabello castaño claro.

Nos arreglamos la ropa ayudando a Ruark y continuamos el camino con el coche, paramos a comer un poco y a media tarde llegábamos a Skagen, preguntando encontramos la casa de Isabel y Jean Pierre, ahora sus nombres traducidos al danés son Isabella y Johan Peter, ambos nos recibieron de forma efusiva, pero la joven refugiada republicana española me miraba con aire adusto, yo me dirigía a ella como siempre de forma natural pero ella parecía distante, después de comer algo Johan Peter nos enseñó con orgullo a dos querubines dormidos en una de las habitaciones, dormían abrazados, uno con el cabello rubio ceniza, el otro con cabello oscuro casi negro, los dejamos durmiendo, al salir del cuarto Isabella me miró a la cara con intensidad y dijo: ¡El mayor se llama Peer, es el de pelo ceniza y tiene 5 años, al año siguiente llegó Marcel, el moreno! Y en un susurro añadió: ¡Peer, es hijo tuyo, Jean Pierre lo sabe y se casó conmigo reconociéndolo como suyo! Nos reunimos con el resto y alrededor de la mesa charlamos de todo lo ocurrido los últimos años. Mi cabeza daba vueltas alrededor de la noticia de tener un hijo, pensé en la lejanía de 5 años atrás, yo había tenido relaciones con ella y su primo Miguel, también se había añadido Jean Pierre cuando trabajaba de camarero en el hotel, sí de eso hacía ya 5 años largos. Les ofrecieron al herido Ruark un cuarto pequeño, Otto dijo que dormiría sobre la alfombra para vigilar al herido, Brandon y yo dormiríamos en la buhardilla, sobre unos grandes colchones. Al día siguiente nos presentaron oficialmente a los niños y jugamos con ellos mientras un anciano doctor visitaba a Ruark, dijo que todo estaba bien solo necesitaba reposar para que la herida cicatrizara. Brandon me acompañó al centro del pueblo y después de pasar por el Banco nos dirigimos a un Notario, allí redacté una carta adjuntándola con un talón bancario y unas acciones de una compañía de diamantes junto con otras de una fábrica de coches, todo debía ser entregado un mes después.

Brandon no dijo nada en todo el tiempo, pero viéndome tan pensativo dijo: ¿Es tuyo, el mayor? Yo asentí con la cabeza mientras por mi mejilla resbalaba una lágrima, me la besó con ternura y luego en broma dijo: ¡Lástima que no pueda quedarme embarazado de ti, me gustaría tener un hijo como tú o mejor una mezcla de nosotros dos! Y soltamos los dos una carcajada, no podía imaginarme a Brandon embarazado, como no fuera a base de cervezas y continuamos con las chanzas hasta llegar de nuevo a la granja. Quince días después Otto y Ruark viajaban en un bote pesquero a Suecia, con una cartera de piel, que ponía “Valija Diplomática” tenían que entregarla a una sola persona, él tenía la copia de la llave del maletín.


Estoy muy nervioso por volver a Suecia, antes era neutral, pero al terminar la guerra, no sabía lo que iba a ocurrir, a mi lado está Ruark confiado y feliz después de recuperarse, estaba a mi lado, lo miraba, estaba relajado pendiente de todo, para él eran como unas vacaciones, cuando bajamos del pesquero en el puerto había un gran coche esperándonos, nos llevó a un lujoso hotel, allí teníamos una suite reservada a nuestro nombre, después de firmar el libro de entradas me entregaron una carta, no la abrí hasta llegar a nuestra esplendida habitación, Ruark soltó un sonoro silbido ante tanto esplendor, abrí primero la nota era de Noel, me aseguraba, que no seríamos apresados por ser alemanes, que todos los gastos estaban cubiertos por él, nos deseaba lo mejor para ambos y que pensáramos en él de vez en cuando, sonreí, Ruark me vio, se acercó a mí besándome el cuello, miró la nota diciendo: ¡Noel, piensa en todo, parecemos sus marionetas! Yo respondí: ¡Él te curó la herida, nos unió de alguna forma y seguimos con vida gracias a él! ¿Te parece que somos sus marionetas? Ruark se quedó pensativo respondiendo: ¡Realmente no había pensado en ello tanto! La carta estaba lacrada y venía de palacio, con el sello real, teníamos cita con el soberano 2 días después a media mañana, entonces Ruark dijo: ¡Noel es un mago! Entonces le recordé su último comentario y se disculpó mirando al cielo, apenas llevábamos ropa y al pasar de nuevo por recepción me entregaron un abultado sobre, que lo tenían que entregar en la suite, dentro había billetes del país para nuestros gastos más superfluos, una nota para ir a vestirnos de forma correcta para la recepción.

Fuimos a una sastrería diciendo nuestros nombres, nos atendieron de una forma exquisita, todo lo entregarían en el hotel, excepto la ropa que llevábamos puesta, al ir a pagar la cuenta no quisieron cobrarnos diciendo, que todo quedaba cubierto por Noel Weiss, bien elegantes fuimos a comer a un selecto restaurante, teníamos reserva a nuestros nombres, Ruark decía: ¿Otto, como puede ser que Noel, estando tan lejos, pueda casi notar su presencia a nuestro lado? Entonces yo respondí: ¡La guerra es muy cruel, cuando estaba deprimido siempre pensaba en Noel y parecía que hablaba en mi oído susurrándome, siempre lo he considerado como un ángel de la guarda, por eso le quiero tanto! Añadí: ¡Sabes que nos enviábamos unas cartas en plena guerra y nadie descifró nunca nada incorrecto, en ellas había ideado un juego de sopa de palabras, que solamente él y yo conocíamos, así nos comunicábamos los dos, sacó a mis padres de Alemania, poniéndoles a salvo, cuando nuestros amigos nazis embargaron el schloss de mi familia, hubo un rápido robo de la totalidad de su contenido y Noel me informó de todo ello! Ruark de forma inocente preguntó: ¿Y dónde está todo? Me encogí de hombros diciendo: ¡Realmente lo ignoro, pero juraría que Noel sabe algo! Al ir a pagar la cuenta también estaba saldada, volvimos al hotel.

En la suite nos desnudamos, le dije a Ruark que me iba a duchar, él asintió, entré en la bañera me apetecía notar el frio del agua resbalar sobre mi piel, cerrando mis ojos pensaba en Noel, mentalmente decía: ¡Noel eres un cabrón, me llevas por la nariz como una res al matadero, pero siempre confío en ti, sabes que te echo de menos! La cortina del baño se abrió apareciendo Ruark entrando en la bañera, me miró diciendo: ¡Tengo celos de tus pensamientos! Su mirada reposaba sobre mi polla, que estaba bien dura, yo a modo de disculpa dije: ¡Pensaba en Noel! Mi compañero respondió: ¡No me extraña que se te haya puesto dura, menuda polla tiene Noel! ¡Casi me ahoga al correrse dentro de mi boca! Entonces le dije: ¿Sabes porque no te ha penetrado? ¡Por qué sí lo hace, terminas soltando el semen de todo el mes y además sin tocarte, hace maravillas con ella! Ruark acercándose a mí añadió: ¡Me basta con la tuya, te deseo y te quiero!

Abracé al joven, acercando su cuerpo al mío bajo el chorro de agua fría, su cuerpo tembló ligeramente, había soltado un leve gritito al contacto del agua, pero su boca buscaba la mía de forma desesperada y nos fundimos en uno solo, me gustaba el sabor de su boca, tan tersa, tan limpia, tan inocente, su dura verga se apretaba junto a la mía, mientras nuestras manos acariciaban nuestras espaldas, nuestras bocas se unían una y otra vez saboreando su interior, deslicé mi boca en el lateral de su cuello y gimió, se dio la vuelta quedando su espalda pegada a mi pecho, crucé mis brazos sobre los suyos, acariciando su pecho, una mano bajó tocando su dureza, me gustaba notarla en mi mano, él tomó mi verga colocándola entre sus muslos apretándolos, el roce me causaba placer, pegando mi boca a su oído dije: ¡Ruark cariño, te llevo casi 10 años, dentro de algunos más, te enamorarás de alguien más joven, es lo más normal, pero ahora es nuestro momento y como diría Noel, tenemos que vivirlo de forma muy intensa! Giró su cara mirándome a los ojos, lloraba, por él, por mí, por los dos, lo besé y cerré el grifo, nos secamos mutuamente en silencio y nos tendimos en la inmensa cama.

Ruark rodó poniéndose sobre mi cuerpo y mientras sujetaba mis muñecas levantó su cara diciendo: ¡Otto, me gustaría que siempre estuviéramos así! Yo dije: ¡Como Noel y Brandon, se quieren, disfrutan ellos y también con los que se unen a ellos! Su boca descendió sobre la mía silenciándome, su lengua entraba en mi boca paseándose por el interior de la mía saboreándome sus manos continuaban sujetando mis muñecas, me encantaba notar su dureza sobre mí y también el afán de posesión, que demostraba su amor, ahora su boca lamía mi cuello, me hacía gemir, su boca continuaba descendiendo muy lentamente, sus labios se apoderaron de mi tetilla, chupándola con ganas, el vello del cuerpo se me erizó de placer, era la primera vez que Ruark tomaba la iniciativa, sus labios bajaron sobre mi ligero vello en el pecho tirando de ellos, me hacía cosquillas, su boca fue bajando metiendo su lengua en mi ombligo y después lamía el tronco de mi verga, sus labios la aprisionaba dándome mayor placer. Sus manos me dieron la vuelta lentamente dejándome boca abajo, hizo que mi trasero estuviera levantado de tal forma que casi estaba de rodillas, mientras mi cabeza reposaba en la almohada, sus manos separaban mis nalgas y su boca besaba mi ano, estiró su mano tomando la mía la puso sobre la parte trasera de su cabeza.

Yo apretaba su cabeza contra mi culo, su lengua forzaba mi entrada, la sensación de su lengua abriéndose paso, me agradaba mucho y mi ano palpitaba de deseo, dejó de lamerme el culo mientras pasaba sus brazos bajo mis axilas apoyando sus manos en mis hombros, su pecho apoyado sobre mi espalda y lentamente hizo levantar mi cuerpo pegado al suyo, su verga cercana a mi ano comenzó a penetrarme, los dos de rodillas, entonces apretó sus manos en mis hombros obligándome a bajarme sobre su verga clavándomela hasta el fondo, su boca besaba mi cuello, en el mismo instante que su polla entraba noté que se corría, llenándome el culo de semen, mi corazón latía de forma acelerada, poniendo la palma de mi mano sobre mi verga descargué mi semen entre ella y mi cuerpo, gimiendo como un segundo antes hiciera Ruark, éste lloraba en silencio, pero notaba la sacudida de su pecho en el silencioso lloriqueo, le dije de forma cariñosa: ¿No eres feliz? Él con la voz acongojada respondió: ¡Sí, pero no pude contenerme al penetrarte, no te he dado placer! Entonces girando mi cara busqué su boca besándole, al separar nuestros labios le mostré mi mano llena de semen, besé sus ojos, tomé sus manos poniéndolas sobre mi pecho, sus dedos rozaban mis tetillas, que se iban endureciendo, notó mi respiración más agitada, miró hacia mi verga y vio que comenzaba a levantarse de nuevo, casi de inmediato noté en mi culo, que la suya iba creciendo de forma rotunda, levanté mi trasero clavándome de nuevo su polla, sus manos acariciaban la totalidad de mi pecho y lentamente me fue recostando en la cama de lado y mi cuerpo medio girado a él, su verga palpitaba en mi culo entonces comenzó a penetrarme muy lentamente hasta casi sacarla, clavándola de golpe, con cada empujón yo gemía, mi mano atrajo su boca sobre la mía y mientras me taladraba el culo nos besábamos con pasión, yo quería que durara eternamente, era la primera vez que me penetraba y quería que yo disfrutara al igual que él, ahora aceleraba el ritmo y a punto de correrse de nuevo me masturbé salpicando nuestras manos con mi semen mientras apretaba el esfínter dándole más placer y volvió a llenarme con su semen, nuestras bocas no dejaban de saborearse.

Cuando separamos nuestros cuerpos mirándole a los ojos dije: ¡Ruark, la primera vez que Noel me folló le ocurrió lo mismo, pese a su experiencia, pero dijo que de esta manera mi ano quedaba bien lubricado para continuar follando, lo mismo que hemos hecho nosotros, Noel es un maestro, su poderosa verga te llega hasta el alma llenándote de felicidad y placer! Ruark añadió: ¿Por qué no me ha follado, puesto que lo hace con todo el mundo? Yo mirándole respondí: ¡Porque sabe lo que siento por ti y no quería entrometerse entre nosotros dos, también me advirtió, que con el tiempo tú volverías a tu vida anterior y nos separaríamos, yo le dije que no me importaba, quería vivir cada momento presente contigo!

Después de limpiarnos dormimos plácidamente, por la mañana durante el desayuno nos entregaron una carta muy orlada, era de La Casa del Rey, en su interior una tarjeta escrita a mano, que nos citaban a media mañana para una audiencia privada con el monarca sueco, un coche oficial pasaría a recogernos, nos duchamos con nerviosismo y nos pusimos la ropa que habíamos comprado por orden de Noel para la visita Real, un elegante vehículo nos recogió en el hotel llevándonos al Palacio Real, yo estaba nervioso, pero Ruark lo estaba más, sujetaba mi mano apretándola sin apenas darse cuenta, al llegar cruzamos diversos salones a cual más imponente, nos hicieron esperar un momento y de inmediato nos hicieron pasar al gabinete Real, sentado en su escritorio se encontraba el monarca Gustavo V, Rey de Suecia, éste había hecho pactos con los alemanes considerándose neutral y después con los aliados dando paso a los convoys humanitarios.

El monarca con las manos apoyadas sobre la mesa nos miraba avanzar hasta cerca de su mesa, inclinamos nuestras cabezas en señal de su poder, nos señaló las sillas de enfrente, sobre la mesa tenía la valija diplomática ya abierta, sus ojos agrisados nos miraban a los dos, con su voz algo suave preguntó: ¿Saben lo que llevaba la valija diplomática, su contenido? Tanto Ruark como yo respondimos: ¡No, Majestad! Entonces el rey soltó una carcajada diciendo: ¡Propio de Noel, me utiliza a mí de mensajero! Y volvió a reír mientras me tendía un gran sobre y otro igual a Ruark. Yo con nerviosismo abrí mi sobre y había una misiva de Noel, que decía:

Querido Otto, no te disgustes conmigo, te entrego las propiedades que ya pertenecían a vuestra familia, son legales y ahora te pertenecen, están libres de cargas durante 60 años, todo el contenido te será devuelto cuando tú lo indiques, están bajo nuestra custodia. Te quiero hermano. Noel Weiss

Me resbalaban lágrimas por las mejillas, abrí la carpeta y encontré unas acciones de varias compañías, de coches, de acero y de diamantes, otra nota con la dirección de mis padres en Berna (Suiza), me limpié la cara y miré al rey a los ojos, estaba tan emocionado como yo, miré a mi lado y Ruark lloraba en silencio, me levanté poniéndome detrás de su silla mirando la misiva que continuaba en su temblorosa mano, allí la pulcra letra de Noel decía:

Querido Ruark, lo siento, lo siento de todo corazón, vuestra granja familiar fue arrasada durante el retroceso alemán junto a las más cercanas, los ocupantes que se resistieron fueron también masacrados, no he encontrado indicios de vida sobre tú familia y lo lamento de nuevo. Sabes que te quiero mucho, como a un hermano. Noel Weiss.

Al lado había unas escrituras de las tierras compradas de nuevo a nombre de Ruark, con los gastos pagados los próximos 70 años y acciones iguales a las mías de varias compañías. Acaricié su cara besando su cabello, sin darme cuenta de la presencia real. El Rey Gustavo carraspeó y levantamos la mirada, nos tendió una carta a cada uno con muchos sellos, al final su firma y sello real, en ellas comunicaba que habíamos trabajado conjuntamente con los Servicios secretos suecos e ingleses conjuntamente con “Los Bastards”, informando de movimientos militares alemanes. El rey añadió: ¡Esto es una precaución por si hubiera algún juicio contra vosotros por la guerra! De la cartera extrajo una tarjeta muy familiar para mí, era de Noel, las dichosas sopas de letras, el monarca me dijo si podía ayudarle a resolverlo, tanto Ruark como yo nos pusimos cada uno a un lado de su sillón mirando la tarjeta, yo le indicaba las palabras que él marcaba y los tres estuvimos un buen rato en ello, incluso Ruark parecía algo más animado cuando encontraba una, Gustavo las fue apuntando en una hoja y finalmente las pude reubicar y podía leerse:

Querido Gustaf, mi rey, os agradezco vuestra ayuda una vez más, siento no poder veros de nuevo en éste instante, pero no tardaré en hacer una visita a vuestra majestad. Os quiero de corazón, vuestro: Noel Weiss.

Ahora el monarca se enjugó los ojos, metió su mano en el maletín sacando dos anillos plateados, eran dos sellos con el anagrama de Los Bastards, nos entregó uno a cada uno, nos quedamos mirándolos anonadados mientras el rey decía: ¡Sí, Noel es el jefe de Los Bastards, él me lo había confesado hace mucho tiempo! Metió de nuevo las dos manos arrugadas en el maletín sacando dos lingotes de oro bastante pesados dejándolos sobre la mesa uno a cada lado frente a nosotros y dijo: ¡La primera vez que vi a Noel, yo pasaba una mala época y él supo ayudarme, al tiempo que me alivió entregándose a mí, le regalé tres lingotes como estos y me ha devuelto dos, en su carta me dice que tal vez ahora haya gente que lo necesite después de la guerra! Continuó añadiendo: ¡Creo, que vosotros daréis buena cuenta de estos presentes, pero antes me gustaría veros besándoos, para revivir lo que era el amor!

Ruark me miró y acercándome a él lo abracé mientras nuestras bocas se unían saboreándose de nuevo, mi verga se levantaba de nuevo y la de él ya se notaba dura, el rey se incorporó para marcharse pero nuestras manos lo acercaron a nosotros y ambos lo besamos, yo notaba sus lágrimas mojando mi cara, poco rato después se separó dándonos las gracias diciendo: ¡Poner los lingotes de nuevo en el maletín con los papeles y le devolvéis el maletín con esto a Noel de mi parte! Y metió dentro un  estuche, entregándonos la llave del mismo, casi al instante se retiró dejándonos solos, guardamos los documentos y los lingotes cerrando la valija diplomática de nuevo, guardé la llave, salimos del despacho y un hombre nos acompañó a la salida, el mismo coche nos devolvió al hotel y dos días más tarde nos encontrábamos con Noel y Brandon en casa de Isabella y Johan Peter en el norte de Dinamarca.

Les explicamos todo lo ocurrido ante el monarca sueco, Noel abrió el estuche, dentro había una especie de collar en forma de media luna con una cadena para la parte trasera, en la delantera el escudo real del Rey dentro una nota rezaba: Noel es una copia del heredado de mis antepasados, no es cómodo de llevar, solamente en grandes ocasiones de gala, pero éste es un recuerdo para ti, yo te llevo en el corazón. Tuyo. Gustaf V. R.

Noel se lo probó al cuello, realmente parecía una luna cuarto menguante, era impactante, lo guardó y abrazó a Ruark por su perdida familiar, Noel estaba convencido de no volver a vernos tras el viaje a Suecia, al día siguiente regresábamos a nuestra destruida Alemania, esa noche nos acostamos todos en la buhardilla.


Vi que Ruark hablaba con Otto y Brandon antes de tumbarnos en la buhardilla para dormir un poco, pero ante la inminente partida de nuestros amigos a su patria casi destruida, no creo que durmamos mucho. Comencé a desabrochar mi camisa cuando Ruark se puso frente a mí, sus dedos apartaron los míos desabrochándome él la camisa, miró mis ojos diciendo: ¡Me gustaría pertenecerte, aunque solo sea por una noche! Miré por encima de su hombro, Brandon y Otto sonreían mirándome, mientras se acariciaban mutuamente, entendí, dejé que Ruark continuara desnudándome, después de la camisa abrió mi pantalón, lo fui desnudando la parte superior del cuerpo, mi mano descendió sobre su entrepierna del pantalón, allí froté mi mano sobre su verga y a continuación cerré mi mano abarcándola en su totalidad, él soltó un leve gritito y junté mis labios a los suyos, mi lengua entraba dentro de su boca saboreándola, su polla crecía dentro de mi apretada mano, su boca gemía dentro de la mía, solté su entrepierna metiendo mi mano dentro de su pantalón sobando su ya dura verga, sus manos apretaban mis tetillas, di un tirón a sus pantalones al tiempo que le deba la vuela al cuerpo, Ruark se quedó derecho y yo me agaché con su trasero delante de mí, mi boca buscó su agujero, él empezó a decir: ¡No esperaba…Ajjj, Ajjj! Sus palabras cesaron para dar paso a su gemido gutural, mis manos apartaban sus nalgas mientras mi lengua lo abría como si fuera una granada madura, sus gemidos aumentaban, continué agachado dándole de nuevo la vuelta, su verga trotaba frente a mi cara, en su glande goteaba un poco de placer, mis manos apretaron sus nalgas mientras mi boca engullía su polla, tan dulce y sabrosa como la miel en primavera, mi verga dentro del pantalón necesitaba salir al exterior.

A nuestro lado Brandon y Otto desnudos se chupaban las vergas uno al otro tumbados en un lado del camastro, me levanté y dejé que Ruark me continuara desnudando, él también se quitó el resto de su ropa, me empujó de forma cariñosa sobre la cama boca arriba, quedando pis piernas fuera de la cama apoyando los pies en el suelo, él se arrodilló entre mis piernas y sus manos sujetaron mi gruesa y larga verga, sus labios se depositaron en ella recorriendo toda su largura mientras su lengua la intentaba rodear, que placer me producía, unos escalofríos me recorrían por la verga y mi espalda anticipándose al placer, Otto le había enseñado bien, intentaba meter mi verga en su boca pero apenas entraba la mitad, pero el placer me llegó con su insistencia y llené su boca con semen, entonces me levantó la piernas dejando mi culo frente a él y enterró su boca en mi ano llenándolo con mi propio semen mientras su lengua se abría paso dilatándome, minutos después se incorporó y sujetando su polla me la clavó de un certero golpe enterrándola completamente dentro de mí, gemí, fue inesperado, pero con dos empujones llenó mi culo con su semen, Ruark gemía mientras me llenaba el culo sujetando con fuerza mis caderas contra él, inclinó su cuerpo adelante buscando mi boca fundiéndonos en un beso de lo más apasionado, movía sus caderas y notaba como su polla crecía de nuevo en mi ano, sin separar su boca de la mía me fue penetrando con fuerza, en ése momento una mano agarró el cabello de Ruark obligando a levantar su cabeza, entonces Otto se agachó sobre mi cara dejándome su ano sobre mi boca mientras obligaba a su amante a chuparle la polla, mis manos apartaban sus cachetes metiéndole mi lengua en su culo, por otro lado noté la rigidez de la verga de Ruark en mi interior, sus movimientos estaban ahora guiados por otra persona, mi querido Brandon le había atravesado con su polla y llevaba el ritmo, yo lo notaba.

La boca glotona de Ruark, hizo que Otto se la llenara de semen mientras gemía, al instante el jovencito Ruark estalló de nuevo dentro de mí culo mientras se incorporaba, ahora mi verga a punto de estallar fue cogida por Otto con su boca, con varias mamadas estallé llenándosela con mi corrida, y Brandon gimiendo terminó saciándose dentro del culo de Ruark, finalmente caímos sobre la cama amontonados los cuatro besándonos unos a otros, primero Otto y Ruark después me abrazaron susurrándome: ¡Gracias por todo! Al jovencito le dije: ¡Aun no he terminado contigo! Y tirando de Otto lo puse encima de mí, él se puso de rodillas sobre mi pelvis sus manos sujetaron mi verga poniéndola contra su trasero, que él movía frotando mi verga poniéndose dura de nuevo, entonces levantó su culo mientras sujetaba mi verga y fue deslizando su cuerpo hacia abajo enterrando mi verga dentro de él, su mano apretaba mi verga con fuerza y gimiendo su culo quedó empalado por mi polla. Con sus manos apoyadas hacia atrás sobre mis muslos levantaba y dejaba caer su culo autofollándose en mi verga, que respondía muy gustosa  a ése placer, Ruark se inclinó a chuparle la polla a su amigo, pero Otto le apartó la cara de forma cariñosa.

Brandon se puso detrás de Otto inclinó su cuerpo adelante y sujetando su propia verga comenzó a meterla dentro del culo  de Otto, éste gruñía y gemía al mismo tiempo, finalmente su culo estaba ocupado por dos grandes vergas, la mía y la de Brandon que lo penetraba con fuerza frotando su verga contra la mía en el apretado ano de Otto, a nuestro lado Ruark estaba con cara de alucinado viendo esas dos pollas entrar y salir del culo de su amado Otto, mis ojos se posaron en su verga que estaba palpitando sobre su vientre una y otra vez, eso me encendía más, de repente noté el semen de Brandon mojando mi verga y llenándole el culo a nuestro amigo, poco después sacó su verga y Otto se levantó.

Ruark estaba como hipnotizado con mi verga que saltaba palpitando sobre mi plano vientre, se acercó a mí y volteé su cuerpo poniéndolo frente a mí debajo de mi cuerpo, mis dedos acariciaban sus tetillas mi boca lamía su axila tirando de sus pelillos con mis labios, mientras él gemía separé sus piernas y mi verga comenzó a entrar su culo tan prieto para mi verga provocó, que apenas había entrado mi capullo, me corriera dentro de él soltando mi semen, pero continué entrando, ahora mi semen lubricaba su ano, él gemía y se quejaba discretamente, pero lentamente fue entrando hasta el final quedando bien alojada, mi boca ocupó el lugar de mis dedos en sus tetillas y mis manos sujetaron sus muñecas separando sus brazos sobre su cabeza, con delicadeza fui saliendo y entrando, cada vez un poco más, Ruark movía la cabeza de lado a lado gimiendo, su polla saltaba en su vientre, mis movimientos cada vez se aceleraban un poco más al punto de sacar mi verga en su totalidad, clavándome de nuevo mientras los dos gemíamos, mis movimientos de pelvis y caderas, le estaban llevando al frenesí, ahora lo penetré de un solo golpe mientras mi lengua saboreaba la suya y el joven Ruark estalló de placer salpicando nuestros cuerpos con tal cantidad de semen, que parecía no haberse corrido en semanas, al hacerlo apretó su esfínter provocándome un placer intenso y me vacié dentro de él llenándole con mi jugo vital, nuestras bocas se peleaban por saborearse frenéticamente, su respiración era muy acelerada. Me tendí a su lado paseando mi mano sobre su pecho esparciendo su semen, después lamia mis dedos mirándole a los ojos.

A nuestro lado de costado Otto penetraba a Brandon, mientras le embestía con su polla le masturbaba, sus bocas se saboreaban lentamente, Otto aceleró su mano y su pelvis y finalmente ambos terminaron soltando su semen, Otto en el culo de Brandon y éste sobre la mano del alemán.

Estaba amaneciendo, nos juntamos los cuatro acariciándonos y deseándonos lo mejor para todos, nos duchamos y nos vestimos, bajamos a desayunar con Isabella y Johan Peter, más tarde nos despedimos de ellos después de abrazar a los niños, subimos a nuestro coche y al llegar a un pueblo en la frontera con Alemania, Otto y Ruark bajaron, les indiqué unos camiones que estaban parados en un descampado, nuestros amigos se despidieron con lágrimas en los ojos subieron al primer camión, que conducía Jasón y desaparecieron de nuestra vista, nosotros cambiamos de dirección tomando la ruta hacia París.

Mentalmente les deseé buena suerte.

Continuará.