Bajo un mismo techo
Toda una vida de esfuerzo valio la pena, para algun dia ver a aquel chico que llego a vivir conmigo, me tiene completamente dentro de una burbuja de amor..(Relato en honor a uno de los más grandes autores de TR, tuvalu74)
"Aquel chico que llego a vivir conmigo, me tiene completamente dentro de una burbuja de amor.." . Aquel frase rebotaba de un lado a otro dentro de la cabeza de Rafael, camino a la casa en la que vivía Doña María, la dueña de una casona enorme la cual hacía de horfanato, ya que Doña María era una anciana de lo más bondadosa, la cual en uno de sus tantos gestos de voluntad admitía chicos del pueblo que no tenían donde ir, dormir, sus padres no podían seguir teniendolos en casa, o si eran de otros pueblos los dejaban en la Casona Ramirez, Si, Ramirez era el apellido de Doña María. Como sea, no podía dejar de pensar en lo importante que se había convertido aquel chico en su vida.. Daniel.
Rafael un muchacho de 22 Años, casi 23, robusto, alto, con un cuerpo musculoso y fibrado. Su infancia fue la de un niño que vivio con una familia de clase pobre, un padre ebrio, una madre golpeada e hijo único. Comenzó a trabajar a la edad de los 13 años, ayudando a su padre en el campo. A sus 14 años su madre fallecio de Neumonia. Trabajo junto a su padre, y señores de un rancho perdido cerca de una de las ciudades mas grandes de México, toda su adolescencia, torturado con el arduo cansancio y la constante responsabilidad de llevar el pan a casa. A la edad de los 17 años recien cumplidos, Rafael se marcho del rancho sin ningun centavo, solo con una mochila cargada en la espalda en donde llevaba un pantalon y una sudadera, fue a pedir trabajo a un Parque nacional en el Oeste de México, para poder resguardar uno de los mas antiguos, virgenes y preciosos virgenes de méxico.
Al llegar a su destino en, la Comision forestal, conoció a Ernesto, el Gerente de aquella Comision. Rafael con su pasión y euforía cosiguio el trabajo, sorprendiendo a Ernesto por el espiritu joven y fuerte de aquel muchacho. Se le fue asignada a Rafael un equipo de trabajo en donde, pudo llegar a través de un largo, arduo e incansable camino a ser un hombre.
El muchacho, gracias a su físico e interés en el trabajo, el cual le puso todo el empeño, logró destacar sobre el resto de sus compañeros de cuadrilla, Le ascendieron tantas veces pestañeas en 5 segundos. Hasta llegar a ser la mano derecha de Eduardo, quien ya le quería como un padre.
Durante cinco años de arduo trabajo y sacrificio, Rafael fue ahorrando dinero, quería comprarse una casa, o una granja donde poder hacer un invernadero, cultivar, casarse con una hermosa y joven mujer, y ser padre de familia. Siempre había sido un galanazo, con su piel bronceada, como lamida por el mismo sol, sus musculos brillantes, sus ojos marrones, cabello negro, podía ligar con la tipa que quisiera, a menudo solía mantener relaciones sexuales con muchachas, pero nada más allá que una noche.
Desde el momento en que llego al pueblo a trabajar con Ernesto, fue a parar a la famosa "Casona Ramirez", donde conocio a una anciana de ya unos 59 años, Ella se encargaba de alimentarle, planchar y lavar su ropa. Era una señora de corazón enorme. Rafael, trabajaba y la mitad de la paga que recibía se la entregaba a Doña María, como forma de agradecer y ayudarla. Pues cuando este llego a vivir, no tenía buena situación economica, y la herencia de su esposo estaba acabando, claro, como no tenía hijos, no tenía quien le ayude a criar y cuidar de los demás niños. Doña María cuido de Rafael como si fuera su propio hijo, y se ganaron el respeto mutuo. Además el caracter reservado y tranquilo del muchacho no estorbaba ni enloquecía a los demás jovenes.
En la Casona, vivían además otros jovenes, todos entre la edad de unos 10-17 años. Pues, la mayoría, al terminar de estudiar, se iba de la casa a trabajar a la ciudad y escapar de aquel pueblo, pero todos con un agradecimiento enorme con la "Viejita amorosa" como le decían, Los chicos ya egresados del colegio, actuales curradores, siempre le enviaba dinero a Doña María aunque esta con insistencia lo negaba, los Muchachos le rogaban que lo aceptara, y como ella lo necesitaba, aceptaba. Pero cuando tenía lo justo y necesario para mantenerse ella sola, no lo hacía. A excepción de Rafael, que ya se había vuelto un familiar más de ella.
Rafa convivía con los demás chicos una cuarta parte de su día, pues en las mañanas partía al trabajo y regresaba a la hora de cenar. No tenía amigos en la Casona entre los jovenes, se mantenía reservado, no le interesaba charlar con unos "Pendejos" como el les decía, prefería mantenerse alejado. Haían dos chicos que las hacían de bravucones, Gerardo & Federico, que, por su altura, edad, físico más desarrollado (No estaban cachas como Rafa), y su destestosa personalidad, no dudaban un segundo en mufarse de quien se les cruzara en el camino, robaban, rompian e intercambiaban las cosas de ellos con la de sus compañeritos.
¡Ya llegué! - Grito Rafael, entrando en la enorme casa de Doña María, colgando su chaqueta del trabajo (Guardabosques), dejando las llaves en un llavedero y quitandose los zapatos
¡Venga Mijo, que ya casi almorzaremos! - Dijo la Anciana, recibiendole con un abrazo. Se Levanta de puntillas, pone sus manos en el rostro preciado del muchacho, y le besa la frente estirandose todo lo que puede.
Rafael y la "Viejita amorosa" fueron directo al comedor, un gran salon con tres mesas enormemente largas, una al lado de la otra, y unos 75 niños sentados comiendo un pavo con arróz, sin duda la anciana era una de las mejores cocineras. Doña María se sento en la mesa del medio, en un extremo, sentada en una silla, al lado de ella, Rafael. Acostumbraban a comer así siempre, todos ya sabían su lugar en la mesa.
- Voy por algo de pimienta - Levantandose a duras penas, se dirigió a la cocina. Rafael, preocupado pensó que pronto un día ella no estaría con nosotros.. y ya no sabría quien se haría cargo de este lugar.
El Joven comía con la vista abajo, agotado por el arduo lavor del trabajo, observaba el pavo pensando en cuanto quería a Doña María, estaba muy estresado. Soportando las risas de los pendejos de en lado. Llegó Doña María sentandose, y echando pimienta a su pavo.
-¡Son unos cerdos! le van a obligar a comerse sus mocos!!! - Dijo un muchacho, apuntando a Gerardo y Fernando abusando de otro chico, insertandose los dedos en las narices y poniendo sus dedos chorriantes de mocos en la boca del chico.
Rafael, no levantaba la vista, y solo podía oir el grito de Doña María, diciendole a los chicos que estan en la mesa, y les pedia orden, a lo que los jovenes hacían caso omiso.
Oye a Doña Maria, o te Parto la cabeza- Dijo, en un tono encabroneado, al ver que Gerardo y Fernando seguían con el juego que luego de haber escuchado a Rafael detuvieron y Fernando dijó:
Tranquilo tio.. que.. que es una... una broma..
Si, jaja.. una broma.. si, eso.. - Ayudó el amigo de este ultimo.
Todos miraban espectantes la situación, y Doña María agradecia dentro de ella misma que el muchacho que conocía desde sus 17 años, le ayude con todo esto.
- Que seais unos maricas que gustan de hacer bromas, con pendejos que se los permiten- respondió rafael, apuntando al resto de los muchachos sentados en la mesa -.. Es su problema, pero a mi, y sobretodo a Doña María me la respetan, hijos de puta.- Alzo la vista para ver fijamente a los ojos a los matones, Los ojos frios e impenetrantes hicieron que Fernando, y luego Gerardo, En respectivo orden, bajaran la mirada, se fueran a sus puestos y se disponieran a comer.
Un día domingo, por la mañana, Rafael no fue a trabajar, pues no va los domingos, y ayudó a Doña María a limpiar la casa. Los jovenes estaban en su hora de estudio, así que no había ningún desorden. Luego de ordenar, aparece por la puerta una dama, de traje, y un chico muy lindo a su lado. La mujer era una trabajadora social amiga de D. María, y era quien le traía los chicos (En su mayoría), a la anciana.
Doña María, miré.. el es Daniel, se fué de casa y lo encontramos anoche aproximadamente a las 4 de la mañana, no tiene lugar en donde ir, y que mejor que usted. Si no tiene problema le podría aceptar ¿No?- Preguntó Nora, a la Viejita.
Claro Mija, como no.. - Se acerca al muchacho y le dice - Siempre y cuando me cumplas con tus estudios pequeñin.. - le dió un toque en su nariz.
Por supuesto señora, ¡Soy un buen alumno!
La Trabajadora social le conto a Doña María, que era un Joven con 15 años, en su antigua escuela era uno de los mejores de su clase, y que huyó de casa porque le golpeaban. Mientras las mujeres hablaban, Rafael miraba al chico que sentado en un sofá, con las manos entrelazadas y esquivando la vista del apuesto muchacho, demostraba nerviosismo. El mayor pudo observar en el mas pequeño, que era un chico muy apuesto, delgado, muy formal, cabello castaño, tes blanca, y lampiño.
Doña María ya estaba despidiendo a Nora, mientras Rafael se acercaba al muchacho, le cargaba sus pesadas maletas, como si no pesaran más que una pluma. Lo que sorprendió a Daniel, el cual le siguio por las escaleras, manteniendo una conversación un poco incoherente, pues solo quería oir hablar al musculoso joven, le producía un cosquilleo escuchar su varonil voz. Al llegar a la habitación, la cual compartiria con Ramiro, Mato y Sergio. Los primeros dos muchachos un año mayor que el, y el ultimo de la misma edad. Le Recibieron muy bien, y cuando Rafael ya se iba llendo, en un invento de desesperación, Daniel le dijo:
- Me.. me.. puedes ayudar a hacer mi.. cama? - Suplicó, a lo que con una sonrisa Rafael se da una vuelta hacía el y comienzan a poner sabana tras sabana. Sinceramente, esperaba que se convirtieran en grandes amigos.
A la semana de aquel momento, Daniel ya se había adaptado a su nuevo hogar, sus compañeros de cuarto le decían pequeñas bromas, pero nada fuera de lo normal. Comenzó las clases en un colegio nuevo, en donde se lucía como el nuevo cerebrito del curso. Pero no solo se había ganado ese apodo en el colegio, si no que en la Casona Ramirez igual, y sin duda, Gerardo & Fernando no dudaban ni un segundo en hacerle saber lo que es el bulling, Cuando caminaba por los pasillos, le golpeaban o empujaban contra la pared, le robaban sus tareas, libros, por las mañanas no le dejaban entrar al baño ponien dose enfrente de el y de la puerta de baño.
- Si puedes, quitame imbécil - Le decían a Daniel, quien no podía con el porte y la fuerza de Estos.
En cuanto a Rafael, seguía con su horario, era el primero en despertarse y se iva antes de que despertaran los demás, y llegaba a cenar y a dormir. Por esa razon Daniel no lo veía casi nunca. Un Miercoles, Daniel en la hora de estudio, quería saber si hoy llegaba más temprano Rafael, por lo que se acerca a Gerardo y le pregunta:
Oye.. ¿Tienes idea de a que hora llega Rafa? - Preguntó con temor
¿Que?, ¿No puedes esperar a que te coja por la noche? - Rió - Ven, mira..
Lo cogió de las manos y se lo llevo arrastras al 3 Piso de la Casi mansión, Se metió por un pasillo y le empujó contra la pared. Descaradamente y sin pudor posó sus manos sobre las nalgas de Daniel, y comenzo a sobarlas, retiraba su dedo índice para volver a insertarlo, y asi repetidamente. Aprisionó más su cuerpo contra el de Daniel, permitiendo que este último sintiera una verga dura y grande latiendo entre sus nalgas. Daniel, con temor y excitación, comienzá a tiritar. Gerardo responde besandolo desde el cuello hasta sus labios. Daniel mosqueado gira su cabeza hacia otro lado.
- Te voy a coger cuando menos te lo esperes.. - Amenazó Gerardo, liberandolo y retirandose.
Daniel, corrió al baño, al cual se encerró con desesperación, y desde entonces procuró tener más cuidado con Gerardo y Fernando. Rafael, con el paso de las semanas se fue haciendo cada vez más amigo de Daniel, los Domingos lo invitaba a comer, de vez en cuando salian a un parque a jugar juntos al futbol, etc. Pero desconocía la situación que vivía Daniel en la Casa de Doña María.
Pronto Fernando se le unió al jueguito de Gerardo y entre ambos lo tocaban, le mostraban las vergas despues de salir de la ducha, o por las noches entraban a su cuarto y le ponian sus penes flacidos en la boca mientras dormía, y para el colmo le gritaban Guarradas como
- Puta, ven aqui que te preño, que rico culo esta como para partirlo.. -
Una mañana, Daniel se levanto más temprano que nadie, incluso que Rafael, A las 4 de la mañaa estaba preparando en una cartulina su ensayo sobre Albert Einstein, el tema que fue escogido por su profesora de física, que debia disertar frente al resto de su curso en una semana. No quería estar a última hora haciendo el trabajo, asi que quizo terminarlo lo antes posible. Entro Rafael al living y lo vió tan esforzado trabajando y pegando imagenes, escribiendo en la cartulina. Incluso Daniel le contó unas cuantas cosas sobre el viejo Einstein. El mayor pronto se tuvo que ir a trabajar, y lo dejó solo haciendo su ensayo, que tardaría varios días.
En el trabajo a Rafael le habían dado una semana libre, así que aquel miercoles, llegó un poco tomado, No mucho, pero un poco. Subió como pudo por las escalerás hasta su habitación la cual quedaba en el piso 4, pero cuando iva ya por el piso 2, no pudo sentir curiosidad por notar que la luz de la sala de estudios estaba prendida. Se acercó y asomo su cara, sosteniendose del marco de la puerta con sus ultimas fuerzas. Daniel se voltea y sorprende al notarlo allí, nota de su estado por el olor, y le sienta en una silla.
¿Todavia.. trab..trabajando.. en esa exposicion?- Murmuró Rafael, que con el cuerpo sentado y con la cabeza y brazos sobre la mesa, miraba a Daniel trabajar.
Claro Rafa, que me estoy esforzando lo mejor para no decepcionarte a ti ni a Doña María. Además pasado mañana, es el gran día. - Comentó el muchacho
Tuvieron una amena conversación, aunque algunas palabras salidas de la boca de Rafael eran incomprensibles. Ya a las 3 de la mañana, Daniel, sacó fuerza hasta ni de donde existía, para poder llevar a Rafael a su habitación. Le tiro sobre la cama, comenzó a desvestirlo, hasta dejarlo con su camisa negra ceñida al cuerpo mostrando sus poderosos pectorales y biceps, y en boxers blancos que notaba un POLLON enorme. El menor no pudo evitar sentirse atraido por su visión.
A la noche siguiente,