Barristas

Ale va a casa como cada día, pero su bus va lleno de barristas, que quieren alentar a su equipo.

Alejandra tiene 15 años y ojos café, bonita figura y una coquetería propia de su edad, son las 18:00 horas, cuando sale del cole con sus compañeras, camina con ellas hacia la parada mientras acorta por la cintura la falda tableada del uniforme, siempre comentaba lo mismo

Estas monjas, "el largo de la falda es bajo la rodilla", al menos una cuarta sobre debería ser, se quejaba cada día, mientras repetía la operación.

Ale, que hace hoy, pregunta Cecilia

Hoy quedo sola en casa, así que viene diego

¿Y tu mama?

Viajo, tenia que atender no sé que cosa fuera de la ciudad vuelve el domingo.

Y se van a quedar en tu casa

Tu que crees contesto coqueta

Ale, salía con Diego hace 2 meses y aunque aun no se había acostado con él, no iba a ser el primer hombre en su vida.

Las dos chicas conversaban animadamente en la parada del bus, ya casi eran las 19:00, y ale estaba desesperada por irse, quiere llegar pronto a casa para preparar la velada con Diego, solo le servia un bus y pasa cada media hora, miro nuevamente y como de costumbre el bus se acercaba puntual. Pero no-venia vacia.

Maldición, hoy hay partido

Espera el que sigue, contesta Cecilia

Ni, loca que subo como pueda, si no tengo que esperar media hora mas

Ale hizo parar el bus, y el chofer le indico que entrara por la puerta de atrás, ale corrió hacia la parte de atrás de bus bajo la mirada de un bus lleno de jóvenes barristas, tres chicos amablemente, bajaron para que subiera a la pisadera, luego ellos subieron tras ella, la puerta se cerro.

El bus se circulaba por la ciudad y los cantos de los barristas ahogaban cualquier oro sonido, fue ahí cuan Alejandra se percato de cómo los tres amable caballeros, miraban fijamente su entre pierna desde abajo.

maldición, olvide bajar la falda, ya no puedo hacer nada, al final con que miren no pierdo nada, me hago la que no me doy cuenta mejor

ale estaba en el segundo peldaño mas alto de la escalinata, pero no podía moverse estaba rodeada de barristas que la apretujaban, por eso no se extraño cuando empezó a sentir un bulto que se apretaba contra su culo, que fue rápidamente acompañado de una mano que rozaba su pierna

mejor me bajo, pensó

Pero cuando trato de alcanzar el timbre, un chico se interpuso, mientras otro puso una filosa cochilla en su cintura.

no te bajes preciosa aun quedan 30 minutos para llegar al estadio.

Ale, quedo paralizada, pensó en gritar, pero nadie la escucharía, solo se escuchaba el canto, se que se quedo quieta.

Varias manos comenzaron a tocarla sentía como distintos chicos, tocaban sus nalgas y piernas, quería llorar, pero no lo hará, no les voy a dar ese gusto. Mientras trataba de no sentir con los ojos cerrados escucho la vos del tipo del cuchillo.

petizo, ven

llamaba al mas joven del grupo un chico de unos 13 años, que amablemente permitió el paso de Ale, mientras recorre las piernas de Ale con la navaja.

El petizo, después de una habilidosa estrategia queda frente a Ale

peti, te tengo un regalito, dejo el tipo del cuchillo, que levanto la falda y coro la braga de Alejandra, que callo de lado dejan su coño al descubierto.

Bien peti, hoy te haces hombre, todo reían, tu pendeja tranquila o te va a costar, Ale no dijo nada, y tu petizo te vas a comer ese coño hasta que aprendas.

El petizo se abalanzo bruscamente, tratando de poner su cara, pero su inexperiencia lo traicionaba, así que solo lograba pegar lengüetazos, el chico del cuchillo lo empuja

yo te boy a enseñar pendejo

Tomo a la chica por el culo y pegando su cara a al coño de Ale, le estaba comiendo el coño con furia, tremendamente excitado, trataba de meter su lengua lo mas profundo en el interior de ella, mientras su dedo jugaba alrededor del ano de la chica.

Ale sentía aquella lengua experta en su interior que jugaba con sus labios y su clítoris, jamás le habían comido el coño, de esa manera, tan salvajemente, no quería disfrutarlo pero no puede hacer nada el tipo es un experto, su respiración se fue agitando poco a poco, cuando ya no podía mas, sintió como el dedo del chico, entro levemente en su culo, aun virgen, ella ya no pudo mas y descargo todos sus jugos en la boca del chico, quien los lamía y bebía totalmente enloquecido.

Esta perra si que esta buena, viste como se hace, le dijo al petiso, corto el otro lado de la braga y la guardo, se movió y le dejo su lugar al chico.

El petizo se puso frente a Ale tomándola por las piernas, y se acometió a la tarea de comer el coño de Alejandra, el chico lo hacia entusiastamente, pero sin habilidad mientras el grupo seguía alentándolo, de vez en cuando Ale habría los ojos, pero prefería no ver, fue ahí cuando noto que el tipo junto a ella se estaba pajeando, mientras vio el espectáculo.

Faltaba menos de dos cuadras para llegar al estadio, cuando el tipo de cuchillo, empujo al petizo, de un tirón, acerco su verga púrpura y brillante y acabo dejando las piernas de ale totalmente chorreadas, todos reían, Ale comenzó a sentir que líquidos cálidos y espesos comenzaban a caer en sus nalgas, al menos tres tipos de los que estaban atrás de ella también se habían pajeado, para moquearle esos exquisitos cachetes.

Los tipos guardaron sus vergas mientras el bus paraba

Este es mi hijo, gritaba el del cuchillo, el come coños. Mientras le entregaba el calzón como premio, al petizo.

El bus paro, y todos bajaron, a empujones, Alejandra no se movió, veía como los tipos caminaban hacia el estadio, ella avanzo 2 cuadras mas, solo quedaron uno pocos pasajeros en el bus, pero nadie noto nada extraño en ella.

Se bajo y camino a casa, llena de rabia e impotencia, mientras las lagrimas corrían por sus mejillas.

Esa noche Alejandra no abrió la puerta a Diego.