Bambú para la doctora (7)

La vida de la doctora despues de su severo castigo. Sometida en la consulta a Tomas y a algun otro hombre de los que la conocieron, chantajeada y follada. Siempre el recuerdo del bambu, del ensanchador anal, del pasillo franceés, de su nueva condición de zorra.

Bambú para la doctora 7

Tomás acudió a la consulta de la doctora., cuando le tocó cerró la puerta tras él.

Ella tembló, se quitó la bata, bajo la cual estaba totalmente desnuda, solo llevaba unas medias.

  • Así me gusta, que cumplas las instrucciones que has recibido. ¿ Sabes lo que quiero ¿

Ella se acercó y arrodillándose ante él. Le desabrochó el pantalón y procedió a satisfacerle con su boca.

  • Te acuerdas del pasillo francés ¿- dijo sin esperar respuesta y empezando a gozar de los esfuerzos bucales de la mujer.- allí aprendiste a ser una buena mamadora..

Ella recordó aquel momento de su castigo tiempo atrás. Con el ensanchador anal colocado, las tetas al aire, su cuerpo exhibido por el corset y las botas, recibiendo los varazos en el tallo de ebonita incrustado en su ano a la vez que ella complacía a los hombres de aquella reunión , dispuestos en doble fila.

Terminado de correrse, la hizo levantar, darse la vuelta y colocarse inclinada sobre la mesa. Entonces la sodomizó con fuerza, después de darle dos sonoras palmadas y comprobar la rotundidad de sus nalgas.

La embistió sin miramientos y cuando se corrió en su ano, empezó a vestirse.

  • Quiero azotarte pronto, tu cuerpo de zorra necesita marcas para resaltar su belleza y para apurar tu docilidad.

  • Mi marido no tiene aún viajes previstos.- respondió ella asustada.-

  • No importa, estará de acuerdo.

  • Me prometiste que no se lo dirías.

  • No lo haré yo. Lo harás tú y le gustará.- sonrió.- De momento hoy no te cambiarás volverás en bata a tu casa y cuando llegues le mostrarás como pasas consulta. Cuando te pida explicaciones le harás la mejor felación que haya hecho nunca. Luego le dirás que eres vas así porque eres una perra buscando ser follada. Le pedirás que te enculé como una perra. El te aseguró que se excitara y lo pasara bien, conozco a los hombres como tu esposo. Lo ahorcaremos en su propia soga. ¿Has entendido?

  • Si mi amo.

  • Pues te dejo tus pacientes te esperan. No olvides.

( Esta historia tomara los derroteros que indiquen los comentarios de mis sufridos lectores, me comprometo a seguir según las instrucciones del más original o morboso. O como siempre admito continuaciones de otros que acepten el reto. Hasta ahora ninguno ni ninguna se ha visto capaz. )