Basket and rap! 4
Jose no aguanta la relación que mantiene Sergio con su hermano, así que se acaba enfadando. Finalmente descubrirá una verdad que nadie se esperaba... No se lo pierdan.
Siento tener que despedir esta mini-serie tan agradable, pero ya es hora de que me ponga con la temporada de Videogames, la serie más normal que he hecho, aunque con sus rarezas también xD Estoy pensando escribiros algo más por navidad, pero no sé si me dará tiempo, y tampoco os lo digo para que sea una sorpresa. En fin, aquí tenéis el que será el último episodio de Basket and rap! Disfrutadlo.
Si queréis, podéis comentar a través de email a la dirección de correo:
latumbadelenterrador@gmail.com
Basket and rap!
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Un relato del Enterrador
SERGIO (16 AÑOS)
La casa estaba vacía, la oscuridad reinaba en cada esquina, un silencio eterno se adueñaba de todo y yo estaba de pie en la puerta esperando a mis padres una vez más. La puerta se abrió sobre las 6 de la mañana o así. Mi madre estaba ebria y mi padre la llevaba a cuestas. Al verme, mi padre sonrió.
-¡Sergi! Ayúdame a llevar a mamá-dijo mirándome.
Di unos pocos pasos y me coloqué junto a ella. La sujeté y entre ambos la llevamos a la habitación, dejándola en la cama.
-Fiuu… Menos mal que estabas despierto, yo solo no hubiera podido subirla por las escaleras-sonrió.
-Ya…-respondí yo escuetamente.
-¿Quieres bajar al salón? No tengo mucho sueño, podemos ver la tele-dijo dándome una palmada en el hombro.
Asentí y bajamos al salón a ver un programa sobre moda que echaban de madrugada, mi padre decidió empezar una conversación.
-Hijo, tenemos una sorpresa para ti. Pensábamos decírtelo mañana, pero ya que estás despierto…-dijo sonriente.
Era raro… Mis padres me dieron una tarjeta de crédito a los 8 años para que me comprara lo que quisiera. Para mí no existían los cumpleaños, ni las navidades y esas cosas. No me regalaban nada… Me dieron esa tarjeta para que me encargara yo de todo, así que no sabía qué sorpresa era esa.
-¡Tu madre y yo nos vamos a vivir a Francia!-gritó ilusionado.
-¿Mamá… Y tú?-pregunté.
-Sí-sonrió-Como ya eres mayor para cuidarte solo hemos decidido comprarte una casa para ti solo-dijo ilusionado.
-Solo…-solté.
-¡Si! ¿No es genial? Lo que hubiera dado yo por librarme de mis viejos a tu edad...-me revolvió el pelo.
-¿Dónde viviré?-dije desilusionado.
-Donde tú quieras. El mundo es muy grande, elige una ciudad-me guiñó un ojo.
-Quiero vivir en la ciudad de PIKA RECORDS-sentencié.
-Oh, vale-asintió.
Ni siquiera me preguntó el por qué. Solo quería quitarme de enmedio. Así que después de hablar (él sobre todo) de frivolidades, nos fuimos a dormir, y al día siguiente ya tenía casa.
-Bueno, el taxi llegará en cualquier momento, tesoro-sonrió mi madre.
-Vale…-dije por lo bajo.
-Ten mucha suerte, Sergi-dijo mi padre con una amplia sonrisa.
-Que te vaya bien en tu nueva casa-dijo mi madre mirándome.
-¿Vendréis a visitarme?-dije alicaído.
-Seguro-soltó mi padre.
Era mentira… Nunca me visitaron… Pero yo ya lo sabía. Mi madre me abrazó y me dio un beso, mi padre me dio una palmada en el hombro. El timbre sonó y el taxista vino a por mí. Yo miré atrás y les vi sonreírme, así que me fui. No quería molestarlos… En el fondosiempre supe que fui un estorbo, fui un accidente. Ellos no querían un hijo que frenase su fama. Aunque supongo que me querían a su manera, nunca supuse ningún interés para ellos.
Mientras el taxi se alejaba de la que fue la casa de mi infancia unas lágrimas brotaron de mis ojos, sentía frío… Estaba solo. Y pensaba que así sería por el resto de mi vida. Para evitar que la gente sintiera lástima de mí diría que mis padres estaban de viaje. Pero era mentira, mis padres me habían abandonado… Para siempre…
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Capítulo 4: La verdad es descubierta y esta historia sigue abierta
JOSE
Mi hermano llevaba ya una semana con nosotros… La verdad es que se hizo amigo de Sergio muy rápido. Comprar a los críos con regalos es muy fácil… Empezaba a sentirme un poco desplazado, porque esos dos pasaban todo el día juntos.
-¡Sergio! ¡Vamos a jugar al Kingdom Hearts!-dijo mi hermano ilusionado.
-Vale, pero es de 1 jugador-dijo Sergio serio.
-¡Claro! Yo juego y si hay algo que no puedo pasarme te lo pasas tú, ¿vale?-sonrió Pablo.
-Ah, claro…-dijo Sergio pensativo.
-¿Y no preferirías que te lo pasara yo, Pablo?-dije para sentirme integrado.
-¿Tú? Pero si eres un manta-dijo mirándome levantando una ceja.
-¡N-no soy tan malo!-dije indignado.
-Pero si te vencía Lado oscuro, que es el primer malo…-suspiró.
-¡Es que no podía acertar! ¡Sus manos se movían mucho!-dije enfadado.
-Pues yo me lo pasé a la primera-me miró Pablo levantando ambas cejas.
-¡No tenía suficiente nivel!-grité.
-Si luego luchaste contra la armadura al nivel 20 y te destrozó. En cambio Sergio se la pasó al nivel 3-dijo Pablo sonriendo a Sergio.
-Luchar con los pequeños es aburrido-sentenció Sergio.
-Tsk… Me voy a preparar la cena-dije levantándome del sofá.
-Helado, por favor-dijo Sergio.
-¡Siiii! ¡Guay!-gritó Pablo.
-(No sé si es una buena influencia para mi hermano…)-pensé para mí.
No dejaban el juego ni un segundo, aún cenando siguieron jugando, hora tras hora. Al poco tiempo ya estaban por casi el final del juego.
-¡Mis amigos son mi poder!-gritó el protagonista del juego.
-Mmm…-soltó Sergio.
-¿Te pasa algo, hermanito Sergio?-dijo Pablo preocupado.
-(¿H-hermanito S-Sergio?)-pensé cabreado.
-Nada… Pensaba… En lo que dice…-dijo Sergio pensativo.
-Tener amigos es lo mejor, seguro que Aarón nunca me traicionaría-sonrió Pablo.
Miré a Sergio que estaba con la cabeza en las nubes. Él decía que solo había tenido un amigo, ¿estaría pensando en ese tal Ketral? Mi humor empeoraba por momentos, ¡¿me estaba poniendo celoso?!
-¿Quién es tu mejor amigo, Sergio? ¿Es mi hermanito?-sonrió pícaramente Pablo.
-¿Eh? ¡Pablo!-dije avergonzado.
-No-soltó Sergio sin darle importancia.
-Jiji… Qué plantón te ha dado, hermanito-se rió Pablo.
Espera… ¡¿Qué?! Yo… Yo no era… Su mejor amigo… ¡¿Prefería al frikazo aquel?! Mi sangre no paraba de hervir, me estaba entrando mucha mala hostia, y debía controlarme. No podía mostrar una escena delante de mi hermano.
-Me voy a dormir-dije con el ceño fruncido.
-21:12-dijo Sergio.
-¡TENGO SUEÑO, ¿VALE?!-grité enfadado.
Los dos se sorprendieron, pero a mí me dio igual. Me fui a la cama a dormir. Desde que mi hermano vivía allí, Pablo y yo dormíamos en la cama de matrimonio y Sergio en el sofá. No me apetecía nada verles a ninguno de los dos, así que me tiré en la cama y me dormí lo más rápido que pude.
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En mitad de la noche noté cómo era zarandeado de un lado para otro. ¡Joder! ¿En esa casa no se podía dormir tranquilo? Al abrir los ojos vi a Pablo mirándome enfadado.
-Tsk… ¿Se puede saber por qué me despiertas?-suspiré de mal humor.
-¡Hermanito! ¿Cómo has podido ser tan capullo?-dijo cabreado.
-¡Ese lenguaje!-le dije incorporándome.
-¡Sergio ha estado llorando por tu culpa!-gritó zarandeándome.
-¿Q-qué?-dije sorprendido.
-Después de que te fueras se quedó tranquilo, así que no le di importancia, pero al cabo de un rato empezaron a caer lágrimas de sus ojos. Aunque su expresión no cambió…-dijo con el ceño fruncido.
-(Es raro que llore… Debe de haberle afectado mucho… Mierda, soy un gilipollas…)-pensé para mí.
-Le pregunté que qué le pasaba y me dijo que no era nada, se limpió y seguimos jugando, pero… De vez en cuando se le volvía a escapar el llanto. Se limpiaba las lágrimas disimuladamente para que yo no lo notara, ¡pero no soy tonto! ¡Estaba triste porque lo has tratado mal!-gritó mi hermano pequeño regañándome.
-Lo… Lo siento… (He sido un idiota… Estaba celoso de mi propio hermano, y lo he pagado con él sin motivo. Tengo que ir a disculparme…)-dije abatido.
-¡Baja esas escaleras y pídele perdón!-gritó mi hermano decidido.
-Si…-dije triste.
-Mmm… Ahora que lo pienso, no llevaba pijama. ¡Será mejor que le lleves uno!-dijo mi hermanito pensativo.
Corrió hasta el armario como alma que lleva el diablo. Reaccioné tarde, no pude detenerle para que no encontrara los aparatos sexuales que tenía Sergio ahí dentro. Mi hermano abrió el armario de un tirón y sin pensarlo. Pero la sorpresa no fue solo para él, pues lo que había dentro no era tampoco lo que yo creía que había…
-E-esto… Esto es…-dije Pablo sorprendido.
Ante Pablo aparecieron toda clase de pósters, fotos, merchandising y discos de una leyenda del pasado, esa leyenda del pasado era yo… La habitación estaba llena de cosas de DJ COCK.
-É-él… ¿Sabía qu-quién era yo?-dije con los ojos como platos.
-Aquí hay hasta DVDs de tus anuncios, hermanito…-dijo Pablo sosteniendo un DVD.
En la carátula ponía “DJ COCK helados blackstyle” (no sé en qué pensaba para anunciar unos helados racistas…).
-Espera, ¡¿por eso…?!-dije confundido-¡Vamos, Pablo! ¡Tenemos que despertar a Sergio!
-Es mejor que habléis esto solos, hermanito. Yo estaré en la cocina comiendo helado-sonrió.
-Gracias, Pablo. Eres muy maduro para tu edad… (Aunque bien que aprovechas para atiborrarte de helado…)-dije dándole un beso en la frente.
Bajé corriendo hasta el salón. Allí estaba él, sentado en el sofá mirando hacia la nada, la oscuridad inundaba la estancia. Su cara no tenía expresión, como de costumbre.
-¿Sergio?-dije preocupado.
No hubo respuesta.
-Lo siento, de veras… Me he comportado como un idiota…-dije arrepentido.
-Frío…-susurró.
Alzó la vista y pude ver su cara, el labio le temblaba, las lágrimas brotaban de sus ojos y me suplicaba con la mirada que estuviera a su lado. Corrí a abrazarlo, nos fundimos en un caluroso y agradable abrazo que pareció calmar su corazón.
-Lo siento, de veras… Perdóname, por favor-dije abrazándole fuerte.
-No te vayas… Nunca… Te necesito… Necesito… Mi hogar…-dijo entre sollozos.
-Estoy aquí, Sergio. No me aparto de tu lado… Y nunca lo haré-me separé de él, le agarré de las mejillas y sonreí.
Aquel parecía el momento perfecto para un beso de película, pero mis sentimientos no estaban del todo claros, así que no me atreví. En ese momento volví a caer en la cuenta, ¡el armario!
-Vamos arriba… Tenemos que hablar-dije serio.
-Sí…-susurró.
Lo cogí de la mano y lo conduje hasta arriba, parecía feliz cuando su mano entró en contacto con la mía. Incluso me pareció ver como una sonrisilla aparecía en su rostro. Al llegar, vio el armario abierto y apartó su mano bruscamente, me sorprendí y le miré.
-¡L-lo siento! Y-yo… ¡Pensarás que soy un bicho raro! ¡Un obseso!-gritó.
-(Es la primera vez que grita… Y que se pone tan nervioso. Normalmente su tono de voz es más calmado…)-pensé para mí.
-Desde que soy un niño… Solo te he tenido a ti, a tu música… Siempre… ¡Siempre has sido mi hogar!-volvió a llorar de nuevo.
-Tranquilízate, Sergio…-le dije cogiéndole de la mano-Y cuéntamelo todo.
-Sniff… Todo comenzó cuando yo tenía 5 años. Tú tenías 7…-sollozó.
Mis padres solían no estar en casa, y la única persona que me cuidaba era Gladis, la asistenta. Apenas conocía a mis padres, pero yo los quería muchísimo… Así es el ser humano, quiere lo que no puede tener…
El mundo en el que yo me crié era un lugar horrible, todo el día rodeado de niñeras que solo cumplían con su labor, no me querían ni un ápice. Y mis padres, no es que me apreciaran mucho más. Crecí sin amor, y tuve que oír durante años cómo las sirvientas hablaban mal de mí y de mis padres.
-El padre de este crío es un mariconazo, seguro que está con la mujer para disimular-dijo Juana, una de las sirvientas.
-Hay muchos rumores que dicen que tanto marido como mujer son homosexuales, pero que se casaron porque sus familias jamás los hubieran aceptado. Incluso tuvieron un hijo para que la farsa fuera creíble-asintió Manoli, otra sirvienta.
-Normal que el crío sea tan raro, tiene ya 5 años y apenas habla… Qué repelente…-dijo Juana suspirando.
Yo estaba allí, justo detrás de ellas, mientras charlaban. Pero no importaba, mi presencia no importaba. No le importaba a nadie… Me sentía invisible… Durante aquellos años aprendí que las palabras pueden herir más que cualquier otra cosa.
-A este niño no lo quiere nadie…
-El padre es un sodomita…
-La madre es un putón.
-Hay quien dice que piensan abandonar a este niño…
Las palabras… Hacen daño… Por eso decidí no decir nada, para no herir a los demás. Cada vez que hablo mido mis palabras al máximo, y lo resumo lo máximo que puedo. Hay quien dice que no muestro mis sentimientos, pero… ¿Puede alguien que no ha recibido sentimientos mostrar los suyos propios?
Mi vida era una vorágine de soledad y desesperación hasta que, un día, las sirvientas me dejaron solo viendo la tele.
-¡Bienvenidos al espectáculo: estrellas de la música infantiles de Disney!-gritó Mickey Mouse en el televisor.
Miré con detenimiento a aquellos niños que estaban empezando su carrera, que tenían un futuro prometedor, que eran tan diferentes a mí.
-¡Y el siguiente que nos va a tocar una canción es… DJ BANANA!-dijo Mickey animado.
¿Lo recuerdas? Cuando eras un niño Disney te censuró el nombre, hasta que no cumpliste los 15 años, no te dejaron cambiarlo.
Aquel día cantaste la canción que cambió mi vida “la soledad me ha apresado, pero me da igual, me como un helado”. Era una canción absurda, que había compuesto un niño, pero que para mí significó tanto… Qué iluso era… Pensaba que si comía helado dejaría de sentirme solo.
Aunque en cierto modo funcionó. Me hacía sentir mejor. Empecé a seguir toda tu carrera, siempre me gustó todo lo que hiciste. Te admiraba desde el primer momento en que te vi. Tenía todos tus discos, posters, anuncios, todo…
Pero un día…
-¡Atención todos!-dijo Max Cool usando el micrófono-Hoy será revelada la verdad sobre la muerte de los padres de DJ COCK
-¡¿Qué?!-dijo Cock asustado.
-Cock… Lo sé todo… ¿Cómo has podido esconderle eso a tu mejor amigo?-dijo Max sonriendo.
-Hijo de la gran puta…-dijo Cock entre dientes.
Cock se acercaba a su madre en el vídeo y con la mirada perdida le clavaba el cuchillo en el corazón, el joven Cock, que debía tener unos 13 años, mató a su madre con crueldad. Su padre se despertó y se enfureció al ver que su hijo había matado a su mujer. Se lanzó a por el niño para quitarle el cuchillo, pero Cock le dio 17 puñaladas en el pecho, con furia.
Todo el estadio estaba en silencio, la cara de la gente era de horror, la única cara sonriente era la de Max Cool.
Aquel día la carrera de mi ídolo, no… De mi Dios… Terminó. Incluso me había mudado a la ciudad donde tú vivías, porque quería conocerte… Pero ya nunca sería posible. Mi vida fue de nuevo un abismo de desesperación, en aquellos días no me suicidé porque ya tenía un amigo… Kevin.
Sin embargo, él no llenaba del todo mi vacío. Un día, mientras me dirigía a casa, vi a un joven vagabundo negro en la calle, pensaba darle algo de dinero, pero cual fue mi sorpresa al ver que era él, DJ COCK, mi Dios…
Conseguí traerte a casa, mi egoísmo me superó en aquel momento. Quería que fueras mío,sólo para mí. Y para no espantarte no te dije que ya te conocía. Estos últimos meses han sido… Los mejores de mi vida…
-S-sergio… Pero yo maté a mis padres, ¿eso no te asusta?-dije confundido.
-Confío en ti… Sé que no eres una mala persona. Si lo hiciste, sería por algo. Jamás perdí la fé en ti-sonrió-Porque siempre te he amado…
Una lágrima se deslizó por su mejilla.
-Por eso no me preguntaste mi nombre jamás… Porque ya lo sabías…-dije acercándome a él.
-Ahora te irás para siempre y volveré a estar solo…-lloró aún más.
Intentaba esconder su cara llena de lágrimas de mí cubriéndose con sus manos, pero las agarré para apartarlas y le miré a los ojos.
-Yo también te amo-susurré.
En ese momento le besé. Nuestros labios se fundieron en un tierno y dulce beso carente de connotaciones sexuales, eran nuestros sentimientos a flor de piel… Era amor…
-¿Q-qué?-se apartó y sus ojos se abrieron como platos.
-Todo el tiempo que he estado aquí… Ha servido para que me enamore de ti. Eres tan dulce, tan bueno… A pesar de que muchas veces me sacas de quicio con tu forma escueta de hablar, eso te hace adorable-sonreí.
-D-DJ COCK…-dijo sollozando.
-Oh, vamos Sergio… Llevo mucho aquí… Hay confianza como para que me llames Jose-sonreí.
-J-j-jose…-dijo colorado.
-Dime-me reí.
Se puso aún más colorado y le abracé dándole besos en la mejilla.
-Creo que ya es hora de que mi hermano se vaya-susurré-O acabarás echándome… Con él aquí no puedo “pagarte el alquiler”.
Se rió y nos besamos de nuevo, aquello fue el comienzo de mi relación con Sergio, la persona más importante de mi vida, y a la que siempre querré por encima de todos los demás… Porque él… Me salvó de vivir en la calle.
FIN
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Y con esto acaba este pequeño spin-off. Espero que os hayan gustado las aventuras de Sergio y Jose, alias DJ COCK. Como ya os he dicho, probablemente estos dos protagonicen algún episodio suelto de Videogames and rock and roll: Kevin’s revenge. Pero para eso habrá que esperar… Bueno, ya sabéis, no os perdáis el estreno de la segunda temporada, el 25 de diciembre. Hasta la próxima.
OS SALUDA
EL ENTERRADOR