Barbacoa en el rio
Como un joven pasa de ser invitado a una barbacoa a ser el postre de la misma.
Todo sucedió durante una de las comidas camperas que celebrábamos en mi familia, mis padres (Vicente y Mar) se juntaban con mis tíos (Carmen y Santi) y un matrimonio amigo (Leo y Rodolfo) para pasar el domingo caluroso de verano, junto a la ribera de un pequeño río que pasa por mi ciudad.
Íbamos bien temprano hacia un pequeño claro, que se abría en el bosque junto al río, sin duda era el mejor sitio de la zona y más tranquilo, muy codiciado por la gente para celebrar sus reuniones familiares, por lo que si te retrasabas un poco, te tenías que buscar otro sitio más masificado donde realizar las parrilladas.
Yo ya empezaba a salir con mis amigos, y estas reuniones me empezaban a aburrir soberanamente, prefería estar por ahí no haciendo nada, hablando de fútbol y chicas con mis colegas, que pasar el domingo con mis padres y mis tíos, solo, ya que mis primos eran más mayores y hacían su vida y el matrimonio amigo de mis padres no tenía hijos, así que me pasaba todo el día de aquí para allá metido en las conversaciones de mis padres, escuchando aburridas conversaciones sobre política y trabajo, que sólo se animaban cuando el vino de la comida hacía efecto en ellos y subían un poco la picardía de sus conversaciones.
El día transcurría como de costumbre, los hombres se dedicaban a encender el fuego para poder asar la carne, hablando de sus cosas, intentando ser siempre el que más sabía de todo, de cómo se hacía el fuego, de cómo se asaban mejor las chuletas, mientras las mujeres se dedicaban a preparar las mesas de camping mientras hablaban de las famosas que salían en la tele y en las revistas.Yo apaciguaba un poco el calor bañándome en las heladas aguas del río.
Terminamos de comer, y como de costumbre los hombres se echaban la siesta bajo la sombra de un pino cercano, mientras las mujeres se dedicaban a fregar los utensilios y hablar de sus cosas mientras tomaban algún vasito de champán que habían traído para terminar la comida a forma de celebración.
Yo ya no se que hacer para pasar el aburrimiento, me quería bañar, pero la rigidez de mi madre con el tema de la digestión me tenía prisionero sin poder hacer nada.
Me acerqué hacia el grupo de las tres mujeres para ver si podía convencer a mi madre para que me diese permiso para bañarme, y según me iba acercando las oía reír y hablar muy divertidas, sin duda ese champán se las había subido a la cabeza, cosa que me confirmo al oír los temas de conversación que tenían, ya que siempre que iban algo borrachas los temas solían ser los mismos, infantiles bromas sobre sexo, y lo poco que hacían el amor con sus parejas, la vejez de sus maridos, y lo cansadas que estaban con ellos, cada vez que oía decir a mi madre palabras como coño o polla, sabía que iba borracha.
- Oye mamá déjame darme un baño que me aburro.
-madre-¡No seas pesado te queda poco para hacer la digestión¡ no quiero que te de un corte y tengamos un disgusto.
- Joer mamá
-madre¿Joder? ¡¡Habla bien ¡¡- me interrumpió mi madre- además pronto se os olvida que es eso.
Dijo en tono burlesco mi madre, para buscar seguir la broma que se traía con mi tía y su amiga.
-Eso eso, dijo Leo la amiga de mi madre, si no díselo a esos tres y les explicas lo que es j aja- reían entre ellas.
-No te preocupes, ¿Qué pasa te aburres? Me dijo mi tía Carmen, ahora mismo cuando terminemos de fregar, nos damos un baño los cuatro, ya habremos hecho la digestión y nos bañamos, que a mí también me apetece, haber si me quito estos calores.
A lo cuál volvieron a reír las tres a la vez.
Yo esperaba, se me hacía pesado mientras veía cuanto las faltaba para terminar, hasta que ya por fin mi madre me mando poner el bañador que estaba secándose en una mata para irnos a bañar.
Ellas se quitaron la ropa, llevaban el bañador debajo, sus cuerpos para que os hagáis una idea era el de Leo, la típica señora sesentona, unos 150 cm. de estatura, pelo corto y ya canoso, bastante rolliza, en el que destacaban unos grandes tetas un poco caídas, lo cual la hacía poco llamativa, pero fue lo que más me sorprendió el cuerpo que apareció de entre debajo del vestido que llevaba mi madre y la bata de mi tía.
Ahí se me abrió un nuevo mundo, mis gustos sexuales eran los típicos de cualquier adolescente, me gustaban los cuerpos jóvenes bien delgaditos, a las mujeres de mas de 40 años las veía erróneamente como poco apetecibles, gordos y sin sensualidad, que además solían ir tapados con ropa muy poco erótica y que no llamaban mi atención, pero no se por que, al ver los cuerpos de mi madre, algo entrado en carnes, con figura exuberante en el que se marcaban muy bien las formas femeninas, con su culo bien marcado y sus grandes tetas, como el de mi tía muy parecido pero que al llevar un bikini, hacía que se viese más zonas de su cuerpo despertaron en mi un deseo sexual muy fuerte.
Mi aparato empezaba a dar señales de vida, obvie el frío del agua y corrí a esconder mi parte de abajo dentro del agua para no ser descubierto.
Ellas sin embargo, ajenas a lo que me habían provocado, se metían poco a poco en el agua, continuando sus bromas sexuales, seguían entre chistes y bromas, acompañado con algún gesto de sobeteo ingenuo entre ellas. Lo cuál provocaba que mi polla estuviese en su máximo esplendor, no podía acercarme a ellas o lo iban a ver y me caería una gran bronca o alguna colleja de mi padre.
¿Qué me estaba pasando? Yo ya había visto el cuerpo desnudo de mi madre y varias veces las tetas de mi tía, que ante la ingenuidad de mi edad, no las importaba enseñar su cuerpo delante de mi, incluso alguna vez había pillado a mis padres hacer el amor por la noche, lo que antes me provocaba más vergüenza abrió en mi una nueva puerta de emociones.
Yo nadaba por los alrededores de ellas sin querer acercarme, mientras ellas jugaban en su tono pícaro, zambulléndose ente ellas mientras se desataban la parte del bikini entre ellas, o haciendo como que follaban todo en tono burlón, yo las miraba de reojo, con la vergüenza que me daba la situación pero intentando quedarme con la mayor información visual, algunos pelillos que asomaban tras el bañador, los pezones marcados, o la forma de esas enormes tetas, para luego poder masturbarme con sus cuerpos, hasta que ya la voz de mi madre me instó a que me acercará con ellas por miedo a que me pasara algo en la zona profunda del río.
Me acerque donde ellas siempre, intentando concentrarme para bajar el calentón, y que no se me viera el enorme paquete que se me había puesto.
-Carmen- ¿Te avergüenzas de nosotras o que?
-Leo- ¡¡Valla chico tímido¡¡ ja jaja, reían entre ellas.
-Carmen- Eso sí de lo que hablemos aquí no se lo digas luego a estos cantinflas-ja ja, Reían entre ellas.- Bueno o si no sí que se entere tu tío Santi de lo poco que me disfruta, 4 meses lleva sin darme una buena noche
- madre- ¿Si? Y como te hace eso, como lo soportas.
-Carmen- por que me he echado una amigo a pilas
-ja jaj a, rompieron a reír
-Leo- ¿oye y tu le haces eso a tu novia? Me pregunto
-yo- ehhhh, no tengo novia acerté a balbucear tras lo incomodo de la conversación.
-Carmen-¡ Como eres tan burra Leo¡, si no sabrá ni de lo que estamos hablando..
-madre- ¡Uy que no¡ ya le he visto que tiene por ahí algún video guarro y revistas..
-Carmen- ¿Siii? Ya haces cochinaditas guapo, haber ven aquí, que vea en el hombre que te has convertido.
-yo- No no, dejadme en paz, ¡¡Que me salgo el agua¡¡ dije nervioso.
-Carmen- Ven aquí me dijo mientras me agarraba del brazo para llevarme junto a ellas.
Yo no sabía como soltarme, no pude poner ninguna excusa para poder evadirme y al ponerme de pie apareció toda mi polla enorme por el calentón de la conversación y de sus cuerpos.
-madre- ¡Huyy¡ si esta empalmadote mi criatura
-ja j aja reían las tres
-Leo- ven aquí que veamos que escondes ahí.
Con lo que mi tía Carmen de un tirón bajó mi bañador dejando al aire balanceándose mi polla al aire, señalando al cielo.
Formaron un corrillo a mi alrededor para ver que tal iba de "armado", mientras mi tía, y Leo la más lanzada me manoseaban mi pene y mis testículos queriendo palpar la dureza de los mismos, mi tía Carmen se me acercó, pegando su cuerpo voluminoso contra el mío, y me dijo.
-Carmen-¿que te has excitado al ver nuestros cuerpos?, -mientras con la mano bajaba su parte de arriba de su bikini, dejando al aire sus enormes pechos,-¿No habías visto nunca unas tetas tan de cerca de que no?
Acercó a mi madre junto a ella, y bajó también la parte de arriba de su bañador dejando también sus tetas al aire, y las estrujaba con sus manos.
-Carmen-¿estas si las conoces eh? ¿Te gustan?-mientras guiaba con su mano las mías para que tocase las tetas de mi madre.
-Carmen- apuesto a que tampoco has tocado nunca un coño ¿verdad?- a lo que siguió su recorrido y bajó con mi mano cogida hacia la pelvis de mi madre, donde se marcaba la raja del coñito de mi madre.
Pasé un poco la mano por encima, perplejo por que mi madre no decía nada, y por lo liberal que era.
-madre- ¿Eres Virgen Cariño?
Yo no sabía que hacer, en que iba a acabar esta situación,
-Sí -dije nervioso
-Leo, ¡pobre hombre¡ valla mal rato esta pasando,
Dijo irónicamente, ya que a la vez que decía eso me sobaba el culo.
-Carmen- ¿Te gustaría que te enseñase a follar, y que te viese tu madre como follas con tu tía?
No sabía lo que hacía ya, estaba excitadísimo, a lo cual respondí con sí tajante
Mi madre y Leo se miraban y se sonreían entre ellas viendo la inocencia que tenía y como Carmen, sorprendentemente tan cachonda, iba a echarme el mejor polvo de mi vida.
Carmen se desabrocho el bikini, sus tetas se balanceaban con sus vaivenes, se sumergió en el agua y se bajo la parte de debajo de su bikini, quedándose totalmente desnuda, dejando su moreno y peludo coño al aire, le dio su bañador a mi madre que aún seguí con sus tetas al aire, y en Leo se veía una lujuria aterradora en sus ojos.
Carmen se situó delante mío dándome la espalda, dejándome su precioso culito con sus dos orificios a la altura de mi erecto pene, sus tetas caían sobre el agua como dos globos llenos de líquido, y con un suave adelante me animo a que la penetrara, yo no sabía por donde empezar a lo que al ver esto mi madre cogió mi polla con su mano y la dirigió hacia el abierto coño de mi tía carmen.
-Leo- Espera, lubricaselo un poco
Y quitándole mi polla de la mano de mi madre, se inclinó y se la metió en la boca para poder llenarla de saliva, volvió a coger mi madre mi polla con la mano y se la introdujo a carmen suavemente, a lo cual respondimos los dos con un lamento de placer, lo cual provocó la risa picarona de mi madre y Leo.
Comencé a bombear torpemente, a lo cuál provocó de nuevo la compasión de mi madre, con lo que con su mano en mi culo , me marcaba el ritmo de penetración , leo mientras tanto rebuscaba por entre mis piernas en la parte trasera, masajeándome los testículos , rozando con su dedo la abertura de mi culo, solo debía disfrutar el momento y dejarme llevar, jadeábamos como locos, era mi primera vez, y sobre todo con el morbo que me daba ser observado entre otras por mi madre, que de vez en cuando vigilaba la siesta de mi padre y tíos.
Se notaba que era mi primera vez y que era muy torpe, se me salía constantemente mi polla de su coño, a lo cual mi madre respondía cogiendomela e introduciéndosela de nuevo, premiado con alguna caricia en mi capullo.
Estaba en la gloria, excitadísimo, trataba sin éxito de poder coger los pechos de Carmen con mis manos, para poder sentir esos enormes melones en mis manos, ajena a todo esto Carmen se retorcía de placer dejándome sus pechos fuera de mi alcance, mi madre al darse cuenta, me sonrió y me señalo con su mirada los suyos, a lo cual estiré mi mano y masajee las tetas desnudas de mi madre, que al sentir mis frías manos lanzó un pequeño suspiro, que se me clavó en mi cabeza, aumentando mi excitación.
Carmen seguía a lo suyo, ya casi se había olvidado de mi y con su movimiento pélvico iba buscando su orgasmo, aumentando considerablemente la velocidad, yo poco más iba aguantar, Leo me iba animando a que aguantase, me susurraba, al oído
-Leo- no te corras mi niño, aguanta
Hasta que el gemido profundo y continuado del orgasmo de Carmen me indicó el momento, Leo sacó rápidamente mi polla y comenzó a masturbarla para que me corriera, soltando un enorme chorretón en la espalda y la cara de Carmen y Leo.
Se zambulleron en el agua para limpiarse, entonces es cuando mi madre se me acercó y cogio mi polla con su mano para exprimir las últimas gotas de mi polla, y con un "vistote, y de esto no digas nada a tu padre" dio por finalizada la sesión de sexo, mientras se alejaba y se colocaba bien el bañador.
El resto de la tarde, todo siguió como si no hubiese pasado nada, me sorprendió la frialdad de estas tres mujeres después de lo que había pasado, al llegar a casa, los recuerdos de lo vivido y la excitación no me dejaba dormir, el sonido de la noche se rompió con el ruido de unos jadeos provenientes de la habitación de mis padres, lo cuál indicaba la excitación que también había provocado en mi madre, cogí y ávido de explorar más, me levanté sigilosamente y me acerqué a investigarles, la puerta estaba entreabierta y con la claridad de la calle y la oscuridad del pasillo, pude ver como gozaban los dos.
Por un instante perdí de vista a mi madre, y de repente se abrió por completo la puerta, sorprendiéndome como les estaba espiando, cerro rápidamente la puerta tras de ella para que no me pudiese ver mi padre, me sonrió me dio un beso en la frente y se despidió con un picaron "Buenas noches, que descanses"