¡Bastardo! ¡Bastardo!

La historia de un hijo bastardo y su madre.

¡Bastardo! ¡Bastardo!

La palabra le retumbaba en el cerebro, le daba vueltas en el pensamiento y siempre llegaba a ella.

¡Bastardo! ¡Bastardo!

Don miguel de la Rosa y Sifuentes se la había gritado a la cara al momento de ir a hablar con el, cuando ilusamente quiso pedirle la mano de su hija.

-¡Mi hija no se casara nunca con un bastardo, con alguien que no sabe quien es su madre!

Darío manejaba entre el trafico de Madrid con la mente en blanco. Y ahora había llegado el momento de hablar con su padre.

-¡Padre!

-Si hijo, dime.

-Hoy me gritaron una palabra a la cara y no pude contestarla.

-¿Y?

-Me gritaron bastardo.

-¿Y que hiciste?

-Quedarme callado, pues no se quien es mi madre.

Leonel se quedo callado unos instantes, como ordenando sus palabras y después se decidió.

-Llego el momento de que sepas la verdad, había evitado este momento en lo posible pero el destino siempre nos alcanza.

-Estoy escuchando, padre.

-Mira hijo, tú no eres español. Naciste en México como yo y tu madre es mexicana. Al nacer tú, tus abuelos, que se oponían a nuestra relación, decidieron dejarte en un orfanato y a ella se la llevaron a Estados Unidos. Yo te robe del orfanato y me escape contigo, primero a Perú donde vivimos 5 años y después a España donde llegamos hace 16. Me cambie el nombre, lo mismo que a ti, para que se perdiera todo rastro de los dos. De ser Joaquín y Néstor Alvirde nos transformamos en Leonel y Darío García. Las cosas me fueron bien y ya ves, tenemos una buena posición económica, pero como nunca me case no pude darte otro apellido mas que el mió, desde entonces eres Leonel García "N" y jamás pensé que en estos tiempos te fuera a afectar, pero ya ves, te enamoraste de esa jovencita aristócrata y ellos son muy fijados en esas cosas.

-Quiero conocer a mi madre.

-¿Para que hijo? Ella también fue victima de sus padres y tal vez tenga una familia a la que afectarías si te presentas ante ellos.

-¿Ya la perdonaste?

-Te digo que ella también fue victima.

-¿La sigues queriendo?

-No hijo, ya no…….los primeros años fueron duros, pero las relaciones que tuve después me hicieron olvidarla, si la viera no la reconocería.

-Pues yo si quiero verla, saber quien es, que hace y si no piensa en mi de vez en cuando.

Seis meses después.

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El vuelo 369 de Iberia aterriza en Ciudad de México después de un viaje con escala en Nueva Cork. Darío García "N" se siente algo cansado del viaje, pero aun así toma su conexión a Monterrey, donde deberá presentarse en su nuevo trabajo en las empresas Hervial donde ocupara el cargo de jefe de depto de investigación. Sus estudios lo avalaban y según las nuevas políticas de la empresa, de contratar personal extranjero, le abrieron la puerta; y así a los 22 años tomaba una fuerte responsabilidad. Le faltaba experiencia pero le sobraba audacia y más cuando supo que los dueños de la empresa era la familia de su madre.

Los Salazar Treviño tenían una gran fortuna e inversiones en muchos ramos. Según su padre cuando el nació su madre tenia 17 años, así que ahora estaría en los 39, solo sabia que se llamaba Carmen, por lo que se dispuso a acechar la oportunidad. Fue recibido muy bien por sus compañeros y de inmediato hizo relaciones de amistad entre ellos y ellas. Así supo que los Salazar Treviño eran una familia dedicada a los negocios, que el patriarca había muerto hacia cuatro años y que sus hijos David, Leonora y Carmen se encargaban de todo. Su amigo Miguel le comento.

-Son unos perros para el dinero, duros como las rocas, inflexibles y explotadores. La menor, Carmen, es un poco rara, con nadie intima, no se le conoce pareja, aunque dicen que en su juventud hasta tuvo un hijo, pero nadie habla de ello. Hace tres años un viejo trabajador que los conoce de toda la vida algo dijo que le costo el trabajo. Lo corrieron y no lo hemos vuelto a ver.

Darío se adapto a su trabajo y dejo pasar el tiempo buscando la oportunidad de acercarse a Carmen, aunque no lo logro, pues los círculos que ella frecuentaba no eran accesibles para el joven y así pasaron ocho meses, cuando de pronto llego la noticia de boca de Miguel.

-Pues dicen que la señora Carmen tomara el control de esta empresa, pues el administrador no esta dando resultados. Que Dios nos agarre confesados pues dicen que es muy dura, que no soporta ni una falla y a la primera te corre.

Darío no dijo nada y se concentro en su trabajo esperando acontecimientos, estos no tardaron en llegar una semana después. La señora Carmen tomo posesión como directora general de la empresa y a los tres días mando efectuar una junta general de jefes de área y departamentales. Esta se llevo a cabo en la sala de juntas donde se reunieron todos esperando a la jefa. Veinte minutos después llego esta haciendo su entrada ante la sorpresa de todos.

A sus casi cuarenta años Doña Carmen era una mujer alta, de pelo castaño claro, facciones finas, pero duras, cuerpo delgado y curvas atractivas. No representaba más de 32 o 34 años. Se quedo mirando a todos con un gesto duro en la mirada, como taladrando sus cerebros buscando en el fondo de sus mentes, todos bajaron las miradas, menos Darío; se quedo mirándola de frente, lo que a Doña Carmen pareció molestarle un poco. Se notaba que no estaba acostumbrada a que alguien le aguantara la mirada y por un momento no supo que hacer, terminando por desviar la vista.

-Siéntense señores, vamos a comenzar la reunión. Los reportes que tengo de la marcha de la empresa no son nada alentadores, a partir de ahora vamos a cambiar las políticas de acción, tanto en producción como comercialización, seremos mas agresivos……………………………………………………………………..en fin, estas son las nuevas directrices a seguir. ¿Alguna pregunta?

-Yo señora, tengo algo que preguntar.

-Dígame joven, ¿que parte no entendió?

-La parte que usted no explicó, que políticas se seguirán en el departamento de investigación, el cual tengo el honor de encabezar.

Carmen acuso el golpe, sintió las miradas irónicas de sus empleados y sintió que la sangre le hervía.

-Con usted y con todos hablare después en privado y veremos cada caso a fondo. A usted lo espero en cinco días, así que prepáreme un informe completo de la situación de su departamento.

-A sus ordenes señora.

Antes de retirarse Carmen se le quedo viendo fijamente a Darío, como si quisiera entrar en sus pensamientos. Después dio por terminada la reunión y cada quien fue a sus ocupaciones.

En los siguientes días Darío preparo el informe descubriendo que había superado las expectativas, por lo que el día que le toco presentarse ante su madre iba tranquilo a enfrentarla. Llegó a la puerta de la oficina y tocó.

-¡Adelante, esta abierto!

Darío entro y Carmen le ofreció sentarse, desplegó el informe sobre el escritorio y expuso la situación, a la que ella no puso objeción, en esto se llevaron poco mas de una hora y al terminar ella dijo.

-Lo felicito joven, ha hecho usted un buen trabajo y es de los pocos departamento que están bien, ahora dígame…………. ¿es usted español?

-Si señora, de Madrid, el barrio de caramanchel.

-¿Siempre ha vivido ahí?

-Si, hasta que decidí aceptar la generosa oferta de su empresa.

-Usted me recuerda a alguien que conocí hace mucho tiempo. Tiene sus mismos ojos, la misma sonrisa y hasta el mismo sentado, si no fuera por los años transcurridos juraría que usted se llama Joaquín Alvirde en lugar de Darío García.

Carmen se quedo pendiente a ver si el nombre hacia mella en Darío, pero este con toda naturalidad le dijo.

-En mi familia los nombres de Darío y Leonel son tradición, mi padre es el quinto Leonel y yo soy el cuarto Darío.

-¿Y su madre?

-No tengo señora, abandono a mi padre cuando yo era muy pequeño y no me reconoció como hijo suyo, por eso soy Darío García "N"

Carmen acuso el golpe, cosa de la que Darío se dio cuenta.

-Bueno joven, ya lo llamare mas adelante para seguir en contacto.

-A sus ordenes señora.

Pasaron varias semanas sin novedad, Darío buscaba el modo de acercarse a ella pero era difícil por las ocupaciones tan diferentes, en dos o tres ocasiones ella entro a los laboratorios y se le quedaba observando fijamente y el le mantenía la mirada. De pronto las cosas empezaron a ir más aprisa. Darío analizaba sus sentimientos respecto a Carmen y se daba cuenta que no sentía nada. Ni odio ni amor, para el era una extraña, como el para ella, sabia que era imposible llegar un día a su oficina y decirle, <> lo mas seguro era que no le creyese y lo pusiera de patitas en la calle, así que empezó a madurar la idea de regresarse a España.

Una tarde Darío se encontraba en el bar donde se metía a tomar algunas copas cada ves en cuando, era un bar íntimo, discreto donde acudían mujeres de alta sociedad a sus citas con sus "amigos" o a buscar compañía. Ya Darío había tenido relaciones con varias de ellas, con las que al final terminaba haciendo amistad pues eran casadas o tenían novio. Ese día Darío andaba de cacería a ver que se encontraba, cuando de pronto entro ella. Venia acompañada de un hombre de unos cuarenta y cinco años el cual se veía que era un hombre rico y poderoso. Se sentaron en un rincón donde no veían a Darío, pero este los veía bien. Se tomaron dos o tres copas y de pronto el tipo alzó la voz.

-¡Ya me estoy cansando Carmen, no te decides y yo ya no puedo esperar!

-Espera Fernando, no grites por favor.

-¡Es que no somos nada! ¡Ni novios, ni amigos ni nada, ni siquiera amantes! Tu solo te diviertes conmigo.

-Yo no te prometí nada.

-¡ya estoy harto de que solo me das largas, si no quieres nada conmigo dímelo!

El hombre se levanto saliendo del Bar dejando sola a Carmen que no supo que hacer, momento que Darío aprovecho para acercarse a ella.

-¿Le puedo servir en algo?

-¿Usted aquí Ingeniero?

-Si señora, a sus ordenes.

-Por favor siéntese conmigo, no me gusta estar sola.

Darío se sentó e inicio una platica que hizo que Carmen se calmara, así pasaron dos horas hasta que ella le pidió.

-¿Podría acompañarme a mi casa? No traigo carro y no me gusta andar sola en taxi.

Darío la acompaño hasta su residencia y al dejarla ella le dijo.

-He pasado una velada muy agradable, tanto que me gustaría repetirla.

-A sus ordenes señora.

-Cuando estemos solos llámame Carmen.

A partir de entonces todo cambio en su relación, todos los días lo llamaba para platicar con el, sonreía a todo mundo y su trato con el personal cambio de manera radical, a tal grado que aumento la productividad pues la gente se empezó a sentir apreciada. Cada fin de semana salía con Darío a tomar unas copas, primero en el bar donde se encontraron y después en lugares mas elegantes hasta llegar a llevarlo a sus clubes sociales. Lógicamente la gente empezó a hablar, pero a ella no le importó pues por primera ves en muchos años se sentía feliz. Hasta que un día todo se desencadenó.

Ese día fueron a comer a un restauran de lujo y a los postres Carmen inicio la conversación.

-Darío, ¿Qué sientes por mi?

  • Un gran respeto y una gran admiración.

-¿Nada mas eso?

-¿Cómo…..señora, acaso tengo derecho a……?

-¿Qué edad tienes?

-Acabo de cumplir 24 años.

-¿No has pensado en casarte?

-Por ahora no:

-¿Por ahora?

-Bueno, no lo tengo contemplado.

-y si yo te propusiera una

-Carmen, por favor no sigas, no pronuncies palabras que puedan hacerte arrepentirte después, yo no puedo casarme por una situación personal que me guardo, pero si lo hiciera buscaría una mujer como tu. Con tu carácter, tu talento y tu belleza. A mi la edad no me importa, pero por ahora es imposible para mi.

-Bueno, pues dejémoslo para mas adelante.

De pronto Darío se preguntaba que sentía por su madre. Primero fue una gran curiosidad por conocerla, después se despertó en el una admiración por la mujer y el ser humano y mas cuando fue intimando con ella, pero ahora se daba cuenta que se deslizaba por un camino peligroso. No sabia como hacerle saber que era su hijo, pero……………….. ¿En realidad quería decírselo?

Y de pronto la cosa sucedió. Ese viernes Carmen pasó por el laboratorio y le dijo a Darío.

-Te espero en esta dirección, tengo que platicar contigo largo y tendido.

-Está bien, ahí estaré- le contesto Darío.

Esa tarde después de trabajar Darío fue a su departamento y se baño, acicalándose para pasar una velada agradable, dejo pasar el tiempo y a la hora indicada se dirigió a la dirección que Carmen le dio. Era una casa con jardín en una colonia de clase media, un poco aislada, pero muy iluminada. Cuando Darío llego Carmen salio personalmente a abrirle y lo introdujo en una sala espaciosa. Le sirvió una copa y se sentaron a platicar de cosas sin importancia, de pronto Carmen llevo la conversación a donde ella quería.

-Darío, ya te has dado cuenta de que me gustas mucho, si….ya se que no estas disponible……….pero lo que yo te ofrezco nada tiene que ver con el matrimonio. El plan seria que nos reuniríamos aquí los fines de semana y nadie tiene que saber lo nuestro.

Carmen se fue acercando a el mientras hablaba, Darío sentía su aroma, su calor y la suavidad se su piel, algo dentro de si le gritaba << ¡es tu madre!>> pero el deseo se apoderaba de el a tal grado que no rechazo sus labios cuando ella lo beso. Fue un beso tierno y suave pero a la vez apasionado, Darío sintió una descarga eléctrica que le recorría el cuerpo y más cuando Carmen llevo su mano a su pecho acariciándolo. La erección fue automática y Carmen se dio cuenta de ello, llevo su mano a ala bragueta de su hijo y la bajó, el pene de Darío salto como resorte y Carmen lo manipuló provocando oleadas de placer al joven, el cerro su mente y se dejo llevar, desabotono la blusa de su madre y se deleito con sus senos grandes y erectos a pesar de la edad, besó los pequeños pezones lo que hizo estremecer de placer a Carmen, esta se deslizo hasta quedar de hincada entre las rodillas del joven y llevo su boca al pene de su hijo empezando a saborearlo con fricción, se lo metió todo en la boca bajando y subiendo la cabeza para paladearlo.

-¡Así mi vida, así, que me vuelves loco!

De pronto Carmen se levantó, tomo de la mano a su hijo y se lo llevo a la recamara. Al llegar se desnudo ella y desnudo al joven lo que los hizo admirarse mutuamente. El fuerte y nervudo, ella plena, con las carnes todavía duras.

-<< ¡Dios mió, que hermosa es mi madre!>>- pensó el

-<< ¡Dios, como se parece a Joaquín! ¡Tiene hasta un lunar en la espalda como el!>>- pensó ella.

Ya nada los detuvo, el la acostó sobre la cama y le abrió las piernas metiendo la cabeza entre ellas, le chupo la raja hasta el delirio mientras ella gemía de placer.

-¡Si papito, lámela toda, no pares!

-¿Te gusta mamacita?

-¡Si mi rey, me encanta!

Darío se incorporo con el pene duro y lo apunto a la entrada de la vagina de su madre, ella se relajo y al sentir que iniciaba la penetración lo recibió gozosa. Los dos se extasiaron en su mutuo placer, ella pensaba-<< podrías ser mi hijo>> y el a su vez << es mi madre>> y sin darse cuenta el hilo del incesto los unía.

-¿La gozas mamacita?

  • Si mi vida y me encanta que me digas mamacita.

-Pues te lo diré todo el tiempo.

Estuvieron un tiempo en el mete y saca hasta que estallaron los dos.

-¡Me voy a venir mamacita, me voy a vaciar dentro de ti!

-¡hazlo mi amor, lléname con tu semen!

Se abrieron los grifos del placer y los dos quedaron agotados y felices, continuaron con mil caricias y repitieron varias veces durante la noche y el sábado. En un momento de lujuria ella le dijo.

-¿sabes? Hay algo que nunca he probado y me gustaría hacerlo contigo.

-Tú dirás que es.

-Que me la metas por el culo.

-Pues también será mi primera vez, nunca he enculado a nadie.

Y de pronto ahí estaba, tenia frente a el un hermoso culo blanco como el mármol, suave como la seda, y un bello orificio rosa que le pedía a gritos una caricia. No se contuvo más y llevo su boca al ano de su madre y lo beso. Primero suavemente abriéndole los globos de las nalgas y después con fricción metiéndole la punta de la lengua en el orificio.

-¡Ayyy…. Que rico siento mi vida, nunca había gozado tanto!

-Yo también mamacita, tu culito es delicioso.

Darío ensalivo el ano de su madre y después se incorporo apuntando con su pene a la entrada rectal, empujo suavemente hasta que sintió como cedía el esfínter de su madre, poco a poco introdujo su verga en el culo de carmen hasta que esta exclamo.

-¡Augggg, es la gloria mi vida, es delicioso!

-¡Que rico aprietas mamacita, me vas a sacar la leche muy pronto!

Darío inicio el mete y saca en le culo de su madre hasta que la pasión los llevo al orgasmo.

-¡Me vengo mi vida, estoy en el cielo! ¡Dios, como gozo!

-¡Yo también mamacita, te siento tan apretadita que me vuelves loco!

Los dos quedaron desmadejados, agotados pero felices. Hasta el domingo en la noche en que se separaron repitieron varias veces los diferentes tipos de coitos. En la noche Carmen llevo a Darío a su departamento diciéndole.

-Mañana nos vemos y a ver que plan hacemos para media semana, no quiero dejar de gozarte.

-OK Carmen, mañana nos vemos.

-Dime mamacita.

-OK mamacita.

Ella arranco su carro y el se le quedo viendo como se alejaba en la noche, subió a su habitación y guardo su ropa en una maleta, tomo sus documentos y en la calle tomo un taxi directo al aeropuerto, donde todavía alcanzo el vuelo a CD de México no sin antes escribir una carta y echarla al buzón, en el D.F. tomo el vuelo a Madrid donde llegó 16 horas después. Al llegar a casa de su padre tuvo una larga entrevista con el donde le contó parte de lo que había vivido en México omitiendo lo sucedido con su madre, después busco trabajo y encontró en una compañía chilena a donde se traslado 20 días después de salir de México.

Carmen recibió la carta de Darío " Lo que sucedió entre nosotros nunca debió pasar, me desaparezco de tu vida porque tal vez si supieras la verdad de la mía te horrorizarías, lo único que se es que los momentos pasados a tu lado son y serán los mas maravillosos de mi vida. Darío" se quedo pensando que podría haber pasado para que el huyera y no sabia porque.

UN AÑO DESPUES.

En el café Samoyedo en Viña del Mar Darío se tomaba una taza de café sentado en las mesas de la banqueta viendo pasar a la gente por la calle cuando de pronto se acerco a el un hombre joven y le pregunto.

-¿Darío García?

-¿Si?

-Tengo esto para usted.

Le entregó un sobre bastante grande y se retiro.

-¿Perdone, quien me lo manda?

-No lo se, solo que viene de México.

El hombre se retiró dejando a Darío bastante confuso. Durante un buen tiempo estuvo pensando que podía venir dentro hasta que se decidió a abrirlo. Eran una carta y una fotografié de un niño recién nacido, vio la foto durante unos instantes y después leyó la carta.

" este fue el resultado de nuestros tres días de amor, se llama Néstor, como el verdadero nombre de su padre. Por tu carta sospeche quien eras y ya lo pude comprobar. Para mi también fueron los mejores momentos de mi vida y a mi lado siempre habrá un lugar esperándote. Tu madre Carmen "

Darío guardo la foto dentro de su saco, con una cerilla quemo la carta, pago su cuenta y se levanto. Se fue caminando por la noche perdiéndose en sus pensamientos, de cuando había tenido a la mujer mas maravillosa que conociera. Su madre.

Pacosuarez.