Bárbara, la reina del incesto. Capítulo 11
Maratón sexual. Segunda parte
Puerta 6:
Entro en la habitación 6 y me encuentro con mi hija Paqui “la guarra”. Está acompañada con los cinco negros polludos contratados. La tienen bañada de semen. Los cinco se han corrido en su cuerpo y cara mientras ella les meneaba sus trancas y se las chupaba. Es lo que le gusta a “la guarra”, que la bañen de leche de macho.
Paqui se levanta resbalosa del suelo y se acerca a mí, me abraza morreándome y dejándome pringada de engrudo. “Ahora te toca bautizarte a ti vaca”, me dice mientras me estruja una de mis tetas echándose chorritos de leche en su cara embadurnada.
Me acerca a los cinco negros y empiezo a meneárselas, me da otra contracción. Me las como con ganas, ¡que pollas mas buenas!, saben a macho, a semen. Se ponen duras, durísimas y yo se las meneo alternado dos en mis manos y una en mi boca.
Mientras el negro polludo de 35 cms se la mete por el culo a “mi guarra” que está puesta a cuatro patas. Le entra entera, le llegará hasta el estómago. Me masturbo mi gorda pipa viendo como empalan a mi hija.
Los negros empiezan a correrse bañándome con su leche la cara, las tetas, la panza, el culo. Mientras, Paqui se corre y yo embadurnándome con tanto semen también me corro por sexta vez.
Me quedo derrengada en el suelo con mi preñado cuerpo lleno de esperma de negros. Paqui se acerca y me caga la leche del negro polludo en la cara, yo me la bebo y ella se pone con ganas a lamerme el semen que tengo por todo el cuerpo. ¡Cuánto olor a sexo!. No me canso de follar. ¡Ostias otra contracción!.
“Mamá te esperan en la puerta 7 ”, me dice Paqui.
En la siguiente habitación me encuentro a mi hijo gay Mario de 33 años con su novio de 18, liados con el descomunal cipote de mi marido. Hay también una mujer de mi edad más o menos, morena, pelo corto y macizota, una jamona atractiva, vamos.
“Mamá felicidades, te estaba esperando para que me ensanches el culo como tú sabes para que papá me meta su trabuco” me dice.
Me acerco a el que está desnudo y mientras su novio sigue mamándosela a mi marido yo empiezo a meterle la mano en su abierto culo. En seguida su padre se agacha y se pone a menearle la polla ya tiesa de Mario. Yo le empujo y como siempre sacando y metiendo mi brazo me lo va lubricando con sus jugos hasta metérselo mas allá del codo.
Se lo saco y le digo: “ya estás preparado”. Mi marido con su estaca se la mete poco a poco hasta los huevos, 30 cms de polla en las entrañas. Mientras mi hijo disfruta del la tremenda enculada, su novio me presenta a la madura.
“Es una sorpresa que te quiere dar tu hijo” me dijo. El maricón del novio de mi hijo le quitó la falda y las bragas. ¡Ostias no era una tía, era un transexual con un pollón enorme, tan grande como el de mi marido!. Pero tenía cuerpo y cara de mujer.
Me dijo que se follaba a mi hijo y a su novio con esa tranca y que a mi hijo se le había antojado que viniera a follarme para mi cumpleaños.
Yo me quedé fascinada viendo a ese pedazo de tía con ese pedazo de polla. No me hizo falta que me lo pidiera, me acerqué a ella y la besé agarrándole la polla morcillona que pronto se levantó durísima.
La desnudé del todo y me agache a comerme aquella tranca. Ella tampoco se quedó quieta sino que se puso a comerse mis famosas tetas y llevarse su ración de leche de “la coneja”. ¡Que dura tenia la polla, durísima y levantada hacia arriba!.
Me apoyé en la cama y le ofrecí mi culo “ no me la metas en el coño que estoy de parto”. Me la endiñó hasta los gordos huevos en mi recto. ¡Dios, que gusto, qué dura!
Mi marido ya se había vaciado en los intestinos de mi hijo y éste se puso delante de mí en la cama ofreciéndome su polla tiesa. Me la comí mientras me enculaba Beli. El chiquillo de su novio a su vez se la metía por el culo a la mujer con polla agarrándole las apetitosas tetas.
El primero que se corrió fue mi hijo tragándome su semen, luego fui yo ¡de nuevo otra contracción!, casi a la vez Beli me soltó unos chigates de semen muy fuertes dentro de mis intestinos.
Se salió de mí e hizo que el novio de mi hijo se corriera en su boca para beberse su semen.
Mi hijo me dijo que pasara a la puerta 8 que era el cuarto de baño grande.
Ya tenía contracciones cada 10 minutos. Entro en el enorme cuarto de baño y me encuentro a la puerca de Vicenta en pelotas con los guarros de mi padre, mi hijo mayor y mi yerno, su hijo. Están todos con el culo en pompa mientras la rolliza vieja va chupándoles el culo uno a uno enjuagándoles también los huevos y dejándoselos limpitos.
Vicenta: “Hola coneja, felicidades. Menos mal que ya has llegado. Te tengo guardado uno de mis puercos regalos. Hace una semana que no cago y lo voy a echar todo para ti. Ya no aguantaba más”
Vicenta se pone en cuclillas y aprieta, debe estar estreñida pues se pone colorada. Poco a poco va soltando un gordo y largo mojón duro. Debía ocuparle unos 30 cms de intestinos.
“Uf, que alivio, me he quedado descansando, ahora que tengo el culo abierto necesito algo dentro”. Dice “la puerca”.
El pervertido de mi padre le metió el puño en el recto empujando hasta el fondo pasando más allá del codo. “Agh, que gusto. Muévelo, magreame las tripas guarro” dijo Vicenta. Así estuvo un rato mi padre.
Luego le sacó el brazo lleno de restos de mierda y se lo dio a la vieja. “límpiamelo con la lengua puerca” le dijo. Vicenta se lió como loca a chupar su propia caca del brazo de mi padre hasta dejándoselo limpio. Mientras, éste me retó a meterle yo el brazo a la puerca. Como estaba salida (cuanto más me corro, más caliente me pongo), se lo metí hasta casi el hombro. ¡Qué culo más grande tiene mi consuegra!
Luego hizo lo mismo con mi brazo, limpiándomelo con la lengua. A continuación mi padre le dijo “Abre la boca y traga puerca”, le soltó una meada en la boca que la mujer de 75 años se tragó enterita.
Vicenta llamó a su hijo de 55 años, se puso de pié y su gran hijo se arrodilló ante su madre mientras esta le soltó un gran chorro de pis bañándole la cara y bebiéndose lo que pudo. Después, la vieja cogió su propio enorme y duro mojón del suelo y metiéndole la mano en el culo a su hijo se lo abrió para incrustarle totalmente su mierda en el recto.
Le cogió la polla dura y gorda con la mano llena de mierda y embadurnándosela se la meneó haciendo que en un minuto su hijo eyaculara en el suelo.
Yo me sentía con ganas de mear, así que sin pedir permiso me acerqué a “la puerca” y le solté un gran chorro bañándole todo el cuerpo. “Aggh guarra, me meas, no sabía que eras tan puerca” me dijo.
Mi hijo se acercó a nosotras que estábamos tumbadas en la bañera y nos metió a cada una un puño en nuestros chorreantes coños. Vicenta se corrió como una burra perdiendo el sentido.
Mi yerno se acercó y me soltó una larga meada por mi panza y mis tetas. Luego se abrió el culo y me soltó la mierda de su madre sobre mis tetas. Mi hijo seguía bombeándome el coño y yo caliente me restregué la mierda por las tetas la panza y el coño hasta que me corrí, sintiendo de nuevo otra contracción.
Mi hijo me espabiló meándose sobre mi cara diciendo: “Bébete mis meados mamá”, trague un poco, era la primera vez que bebía pis y me chupaba los dedos llenos de caca, lo cual me hizo repetir otro orgasmo.
Vi como mi padre se cagaba sobre “la puerca” y ésta, ya despierta, cogía su duro mojón y se lo metía en su coño, ¡que guarra, dios!
Los hombres se desahogaron follándonos de la siguiente forma dentro de la gran bañera: Mi hijo dándole por culo a Vicenta, mi padre me metió su polla en mi recto y mi yerno me metió su pollón de nuevo tieso y sucio en mi obscena boca.
Vicenta se corrió otra vez estrepitosamente mientras se follaba el coño con el mojón de mi padre mientras mi hijo se corría en su culo.
Mi padre se vació en mi culo y mi yerno en mi garganta. Luego con las mangueras de la bañera nos limpiaron bien con gel de baño dejándonos limpitas.
Sentí una contracción grande y me puse de pié, “la puerca” se amorró a mi chocho y en esos momentos sentí como si me meara, pero no, ¡estaba rompiendo aguas!, soltando gran cantidad de líquido amniótico sobre la vieja macizota. Ella al ver de qué se trataba se bebió todo lo que pudo. ¡”Agh, que bueno, la primera vez que bebo esto, está buenísimo”.
Mi marido y mi hijo se alarmaron y se dispusieron a llevarme al hospital. Yo dije que no, que iba a parir de nuevo en casa y pregunté si quedaba alguna habitación por probar, me dijeron que sólo una, pero que ya no había tiempo, que estaba de parto. Yo insistí en completar el recorrido del vicio. Así que me fui a la última habitación que era mi cuarto de matrimonio.
En la 9ª y última puerta me encontré a Ksenia, la amiga de mi hija Paqui agachada rodeada de un montón de hombres como a ella le gusta. Estaba chupando las pollas a los cinco negros contratados, la transexual Beli, mi marido, mi hijo negro, mi hermano/nieto Julián, y mis nietos Toni y Luís. 11 pollas para ella solita, todas empalmadas.
Ksenia se atragantaba tragándoselas hasta el fondo, babeando, y los tíos le sobaban al zorrón sus tetas tiesas su buen culo, y le metían dedos en el ano y la vagina.
Ksenia: “Hola Bárbara, felicidades, vente conmigo. Aquí hay pollas de sobra para las dos”
Yo sentía cada vez más fuerte las contracciones, pero más caliente estaba. No pude evitar la tentación de acercarme a hártame de pollas.
Me lie a chupar vergas, cipotes, pichas, pitos, nabos y vergas. Enseguida nos repartimos los tíos, cinco para mí y cinco para la golfa de Ksenia. Y la madura con cipote se fue con la chiquilla traspasándole el orto con su tremenda tranca. Ksenia dio un grito desgarrador pero enseguida mi marido le cayó la boca metiéndole su nabo dentro de ella.
Cuando me harté de chupar penes empezaron a follarme por todos los agujeros. Si, también por el coño a punto de parir. Yo orgasmeaba ya continuamente mezclándose con el dolor de las contracciones.
Me puse muy salida cuando miré a ksenia y vi como tenía en una postura imposible dos rabos en el culo, dos en el coño y uno en la boca. Los cinco tíos a la vez la hacían correrse.
A mí también me metieron dos pollas a la vez en el coño vaciándose dentro. El último orgasmo lo tuve con la anaconda del negro en mis tripas mientras mis dos nietos me mamaban chorros largos de leche de mis pezones que habían empezado a manar como una fuente, sin tocarme.
De pronto sentí que mi bebé se me encajaba, salía del útero y forcé al negro a que me sacara el pollón del culo. En esos momentos estaba toda la familia en la habitación observándome. Mi madre y mi marido intentaron ayudarme, pero yo les grité:
“Dejadme sola, quiero parir sola y de pié”!!
Me agarre a una puerta y agachándome y levantándome durante un rato fui dando salida a la cabeza de mi nuevo hijo, el número 20. Mis pechos no dejaban de manar leche que caía al suelo. De mi coño y mi culo salía semen que me corría por las piernas abajo.
Me agaché hacia delante, di un gran grito, me incorporé y expulsé la cabeza, me puse las manos debajo. Di otro empujón y salió un hermoso niño que cogí entre mis brazos. En esos momentos sentí un orgasmo tremendo. Mi madre corrió hacia mí y cogió al bebé. Mi marido me echó en la cama, estaba casi sin sentido.
Me pusieron el bebé sobre las tetas y mi madre matrona me cortó el cordón umbilical. Al rato ella misma, con su maestría, metió su mano en mi coño y me sacó la placenta. Me limpió dejándome el coño abierto y sin una sola grieta, nada de sangre.
Así fue mi espectacular último parto. De esto hace ya dos semanas y media. Todo esto lo estoy relatando mientras cabalgo sobre la polla de nuestra amiga Beli.
Hemos decidido que me preñe una transexual. Ya tengo el coñazo en condiciones y su tranca seguro que me llena directamente el útero de leche. Mientras la cabalgo le magreo las tetas mientras las mías botan arriba y abajo sin dejar de expulsar chorros de leche.
“¡Oh, qué gusto, me voy, préñame golfa, córrete en mis entrañas. Aggggh, Aggggh.!”.
Concluirá…