Barbara, la reina del incesto. Introducción
Hola, me llamo Bárbara, tengo 52 años, aunque aparento cinco menos, y soy una golfa coneja.
Hola, me llamo Bárbara, tengo 52 años, aunque aparento cinco menos, y soy una golfa coneja. Toda mi vida no he parado de follar y tener hijos. Soy una ninfómana, creo que sí, si a eso se le llama follar una media de 5 veces al día desde que tenía 17 años.
Toda mi vida he estado preñada, desde que con 18 años tuve el primer niño no he parado, cada dos años de media he parido uno. O sea que siempre estoy embarazada y siempre estoy dando de mamar, ya que mis tetas han estado produciendo leche desde el principio, y no solo para los bebés.Hah
Me calienta enormemente estar preñada, y que me follen dando de mamar. Lo reconozco estoy obsesionada, soy una viciosa. Creo que esto viene de familia, está en mis genes y en los de mis hijos. Mi padre es el padre de mi madre, ya veis.
Vivo en una gran mansión a las afueras de un gran pueblo. Mi marido y mi padre son grandes empresarios de la construcción por lo que no nos falta ningún lujo. Mi marido es tan elemento como yo y le encanta el incesto y que la golfa de su mujer sea la reina, por eso me tiene bien atendida. Hasta ahora ninguno de mis hijos está trabajando, sólo disponibles para su madre, hermanas y abuela. Solo trabajan mi marido, mi padre y mi yerno. A mi marido le encanta llegar a casa y verme follando con alguien de la familia.
Me voy a describir soy una mujer voluptuosa, morena de pelo, aunque a veces me pongo rubia. Piel muy blanca. 1,69 de estatura. Soy bastante guapa, con unos ojos negros grandes y una boca de labios gordos. Tengo unas tetazas gordas con unos pezones oscuros y grandes de tanto dar de mamar, con grandes aureolas. Una barriga gorda, pues casi siempre estoy preñada y a mis hijos suelo tenerlos con bastante peso. Un buen culazo respingón y unos muslos gordos y carnosos. Sin embargo no dejo de cuidarme, tengo en casa un gimnasio con un entrenador personal para mujeres embarazadas.
Me he propuesto contar las memorias de mi pervertida vida y la de mi familia con el consentimiento de todos. Ahora estoy empezando.
Estoy sentada en una salita contando todo esto preñada de ocho meses. Todo esto lo está escribiendo mi hija mayor de 37 años en un ordenador, mientras tanto tengo al lado a un nieto de 17 años, hijo de la que está escribiendo. El angelito ha salido superdotado, desde pequeño ya tenía una polla de hombre. Y ahora se la estoy meneando con mi mano libre y apenas la puedo abarcar, le mide 25 cms! Con 17 añitos, veremos a ver como la tendrá cuando llegue a los 20. El golfillo tiene mucho interés por la historia de su abuela y últimamente no me deja ni a sol ni a sombra.
Estoy vestida con una bata de seda abierta exhibiendo mi panzón. Con las piernas abiertas porque tengo entre las piernas a mi única hija que me ha salido lesbiana. Tiene 35 años y me está chupando el coño chorreante limpiándome todos mis jugos. No veáis lo bien que come coños la jodida tortillera. Por cierto se me ha olvidado describir mi chocho. Es un coño gordo, carnoso, con grandes labios oscuros y un clítoris enorme. Como me lo chupe me corro. Lo tengo muy sensible, ya lo tengo tieso. Pero ella se limita a lamerme la larga raja (de tantos partos), para que pueda contaros mi historia. Actualmente lo tengo depilado completamente, a la moda, pero otras veces lo he tenido con mucho pelo y muy negro, contrastando mucho con mi piel blanca.
Bueno, antes de empezar a contar mi historia y la de mi familia, deciros que a mis 52 años tengo 19 hijos y seis nietos, el mayor ya tiene 24 años. En mi casa ahora vivimos actualmente 36 personas.
Además de mis hijos y nietos viven en mi casa mi padre, mi madre, mi yerno (el marido de Ana, la que está escribiendo), la madre de éste y una hija que tiene. 36 personas que me ayudan a calmar mi vicio, mi ninfomanía.
Tengo unos pezonazos y una pipa del coño muy desarrollada, gordos y largos como dedos pulgares. Joder!, voy a acabar este preámbulo porque entre los lametones de la lengua de mi tortillera y la lechita de mi nieto que ya me ha mojado toda la mano, me voy a correr. Aaaah. Cómeme la pipa hija que me voy! Ahgggg, que gustazo, ahggg, ahhhhh, ahggg……!.
Continuará muy pronto.