Barberia Especial
Como la crisis de los 40 me lleva a una barbería muy particular.
Barbería especial
Ya con 4 décadas encima, casado desde hace más de 10, la crisis golpea fuerte, no se por cual razón. Dejé crecer mi barba y mi pelo, y todos mis conocidos me tildaban de ridíclo.
Hasta que un día encontré un lugar muy especial en el centro de San José, llamado "BARBERÍA VIP", al ingresar me recibió una mujer de no más de 25 años, alta, blanca, con unas hermosas y sugestivas tetas, una minifalda de mezclilla. Solicité el servicio de recorte de cabello y arreglo de mi barba, sin embargo, me entregó un formulario, pues como el rótulo lo indicaba en el negocio únicamente se atiende a gente VIP cuyas referencias debían ser comprobadas.
Al fin terminé de llenarlo y con mucha curiosidad le indiqué a la mujer llamada, Laura, que me mostrara las instalaciones para determinar si valía la pena continuar o no. Me hizo pasar a través de una cortina bien gruesa y elegante, encontré un salón bien amplio con 3 sillas de barbero, así como todos las herramientas que tiene cualquier salón de belleza. Mi sorpresa se da cuando salen 3 riquísimas mujeres en ropa íntima, y se presentan como las encargadas de realizar los trabajos, cada una de ellas con una especialidad diferente.
Ginger, mujer de 26 años, de mediana estatura, con un culo y unas tetas de ensueño, su ropa íntima de color morado con negro, el brazier de media copa que apenas y podia sostener ese par de melores, el hilo dental haciendo juego y el hilo dejaba ver perfectamente los labios vaginales sin un solo pelo, responsable de los cortes de cabello, según ella, con más de 5 años de experiencia.
Rocío, 22 años, alta, rubia, tetas normales pero con unas piernas y un culo como para matar a cualquiera, su ropa íntima de color azul, el brazier con huecos en los pezones, que sobresalían como pidiendo ser mamados, con ligueros, pantimedias negras y el calzón al igual que el brazier con dos huecos, uno que dejaba ver perfectamente su mico, con unos labios deliciosos como mojados con aceite y al dar la vuelta me muestra el culo, pensé que iba a morir de la perfección de nalgas que tenía, firmes, duras, nunca había visto nada igual de hermoso, responsable del "área" de barba y depilación.
Karla, la mayor de todas, 33 años, trigueña, con unos ojos negros y una mirada profunda como para desarmar al más macho. Me llamó la atención la firmeza de sus tetas y pezones calculé como 36 B, el resto de su cuerpo normal, nada extraordinario, su ropa íntima contrastaba con las de Ginger y de Rocío. Responsable del "área" de eliminación de estrés.
Salí del local cruzando los dedos para ser aceptado y poder optar por cualquiera de los servicios que brindaban. A los pocos días recibí la llamada de Laura, confirmando que había sido aceptado y que para el lunes a las 3:00 de la tarde tenía cita.
Ese fin de semana pasé templado pensando a cual de las tres "especialistas" escogería para que me tratara.
Llegué puntual a la cita, fui recibido por Laura, quien me brindó un coctel, que sabía a maravillas. Posteriormente me informó sobre los precios de los servicios, lo bueno tiene siempre un alto precio, que no me importó en lo más mínimo. Me sugirió que iniciara con Ginger para que cortara mi cabello y acepté gustoso.
Pasé al salón y Ginger estaba deslumbrante, me indicó sentarme en la silla, para iniciar el corte, el cual llevó a cabo sin ningún tipo de insinuación, hasta que me pidió que por favor me acomodara en esos aparatos que hay para lavar el cabello. Me empezó a lavar con shampoo y fue en ese momento que las cosas cambiaron pues "misteriosamente" sus tetas se salieron del brazier y cayeron ambas en mi cara, sin esperar ni un minuto, empezé a chupar como un niño recién nacido, mientras ella como si nada continuaba con su trabajo en mi cabeza. Mi templazón era enorme, ya quería sacarme la picha para que continuara lavando mi otra cabeza. No hubo necesidad pues apereció de la nada Rocío quien se encargó de quitarme la ropa y dejarme desnudo.
Al ver esta última, que tengo muchos pelos en mis huevos, me indicó que me quedara quieto pues procedería a poner en orden esa situación, pasó una crema por mis huevos y picha y se dedicó con devoción a su trabajo, pensé que de sólo tocarle me regaría, sin embargo, pude contener mi templazón.
Ginger una vez que terminó me dio una sobada increíble y pasaba la punta de su lengua desde la base de mis huevos hasta mi cabeza, que ya estaba empapada de liquido preseminal y se metía mi picha casi completa en la boca, me miraba como en éxtasis, la volvía a sacar y chupaba mis huevos con una delicia de ensueño, "gran puta seguí mamando que chupas como una Diosa" , "que lengua mamacita tenés" "estoy que me riego, pero chupámela toda", "qué rica que estás", eran algunos de mis comentarios mientras sacaba de mi boca las tetas de Ginger pues pensaba que me moriría ahogado. Quise tocar sus micos, pero ninguna de las dos me lo permitió, manifestándome que la encargada de liberar estrés era Karla y que hasta tanto ella no lo indicara no podía ni cogérmelas ni nada parecido.
De un momento, ambas pararon de hacer su "trabajo" y sentí algo muy frío en mis huevos y picha, me estaban mojando con agua heladísima, no está por demás decir que del susto se me cayó, ambas se reían de una manera muy sensual y coqueta.
Apareció Karla completamente desnuda y les ordenó que me llevaran a su salón, el cual consistía en una camilla para masajes, pero el doble del tamaño normal.
Una vez ahí, me indicó que me acostara boca abajo para iniciar el proceso de liberación de estrés. Un masaje que empezó en las plantas de mis pies, con aceites aromáticos y de la manera más sensual imaginable.
Abrió mis piernas quedando mis huevos y parte de la picha, al descubierto, los cuales tomó y aceitó logrando que se me parara de inmediato, una sensación indescriptible se apoderó de todo mi cuerpo, sobada mis huevos como nunca nadie lo había hecho, no podía controlarme, le pedía que por favor me dejara metérsela pues iba a morirme de gusto, un gesto negativo con su cabeza fue la respuesta que recibí. Dejó de tocarme con sus manos e inició el mismo procedimiento del masaje pero con su lengua, apenas y podía tocar la punta de mi picha con su lengua, traté de levantar mi culo para facilitarle el trabajo y me dio una nalgada que me volvió a mi posición anterior, que lengua, chupaba un huevo, luego el otro, una y otra vez. Estaba al borde de una locura sexual.
Empezó a subir por mis nalgas y metió su lengua en mi culo, que estaba totalmente aceitado, la movía en forma circular, oh, el que nunca ha probado el beso negro de una mujer que lo sabe hacer, no ha vivido nada. A estas alturas ya estaba más que listo para cogérme a quien fuera y así se lo hice saber, que ya no aguantaba más, siendo que entre la labada de cabello y el masaje había pasado más de una hora.
Mandó a llamar a Ginger y a Rocío para terminar con el trabajo, quienes inmediatamente estaban a su lado, tan desnudas con Eva en el paraíso. Le indicó a Rocío que se pusiera en cuatro patas para que me la cogiera de primero, nos acomodamos y antes de metérsela de una sola vez, puso a Ginger debajo de Rocío para que hicieran un 69 precioso ante mis ojos. Se mamaban sus micos como si fuera su último deseo antes de morir, sonaban sus lenguas entrando y saliendo de una manera espectacular, Yo quería coger a como diera lugar y Karla al ver que estaba sobándomela como un espectador, me cogió la picha, se la metió en la boca, la dejó bien mojada y la llevó al mico de Rocío, para lo cual Karla tuvo que darme campo y se un solo golpe se la metí.
Karla había hecho un excelente trabajo pues pensé por un momento que Rocío no estaría lista, sin embargo, error al tener ese pensamiento, su mico estaba empapado por fuera y la lengua la había hecho mojarse por dentro como si tuviera una manguera. Se la metía primero rápido y luego aminoraba las embestidas para sentir en mi picha sus fluidos, hasta que gritó y tuvo un orgasmo, nunca había oído a una mujer gritar de esa manera. Mientras esto ocurría Rocío continuaba mamando el mico de Ginger y le metía dos dedos en el mico y uno en su culo, quien se rebolcaba como una serpiente. Sorpresa fue cuando sentí dos lenguas en mi cuerpo, la de Ginger que la pasaba por mis huevos, pues aún continuaba culiando a Rocío y otra lengua que intentaba abrirse campo en mi culo, la de Karla, ya las sensaciones sobrepasaban lo normal y sin previo aviso descargue la mayor cantidad de leche que nunca en mi vida hube tenido, mi cuerpo temblaba de placer, mientras mi picha terminaba sus últimas descargas en el mico de Rocío y las otras dos Diosas del sexo continuaban con sus lenguas.
Necesitaba un descanso y me lo dieron con creses, pues me llevaron a una tina para bañarme entre las 3, a fin de limpiar el sudor que corría por nuestros cuerpos, pues quería más guerra, sobre todo quería devolverle el favor a Karla que con toda la razón es la experta en eliminar el estrés.
Pronto relataré la liberación total del estrés que recibí por parte de Karla y como me convertí en cliente VIP y sobre todo frecuente de esta tan especial barbería.