Bajo Mundo VI
Continúa la historia de Magnus en su bajo mundo
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Magnus sonrió y salió del baño.
Problemas con la novia hijo – Dijo el abuelo.
Algo así abuelo – respondió Magnus.
Magnus por momento no evitaba pensar en lo de mañana, Sergio se hacía el muy interesante y eso a Magnus le irritaba, pero solo estaba dispuesto a soportar ese detalle con la finalidad de que su nombre no quede por los suelos, si bien es cierto ya era comidilla y ya todos se burlaban a sus espaldas, no estaba dispuesto a que se destape su relación con el profesor Antonio puesto que ahí sí sería la ruina profesional de ambos.
No sé ¿por qué confío tanto en él? – se preguntó Magnus.
Pasa algo hijo – preguntó Richard a su nieto – Te noto distraído.
No pasa nada abuelo, solo son cosas de la universidad – respondió el chico.
Ya sé, es por la llamada – dijo equivocadamente el abuelo – Hijo a veces las mujeres son un tanto complicadas y exageran todo, mañana llévale un buen ramo de flores y llévala a cenar y veras como se contentan, a mí me funciona.
Oye – dijo Mónica dándole levemente con el codo a Richard.
Solo estoy bromeando amor – dijo Richard.
Magnus sonreía, pero en su mente no dejaba de emitir pensamientos irónicos y sarcásticos respecto a lo que decía su abuelo, pues en realidad lo que decía estaba muy lejos de la realidad.
Pero miren a quien tenemos por aquí – exclamó el abuelo llamando la atención de todos.
Un hombre volteo ante la expresión de Richard, el susodicho era un hombre maduro de traje, pero bastante conservado, de cabello y barba ceniza de buen porte y muy elegante,
Suegro, que sorpresa – dijo el hombre con cara de sorpresa e incomodidad mirando para otros lados.
Ernesto, hace muchos años te vengo diciendo que me tutees – dijo Richard.
Lo sé Richard pero no me acostumbro, además la formalidad es parte de mi vida – comentó Ernesto.
Tío Ernesto – dijo Magnus – que bueno saludarte.
Magnus ¿Cómo estás? – respondió el saludo – Hace tanto tiempo que no sabemos de ti.
Lo sé, de eso justamente estaba hablando con él abuelo – comentó Magnus.
Y esta bella dama ¿Quién es? – preguntó coqueteando Ernesto.
Es mi esposa – respondió sonriendo Richard
Mucho gusto, Ernesto Salvini – dijo el hombre extendiendo la mano.
Mónica recibió el beso en la mano en forma de saludo de Ernesto.
Pero yerno, sientate, acompáñanos con una copa – sugirió Richard.
Ernesto quería irse cuanto antes de ahí, pero por compromiso aceptó y se sentó.
Y cuéntame – dijo Richard - ¿Qué ha sido de Ismael? He intentado comunicarme con él, pero no he obtenido respuesta.
Ismael está en Egipto – dijo Ernesto – Por lo que converse con él, me dijo que volvía esta o la próxima semana.
Ese chaval, muy aventurero, cuando era pequeño me decía que algún día viajaría por el mundo – dijo Richard .
Y ya ves suegro, ahora es arqueólogo – dijo Ernesto.
Y ¿cómo está mi hija? – preguntó otra vez el hombre
Su hija está muy bien – respondió Ernesto.
Discúlpame que me meta, pero supongo que ya arreglaron sus problemas – dijo Richard.
Suegro me vas a disculpar, pero su hija es un caso, no hay razón que ella no entienda, todo el tiempo me anda buscando cualquier cosa para molestar, por culpa de ella es que no hemos podido arreglar nada – soltó Ernesto.
Hay esa hija mía heredó el carácter difícil de su madre – se lamentó Richard - ¿Pero no me la estás tratando mal no?
Suegro casi no nos dirigimos la palabra, imposible que la trate mal – dijo Ernesto.
Bueno espero solucionen sus diferencias o en todo caso sería mejor que se divorcien – recomendó Richard .
Conversaron largo y tendido, Richard puso al tanto de la situación a su yerno a lo cual este demostró su apoyo.
¿Por qué tan callado sobrino? – preguntó Ernesto a Magnus .
Nada, no pasa nada, solo estoy escuchando su conversación – respondió Magnus disimuladamente.
Lo cierto es que mientras que escuchaba la conversación Magnus había recibido un mensaje de texto desde un número desconocido. El mensaje decía lo siguiente:
“Tu rePUTAción va en aumento, espera los demás videos hijo de puta”
Magnus trataba de averiguar en sus recuerdos quien podría estarle haciendo eso, pero no recordaba haberle hecho daño a nadie, siempre fue cortes y amable con todos, aunque por dentro sintiera una cosa distinta.
Joder, que tarde es – exclamó Ernesto.
Tienes razón, ya son las 9 de la noche – dijo Richard mirando su reloj
Será mejor que nos vayamos – comentó Magnus poniéndose de pie.
No espera hijo, quiero decir otra cosa más – le dijo Richard.
Magnus volvió a sentar.
Bueno como saben fin de mes es mi cumpleaños así que están cordialmente invitados - dijo Richard – Espero que no falten.
No te preocupes abuelo, ahí estaré – dijo Magnus.
Lo mismo digo suegro – respondió Ernesto.
Así podré presentarle a toda la familia a mi esposa – dijo el abuelo.
Todos se mostraban de acuerdo con Richard.
Bueno llamaré mi uber – dijo falsamente Magnus sacando el teléfono.
Si quieres te llevo a tu casa sobrino – sugirió Ernesto sonriente y poniendo una mano en su hombro.
No quisiera molestar tío – respondió Magnus.
Anda hijo, acepta, además es mucho más seguro – le dijo su abuelo.
De acuerdo – dijo aceptando Magnus.
Ambos se despidieron de Richard y Ernesto hizo una llamada para avisar que ya salía.
A las afueras del restaurante del hotel lo esperaba. dos hombres robustos y altos.
Es mi sobrino, viene conmigo – informó Ernesto.
Ambos hombres los escoltaron hasta subir al auto, posteriormente se pusieron en marcha y una camioneta con dos guardaespaldas más los escoltaban.
¿Ahora tienes guardaespaldas, Ernesto? – dijo Magnus.
Pero sobrino ¿qué pasó con la formalidad? – preguntó Ernesto sonriendo
Por favor Ernesto, sabemos que la relación que tenemos tú y yo no es de tío sobrino precisamente – dijo Magnus sugerentemente.
Y sabes que solo hago para no levantar sospechas – agregó Ernesto.
Ya bueno, no se necesita ser un genio para saber que te están amenazando – soltó Magnus - ¿En qué te metiste ahora?
El Ministerio Público me puso protección, porque me asignaron un caso de una red de trata de blancas – le contó Ernesto – está relacionado con la desaparición de los dos niños del año pasado.
Ya veo – dijo Magnus – Y te están amenazando
Si, de hecho, he tenido que cambiar mi domicilio a un poco más alejado del centro de la ciudad, mis teléfonos, ahora estoy casi incomunicable – comentó Ernesto.
Caramba señor juez, todo un personaje – dijo Magnus.
Ernesto sonrió
¿Podrías dejarme en el centro? – habló Magnus.
Pero porque mejor no vienes a casa – le sugirió Ernesto sobándole la pierna.
Ambos se sonrieron con una mirada cómplice.
Ernesto se acercó al oído de Magnus.
Chúpamela aquí mismo – le dijo sutilmente.
Y ellos – dijo Magnus señalando con la mirada a los guardaespaldas
No te preocupes por ellos – respondió
Muchachos, lo que pasa en el auto se queda en el auto, ustedes no ven, ni han oído nada – dijo Ernesto acercándose a ellos.
Descuide señor, ya sabemos – respondió uno de ellos con un poco dificultad en su español.
No lo deje tan cansado nada más – le dijo el otro con el español más claro
Magnus cayó en cuenta que eran extranjeros y que posiblemente eran rusos.
Lo siento muchachos esta vez el chico es solo mio – contestó Ernesto y volvió a su lugar.
Joder Ernestito tú sí que sabes conseguir a tus empleados – comentó Magnus riendo.
Calla ya – le dijo Ernesto plantándole un beso en la boca .
El tío de Magnus se bajó el cierre del pantalón y sacó una bonita verga blanca de unos 18 cm bien erecta.
Magnus guiado por la mano de Ernesto se inclinó a chuparle la verga comiéndosela de un solo bocado, el hombre suspiró.
Mierda, hace tiempo que no probada tu deliciosa boca – comentó Ernesto suspirando.
Magnus saboreaba a cada milímetro la rica polla de su tío que a estas alturas es evidente que más que su tío es su amante.
El hombre cómodamente recostado en su asiento disfrutaba cuando Magnus se atragantaba con su verga emitiendo arcadas.
Señor, por lo visto el chico la chupa mejor que la chica de ayer – comentó el que iba manejando.
Como no tienes idea – respondió Ernesto – Ninguna chica o chico se compara a lo que hace este nene en la cama.
Ernesto se desabrochó el pantalón quitándose la correa primero y se lo bajo hasta medio muslo exponiendo un poco más la verga, Magnus seguía mamando.
Uff que rico, colegas – dijo Ernesto a los otros.
Ya se acercaban a su destino cuando de pronto el chofer detuvo el carro intempestivamente puesto que delante de él en medio de la oscuridad de la carretera una camioneta les cerró el paso, descendiendo de ella dos hombres armados y disparando a matar; al mismo tiempo que esto sucedía dos hombres en una motocicleta asesinaban a los dos guardaespaldas del auto de los escoltaba.
El chofer había sido herido y había caído inconsciente sobre el timón, el copiloto quien había sido herido en el brazo abrió la puerta y se cubrió con ella.
Mientras en el coche Ernesto estaba encima de su sobrino protegiéndolo agachado en el asiento.
Magnus intento zafarse, pero su tío no lo dejaba.
Joder que me sueltes Ernesto – gritó Magnus haciendo fuerza logrando liberarse.
Magnus miró por los espejos laterales y los otros dos hombres que habían matado a los otros guardaespaldas ya se acercaban.
Mierda – dijo Magnus sacando su arma.
Ernesto se sorprendió al ver a su sobrino con esa pistola.
Magnus bajó rápidamente y cubriéndose muy bien asesinó al hombre que se acercaba al vidrio de su tío, su compañero intentó dispararle, pero Magnus se volvió a Cubrir y logró matar al otro, el chico volvió a entrar al auto y rápidamente tomó el arma del que estaba inconsciente.
Volviendo a los dos de la camioneta; el copiloto que había sido herido en el brazo disparaba manteniéndo a raya a los sujetos, uno de ellos había sido herido en la pierna por lo que no logró avanzar más.
Las balas iban y venían.
Cúbrete bien Ernesto – le dijo Magnus.
Al ver que había fracasado el plan de asesinar al juez, los otros intentaron huir, pero no podían, tan solo estaban cubriéndose en su auto.
Aprovechando la oportunidad en que el ruso cambiaba el cargador de su arma, Magnus le dio el arma de su compañero.
Los hombres ahora disparaban.
Cúbreme, yo me voy a acercar y los voy a matar – dijo Magnus.
El ruso hizo caso y con las dos armas comenzó a disparar haciendo que los de auto se cubran otra vez.
Magnus rápidamente se acercó y subiéndose al parabrisas disparó en la cabeza al que estaba cubriendo en con la puerta del piloto y del mismo modo de manera muy veloz entrando por la puerta del que había matado, asesinó al otro.
El guardaespaldas para ese momento ya había dejado de disparar.
Todo ocurrió tan rápido en cuestión de minutos, quien sea que haya sido el que mandó a matar a Ernesto, había fracasado.
Hijos de puta – gritó Magnus enojado.
El chico fue a ver como estaban los de atrás, pero habían recibido dos tiros en la cabeza, fallecieron al instante.
Magnus, tú … - dijo Ernesto bajando del auto y viendo conmocionado todo el panorama
Ernesto entra al auto, luego hablamos – ordenó Magnus.
Jefe haga caso a lo que le dice – dijo el guarda espalda.
El ruso se fue a revisar a su compañero.
Déjame yo me encargo – dijo Magnus.
En ese momento el guarda espalda cayó en cuenta de que la situación había sido salvada por aquel muchacho que en su momento pensó sería como un marica más que subía su jefe al auto.
Aún tiene pulso vamos inmediatamente a la casa – dijo Magnus.
Ambos ayudaron a mover al hombre al asiento del copiloto, pesaba demasiado.
Te ves flaquito y debilucho, pero tienes fuerzas – dijo el hombre un tanto inentendible.
No sabes lo que puedo hacer – respondió Magnus.
El ruso comenzó a manejar reemplazando a su hermano, al cabo de unos pocos minutos llegaron a una hermosa casa que estaba en una pequeña colina, custodiaba por varios agentes de seguridad.
Entraron a la cochera e inmediatamente los recibieron dos agentes.
He sufrido un atentado- informó Ernesto- Aseguren toda la casa, no quiero que nadie entre – ordenó .
Uno de los agentes, dio las indicaciones por la radio e inmediatamente los demás que estaban afuera se pusieron más alerta.
Ayuden a bajarlo y llévenlo a una cama – dijo Magnus – Ernesto llama a una ambulancia, este hombre necesita atención médica urgente
Todos se movieron rápidamente.
Necesito tu kit para extraer balas – le dijo Magnus al ruso.
Pero como sa..
No soy nuevo en esto, muévete – ordenó el chico.
Magnus extrajo las balas del cuerpo del hombre y lo ayudo en lo que sus conocimientos de medicina le permitieron.
Al cabo de un rato llegó una ambulancia a llevarse al hombre herido, posteriormente llegaron los jefes de Ernesto para hablar de lo sucedido.
¿Por qué no dijiste que también estabas herido? – le dijo Magnus al ruso.
No me gustar hospitales, no querer ir en ambulancia – respondió el ruso.
Ven sígueme – le dijo Magnus.
Entraron en la misma habitación donde estaba el otro, momento antes, el ruso se sentó.
Gracias por ayudar hoy – le dijo el hombre.
No fue nada, tenía que salvar mi vida también – respondió Magnus limpiando primero la herida.
Querer ofrecer disculpas, porque pensé mal de ti – confesó el ruso.
¿A sí? – preguntó Magnus.
Primera impresión que tuve de ti, es que eras de esos mariquitas que el jefe acostumbra a llevar – dijo el ruso
¿Pero? – interrogó Magnus.
Pero luego matar a esos criminales y salvar vida mi primo, demostraste, sangre fría y valor – le respondió.
Esto va a doler un poco – dijo Magnus y comenzó a extraer la bala .
El ruso emitió quejidos de dolor, pero se aguantó.
Bueno para ser un mercenario ruso eres muy sentimental no – le dijo Magnus irónicamente.
No confundas, el agradecimiento y reconocimiento de méritos con el sentimentalismo – dijo el hombre.
Magnus comenzó a suturar la herida, el ruso soportaba las puntadas sin decir nada.
Vaya que eres un tipo muy rudo – comentó Magnus.
Te sorprenderías de lo que es capaz el hombre ruso – respondió el hombre – ¿ Por cierto cómo te llamas?
Magnus Larsen – respondió
Yo soy Viktor Ivanof – dijo el ruso.
Para mi eres el ruso – dijo Magnus sarcásticamente – Terminé.
No me gusta que me llamen así – comentó el hombre fastidiado.
En ese momento entró Ernesto a la habitación.
Los estaba buscando – dijo Ernesto.
Magnus estaba curando herida – informó Viktor.
Bueno ya informé respecto a lo sucedido, el ministerio va a tomar cartas en el asunto, y aunque no tenemos pruebas, estamos seguro que esto fue un atentado relacionado al caso que tengo – dijo Ernesto.
Yo lo que necesito ahora es un trago y unos cigarros – dijo Magnus saliendo por la puerta de la habitación sin prestar mucha atención a lo que decía su tío
Viktor, tómate un descanso, te lo mereces – dijo Ernesto y salió.
Ernesto se unió con Magnus en la sala de estar quien ya había encendido un cigarro y servido un trago.
¿Qué diablos pasó ahí? – preguntó sorprendido Ernesto.
Maté a unos cuantos tipos y te salvé la vida – respondió Magnus alzadamente.
Pero joder, afuera no eras el Magnus que conozco – dijo Ernesto tomando un trago.
Lo dices por lo sumiso que me comporto cuando me follas – cuestionó el chico
Por eso mismo. En la cama no eres nada rudo, te vuelves otro – le decía Ernesto bebiendo.
A ver Ernesto, una cosa es el sexo y otra el desarrollo de mi vida, normalmente no soy lo que muestro en la intimidad – enfatizó el chico.
Si, ya me di cuenta – respondió Ernesto.
Solo te pido que no digas nada de esto a nadie, me gusta mantener el perfil bajo – pidió Magnus a su tío.
Descuida, no es la primera vez que compartimos un secreto – dijo Ernesto.
Siguieron conversando algún rato más acompañados de trago y cigarros.
Bueno ya pasando el susto inicial – habló Ernesto – Quiero cogerte
Magnus no se hizo de rogar y se dirigieron a la habitación.
Una vez habiendo cerrado la puerta de la recamara Ernesto tomó a su sobrino y lo comenzó a besar con locura, eran besos profundos.
Cada uno se despojaba de su ropa, Ernesto de su traje y Magnus de su ropa casual hasta quedar completamente desnudo.
Ernesto era un hombre muy conservado para su edad, el gimnasio y el estilo de vida que llevaba le permitían verse bien, abdominales con vientre plano, pectorales no muy grandes pero firmes con ligera capa de vello cenizo al igual que su barba y su cabello, piernas duras en armonía con el resto de su cuerpo.
Magnus se arrodilló y volvió a chupar el pene de su tío continuando con el trabajo interrumpido de hace rato.
Luego se puso de perrito sobre la cama y se abrió bien las nalgas autorizando a su tío entrar.
Ernesto escupió el hueco del chico y comenzó a meter la verga muy despacio hasta que entro toda después de unos segundos.
El juez aumentaba la velocidad cada segundo que penetraba a su sobrino mientras el chico bien quebrado con la cara pegada al colchón disfrutaba de la follada.
Ahora ya no te comportas tan rudo, ¿no putito? – decía Ernesto mientras lo clavaba.
No señor juez – respondía Magnus.
Así le gustaba a Ernesto que le digan en la intimidad.
Me estuviste engañando todo este tiempo, no eras un niño bueno – decía Ernesto.
Perdone señor juez por mentirle – decía Magnus gimiendo.
Cambiaron de posición a piernas al hombro para mirarse mientras follaban, el juez tenía sometido al chico y este disfrutaba
Que tal diferencia en el comportamiento de Magnus en la cama, quien iba a pensar que detrás de ese chico rudo estaba alguien tan entregado y manejable.
Mierda que rico aprietas – le dijo Ernesto.
Ernesto siempre gozaba a Magnus como si fuese la primera vez.
Cada vez que Ernesto tenía enfrente a su sobrino, desnudo y abierto de piernas, recordaba como se lo llevo por primera vez a la cama con solo 16 años, le excitaba poseer jovencitos sumisos y los desechaba, pero con su sobrino era distinto, deseaba a Magnus por el parentesco que tenían, el parentesco que hacía que la relación que tenía con el chico sea prohibida.
Me vengo – avisó Ernesto.
Pero Magnus aun no llegaba al orgasmo y eso que ya tenían varios minutos siendo follado.
Ernesto emanaba bufidos de placer mientras le dejaba la leche adentro.
Después de terminar Ernesto se quedó dentro de Magnus besándolo, e incomodándolo.
Como que ya te demoraste – dijo Magnus.
Déjale un ratito más – decía jadeando Ernesto.
Ya me enfrié – contestó aburrido Magnus.
¿Pero cómo? si no has terminado – preguntó el hombre.
Precisamente por eso, no he terminado y tú ya te corriste – dijo Magnus un poco irritado.
Vale, vale, espérame unos minutos y te doy un segundo round – soltó Ernesto.
El hombre se levantó y tomó una toalla y se limpió la verga pasándole a Magnus que también hizo lo mismo.
Estuvo igual de bueno como siempre – dijo Ernesto quien se acostó a su lado .
Bueno para ti y excitante porque soy tu sobrino – dijo Magnus.
Considérate afortunado, de no ser así te hubiera cogido solo una vez y ya – dijo Ernesto soberbiamente
A Magnus no le hizo gracia escuchar eso y su ego comenzó a hablar.
¿Afortunado yo?, ¿Por qué tú me cojas? – dijo Magnus – El que se debe considerar afortunado debes ser tú. Es decir, debe ser un poco complicado encontrar a alguien que le gusten los de tu edad; mientras todos quieren jóvenes, solo un pequeño sector los busca maduros y considerando que lo primero que ven en ti es tu dinero pues se me hace muy triste que te lleves a la cama a alguien sabiendo que tu billetera lo convenció para que se acueste contigo. Sin embargo, yo lo hago gratis - soltó Magnus con soberbia
Ernesto se puso rojo. Magnus lo dejo sin palabras, pero esto aún no acababa.
Además, eres muy afortunado pues el secreto que guardas con tu sobrino, de como te lo follaste cuando tenía 16 años nunca saldrá a la luz, destruiría tu matrimonio, tu familia y tu trabajo – agregó el chico.
Magnus encendiendo un cigarro se levantó de la cama.
¿Ahora quién es el afortunado? – preguntó retóricamente echándole el humo del cigarrillo a Ernesto.
¿Me estas amenazando? – preguntó Ernesto.
Sabes que nunca lo haría, pero es bueno que tengas en cuenta eso, para cuando se te suba el ego – respondió el chico poniéndose el bóxer.
Vale vale, me pasé con lo que dije – reconoció Ernesto
Magnus caminaba hacia la puerta.
¿A dónde vas? – interrogo su tío.
A ver al ruso – respondió el chico.
¿Para qué? – dijo Ernesto.
Necesito que alguien me saque la calentura, y se le nota un buen bulto en el pantalón – contestó Magnus.
Estás loco, te prohíbo que te acuestes con él, tú solo eres mío – exclamó Ernesto.
Magnus se acercó a su tío.
Yo me acuesto con quien se me dé la gana, tu no me prohíbes nada, tiito – dijo Magnus dándole un beso en los labios y dejando a su tío sin palabras.
Magnus salió de la habitación riendo por lo que le había dicho Ernesto, verdaderamente lo había bajado de su nube, además se lo merecía por creerse propietario del chico pues eso le molestaba a Magnus.
Se dirigía otra vez a la cocina para coger algo frio para tomar, aún estaba muy caliente, pensó en ir a ver al ruso, pero consideró que no era prudente por la situación.
Posteriormente fue a la sala de estar y encendió el televisor para ver alguna película, verdaderamente la noche estaba muy aburrida, pero sería mejor quedarse a pasar la noche.
Tomó su celular y envió un mensaje a Aren avisándole que ya no era necesario que lo vayan a recoger, dejo el celular y se desconectó de las redes por un rato.
Puedo ver la película contigo – preguntó el ruso acercándose.
Magnus dirigió su atención al hombre quien estaba sin camiseta dejando ver su cuerpo grande, ancho y lampiño.
Claro, no hay ningún problema, recién empieza – contestó Magnus sonriendo.
Viktor se sentó y el chico le ofreció un cigarro.
No deberías fumar mucho – le sugirió el ruso a Magnus tomándolo
Magnus le ofreció fuego también.
Lo tomaré en cuenta – respondió Magnus.
Ambos guardaron silencio y se pusieron a ver la película.
Al cabo de unos treinta minutos el ruso se puso de pie intempestivamente.
¿Qué pasa? – preguntó Magnus.
No entender la película, mejor voy por un trago – respondió el ruso.
Tráeme uno para mí por favor – pidió el chico.
Rápidamente Viktor regresó con dos vasos de whisky, le dio a Magnus el suyo.
Te molestaría si cambio de película – preguntó el ruso.
¿Enserio no la entiendes? – interrogó el chico.
No, porque no le presto atención– respondió Viktor.
¿Por qué? – volvió a preguntar el chico.
Porque mis ojos solo te miran a ti – dijo el ruso dándole un sorbo a su vaso.
Magnus sonrió.
Todo el rato estuve mirando tu cuerpo – dijo Viktor – es muy provocador.
Con esas palabras Magnus se comenzó a excitar y no perdió tiempo.
¿quieres ver algo más? – interrogó sensualmente.
Si – respondió inmediatamente el hombre.
Magnus se puso se puso de pie dándole la espalda a Viktor y muy sensualmente se quitó el bóxer que traía.
Tú tienes un hermoso trasero – dijo Viktor muy excitado por lo que estaba viendo.
Si quieres puedes tocar – le sugirió acercándose.
Viktor no perdió tiempo y deslizo sus anchas y ásperas manos por las nalgas del chico haciendo que los penes de ambos se erectaran, luego Magnus se sentó sobre las piernas del hombre sintiendo toda la erección de este en su trasero, asimismo Viktor le tocaba todo el cuerpo.
Fóllame ahora mismo – demandó Magnus muy cerca del oído.
Me encantaría, pero no poder, el patrón…
Me importa un comino lo que diga Ernesto, además yo follo con quien se me da la gana – dijo Magnus con la respiración agitada mientras el ruso le lamia todo el cuello.
Aquellas palabras terminaron por convencer al hombre, quien comenzó a besar frenéticamente a Magnus, dejando a su paso un leve escozor por la áspera barba del hombre.
El ruso de había olvidado de la herida de bala que tenía y con sus dos brazos tenia fuertemente sujetado a Magnus sobre sus piernas. El bulto del ruso cada vez crecía más y Magnus podía sentirlo en todo su trasero.
Voy a chuparte la verga – advirtió Magnus bajando de las piernas de su nuevo amante.
Recorrió con su lengua el cuerpo macizo del rico macho blanco mientras este desabotonaba su pantalón.
Magnus se puso de rodillas en el suelo entre las piernas de Viktor y antes de metérsela a la boca, la contemplo unos segundos; era una rica verga blanca y rosada, grande y gruesa, acompañada de unos vellos completamente pelirrojos, las bolas eran gorda.
Viktor sentado en el mueble abierto de piernas esperaba ansioso la mamada y cuando por fin Magnus hubo introducido aquel manjar dentro de su boca, el ruso dio un bufido.
El chico chupaba con ganas con las manos apoyadas en cada rodilla del ruso, pero al cabo de un rato atorándose con ese rabo sugirió ser penetrado. El ruso se puso de pie y se subió el pantalón, pero sin abotonarse, tomó a Magnus y lo cargo fácilmente en uno de sus hombros llevándoselo a su habitación, una vez dentro lo deposito con consideración en la cama y se deshizo de lo que tenía puesto quedando completamente desnudo.
Aquel hombre parecía un rico vikingo, cabello recortado muy pequeño, barba poblada de color rojizo, alto de metro ochenta, músculos grandes y un abdomen de acero, y aquella verga que era una maravilla botando baba.
Ahora si sabrás lo que hace un hombre ruso – dijo subiéndose a la cama y atrayéndolo hacia él.
Se volvieron a besar y Magnus le comió la verga nuevamente en cuatro sobre la cama, Viktor hurgaba en su ano metiéndole los dedos. Magnus gemía al sentirlos dentro.
Ambos ya no aguantaban más y ya era momento de follar.
El chico se volteó quedándose en cuatro para el ruso, este veía hipnotizado como el ano del muchacho se abría y cerraba botando restos del semen de su tío.
Viktor súper excitado por lo que estaba viendo, comenzó a clavarla haciendo gemir a Magnus de placer y dolor pues el ruso hizo presión hundiendo lo más que pudo su pene hasta el fondo por un largo rato.
Disculpar si en algún momento soy bruto, pero así coger yo a todas las hembras – soltó.
Tú solo cógeme que yo aguanto y disfruto – replicó Magnus dejando escapar alaridos.
Viktor agarró de la cintura a Magnus y comenzó a taladrarlo intensamente, el chico recibía gustoso la verga con el doble de calentura pues no se había corrido con su tío.
El hombre producto del placer decía palabras en su idioma.
Cambiaron de posición y esta vez Magnus lo comenzó a cabalgar brincando salvajemente sobre la verga.
Al cabo de un rato de cabalgata el ruso hábilmente lo tomo en sus brazos y comenzó a penetrarlo alzado de pie el piso, aburridos de esa posición volvieron a la cama.
Magnus con el culo bien levantado y con la cabeza bien pegada a la cama volvió a ser penetrado por su nuevo macho quien presionando la cabeza del muchacho contra la cama se preparaba para eyacular dentro de él tras varios minutos.
Ambos eyacularon emitiendo sonidos de verdadero placer. Terminaron de eyacular y sobre su misma posición de dejaron caer a la cama, Magnus siendo aplastado por el ruso.
Mierda una de las mejores cogidas que me han dado – dijo Magnus agitado y con dificultad.
Cuando quieras, estoy a tu servicio – respondió el ruso agitado y besándole la nuca.
Magnus intento salir debajo de Viktor y este al percatarse se movió y pidió disculpas.
Por fin tío casi me ahogas – dijo Magnus respirando mejor.
Disculparme otra vez – dijo el ruso.
Estuvieron morboseando y conversando por un buen rato.
¿ruso puedo dormir aquí? – preguntó Magnus.
¿Claro, pero y el patrón? – re preguntó
A tu patrón que le den – dijo Magnus riendo.
Al día siguiente Magnus se levantó temprano, pero no encontró a Viktor a su lado, se dio una ducha y salió con la toalla anudada hacia la habitación de su tío, entró, pero tampoco estaba él ahí, así que aprovecho para ponerse su ropa.
Salió de la habitación y al bajar por las escaleras encontró a su tío regañando a Viktor por haberse acostado con Magnus, él solo escuchaba y se disculpaba.
A Magnus no le gustó eso y le volvió a dejar en claro lo que le dijo la noche anterior.
Después de intercambiar algunas palabras Ernesto ordenó a Viktor llevar a Magnus a su casa y así lo hizo.
Viktor se sorprendió que alguien de la clase de Magnus viviera en un lugar como ese, pero no dijo nada.
Gracias por traerme – dijo Magnus.
Es un placer – respondió Viktor.
Despidieron no sin antes intercambiar números de teléfono, entró a la casa y no había nadie o eso pensó Magnus pues André salió de su cuarto corriendo a abrazar a abrazarlo ya que estaba asustado por estar solo.
¿Dónde están todos? – preguntó Magnus.
Se fueron y me dejaron solo – respondió el niño.
Que hijos de puta – dijo Magnus sacando su teléfono.
Llamó a Aren, ql gordo y a chucky, pero nadie respondía, en la tarde tenía que salir y no quería volver a dejar solo al niño, así que no lo pensó dos veces y llamo a Antonio.
Al responder, lo saludó de una manera fría, Antonio quería sacarle conversación, pero era inútil.
Iré al grano – dijo - me he hecho cargo de mi sobrino por causas de fuerza mayor y no puedo quedarme con él en la tarde para ir a la universidad, ¿puede quedarse en tu casa? – preguntó
Claro no hay ningún problema – contestó Antonio sin dudarlo.
Perfecto en un rato lo estoy llevando – dijo Magnus y cortó la llamada.
El día transcurría normal, hasta el momento no habían soltado otro video, aunque Magnus no sabía si eso era un alivio o no, pues ya era la comidilla de todo mundo en la universidad, lo que si se debía de asegurar que no involucraran a Antonio, y tendría que hacerlo cuanto antes.
Se volvió a cambiar de ropa y también ayudo a vestirse a André.
Ahora si te ves decente, menos mal te compré ropa – le decía Magnus al niño.
André solo lo miraba sonriendo.
Ya para la una de la tarde se disponían a salir, pero había un problema, las motos no estaban, Aren y sus hermanos de las habían llevado, no obstante, la camioneta aún estaba ahí solo busco las llaves y se pusieron en marcha.
André, te voy a dejar en un lugar donde vas a jugar con amiguitos, pero quiero que te portes bien con las personas que te van a cuidar – le dijo Magnus al chico mientras manejaba.
¿Y tú a donde te vas? – preguntó el niño asustado
Yo me voy a estudiar y no puedo llevarte conmigo – contestó Magnus – ¿Me prometes que te portaras bien?
Si papi está bien – respondió André.
Al llegar fue recibido por el mismo Antonio, le presento a André y le contó un poco de él, pero no la historia completa.
Antonio ordenó a la niñera que se llevara al niño y así lo hizo.
¿Cómo estás? – preguntó el profesor.
Bien – respondió secamente Magnus.
Perdóname por favor, no quise…
No quiero hablar de eso ahora – dijo Magnus interrumpiéndolo – Pero si de algo te sirve ya estoy moviéndome para encontrar al responsable y evitar que te perjudique.
Dale mis saludos a los niños – Finalizó.
Magnus terminó de decir aquello y subió a la camioneta y se fue, Antonio se quedó parado con las palabras en su boca, y sintiéndose culpable.
Ahora se dirigía a su reunión con Sergio, al llegar a la universidad pregunto por el en la puerta y le dijeron que ya se había ido, entonces lo llamó.
Como no se me ocurrió llamarlo antes - pensó
Al contestar Sergio no le respondía.
Siguió su camino y fue al baño donde se lo encontró por primera vez, se venía orinando por todo el camino y al entrar pudo escuchar ruidos de piel chocando con más piel.
Se acercó sigilosamente en un cubículo y subió al inodoro, levando la cabeza y su casi nula sorpresa era Sergio quien se estaba cogiendo a una alumna.
Vaya, vaya, señor Andrade – dijo Magnus llamando su atención.
Sergio y la chica levantaron la mirada, la alumna quiso salir huyendo en ese momento, pero el hombre no se lo permitió.
Ni creas que te vas a ir tu sigue – le ordenó Sergio a la chica .
Pero ..
Pero nada perrita, tu sigue que yo termino de conversar con él – le ordenó Sergio.
¿Larsen que necesitas? – preguntó mientras penetraba a la chica.
Creo que habíamos acordado algo – respondió Magnus.
Oh cierto, lo olvidé – respondió falsamente Sergio – Lo culos me hacen olvidar cosas – agregó dándole una palmada a la chica.
Eso veo – dijo Magnus un poco irritado.
Él sabía que Sergio se estaba haciendo el muy interesante.
Pero le conviene a tu billetera recordarlo – contestó Magnus.
Tienes razón, ahora lo tengo un poco más claro – dijo Sergio.
Te espero en la cafetería, iré a tomar algo en lo que termias – dijo Magnus bajando del inodoro.
El chico sacó su pene y comenzó a orinar.
¿No te quieres quedar a ver? – interrogó Sergio sarcásticamente – Me excita que me miren.
Disculpa, pero prefiero el sexo gay – respondió Magnus y salió.
Pasados unos minutos Sergio envió un mensaje al chico que decía:
“Ve a verme a la siguiente dirección: Calle Guardia Real 986”
Hijo de puta – dijo Magnus cabreado.
Se levantó y se fue.
DISCULPEN POR LA DEMORA Y MIL GRACIAS POR ESCRIBIR DANDOME ANIMOS.
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