Bakalas en pandilla 2: Entre primos anda el juego

Bruno, un atractivo universitario, se va a vivir con su primo Luis, un musculoso macarra de 18 años que se siente atraido de una manera brutal por su primo de 21, al que sabe podria poseer facilmente por la fuerza ¿lograra contenerse?

Bakalas en Pandilla (II). Entre primos anda el juego.

Bruno, un atractivo universitario, se va a vivir con su primo Luis, un musculoso macarra de 18 años que se siente atraido de una manera brutal por su primo de 21, al que sabe podria poseer facilmente por la fuerza ¿lograra contenerse?

¿Que tal todos? ¿Bien? Me alegro. Yo me llamo Luis, el colega de Carlos, y tengo 18 años recien cumplidos. Alex y Fran os contaron como fue lo suyo. Ahora me toca a mi.

Carlos os dijo que todo empezo en una tarde de septiembre, cuando mi primo Bruno y sus amigachos se juntaron para jugar un partido de futbol en el Campus de la Universidad. Alli empezaria para el, porque lo que es yo, ya me lo vi llegar desde algunos meses atrás, en pleno Verano.

Estudio en el instituto. Bueno, estudiar estudiar... dejemoslo en que voy. Claro que ir, lo que se dice ir mucho... vale, que estoy matriculado. A mi y mis colegas nos habian caido unas cuantas. No es que importara mucho, mas alla de soportar que mis padres me regañaran a veces. Pero como no los veo mucho, porque siempre estan comiendo con los amigos o trabajando, pues como que me la trae floja.

La verdad es que en el fondo estaba aliviado, porque la idea de ir a la Uni me agobiaba un poco. No sabia ni por donde comenzar, ni que asignaturas coger. Encima, ya os he dicho que mis colegas no iban a pasar tampoco, asi que la cosa pintaba mal. Solo Santi, pero aunque es un tio legal, no es el Fran, el Robert o Nacho, mis mejores amigos.

Cada vez me apetecia menos ir a clase. Nos lo pasabamos mejor yendo juntos al gimnasio o de marcha por ahí. Nacho y yo estamos cuadrados a tope. Fran tambien esta lo suyo, pero un poco menos, aunque lo compensa porque es algo mas alto.

Si, ya lo se. Carlos esta demasiado fuerte, pero el tiene uno o dos años mas que nosotros, asi que no cuenta. Lo que pasa es que creo que pensais que es mas maduro que los demas. Pues estais bien equivocados. La gente al escucharnos se piensan que tenemos la misma edad, ( la suya, por cierto. Nadie se cree que solo tengamos 18 años) y si me apuras, que es el mas vacilon de todos. Aunque Nacho se lo pone difícil.

El verano es mi estacion favorita. Nada que hacer, buen tiempo. Mis padres siempre protestan por el calor tan bestia que cae por aquí, pero a mi me gusta. La playa, los colegas, las noches de marcha hasta la madrugada...y los tios buenos ligeritos de ropa, que uno puede mirar con disimulo. Me costo reconocerlo, pero los años iban pasando y al final tuve que aceptar que a mi las tias no me van.

Al principio me costaba un poco que mis amigos no notaran como me ponian, pero al final, después de tanto tiempo entrenando juntos en el gimnasio te acabas acostumbrando. Hombre, no es que no me alegrara la vista mirar el duro culo de Fran o el tipazo de Nacho haciendo ejercicio, pero nada que no pudiera controlar. Y cuando practicas artes marciales, donde estas todo el rato agarrado a un tio macizo, pues no te queda otra, si no, estas puteado.

Y hablando de estar puteado, la tarde que os digo lo estaba y mucho. Mis tios preparaban la mudanza, y a mi padre se le encasqueto que fuéramos a ayudarles. Bueno, mas exactamente, que yo fuera a ayudarles.

Como a mi padre le molesta que vaya como a mi me gusta, fui a cambiarme. Nacho, mi mejor amigo, se vino conmigo. Nos conocemos desde pequeños, y nos lo contamos todo. Bueno, casi todo.

Tenemos la misma estatura, algo mas de 1’90, y también la misma edad. Sin embargo, el es muy moreno y con los ojos oscuros, y yo tengo la piel blanca, el pelo castaño claro, tirando a rubio, y los ojos azules que he heredado de mis abuelos franceses. Vamos juntos a todas partes, hacemos ejercicio juntos, aunque reconozco que Nacho se lo toma un poco mas en serio. Es un tio tremendo, como yo, aunque mas definido. Pero de brazos estamos empatados.

Saque del armario un chándal , mientras en el equipo de pesas de mi habitación, Nacho agarro un par y comenzó ha hacer unas cuantas, mirándose el brazo. Como a mi, le gusta lucirse. Para eso nos pegamos unas curradas que lo flipas.

Me saque la camiseta de tirantes negra, que me mola porque contrasta con mi piel blanca y me mire en el espejo de cuerpo entero. Me cuadre. Desde luego estaba como un toro.

Me palpe el brazo. Al flexionarlo, se me hinchaba mogollon. Mis brazos son enormes y musculosos, y mis piernas tampoco me dan motivo de queja, que me enfunde en unos pantalones vaqueros. Mi estomago esta liso y super duro, aunque no tan marcado como Nacho. Me sobe un poco el pecho, amplio y firme.

Joder, Luisete, córtate un poco, que me la pones dura- me dijo Nacho desde la cama, agarrándose el paquete.

Es que si uno esa bueno, no lo puede evitar- Seguimos un poco mas con las bromas, exhibiéndome ante el espejo mientras el simulaba que se excitaba. Al final lo deje porque me estaba poniendo de verdad. Me cale la sudadera con capucha. Me estaba algo justa de mangas, pero no vi otra cosa util por mi armario (tal vez algo desordenado)

Parece que vayas a vender clinex a los semáforos- Se me burlo Nacho. Le tire la camiseta a la cara y se puso a reirse.

Al final me volvia a poner la camiseta negra de tirantes y me cogi la sudadera para cuando estuviera en casa de mis tios. Bajamos y esperamos en el portal a que mi primo Bruno pasara y me recogiera. Tiene un coche. Nacho y Fran tienen moto, pero a mi no me dejan. No ha habido manera de convencer a mis viejos de que me compren una. Asi que voy de paquete a todas partes.

Tambien venia su primo, Dani. Hacia algún tiempo que no los veíamos. Son unos tíos muy majos. De pequeños íbamos detrás de ellos para jugar a la consola o al fútbol. Tienen entre tres y cuatro años mas que nosotros, asi que nos tratan siempre como a unos crios. Moló un monton cuando crecimos y les pudimos mirar desde arriba. Sin embargo nunca les ha gustado mucho que les sobemos. A su edad ya lo veían como algo de mañacos.

Os juro que entonces a mi ni se me pasaba por la cabeza nada erótico en aquello. Solo me jodia que antes se aprovecharan de ser mas grandes, y ahora que éramos nosotros mucho mas fuertes que ellos no pudiéramos devolvérselo.

Santi y Robert estaban sentados junto al portal, jugando una partida con sus moviles. Al pasar le revolví el pelo a Santi. Es guapo, y esta muy bueno. Además el tio no se corta un pelo. Lastima que desde que aprobó segundo y lo admitieron en la Uni, no lo viéramos ya mucho, porque había comenzado a salir con nuestros primos y Alex, el hermano mayor de Robert.

Buenas. Aquí empiezo yo, Daniel, aunque como todos, me podeis llamar Dani.

Bruno, mi mejor amigo, se mudaba, así que quedamos por la tarde para ayudarle con los muebles y todo eso. Vamos juntos a la universidad. Cada dia cojeemos un coche y conduce uno.

Al subir, pase a por Marc y Nano, un chaval de la edad de mi primo Nacho. Habiamos quedado con el primo de Bruno, Luis para que viniera a ayudar con las cajas. Es un chaval muy fuerte, y desde pequeño esta apuntado a un gimnasio, al igual que mi propio primo. En principio teníamos que ir los dos a buscarle, pero al pensarlo mejor vimos que era una tontería. Con que pasara yo bastaba.

A nuestros primos los vemos de tanto en tanto, pero ya hacia tiempo que no quedábamos. De nanos eran un poco coñazo, todo el rato detrás de nosotros. Menos mal que se inventaron las consolas.

A mi amigo Marc le encanta ponerse delante, aunque a Nano aun le mola mas. Asi que tenia uno detrás y otro a mi lado.

Comenzare con Marc. Es la clase de tio que hace que te fijes en cuanto lo ves. Tiene unos brazos musculados y fuertes pero no demasiado gruesos, una espalda ancha y firme, y unos abdominales más que trabajados. Alto, moreno y con el pelo oscuro y corto, va siempre a la moda, todo un metrosexual con aire de modelo.

En cuanto a Nano tiene la espalda tan ancha como Marc, a pesar de que le llega poco mas arriba de la barbilla. Eso os puede dar una idea de cómo esta.

Demasiado musculoso para ser futbolista. Creo que hace algo de gimnasia. El pelo guapo, peinado con volumen, como si se acabar de levantar. Cintura estrecha, con una espalda tremenda en forma de uve. Brazos robustos que me doblan fácilmente los mios. Y que igualan o casi los de Marc.

Al pasar les vimos junto al portal de su casa. Mi primo Nacho estaba con sus amigos, que juntos forman el típico grupo de nenes bakalas y vacilones.

En cuanto llega el verano, empiezan a descubrirse, y puedes ver a bakalas como ellos sin camiseta por todo Alicante. Reconozco que los tios me han atraido un poco desde que recuerde, pero aun asi, nunca me habia llamado realmente la atención ninguno. O por lo menos, hasta entonces. Porque no se que me pasa, pero últimamente no puedo evitar quedarme mirándolos cada vez que paso cerca de ellos.

Con 18 o 19 años, forman una panda de cuidado.

Luis, el musculoso primo de Bruno, vestia una camiseta de algodón de color oscuro que hacia resaltar su blanca piel, que cubria su cuerpo macizo y unos hombros de cuidado. Sus muslos, tremendos, estaban ceñidos en unos vaqueros ajustados a su trasero, tambien de primera.

Robert, el hermano de Alex, uno de mis mejores amigos, es el mas pequeño. Lo que quiere decir que mide entorno a 1´80 y con un cuerpo atletico. Santi también estaba alli, de espaldas, asi que no me podia ver. Si no, habria sido el primero en reconocerme, ya que el mes pasado nos lo subimos varias veces a la universidad para que fuera conociéndola.

Faltaba Fran, el chaval que siempre esta con Robert, y el cachas de Carlos, al que no veo casi nunca pero del que mi primo siempre esta hablando.

Todos estan duros y en forma, pero el que más llamaba la atención es mi propio primo, Nacho. Alto, muy guapo, el pelo negro y engominado de punta, tan típicamente bakala. Con gafas de sol blancas para contrastar su bronceado cuerpazo, bastante bien trabajado a base de gimnasio. Estaba junto a su moto de carretera, pintada de colores llamativos, como el resto de sus colegas.

Nacho es muy conocido por ser un marrullero, siempre de pelea en pelea. El semáforo seguia en rojo y me quedé observándolo detenidamente. Como de costumbre vestía un pantalón largo blanco de nike y no llevaba camiseta. Su piel ya estaba bastante dorada por el sol del verano y hacía un contraste notable con el color de su pantalón y sus gafas.

Sonreía chulescamente con sus colegas. Tenía ese aspecto de chulo, vacilón y perdonavidas que sólo los bakalas tienen. En uno de sus brazos llevaba tatuados unos tribales, lo que le daba aún más aspecto de vacilón. Lucía su cuerpo con descaro, y yo mirándolo, que no me di cuenta de lo embobado que me quede hasta que mis amigos me dijeron que arrancara y los coches de atrás lo remataron empezando con sus pitidos. Azorado. Arranque y aparque por alli cerca.

Asi que Nano y Marc vienen también- Le comente a Nacho, después de leer el mensaje que acababa de recibir al movil.

No tio, el Nano y Marc se vienen con nosotros al partido. Yo paso de ir de pringado a casa de tu primo.

Joder, que cabron.

Vente con nosotros.

Ya me gustaria, pero mi viejo esta muy tonto últimamente

Lo que pasa es que eres un blando colega.

Mira, ya llegan- dijo Santi, que se habia vuelto- creo que es el coche de Dani- siguió mientras les saludaba al pasar.

Mi primo ( yo creia que conducia él) aparco un poco mas alla. Conseguir aparcar en Alicante es toda una hazaña, pero tampoco algo imposible. Nos acercamos. Salieron Marc y Nano, que me saludaron. Luego lo hizo Dani por el lado del conductor. Fue cuando vi que Bruno no venia con ellos. Aunque a lo mejor estaba por alli y yo no lo veia. Son muy bajitos y me hacen gracia.

A Nano le llamamos asi porque a nuestro lado es bajito, pero al verle junto al primo de Nacho, que medira lo mismo que Bruno, parecía grande y todo. Es un poco mas alto, con una espalda ancha y brazos de gimnasio. Iba con pantalones cortos, y podía ver un buen par de muslos musculosos. Llevaba el pelo negro peinado como si se acabar de levantar.

Era curioso. Siempre le veia con tios altos, con nosotros, o con Alex y Marc, y hasta hoy no me habia dado cuenta de lo macizo que estaba.

Nos acercamos a saludarles.

Dani llego a nuestro lado. Me saludo con la cabeza y le dio la mano a Nacho. El y yo nos habiamos quedado sorprendidos. Hacia tiempo que no le veiamos, y estaba muy cambiado. Mas concretamente, lo que estaba era super bueno.

Llevaba puesta encima una camiseta ceñida y estampada. Traia unas gafitas de sol sobre el pelo, que aunque era castaño claro de normal, ahora lo tenia teñido en parte de rubio. Trato de empezar a hablar pero Nacho le interrumpio, agarrandole del bíceps derecho.

oye, tio, ¿te veo muy fuerte, no?- Dani le miro la manaza morena con la que le estaba palpando los musculos de sus brazos. Primero se hizo en tonto.

¿ Tu crees?- Como si alguien no se fuera a dar cuenta.

Es verdad- comento Nano, sorprendido. Le toco los bíceps desde atrás- Ya decia yo que te notaba un poco cambiado.- Parece que si que había alguien tan tonto, después de todo. O a lo mejor fingía para que no creyéramos que se interesaba en Dani. Ya empezaba con mis paranoias.

Bueno, es que he estado haciendo ejercicio- reconoció sonriendo tímidamente, esquivando nuestras miradas. Su primo Nacho le cogio del mentón y le alzo la cabecita hacia arriba.

Pues se te nota, tio, se te nota- le solto la barbilla y deslizo las manos sobre sus cuadrados hombros- Así que has estado yendo al gimnasio, ¿no?- Se giro hacia Santi- ¿Por que no nos has contado nada, colega?

Como si no tuviera cosas mejores que hacer. Ademas- se estiro los bordes de su camiseta para que se pegara todavia mas a su fibroso torso- aun tiene curro por delante si quiera estar tan bueno como yo- Tan creído como siempre. Marc le dio un amago de puñetazo a los costados que hizo que se apartara y que todos empezáramos a reírnos.

Dani se ajusto las gafas y se giro para mirarse el reflejo en el cristal. La nuca y el cuello me parecíeron tentadoramente suaves y atractivas, cosa que Nacho decidió comprobar, acariciando su espalda..

-¿ Te pones guapo para Luisete, Dani?- le pregunto sonriendo. Luego le paso el brazo por sus hombros, estrechando contra su corpachon y frotandole el estomago. Los demas les rodeamos, siguiendo la broma. Nacho se giro hacia mi- Tienes que prometerme que vas a ser suavecito con mi primito- Dani se ofendio un poquito, y trato de apartarse, aunque mi amigo ni se percato.

Pues no te prometo nada- Y aunque lo decia con tono de broma, la verdad es que no me las tenia todas conmigo. Le di la vuelta, bajando la mirada para echarle un buen vistazo. Los pantalones rodeaban unos muslos bien torneados, y un culo que prometía. Mientras subía la mirada por su espalda, bien formada, mis manos comprobaron que su piel era tan suave como parecía.

Dani se encogió un poco al notar mi mano deslizarse por su cogote. Le solte y volvi a quedarme enfrente suya. La camiseta estampada se amoldaba a su atlético cuerpo por delante. La curvatura que formaban sus pectorales me daba idea de que probablemente estaría aun mejor de lo que parecía a simple vista. Su cintura estrecha se intuía ahora bien musculada.

No, decididamente no las tenia todas conmigo.

Estuve todo el viaje mirando de reojo al primo de Nacho mientras conducia. Solo se me paso al llegar a casa de mis tios. Era un alivio, pero claro, con una pega. Me olvide de Daniel porque desde que le vi solo tuve ojos para mi primo Bruno.

Nada mas bajar del coche, me cambie en un momento y entre con la sudadera puesta por si estaba mi padre rondando por alli, Toda la casa estaba revuelta, llena de cajas a medio embalar y muebles a medio desmontar. Mi tia se alegro mucho de verme y me hizo el ya habitual comentario sobre lo que habia crecido y lo fuerte que estaba. Me invito a tomar algún zumo o algo y me pidio que subieramos a ayudar a Bruno con las cajas del saloncito.

Subimos y alli estaba, ocupado en levantar unas cajas y amontonarlas en una esquina.

Joder, como me venia el primito.

Delgado, con un atractivo bronceado en la cara, los brazos y el cuello. Me preguntaba si también el resto del cuerpo estaría igual.

Tenia una cara atractiva y una sonrisa encantadora, con unos labios jugosos y dientes blancos. Cuando se doblo para coger una caja del suelo, mi respiración se interrumpió, atascada en mi garganta, memorizando su escultural culito, pequeño, con la tela ceñida al máximo en torno a los firmes gluteos, redonditos y menudos, seguro que del tamaño exacto para mis manazas. Sus piernas también destacaban considerablemente, con toda la pinta de ser las de un excepcional jugador de futbol.

Su ropa le estaba apretada en torno al pecho, definiendo a la perfección su fornido cuerpo. Su espalda era ancha, un poco mas que la de Dani, y por primera vez me fije en como los hombros le hacían una percha estupenda. Sus firmes caderas estaban envueltas en la camiseta, que se subio un instante para secarse el sudor. Estaba de perfil, dándonos en parte la espalda. Desde alli pude ver un costado fibrado, con el mismo tono caramelo del resto de su piel, lampiño por completo y con lo que parecian el inicio de sus abdominales. Fue como un fogonazo, y aunque no llegue a poder distinguirlo claramente, me había parecido ver un estomago alucinante.

Como me habia quedado mudo, fue Dani el que tuvo que llamarle para decirle que ya estabamos aquí. Mi primo se volvio y me miro divertido con sus luminosos ojos verdes. Su sonrisa era la de un chico travieso cogido mientras preparaba una de las suyas, y que se sabe demasiado encantador como para que le den un castigo. Y esto lo sabia yo de propia experiencia. Su cara era la de un angel, aunque luego fuera un pillo.

Bruno me dio un fuerte apretón de manos. Quería dejar ahora una buena impresión de su fuerza. Yo la retuve. Llenaba bastante las mangas de la camiseta, muy cortas, que lucian claramente sus firmes y tersos bíceps.

Baje la mirada a los antebrazos, todavia con su manita envuelta por completo en la mia, y vi que los tendones estaban bastante mas marcados de lo que recordaba. Se removió y alce la mirada ha su encantadora carita. Primero pense que le habia incomodado, pero lo que estaba era divertido. Y orgulloso. Saco pecho y sus pezoncitos se marcaron bajo la camiseta, provocándome.

Al darme cuenta que aun tenia su mano, le solté. Pero no deje que se fuera muy lejos. Como antes habia hecho con Dani, le palpe los brazos, que eran definitivamente mas musculosos que los de el. Me sentí orgulloso de mi primo. Y atraído. Siempre había tenido madera de campeón.

Por supuesto los mios les daban vuelta y raya, pero para su tamaño no estaban nada mal. Suaves pero duros, que disimuladamente doblo bajo mis dedos, para mostrame su maximo tamaño. De verdad que no sabeis lo que me costo soltarle.

Pero bueno, que es esto- Intervino la severa voz de mi tia. El corazón me dio un vuelco, pensando que se habian dado cuenta de todo- Que es tu primo, no un amigo borracho de la mili de tu padre. Dale un beso.

Obediente, Bruno se puso de puntillas y me dio un besito en la mejilla. Aspire una suave y tenue fragancia de su cabello, los restos aun presentes de su colonia matutina. Le devolví el besito, todavía alucinado. Y con un alivio desmesurado.

Pasado el chock, empecé a mover cajas y muebles. La camiseta vieja y holgada que llevaba me impedía lucirme, y mi padre al final se había venido para echar una mano. Que básicamente era la de darme ordenes, como si trabajara en el almacén de su empresa.

Tenia calor, pero no me atrevía a quitarme la camiseta. A mi padre eso le parece cosa de macarras y se pone como loco. Mis hermanos mayores, que estudian en Francia (pero que estaban aquí de vacaciones) estaban exentos por que ellos aprovechaban el tiempo. Que consistía en camelarse a un par de pavas que creían que se acordarían de ellas allá en Lyon.

Y por supuesto, no paraba de pensar en Bruno, al que constantemente me quedaba mirando trabajar completamente embelesado.

Lo conozco de toda la vida. Siempre ha debido que esta bueno, pero realmente nunca me habia fijado. Intentaba recordar como tenia el cuerpo, pero no me acordaba, como pasa con quien no te fijas. Y yo me habia bañado con el. Me exprimia la cabeza, pero no habia manera.

Es que me habia impactado de verdad el cuerpazo genial que se le notaba bajo la ropa.

Me tuve que dar la vuelta para dejar de mirarlo embobado. Y fue como si le llamara. Bruno se vino junto a mi. Empezó a hablarme y a contarme sus cosas. Su voz es suave y melodiosa, y si no recuerdo mal, ha dado clases de canto. Su cuello se veia desde mi altura suave y tentador, todavia mas que el de Dani, y como si fuera un vampiro, no paraba de pensar en besarlo y mordisquearlo. Joder, empezaba a estar mal de verdad.

Mi tio y mi madre se asomaron y le pidieron a mi primo que fueramos al supermercado a hacer la compra. Dani se quedo embalando.

Estuvimos charlando de camino al super. Conducia con cuidado, pero como un tio, nada de maricanodas. Tardamos la mitad que con mi madre o mis hermanos. Me gustaba verle conducir, como flexionaba los brazos, que levantaban las ligeras mangas y tensaban sus musculitos color canela. Trate de poner la musica pero queria hacerlo todo el. Tuve que apartar la mano mientras ponia un royo de musica de los ochenta. Sin embargo, poco a poco las tonadas suaves pero con ritmo fueron encajando con mi animo hasta que empezamos a tararearlas juntos. Para cuando aparco, decidio y a la primera, yo estaba pero que muy bien a su lado.

Llevabamos la lista, pero ademas cogimos unas cuantas golosinas para el camino y un bollycao para Dani. Me pregunto que me apetecia mas. Si el supiera. A ellos dos si que me los merendaba yo enteritos, relamiendomelos a gusto. Como no podia ser, me pille un par de pastelitos y unas cervezas para luego. El se cogio un red bull, porque bebia poco. Joder, encima salia baratito.

Me distraje con el tipazo de uno de los chicos de los recados y Bruno pagó lo que sobraba con su dinero. Al volver puso musica mas marchosa, aunque le dije que no me importaba, que pusiera la que mas le gustara. En el fondo es un tio majo donde los haya.

Pasamos por mi casa y descargo del coche las bolsas del supermercado.

Yo le ayudaba poco, distraido y completamente embobado mientras miraba los movimientos energicos de su menudo cuerpo, de la forma en la que su camiseta se ceñia a sus hombros y al pecho y luego bajaba hasta su pequeña cintura y unas caderas delgadas y provocativas. Aunque para provocativo e hipnótico, desde luego la palma se lo llevaban aquel par de pequeños bollitos enfundados en los vaqueros que tanto deseaba apretar y el sensual bombeo de sus bíceps mientras levantaba las bolsas.

Yo se las hubiera cogido todas. Ya ves, si para mi casi ni me pesaban. Pero preferia ver como sus musculos tenian que trabajar por el esfuerzo. Vi que miraba con algo de envidia la facilidad con la que cargaba el cajon de cartones de leche. Le abri la puerta y la sostuve para que pasara.

Estaba super bueno. Me imagine atrapandolo. Era imposible que puediera ganarme en un pelea. Levantarlo y llevármelo ha alguna habitación vacia. Saborear todo su cuerpo. Morder y apretar su culo redondito. Lamer su suave garganta. Besar su boca jugosa. Perdido en torridos pensamientos, tarde en darme cuenta que me estaba hablando.

Como de fondo, escuchaba sus quejas por la mudanza. No le hacia ni puta gracia lo de irse fuera de Alicante. Se marcho un momento al aseo y yo me quede solo. Sin su presencia, la sangre empezo a regarme el cerebro otra vez . Y fue entonces cuando se me vino la idea a la cabeza

Fuimos a beber agua y mientras le bajaba los vasos y sacaba la botella del frigorifico, le deje caer que si queria, podia venirse a vivir con nosotros. Se quedo con el vaso a medio coger, pasmado. Luego dijo que seguro que mis padres no querrían. Abri el movil y les llame. Hubo una ligera espera que fingí tomarme con calma. Los padres de Bruno pidieron hablar con él. Un poco mas de paciencia, me decia a mi mismo.

Por fin colgo el telefono y me miro.

  • Tio, que me vengo a vivir contigo- nos abrazamos super contentos. Vale, vale, seamos sinceros, mas bien le di yo el abrazo, a punto de dejarle sin respiración. Luego me di cuanta de que deberia haber aprovechado y sobarlo. Pero bueno, si se venia a vivir conmigo, pues ya tendria mas oportunidades.

Mientras volviamos hacia el coche para ir otra vez a su casa, le removi el cabello cortito y le guiñe el ojo.

oye, ¿cuanto te han costado las cervezas?

no tiene importancia- Respondio encogiendo sus menudos hombros- Ahora voy a vivir aquí.

.

ya primito, pero a mi no me gusta tener deudas con nadie. – Él insistio que no y bajo el capo del maletero. Pero yo estaba decidido. La idea de darle dinero me gustaba, asi se acordaria de mi y se sentiria un poquito en deuda conmigo. Ademas, era la oportunidad que habia esperado. Cogi un par de billetes de veinte euros y los empuje en el bolsillo trasero de sus pantaloncitos. Le di la vuelta a mi mano y pude restregar mi palma contra la ligera telita que me separaba de su tieno trasero. Le deje el dinero, mas que bien empleado solo por goazar del tacto de los firmes músculos de su culito. Y aquí no me pude contener y le di un pequeño agarron.

Mi primo se dio la vuelta, sobresaltado, para luego sonreírme cuando cogio el dinero. Lo conto mientras me miraba de reojo y se lo guardo en su cartera.

Volvieron de la compra y Bruno me subio un zumo para merendar. Su primo llego un poco después. Impresionaba de verdad. Luis es tan grande que aunque las puertas de casa de Bruno eran altas, tenia que agacharse para entrar y no darse en la cabeza. Sus hombros casi eran tan anchos como el marco, y se apoyaba en el, mirandonos divertido como intentabamos mover el armario.

-Apartad, pequeñajos- dijo chulito. Le obedecimos y se puso a ello. En un momento, habia corrido el pedazo de armario de Bruno al centro de la habitación, sin que pareciar costarle mucho. Miro de reojo nuestros rostros boquiabiertos y sin mas se agacho y alzo una caja enorme y pesada llena de libros

¿ donde dejo esto?- nuevamene asombrado, Bruno le indico que la bajara al camion. Tuvo que doblar las rodillas y el cuello para pasar la puerta.

Durante el resto de la tarde ya solo tuvimos que molestarnos en guardar y empaquetar, porque del transporte ya se ocupaba Luis sin problemas. En una ocasión que fuimos al cuarto de baño, aprovecho para sacarse la parte de arriba y secarse el sudor con una toalla, pasandola por un tórax amplio y un abdomen firme y definido en 6 paquetes musculares, sin grasa.

Pero que macizo estaba. Tenia una espalda ancha, fuerte y resistente, unida a un trasero redondo, grande y firme, que cubría con unos vaqueros que parecían como una segunda piel en el área de su cadera. El pantalon le marcaba un culo perfecto y firme y un enorme paquete por delante, que parecía que rompería en cualquier momento su pantalón. Acostumbraba a usar camisetas ajustadas de algodón para lucir su atlético físico, pero aquel dia se habia puesto una sudadera, que aunque se quejara todo el rato de ella, lo cierto es que le marcaba mucho mas su inmenso cuerpazo que cualquier camiseta corta.

Estas duro, no- dije, sin saber que otra cosa decir

Si, pero no veas lo que me cuesta tener un estomago bueno.

Ya, a mi tambien me esta costando- arqueo las cejas y sin aviasar se giro hacia mi y me levanto la camiseta. Compararme con aquel chavalote me hizo enrojecer, pero parecio bastante satisfecho con lo que vio.

Mirate, que cabroncete, como eres tan delgadito, ya se le notaban un huevo mas que a mi- me dijo mientras me acariciaba el torso. Yo creo que exageraba, pero no le iba a discutir en algo asi.

Al final, incluso parecio que se entretuvo bastante y se lo paso bien con nosotros. Después de ayudarles hasta la hora de cenar, Luis nos invito a bajar con el al puerto dentro de unos dias, cuando hubieramos descansado un poco

Dos dias después quedamos todos juntos para ir de marcha al Puerto. Joder, me moria de ganas de volvera a ver a mi primo.

Nacho, esperando junto a mi, no paraba de hablar de lo bueno que se habia puesto su primo.

Yo me pique, y en medio de una explicaron sobre como hacia las pesas, le solte que mi primo Bruno si que estaba como un tren.

Fran y Nano me miraron con curiosidad. Yo me puse algo rojo, y trate de explicarme, de que no pareciera un comentario tan raro. La verdad es que no lo era. Pero como lo que yo pènsaba me hacia sentir tan culpable, creia que todo el mundo debia de darse cuenta de algo que solo era obvio para mi.

Gracias al cielo, en eso llego Robert acompañando a Dani y mi primo.

Andando a su izquierda, Nacho me pareció el hombre mas atractivo y sensual que hubiera visto jamás,

A pesar de conocerlo de toda la vida, de unas semasnas a esta parte se se había convertido a mis ojos en un hombre extremadamente atractivo. grandes ojos oscuros, nariz recta, labios medianos, y fuerte mentón. Con un cuello largo y fuerte, y un cuerpo musculoso por los deportes, mi primo llevaba una camiseta ajustada que me dejaba admirar su atlético cuerpo. Sus pezones sobresalían por la delgada tela, sus bíceps se agrandaban cada vez que flexionaba los brazos. Su culo era grande y fuerte, marcado en el pantalon de chándal que llevaba para bajar de marcha. En cambio, disimulaba su abultado paqueton y sus musculosas piernazas.

Su espalda, perfecta y musculosa, se estrecha en la cintura. Como Fran o Carlos, su estomago tiene una definición muscular perfecta. Luis es el que esta un poco menos marcado, pero solo someramente.

Bruno, Dani, Alex y sus amigos usaban pantalones ajustados, que mostraban unas nalguitas fuertes, redondas y mas que apetecible, y unas piernas tonificadas piernas. Los muslos eran largos y marcados.

Me lami los labios. Mi miembro me aviso que definitivamente mi primo y sus colegas habían pasado a ser de ahora en adelante unos tios atractivos y deseados. Mi holgado pantalón me ayudo a disimular la erección que tenia de ver ese perfecto adonis, que avanzaba con una sonrisa para darme un abrazo. Esa es la ventaja que tienen los pantalones de chándal. Puedes mostrar un buen culo pero si vas con cuidado te dan una ayuda inestimable cuando no quieres que noten lo empalmado que va uno a veces.

-¡Eh!. ¿De donde venís, que habéis tardado tanto?- me adelante y lee pasé el brazo por los hombros- empezabamos a preocuparnos de que os hubiera pasado algo.

  • miralo que listo- comento Nacho- como se pilla al que esta mas bueno enseguida- Santi puso mal cara, pero los demas asintieron de acuerdo. yo segui la broma.

-¡ la envidia te corroe! – no se como contuve las risas-¿Cómo me voy a poder resistir a éste hombretón? – les dije mientras sobaba el torso de Bruno.

Todos rieron a carcajadas, salvo Bruno, algo azorado. Nacho se nos puso al lado, riendo todavia, y le dio un afectuoso apretón en el hombro, pasandole un refresco. Mi primo lo acepto, sonrió y se incorporó como si nada hubiera pasado a la charla.

Nacho y Carlos continuaron un rato mas con la broma, sobando los culos de mis amigos y acariciandolos varias veces mientras les decían pirorpos cerca del oido. Al final se picaron un poco, algo cansados de tanto toqueteo.

Bueno, bueno, pues vosotros os lo perdéis. Joder, pero si solo os estaba diciendo lo buenorros que estais- me miro sonriendo- A que tu no me rechazas, e Luisete?- Asenti y nos dimos un abrazo y un beso, y continuamos charlando divertidos.

El problema es que yo ya no conseguia hacer como si nada. Llevaba unos dias reconcomiendome por la culpa y el deseo que Bruno ejercia en mi. No pude resistir la tentación de mirarle furtivamente, y no una miradita, sino que procuraba explorar el conjunto de su anatomía.

Como ya os explique era de pequeña estatura, con aspecto de estar bien desarrollado. Por la abertura de su camisa blanca se podía vislumbrar un pecho fornido y lampiño. Sus piernas parecían bien trabajadas y tenia un culo prieto y respingón, fruto probablemente de la práctica del fútbol, deporte que adoraba. Tenía las manos y los pies pequeños y en sus brazos se marcaban visiblemente las venas, a pesar del envidiable moreno playero. Llevaba el pelo muy corto y engominado en el flequillo, tan tieso como mi polla todas las mañanas después de soñar con el.

Su cara era muy agradable. Tenia unos rasgos aniñados a excepción de una persistente sombra de barba, pero que no pasaba de ahí. Los ojos verdes contrastaban con su tono de piel, al igual que el color rojo carnoso de sus pequeños labios.

Pero no era el unico que me fijaba. Nano y mi colega Nacho, que habia sido el que mas les habia sobado, tampoco parecian capaces de pasar mucho rato sin estar a su lado. Me di cuenta de que su mirada tambien resbalaba por su cuerpazo, como yo.

En estas observaciones me encontraba cuando Nano y yo cruzamos la mirada. Creí ver que se ruborizó, por lo que siguió con su conversación y yo me reincorporé a la mía. Estaba convencido de que todo debia ser una paranoia mia.

Cuando ya era hora de irnos, Me llamaron al movil, y me aleje. Entonces el hijo de puta de nacho aprovecho para levantarle la camiseta a mi primo y sobarle. Colgue precipitadamente y volvi a su lado, pero ya era tarde. Me quede sin poder ver como de bueno estaba realmente. Hablamos un poco mas y mientras miraba de reojoa a Nacho con rencor. Es eso se metio la mano en el bolsillo. No se si fue mi imagacion o no, pero juraria que estaba disimulando el paquete. Lo dicho, imaginaciones mias. Debia de estar realmente mal. Nos despedimos con una sonrisa y cada cual volvio a su casa.

Al llegar, me pegue una ducha y me deje caer en la cama. Habia sido una noche super divertida, y me lo habia pasado en grande. Lo que no tuvo ni puta gracia fue lo que pase por la madrugada.

Dormí bastante mal, Cada vez que despertaba, lo hacia empalmado, y yo mismo alucinaba al darme cuenta que lo unico que se me venia a la mente era Bruno. Esto, unido a la monumental resaca, hacia que ese pensamiento martilleara constantemente mi cabeza. Me preguntaba por que me ponía tan cachondo mi propio primo, al que conocia desde que era un mocoso y corria detrás de el para que me llevara a los columpios en el parque.

No entendia que me pasaba con mi primo Nacho. Pasé varios días sorprendiéndome y reprobándome por el hecho de que intentaba recordar aspectos de su rostro y su cuerpo, cosa que me excitaba. Mas de una vez tuve algun sueño subido de tono con mi primo de protagonista, solo o con alguno de sus amigos, que tambien me calentaban lo suyo. En cuanto me descuidaba, empezaba a toquetearme pensamdo en el cuerpazo de Luis en el baño o en mi primo sin camiseta admiramdo mi cuerpo el dia de la mudanza de Bruno.

Ese domingo quedé con Jaime, un amigo de la universidad que vive en un pueblo, para que bajara a Alicante a tomar un café conmigo por la tarde. Me dirigí allí receloso pensando que el, que tan bien me conocía, sospecharía algo. O que alguno de los demas lo habria hecho y comentado con el.

Me equivoque. Jaime no se dio cuenta de nada, y no es nada bueno disimulando, asi que sabia perfectamente que no me ocultaba nada. Al terminar el café salimos a dar una vuelta por un parque. Logre olvidarme de mi primo, y un rato después al recordalo, no me excitaba. Me quede muy aliviado, pensando que se me habia pasado

Estabamos casi a punto de irnos cuando vi el musculoso e inconfundible cuerpo de Nacho avanzando hacia mi a la entrada porticada, usando sus acostumbrados vaqueros, que apenas pueden disimular sus perfectas y largas piernas, su gran trasero y su miembro cautivo entre la ajustada tela vaquera. Venia con Luis.

De inmediato, volvi a sentir una tremenda excitación, en un mal momento, porque nada mas llegar a mi lado me dio un fuerte abrazo que yo casi no puede responder, atemorizado por que si lo tocaba el pudiera darse cuenta de los deseos que despertaba en mi, tratando de que no se diera cuanta de mi incipiente erección. El renacer de mis deseos me tenia desconcertado. ¡Joder, que era mi propio primo!

Sentí en ese abrazo la dureza de su pecho contra el mío, y por un momento senti el impulso de besarle en su poderoso cuello, al que alcanzaba a ver sobre mi pelo ¿Pero qué me estaba pasando? Sus fuerte brazos me atraparon y puede experimentar el placer de sentirme abrazado por alguien a quien tanto deseaba y la vez la culpa de que ese alguien fuera otro chico. Mi propio primo en este caso, lo que era aun peor. Cuando sentí su cariñoso beso en mi mejilla, como acostumbraba a saludarme cuando llegaba o cuando se despedía, el roce de sus varoniles labios en mi cara, me hizo excitarme un poco mas.

Mi primo mantuvo su abrazo, apretándome contra su formidable cuerpo por varios minutos, poniéndome mas y mas nervioso. El y yo siempre habíamos sido muy expresivos, pero ahora di las gracias al cielo cuando por fin me solto.

Les presente a mi amigo Jaime.

Este es mi primo Nacho y luis. Luis es el primo de Bruno.

Ostia, ¿del dandi?- bueno, no es que Bruno no se lo mereciera, pero Jaime tampoco es que pudiera dar lecciones de modestia. También iba al gimnasio y se cuidaba casi tanto como Bruno. Es un poco mas alto que yo y que Nano, pero solo llegara al metro setenta y siete. Guapo, pelo negro, piel suavemente bronceada, pero que bajo la camisa se notaba mas blanquita.

Le dieron unos abrazos de oso y algun que otro cachete y comenzaron a caminar por delante de nosotros, camino del centro comercial, al que insistieron que les acompañáramos. Nada mas darnos la espalda, Jaime se volvio hacia mi, cogiendose el brazo.

joder, que tios mas grandes. Tu primo da algo de miedo.

Ya ves- me rei- ha crecido mogollon

Cuando me ha cogido pense que me iba a partir o algo.

Has visto que brazos- ahueque la palma sobre mi propio bíceps. Era una simulación, porque los suyos son mucho mas grandes que eso.

Ya te digo. como para echarle un pulso,¿ sabes?

Jaime empezo ha hablar con ellos. Es un tio genial, y muy simpatico. De vez en cuando mi primo o Luis nos daban algun que otro achuchon, o algun besito sobre la mejilla, aunque sobre todo les gustaba frotarnos los hombros y el cuello o removernos el pelo.

¿y que tal llevas lo de vivir con Bruno?- le pregunto Jaime a Luis.

Pero si aun no ha venido. Por ahora esta con sus padres en la nueva casa.

Pero tio, que me cuentas. Si hablo con el cada dos dias. Ya lo se. Me referia a cuando se venga contigo

Ahhh! Bueno, pues bien, supongo- hubo algo en su forma de decirlo que me hizo girarme, pero no supe bien ver que era. Extraño. Me habia resultado familiar...

Entremos en esta- Nacho me cogio del hombro y me detuvo frente al escaparate- fijate que camiseta tan chula- al principio no sabia cual me decia. Primero porque su afectuoso apretón me despisto, y segundo porque habia varias que me gustaban. Señalo impaciente un .

En la tienda me la probe. La verdad es que me quedaba bastante bien. Mejor que bien diria yo. Me mire en el espejo, alisándola sobre mi pecho. joder, esto de hacer ejercicio merecia la pena. ante ni se me hubiera ocurrido llevar ropa tan ceñida, pero ahora era la moda y yo no tenia ningún problema para seguirla. Tenia buena caida. La justa para que no tapara el trasero sino todo lo contrario, que lo remarcara.

Jaime entro detrás de mi. Llevaba la camiseta de Bola de Drac, con Goku y algunos mas de dibujo manga super musculosos, cuando la trasnfomacion en super guerrers. Señalo a Goan adulto y otros y me pregunto si no me recordaban a nadie, señalando con la cabeza hacia fuera, donde Nacho y Luis esperaban.

Hasta que se cansaron. Estaba a medio cambiar cuando Luis se colo dentro. No se como cabiamos los tres. Claro que el ocupaba casi tres veces lo que yo. Estábamos tan cerca que bloqueaba la salida. Sonrio al verme en boxers. Me subi el pantalon sofocado, y Jaime se pego a mi todo lo que pudo. El primo de Bruno le intimidaba.

Pero que bien que os queda todo, campeones- alargo la mano y nos cogio de la cintua a los dos, pegandonos a su durisimo cuerpazo. Con cada mano nos acariciaba el estomago a cada uno.

Ya, estábamos pensando en cómprarlas- comento Jaime algo ruborizado, evidentemente incomodo. Luis no parecio darse por enterado, sino que fue a mas, levantándonos la ropa y deslizando sus blancas manazas sobre el musuclado abdomen de mi amigo y yo.

Os quedan de puta madre. Ya veras cuando Nacho os vea. Va a morirse de envidia- yo no creia que mi primo me pudiera envidiar nada, salvo quizas mis notas. Jaime se giro para mirarme, como pidiendo ayuda. Ni que hubiera algo que yo pudiera hacer. O que quisiera hacer.

Pasado el prime corte, no se estaba nada mal. Los amplísimos y redondeados hombros de Luis servian para que apoyaramos la cabeza, pues ninguno de los dos le llegaba siquiera a la garganta, sobretodo yo. Era casi tan amplio arriba como los dos juntos, hombro con hombro, y los musculos de sus brazos tenian un tamaño sensacional. Los bíceps de Jaime, que era mas robusto que yo, no alcanzaban apenas a igualar el diámetro de su muñeca, asi que calculad lo que era ya su antebrazo o sus bíceps.

Tal y como dijo, a Nacho le encanto como nos sentaba la ropa, hasta el punto de que se ofreció a pagarla. Jaime, que es muy orgulloso, dijo que no enseguida, claro, y yo solo un poco después que el. Luis le murmuro algo al oido a mi primo y el sonrio y asintio.

Sin avisar nos tomaron de la cintura, pasando un brazo descomunal sobre ella y nos llevaron como si fueramos muñecos hasta el mostrador. Sin dejarnos todavia en el suelo, dejaron toda la ropa que habiamos cogido encima y pidieron el precio. Jaime y yo estabamos cortadisimos, incapaces de librarnos de su descuidada presa. Mis intentos de solarles aunque fuera solo un dedo solo consiguieron que se rieran burlones.

Y claro, todo junto era mucho mas de lo que podíamos permitirnos, asi que tuvimos que dejar que mi primo pagara, a pesar de la vergüenza.

Aprovechamos ya que estábamos alli y ayudamos a Luis a comprar para una pequeña fiestecita que quería organizar mañana por la tarde, para celebrar que Bruno se viniera a vivir a su casa.

A la hora de pagar esta vez lo hizo el, mientras mi primo me cogia juguetón y me daba un beso en la mejilla, disculpándose por lo de antes. Mientras íbamos a mi coche, que había dejado justamente en el parquing de las galerías comerciales., dejo su brazo sobre mi hombro al tiempo que cargaba el solo con las bolsas.

Yo sentía en mi hombro su musculoso brazo descansando sobre mi, sufriendo de tanto en tanto algun que otro agarron juguetón. Jaime se despidió de nosotros y fue a su propio coche, cargado con la ropa que Nacho le habia regalado. Es orgulloso, pero también practico.

Después de dejar a Luis en casa, Nacho se sentó mi lado mientras yo conducia. Solo un rato después, al girarme, me encontre que se habia quedado dormido. De pequeño siempre que estaba cansado, viajar en coche lo arrullaba y llegaba dormido a casa, entonces era yo quien, haciéndome el primo mayor y responsable, lo cargaba para llevarlo a su cama. En aquel entonces era bastante fuerte para mi edad. Que ironia. Ahora desde luego no podria ni sacarlo del coche.

En cada semáforo aprovechaba para girar y verlo. Sus piernas eran perfectas. El tono muscular de sus múslos casi se podía adivinar bajo sus vaqueros. Su paqueton era un bulto entre sus piernas que se me antojo subitamente tocar, pero que naturalemente no hice. Su pecho y sus brazos también eran perfectos,

Mi mirada se fijaba en su cuerpo o en su cara, como tratando de redescubrirlo, de verlo por primera vez como el chavalote en el que se habia convertido. Al ver sus labios definidos y varoniles aun podía sentir su tibieza cuando se posaron en mi mejilla, mientras su duro pecho se apretó contra el mío en el fuerte abrazo que me dio al llegar.

Por un momento me desconocí, jamás, había sentido algo así por ninguna persona, chico o chica. Nadie me había logrado excitar tanto como el lo había hecho desde que lo vi. Un deseo creciente que desbordaba mi razon. Tuve que forzarme a mi mismo a mantener la atención en el volante para no tener algún accidente y conducir con cuidado para evitar que se despertara... y poder asi seguir admirando su físico perfecto, con toda la libertad mientras el dormía viajando conmigo.

Por fin llegaba el dia en que Bruno se vendria a vivir a mi casa. Bueno, de momento eran solo unos dias, pero en cuanto comenzaran las clases se quedaria ya definitivamente.

No paraba de comerme la cabeza por mis sentimientos hacia el. Al menos acompañar a los buenazos de Dani y su amigo Jaime me habia distraido un poco. En mi desesperación, empezaba a aceptar que ya que no habia remedio, tal vez fijarme mas en sus amigos haria que se me pasara un poco el cuelgue por él

Habiamos quedado para las cinco, pero habia pasado la mañana en la playa y vino antes, justo después de acabar de comer. Tan pronto lo vi entrar por la puerta, me quede alucinado.

Como digo, venia de pasar el día en la playa, de manera que tan solo vestía bañador y unas chancletas. Asi pude deleitarme tranquilamente por fin con la visión de su torso desnudo. Era realmente como imaginaba: Moreno, lampiño, perfectamente marcado y contorneado, sin que pudiera haber queja de su musculoso cuerpo. Mientras admiraba su delgado estomago, se paso la mano sobre el espectacular relieve de sus abdominales, que sobresalian encima de la cinturilla del bañador. Al moverse, lo hacian tambien sus sensacionales pectorales, coronadas por suculentos pezoncitos, asi como toda la musculatura en general de su fibradisimo cuerpazo. Los brazos estában muy bien formados, con las venas y los tendones marcandose a cada gesto. Las piernas eran fuertes y musculosas, completamente lampiñas. Y su culo, que no veia pero recordaba vivamente, un puntazo.

Quedé mudo, pero me repuse y alargue mi mano para ofrecérsela. El la estrechó, mientras sonreía maliciosamente, quizas recordando alguna trastada que habria gastado en la playa, a lo que noté que el sudor me corría por la espalda y no solo por el sofocante calor reinante.

Mis esperanzas y mis dudas se habian venido abajo, despeñadas desde la cima de mi polla, que se me levanto de una manera brutal. Me tuve que sentar inmediatamente porque tenia miedo de que lo notara. Desde luego, estaba mucho mejor de lo que recordaba de pequeños

La espera a que llegaran mis amigos fue un infierno. Menos mal que se fue a ducharse, y pude relajarme un poco. Pense que se pondría mas ropa, pero en vez de eso, cuando volvio al salon de arriba volvia a traer unicamente un bañador corto. Podria haberle ofrecido algo, pero todo mi ser se sublevaba a la mera idea de perderse semejante espectáculo.

Poco a poco fueron llegando. Saludos, abrazos, todo esto lo tuve que hacer mas distante que nunca, ya que no habia manera de rebajar mi excitación.

Observe que mientras todos se acomodaban, Bruno caminó hacia el baño. Al ser tantos, quedamos bastante justos de sillas. Habia el numero exacto, de hecho. Cogiendola con disimulo, me desice de una de ellas. Asi, cuando Bruno llegó, se encontro con que no tenia sitio. Alex y Robert, que tantas veces habian estado en mi casa, y que habian contado, miraron extrañados, jurando que habia otra mas.

no pasa nada, primito- y sin mas, lo tome de la cinturita y me lo sente encima. Uno solo de mis muslos me sobraba para sostener a este tio bueno. Solo Carlos los tiene mas grandes. Ni siquiera Nacho me supera en eso. No se lo esperaba y puso cara de sorpresa. Mis amigos no le dieron mas importancia, pero vi que los amigos de mi primo se ponian tensos, y miraron con disimulo a Fran, Marc y Nacho, como si temieran que siquieran mi ejemplo con ellos.

Al principio, Bruno no estaba muy convencido, pero finalmente acabo por sentarse confortablemente. Y actuar con normalidad. Yo en cambio no lo tenia tan claro. No me atrevi a sacarme la camiseta. Ya lamentaba tener pantalones cortos. Tenerlo encima era una tortura y un placer. Me daba miedo tenerlo sobre mi. Pero eso era lo que mas quería. Al tocarle, me excitaba de una manera tremenda.

Sudaba al pensar que los demás pudiesen intuir algo. Llevaba puestos pantalones cortos, por lo que su piernas desnudas quedaba en contacto permanentemente con la mía. Podía percibir claramente su tierno culito sobre mi muslo. El se acomodaba para mirar a uno y a otro según cambiaba la conversación, lo que le hacia restregar su culo contra mi constantemente, posándolo directamente sobre su raja de cuando en cuando. Por mi parte, tenía en primer plano su espalda en completa desnudez, pudiendo contemplar la suave y tersa piel.

Por si fuera poco, Jaime estaba sentado junto a mi, por lo que mi brazo estaba constantemente en contacto con su pierna. En cuanto a Bruno, se agachaba de cuando en cuando el cuerpo para oír bien a Jaime, provocaba que la cintura de su bañador, descuidadamente baja, me permitiese ver un poco la raja de su culo.

Me estaba volviendo loco por momentos. Me encontraba totalmente sofocado. Evidentemente, no me enteraba de nada, solo tenia cabeza para memorizar con todo detalle los sensuales rasgos de mi primo mayor.

Aquella noche dormí mal. Todo el rato me acordaba de su cuerpazo, que estaba mejor de lo que yo me habia imaginado. Y a eso se añadia que estaba durmiendo a solo una puerta de mi. Me moria de ganas de cascarmela en su honor, pero me resisti.

Y llego el dia en que nos encontramos a Carlos en el campus de la universidad. Yo entonces ni me podia imaginar lo que mi colega planeaba.

Al dia siguiene empezamos a retocar la que iba a ser su habitación. Si, los capullos de mis hermanos se volvían a Francia y el cañon de mi primo se venia conmigo. A partir de ese dia, lo iba a tener conmigo todo el rato. De nuevo me hice algunas esperanzas. Quizas, con el tiempo me lograra acostumbrar y al final podria estar con el sin sentir una fortisima atracción.

Cogi una de las cajas donde habiamos metido las cosas de mi hermano y se la di. Pesaba mucho para el, y estaba tratando de colocarsela mejor cuando me llamaron por el movil y le deje. Estuvo a punto de caérsele. En el ultimo momento pude agarrarla a tiempo, cuando ya habia doblado las rodillas y se le resbalaba de los dedos. La cargue y se seco el sudor de la frente. Sus bíceps se marcaron estupendamente al hacer aquel gesto. Me acorde de golpe del movil y me lo puse al oido, dandole la espalda. Nacho, que era quien llamaba, me pregunto que coño habia pasado. Se lo conte riendo.

-Nacho se viene a jugar un rato a la consola- le conte a mi primo, colgando y volviendome hacia el.

  • vale, estupendo- comento algo ausente. Segui su mirada. Se me habia ido de la cabeza que uan tenia la caja encima. La sostenia con un solo brazo, apoyada en mi cadera. Comprendi entonces lo que debia de estar pensando. A el casi se le habia caido, desbordado por su peso. Y yo en cambio la tenia cogida como si nada.

  • Dani tiene razon- Avanzo hacia mi y me acaricio admirado los tremendos musculos de mi brazo- pareces Hercules- ¡Joder!! Por fin se daba cuenta!! O por lo menos, por fin me lo reconocia. Me espere a responder un poco, disfrutando de su admiración y de las caricias de sus manitas morenas. Aquella era la mia.

  • No es para tanto- me hice el modesto- Tu también estas pero que muy bien, ¿sabes?- Levante su camiseta por fin. Buff pero que buenazo que estaba. Mis manos nunca me parecieron tan grandes como cuando le acaricie el estomago. El aterciopelado tacto de su piel hacia que tuviera ganas de suspirar. El interpreto mal un gesto y levanto los brazos para que se la sacara. No habia sido mi intencion, pero la ocasión la pintan calva.

Decidido, le quite su camiseta y luego me saque la mia. Me miro asombrado.

  • Madre mia, eres aun mas grande de lo que pensaba-.Sus manos volvieron otra vez, acariciando las curvaturas de mis inmensos músculos. Comenzó desde mis bíceps, cuyo tamaño lo dejaba de una pieza, hasta mis hombros, atreviéndose incluso con mi amplio pecho y mi abdomen.

Le tome de la cintura. Se asusto, pero solo quería llevarlo ante el espejo, para vernos mejor. Le di la vuelta y me puse detrás de el, como había hecho en los probadores con Dani y Jaime ( justo el recurdo que me faltaba para terminar de empalmarme). Nunca me había sentido tan grande, le rebosaba por todas partes.

Su pecho era sublime, sus pezoncitos una tentacion café oscuro sobre su aterciopelada piel canela, Sus brazos musculosos se tensaban al agarrar mis antebrazos. El contraste de los tonos de piel era sensacional. Le puse la manos en los hombros y los masajee. No se como no me lo folle alli mismo.

Estuvimos un ratito asi, como hipnotizados por la perfeccion de nuestros cuerpos superpuestos. Luego, sin mas, se solto de mi y se coloco encima la camiseta, pero yo seguí sin ella. Como no, en eso paso mi viejo.

  • Otra vez como un puto macarra. Porque no te pareceras mas a tu primo - Que le dieran. A partir de hoy, iba a tener un bombon en casa, y me pensaba lucir al maximo.

  • ¿Que quieres, papa?- cogi la camiseta, pero no me la puse.

  • Ha venido tu amigo, el primo de Daniel. Tampoco vendria mal que te fijaras un poco mas en el.

  • ¿En Nacho?- pregunte haciendome el inocente. Mi padre bufo.

  • Si, solo faltaba. Es aun peor que tu. Iganacio ( el padre de Nacho) no sabe ya que hacer con el- por fin se fue y dejo de darme la brasa.

Jugando a la consola en mi habitación, copamos el sillón. No cabíamos los tres, asi que al principio nos lo turnábamos. Pero luego lo pense mejor, y al acabar el turno de Nacho, le indique que se espera un momento a levantarse. Bruno se acerco y yo lo cogi por sorpresa y lo sente encima de mi regazo. Bruno se lo tomo a mal, y trato de levantarse, pero lo abrace, riendome. Le di un besito en la mejilla.

asi no hace falta que estemos todo el rato levantándonos- Le acaricie la nuca, removiéndole el cabello. Por supuesto, me excite, pero esta vez era algo tolerable, y decidí hacerlo mas a menudo.

No tenia ninguna intencion de cambiar, pero sus persistentes intentos de levantarse, me fueron calentando poco a poco. Para terminar de arreglarlo, Nacho se ofrecio a que compartiéramos su peso. No pude negarme. El se enfado, protesto, nos dijo que no era un juguete, pero no le hicimos ni el mas puto caso.

Tenia su culito sensacional sobre mi muslo. Al mover la cabeza podia oler su pelo. Cada vez que Nacho me lo cogia y se lo ponia encima suyo, únicamente me consolaba el hecho de que era contra el con quien jugaba a la consola. Jugamos al futbol y a luchar. En el segundo, el muy cabron era casi imbatible. Pero en lo del futbol, le dimos un repaso de cuidado. Encima el es del Barcelona, mientras Nacho y yo somos del Madrid.

Nos lo pasamos en grande tomandole el pelo. Nacho sobretodo comentaba los partidos, los nuestros y los suyos, regodeandose en la facilidad con la que le podiamos. Termine con la polla dura como una roca.

Se pico mucho, y eso solo consiguió que Nacho se animara todavía mas. Al final, se cabreo y se marcho. Lo vi tan enfadado que lo deje irse.

Al marcharse, Nacho y yo nos miramos. Nos pusimos a reir. Luego me levante a por un par de coca colas para los dos. Hablamos de lo bien que nos lo habíamos pasado, y de lo majo que eran Bruno y sus amigos. Sin saber como, la conversación derivo a la manera en la que jugaban al futbol, la forma en la que se comportaban . Al final, sin saber como, acabamos alabando su tipazo.

Le conte entonces lo que habia pasado antes de que llegara. Una parte de mi estaba en guardia, pero me sentia muy a gusto, alli, contandole a mi mejor amigo como Bruno y yo nos habiamos plantado delante del espejo, sobando su cuerpo menudo pero macizo. Bromeando, Nacho y yo nos pusimos a sobarnos mutuamente. Bueno, mas el que yo. Se puso tras de mi y me envolvió el torso, pasando los brazos por los costados.

Joder, es que tu primo es un cañon- el comentario me dejo algo perplejo, pero no iba tan desentonado con lo que estabamos hablando

¿Y que me dices de Dani, eh?. No me diras que también esta un chorro bueno- reí y le cogi de las manos, que habian empezado a deslizarse suavemente por mi estomago, repasando distraído mis músculos.

También, pero tu Bruno esta que se sale. Tiene un polvo que lo flipas. Y con lo en forma que esta, seguro que aguanta lo que le eches- Apoyo la barbilla sobre mi amplio hombro y me dio un beso en la mejilla. Siguió con el tema, describiendo a Bruno y a Dani, a Alex y a Santi. Incluso a Nano y Marc. Yo flipaba oyéndole hablar. Bajo la mano y me manoseo el paquete. Recordar a Bruno me la habia puesto durisma. Empecé a excitarme, pero intentaba controlarme. Me asustaba que fuera otra de sus bromas de hijo de puta a las que eran tan aficionados él y Robert .

Pero es de esperar. Un grupito de forofos del Barcelona solo pueden que estar buenisimos, para que machotes como nosotros nos demos un gustazo con ellos de vez en cuando. Ya ves a sus jugadores. Cada uno esta mas bueno que el otro. Y en su mayoria, bajitos y manejables. Por eso Figo se fue. Era demasiado macho para seguir alli. ¿ te imaginas lo que debe ser estar todo el dia rodeado de tios buenos correteando a tu alrededor?

Me parece que empiezo a tener una idea.- Nacho era bueno con las manos. A los pocos minutos de estar asi habia logrado ponerme a tope. Detrás de mi, podia notar como su propio pollon tambien se habia puesto durisimo. Empezo a restregarse sobre mis nalgas, pajeandose contra mi.

¿Has visto cuando nos lo hemos puesto encima?- pues claro- ¿ no te ha apetecido darle un mordisquito en la orejita? ¿o enseñarle como besa un macho de verdad?- bajo la voz, susurrando en mi oido, lamiendolo, provocandome- ¿ no has querido follartelo como se merece, como a un campeon? - aquello ya fue demasiado. Me corri de una manera tremenda. Esa noche me pajee hasta tres veces rememorando el momento.

El tiempo fue pasando, y comenzaron las clases. Siguiendo el ejemplo de Fran y Alex, Nacho me pidio que le ayudara un poco con los estudios. Había empezado a llamarme "campeón", y "chiquitín", lo que me encantaba A mi cada día me gustaba más, me atraía enormemente pero además empezaba a quererlo, a cogerle mucho cariño.

Nacho practica taekwondo, un deporte que exije mucho toqueteo. Tal vez esa sea la razon por la que le encanta sobar a sus amigos, yo incluido. Tambien sucede que muchas veces no parece ser consciente de su tremenda fuerza. O lo es demasiado. siempre conseguía inmovilizarme con su fuerza. Un día, jugando al futbol en el jardin de su urbanización, tuvimos una pelea. Nada serio, claro. Yo juego mucho mejor que el, y eso le fastidia, de manera que recurre a trampas o a abusar de su tamaño para igualar el marcador. Lo que le cuesta poco.

Solo que yo no me resigno y aquella vez, como tantas otra, terminamos rodando por el suelo. Naturalmente eso solo sucede porque el asi lo quiere, ya que mas tarde o mas temprano no se puede resistir a dominarme. Tampoco esta fue una excepcion. Me hizo cosquillas y yo me revolvi riendo. Entonces paro de golpe y nos quedamos jadenado, mirandonos mudamente.

Fue en aquel momento cuando algo paso. Su paquete se endureció y algo creció en el interior de su pantalón. Lo pude notar perfectamente. El sólo sonrió y yo también me empalmé. Me puse muy colorado. Estaba muy nervioso. Él bajo hasta casi rozar sus labios con mi oido y susurro con ternura "no te preocupes, campeón".

A partir de ese día siempre aprovechaba para tocarme de una manera mas descarada cuando nadie nos veía. A veces me cogía de la cintura, y me rozaba con su paquete el culo disimuladamente. Me daba besos en la mejilla o en la frente, jugaba con mi pelo, que removia a cada rato, y siempre me llamaba "Campeón" y sobretodo, "chiquitin".

Yo no sabia que hacer.

Mola un monton ir de marcha con mi primo. Para ser tan bajito, se lo tiene muy creido, pero es un tio genial. El y sus amigachos son muy divertidos. Ademas, tienen coche,

Jode que tengan que llevarme, pero en fin, que se le va ha hacer. Mis padres no me dejan cómprarme una moto y me da pereza sacarme el carnet.

A mi primo le molaba ir con nosotros. Le encantaba oír las historias de nuestras juergas y correrías, que afloraron en cuanto bebemos un poquito. O a veces ni eso.

Las fantasmadas de Nacho y de Carlos hacian que se partiera. No se burlaba, sino que les seguia el juego, haciendo como que se las creía y animándolos a que continuaran inventándose nuevas historias. O que las adornaran sobremanera. Los muy idiotas ni se daban cuanta.

Tenerlo en casa era una pasada. Por las tardes, antes de salir, me arreglaba corriendo en mi habitación para poder estar después en la suya al salir de la ducha. Asi podia estar alli mientras se cambiaba. Era todo un espectáculo que me ponia cachondo. Alguna vez llegue sin darme cuenta a meter la mano bajo el pantalon, acariciandome. Por fortuna, el nunca noto nada.

Se ponia una colonia super agradable, la que habia notado cuando fui a su casa. Se ponia un mogollon. Al salir, su cuarto olia a ella por completo.

Nos metimos en la disco en la que Carlos curraba de portero. Nos dimos un abrazo con el. Antes de entrar les dijo que tenia que cachearles. Se lo tomaron como una broma, que lo era, claro. Y de paso el cachas de Carlos se lo paso en grande sobando a nuestros amigos.

A es ahora aun no habia demasiada gente y teniamos sitio para movernos. Para variar, habia una gran paridad de tios y tias dentro, cosa que como todo tio que sale de marcha nota, es muy poco habitual. Por lo general los porteros dejan entrar a las tias en grupos y se ponen mas tontos con los chicos. Pero con Carlos de portero, la cosa era distinta.

Ademas, no solo era la cantidad. Tambien la calidad. Miraras donde miraras, los tios estaban buenisimos. Los habia para elegir. Extranjeros rubios y pelirrojos del norte de Europa(que se venian a España con la beca Erasmus), bastante altos en general, tios cachas como Nano (tanto como nosotros no habian tantos), morenos guaperas como Marc, pijos formalitos pero cañon como Alex, bakalas como nosotros, en camisetas ceñidas. Vimos a varios conocidos del gimnasio. Un tio guapo con el pelo rizado tonteaba disimuladamente con un tiarron del equipo de remo de la Universidad. Daba gusto, vamos.

Bruno llevaba puesto unos vaqueros oscuros de un tejido distinto, mucho mas suave. Lo se porque le gusta ponerselos y a mi sobarle. Encima, un polo de tela con costuras que marcaban la espalda y los costados y los brazos. Le quedaba muy bien.

Como de costumbre, se habia puesto la colonia que tanto le gustaba, y que cada vez asociaba mas a como su propio olor.

Nacho estuvo a su lado buena parte de la noche. Ahora que sabia de que iba, procuraba no dejarlo a solas con mi primo. Me decia a mi mismo que porque queria protegerlo, pero otra parte sabia perfectamente que era sobretodo porque me ponia muy celoso.

Dani venia tambien tan guapo como cuando lo vi el primer dia. Les gusta mucho arreglarse.

El primo de Alex, Jaime, llevaba un pantalon muy similar al de Bruno. le miraba bailar. El y Santi lo hacen pero que muy bien. Lo llevan en la sangre.

Aunque ya es otoño y hace fresquito, en Alicante, auqne sea de noche, casi ni se nota. Hace rasca, pero solo hasta que llegas a los locales del Barrio, la zona de marcha. Alli se te pasa el calor. Mi primo nacho y sus amigos estaban tremendos. Solo llevaban encima un jersey ceñidisimo, que se les pegaba como una segunda piel. Sus inmensas espaldas, en forma de uve, parecian capaz de rasgar la ropa por arriba, una impresión que aumentaba caundo se mueven, y los músculos de sus brazos bestiales se flexionan. Al bailar o inclinarse, tiran la tela para arriba, dejando a la vista el pirncipio de su espalda o de su definido estomago.

No eran los unicos, habia muchos tios igual. Para ser sinceros, demasiados. Mirara donde mirara, habia tiarrones de gimanasio embutidos en la misma ropa que mi primo. La mayoria de ellos, pero, no bailaban. Se limitaban a estar alli de pie, moviendose solo un poco, con un vaso en la mano. Se dedicaban básicamente a marcar músculo. No es que no tuvieran lo que enseñar, claro. Menudos cuerpazos.

Nuestros amigos no eran una excepcion. No hace falta que os vuelva a repetir como de impresionantes estaban marcando sus cuerpos enormes y musculosos, una especie de torres de puro músculo en medio de la pista. Y mas o menos con el mismo ritmo. Jejeje.

Hey tios, mirad- Nacho se me habia puesto detrás y me levanto la camiseta de doble manga, acariciando mi estomago- habéis visto como se esta poniendo de fuerte mi primito.

A ver a ver- sus amigos se sumaron a sobarme - tienes razon- me guiño un ojo Fran- te estas poniendo como un tren- me dieron algun apretón cariñoso y me besaron la mijilla.

Estoy hasta los cojones de ellos- susurro Jaime- vamos a ver si les perdemos un poco de vista.

Nos apartamos de ellos, mientras iban a por unas copas. Los demas coincidían con Jaime. Teniamos ganas de bailar a gusto, y con la mirada de Nacho encima mia, no lograba relajarme. Santi no opinaba igual. Por eso le enviamos con ellos.

Pero aun estábamos reubicándonos cuando tropezamos con unos de esos bakalas, musculosos y altos. Formaban un grupo junto a la puerta. Con sus pendientes en la oreja, pantalones de chándal y todo lo demas.

Eh, capullos, de que vais- nos solto el mas grande.

Perdon, no te habia visto

¿Que no me has visto, pequeñajo? – saco pecho- Pero si soy el doble que tu - me dio un empujon. Alex se puso tenso a mi espalda. Yo intente calmar la cosa

Alex, tranquilo. Oye, me he tropezado sin querer. Déjanos salir. Te pido perdon otra vez

Ni perdon ni ostias- aquel tiarron se me encaro, tratamos de retroceder pero por detrás nos topamos con otros. Se plantaron y , para no dejarnos ir. Su torso estaba muy duro.

Los tios cachas nos rodearon. Empezaron a burlarse, a llamarnos guapitos y a provocarnos. Cogimos a Bruno y sujetamos a Jaime, porque eran capaces de tirarse contra aquellos macarras. Nos empujaron en el pecho otra vez y al caer hacia atrás volvimos a chocar con sus compiches. La cosa se ponia muy chunga.

me parece que va ha haber pelea- dijo el camarero, un tio bueno en camiseta blanca.

A ver- Fran, el mas alto, se giro a la puerta.

Son los gilipollas de Enric y los suyos- aclaro Nacho- y .. pero que si son ellos.

¿quiénes?

Los siete magnificos, no te jode ¿Quién va a ser? Mi primo y el tuyo.

Serian hijos de puta. Nos lanzamos a la puerta lo mas deprisa que pudimos. Nos abrimos paso a base de puro músculo. Los tios se rajaron al vernos llegar. En realidad ya nos los conociamos. Y ellos a nosotros.

Que hay Nacho- saludo titubeante, oliendo la movida.

No se. Me parece que os estais metiendo con nuestros amigos- alguno se puso palido.

no sabiamos que veian con vosotros- lo intento arreglar Enric- nos han molestado y..

¡Y una mierda!- estallo Jaime. Lo atrape entre mis brazos y lo sujete, antes de que empezara la pelea. A Carlos le molestaría.

Ya oyes a mi primito- Mire hacia la puerta, donde Carlos y el otro gorila de la puera estaban listos para intervenir. Aquí la cosa esta mal. Mejor salir fuera- Ellos eran mas, pero nosotros tambien eramos un buen grupo. Después de nosotros, Alex era alto y estaba fuerte, y Marc lo mismo. Y nuestros primos y Jaime le echaban ganas.

Asi que molestndo a los demas- dijo Nacho mirando a Dani. Se volvio de golpe y le solto una ostia a Enric. La pelea estallo enseguida.

Fue guapo. Con Bruno y los demás conmigo, me emplee a fondo y en un momento ya les dimos un buen repaso y los tiramos de alli. Carlos ayudo.

Bueno, mejor volvemos dentro y seguimos con lo nuestro- me sentía mucho mas animado, y empezaron a tocar una de las que me gusta.

Bailando, Jaime y Bruno lo hicieron a mi lado. Me coloque entre los dos. Bruno Se paseo la mano por su pecho. Me pegue a el. Me moria por besarle en el cuello. Le cogi del hombro y lo me incline para darle unos besitos. El alcohol me volvia mas y mas atrevido.

Pase el brazo por la cintura de Jaime, metiendolo bajo su cazadora, y lo atraje hacia nosotros. Se abrazaron y bailaron juntos. Sus colonias hacian que olieran de maravilla.

Santi y Alex también lo hacian muy bien. Como de costumbre, Santi se abrio la camisa, para exibirse. Formaban un grupo cañon en la pista.

Bromeando, le cogi de la cadera y acaricie la garganta suavisima de mi primo. Tocaba una cancion latina, y empezamos a seguirla. Los músculos de Nano se marcaron aun mas al elevar los brazos y los pezones se marcaron con claridad atraves de la tela. Nos lo pasamos de puta madre.

Al volver de la discoteca, entramos sin hacer ruido. Mi primo cogio el manos libres y escucho los mensajes. Resulto que estabamos solos. Mis tios se habian quedado a dormir en casa de mis padres. Habrian bebido demasiado y los maderos estaban hinchandose a poner multas últimamente.

Nada mas entra fuimos a su habitación. La calefacción estaba puesta y se estaba muy a gusto. Se quito el pantalon vaquero y los calzoncillos, para ponerse algo mas comodo. Unos pantaloncitos cortos que le marcaban un culo fabuloso. Vino de la cocina con un vaso de agua para los dos.

Mientras bebia, se puso frente a mi y me froto el estomago sobre la tela de la camiseta. La doble manga me ocultaba los brazos, pero con el ejemplar con que tenia que compararlos, casi mejor asi.

Que guapa te queda, Dani. Y tu que no querias que te la regalara- se acerco un poco mas.

Si, me gusta mucho...

Pero las mangas son un poco anchas- Metio las manos bajo mis mangas. Yo le cogi de los suaves antebrazos. Nos miramos. Me sonreia.

Bajo y me metio la mano por debajo de la tela. Me acariciaba, repasando mis abdominales con el pulgar. Los bordes se amontonaban sobre su muñeca, al subir la mano por mi abdomen. Con la derecha seguia frotandome la espalda. Me puso nervioso. Su manaza me hacia sentir pequeño. Al mirar hacia abajo, le veia sobarme . la camiseta se me estrechaba en la cintura, y al ver su inmenso brazo moreno deslizarse arriba y abajo, envolviendome, comence a sentirme muy excitado. Pero tambien temeroso, una combinacion emocionante.

T-te-e quiero dar las gracias- me aparte de su perturbadora presencia y dobe el cuello le mire a los ojos- Si no llega a ser por ti nos hubieran dado una buena - le di otro sorbo al vaso de agua, que habia dejado sobre la mesa.

no te preocupes. Ya sabes que nunca dejare que le hagan daño a mi chiquitin- Acaricio mi carita y me dio un besito – Y tenias a Alex. No lo subestimes

Ya, pero tu eres el doble lo menos- aprete su durisimo bíceps.

En todos los aspectos, te lo aseguro- movio la cadera hacia delante, para enseñarme su endurecido paquete- Sabes que simpre podras contar conmigo - me dijo esto poniendo su mano sobre mi hombro. Me puse algo nervioso y él lo notó. Solo pude sonreír y tartamudear una respuesta.

Bueno, pues va siendo hora de que me vaya a dormir. Gracias por dejar que me quede.

¿Te quieres quedar un rato más, campeón? Podemos ver una peli, o charlar un rato. Lo que quieras. –Esto me lo decía con la sonrisa más dulce que había visto en mi vida.

Bueno...vale- respondi sin mucho convencimiento. El se fue hacia adentro y me fijé en el culo que le marcaban aquellos pantaloncitos. Menuda pasada. Volvió en un instante con una ultima copa para el y un zumo para mi. Se sentó en un sofá y como vio que yo no me sentaba ( aun tenia la esperanza de irme a dormir) se levanto y me cogió de la cintura.

Ven aquí, chiqutín- Me atrajo hacia él y me sentó a su lado, bien cerca de él.

Sus palabras me pusieron a tono. Encendio la tele y empezamos a ver unos episodios de Shoutpark. Pero la verdad es que no les prestaba mucha antencion. A los pocos minutos, me dijo que me quitara lo que quisiera. los pantalones que estarian ya para lavar después de estar de marcha desde la cena - Total, estamos en confianza, campeón.- Me miró y me sonrió de nuevo. No pude decirle que no, no quería que se pensara que me daba vergüenza o algo así. A el desde luego estaba claro que no se la daba. Me quité los zapatos y los pantalones y me cambie tambien de shorts, poniendome los menudos pero holgados pantalones cortos del pijama. Asi que me quedé más o menos como él, en pantalón corto y camiseta.

Minutos más tarde, me dijo que si quería que me podía apoyar en él, que no pasaba nada, y que así estaría más cómodo. Lo hice. Apoyé mi cabeza sobre su hombro. Era como un sueño. Noté como su brazo se deslizaba por detrás de mi espalda rozando mi culito y me volvió a coger de la cintura.

Je, Yo apoyado en su hombro y él cogiéndome de la cintura… Como una pareja. Me sentía muy a gusto a su lado.

Te puedo pedir un favor, Dani- me metio la mano bajo la tela, acaricianme la piel suavemente

Claro, tio. Lo que sea.

¿Sabes lo que seria la ostia ahora mismo?- bajo la voz y lo susurro en mi oido lo que cualquiera puede imaginar. Que nos la menearamos el uno al otro.

¿Cómo?- me hice el puritano. No tenia otro remedio, me daba miedo.

¿Que pasa?- me saco la mano de debajo de la camiseta y me cogio de los costados-Lo hace todo el mundo. ¿Que tiene de raro, a ver?- note que se cabreaba. Estaba claro que le apetecia bastante.

Yo me mantuve, y lo dejo pasar por unos minutos. Pero al poco, alargó su mano izquierda hasta mi bragueta. Yo miraba hacia el frente, como si no me diese por enterado de lo que ocurría, con la esperanza de que asi lo dejara correr. Comenzó a sobarme por encima del pantalón, a lo que mi polla respondió instintivamente. introdujo su mano en el pantalon . Yo di un sonoro suspiro. Estaba excitadísimo, pero un arrebato de moralidad me indujo a atrapar su juguetona mano, sacándola de un tirón.

-¡Que haces! Ya te he dicho que a mi no me va eso.

-Vamos Dani. Nadie se va a enterar, si es eso lo que te da miedo. Además me he dado cuenta de cómo me miras.

-¡Yo no te miro de ninguna manera, bakala creido?

-Vale. Como tu digas. Venga. ¿Qué mas te da? Tu solo dejame a mi.

Entonces él me cogió de la mano y poco a poco la fue llevando hasta su paquete. No lo podía creer. Me puso la mano encima de su polla. Estaba dura, en su máxima extensión. La podía notar perfectamente debajo de la fina tela de sus pantaloncillos… Tenía un tamaño considerable, como siempre habia sospechado. A mi se me puso aun mas dura muy rápidamente. No lo pude evitar. Acercó su boca a mis oídos y empezó a susurrarme:

  • Campeón… Mi chiquitín… no se que te da tanto miedo. No te va a morder… y nos lo vamos a pasar de fabula- Mientras me susurraba esto yo solo callaba y escuchaba, y él tenía la mano sobre la mía, que descansaba encima de su miembro erecto

  • Pero…- dije yo, que no sabía que decir. Había estado deseando este momento desde hacia semanas, y ahora estaba aterrorizado.

  • Pero nada- dijo cambiando el tono, haciéndolo más agresivo, cosa que me asustó - Venga, chiquitín, mi campeon…- volvió a la ternura y al cariño, y mientras, se fue bajando sus pantaloncitos, al mismo tiempo que lamía mi oreja, proporcionándome un placer exquisito. No podía creerlo. Mi primo estaba decidio a que le diera una buena paja esa noche. Eso si no queria ir a mas. No. Eso era imposible. A m primo no le podian ir estas cosas.

Su polla quedó completamente liberada después de que se quitara sus pantaloncitos. Pude verla, aunque no con claridad, por la poca luz que había en la sala. Me volvió a coger la mano y la puso encima de su verga. Era gruesa, palpitante, larga. Pude notar pues que tenia un tamaño considerable. Estaba medio paralizado por mi timidez y por la sorpresa de la situación. Paró de lamerme la oreja para susurrarme otra vez

Venga, chiquitín, Tócala, cógela, te aseguro que no te va a quemar- Le obedecí.

Pero enseguida retire la mano. La notaba ardiendo. El entonces me sobo el duro paquete sobre el pantalon, y volvio a insistir. La rodee con mis manos y empecé a pajearle, lentamente. Aquello me fue gustando y se lo empecé a hacer con más agilidad, más deprisa

Muy bien chiquitín. Estás hecho un verdadero campeón- Mientras yo seguía con mi faena él se quitó la camiseta, volviéndome a mostrar aquel torso perfecto. Era un regalo para la vista- Esperaaa… chiquitín, quítate la camiseta, y ya verás como nos lo pasamos de bien… ¡ Venga, quítatela!- Le obedecí. Me quité la camiseta, mostrándole mi torso desnudo, lampiño, musculado con mucho esfuerzo. Y sobre todo, muy suave.

Empezó a tocarme el pecho, las tetillas, mientras me besaba el cuello, lentamente. Era algo increíble. Me dio un beso en los labios que me encantó, fue mágico y yo se lo compensé volviendo a pajearle ese gran rabo. Mientras yo seguía con esto, él fue bajando con la boca besándome el pecho, hasta que se detuvo en uno de mis pezones y empezó a lamerlo, con ternura, y después le añadió un mordisqueo, que me recordó que era un chico malo, y me excité más aún. El lo notó enseguida.

Ves como te esta gustando, Dani. Conmigo no tienes que tener miedo a nada- ascendio otra vez y me dio un nuevo beso en los labios.

Su manaza se metio en mi pijama y me comenzo a pajear con ternura. No sabia cuanto podria aguantar sin correrme ante sus manejos experimentados. No mucho.

Me levanto en brazos y me llevo hasta su cama. Recostado, me cubrio con su inmenso cuerpazo moreno. La tenue luz le daba un aire misterioso y magico, acentuado por los tatuajes tribales en sus descomunales hombros. Erectos como espadas, empezo a restregarse contra mi. Mi estomago se abombaba ante su recorrido, sin poseer todavia la dureza necesaria para resistir como lo hacia el suyo ante mi durisimo pene. Pero mi suavidad lo debia de compensar.

Nos besabamos con pasion. Su boca deseaba todo de mi, se tomo todo el tiempo del mundo para impregnarme con su calido aliento, saciandose con sus labios voraces sobre los mios, delgados y pequeños, que mordia con ardor. Su lengua se recorrio hasta el ultimo rincón de mi boquita, explorandolo todo.

Su pollon lo podia con todo. Era enorme, tórrido como un hierro al rojo, y sus manazas me recorrian los costados, deseosas de abarcar todos mis fibrados contornos.

  • Te portas como un autentico campeon, chiquitin.

Alli fue cuando me pude dar cuenta de su verdadero tamaño. Acariciaba su musculoso cuerpo, los descomunales bíceps, que se removian en la accion. También yo deslice mis menudas manos blancas por su corpulento torso, rocoso en el relieve de sus abdominles y de su pecho, por su lomo, demasiado grande para que lo pudiera abarcar. Mi gigantesco primo era como un toro en celo. Su rabo empezaba a tener sacudidas, y su cuerpo se tensaba ante la inevitable corrida.

Yo tambien estaba a putno. Sus muslos habian hecho toda la faena, con su constante roce, con su potencia desatada.

Nos fuimos juntos, como debia ser, gritando como locos, saboreando extasiados mi primer orgasmo con otro hombre. Note su semen chocando sobre mi barbilla, embadurnanome el cuello con sus trallazos. Duro un buen rato. Nuestra respiración era jadeante. Nos besamos de nuevo, hambrientos de nuestras bocas. Soltandola, me empezo a besar por todo el cuerpo. Me limpie su leche, e hice lo mismo con la mia. Pero el no se detuvo. Su polla volvia a empezar a levantarse y el seguia saboreando todo mi cuerpo.

¿ que podia hacer si decidia follarme? Solo resignarme.

Como se hizo tan tarde, le ofrecia Jaime que se quedara a dormir en mi casa esa noche. Mis padres no estian, pusto que habrian ido a casa de a quedarse. De camino, Bruno empezo a quedarse dormido. Estaba muy cansado. Habia bailado un monton, y bebido algo mas de lo que acostumbraba. Y aquella mañana se la habia pasado jugando un partido y en el gimnasio. No se como habia aguantado tanto. A unas dos manzanas, lo cogi y lo cargue. Como estaria que ni protesto. Jaime de dijo riendo si a el tambien le podia llevar. Le conteste que subiera, que habia sitio de sobra para él. Alague y todo la mano, pero se escurrio.

Dejando a Bruno, agotado, descansar en el sofa, Jaime y yo, que aun teniamos cuerda para rato, acabamos bromeabamos a las tantas de la madrugada en la cocina de mi casa. Jaime se quito su cazadora forrada, quedándose solo en un ajustado sueter. Al salir, vimos que Bruno se habia dormido. Le cogi en brazos y lo subi por las escaleras. Jaime me ayudo a abrir la puerta, aunque yo podia solo perfectamente.

Con todo, no me queje. Caminar detrás de Jaime era un buen espectarculo. Su magnifico culo se marcaba y queda a la altura de mis ojos mientras íbamos subiendo las escaleras. deje a Bruno en su cama y volvimos abajo.

Entramos y nos acabamos la ultimia copa. Un confortable silencio se habia instaurado entre nosotros. Le dije que iba muy guapo esa noche. El me lo agradecio, sin mirarme a los ojos. En la pista habia deseado acariciar su torneado cuerpo. El baile me habia entonado, y el alcohol y la noche relajado a Jaime. habia un cierto aire de irrealidad en el ambiente, como suele pasar en una casa en la madrugada, con poca luz y después de pegarse una buena juerga.

Baje la vista a sus torneados muslos, envueltos en vaqueros oscuros y suaves. Alague la mano y la deslice por encima de su rodilla, disfrutando del suave tacto sobre sus fuertes piernas. Abrio un poco los ojos, dejando el vaso en el mueble. Suspiro, pero no hizo nada mas.

Salvarle de los macarras le habia vuelto un poco mas manejable esa noche. Alce los ojos y mire su torso atletico, que disimulado casi toda la noche por la cazadora, estaba ahora bien definido por el sueter. Sus hombros cuadrados, su estrecha cadera. Su marcado pecho. todo lo acaricie con mis manos. Me acerque un poco mas. El respiraba agitado, sin atreverse a mirarme a la cara. Hasta que le tome del menton y levante su carita para que nos miraramos a los ojos.

No estaba tan bueno como Bruno, pero tambien era muy guapo. El cabello es corto, de un suave color castaño oscuro. La fiesta, los bailes, el toqueteo y el alcohol lo habian entonado. Podia ver que estaba un poco excitado. Era una oportunidad unica. La idea de que pudiera salir bien me excitaba todavia mas.

Le abrace la espalda y el apoyo la mano en mi brazo, flexionado y estirando a tope la delgada manga del jersey, que le dejaba notar el calor de mi cuerpo y la dureza de mis musculos. La movio, impresionado de su tamaño.

Me incline y aspire la colonia. Su pelo olia bastante bien. Le removi el cabello, y le bese en el cuello. Se puso tenso, sorprendido otra vez, y trato de alejarme de el. Pero lo fui haciendo retroceder hasta que choco de espaldas con la pared.

Le mire fijamente. Desvio la mirada y yo hice otro tanto, observando sus marcadas pectorales y la forma en que se hincaban al ritmo agitado de su respiración atraves de su ropa. Alague la mano y la coloque sobre el con cuidado. Esta vez me dejo hacer, mientras su corazon latia cada vez mas deprisa.

Recorri con mi mano el pecho de Jaime, bajando hasta meterla por entre su pantalón. Note enseguida que se habia excitado. Dio un saltito, e hico el ademan de amagar a la derecha, pero se topo enseguida con mi brazo.

Cole las manos bajo su sueter, recreandome en la suavidad de su atletico estomago, acariciando su temblorosa espalda.

Tome el borde de su ropa y empece a alzarla para desnudarle de cintura para arriba, lentamente, deslizando mis manos sobre todos y cada uno de los músculos del veinteañero. Subi la ajustada prenda, para sacarla por encima de la cabeza, y deje a la vista su tórax, bien formado, lampiño, de una estupenda definición muscular y pezones que tenian toda la pinta de resultar deliciosos. Subi del todo el ajustado sueter, lo pase sobre la cabeza de Jaime y continue elevándolo por sus brazos alzados, repasando de paso con mis manazas sus bíceps y el resto de sus fibrados musculos.

Una vez que estuvo fuera lo arroje sobre una silla. Le baje los brazos mientras el, ahora desnudo de la cintura para arriba frente a mi, se quedaba con la espalda y el pecho completamente a merced de mis grandes manos, que se lanzaron hacia su musculado torax.

El corazón de Jaime latia cada vez mas fuertemente. Pese a sus intentos, era incapaz de controlar sus emociones, tenso, como cualquier tio en su primera vez. Mas aun si era conmigo y no con una chica.

Después de posar las manos sobre su pecho, empece a masajear suave pero decididamente cada unos de los pezones, que están sobre esas montañas de músculos en su tórax, tomándolos entre los dedos y manipularlos, en movimientos leves pero diestros, logrando que gimiera.

Le empece a desabrochar el ajustado pantalon, para deslizarlo por esas musculosas piernas, aprovechando cuando lo hace descender para sentir con su tacto las firmes nalgas y muslos del universitario, hasta hacer caer al suelo el pantalón, quedando solo en los tobillos.

Mientras el se agachaba para terminar de quitar los vaqueros y lso calcetines, yo me saque la camisa. El tatuaje de mi hombro atrajo su mirada. Y sus manos. Luego deje caer mi pantalon al suelo. Los dos nos quedamos descalzos y en ropa interior.

Mi polla empujaba la tela, haciendo notar su buen tamaño gracias a la erección creciente. Vi que su suave gargata tragaba saliva al contemplar mi paquete. De hecho, sentir que aquel chaval mayor que yo me observaba el bulto, me había excitado mucho, haciendolo crecer todovia mas.

Tomé los boxers por el borde y los deslicé por mis piernas hasta quitármelos totalmente. El mejor amigo de mi primo se estremecio, y volvio timidamente la cabeza . Yo dejé de mirarlo para no intimidarlo. Mi polla se quedó expuesta en todo su tamaño, alzada como una serpiente en busca de su presa, ante la asombrada mirada de Jaime.

Me incorporé un poco y quedé en el extremo derecho de la cama, ya no acostado sino con mi espalda recostada a la baranda, casi sentado.

ven aquí, Jaime- di unos golpecitos sobre mi muslo, para que supiera a donde tenia que ir. Lentamente, vino hasta mi.

Lo vi acercarse mientras sus guevas se movían al ritmo de sus pasos. Cuando estuvo ante mi, se paro. sentí el calor de su excitado cuerpo y el suave olor de su colonia en su camiseta, que habia usado a modo de toalla para mi cuello, rodeandome el cogote.

Como no se decidia, tome la iniciativa. Alargando las manos, le cogi de la cintura delgada y me lo sente en mi pierna derecha. De esta manera estaba mas cerca de su . mi tremenda ereccion lo asustaba. Le di un besito en el cogote. Luego otro mas sobre su garganta

Queria calmarle, que dejara de temblar. Meti la mano en sus boxers y empece a pajearle suavemente, con mucha lentitud.

Al principio no note cuando, timidamente, deslizo su mano por mi estomago. Pare un momento, siguiendo con atención su titubenate mano. La cogi. Volvio a asustarse e hizo el amago de apartar la mano, pero no deje que se fuera y la conduje hasta mi cara. La bese, luego se la baje y la coloque sobre mi . Estaba dura y mas grande que nunca., a la espera ansiosa de sus atenciones.

Solte su pene un momento, para bajarle el boxer y que quedaramos en igualdad. Luego, de forma sutil pero firme, retorne a su entrepierna. Mi amigo observaba mis movimientos pero no reaccionaba. Le cogi de la base, pero mi mano es demasiado grande y la envolvi casi entera. Sintia su textura, su suavidad , sus palpitaciones. Empezo a crecer, como si tratara de escaparse, o de emular al envidiosa a mi descomunal miembro. más en mi mano, eso intensificó mis propias sensaciones. Deslice mi mano arriba y abajo, dandole placer. Comenzo a respirar mas y mas fuerte. .

Inclino la cabeza sobe mi ancho hombro, recostando su cuerpo sobre mi. Su garganta me atrajo de nuevo. Baje y le bese por los hombros. Trago saliva, su respiración muy agitada. Le bese en el cuello una vez mas, movindome varias veces, mientras Jaime apartaba la cabeza, dejándome actuar aun mejor.

Lo masturbe un rato, buscando su rendicion a mis atenciones. Tenia los ojos cerrado, tratando de mantenerse impávido pero cada vez mas entregado.

Su mano me rodeaba el pollon en ristre, o lo que alcanzaba a poder. Pensé debia darle tiempo, era tímido, y el hecho de masturbar semejante ejemplar lo asustaba. Seguí masturbándolo sin prestar atención a su mano, hasta que sentí como finalmente empezó a actuar. Primero eran caricias timidas, sin energia, con las yemas de los dedos, después, se fue decidiendo y comenzo a moverse con mas energia.

Asi, iniciamos una paja mutua, tórrida, cada vez mas sumidos en la pasión. Fuimos tomando confianza. A veces su pequeño cuerpo se estremecía por alguna de mis presiones, y su mano me apretaba la polla con mas firmeza, seguimos un buen rato, en movimientos de ritmo creciente.

Ninguno de los dos hablaba, solo suspirábamos, o respirabamos jadeantes. De tanto en tanto cerrábamos la boca para tragar saliva o para humedecer los labios. El contacto de nuestros cuerpos nos hacía sentir el calor del otro, y el mio debia de parecerle una especie de radiador solar. El placer era enorme. Y yo me decidi a ir a por mas.

Comencé a acariciar todo su musculado cuerpo con mi otra mano, retomando los besos. Lami la suavísima línea de su mandíbula, y mordisquee sus pequeñas orejas. Su muslo rozaba mi erecto miembro, cada vez mas cerca de sumirse en el orgasmo. Su otra mano cogio mi antebrazo, por solo se limito a seguir mis movimentos.

De esta manera acelere su excitación, para que al final nos pudieramos correr a la vez. Al acercarse el momento, nuestros cuerpos se contrajeron, tensos por el gran final.

El se corrio primero. Descago una buena cantidad, gimiendo. Le tape la boca para que no gritara y despertara a Bruno. Todo su cuerpo se sacudio en espasmos. Y llego mi turno. Mi descarga se esparció por mi cuerpo y el suyo, y mi sacudida le hizo botar sobre mis muslos. Mordi su camiseta, que aun llevaba al cuello, para no gritar.

Poco a poco nos relajamos, y empezamos a respirar con mas normalidad

Ahora más que antes, sentía el peso de su cuerpo sobre mi pierna, y el calor que irradiaba. Mientras me recuperaba, le solte y voltee su cuerpo sudoroso. Mantenía los ojos cerrados, como si aun estuviera reponiéndose de los intensos momentos. Luego, tímidamente, los abrió. Lentamente, como con miedo, solto sus dedos de mi polla.

Alli le tenia, sentadito sobre mi muslo. bajando la mano hasta alcanzar su culito. Era muy suave. Su espalda se arqueaba bajo mis lentas caricias. Su boquita abierta fue toda la invitación que necesite, y le bese en los labios. Fue un beso intenso, genial, un morreo en toda regla. Sus labios finos pero jugosos eran juguetitos para los mios, ansiosos de placer. Con mi lengua, inunde su calida paladar y desperte a la suya para que se sumara a la accion.

No separe mi boca de la suya en varios minutos. Aquella era la primera vez que ninguno de los dos besaba a un tio, y la experiencia fue alucinante. Tenia sus brazos sobre mis hombros y yo los mios envolviendo su cuerpo y acariciándolo. Mi polla respondió volviendo a la acción. Lo hizo con rapidez, y la deslice por debajo de sus tiernos gluteos.

Al notar como se levantaba otra vez, y como se restregaba ansiosa por sus nalgas redonditas, se espabilo un poco, asustado.

Los dos sabiamos lo que podia pasar

Me empezo a besar tiernamente las abdominales. Apoye las manos en sus inmensos hombros y los apreté con fuerza. Me miro divertido y subió a besarme otra vez. Sus músculos sobrehumanos envolvieron mi cuerpo y me alzaron levemente. Lo suficiente para permitir pasar a su rabo de caballo.

Comenzó con delicadeza, frotándose con mi cutito indefenso, preparando el camino. Su tacto era abrasador. Me daba miedo. Pero también un deseo salvaje.

Y empezó. Su entrada fue de tarjeta roja. Grite, pero sus besos lo ahogaron. Sus embestidas eran como las de un toro en el campo, fuertes, seguro de si, potentes. Su carne dura y ardiente me atravesaba sin compasión, arrebatándome la virginidad al ritmo marcado por un semental en celo.

Empece a forcejear, pero todo era inútil ante semejante fuerza de la naturaleza desbocada. ¿Cómo podia aspirar a escapar si ni tan siquiera era capaz de resistirme a que me besara. Sus músculos eran portentosos, morenos, inmensos, mas fuertes de lo que yo podía imaginar. Mis golpes no le hacian el menor efecto, y entretanto su cuerpo descomunal volvió a la carga.

Mientras me follaba, empezó a besarme por el cuello y el rostro. Lo peor ya habia pasado, me susurro. Me lamia y mordisqueaba las orejas y el resto de mi cuerpo a su abaste. Atrase la cabeza para que puediera lamer mi garganta, como un leon antes de morder a su presa. Su polla me follaba con tantas ganas como me susurraba al oído lo mucho que le gustaba.

A mi tambien me gustaba cada vez mas que me diera caña, gimiendo si n control, suplicándole que no se parara. Le besaba con ardor en su varonil rostro, sus hombros y su cuello ancho y poderoso. Mis piernas le rodearon la cintura musculosa, apretando con energía.

Finalmente, se iniciaron las contracciones en su cuerpo. Me estrecho con mas fuerza, acelerando el ritmo de sus contundentes embestidas. Mis manos se agarraron con fuerza a los tremendos músculos de su espalda, para recibir la descarga que abrasaria mi trasero con su potencia.

  • Que viene, Dani, preparate- yo ya lo estaba, pensaba. Pero cuando comenzó a correrse dentro de mi, alcance un orgasmo como nunca habia llegado a imaginar. Lo recibi todo, y esta vez si que gritamos de verdad.

Podia imaginármelo sin problemas.

Se hubiera resistido al principio. Jaime no es de los que se rinden, y me hubiera dado guerra.

Yo le habria tapado la boca para que despertara a bruno, mas que nada porque esta muy guapo dormido y no queria molestarlo que porque . de ser asi, es muy probable que me lo hubiera acabado follando tambien.

Alzándome, me lo habría llevado a mi cuarto, depositándolo sobre la cama y recostándome encima, cubriéndolo con mi formidable fisico. Sus muslos habrían hecho fuerza para intentar libérale, y yo los habría manoseado para sentir su poderosa musculatura bregar desesperada.

Sus brazos musculosos también habrían tratado de hacerme retroceder, peleando inútilmente contra mis bíceps de hierro. Sus puñetazos en mis hombros le habrían hecho daño, asi que trataría de apuñar mi estomago o mi pecho. Pero hubiera sido como si lo hiciera contra un peto de piedra.

Trataria de soltar mi mano. Sus fórjeceos habrían sido completamente inútiles. Yo soy muchísimo mas fuerte que el, habría acariciado, lamido su pezoncitos. Saboreado todo su menudo cuerpo de campeón.

A la larga, habria ido rindiéndose a mi . habria apartado la mano de su boquita y me la hubiera comido con besos profundos. Manteniéndolo cogido, me sentaría y lo colocaría sobre mi, empalado, manejando su cintura con mis manos para que entrara bien una y otra vez. Sus gemidos subirian de intesidad, agarrandose a mis bíceps, a mi codo para sostenerse en medio de la cogida. Mi polla le partiria su tierno culito respingon, haciendolo mio, enseñandole todo el placer que un macho es capaz de crear. Habria escaldado sus entrañas al correme.

Al acabar, nos habríamos besado como locos y lo hubiéramos repetido de inmediato.

Si, hubiera estado bien, pero la corrida me habia aclarado las ideas y a pesar de las ganas que tenia de tirarmelo sin contemplaciones, pude sobreponerme.

Me levante, dejándolo de pie y le bese en la boca por ultima vez. Luego me subi el boxer y el hizo lo mismo con los suyos. Se habia puesto rojisimo. No se atrevio a mirarme de camino a su habitación. Yo entre luego al cuarto de baño y me di una buena ducha fria para ver si podia llegar a dormir esa noche.

¿Estas bien, chiquitin?- la voz de Nacho me llego como lejana. Estaba sobre mi, corriendose por segunda vez sobre mi pecho. Durante su sensacional pajeo me habia quedado medio alelado, imaginando que me follaba.

Asentí, tragando saliva. Se levanto y me incorpore como pude. Se inclino y me dio un pasional morreo en la boca. Luego, despegando lentamente sus labios de los mios, me miro sonriendo.

A estado de puta madre, Campeon. Eres genial, Dani. Deja que te lleve a tu habitación- me cogio en brazos y me llevo hasta mi cama. Se despidio acariciandome la cara y cerro la puerta tras el.

Me puse el pijama y me acoste. Agotado como estaba, no tarde en quedarme profundamente dormido.

Continuara