Barbara, la reina del incesto. Capítulo 9

Zoofilia y guarrerías

Hola soy Bárbara, esto lo estoy escribiendo yo sola en el despacho de mi marido. Un día paseando por la finca pasé por el establo y oí ruidos dentro. Entre y me encontré a mi yerno en un pajar liado con mi nieta mulatita Pepi. No veas con lo grande que es Miguel y lo chica que es la chiquilla, el contraste que hacían.

Miguel estaba sentado sobre un saco y sobre él tenía a la pequeña mujer ensartada en su nabo gordo por el ancho ojete de Pepi, hasta el fondo chocando con sus gordos huevos. Cogida por las piernas con los brazos la subía y bajaba casi sin esfuerzo metiéndosela y sacándola, la mulatita como siempre no paraba de gemir.

Yo me quedé escondida espiándolos y calentándome empecé a frotarme mi ya hinchada pipa. Cuando Miguel se vació en sus intestinos. Se la sacó y le salió un rio de semen a la niña. El hijo puta, hizo que la chiquilla se arrodillara y se pusiese a beberse buena parte del chorro de leche que había quedado en el suelo. La guarrilla lo hizo sin protestar.

Después la acercó a uno de nuestros caballos y mi nieta se metió debajo de él, le agarró el vergajo y se puso a movérselo hasta que fue saliéndole un pollón largo. Se lió a chupárselo con ganas. De pronto como si estuviese amaestrada, Pepi se puso a cuatro patas y Miguel le metió la punta del cipote del caballo en el abierto culo respingón.

Enseguida se puso a subir y bajar su culete metiéndose un buen trozo del pollón dentro. Al ver aquello me dio tanto morbo que me saqué las tetas y acariciándome los pezones tiesos y el gigante clítoris me corrí.

Decidí llamar por móvil a algunos de la familia para que no se perdiesen aquello: a mi padre, mi marido, mi hijo mayor, mi hija Paqui “la guarra” y mi consuegra Vicenta “la puerca”.

Cuando llegaron se encontraron a la niña ensartada con la tranca del caballo que ya se había vaciado en sus intestinos, le rebosaba la lefa por el ojete y cuando se la sacó le salió un rio de leche. No sé si Pepi se corrió pues parece que siempre está orgasmeando.

Mi marido se saca su cipote largo y se va por la mulatita, se la mete en la boquita poco a poco, pero con su longitud va entrándole por el esófago poco a poco hasta el estómago donde se vacía dentro. A continuación se la saca y mi yerno de nuevo empalmado se la mete a lo bestia en el culo hasta los huevos. Su gorda polla hace que le llegue al pequeño cuerpo casi hasta el estómago, se ve como se le abulta la barriga, pero la niña no se queja, solo gime.

Con los pollazos que le da mi yerno debe darle en el estómago lo que hace que a cada enbestida Pepi expulse la gran cantidad del semen que tiene en el estomago por la boca, es una escena muy morbosa que nos calienta a todos.

Cuando se corren dejan a la pequeña encima del pajar y se queda dormida echando semen por la boca y el culo.

Veo a mi hijo ordeñando a la vaca, y yo calentona me voy hacia él y le digo que me ordeñe a mí. Me pongo a cuatro patas en pelotas con el panzón y las tetas colgando. Mi hijo me mete un cubo debajo de las tetas y me las ordeña como a la vaca. Está un rato echado chorros de leche llenando medio cubo. Yo me corro sólo con los magreos de mis ubres tocándome mi mojado chocho.

Luego mi hijo sirve varios vasos de leche para todos los asistentes los cuales beben con placer.

Por otra parte mi hija Paqui se fue en busca del caballo y ya le tenía su trabuco empalmado chupándoselo. Llamó a Vicenta para que lo probara. Vicenta le cogió el pollón y se puso a chuparlo con ganas, lo sabíamos , le encantaría. Al poco el caballo se vació poniendo chorreando a la vieja de engrudo, la cual se tragó todo lo que pudo.

Después Paqui trajo dos perros grandes y le demostró a Vicenta cómo se la follaban por el culo hasta correrse y quedar enganchados con la bola. Paqui ya estaba en pelotas a cuatro patas con su globos colgando y sus anchas caderas abiertas. Con el perro enganchado a su recto hizo de mamporrera al otro perro para encular a Vicenta. El perro empezó a culearla y Vicenta a gemir mientras se quitaba la ropa que tenía pringada del semen del caballo.

A continuación Paqui demostró cómo se metía el nabo del caballo en el coño y en el culo perfectamente. Pero me hizo a mí que lo probara. Yo ya había follado con los perros pero nunca con el caballo, pero esta vez me atreví. Fue una escena morbosa verme todos bajo el caballo a cuatro patas con el panzón colgando y el cipote equino metido en mi recto hasta que el caballo me llenó las tripas de leche y yo me corrí.

Paqui trajo después un burro ya empalmado y echando a mi suegra sobre unos sacos el animal amaestrado para ello se la ensartó en el culo dándole pollazos metiéndole su larga polla enterita en el culazo de la vieja que berraba de placer y que cuando el animal le llenó las tripas se corrió perdiendo el sentido.

Después Paqui nos hizo una demostración de cómo era follada por los dos perros a la vez. Tendida de costado con una de sus patorras para arriba uno se la metía en el coño y otro en el culo. Es una especialista en guarrear con los animales.

Nos dimos cuenta después que mi padre le estaba metiendo el puño en el coño de la vaca. Paqui se acercó, saco a su abuelo y le metió todito el brazo en el hondo coñazo del animal. “Abuelo, hasta el fondo, es una vaca”, le dijo. La vaca se puso entonces a mearse y la puerca de Vicenta se metió debajo a beberse su enorme chorro de orina animal.

Después Vicenta, empapada, se agachó y se puso a cagar, primero un montón de semen que tenía en sus intestinos y luego expulsó un largo mojón muy gordo en el suelo.

A partir de ahí todo fue una orgía de porquerías con Vicenta:

  • Paqui le hizo que se bebiera su chorro y a  continuación mi hijo
  • Mi marido le soltó su chorro dentro del culo.
  • Yo la empapé con una larga meada, mientras ella se corría como una burra expulsando la orina de su culo.
  • Mi yerno la puso el culo para arriba y le cagó un duro mojón dentro de su culo abierto.
  • Paqui a continuación le endiño el mojón que Vicenta había cagado dentro de su coño.

Para rematarlo a mí me entraron ganas de cagar y le solté una mierda en su boca, la muy puerca se la comió mientras Paqui la masturbaba con su propio mojón en el coño, otra vez se nos desmayó la vieja.

Mientras estaba dormida, su hijo, mi yerno, se cagó en su puta madre y luego le embadurnó todas las tetas, barriga, culo y muslazos de mierda.

Cuando despertó la tenían en una cuadra de un cerdo semental, la pusieron a cuatro patas y el cochino empezó a follarla por el culo, sacándole la mierda que tenía dentro. Paqui le acercó el burro con la polla morcillona para que se la chupara. El borrico al rato empezó a soltarle una larga meada que la puta vieja aprovechó todo lo que pudo tragándose y con el resto se limpió un poco el cuerpo de mierda.

Entre eso y el polvo que le soltó el cerdo Vicenta explotó de placer desmayándose de nuevo quedando en la cuadra del cerdo llena de mierda.

Con tal espectáculo los demás estábamos follando, yo con mi hijo sentándome sobre su polla, Paqui con su padre y su abuelo dándole los dos a la vez uno por la boca y otro por el coño; y mi yerno el muy pervertido dándole por el culo de nuevo a la pequeña Pepi que seguía dormida sobre el pajar.