Barbara, la reina del incesto. Capítulo 6

La nueva familia.

Hola, soy la zorra, de nuevo mi madre quiere que yo os cuente este capítulo porque tiene que ver mucho conmigo. No obstante ella está presente, se encuentra a cuatro patas con sus enormes tetas y panza colgando mientras mi abuelo, su padre, le está dando por culo.

Yo estoy sentada en un sofá mientras mi suegra Vicenta me está limpiando la raja del culo porque acabo de cagar. La historia la está escribiendo la hija de Vicenta mientras su padre le da por culo, es al único hombre que permite que la toque.

Pues de eso se trata, de contar la historia de la nueva familia que entró en mi casa hace tres años cuando Miguel, mi marido que ahora tiene 55 años me dejó preñada por cuarta vez. Nunca me hubiese imaginado que me iba a enamorar con lo golfa que soy. Y mucho menos que me casaría. Pero lo hice y mis padres nos invitaron a vivir con la familia. La verdad que eso solo pudo pasar porque la familia de mi marido es también incestuosa.

Mi marido vivía con su madre, Vicenta que desde a los 30 años se quedó viuda. Vivian en pareja, como marido y mujer. Mi suegra es 20 años mayor que él. Empezó a dormir todas las noches con su hijo desde que ella tenía 35. A los quince años cuando Vicenta ya estaba teniendo la menopausia, con 50 años y creía que no se podía quedar embarazada, por sorpresa su hijo la preñó.

Tuvieron a la machorra que ahora tiene 25 años. Voy a describirlos a los tres. Paca, la machorra es lesbiana total, parece un chico y su habilidad principal es follarnos a las tías con su larga legua de 15 cms que es capaz de poner de forma cilíndrica, en forma de pene. Nos la mete hasta el fondo en el culo y en el chocho. Como ya contamos hace muy buenas migas con mis hermanas Cristina que es lesbiana y Paqui que es bi. Con esa lengua vuelve loca a cualquier mujer.

Mi marido es un hombre maduro muy fuerte y rudo, con un pollón que satisface mis grandes agujeros y unos huevos de caballo, de tal forma que cuando se corre echa por lo menos un cuarto de litro de leche. Me deja pringada cuando lo hace encima.

Su madre, y madre de su hija, que ahora tiene 75 años es una mujer también muy ruda, se han criado en el campo y han trabajado mucho. Son muy fuertes. Vicenta es gordita, pero sus carnes son turgentes porque tiene los músculos desarrollados. Se criaron en una granja y mi marido dice que recuerda a su madre hacer de todo con los animales. Sucia por las charchas como si de una cerda se tratara. Es muy puerca. Le excita lo sucio.

Vicenta “la puerca” como le decimos tiene un culo gordo, patorras anchas y redondas, tetas chicas y pelo corto moreno. Antes de emparentarse con su hijo, incluso cuando estaba casada, éste la descubrió haciendo porquerías. Se bebía a chorro el meado de su marido y de otros amantes que venían a visitarlas acompañados de su marido, borrachos, la bañaban de pis en la bañera y ella se corría como una burra.

Cuando enviudó y se encamó con mi marido y le enseñó a que cuando tuviera ganas de hacer pipí que fuera a su boca. La muy guarra se lo traga todo.

Más adelante le dijo que cuando cagara la buscase para que le limpiase el culo con la lengua. Después invitaba a antiguos amantes de los que le traía su marido y con ellos hacía unas orgías asquerosas embadurnándose de mierda y incluso comiéndose alguna de ellas.

Más adelante proponía a su hijo/esposo que le trajese jóvenes amigos borrachos para que la bañaran en orina.

Ostias, mi suegra me ha hecho que le meara en la boca mientras cuento esto y se ha bebido toda mi larga meada. Me ha calentado la puerca y le he metido el pié con el zapato de tacón hasta el empeine en todo el coño. Veo a mi madre, la vaca, siendo ordeñada por su viejo padre, ya tiene un buen charco de leche en el suelo, el cual está lamiendo un gato que tenemos en casa. Y mi marido sigue con su pollón dentro del culo de su hija mientras ésta sigue escribiendo.

Dice Vicenta que la que la envició en la guarrería fue su padre cuando ella tenía 18 años, que la violó, pero que a ella le gustó. Por lo visto su padre era un guarro también y pronto hizo que se tragara sus meados. Después de violarla le dejó sus calzoncillos sucios de orina y mierda para que ella se pajeara mientras él estaba trabajando. Le encantaba chuparle la polla siempre sucia sabiendo a meados y lamerle la raja del culo que nunca se limpiaba cuando cagaba.

Desde que se vinieron a vivir a casa, mi suegra se ha vuelto más guarra todavía, aquí tiene unos cuantos guarros y guarras que le dan lo que a ella le gusta. Principalmente mi hermana “la guarra" que le hace que se embadurne con sus cagadas para después restregarse con ella hasta correrse. A mi marido, al sinvergüenza de mi padre que siempre la llama cuando va a mear para que sea su váter, a mi hermano mayor que le encanta mearse dentro de sus tripas. Y a mi preñada madre que le encanta sentarse en el culo de mi suegra abierto como un váter y soltarle sus mojones duros dentro de su culo.

Por último decir que la vieja, con sus 75 años tiene unos orgasmos bestiales, que grita muchísimo y que de vez en cuando son tan fuertes que pierde el sentido. Yo temo que algún día le de un infarto pero mi marido me tranquiliza diciendo que siempre ha sido así, que es muy fuerte, muy bestia.

En casa los únicos que dejamos que ella nos mee encima somos mi marido, mi padre, mi hermana la guarra y una amiga suya, mi madre sobre su panza y yo, que no dudo en tragarme las meadas de la puerca de mi suegra.

Mi abuelo se está corriendo en el ano de mi madre a la vez que ella, mi marido se vacía en el culo de su hija y yo le echo una enorme cantidad de mis flujos blancos en la boca a Vicenta que se lo traga saboreándolos, ¡me corrooooo ostias!. Que suegra mas guarra, con lo vieja que es.