Barbara, la reina del incesto. Capítulo 4
Mi hija "la zorra"
Hola de nuevo, vuelvo a ser Bárbara la que habla; y la zorra de mi hija Ana vuelve a escribir, esta vez su historia relatada por mí. Estamos hoy en la salita, hoy estoy sentada en pelotas sobre mi yerno, el marido de Ana que tiene 60 años y me tiene incrustada su gorda polla en el agujero del culo mientras me acaricia las ubres lanzando chigates de leche sobre mi hija Paqui, “la guarra” que la tengo también en pelotas sentada en el suelo comiéndome el coño y bebiendo leche.
“La zorra” está sentada sobre su hermano con la polla también dentro del culo mientras este también le magrea las enormes ubres, tirándole de los grandes pezones.
Hoy voy a hablaros de ella, mi primera hija, la que parí con 20 años y que ahora tiene 37. La llamamos “la zorra” porque eso es lo que es, ¡cómo le va la marcha!. Le gustan los tíos a reventar, necesita rabo por todos los agujeros de su cuerpo, le encantan los gangbang, hartarse de machos. También tiene la habilidad de tragarse las pollas hasta el final. Por muy larga que sea se la mete hasta el esófago. Es alucinante ver como se le hincha la garganta.
Voy a describirla, es una chica muy exuberante, con una cara guapa de grandes ojos negros y gran boca. Últimamente usa gafas tipo ejecutiva porque están de moda, antes usaba lentillas. Su cuerpo es exagerado, desarrolló muy joven de tal forma que a los 18 años medía 1,79, pero como casi siempre lleva tacones mide 1,85. Lo que más resaltan de ellas son sus enormes caderas y tetas. Tiene unas piernas muy largas con unos muslos grandes y cónicos pues empiezan en un culazo que hace dos del mío. Un culo respingón resaltado por una cintura muy estrecha. Y unas tetas que no son tetas sino cántaros, muy grandes, le llegan al ombligo, unas tetas acabadas en unos pezones marrones como dedales de grandes.
Mucha gente lo verá feo ese cuerpo tan desproporcionado, pero la verdad es que a los hombres los hipnotiza con sus carnes. La zorra no se acompleja, al contrario, lo exhibe descaradamente utilizando grandes escotes, ropa ceñida para resaltar sus exageradas caderas, y faldas y pantalones cortos para enseñar los muslazos.
Ana se incorporó al folleteo familiar cuando tenía 16 hermosos años y desde entonces destacó hasta llegar, desde mi punto de vista, a ser la más zorra de la familia, y mira que es difícil superarme a mí y a mi madre “la puta”. Mi hija tiene un coño gordete depilado, con un piercing en el clítoris.
Tiene la virtud de rezumar constantemente unos jugos vaginales blancuzcos que parecen semen. Como es tan caliente siempre lleva salvaslip para no manchar los pantalones, y eso que a veces los empapa tanto que viene con los vaqueros mojados. Tiene los agujeros del coño y del culo muy hondos, donde se les puede meter las pollas más grandes. No ha habido todavía ninguna que no le hayan podido meter entera.
A los 18 años la muy puta viéndome a mi preñada de siempre se le antojó que su abuelo, mi padre con 65 años ya le hiciera un bombo. Estaba en un colegio privado, como todos mis hijos, y cuando se le puso la barriga gorda, la zorrita seguía yendo a clases con su uniforme de antes de tal forma que enseñaba la panza redonda que ya hacía juego con sus ya enormes tetas. Además solía llevar las faldas más cortas que lo permitido.
Entonces me llamó el director para hablar del asunto e intentar que la quitara del colegio ya que algunos padres se habían escandalizado y habían quitado a sus hijos del colegio. Yo fui con mi bebé, en esos momentos no estaba preñada, y con mi zorra. Pero al director le salió el tiro por la culata porque mientras me explicaba, yo amamantaba al bebé mostrándole mis ubres lecheras.
El tío se excitó, lo noté en su bragueta, le pasé el bebé a mi zorrita preñada y me acerqué a director que no dudó en mamar mi leche. Yo tenía 34 años, estaba pa comerme y así hizo el maestro, comerme el conejo recién parido. Le hice un gesto a mi Ana que dejó al bebé en el carro, se acercó a su maestro, este tendría entonces 40 años, y le sacó la polla totalmente enhiesta. Se puso a mamársela. Luego la zorra se tumbó bocarriba en la mesa del director se quitó las bragas y se abrió de patorras.
Yo hice de mamporrera para que el director se follara a mi hija preñada. Mientras lo hacía le hice fotos y de esa manera le chantajeamos, no antes de dejarle comerse las tetas de mi zorrita y correrse en su coño.
A partir de entonces no tuvimos problemas y mi hija iba al cole como le daba la gana provocando a sus compañeros y follando en los lavabos con ellos estando preñada.
Tuvo a mi nieto/ hermano Tony. Mi nieto mayor que ahora tiene 24 años y nos folla a todas con su capacidad de correrse echando múltiples chigates de semen, por lo menos 10 chorros abundantes que nos dejan empapadas y llegan al techo al hacerle pajas. Y es que tiene unos huevos gordos que le fabrican mucha leche. Al hijo puta le encanta sorprendernos echándonos chorros de leche desde lejos.
La zorra a los 25 años se encaprichó en que su padre la preñara de nuevo y lo consiguió, teniendo a mi nieto Luís que ahora tiene 17 añitos y está enamorado de mí. El de la polla grande, habrá salido a su padre, mi marido.
Cuando Ana tenía 27 se le antojó que la preñase su hermano el negrito que por aquel entonces tendría 19 años con un enorme vergajo. Parió una mulatita, no negra, se llama Pepi, como su padre. Ahora tiene 15 años y desde los 13 ya estaba follando, es muy precoz.
Pepi ha salido a su madre en las curvas puesto que tiene unas tetas tiesas y gordas y un culo y caderas grandes y respingones. Pero no se parece a su madre en la estatura, es muy bajita, parece un poco enana. Solo mide 1,50 y pesa muy poco. A los hombres los tienen loquitos porque les encanta follarse a una chica tan pequeñita, pero con un culazo y unas tetazas desproporcionadas para su estatura.
A mi hijo mayor le encanta follarsela en volandas. Otras veces me he encontrado al salido de mi padre, su bisabuelo. Sentado en la butaca con su pollón en el ojete de la negrita.
Dos cosas más sobre Pepi: primero que tiene los agujeros del coño y del culo muy abiertos, será genética de negras, y segundo que la muy viciosilla desde que empiezan a follarla no para de gemir como una niña, como si estuviera llorando, parece que están en un orgasmo continuo. Es extraordinaria. Ya os contaré más cosas de ella.
Por último mi exuberante hija Ana a los 33 años en plenitud de curvas se echó un novio. Las zorras también se enamoran (menos mi madre), y se casó con un hombre de 49 años. Pero tan salido como mi familia, al fin y al cabo también es un hijo incestuoso igual que yo. Y lo mejor es que no se fue de casa, sino que se lo trajo a la nuestra y no solo, sino con su madre y su hija. Ya os contaré.
Ana tuvo un hijo con su marido, el cuarto de la zorra cuando esta tenía 35 años.
Bueno de momento esta es la historia de mi zorra, ya os contaré más. Ahora ella se está corriendo pues veo cómo le está pringando con sus flujos blancos los huevos a mi hijo. Éste ya se ha vaciado en su culazo.
Por mi parte me voy a correr, ya no aguanto más. Mi hija “la guarra” se ha corrido ya masturbándose mientras me comía el chocho y mi yerno me ha llenado las tripas de leche con una descarga descomunal de sus huevos. Siento como una lavativa. Adiós, me voy, “chúpame la pipa guarra, trágate mis flujos. Agggggh!”.