Bajo presión. III

final de la trilogía… por que la primera vez no se olvida…; enamorarse de un heterosexual no es fácil, que la gente te señale tampoco lo es, que los amigos te abandonen menos, que pienses en la muerte, que ahogues tus penas en bebidas, que te dejes golpear por que crees que te lo mereces

Mis amigos, mis lectores no se cuanto tiempo le darán al ultimo capitulo de la trilogía pero les animo a leerlo hasta el final. Dedico esta trilogía a la grande Roxanne, a mis hermanos Carlos y Faby. A Daniel que fue quien me dio la idea de este final. A RigoSama, a mi maestro misterrobbie quien es pionero en el arte de mesclar música y narración… maestro espero hacerte sentir orgulloso. Sin mas que decir los dejo con…

Capitulo III

Cristian.

Miraba la foto una y otra vez, desde que me llego el mensaje tengo la boca seca intento tranquilizar esto pero es imposible; estaba solo en el salón de clases todos mis compañeros bajaron a descanso yo preferí quedarme, quedarme a pensar… por que mi mejor amigo protagonizaba una escena tan deplorable, yo le conocía hace años corríamos juntos por el parque, nos contábamos todo, pasábamos toda la tarde juntos después de clases, jamás nos dejábamos solos, yo sentía que Cami era como mi hermano.

La pantalla del celular se apagaba y podía mirar mi reflejo en ella, mirar como sufría como contenía las lagrimas intentando creer que es mentira pero en un acto de negación vuelvo a tocar la pantalla para volver a ver la misma imagen… un Camilo desconocido para mi; alguien que no era mi amigo, ni mi hermano solo veía la imagen de un puto que te chupa la polla en el baño.

Mire por la ventana que le daba apertura al campus que extrañamente se ve desértico a esta hora, la lluvia ha limpiado el pastizal, se pueden apreciar las hojas caer cansadas de las envestidas del viento, descansar en el suelo para luego ser pisadas como si la belleza que trasmitían antes de caer la fueran perdido. Dicen que si se coge una hoja en vuelo antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo y este se cumplirá…suspire cansado… si yo pudiera pedir un deseo pediría que este personaje que maltrata mi corazón, que me daña, me lastima me fuera tenido la mitad de confianza que yo le tengo; pero… pero que se puede esperar de alguien que te chupa la polla en cualquier parte.

♫ Me enseñaron a luchar Les enseñe a ganar Nunca pensé que podría fallar♫ Levante mi mirada hacia las nubes de tonalidad grisácea recordaba cuando Camilo entro esta mañana, observe como todos le rechazaban… y entre ellos yo; mire a mi mejor amigo quebrantarse ante mis ojos y cuando el busco mi mirada en busca de algo de ayuda decidí darle la espalda; quizás eso estaba bien por que el me hizo lo mismo, pero verlo solo, triste, aguantando las ganas de gritar en un desgarro del alma era algo que no me hacia sentir mejor me sentía como una mierda; me sentía como me siento ahora.

Acerque nuevamente el dedo al celular para finalmente borrar la foto, empuñe las manos y me levante, respiraba de forma acelerada quería gritar, quería llorar, quería tenerlo frente a mi para golpearlo, pero también quería tenerlo frente a mi para abrazarlo para sentarme en una esquina junto a el y decirle como me sentía; como en los viejos tiempos… tiempos que no regresaran.

-¡por que! grite impaciente, mientras pateaba las sillas que se encontraban a mi alrededor.  Barrí con mis manos lo que se encontraba montado el escritorio de mi puesto.

♫ Soy un hombre cuyos sueños han abandonado; He cambiado mi cara, He cambiado mi nombre. Pero nadie te quiere cuando pierdes♫ Sentía como perdía mis fuerzas, caí de rodillas al suelo, lleve mis manos a la cabeza atenazando mi cabello rubio con los dedos peinándolo hacia atrás como si este acto me devolviera el aire.

-¿Por qué Cami? Le lloraba a mi amigo, a mi hermano.

La puerta de mi salón se abrió, y la vi a ella una joven blanca como la nieve su rostro mostraba señales de dolor y desgaste producido por las constantes lagrimas que derramaba y que no se molestaba en limpiar, al verme se ruborizó bastante no creía que estuviera aquí, se quedo quieta mirándome en el suelo, totalmente muda; le mire a sus bellos ojos azules que con las largas jornadas de llanto les cubría una luminiscente capa transparente que les dejaba apreciar tan claros como el cielo en el amanecer. Ella agacho la cabeza sin dejar de llorar su largo cabello rubio adornado por una trenza le tapo para que yo no fuese testigo de tan conmovedora imagen.

Me levante y me dedique a mirarla pero ella no era capaz de corresponder a mi mirada solo apretaba un dije en forma de ángel que le colgaba del cuello, di un paso intentando recordar su nombre pero era difícil no había duda que era la misma chica que minutos antes acompaño a Camilo cuando nadie le quiso aceptar en su grupo, ella una chica tan introvertida que nadie podía recordar su voz, una mas del montón, se perdía en la multitud, sola en la oscuridad que ella misma se había creado… o tal vez yo me equivocaba y ella tan solo a decidido mantenerse al margen de una realidad tan superficial como la que vivimos los demás. Por que en esta institución no se destaca por ser uno mismo sino por aparentar.

El corazón me latía con fuerza entendía por que me dolía lo de Camilo, por que yo no lo consideraba otro del montón lo consideraba mi amigo, no una persona superficial como Lorena…lamento del alma… que grave error fue ella, una mujer que hace todo para acostarse con alguien y al otro día te quiere como trofeo de muestra; por eso la bote a la mañana siguiente de la fiesta por ser una puta fácil nada distinta a sus amigas.

Coloque mis manos en sus hombros, mientras dejaba que mis manos le calmaran, ella intento retroceder pero la apreté con delicadeza guardando un poco de distancia, deje que una mano se acercara su rostro, logre tomarla del mentón… la luz de la ventana resplandeció en sus ojos; no había notado su belleza. En ese momento sentí ganas de abrazarla de decirle que todo estaba bien ¿pero como le dices esto a una persona que recién percatas?

-¿Por qué lloras? Le pregunte tranquilo mientras dejaba caer de nuevo su rostro

Ella quebró en llanto, y se dejo caer al suelo, me coloque a su lado; deje que mi mano le acariciara. Para luego repetirle la pregunta esta vez más insistente.

-Cami, Cami… su garganta estaba ahogada en un nudo de dolor que comenzaba a alterarme… Cami ha sufrido un accidente.

Mis manos se dejaron caer, intentando asimilar sus ultimas palabras le pregunte otra vez que había dicho, ella volvió apretar su ángel con fuerza dejando en simultanea que su voz recitara las mismas palabras.

Mi mente vagaba en calles llenas de preguntas pero por todos los caminos que esta recorría me mostraba que al final era mi culpa. Apreté mi puño con fuerza.

-el…el… el; dijo tomándose el rostro evitándome verla llorar… el estaba con Anderson y luego.

-mírame, ¡que me mires! Dije en un tono neutro resaltando mis palabras con una mirada certera. Al tener su atención le pregunte como se llamaba; ya conociendo su nombre le pedí que me explicara con calma, en el transcurso de su explicación mi corazón se oprimía con fuerza, luego de unos minutos sus labios rojizos se sellaron y sus ojos se dedicaron a mirarme.

-así que todo ha sido mi culpa, sentencie sin mas que decir

Diana se acerco a mi para apretar mi mano, -no ha sido tu culpa.

-¡acaso no entiendes! Dije airado mientras me levantaba del suelo.

Ella se levanto segundos después de mí y se dedico a mirarme mientras se podía notar como su introversión volvía a ganarle la batalla.

-lo lamento, no debí gritarte. Pero todo es mi culpa. Pose mi frente en la ventana del salón.

Ella sonrió por lo bajo –cuando supe de esto le eche la culpa de esto a Anderson, pero cuando lo vi llorando mientras se alejaba la ambulancia; comprendí que no era su culpa por que el tal como Camilo tienen miedo… ¡así que no es culpa de ellos, ni tuya! Es culpa… es culpa de las personas que patrocinan ese miedo.

Diana me tomo de la mano, yo correspondí apretándosela con delicadeza. Luego me obligo a mirarle. Una chica tan dulce, tan delicada, enfrentándose a mi un hombre mas alto, mas fuete pero carente de una valentía que a ella le sobraba así ella no conociera de la misma.

-Nadie elige de quien enamorarse, y si Camilo sintió algo por ti mas halla de una amistad ¿por que juzgarle? acaso que nos hace mejores a él… que nos da el poder de juzgar… ella sonrió un poco mas tranquila… cuando Camilo me ofreció su amistad lo único que pude hacer fue correr detrás de el no sabia por que lo hacia solo corrí detrás de el, cuando vi que lo golpeaban sentía que lo hacían conmigo. Por que lo golpeaban por ser diferente.

♫ No te rindas… Usted sabe que nunca ha sido fácil,  No te rindas Porque creo que hay un lugar, Hay un lugar al que pertenecemos♫ No sabes lo que se siente llegar a un lugar donde nadie te quiere, donde nadie se percata de tu presencia, salir a los descansos a mirar como los demás se divierten mientras tienes la esperanza de que uno de ellos se acerque y te invite a estar con ellos… pero a cambio de eso te miran con lastima o con burla, a mi me toca esconderme en un rincón del campus convirtiendo este lugar en mi refugio pero no creas. Pauso sonriente. Aun en ese lugar esperaba impaciente a que alguien me buscara.

Pero no sucedía…

-lo lamento, dije mientras retiraba el cabello que le tapaba el rostro.

-no, lo lamentes… hace tiempo deje de hacerlo, pues que es mas fácil que quejarse. Creí que me acostumbraría a la soledad… bueno no estoy sola la tengo a ella. Dijo mostrándome el ángel de su cadena. Pero aun así me sentía sola… pero hoy se que cuento con alguien.

Al decir esto sus ojos azules se apoderaron de mi mirada, sentía mi corazón latir con fuerza me acerque un poco su pecho inhalaba aire con necesidad; mi boca deseo sus labios y deje que los buscara, deje que mi mano acariciara su rostro y la bese; en un beso puro bastante frio, en un beso que desee desde que la vi.

-¡que asco te besas con esta insípida! Dijo una voz femenina que ingresaba a la sala, luego un coro resonó detrás de ella.

Abrí los ojos y la vi alejarse de mis labios, mire hacia la puerta en una escena patética de un trió de mujeres superficiales, que a simple vista producen lastima -¿Qué hacen aquí? Pregunte algo airado.

-¡no, que haces tu aquí! ¿Qué hay de nosotros? Dijo una desconcertada Lorena.

-¿nosotros? Recrimine, -tu y yo no somos nada, no seas ilusa, olvida lo que paso esa noche; estoy seguro que no es la primera vez que te pasa.

Lorena agacho la mirada.

-como le hablas así a mi amiga, dijo Marta en función de esclava socorredora.

-no te cansas Marta, estar siempre en la sombra de estas dos para sentirte aceptada; mírate eres patética… protegiendo a alguien que no te ve como su amiga sino como su fiel esclava… La portera de la fiesta, la que le dice si se ve bien, la que le carga la maleta, la que le hace los cruses para poder ligar y tú… ¿Dónde quedas? ¡Mírate! Das lastima. Alguna vez te han dicho algo que no sea para darte órdenes ¡pobre esclava!

Busque a diana con la mirada, y la tome de la mano mientras le sonreía; ella se pego a mi cuerpo dejando que su cabello tapara su rostro, su otra mano apretó de nuevo el ángel de su cadena. Salía con ella mientras me abría paso ante una muralla de mujeres de platico.

-ella no deja de ser una pobre insípida. Dijo Sofía mientras empuñaba su mano en el vestido de Diana. Con algo de fuerza la giro para obligarle a mirarla.

Cuando la tuvo en frente Sofía tomo el Ángel de la cadena de diana, estaba a punto de intervenir cuando en un hilo de voz oí un –suéltame.

-y si no que zorra. Dijo pintando un matiz de ira en sus ojos.

-no me compares contigo, luego de eso diana soltó mi mano y la cacheteo con una fuerza bastante notoria. No pude evitar quedar atónito ante la escena. Sofía simplemente tapo su rostro con las manos evitando la mirada de diana.

Finalmente salí con ella del salón; los dos sabíamos a donde iríamos…

Sergio.

Estaba agitado después del entrenamiento, aproveche que el campus se encontraba raramente desértico a esa hora; en el trote miraba como las personas salían corriendo de prisa hacia las afueras del campus me extraño que no salieran en dirección a la puerta principal sino que por el contrario corrían hacia el portón que da paso a la avenida, por donde mi instituto tiene la vía de salida para los carros del parqueadero.

Entre al camerino tome una botella de agua que se encontraba en mi casillero y deje que el agua de la botella me bañara el sudor del cuerpo, sentía como mi cabello negro se me pegaba a la frente, abrí la boca para que un poco entrara por mi garganta la sentía bastante seca. Salí del pasillo de vuelta al campus y me dispuse a admirar la naturaleza recién bañada por la lluvia, sus grandes arboles en cuyas hojas cargaban pequeñas gotas que no se habían resignado a caer, mire el cielo en su tono mas grisáceo de seguro seguiría lloviendo hoy; el día se veía bastante triste.

La ventisca golpeaba fuerte contra mi rostro, me extrañaba ver el campus así de desértico ni aun en día de lluvia los estudiantes dejan de frecuentarlo, me acomode las bandas que cubrían mis muñecas… pensé en ese chico… en Camilo en lo mal que la debe estar pasando me preguntaba como un amigo como Anderson le abandonaría luego de convivir casi una infancia con el.

Cuando le mire a los ojos luego de nuestro encuentro sexual de hace un momento, no me quedo ninguna duda la persona misteriosa con la que se encontraba Camilo en el baño era el, pero los amigos no te abandonan esa es la ley por excelencia… suspire hondamente… los amigos no te abandonan.

Mire el portón que da salida a la avenida aledaña al campus, desde donde me encuentro en el otro extremo es casi imposible distinguir los objetos esperaba algo pero no sabia que era no podía irme ¿simple curiosidad? Por más que intentaba meterme esa idea no lo conseguía. La llovizna volvió a cubrir el ambiente, cada vez tomaba mas fuerza.

Di media vuelta. Cuando un grito helado producto del desgarro me dejo inmóvil por que creía conocer esa voz.

Sentí como mis músculos se contrajeron, gire rápidamente mientras lo buscaba con la mirada. Resople un poco de aire se podía apreciar en forma de vapor, Salí, deje que la lluvia me mojara giraba mi cuerpo en busca de encontrar algo la lluvia producía un panorama bastante borroso.

…llanto…

Finalmente di con Anderson, no di un solo paso estábamos a pocos kilómetros de distancia, veía su cuerpo tirado contra el suelo mientras galopeaba una y otra vez las manos sobre el pasto lamentándose por algo que yo desconocía; pero de alguna forma me imaginaba.

Me dirigí a el con pasos pausados, cuando lo tuve en frente él levanto la mirada hasta encontrar la mía, su cabello castaño le cubría gran parte del rostro, le aprecie con algo de lastima el viento le había quemado la cara sus mejillas estaban totalmente ruborizadas,   sus labios habían perdido el color ahora se apreciaban blancos como la porcelana, sus dientes no paraban de castañear con fuerza.

Le tendí la mano. ♫No sé porque te sientes lastimado por dentro O que fue lo que te hizo llorar, Espero que puedas notar Que tú eres lo más grandioso para mí y cuando Sientas que no puedes más Te daré alas y te levantaré…Espero que puedas ver que eres Lo más grandioso, lo más grandioso para mí♫

-te vas a enfermar.

-debería estar muerto. Sentencio.

-si deberías estarlo.

Le volví a ofrecer mi mano, le guie a la puerta de los camerinos, no teníamos prisa nos dejábamos empapar por el agua, los truenos cada vez eran mas audibles, Anderson no paraba de llorar, no se atrevía a mirarme.

Le senté en uno de los bancos, ten sécate dije lanzándole una toalla en el rostro.

Él la dejo caer en sus piernas.

-lo mate, es mi culpa.

Me senté a su lado ya comenzaba a preocuparme y me molestaba no entender lo que decía. Agarre la toalla y me dispuse a secarlo.

-¿que te ha pasado? Pregunte tranquilo.

-Cami, Cami… el… yo no quería te lo juro yo lo intente sostener, yo no quería que esto pasara. Sus impacientes ojos pardos buscaron un acto de comprensión de mi parte; al no encontrarla continuo narrándome aquello que le afligía de esa manera.

Yo le busque, el no podía decir nada ¡no podía! Cuando lo encontré lo agarre amenazante desde el comienzo note los golpes en el rostro y pensé que también serian para mi si el hablaba; ¡entiendes! Yo prefería verlo destruido a el que ver mi vida destruida.

-¿Qué paso? Dije intrigado de sus pensamientos.

-el me pido que le soltara, el resbalo. Anderson se agarro del cabello y se dejo caer sobre sus manos para luego mirarme con insistencia…yo no quería que esto terminara de esta manera.

-¿lo atropellaron? Estaba claro todo tenia sentido, el campus desértico, la ambulancia, los estudiantes… todo.

Anderson afirmo con la cabeza.

-deberías estar muerto por cobarde. Le dije totalmente seguro de lo que decía. –si Camilo muere la culpa no te dejara dormir.

Solté la toalla con la que le secaba, el no me la recibió simplemente la dejo caer al suelo; me dirigí a mi casillero palpe varias veces con la mano, movía uno que otro objeto hasta que lo encontré lo apreté con fuerza en mis manos no creí que lo volvería a sacar desde aquella vez hace varios años. Cerré el casillero en un portazo que levanto la mirada de Anderson; me toque la banda que cubre mis muñecas. Y le lance el objeto que había sacado.

Anderson lo recibió en acto reflejo, cuando abrió la palma se encontró con un sobre pequeño de forma rectangular bastante delgado al abrirlo se encontró con una cuchilla que relucía como la plata a pesar de los largos años en que la mantuve guardada.

-vamos que esperas termina con tu dolor, acaba con esta mierda que sientes de una vez. Dije serio recalcando lo que trasmitía con la mirada.

Anderson miro su muñeca.

-vamos que esperas, así todo esto acabara acaso no estas cansado ya ♫Porque cuando estoy contigo me caigo a pedazos

Y permanentemente veo tu corazón roto♫

Sus cálidos ojos pardos se movían indecisos, la capa de lágrimas que contenía en sus ojos no tardaría en ser barridas, las gotas rodaban por su mejilla y terminaban por desarmarse en donde si tomaba la decisión el dolor que sentía terminaría. La tomo con fuerza me miro yo no hui a su mirada simplemente le observe. Anderson comenzó a temblar su torso se observaba tenso.

-estas aburrido de esta vida, pero temes despojarte de ella por que crees que cambiara algún día… ¡despierta! Esta es la realidad, tu realidad no puedes cambiarla, no puedes desear que cambie, no pasara… termina ya con esto que esperas pierde la esperanza siempre encontraras a alguien que no te aceptara, siempre habrá alguien que sienta asco cuando te le acerques ¿¡y si no puedes con eso!? Eres un cobarde…

Me quite las bandas térmicas de las muñecas. ¡Mírame cobarde!

Anderson.

-acabar el dolor. Me repetía una y otra ves

En mis manos estaba la llave a calmarlo, a dejar esta vida de mierda que solo me ha traído dolor, cuando mire a Daniel abrazar a Camilo como si nada mas existiera a su alrededor… solo ellos y el vinculo que les une; la forma en que le apretaba a su cuerpo para proporcionar le algo de su calor, por unos momentos desee ser Camilo sentir que a alguien le interesaba de esa manera, Daniel estaba y esta dispuesto a dar la vida por Camilo mientras a mi su vida me pasaba a segundo rango uno de mis mejores amigos y me importaba poco lo que le sucediera con tal de que no me pasara lo mismo a mi.

Si Camilo muere… apreté con más fuerza la cuchilla; si Camilo muere la culpa no te dejara dormir. No me dejara hasta que deje de existir.

Por mi cabeza se congelo la escena cuando retrocedí dos pasos mientras mi garganta era secada por el miedo; Camilo sangraba el golpe que recibió en la cabeza le había abierto una herida que por mas que Daniel se empeñara en tapar con sus manos el seguía perdiendo sangre que se mesclaba con la lluvia, seguía palideciendo, estaba muriendo. Y lo único que pude hacer fue dar media vuelta correr al campus y llorar. Soy un cobarde.

-¡Mírame cobarde!

Grito un airado Sergio levante la mirada, sus profundos ojos grises habían perdido parte del brillo que le caracterizaban; el se acerco despacio y se sentó a mi lado; Observe sus muñecas marcadas por algunas cortadas. –tu y yo no somos distintos ¿verdad?

-te equivocas

Sergio tomo mi mano con fuerza obligándome a soltar la cuchilla, que reboto en el suelo; le mire desconcertado ¿acaso esa no era la salida para mi dolor?

-hace unos años conocí a un chico, todo un dios griego galante de ojos azules, cabello rubio, un cuerpo muy bien cuidado… si era todo un dios. Dijo tomándome de las manos

Yo lo daba todo por el… creo que eso es lo que debe hacerse cuando se ama. Teníamos una vida perfecta en nuestro propio mundo, ese mundo me duro tres años ¿Cómo puedes desprenderte de una persona a la que le has dado todo sin esperar nada durante tres años? …bueno para mí fueron más. Sergio pauso su conversación un momento mientras tomaba saliva en busca de algo de fuerzas para continuar su historia.

Un día fui a su casa y el me invito a beber de la gran variedad de licores que su familia mostraba con orgullo en la sala, ese día me embriague bastante pero no importaba por que estaba con el; esa tarde fue la ultima vez que sus manos recorrieron mi cuerpo. Por que al caer la noche me dijo que tenia que irme a casa que sus padres no me podían ver y yo le entendía así que me fui.

Cuando llegue a la casa encontré a mi madre algo enojada, me pregunto insistente donde estaba; la verdad los efectos del alcohol no los sentía tan fuertes estaba seguro de lo que le respondería… le dije que estaba con la persona que amaba y que no se preocupara por que estaba bien.

Pero mi madre no lo tomo de esa manera sus preguntas se realizaron mas insistentes en un tono mas alterado, la conversación se torno en una discusión bastante fuerte y al final le termine confesado quien era yo y la relación que tenia en esos momentos con el.

Sergio se acerco a mi, tomo una de mis manos y me pido que le acariciara la muñeca; sentí un poco de escalofrió al comienzo. Luego el me miro y continuo narrando la historia.

-aquella noche mi madre quebró en llanto, me dijo que era lo peor que le había pasado que no me quería ver; no podía estar en una casa donde no era bienvenido esa noche tome mis pocas cosas. –si te vas no vuelvas. Me repitió mi madre antes de irme.

Salí desconcertado en llanto de mi casa, me fui a la casa de él toque insistente la puerta cuando el salió le conté y ¿sabes que me dijo? que no me podía quedar con el, que mirara que hacia… vague sin rumbo por las calles de la ciudad le lloraba al puto destino que me pario pero llorar no aliviaba el dolor…Sergio comenzó a llorar delante de mi no creí que una persona como el se mostrara de esa manera frente a alguien. Le mire insistente quería saber que había pasado.

Al otro día le busque de nuevo, había dormido en un parque cercano a su casa… cuando toque de nuevo la puerta me recibió otro chico que no era mi novio, el dolor se apodero de mi mente no sabia que hacer o que decir no tenia nada jamás imagine un momento como este;…suspiro… tenia una ultima esperanza pero esta se quebranto cuando el me recibió en la puerta semidesnudo. No tenía más que hacer en ese lugar.

Volví a mi casa saque todos los licores que encontré y los tome con desesperación pero no serbia… no me aliviaba… entre al baño de mi madre me mire en el espejo me repetía una y otra vez que era una zorra marica, un bastardo, un hijo de puta; abrí el estándar del lavamanos no paraba de llorar; no tenia nada por que nunca lo tuve por que las personas que amaban me habían abandonado. Tome la cuchilla me recosté en la tina deje la botella de vino a mi lado y me dispuse a tomarla… me corte varias veces pero no era capaz de herirme de forma certera ¿sabes por que? Por que creía vanamente que esto cambiaria; pero en el fondo sabía que no seria así.

Ese día no fui capaz de nada, cuando llego mi mama me encontró en la sala algo pálido le pedí que me dejara quedarme, las manos de Sergi se apretaron con fuerza cerraba los ojos reflejo del cansancio de una vida amarga vivida años atrás. Le acaricie el brazo, no sabia que decirle. Hasta que el continuo.

Mi madre no dijo nada esa noche, tome eso como un si… pero esos días fue lo que no pude soportar me partía el alma que me ignorara, cuando me sentaba a su lado en el sofá ella se iba y me dejaba ahí solo, no le importaba, ¡le busque! Pero ella no quería saber de mi; cuando ella llegaba yo tan solo esperaba un “hola” un “te quiero hijo” no pedía una caricia sabia que era difícil para ella, ¿¡pero acaso no lo era para mi!? Me sentía solo, no lo tenía él no tenia a mi madre. Comencé a tomar un poco mas seguido.

Una tarde tome a mi mama del brazo y le dije que dejara todo atrás. –suéltame marica. Esa fue su respuesta.

Cuando ella salió azotando la puerta, yo sentí que no me quedaba nada y realmente era de esa manera, entre al baño llene la tina ingrese en está con ropa y todo lo que me acompañara en ese momento, cogí la cuchilla y me corte hasta que sentí que me había herido como debía, como una persona como yo se lo merecía.

Aun recuerdo como perdía fuerzas, sonreía al ver la sangre mezclarse con el agua, pronto me iría… pronto el dolor cesaría. Me rendí, me canse de luchar.

-¿pero estas aquí? Dije impaciente.

-esa tarde mi madre regreso tiempo después; dice ella que algo le impidió tomar el auto, cuando regreso y me vio en ese estado ella se dispuso a llorar frente a mi cuerpo inconsciente me abrazaba, me pedía que no me fuera, me pedía perdón una y otra vez, ella dice que no paraba de besarme; que maldecía la forma en que me había tratado. Cuando llegaron a asistirme me llevaron por urgencias no se en que momento regrese de mi estado pero pude distinguir la silueta de mi madre recostada a un costado de la cama tomándome de la mano.

No podía hablar, solo se abalanzo sobre mí en llanto sin dejar de pedirme perdón.

-Anderson, tú eres alguien con suerte por que tienes amigos como el que jamás te darían la espalda, no puedes sentirte solo por que hay alguien que desea verte al final del día.

Sergio me acaricio el rostro y se acerco a mi posando su frente sobre la mía podía sentir su aroma, su respiración tocar cálida mi rostro congelado bañado a lagrimas y lluvia -¿sabes por que mas no puedes rendirte?

Mi corazón palpito con fuerza a la espera de su respuesta –por que yo te necesito.

Sergio acerco sus labios a los míos y los fundió en un beso, acaricie su brazo y le presione para que se recostara en la banca, sus manos atenazaron mi cabellera y guiaron mis movimientos sentía como me invadía la boca, como su lengua acariciaba la mía mientras le depositaba gran cantidad de saliva.

Me senté sobre su abdomen me incline un poco para comerle la oreja, dejaba que mi lengua jugara con su lóbulo mientras el me besaba el cuello, me senté sobre su miembro el se levanto sin dejar de apartar sus labios de los míos; me agarro fuertemente la espalda mientras me levantaba lentamente la camisa que se encontraba pegada a mi cuerpo debido a la lluvia; solo escuche que callo al suelo, no podía apartar mi mirada de sus flamantes ojos.

Le tome de la nuca y guie su camino de besos a mis tetillas, le sentí mordérmelas con delicadeza dejando un rastro de saliva en su movimiento, lo aleje un poco para quitarle la camisa aprecie su velludo pecho desnudo, aquellos potentes pectorales altamente ejercitados a la espera de mis besos, lo recosté de nuevo en la banca bese su oreja, sus mejillas probé el sabor cálido de sus lagrimas, me deleite con su boca, sentí sus dientes apoderarse de mis labios morderlos con pasión; continúe bajando bese sus pectorales lamí sus tetillas copiando un poco sus movimientos. Le indique a mi mano que comenzara a moverse baje por sus brazos acaricie su cintura y finalmente llegue a su paquete.

Le masajeaba con fuerza, a pesar de lo húmedo que se encontraban sus pantalones sentía en el tacto de mi mano el calor de su miembro mientras tomaba fuerza; bese su abdomen encontré su delgada línea de vellos pase mi lengua por ellos continúe bajando hasta que me tope con su pantalón. Le mire el me tomo del mentón y sonrió me guio a sus labios mientras sus manos aflojaban el cinturón y los botones.

El sonido del cierre me obligo abrir los ojos repetí el mismo camino de besos, me acomode mejor para tener frente a mi un estupendo trozo de carne gruesa tapada por la tela húmeda de sus bóxer, me abalance sobre su miembro con necesidad le besaba sobre el bóxer; escuche a Sergio gemir mientras apretaba sus manos en puño.

Introduje mis manos en el elástico y lo baje sin dejar de besar, cuando mis labios sintieron el tacto del calor de su carne, deje que mi lengua le lamiera… finalmente con un poco de ayuda de Sergio me deshice de su pantalón y bóxer, me senté sobre sus gemelos para apreciar a semejante hombre desnudo, al único hombre que me ha hecho sentir de esta manera, al que me lleva un limite mas halla de la pasión y el deseo.

-quiero que seas mío toda una vida. Dije inconscientemente

Sergio se sentó de golpe me agarro de la nuca me respiro en el rostro, -así será, luego me beso de nuevo cada vez con mas fuerza, con mucha mas pasión; su mano soltó mi nuca para agarrarme con firmeza del cabello me guio a su polla la tome con una mano y me la metí centímetro a centímetro en la boca; deleitando mis papilas con el sabor agridulce de su pre seminal, lamia despacio dejaba que mi lengua le recorriera la gruesa vena que mis ojos apreciaban con gusto, al llegar al glande apretaba mis labios en este mientras mi mano le pajeaba. Escuchaba resoplar a Sergio me sentía bien, sentía que lo necesitaba que nos necesitábamos…

Sergio me detuvo para levantarse del banco, yo me senté en el borde de este, sentí sus labios nuevamente –te amo, coloco su frente sobre la mía y continuo -no debería pero así es.

Sin apartar sus labios de los míos busco el cinturón de mi pantalón y lo despojo de esté en un tirón de sus potentes brazos, me piso que me recostara levanto un poco mis piernas y me quito el pantalón con bóxer y pantalón; tomo mi pene que se encontraba algo flácido y se lo introdujo a la boca.

-aaah Sergio.

Lo tomo con una mano y comenzó a descapullarlo mientras se lo introducía poco a poco, sentía como las venas que surquen mi pene bombeaban sangre con mas fuerza logrando que este cobrara vida; la boca de Sergio me sofocaba, me reducía el espacio me rosaba con su paladar, su lengua me robaba las primeras gotas de pre seminal no dejaba de resoplar aire… gemía en un tono bajo lo escuche reír.

Sus potentes brazos levantaron mis piernas y las dejaron descansar en sus hombros, Sergio volvió a su posición agacho un poco la cabeza y hizo lo que a mi me pone a mil por segundo; se introdujo mis huevos en la boca y en su pequeño espacio dejo que su lengua le acariciara, agarro mi pene con una mano y comenzó a pajearle… estaba a su merced.

Se monto en la banca aprecie su ancha espalda pincelada con algunas pecas, terminando en una fina cintura, baje un poco mas la mirada a ese culo grande, duro y parado Sergio se sentó lentamente sobre mi pene centímetro a centímetro invadía su apretado esfínter; sentí sus potentes nalgas reposar en mis piernas. Acaricie su espalda mientras el comenzaba en un lento sube y baja.

De un momento a otro se detuvo, se saco mi miembro y me clavo sus ojazos grises en los míos, giro de tal forma que pudiera besarme con comodidad le escuche pedirme saliva un morbo se apodero de mi, sentía como mi corazón latía con fuerza, nos besamos un largo rato el se dedico a robarme saliva. Luego volvió a descender en un camino de besos finalmente su boca encontró mi pene el sexo oral que me propinaba me obligaba a cerrar las manos en puño… el calor de su boca era algo indescriptible.

Se coloco nuevamente en su posición, se la volvió a introducir poco a poco no sentía esa incomodidad del comienzo, sus cabalgatas volvieron a ser lentas pero poco a poco fueron adquiriendo velocidad, su esfínter apretaba mi pene, lo sentía palpitar.

Tome sus nalgas y guie sus envestidas no quería terminar tan pronto, me senté le abrace a mi, mordí su espalda, el apretó sus manos con las mías, nuestros cuerpos estaban cubiertos por una pequeña capa de sudor.

-bésame, le implore

Me volví a recostar Sergio se saco mi miembro por un momento, y me beso amaba el sabor de sus labios, apreciar sus ojos grises cerquita de los míos.

Nos levantamos, retrocedimos unos pasos hasta que mi espalda toco los casilleros, sus manos me giraron, abrí un poco las piernas Sergio acaricio mi culo, mientras me comía el cuello.

-me encantas.

Su mano acaricio mi rostro, apreté uno de sus dedos con mis labios le humedecí de saliva.

-aaah, gemí producto de la extraña sensación de sentir como este se abría paso con la poca saliva que le había proporcionado.

Sergio busco mis labios, mientras me introducía su pene. Ahogaba mis quejidos me tenia a su merced.

Apoye mis manos al casillero sus caderas comenzaron a chocar fuertemente con las mías, mi ano se encontraba sensible ante su huésped invasor, sentía como cada centímetro de piel sudaba, su mano me agarro del miembro me pajeaba al ritmo de sus envestidas.

Sus labios dejaron los míos y se posaron cerquita de mi oído –me corro.

Le tome de la cintura en señal de que no lo sacara, quería sentirlo a dentro cuando esto ocurriera, su lefa invadió mi cuerpo los gemidos de Sergio cerca a mi oído terminaron haciéndome correr.

Nos sentamos en la banca mientras recobrábamos fuerza, el me guio a las duchas cuando terminamos de ducharnos Sergio se vistió y me miro indeciso.

-jajaja anda ponte esto, dijo lanzándome ropa seca que tenia en su casillero.

Me quedaba algo grande pero se sentía bien, me sentía bien; el tomo mi ropa junto con la que tenía puesta minutos antes y la guardo en su mochila.

-¿nos vamos? Dijo mientras cerraba, dirigiéndome una bella sonrisa.

Me levante de inmediato y juntos salimos de los camerinos de vuelta al campus.

Los dos sabíamos a donde iríamos…

Sergio.

Me daría una nueva oportunidad, confiaría en Anderson por que de alguna forma se que no me fallará, jamás me había abierto de esta manera a una persona aun no creía que le fuera contado tanto… me sentía feliz de poderlo ver a mi lado, el es una persona valiente tiene sus errores; quien no los comete pero el esta dispuesto a darle la cara todos ellos y yo estaré a su lado.

Salimos de los camerinos al frio aire del exterior, Anderson se apretó un poco mas a mi yo le envolví con mis brazos mientras le sonreía, sus manos acariciaran la banda de mis muñecas, no había parado de llover extrañamente cuando estaba en los camerinos no escuchaba nada.

Le palmee la espalda en señal de que siguiéramos cerca a la pared para evitar mojarnos, recorrimos la cafetería le observe mirar con nostalgia uno de los sitios donde el solía sentarse junto a Camilo y los demás a los cuales no conozco muy bien pero si les distingo.

A lo lejos se distinguían dos figuras masculinas uno de los hombres era alto, de cabello castaño oscuro bastante corto que le daba un aspecto algo rudo, el tío sabia lo que era mantenerse en forma su cuerpo se veía bastante fibrado aun en la distancia. Junto a el le seguía como perro fiel un tipo un poco mas bajo de cabello negro su corte era parecido al de su amigo, era un poco mas bajo que su compañero pero no mostraba un aspecto tan rudo como el que pretendía aparentar en su forma de caminar.

Cuando nos topamos frente a frente, el más alto de ellos tomo a Anderson de la mano, esté totalmente desconcertado ante la euforia que le mostraba.

-francisco déjalo, dijo su compañero algo cansado.

-déjame felicitarlo.

-¿felicitarme como por que? Recrimino Anderson en un tono molesto por la forma en que fue abordado.

-te deshiciste del marica. Sentencio orgulloso. Baje mi mano de la espalda de Anderson cuando la sentí tensarse Fernando no se había percatado de esto así que continuo.

-adivina quien le dio la paliza… yo dijo tocándose el pecho con orgullo.

Me aleje de Anderson y me situé junto al amigo de francisco.

-le partiste la cara por marica. Al decir esto Anderson empuño su mano y le golpeo fuertemente el rostro a un desubicado francisco.

Al caer Anderson se le monto encima y comenzó a golpearle fuertemente el rostro. Francisco intento quitárselo de encima dándole varios golpes al cuerpo pero mi novio parecía no sentirlos había perdido el control.

El compañero de francisco se levanto las mangas en señal que entraría a la batalla, por que extrañamente estas bestias necesitan pelear en grupo para tener la victoria asegurada. Apreté mi mano contra su camisa –si lo tocas te parto la cara. Este empujo mi brazo con un golpe –no quieres apostar contra mi. Dije sereno mientras miraba la escena.

Anderson le había permitido a francisco que se levantara, lo tomo de la cabellera y lo golpeo fuertemente contra la pared. –vamos golpéame a mi también, no eres capaz… eres un poco hombre. Le escuche decir la verdad el golpe me había dolido hasta a mi.

Le giro con los manos y le pateo en el estomago, luego se quedo en frente en la espera de que lo poco que le quedaba de orgullo a francisco se levantara cuando lo tuvo frente a frente esté le escupió a Anderson, le golpeo ágilmente el rostro y lo lanzo al suelo pero este contrajo su cuerpo desubicando a francisco; cuando mi novio logro quitárselo de encima comenzó a patearle con fuerza.

El compañero de francisco se movió velozmente empujado a Anderson, esa era mi señal lo tome de la camisa y le golpee fuertemente en el rostro los dos cayeron en el suelo. Mi novio estaba furioso quería mas y mas.

-¡déjalos ya!

-pero Sergio.

-esto no te hace mejor que ellos, que ganas alimentado su odio, creándoles miedo hacia ti, eso no cambiara nada.

-la mujer, la mujer quien era. Dijo mi novio ignorando lo que le decía.

-esa puta no vale la pena, se fue la muy cobarde.

Anderson se lanzaría pegarles -¡que los dejes maldita sea!

Anderson resoplo en el aire y siguió adelante, camine lentamente mientras los veía señale al amigo de francisco y le dije algo que para mi parecía bastante real –al final del día terminaras como el… tu eliges.

Daniel.

Si el se iba no tendera nada, nada… no podía dejarme así el amor no es como lo pintan pero es así como debería de ser por que, el amor y la soledad no deben caminar juntas, ¡por que! El amor no debería ser de esta manera no debería oprimirte hasta dejarte sin aliento, no debería desangrarte… Cami no me puede dejar le amo y el debe saberlo… ¡debe saberlo!

Caminaba de un lado a otro del corredor hace un momento había llegado mi madre junto con Eugenia su nueva acompañante de negocios y mi tía, las tres me miraban preocupadas, me insistieron cambiarme la ropa mojada pero no quería irme, no debía hacerlo, necesitaba estar hay.

Mire la ventana repose mi frente en su cristal, aprecie el tono grisáceo del cielo llovería y no pararía, seria una tormenta incesante las edificaciones pintaban un matiz de miseria ante el ambiente, mire el parque del hospital totalmente desértico el pasto se había cansado de recibir agua a tal punto que ya se encharcaba en sus pies, los arboles perdían poco a poco sus hojas… dicen que si detienes una hoja con tus manos antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo yo desearía que Camilo donde este no me deje, no sin saber que lo amo.

Me acerque a la maquina de café, alcance uno de los vasos de la repisa note como temblaba no paraba de hacerlo acomode el baso como pude debajo de la cafetera. Recordaba cuando le bese sonreí inesperadamente pero luego el matiz cambio cuando lo vi convulsionando, mire mis manos aun tenia su sangre en ella mis fallido intento tomándolo de la cabeza apretándolo a mi, intentando darle todo mi calor pero fue inútil… un nudo se amarro en mi garganta me ardieron los ojos estaba cansado de llorar pero este destino de mierda no me dejaba hacer otra cosa.

-¡me siento impotente! Dije pateando el mueble con fuerza abofetee el baso de café y lo regué en el suelo.

No puedo ayudarlo –no hice nada. Dije llorando

Mi madre se levanto junto con mi tía bastante alteradas, corrieron junto a mi me suplicaron que me levantara.

-hijo intenta calmarte.

-¡no puedo mama! ¿¡Es que no entiendes!? Dije soltándome de su mano

Mi madre se alejo unos pasos conmocionada mientras los asistentes se dedicaban a observarme –ma, ma, mama dije en un suspiro… lo lamento; pero el no puede irse mama, no puede. Me sentí como un niño otra vez la tome de los brazos y me apreté a su pecho mientras derramaba lagrimas sin poder hacer algo de diferencia, mi madre no paraba de acariciarme el cabello –el estará bien.

Junto con mi tía me guiaron a una de las sillas, Eugenia me trajo algo de agua ella intentaba controlarse pero se le notaba el sufrimiento el desgaste de emociones en su rostro.

Una enfermera salió de la sala de urgencias me levante en seguida, la tome del brazo le mire insistente ella no pudo responderme en la ambulancia pero esta vez era diferente ella no podía matarme de esta manera no podía. -¿Cómo esta, ya esta bien? ¿Puedo verlo? ¡Enfermera diga algo! Grite desconsolado mientras le soltaba el brazo ella tan solo lo dejo caer.

-el perdió mucha sangre, ya miraron en el banco de sangre del hospital y no tenemos –AB.

-que quiere decir que lo dejara morir. Ella giro la mirada –esa no es nuestra intención, solo que tardan en traerla y el paciente la necesita ahora mismo.

-yo, yo tengo su mismo tipo de sangre, ¡que espera! Dije colocándole mi brazo en frente.

-la cantidad es alta, no podemos poner su vida en riesgo.

-señorita, le mire suplicante -no me importa por favor.

Le solté el brazo dejando caer los míos –por favor, repetí oprimiendo mis manos en puño –el significa mucho para mi no se si pueda entenderme pero yo, yo dije tomando algo de saliva yo daría mi vida por el.

-no puedo es riesgoso lo lamento.

-¿usted no entiende? Dije derramando lagrimas de impotencia –usted no entiende… La mire fijo mientras nosotros hablamos hay adentro apunte; hay adentro el esta muriendo, no me importa, no me importa que me pueda pasar ¡por favor!

Cristian.

Llegamos a toda prisa al hospital, cuando ingresamos a la sala Diana corrió junto a Eugenia para realizarle todo tipo de preguntas, Eugenia nos pidió que nos sentáramos, mire a mi alrededor estaba la madre de Daniel junto con la de Camilo con el corazón en la mano las dos tenían la mirada perdida mientras lloraban el destino de sus hijos.

-así que Daniel se arriesgo de esa manera. Dijo diana mientras me apretaba de la mano.

Eugenia afirmo preocupada –el hospital, no se ara responsable eso fue lo que le dijeron antes de llevárselo.

… los minutos pasaron…

-enfermera, enfermera grito la madre de Daniel totalmente preocupada. Corrí junto a las chicas la enfermera dijo que se encontraba bastante débil pero que estaba bien, que sufriría de mareos, nauseas o perdida del conocimiento como consecuencias leves. Se hizo un silencio.

Luego la madre de Dani apretó a la enfermera del brazo y le sonrió –que espera señorita en esa sala alguien necesita esa sangre.

Nos sentamos juntos los minutos pasaban lentos, no sabia que pensar me sentía mal, recordaba cuando éramos niños que solía acariciarle el cabello y decirle que todo estaría bien, por que yo estaba con el pero… pero ahora, no lo estaba el estaba solo.

-como esta Camilo, dijo Anderson agitado sorprendiéndonos por la espalda a su lado se encontraba otro hombre unos tres años mayor que mostraba la misma preocupación.

-no sabemos. Dije levantándome para apretarle la mano a mi mejor amigo al final del día aseguraba que seria de esta manera.

Estreche la mano de mi compañero guie mi cuerpo a su compañero, le mire insistente y el lo noto rápidamente.

-Sergio, mucho gusto. Él se acerco y saludo a todos; muy amigable.

-Sergio es mi novio. Soltó Anderson de golpe.

Mire a Sergio que giro de sorpresa, para luego sonreír de forma tan tranquila en sus ojos se podía apreciar la felicidad inmensa que tenia en esos momentos.

-Los felicito chicos, soltó Eugenia rompiendo el silencio.

Mi madre asintió con la cabeza para luego dirigir su vista a la puerta de urgencias, mi tía les observo un momento

–cuídamelo es como mi hijo. Dijo dirigiéndose a Sergio para luego sin esperar respuesta girarse de la misma forma que su hermana.

Camilo.

Estaba en un parque, no paraba de caminar, pero por alguna razón no me sentía cansado, la luz bañaba con intensidad la maleza a tal punto que me cegaba; la mucha luz es como la sombra al final no te permiten ver nada… apreciaba los juegos vacios, los columpios ladeaban de un lado a otro a merced del viento en un panorama bastante triste.

Seguí caminando sin dirección pero buscando una salida, visualice un joven frente a un pequeño lago solo lo podía apreciar de espaldas era bastante alto, su cabello era color castaño que con la luz del sol daba la impresión de ser dorados. Me acerque un poco, al escucharme el joven dio unos pasos al frente.

Llego un momento en que el se encontraba en la orilla y yo a escasos centímetros de el. – ¿me amas? Pregunto.

No comprendía la pregunta pero mi corazón comenzó a latir con fuerza al escuchar sus palabras, intente responder pero no sabia que… -por que yo a ti si. Quede totalmente atónito. El viento vatio con fuerza los columpios rechinaban cansados, las hojas de los arboles eran arrastradas con el viento.

El joven levanto su mano y agarro una de las hojas en el aire, y me dijo –desearía que te quedaras.


-Cami, despierta vamos amigo, despierta vales mas que esto.

Escuche aquella voz en el viento, gire para mirar de donde provenía al no encontrar a nadie gire mi vista al frente pero aquel joven no estaba la voz se hacia insistente su sonido guardaba notas de melancolía, un dolor desgarrador que llevaba mi nombre.

-Cami, vamos no puedes irte amigo.

Corrí hacia aquella voz aun sin saber de donde provenía, de un momento a otro todo se apago, me sentí acostado en algún lugar, intente moverme pero mi cuerpo pesaba mucho por mas que lo intentaba sentía como perdía fuerzas y me cansaba, perdía la respiración con cada intento… –desearía que te quedaras. Recordé aquella voz intente abrir los ojos.

La luz me cegó los ojos mientras esta se difuminaba apareció la sombra de una silueta.

-despertaste. Dijo alegre mientras se abalanzaba sobre mi cuerpo.

Gemí un poco de dolor, intente mover la cabeza y eso me dolió mas.

-no hagas esfuerzo Cami.

La luz por fin se hacia parcialmente uniforme logrando visualizar su rostro -¿Cristian? Pregunte.

-si, soy yo… luego se volvió a lanzar sobre mi recitando frases de perdón que terminaron en un me alegra que estés bien.

-Cristian, yo, yo lo lamento. Termine girando la cabeza.

♫No quiero que dejes que este momento se pase Porque realmente tengo algo que necesito decir Y me está matando por dentro; Pienso que no me entiendes…♫ El me tomo de la mano y la llevo a sus labios, sentí lo cálido de los mismos para luego bajar de nuevo mi mano y mantenerla en su pecho. –Cami no te lamentes no debí dejarte solo.

-Cristian…

-Camilo uno no elije de quien enamorarse eso es todo, créeme que si pudiera, dijo girando mi cabeza para mirarle a los ojos; si pudiera te amaría pero… no puedo.

No puedo. La frase golpeo constantemente mi cabeza durante varios segundos, sin querer comencé a llorar frente a el, no sabia que decir no podía hablar mi boca estaba vacía pero a mi garganta la inundaba un mar de palabras que terminaban por hacerse nudo y no me dejaban respirar.

-Cami yo estoy enamorado de otra persona; tu, tu siempre serás mi mejor amigo, mi hermano.

♫Me conseguiste indefenso, intoxicado insensato. Me cortas tan profundamente, debo confesar♫ Mátame, mátame de una puta vez pero no me tortures de esta manera. Pensé… mi respiración comenzó acelerarse de solo imaginarme… -Lorena no es la mujer para ti. Sentencie.

-no, Cami yo amo a Diana y eso no cambiara.

Cristian dejo caer mi mano y se acerco a la ventana –siempre serás mi amigo Cami.

Yo sabia que seria así, me alegraba en el fondo por el pero me mataba ver como había creado mi propio cuento y que sus páginas se quemaban con cada lágrima que desprendía… -Cristian, el giro en torno a mi voz quiero que me beses.

Tenia que saber si el era la persona, aquel chico por el que mi corazón latió con tanta fuerza, el mismo que cuyo aroma se impregno en mi piel antes de perder la conciencia, el mismo cuyo tacto de sus labios no he olvidado, el mismo que lloro y cuyos lamentos escuche antes de irme… aquel que me apresaba en sus manos con una esperanza tendiente de un hilo a medio romper.

Cristian se acerco con un rostro lleno de dolor, -solo te pido eso. Le dije

♫cariño no puedo respirar cuando mis brazos te rodean, cariño eso me mata porque ahora que te encontré Tu amor es como un arma masculina, No puedo vivir sin ti…Eres tan hermoso, esto me desgarra♫ Se coloco frente a mi rostro, aprecie sus bellos ojos celestes bañados por una fina capa de lagrimas que le hacían ver mas claros, dirigí mi mirada a su labios que se acercaban indecisos a mi boca, inhale su aroma pero no era el mismo que esperaba; mi corazón latió con fuerza, mi piel comenzó a sudar con el calor de su mano al tocar mi rostro. A centímetros de mi rostro le mire por última vez mientras él cerraba los ojos al compas de los míos… finalmente me sentí sus labios posarse en los míos guie su beso, el no me opuso resistencia. Su respiración golpeaba insistente mi rostro, el no quería esto pero no se arrepentía… yo por el contrario si quería esto pero no sentía lo que debía sentir.

…un portazo…

Nuestros labios se separaron dejando ver a un pálido Daniel frente a nosotros, mire su cuerpo cansado apoyarse en el marco de la muerta, dirigí mi mirada sus hermosos ojos pardos inundados por lagrimas que recorrían su mejilla y se desarmaban en el suelo… intentaba decir algo pero no le salían las palabras.

Comencé a respirar de forma acelerada, en ese momento solo lo veía a el… a el sufriendo el levanto su mano la llevo a su pecho y apretó su camisa. Luego dio media vuelta le alcance a decir –me alegra que te quedaras. Luego su silueta desapareció en el pasillo. Grite su nombre en un aullido ahogado de un lobo arrepentido.

Escuche como varias voces intentaron detenerlo… luego no oí más.

-el dio la vida por ti, y la seguiría dando sabes por que, por que el te ama entonces que vas hacer ahora Camilo decide. Dijo Cristian tomándome de los hombros y mirándome intimidante.

-¿que me ama?

Anderson.

La puerta de urgencias se abrió de un portazo que estremeció a todos, un pálido Daniel salía llorando desconsolado detrás de ella… me preocupe bastante pues el acababa de desmallarse hace poco minutos, y cuando despertó le dimos la noticia de que Camilo había salido bien de la operación y de inmediato insistió en ir a verlo. En el estado en el que estaba nos asombro a mi novio y a mi su determinación y contra las reglas del hospital le ayudamos a entrar.

Pero ahora… salía totalmente perdido tomándose de donde podía para no caer, el seguía bastante delicado intente tomarlo del brazo antes de que tomara el acenso pero el repelió mi intento con un –necesito que me dejes, ¡no entiendes!

Eugenia y Diana se miraron preocupadas antes de caer desconsoladas a la silla, mire a la madre de Daniel y Camilo que se miraban igual de desconcertadas una llorando sobre el hombro de la otra… mire a Sergio que me tomo de la nuca y masajeo en señal de tranquilidad.

Estaba dispuesto a entrar para averiguar que paso cuando Cristian salió a toda prisa junto a donde estaban las chicas, palmee a Sergio para que fuéramos junto a mi mejor amigo. Todos guardamos silencio ante su breve explicación de lo que había pasado Diana apretó su cadena en la escena del beso; Cristian acaricio su brazo en señal de que le entendiera.

-Cami ha tomado una decisión y vamos a ayudarle los cinco juntos por que somos amigos o no.

Todos asentimos de acuerdo.

Camilo.

Me vestí rápidamente quitándome la cantidad de cables que surcaban mi cuerpo, me levante de golpe sentí como me mareaba Cristian me alcanzo antes de caerme, me pregunto que si estaba seguro solo le mire y este me correspondió con una sonrisa. Me guio a la puerta de aquella sala donde me tenían apresado.

Salimos con rapidez tras la puerta de urgencias me esperaban Diana y Eugenia quienes intentaron taparnos durante el trayecto al ascensor. Ya dentro del mismo les pedí que me dejaran solo… ya habían echo suficiente.

-¿adonde vas a buscarlo? Pregunto Anderson acercándose a mí.

-el debe saberlo amor. Dijo Sergio tomándolo de la cintura.

Le sonreí a ambos hacían buena pareja me alegraba por mi mejor amigo –la verdad no se a donde buscarlo. Dije sincero.

-perdóname. Dijo Anderson agachando la cabeza observe como su novio se preocupaba me sentí feliz verdaderamente feliz por mi amigo.

-no seas hijo de puta deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar amigo. Le dije sonriente.

-eh, Cami yo, es que yo quería pedirte, no… dijo diana moviendo la cabeza de lado a lado negando. Quería darte esto… ella abrazo sus manos a su nuca y con un movimiento de dedos desprendió la cadena que le había acompañado desde la muerte de su madre; se acerco a mi y me la coloco me encontraba mudo, maravillado, feliz por ella por Cristian por los dos.

-vamos vete tu madre esta saliendo de la cafetería con tu tía. Dijo advirtiendo Eugenia. –suerte. Dijo antes de presionar el botón del asesor.

Me apoye en la barra, Salí algo mareado me dolía la cabeza me dirigí a la avenida, tome un taxi.

-a donde vamos.

-a las afueras del norte de la ciudad.

Anderson.

-Daniel no esta. Nos advirtió asustada su madre

Nos miramos cómplices, Sergio respiro profundamente y dijo –salió llorando de aquí.

-¿¡que!? ¿¡Por que!?

  • ¿¡Acaso le paso algo a mi hijo!? Pregunto alterada la madre de Camilo

-el también acabo de salir en busca de Daniel. Respondió Sergio tomándome de la mano, las dos mujeres nos miraron intrigadas; sus ojos fueron cubiertos por capas de lágrimas que comenzaron a brotar de sus cansados ojos.

-tengo que buscar a mi hijo, dijo colocándose el bolso en simultanea su hermana hizo lo mismo.

-no lo creo conveniente acaso no imaginan lo que pasa. Sentencio Sergio tomándola del brazo.

-no, no lo entiendo. Grito una. Lo lamento, lo lamento quiero que mi hijo sea feliz pero…

Callo desplomada en una silla cercana y junto a ella su hermana, mire a los demás les dije que me encargaría al final del día se lo debía a Camilo y a Daniel… me coloque frente a ellas sin soltar a mi novio de la mano. No sabia como comenzar cuando la mayor de ellas la madre de Daniel sonrió en un alivio del alma.

-estoy envejeciendo, solo quiero verlo feliz… se que un día dejare de existir en este mundo y me iré de aquí a un lugar totalmente desconocido para mi, a reunirme con mi esposo…suspiro… antes de que muriera me encargo que hiciera de nuestro hijo una persona valiente, que lo le temiera a nada en este mundo que pensara con la cabeza pero que de vez en cuando se dejara dominar por su corazón…que fuera feliz… termino su recuerdo apretando la mano de su hermana.

La madre de Cami agacho la cabeza sus lagrimas caían en la mano de su hermana –cuando creí que moriría, sabia que no tenia vida después de el… al decir esto me miro comprensiva; cuando se debatía entre la vida y las muerte me arrepentí de tantas cosas, me arrepentí de no apoyarlo mas, me arrepentí de las prohibiciones que le hacia pensando que terminaría como ustedes. …¡que tonta fui! Siempre lo supe…

-yo tenia miedo… dijo cortando la conversación a su hermana; tenia miedo que ha Daniel le hicieran lo que les hacen a ustedes que le golpearan, le humillaran, le señalaran… seria una estúpida si me hago la desentendida ahora… si lo seria… no quería verlo llorando en un rincón, verlo solo, verlo caer frente a mis ojos sin poder hacer nada. Temía lo peor por eso siempre ignore lo que le pasaba.

Sergio se agacho hasta quedar a su altura, le coloco las manos en frente y se despojo las bandas de las muñecas mostrando sus cortadas ante ellas, confirmando sus miedos… la madre de Daniel lo tomo del rostro y le beso la frente para luego agrazarlo Sergio lloro en sus manos como un niño pequeño sin consuelo conmovido por una escena que el aprecio demasiado tarde. Toque su espalda en señal de consuelo Sergio se levanto y me tomo de la cintura contemple sus ojos grises por un instante.

-no estoy solo, no como antes… dijo apretándose a mi sin importar los ojos del resto.

-tal como ellos, dijo señalando al resto del grupo, ellos padecieron lo mismo que yo a su manera cada uno busco salir a su manera todos nos equivocamos pero ninguno de nosotros siete se arrepiente de nada… por que al final de este día encontramos lo que buscamos…

Las madres se miraron una a la otra, mientras se sonrieron lamentado sus errores pero sin arrepentirse de ellos tal como nosotros, las hermanas dejaron reposar sus frentes mientras no paraban de reírse el dolor causa eso y era comprensible; es mejor reírse de la realidad cuando te golpea por que no sirve de nada lamentarse rendirse ante su presencia, es mejor, reírsele en la cara como un loco al final del día.

Caminamos hacia nuestro grupo dejándolas solas, frente a la ventana estaba Cristian apoderando con su cuerpo a Diana ella algo tímida le correspondía a cada beso; mientras una regia Eugenia les admiraba nos miro para sonreírnos Sergio me detuvo delante de ellos y me beso, en un beso largo apasionado… feliz.

La mire, -no te preocupes por mi ya llegara mi hombre y ustedes cuatro me las pagaran jajaja

-no dudo que llegara, y te ara la mujer mas feliz, no te pedirá nada por que el no te vera como un objeto sino como la mujer que eres. Dijo Cristian sin apartar la vista al parque del hospital.

-y si no… tienes cinco hombres para ti… dijo burlón Sergio.

-chicos quiero salir y que la lluvia me moje, mientras me paro en ese parque. Dijo Cristian levantándose tomando a su novia.

Nos miramos y asentimos entusiasmados, de camino al ascensor mire a las madres de mis amigos. Les hice señal de que bajáramos. -¿A dónde? Dijo una limpiándose las lágrimas para luego mostrar un semblante tranquilo… a mojarnos conteste.

-aaah. Nos mojábamos mientras gritábamos desconsolados, felices… diferentes.

-aaah.

Daniel.

Maneje desconsolado, me sentí mareado a punto de perder el conocimiento, no se como llegue aquí, la lluvia no ceso en todo el día ahora golpeaba el pasto con fuerza; la luna ya bañaba de plata las gotas de agua, me pare en la esquina del lago me gustaba llorar mientras llovía nadie podía verme, me gustaba gritar en la soledad por que nadie me oía. Me gusta pararme en la orilla de este lago por que es lo mas cercano que hay a no existir, por que podría dar un paso he irme de aquí pero no quería… al final del día le amaba con todo mi ser daría esta vida por el; mi vida no me pertenece le pertenece a el, por eso no prensare en la muerte por que esta vida es para cuando el la necesite.

-recuerdo cuando me traías aquí, hace tiempo no veníamos ¿verdad?

Su vos contrajo mis sentidos, no le di la cara solo mire el lago mientras sentía su acercamiento. No podía hablar por que si lo hacia gritaría su nombre.

-cuando compraste este auto… lo recuerdo bien, me traías después de clases por que este lugar es perfecto… es verde, es bello, tiene un lago, y a demás nadie viene. Solo nosotros le frecuentamos. Por que solo nosotros estamos a gusto aquí. Dijo deteniéndose a mi espalda sin tocarme.

-cuando Cristian me beso… ¿sabes que paso? …suspiro… no fue como lo creí por que mientras lo besaba pensaba en alguien que no comprendía quien… y fue cuando apareciste y mi corazón latió con fuerza por que desee que fueras tú. No me justifico ni me arrepiento de nada por que lo que paso con Anderson o Cristian me llevo a esto, a estar aquí mientras me golpean con fuerza las gotas de agua, aquí mientras el viento me congela, aquí con mi cuerpo a medio caerse igual que el tuyo.

-¿pero sabes que quiero hacer ahora?

Me gire en dirección a el, le observe sonriente mientras su rostro estaba totalmente cubierto por el agua. Le tome de la cintura y le pegue a mi… aprecie sus ojazos verdes mientras estos no paraban de reseguirme. Mi respiración se agito junto con la suya nuestros cuerpos se tocaban con cada inhalada. Sentía su corazón latir al compas del mío.

-yo quiero besar, quiero tocarte, quiero que en estos momentos seas mío. Le dije totalmente seguro de lo que decía.

Cami me tomo de la nuca y me guio a su boca, nuestros labios tocaron fuego mientras se acariciaban mutuamente, su mano me apretó un poco mas a el deje que me guiara, sentí su lengua invadirme acariciaba el interior de mi boca pronto hice lo mismo.

La lluvia no paraba de golpearnos pero no importaba era mágico, le descendí al pastizal bese su cuello, guie mi boca su oreja, le escuche gemir mi nombre; mi mano apretó su camisa le levante un poco para despojársela, el me tomo de la cintura mientras no paraba de besarme aparto sus labios por un instante y me quito la mía para luego caer de nuevo al pasto, nuevamente le bese mi pecho sintió su calor inhalaba aire con fuerza.

Aparte mis labios y mire sus bellos ojos alumbrados por la luna te amo le dije jadeante mientras los truenos comenzaban a hacer su aparición, el me giro me comió la oreja, descendió por mi cuello, apretó mis tetillas con sus labios para luego comenzar a beber el agua que recorría mi cuerpo, le tome del cabello sin lastimar su curación, le subí nuevamente deseaba sus labios, deseaba morderlos sentirlos míos. Por que esta primera vez duraría toda una vida.

Cami se sentó en mi miembro para desabrochar mi correa, sentí sus dedos desabrochar el botón, guie mis manos para que hicieran lo mismo, me ofreció su mano para levantarme, de pie volví a apretarle a mi cuerpo mientras dejábamos que nuestros pantalones cayeran; su pene entre el bóxer se apretó duro contra el mío mientras nos abrazábamos… retuve su gemido en mi boca.

Le indique que se acostara, me arrodille frente a su cuerpo bese sus pies, subí por sus muslos, bebí el agua de sus gemelos, me entregaba a lo prohibido, acaricie su miembro en movimientos torpes de primera vez y me alegraba que así fuera por que espere veinte años para este momento… por este momento.

Le despoje del bóxer aprecie su polla de dieciocho centímetros totalmente dura, le bese desde la base mientras una de mis manos le descapullaba apreté mis labios a su glande, aprecie su sabor mientras le lamia, su mano me acaricio la nuca le mire mientras me lo introducía poco a poco su sabor era bastante dulce. Cami gimió de placer no quería descapullarle por completo quería que este momento durara mas. Subí en un camino de besos hacia si boca le dije que le amaba.

-te amo Daniel. Correspondió totalmente sincero mientras me miraba; no pude evitar sonreír como un niño mientras volvía a comerle la boca despacio.

Me despoje del bóxer, el tacto de su polla con la mía nos excitaba bastante, el me tomo de la cintura y me apretó a su cuerpo mi pene comenzó a descapullarse en su tableta. Su boca me beso el cuello mientras la mía hacia lo mismo, las gotas de agua que recorrían mi espalda eran desplazadas con cada caricia de su mano. Los truenos se hacían más audibles.

Me giro nuevamente sobre su cuerpo, se sentó en mi abdomen, estaba embobado con su silueta, sus formados pectorales, su fina tableta, sus ojos, su boca, sus piernas, su culo apoyado sobre mi cuerpo, su miembro reposando sobre el mismo. Cami bajo un poco cuando tuvo su boca frente a mi miembro se lo introdujo poco a poco sentía un poco de dolor pero el calor de su boca me aliviaba rápidamente, sus labios apretaron mi glande mientras la punta de su lengua se movía en el mismo robando mi pre seminal.

Volvió a introducírsela en la boca me senté de golpe, gemí mientras la lluvia invadía mi boca, comenzó con un leve sube y baja apretándolo con su lengua.

Al acostarse en el pasto coloque sus piernas sobre mis hombros y me acerque a su boca, mi pene llego a su ano sentía como las gotas de agua le recorrían en forma de pequeños riachuelos, le roce mi glande varias veces Cami gemía mi nombre. Me preocupaba lastimarle no quería que recordáramos esto como un dolor; estaba nervioso.

-no quiero hacerte daño. Le dije mientras posaba mi frente sobre la suya y respiraba su aire.

Cami me tomo de la nuca y me beso, con la mano que tenia libre me indico que continuara, apreté mi pene en su cerrado ano ejercí un poco de presión el calor que de este emanaba me excitaba podía sentir como las gotas de pre seminal salían a cumplir su función, su ano se contraía con mis intentos de invadirle. Cami me cogió la cintura con amabas manos y apretó hacia el.

Le bese con mas fuerza, presione con mas fuerza, Cami apretó mis manos sobre mi piel, gimió un poco mientras en un ahogo de mis besos me pidió que siguiera le metí lo que faltaba casi de golpe, los dos gemimos de golpe uno entregado al otro por primera vez mientras la lluvia nos cubría y los truenos resonaban fuertes con cada uno de nuestros movimientos.

Comencé a penetrarle despacio sin sacarla de su esfínter, su calor era muy cálido; deje que una de mis manos buscara su miembro comencé a pajearle despacio cuando mi cuerpo entro en calor ejercí mas fuerza y velocidad a la paja; Cami gemía en mis labios.

Me arrodille frete a el, le tome de las caderas y deje que mis envestidas fueran mas fuertes, el golpe de nuestras caderas se hizo constante; mis manos acariciaron sus tetillas deje que mis dedos tocaran sus labios.

Mi pene vibraba, me correría caí sobre su cuerpo apoye mi codo al paso y continúe con las envestidas, el choque se su culo con mi cadera producía un sonido excitante, le mordí la oreja le avise que me correría el busco mis labios y los beso con fuerza. Mi pene invadió su esfínter a lefa. Gemía en su boca deje que mi mano le tomara de la cintura me mente sobre el sacando mi pene d su interior. No pare de besarle.

Baje por su cuello, reseguí sus rojizos pezones, tome su pene de la base y me lo introduje de golpe a la boca Cami gimió en un tono audible, sentí como en mi boca algo había cambiado la tela que me impedía descapullarlo por completo había cedido, apreté su pene en mi interior le sofocaba con mi lengua. Cami aviso que se correría ejercí mayor presión sentí como su lefa me invadía la boca. Bebí sorbo a sorbo sentía su calor bajar por mi garganta… era como me lo imaginaba. Saque su miembro de mis labios le mire un poco lamí lo que no me había podido beber y caí rendido a su costado.

Respirábamos de forma agitada le sonreí mientras el hacia lo mismo y me acariciaba el pecho, -te amo Daniel. Dijo mirándome fijamente a los ojos.

Camilo.

Me levante al ver que el hacia lo mismo, me coloque a la orilla del lago sentí como me amarraba a sus brazos… yo le amaba y eso no cambiaria quería sentir sus labios cerca siempre, quería tenerlo cerca siempre…

Una fuerte ventisca detuvo mi monologo, el lago formo ondas mientras la lluvia creaba ondas sobre la misma, las hojas se desprendían cansadas de los arboles, Daniel tomo mi mano y la levanto ágilmente; levante la vista observe la luna bañar nuestro lugar de un fino color plata; mire mi mano atenazaba junto a el una hoja.

Si capere folium dum est in fuga te potest ordinare PULVINUS et hoc venerunt.

Deje caer la hoja, por que me canse de pedir deseos… esta fue arrastrada por el viento callo para hondar en el lago, la lluvia cubrió su superficie y le obligo a hundirse mientras nosotros observábamos tranquilos la escena. No se que pasara mañana ni en diez años mientras tenga a mis amigos y a Daniel… no me importa que pasara.

Los animo a valorar y comentar,hablando de mis memorias no las he abandonado solo demen tiempo :) es un gusto escribir para ustedes; mi próxima trilogía se llamara “San Andrés. Un discípulo ejemplar”… hasta entonces… GRACIAS.