Bar Paco

Es una faena que a un camarero no le paguen una cuenta. ¿O tal vez no? Hay otras muchas formas de pagar, limpiando el bar, la vajilla, u otras cosas...

ESTE RELATO ESTÁ BASADO EN UNA HISTORIA REAL. SIN EMBARGO SE HAN CAMBIADO LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES, PARA PRESERVAR Y PROTEGER SU VERDADERA IDENTIDAD.

-Paco, ¿Nos pones la última porfa?

-Vale, mientras limpio y recojo, pero no deberiais beber ya mas chicas.

-Venga Paco, no seas plasta y ponnos dos copas anda.

-Está bien chicas, desde luego haceis conmigo lo que quereis, pero primero voy a bajar el cierre por si viene la poli, que ya son las dos de la madrugada.

-Jajaja... ¿Nos vas a dejar aquí encerradas?

-Vamos a ver... un ron limón para Ana y un gintonic para ti Bea.

-Gracias guapo.

-Voy a continuar recogiendo.

-Vale, tu a lo tuyo, pero no nos quites la música porfa.

-Chicas, teneis de tiempo mientras cargo las neveras.

-Que si joder... ¡Qué pesaito!

-Bueno chicas, ya he terminado, si sois tan amables, ir terminando las copas y pagarme por favor, que nos vamos.

-Claro cielo... Uyyyy... ¡Houston, tenemos un problema!... Ana tia. ¿Tienes dinero?

-Que va... solo seis euros para el taxi.

-Pues yo ni eso... Paco... ¿Te podemos pagar con tarjeta?

-No Bea, no tengo datáfono...

-Pues no tenemos dinero, si quieres nos podemos quedar limpiando. (Dijo Bea riendo)

-Si claro cachonda, ya he limpiado yo todo.

-Bueno... Pero ya que estamos a puerta cerrada y los tres solitos te podemos pagar de otra manera...

-Ah ¿Si?

-Claro cielo, ¿Tu que crees...?

-Y... ¿Como es esa otra manera...?

-Pues, aunque tu has limpiado el bar, nosotras podemos limpiar otras cosas...

-Y se puede saber... ¿Cuales son esas otras cosas...?

-Que te lo diga Ana, que seguro que a ella tampoco le importa...

-A mi no me importa lo mas mínimo Bea, además Paco está muy bueno para su edad...

En ese instante Bea se acercó hasta mi y comenzó a besarme en los labios al mismo tiempo que agarró mi paquete. No me lo podia creer, dos clientas, que eran dos pivones y que me tenían loco, de hecho eran la fuente de inspiración de muchas de mis pajas, estaban dispuestas a pagarme en carne. Si os soy sincero debo deciros que Ana exageró un poco cuando dijo que estaba bueno a pesar de mi edad. Me considero un hombre de lo mas normal, soy alto, con barriguita, algo de sobrepeso y algo canoso. Vamos que no soy ningún tio buenorro ni ningún "Latin Lover". Además estoy soltero, de hecho hace muchos años que no tengo pareja, siempre he sido algo tímido y además tengo un trabajo que me tiene esclavizado, restándome muchas horas de vida social. Hay veces que pienso que se me ha pasado mi juventid volando. Empecé a trabajar en este bar que era el negocio de mis padres con apenas 20 años y aquí sigo a mis 46.

Ana y Bea eran dos clientas habituales, ambas rondaban los treinta y tantos y llevaban mucho tiempo viniendo por mi bar, sobretodo a desayunar todas las mañanas. Empezaron a hacerlo años atrás cuando Bea comenzó a traer a su hijo al colegio, pues este está frente a mi bar, lo mismo que el gimnasio que frecuenta Ana que también está aquí al lado. Pero desde que Bea se separó también vienen a tomar algo los fines de semana por la noche.

Como he dicho Bea se separó hace algo menos de un año, después de llevar mas de diez casada. Se casó muy joven, porque se quedó embarazada de Rafa, un gilipollas y un chulo que trabajaba en un banco, y al que no soporto. Cada vez que venía con ella por el bar siempre lo hacía con exigencias y gastando bromas pesadas, que por cierto de bromas tenían poco. Al final se ve que ella se cansó de sus fantochadas y también de sus infidelidades y lo mandó a paseo. Bea es un bombón de mujer, alta, morena con el pelo corto "pixie", unos ojos negros preciosos, unos pechos enormes y un culo prominente, vamos que está jamona como se suele decir bulgarmente. Su amiga Ana por su parte es alta también, pero mas delgadita, tiene una melena preciosa castaño claro, los ojos marrones, muy guapita de cara, y eso si, un culazo precioso y firme currado tras muchas horas de gym que quita el hipo. Se podría decir que lo mejor de Bea son las tetas y lo mejor de Ana el culo. Además al tratarse de un viernes por la noche, las dos iban muy arregladitas, recién salidas de la peluqueria, y con unos perfumes que tiraban "pá atrás". Bea llevaba un vestidito negro muy ceñido y con un escotazo brutal, que me permitia ver casi la totalidad de sus tetazas cada vez que me acercaba a servirles las consumiciones, Ana por su parte llevaba unos vaqueros muy ajustados, que estilizaban sus largas piernas y marcaban su silueta y su culazo, además de una blusa blanca. Las dos llevaban dos taconazos muy altos.

Los tres comenzamos a besarnos. Mientras jugábamos intercambiando nuestras lenguas, las chicas poco a poco se fueron desnudando, quedando en ropa interior, las dos llevaban una lencería preciosa, Bea un conjuntito de tanga y sujetador negro de encajes, y Ana otro muy parecido pero en un azul muy clarito. Mientras las besaba sobaba sus pechos y agarraba fuertemente sus culos, acariciándolas por todo su cuerpo, notando la suavidad de sus blanquitas pieles. Después se fueron quitando la ropa interior, hasta quedar completamente desnudas. Lo que vieron mis ojos me dejó asombrado, pude comprobar que las tetas de Bea eran tan grandes como se intuían vestida, eran grandes, serían mínimo una talla 100, pero eso si, muy bien puestas en su sitio, y con dos pezones gordos y rosaceos, como dos rodajas de choped o dos galletas maria, y con un coño lleno de pelos morenos que tapaban su rajita. Ana por su parte tenía unos pechos pequeños pero muy bonitos, con una morfologia casi perfecta, tenían forma puntiaguda y dos pezoncitos pequeños pero tiesos. Su chochete, también estaba rodeado de vello púbico, algo mas claro que el de Bea y también mas arregladito, lo tenía depilado en la zona de las ingles.

Comencé a lamer sus pezones mientras con mis dedos comencé a explorar sus sexos, jugaba con las dos, las besaba, las comía, las tocaba, sus coños cada vez estaban mas calientes y húmedos. Entonces Ana me quitó la camisa, y comenzó a lamer mis pezones, por su parte Bea, de rodillas, desabrochó mis pantalones y me los bajó. Ana seguia lamiendo mis pezones y Bea con su boca besaba mi paquete por encima de mis boxers, en un momento dado me los bajó y lo que vio se ve que le impresionó.

-Pero Paquito... ¡Qué tienes aquí...!

-¿Te gusta...?

-Mira Ana... ¡El cacho rabo que tiene!

-Joder, ya te digo Bea, está bien dotado... ¡Y eso que solo la tiene morcillona!

-Es verdad, no quiero ni imaginarme como la tendrá cuando se empalme...

A las chicas les gustó el tamaño de mi polla, he de deciros que estoy bien dotado, unos 20 cms y además muy gorda, con las venas marcadas, rodeada de una buena cantidad de pelos largos y negros y acompañada de dos huevos también muy gordos y colganderos.

Al ser muy fuerte y corpulento, no me costó demasiado trabajo coger en brazos a Ana y sentarla en la barra, la abrí bien las piernas, acerqué mi lengua hasta su raja y comencé a lamerla, al mismo tiempo, Bea de rodillas comenzó a hacerme una mamada. Estuvimos asi un buen rato, cuando me empalmé, acerque mi polla entre las enormes tetas de Bea para que me hiciera una cubana, algo que ella hizo muy gustosa.

Volví a coger a Ana en brazos, la bajé de la barra, me senté en una silla y Ana a horcajadas sobre mi comenzó a cabalgarme. La comida de coño que la hice, la hizo mojarse de lo lindo, porque la polla le entraba con suma facilidad. Después de un rato Bea se puso a cuatro patas en una silla, me acerqué por detrás y de un empellón se la metí hasta el fondo. A cada embestida, mis huevos hacían un ruido peculiar golpeando contra su culo. Me agarraba fuertemente a sus caderas y la daba algún que otro cachete en su culo gordo, cada vez que lo hacía se le movian sus carnes, Ana se encontraba detrás de mi besándome y mordiéndome el cuello.

Lo malo de follar en un bar es que no es el sitio mas cómodo del mundo, y mas trantandose de tres adultos altos y corpulentos. Asi que después de un buen rato dando a cuatro patas a Bea, primero en la silla y luego tumbada boca arriba en una mesa, decidimos buscar un sitio donde estuvieramos mas comodos, y fue Ana la que dio con la clave. El arcón congelador, era mas ancho que la mesa, su altura era perfecta para mi e incluso me permitia tubarme encima de ellas tipo misionero o tumbarme boca arriba y que fueran ellas las que me cabalgaran a mi.

Asi que dicho y hecho, Ana se tumbó boca arriba encima del congelador dejando el culo al borde de este, yo me situe de pie al lado, acerqué la polla al coño de Ana y se la metí. Estuvimos asi un buen rato, cambiamos de postura infinidad de veces entre los tres, hasta que finalmente noté que llegaba al punto de no retorno y que me iba a correr. Cuando les dije a las chicas que me corria, ellas se situaron de rodillas en el suelo y comenzaron a chuparmela, se turnaron las dos, aunque la verdad no hizo falta que se esmeraran mucho en la tarea, porque unos instantes después, un rio de leche caliente y espesa comenzó a salir de mi rabo y me corrí como un cerdo. La mayor parte de mi semen fue a parar a las tetas de Bea, entonces Ana pasó la lengua por las tetas de su amiga para  lamer esa leche.

Me quedé mirandolas, estaban de rodillas debajo de mi, lamiendo mi leche y relamiendose golosas, me miraban de forma lasciba. Me temblaban las piernas, estaba intentando recobrar el aliento y casi no me salian las palabras para agradecerles a las chicas el pago de la cuenta...

-Bueno chicas, muchas gracias por pagarme las copas...

-¿Perdona?... De gracias nada, con esto aún no tenemos bastante, además recuerda que Ana ha roto un vaso...

-Jajaja Bea desde que te separaste estás mas salida que el pico de una plancha.

-Es verdad, me tiro a todo lo que se menea...

-Bea tiene razón, con esto no estamos en deuda... ¿Qué te piensas que solo tu tienes derecho a correrte?

-Paco si follas con nosotras no puedes dejarnos a medias... ¡Nos va a echar otro hasta que nosotras nos corramos también!

-Bea tiene razón...¡De aquí no nos vamos sin nuestro orgasmo!

-Pero chicas... ¡Estoy fundido!... No creo que ahora mismo pueda responder...

-Tu tranquilo y dejanos a nosotras... Tu sientate en esa silla...

Haciendo caso a Bea, me senté en una silla junto a una mesa, y me encendí un cigarrillo, las dos chicas estaban frente a mi. Para mi sorpresa las dos amigas comenzaron a besarse, y a sobarse, después las dos se subieron encima del arcón y comenzaron a hacer un sesenta y nueve, de lejos yo con los ojos como platos iba consumiendo otro cigarro calada a calada, mientras con la otra mano comencé a acariciar mi polla que ya se iba entonando de nuevo y ya estaba morcillona. En un momento dado, las dos chicas se acercaron gateando hasta mi, se quedaron de rodillas junto a mi polla y volvieron a chuparmela, esta vez me chupaban la polla, tambien los huevos. Bea me ordenó levantarme, me levanté y me quedé de pie junto a ellas, entonces mientras Ana pajeaba y mamaba mi rabo, Bea se situó detrás y comenzó a pasar su lengua por mi ojete, mi rabo volvió a coger grandes dimensiones, de hecho notaba como a Ana le costaba meterselo en la boca, le llegaba a la campanilla y esto le provocaba alguna que otra arcada, dios estaba en la gloria.

Entonces cogí de la mano a Bea, la ayudé a levantarse y la llevé de la mano al arcón, la empujé de tal manera que quedó con su cara y sus tetas apoyadas en el electrodoméstico y con el culo en pompa. Pasé mi lengua por detrás, lamiendo su coño, pero esta vez también me entretuve en su perineo y como no en su culito peludo, devolviéndole de esta manera el beso negro que me acababa se hacer ella a mi. Cuando comencé a lamer su ojete, Bea me rogó que se la metiera por ahí. Sin pensarlo dos veces acerqué la punta de mi polla al ano de Bea, sin embargo por mucho que lo intenté no lograba enterrarla. Bea me dijo que primero se lo estimulara con los dedos. Debo reconocer que ya había dado por el culo a muchas putas cuando iba a algún club, pero claro las putas estaran mas acostumbradas y les costará menos dilatar el esfinter.

Entonces Ana se acercó desde atrás, en su mano traía un frasquito de vaselina perfumada de esa para los labios que había sacado de su bolso, y fue ella quien comenzó a penetrar el ojete de su amiga con sus finos dedos, primero con su índice, lo metió haciendo circulitos, como una barrena, poco después le enterró también el dedo corazón, cuando vio que Bea estaba lista me dijo que probara a metérsela.

Ana separó las dos nalgas carnosas de Bea dejando a la vista el agujerito del culo que ya estaba dilatado, entonces me apliqué un poco de vaselina en la punta del glande, lo acerqué al ojete de Bea e imitando al dedo de Ana, haciendo circulitos comencé a empujar, instantes después la mitad de mi polla estaba dentro del culo de una Bea que resoplaba como una yegua cuando es montada por un semental. Comencé a moverme despacito iniciando un suave metesaca, hasta que por fín la totalidad de mi estaca se enterró en el culo de Bea. La comencé a follar cada vez mas fuerte, entonces la saqué la polla del culo y cambié al coño, que ya estaba chorreando para lubricarmela mas, cambié de nuevo al ojete y comencé a sodomizarla cada vez mas duro, a mi lado de pie Ana me besaba en los labios y acariciaba el clítoris de una Bea que comenzó a gritar a los cuatro vientos que se corria.

Bea había conseguido correrse, y ahora era el turno de Ana, la dije que también quería su culo. La coloqué en la misma postura que a Bea, con el culo en pompa y repetí la misma operación que con su amiga, recorrí cada centímetro de su culo y de su vagina con mi lengua, me ayudé de los dedos y la vaselina para estimular su agujerito. Al final conseguí penetrarla, y después de un buen rato dandola por su estrecho culito, me dijo que se cansaba y que quería cambiar. Entonces se dio la vuelta y se colocó boca arriba, yo me acerqué y se la metí en el culito, mientras se lo follaba, Bea se acercó hasta nosotros y comenzó a acariciar el coño de Ana, primero el clítoris, pero después introdujo su dedo corazón en la vagina, después de un rato sacó el dedo del coño de Ana, lo llevó hasta mi boca y me lo dio a probar, la chupé su dedo con el sabor del coño de su amiga con ansia y continué follandola cada vez mas y mas fuerte. Igual que hice con Bea, también cambié de agujeros con Ana a mi antojo. Del culo al coño, del coño al culo, hundiendo la totalidad de mi polla en el interior de esa belleza. Fimalmente mientras disfrutaba del culo de Ana, Bea introdujo sus dedos índice y corazón, dentro de la vagina de su amiga y comenzó a moverlos de forma enérgica, el coño de Ana comenzó a sonar como si estuviera chapoteando, y a los pocos instantes un torrente de chorros y de flujos comenzaron a salir de su chumino, la situación me excitó sobremanera, de tal manera que aceleré el ritmo de mis embestidas, notaba que me iba a correr, saqué mi polla del culo de Ana y me corrí sobre su cuerpo. Toda mi corrida fue a parar sobre su vientre, sus pechos, los pelitos de su coño, etc. Bea se apresuró a lamer toda la leche del cuerpo de su amiga. Después las dos se acercaron a mi polla para limpiarla con sus lenguas, de los restos de semen, flujo vaginal y algún resto de sangre y de heces de sus culitos que se me habían quedado adheridos al sodomizarlas.

-Bueno chicas, ahora si estamos en paz.

-Ahora si Paco...

-Madre mia... ¡Que polvazo!

-Ya te digo tia...

-Bueno chicas pues por mi parte podeis venir todos dias sin dinero...

-¿Y te pagamos así?

-Jajaja no sabe este Paco ni nada...

Al decir esto los tres nos reimos, nos quedamos intentando recobrar la respiración, puse tres copas, y nos las tomamos, nos quedamos hablando un buen rato y al final las llevé a sus casas. Y desde ese dia nuestra relación camarero clientas cambió de forma radical como os podeis imaginar.