Bastards 10ª parte

Mi cabeza subía y bajaba mamando esa verga tan gustosa, tan de macho, mi mano acariciaba sus huevos y los dedos entraron dentro de su ano, cuando redujo la velocidad

BASTARDS 10ª PARTE

Me siento muy mayor mirando esas antiguas fotos, mis nietos a mi alrededor no paran de preguntar sobre ellas, realmente no son mis nietos, son mis bisnietos, tan guapos y parecidos a mí en todo, de mis nietos los trillizos, uno falleció cuando un coche subió la acera cuando paseaba son su íntimo amigo y sus hermanos en Barcelona, estos son hijos de Christopher, mi otro nieto tuvo un niño y una niña, se parecen a su madre anglo-india son más tranquilos, pero todos son muy hermosos. Aparece una foto de nosotros cuatro junto a las chicas en la finca de Sintra, pese a la guerra éramos tan atractivos todos.


Al día siguiente Nigel se acercó y me susurró su encuentro con el militar alemán, explicándome su afición a ser esclavo sumiso, le encantaba ser azotado y humillado, dijo que se había fijado en mí, según él mi hermano mayor Noel, que le gustaría tener un encuentro los tres, es mariscal se llama Horst Wiessel. Terminamos de desayunar, Brandon dijo que iría a cabalgar un poco, Joao le dijo a Nigel: ¿Por qué no cabalgas un rato y haces compañía a Brandon? Éste sonriendo se levantó besándole la boca y se alejó tras mi querido Brandon. Joao parecía nervioso y después de carraspear dijo: ¿Noel, me gustaría saber cómo localizaste a mis padres? Yo con voz pausada dije: ¡Por tu hermana Dana, ya sabes cómo fue nuestro encuentro, hablando me dijo que vuestro padre trabajaba de estibador en el puerto, me enseñó una foto que estabais todos, pero era muy antigua, creo que tú tenías 10 años! ¿Sabes que te pareces mucho a tu padre? Y continué sin esperar respuesta:

El día que no pasé con los chicos fui al puerto, tardé bastante en encontrarle, lo vigilaba de lejos, fue de los últimos en entrar a cambiarse en los vestuarios, entré fingiendo buscar un lavabo, de espaldas a mí me indicó los lavabos, pasado un rato salí lavándome las manos, él se encontraba sentado a horcajadas en el banco de madera su mano derecha frotaba su hombro izquierdo, no veía su cara seguía de espaldas a mi presencia, le di las gracias, cómo no respondió dije: ¡Tiene un músculo que está fuera de su lugar y encima de otro! Y por primera vez giró su cara, su sorpresa se notaba en la expresión, sus oscuros ojos moteados de color miel mi miraban de arriba abajo, se encontraba casi totalmente desnudo excepto de los calzoncillos, me acerqué tranquilamente mirando su amplía espalda deslizándose hasta una estrecha cintura, estaba fuerte, musculoso, pero sus ojos reflejaban dolor interior, me saqué la cazadora, froté las palmas de mi mano una contra la otra, extendí mis manos cogiendo su brazo por la muñeca y apoyando el pie sobre el banco di un fuerte tirón, se oyó un chasquido y de inmediato friccioné con mis manos los diversos músculos, ahora en su sitio, mis manos contrastaban mucho con su tez oscura, pero era tan suave, mis manos apretaban el hombro y el brazo, él gemía, puse mis manos en la zona cervical notando sus vertebras, mis nudillos se deslizaron por toda su columna vertebral, tenía muchas zonas con nudos que la bloqueaban y se lo dije, le pedí que se tumbara sobre el banco.

Me saqué la camisa colocándome con cada pierna a cada lado del banco, sus piernas entre las mías y su trasero casi tocando mi verga enfundada en mis pantalones, froté mis manos y desde la nuca fui descendiendo apretando con fuerza sobre su columna vertebral deshaciendo esos nudos bloqueantes, las lumbares también agarrotadas y deslicé un poco su prenda interior tocando la zona del coxis, entonces le pregunté: ¿Cuánto tiempo hace que no follas? Giró su cara mirándome dijo: ¡Tan evidente es! Yo sonreí diciendo: ¡Tus lumbares están tristes y el coxis también, supongo que la zona delantera está de igual forma! Sin decirle nada le bajé el calzoncillo sacándoselo por los pies, él continuaba mirándome, mis manos sobre sus duras nalgas masajeé esas oscuras protuberancias tan apetitosas, me hubiera gustado enterrar mi boca entre ellas y lamer su culo, pero continué masajeándole la zona baja, su cuerpo despedía un aroma muy enardecedor, olía a sudor y a macho, mis dedos se deslizaban del coxis frotando su apretado ano, dejé caer de mi boca bastante saliva y continué insistiendo en su ano que no se aflojaba, mi verga dentro del pantalón estaba dispuesta a cualquier guerra, finalmente conseguí que su ano se abriera palpitando entonces enterré mi boca entre sus nalgas saboreando su aroma lamiendo con frenesí su ano, su boca gemía mientras su mano derecha girada hacia atrás apretaba mi cabeza sobre su culo, me fui abriendo el pantalón bajándolo de mis caderas, mi mano sujetó mi verga mientras levantaba mi cuerpo acercándome a mi destino y comencé a penetrarlo, quiso girar la cara pero se lo impedí mientras mi polla entraba muy apretada en su ano, los dos sudábamos, se quejaba de dolor, finalmente quedó bien encajada, besé su espalda apoyando mi boca en su cuello, lloriqueaba de impotencia, yo le susurré: ¡Tranquilo, tenía que hacerlo para desbloquear tu próstata!

Mi verga con vida propia palpitaba dentro de su ano, él ahora gemía y lo follé con ganas, separé sus nalgas clavándome hondamente, ambos saboreamos del sexo, pero no tenía intención de terminar dentro de su culo y lentamente me fui retirando dejando un vacío dentro de él, me puse de pie quitándome el pantalón, él se sentó mirándome y me tumbe boca arriba sobre el banco mirando sus ojos, se acercó a mí dubitativo, alargué mi mano sujetando su verga muy dura y la acerqué a mi ano, me penetró con urgencia dejando su cuerpo erguido, puse mi mano sobre su nuca forzándole a que agachara su cuerpo sobre el mío mientras me penetraba, su cara a pocos centímetros de la mía, sus ojos fijos en los míos parecían cobrar vida de nuevo, lentamente sus labios bajaron posándose sobre los míos, cerró los ojos un instante abriéndolos de nuevo, separé ligeramente los míos sacando mi lengua que entró en su boca, en ése momento se desató la lujuria, su boca se apretaba contra la mía devorándome, su lengua me invadía de tal forma, como su verga en mi culo, su mano en mi nuca forzaba mi cabeza hacia arriba, mi lengua buscaba la suya luchando entre ellas, su otra mano se coló entre nuestros cuerpos tomando mi verga de pronto soltó: ¡Ohhh, Ohhh! ¿Me has metido “todo” eso en mi culo? Yo asentí mirando sus ojos y sonrió besándome de nuevo, incorporó su cuerpo sujetándome por las caderas, clavándose una y otra vez dentro de mí, sus ojos no se apartaban de mi cara ambos gemíamos y mi polla comenzó a soltar semen llenando mi pecho con su calor, noté que él también estallaba dentro de mí llenando mi culo con su semen.

Tomó una pequeña toalla para que me limpiara, pero mis dedos fueron recogiendo mi semen llevándolos a mi boca, poco a poco fue retirando su verga, me senté en el banco frente a él bajé mi mano bajo mis huevos metiendo los dedos en mi ano lamiéndolos después, él estaba muy sorprendido, en ése momento dijo: ¡Me llamo Simao Souza! Yo respondí: ¡Noel Weiss! Continué: ¡Tienes un cuerpo increíble, no entiendo porque estabas tan bloqueado! Mirándome dijo: ¡Es una larga historia! Yo dije: ¿Si no tienes nada que hacer te invito a comer y me lo cuentas? ¡A veces hablar con un extraño te hace ver todo de otra forma! Incliné mi cara sobre su pecho lamiendo su pezón, sus dedos acariciaban mi cabello, levanté él antes dolorido brazo sobre su hombro poniendo mi boca en su sobaco mis labios tironeaban de su vello, mi lengua se paseaba sobre esa zona haciéndole gemir de nuevo, me gustaba su sabor, mi lengua fue bajando por su pecho recorriendo todo él, empujé ligeramente su pecho hacia atrás quedando tumbado.

Lentamente mi boca se acercaba a su verga que volvía a estar dura, lamí sus huevos y la lengua fue subiendo a lo largo de su polla que cimbreaba de placer, mis labios la aprisionaron de nuevo chupándola con ganas babeándola toda, me incorporé levantándole las piernas a Simao y enterré mi boca en su culo, gimió con ganas y casi de pronto lo penetré de nuevo, mis manos en sus poderosos muslos rozando las ingles lo apretaba contra mí y ahora si llené su culo de semen, así quedaba marcado, al poco yo cabalgaba sobre su verga mientras acariciaba su cuerpo y buscaba su boca saboreándola y repitió inundándome de nuevo con su semen, poco después él chupaba mi polla y después mi ano limpiándolos de semen. Nos vestimos en silencio, a punto de salir me dijo: ¡Ha sido increíble, nunca había tenido tantos orgasmos en tan poco tiempo! Con la mirada baja continuó: ¡Estoy casado y quiero a mi mujer por encima de todo, he perdido a mis hijos, solamente ella sigue apoyándome, yo podría ser casi tu padre!

Levanté su cara y besé sus labios de forma liviana acariciando su espalda, quitando hierro al asunto pregunté: ¿Sabes conducir? Él algo más aliviado asintió, entonces dije: ¡Vamos a comer, te invito, escoge tú el sitio! Y partimos en mi coche, se quedó asombrado por el descapotable y dijo: ¡No está muy lejos! Yo contesté: ¡No corras demasiado! Arrancó el coche, yo le hablaba con normalidad, mi mano se apoyó sobre su fuerte muslo acariciándolo, al poco mi mano estaba sobre su entrepierna, notaba el creciente resurgir de su dureza enjaulada en la prenda, abrí su pantalón sacando su oscura polla la masajeé y me incliné sobre ella engulléndola en mi boca, era sabrosa, su olor me encendía, él gemía mientras conducía más lentamente, mi cabeza subía y bajaba mamando esa verga tan gustosa, tan de macho, mi mano acariciaba sus huevos y los dedos entraron dentro de su ano, cuando redujo la velocidad llenó mi boca con su semen, seguí chupando un poco más y guardé tan apetitosa herramienta, me miró de reojo soltando: ¡Tienes una boca exquisita, todo tú eres exquisito, yo sólo soy un hombre normal, pero te miro y me excitas de nuevo, eres un diablo! Y casi al momento aparcó el coche.

Comimos en un bar bastante confortable, yo le hacía sonreír contándole algunas anécdotas de mi vida, entonces él me contó la suya: Me dijo que estaba casado y tenía tres hijos, la mayor Diana María tras una discusión se había marchado ya hace casi siete años, el segundo Joao, se había escapado también tras una discusión y hacía dos años de eso, sólo les quedaba la menor Isabela. Iba a preguntar algo, pero él continuó hablando: Me crie en el mismo barrio donde vivimos y tenía un amigo que íbamos al mismo colegio y jugábamos juntos, tal vez éramos casi inseparables, crecimos juntos, éramos jóvenes y las hormonas aceleradas, durante una excursión del colegio, se había llevado una botella de licor y por la noche nos la bebimos, estábamos tan borrachos que se metió bajo mi manta acariciándome, buscaba mi boca y después me chupaba la polla, yo me dejaba llevar, me dio la vuelta y me penetró, con mucho dolor, casi al momento se corrió en mi culo, se puso boca abajo incitándome a penetrarlo y eso hice, lo penetré, se quejó mucho, me decía que me quería con locura, mientras lo follaba él gemía diciendo mi nombre, yo tardé más en llenar su culo de semen, a partir de entonces mi amigo insistía con frecuencia de beber licor para repetir, pero yo denegaba cada vez, pasaron los años, se casó y yo también, mi mujer estaba encinta y no era mío, me lo confesó antes de casarnos, pero yo la amaba y la sigo amando, mi amigo fue abandonado por su mujer años después y nos echaba una mano con los niños, hace unos siete años mi hija mayor Diana María dijo que mi amigo la había forzado en varias ocasiones, ni yo ni mi mujer la creímos, en la discusión le dijimos que se fuera de casa y eso hizo, pensábamos que volvería pero eso no ocurrió, denuncié su marcha, pero la policía no obtuvo resultados o eso me dijeron, pasaron los años y hace dos, Joao dijo lo mismo de nuestro querido amigo, me encendí creyendo que mentía y le di una bofetada, al día siguiente él y una bolsa con algo de ropa habían desaparecido de casa, a partir de entonces, hice dos turnos seguidos en el muelle, para tener libre las tardes y buscar a mi hijo, sin suerte. Una tarde que volvía desanimado de la búsqueda apareció un amigo del colegio de Joao diciéndome, que era raro que no fuera a estudiar y a las excursiones, que ellos recibían regalos y dinero, en éstas últimas por parte de los amigos de mi amigo, entonces me contó las visitas nocturnas de hombres teniendo sexo con ellos.

Se lo conté a mi esposa y los dos lloramos la pérdida de nuestros hijos, ante las mentiras de nuestro íntimo amigo, con un chivatazo él había dejado su casa desapareciendo.

Yo le dije, que nada era imposible, le pregunté por su mujer y su trabajo, me dijo que lavaba ropa para otros durante casi todo el día en las pilas públicas, tendía la ropa y continuaba lavando hasta el atardecer, que recogía la ropa seca y la planchaba para entregarla al día siguiente, dejó de hablar mirándome a los ojos, muy lentamente dije: ¿Simao, no te gustaría cambiar de trabajo y tu mujer igual, algo más liviano y mejor pagado, con casa propia? ¡El único inconveniente es que está en Sintra! Simao algo receloso dijo: ¿En calidad de que, de tu juguete sexual? Me puse serio mirando a sus ojos dije: ¡Hoy solamente solucioné algunos problemas, en la finca tendrán una casa apartada y serán los encargados de la finca, de vigilantes, control de la limpieza interior y exterior, recibir y tal vez aparcar los coches de los invitados y tal vez, digo tal vez ayudar a mis chicas y chicos en algunas cosas, también dispondrás de un vehículo de uso personal y tal vez alguna moto! Se quedó muy pensativo meneando la cabeza y añadió: ¡Lo siento Noel por mi grosería, pero tengo que explicárselo a Bela, mi mujer! Yo asentí, pagamos y montando en el coche fue en dirección de su casa, paró frente a una casa vieja pero bien cuidada, se bajó, yo iba a ocupar el sitio del conductor, cuando dijo: ¿Noel, te apetece tomar un refresco y conocer a mi esposa? Asentí siguiéndolo al interior, un rápido vistazo, la casa estaba muy limpia y pulcra, entonces apareció una mujer algo menuda, que era casi la imagen de Dana, con el rostro algo marchito de cansancio y dolor, tras de mí había una capillita con velas en honor de San Gabriel, la imagen llevaba el cabello de color rubio casi blanco, Bela, miraba mi cara y a la imagen, educadamente me ofreció asiento y un refresco, acepté de buen grado, se movía por la casa de forma concisa, Simao le dijo, que descansara, que tenía que hablar con ella, le contó nuestro encuentro casual en el vestuario, omitiendo el sexo que disfrutamos, explicando el masaje del hombro nada más, la comida y mi proposición, ella hizo varias preguntas a las que yo respondí con sinceridad, les dejé mi tarjeta con el número de teléfono del hotel, esperando recibir noticias de ellos de cualquier índole, me despedí subiendo al coche saludándoles cómo si fuéramos amigos de toda la vida. Cuando entraron en la casa Bella le dijo a Simao: ¡Hoy puse una vela a San Gabriel pidiéndole que todo se arreglara y apareces con Noel, que es la viva imagen del Santo! Simao miró la imagen y se santiguó varias veces.

Miré a Joao añadiendo: ¡El resto ya lo sabes, quería saber si por su parte había perdón, para reuniros a todos, Brandon fue a buscarles al día siguiente de su llamada y los llevó a comprarse ropa nueva, sesión de peluquería y embellecimiento para vuestra madre! Entonces Joao dijo: ¡Con razón después de pedirme perdón mi papá, dijo que tú eras un ángel, ahora si se parece a una familia! Y creo que saben lo que sentimos Nigel y yo, pero no dicen nada, ni ponen malas caras, se sienten dichosos de estar juntos de nuevo. Joao besó mis labios desapareciendo a las caballerizas, me quedé pensativo, todos eran estupendos a pesar de mis primeras reticencias, pero había aprendido a valorar a las personas, no por su físico, por su interior y de momento no me había equivocado. Estaba a punto de retirarme cuando apareció Dana, estaba realmente encantadora, puso su mano sobre la mía diciendo: ¡Gracias! Mirando sus claros ojos dije: ¿Qué pasaría si nos casáramos todos? Su cara de extrañeza lo decía todo, añadí: ¡Sabes de mi amor por Brandon y Nigel con Joao, éste, tu hermano no se puede casar, pero pronto llegará Jasón y como ingleses, tendréis más libertades, las bodas serían nominales, con libertad de acción! Dana estaba muda de asombro, desayunó en silencio, cuando terminó dijo: ¡Gracias por confiar en mí y por contar esa bonita historia a mis padres, pero después de contármela les expliqué la verdad, no me gustaba que estuvieran engañados de lo ocurrido y creo que Joao también lo hizo, lloraron por nuestros sufrimientos, pero se alegraron de haberte encontrado, para todos eres un salvador, un ángel! Yo repliqué: ¡Tú sabes que no soy un ángel, puedo ser malvado, vengativo y rencoroso, pero no soporto la humillación, la maldad por maldad y la falsedad, prefiero el enfrentamiento cara a cara, que puñaladas por detrás! Callé un rato respirando hondamente y añadí: ¡Sinceramente creo, que vosotras podréis ser modelos de alta costura, salir en revistas anunciando cualquier cosa, estáis preparadas para empezar a volar, pero aquí no volareis muy alto, el paso a seguir es Barcelona pasada la Guerra, París, Londres, Milán, ése sería mi gran premio para vosotras! Me levanté besando su mejilla dejándola pensativa.

Mi querido Jasón adelantó su llegada, causando una ligera revolución entre las chicas, tan guapo, zalamero y conquistador las encandiló a todas, su palabrería y halagos sinceros también se ganó a Bela, Simao y a la pequeña Isabela, la menor del matrimonio, pero Jasón apareció con nuestro mulato Sayed, guapo a rabiar, elegante, muy diplomático, sincero para los amigos, el cambio en estos años los habían marcado de chulos barriobajeros a elegantes y distinguidos gentlemans, traían órdenes de Londres. Me dijeron que uno de los falsos espías de Pujol “Garbo”, que tenía que enviar informes a Alemania, se tuvo que idear una enfermedad y poco después su fallecimiento me mostraron el periódico con la falsa esquela, de tal forma que Garbo estaba fuera de dudas ante los nazis, teníamos que averiguar algo más sobre los movimientos de tropas alemanas, pronto llegaría el momento con el mariscal Horst Wiessel. Pero antes tendríamos una recepción en la finca de Sintra para unos cuantos invitados, unos 100 o 150 a lo sumo, me contaron que el vino de la finca de Niza estaba a salvaguarda junto a las obras de arte y cosas valiosas, de los nazis que lo saqueaban todo, la finca estaba en manos de Miguel, el refugiado español y lo llevaba todo a la perfección, también pasaron su prima Isabel, que se había casado con el camarero Jean Pierre y tenían un hijo, se iban a Dinamarca cerca de la costa a un pueblo pequeño y habían llegado bien escoltados por algunos de los “Bastards”.

La recepción fue un éxito rotundo, al día siguiente aparecerían fotos en todas las revistas nacionales y extranjeras, habían invitados de toda índole y países, pintores, militares, aristócratas, modistos, joyeros y el Nuncio del Papa con un cardenal, éstos fueron añadidos a última hora al averiguar que estaban en Lisboa, el cardenal era nuestro conocido padre Borja y el Nuncio nada más que nuestro amigo Monseñor Matthias, ante la gente no nos conocíamos e hicimos el paripé. Nuestro amigo Pertegaz vino acompañado de modistos de varios países, que se habían reunido para una celebración, Asunción Bastida y Pedro Rodriguez  ambos también españoles, Pierre Balmain, que trabajaba primero para Molineux y más tarde para Lucien Lelong, en nuestra recepción conoció a Christian Dior, con el que trabajaría después, los dos franceses, junto a ellos Mario Prada, Adele Casagrande fundadora de “Fendi” y Salvatore Ferragamo, todos italianos, él último reconocido en América por su ropa y calzado para hombre y mujer, por supuesto acompañados de modelos de ambos sexos.

Los fotógrafos y diseñadores acudían a mí preguntándome acerca de las jóvenes modelos, les comentaba en plan secreto, que eran muy cotizadas en la Agencia Ford y cobraban alrededor de 1000 dólares por hora en sesiones fotográficas, si la Agencia lo leía, no se iban a retractar para quedar en ridículo, todos querían sus servicios, realmente estaban espectaculares, los diseños de Pertegaz junto a las joyas y adornos, que joyeros habían realizado para mí desmontando grandes y pesadas alhajas, transformándolas en obras de arte bajo mi supervisión y diseños junto a Pertegaz.

Con el Nuncio Papal y su cardenal acompañante quedamos en que disfrutarían del próximo fin de semana en la finca y podríamos hablar con tranquilidad. Por el contrario el mariscal alemán Horst parecía tener prisa sobre nuestro posible encuentro, le aseguré que el encuentro tendría efecto al terminar la fiesta e iríamos a su casa, se quedó complacido y la fiesta continuó, los camareros incluso llevaron de la misma comida a los conductores de los invitados, tanto Bela como Simao estaban coordinados atendiendo a los invitados en todo lo que necesitaran, ambos tenían un aspecto impresionante, sus miradas se cruzaban de vez en cuando y despedían amor entre ellos de forma muy hermosa. Y poco a poco la intensidad de la fiesta fue desvaneciéndose, finalmente terminó con gran éxito para todos, Nigel y yo nos fuimos a preparar para la visita a Horst.

Pasada la medianoche llamamos a la puerta de la casa del mariscal Horst, nos abrió él en persona diciendo que había dado fiesta al personal de la casa, iba enfundado en un traje militar de las SS bastante ajustado, que le hacía más corpulento, los botones de la camisa parecían a punto de estallar, nosotros íbamos de sport paro con ropa muy ajustada que resaltaba más nuestros cuerpos, nos hizo pasar al salón preparando sendas copas, pero preparó extrañamente cuatro bebidas, entonces apareció en un batín de seda Jimmy Donahue, el amigo íntimo de los Duques de Windsor, éste se sentó en un sillón individual, nosotros en el grande, Nigel me miró, yo me encogí de hombros sin darle más importancia al asunto del cuarto componente. Horst iba a desnudar a Nigel, pero mi pie se lo impidió mientras le decía: ¿Perro, quien te ha dado permiso para desnudar a mi esclavo? ¡Descálzanos con la boca!

A cuatro patas comenzó a desanudar los cordones del calzado de Nigel, de mis altas botas saqué una fusta para caballos, le azoté el trasero diciendo: ¡Saca los cordones! Él obediente los fue sacando con dificultad dejándolos en el suelo, sus dientes tironeaban del zapato sacándolo del pie, continuó con el otro, yo tomé el cordón y agachándome desabroché su pantalón sacando su verga a través del calzoncillo, sujeté el cordón alrededor de sus huevos y su verga apretándolo bastante fuerte, él gemía, sacó con su boca el otro zapato y siguió con los calcetines de Nigel, tomé el otro cordón acercándome a Jimmy apartando el batín cogí su verga que estaba muy dura y até el cordón alrededor de sus huevos y polla apretándolo con fuerza, gimió mientras yo le masturbe ligeramente.

Me saqué las botas y calcetines sentándome al lado de Nigel cómo antes, le arranqué la ropa saltando los botones de la camisa, quité sus botas y pantalones con su calzoncillo, dejándole desnudo prostrado a nuestros pies esperando nuestras demandas, Nigel dijo: ¡Desnúdame sin tocar mi polla! Y comenzó a desnudarlo, Jimmy se arrodilló frente a mí y comenzó a desnudarme, pero después de quitarme la camisa y el jersey no dejé que me sacara el pantalón solamente dejé que lo abriera, sus dedos largos acariciaron mi vello púbico, puse mi pie desnudo sobre él diciéndole: ¡Las sorpresas vienen de una en una! La verga de Nigel estaba dura y Horst miraba como palpitaba sobre su plano vientre, Jimmy golpeó con sus manos al anchas nalgas de Horst, éste se quejó de forma agradable, Nigel empujó su cuerpo sobre el suelo poniendo su desnudo pie sobre su boca, Horst comenzó a lamer sus dedos deleitándose gustosamente, su verga aprisionada temblaba de placer, Jimmy entre sus piernas se zampó esa verga palpitante mientras sus manos palmeaban las nalgas del alemán.

Jimmy de rodillas chupaba con ansia la verga incliné mi cuerpo y mi mano tiró se los extremos del cordón de su verga su verga quedó colgando y la masturbé, mi otra mano palmeaba sus nalgas metiendo mis dedos dentro de su culo, su boca se tragaba los huevos de Horst y también la verga, me puse detrás de él y sacando mi verga del pantalón la enterré en su culo de un certero empujón, abrió su boca desmesuradamente por el dolor pero continuó tragándose la verga alemana, repetí varias veces mis empujones y saqué mi polla de su culo, guardándola de nuevo en el pantalón algo más dura que antes, ahora levantaba las caderas de Horst lamiendo el culo de éste mientras sus manos lo palmeaban, el pie de Nigel aplastaba los genitales de Horst, la planta del pie se paseaba sobre la verga masturbándolo, Jimmy se deshizo del batín y clavó su dura polla en el culo de Horst ambos gemían de placer, la fusta en mi mano sacudía las nalgas de ambos dejándoles marcas enrojecidas, sus gemidos tan audibles enardecían a cualquiera, di la vuelta a la fusta y metí la empuñadura dentro del culo de Horst junto a la polla de Jimmy, de nuevo yo clavé mi polla en el culo de éste, Nigel de rodillas frente a la cara del alemán metió su verga dentro de su boca. La fusta iba al mismo ritmo que mi follada a Jimmy, éste no tardó mucho en llenar el culo de Horst de semen, hice que se sentara sobre la verga de éste mientras metía la fusta dentro de su dilatado culo, levanté un poco más el culo de Horst clavándole mi verga, gimió teniendo la boca ocupada por la de Nigel, Nigel se puso de pie colocándose frente a Jimmy y enterró su verga en su boca, casi se ahoga del empujón, las manos de Horst acariciaban las nalgas de Nigel frente a él y resoplaba de placer con mis embestidas continuadas mientras él entraba dentro de Jimmy, Nigel dejó la boca del americano masturbándose frente a él llenándole la cara con su semen. Saqué mi verga del culo de Horst, mi lugar lo ocupó Nigel y poniéndome de rodillas frente al alemán metí mi gruesa y gran verga dentro de su boca poniéndose colorado y descargué mi semen en ella, que en su glotonería casi se ahoga, Jimmy gimiendo notaba en su culo la corrida de Horst junto con la fusta, que salió mojada de semen.

Bebimos de nuestras copas vaciándolas, Cogí mi cinturón y Nigel el suyo, se lo puse alrededor del cuello de Horst y mi compañero a Jimmy tirando de ellos fuimos a la habitación del sótano, ya que Nigel la conocía de la visita anterior, abrió la luz y entramos los dos arrastrando del cinturón en el cuello a los otros dos. Una mesa rectangular  en medio de la sala con un cepo en cada extremo a unos 50 cms. del final de la mesa, a cada lado grilletes y lo mismo en las patas macizas, unas estanterías con falos de todos los tamaños y colores en madera, marfil, cristal macizo o alabastro, algunos eran descomunales, colgados una gran variedad de fustas y látigos, correajes de cuero con cadenas, una mesa estrecha con instrumental, que se asemejaba a los dentistas y ginecólogos, del techo colgaban cuerdas y cadenas con grilletes, era el súmmum para cualquier sadomasoquista.

Puse a Horst con el cuerpo sobre la mesa cerrando el cepo aprisionando el cuello y muñecas, quedando su culo fuera de la mesa, Nigel puso los grilletes superiores en la muñecas de Jimmy, mientras yo tomaba otros que colgaban del techo y tirando de las cadenas se los puse en los tobillos, él protestaba diciendo que él dominaba en esas sesiones, me acerqué a su oído diciéndole: ¡Ahora disfrutarás el otro lado! Tiré de las cadenas subiendo sus piernas ahora estaba en posición paralela al suelo con su cara tras el culo de Horst y con las piernas separadas, Nigel apretó su cabeza contra el culo del alemán y Jimmy comenzó a comerlo con voracidad, ahora lo balanceaba un poco separándolo para volver a encontrarse con su cara entre el culo, Horst gemía y decía: ¡Amo, nuestro amo, suéltame del cepo y hare todo lo que pidas! Jimmy sacando su boca del trasero dijo también: ¡Sí amo, te obedeceremos en todo! Bajé las cadenas de los pies hasta el suelo, quedando Jimmy pegado a la espalda de Horst, a éste lo saqué del cepo pero poniéndole grilletes con cadena entre ellos, de la estantería tomé un tarro de crema y unté ambos culos con ella.

Nigel me acercó dos de los falos no muy grandes, los untó con la crema, me dio uno, que lo enterré en el culo de Jimmy, mi amigo hizo lo mismo con Horst, ambos se quejaban de dolor, pero al poco ya dilatados todo eran gemidos mientras yo les susurraba: ¡Ahora vendrá un negro a follaros a los dos, con una buena verga! Los dos de unísono dijeron: ¡Nooo, un negro nooo! Nuestras manos movían los consoladores mientras Nigel y yo reíamos, me puse sobre la mesa frente a sus caras de rodillas mientras Horst chupaba mis huevos Jimmy se zampaba mi verga, al poco bajaba mi polla que Horst devoraba con impaciencia y casi al instante comencé a orinar sobre ambas bocas hambrientas, ellos buscaban los chorros de mi orina peleándose, Nigel sacó los dos falos de sus culos clavando su verga en el alemán y después en el americano alternativamente y soltó su orina en el culo de éste mientras el cálido líquido resbalaba al culo de debajo, sujetó la dura verga de Jimmy metiéndola dentro de Horst y éste comenzó a mearse dentro, mientras Horst lo hacía sobre el suelo, al terminar se quedaron agotados uno sobre la espalda del otro.

Poco después los soltamos, le di un látigo a Jimmy diciéndole: ¡No quiero ni una gota de sangre, si aparece una, serás tú quien reciba los golpes! Él asintió, pero lo dejó a un lado y dijo: ¡Me excita mucho morder esas gorditas nalgas y mordisquear su agujero abierto! Y enterró de nuevo su cara entre las nalgas de Horst mordiéndolas, una mano palmeaba sus gorditas posaderas, el alemán aullaba de placer su ano se dilataba, entonces Nigel tomó un falo bastante grande de color negro, este era de madera de ébano, lo fui untando con la grasa del tarro y lo acerqué al culo de Jimmy diciéndole en susurros: ¡No te resistas te va a penetrar el negro! Comencé a presionar en su ano girando la pieza oscura, él levantó su cara gimiendo, pero Nigel la apretó de nuevo en el culo de Horst, la pieza de ébano comenzaba a entrar pese a la primera dificultad, lentamente para no dañarlo yo la empujaba y sacaba un poco, empujando de nuevo su ano se dilataba cada vez más, él separaba su cara gimiendo, pero Nigel se la apretaba en el culo del otro, mi compañero cogió la verga del alemán metiéndola hacia atrás y forzando a Jimmy que la chupara, la presión dentro de su propio culo lo excitaba, yo jadeaba alentándolo, Nigel se subió a la mesa sentándose frente a Horst levantando sus piernas ofreciéndole su culo, éste no tardó en devorar el ano ofrecido disfrutando de tal manjar tan joven y apetitoso.

El falo oscuro estaba bien dentro del culo de Jimmy y apartándome cogí otro falo casi un poco mayor y del mismo material oscuro, lo pringué de grasa y se lo puse en la mano a Jimmy, levantó su cara sonriendo al ver el color del falo de madera diciendo: ¡Horst te va a penetrar el negro y no lo podrás evitar! Lentamente fue metiéndolo en el culo dilatado del grueso alemán mientras separaba sus nalgas, Horst gemía ante la invasión en su culo por ese monumental cacharro, gemía mientras chupaba la polla de Nigel, poco a poco fue entrando todo dentro del culo, ahora ambos eran empalados por sendos falos, puse a Jimmy al lado de Horst apoyando su pecho sobre la mesa y tomando su mano la llevé sobre el final del falo del alemán, con la mano de Horst hice lo mismo sobre el falo del culo de Jimmy, ahora ellos movían sus manos sobre el falo del otro, después de mirarse comenzaron a besarse gozando.

Yo me subí a la mesa con Nigel, tenía la polla muy dura, de pie dándole la espalda le ofrecí mi culo, él separó mis nalgas lamiéndolo con placer, mi verga se excitaba con su boca y mi ano comenzaba a palpitar, me desplacé un poco y arrodillándome de espaldas a él me fui clavando su verga que también palpitaba mientras entraba en mi interior, los dos gemíamos, las caras de nuestros opuestos en la mesa dejaron de besarse mirando nuestra follada, mi penetración tan lenta les hacía babear de lujuria, estiraban sus cuerpos intentando lamer nuestras entrepiernas, Nigel desplazó nuestros cuerpos adelante colocándonos más cerca, entonces los dos alargaron su mano sobre mi polla tirando de ella intentaban chuparla, se apartaban uno al otro mientras su otra mano empujaban los falos más hondamente en sus diferentes culos, realmente nos excitaba verlos tan calientes, luchando por tenernos cerca de sus voraces y ardientes bocas, me gustaba darle placer a Nigel ofreciéndome a él y yo disfrutaba con su juvenil follada, el placer estaba llegando hasta el fondo de mi cuerpo y mi verga comenzó a chorrear semen dentro de las ansiosas bocas de Jimmy y Horst, la verga de Nigel estaba tan dura, que sabía que pronto estallaría, la sacó de mi culo dejándola frente a las caras de los dos tan ansiosos y soltó su semen sobre sus caras, que se fueron lamiendo uno al otro.

Hicimos que apoyaran su torso en la mesa y mientras ellos se masturbaban mientras su otra mano en el falo del culo del otro se lo perforaban gimiendo, nosotros de rodillas detrás de ellos acariciábamos su pecho, cuello y brazos, sus manos se aceleraban y no tardaron mucho en estallar gimiendo muy sonoramente mientras soltaban su semen sobre el suelo, sus cuerpos temblaban del placer, bajamos de la mesa y fuimos retirando esos falos tan oscuros, solo entonces Horst vio el color de los aparatos y dijo: ¡De verdad nos a follado un negro! Y los dos se echaron a reír de forma incontrolada, después se besaron, nos acercamos y nos unimos a ellos, entonces dije: ¡Es hora de retirarnos y todos necesitamos un poco de descanso! Subimos al piso de arriba y nos vestimos, ellos se quedaron desnudos, antes de marcharnos Horst dijo: ¡Esperaba un trato más cruel, pero ha sido inconmensurablemente muy placentero, gracias! Jimmy añadió: ¡Realmente he disfrutado por vez primera sin dañar el cuerpo de alguien, gracias!

Salimos de la casa y montamos en el coche, a unos metros de la casa habían dos jóvenes esperando, paré y subieron, arranqué de nuevo, Brandon y Jasón dijeron: ¡Habéis tardado mucho! Yo pregunté: ¿Habéis conseguido algo? Ambos rieron soltando: ¡Casi todo los movimientos de las tropas! Y los cuatro reímos. Media hora después estábamos en la finca de Sintra, nos duchamos cerca de la piscina y nos metimos en ella, poco después se nos unió Joao, que nos esperaba durmiendo en una hamaca.

Continuará.