Bajo Mundo II

Finalmente Magnus se comenzó a comer aquella verga, el receptor de la mamada se estremeció de placer. Mientras Aren golpeaba su verga en el ano de Magnus, este sacaba más el culo hacía atrás, como si de un acto reflejo se tratase.

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Joder, antes a este tipo de gente solo la utilizaba para follar y ahora les estoy haciendo favores, menudo idiota te puso esta noche Magnus – se dijo así mismo en voz alta y encendiendo un cigarro con evidente nerviosismo.

A decir verdad, todo esto había puesto nervioso a Magnus, nunca había estado en una situación similar, una cosa era aprenderlo con las clases de Krav Maga y otra era ponerlo en práctica, el chico de ojos avellana, arriesgó, pero ganó.

Sentado en una silla en la mesa de madera, se bebió una cerveza que estaba a medio terminar, los hermanos que estaban dentro no habían acabado.

Se puso de pie y se dirigió al baño, se miró en el espejo y era lo único que lamentaba en ese momento, ver su cara inflamada por los golpes, saco unas cremas que tenía entre sus cosas y se las aplico, previo a eso se volvió a recoger el cabello.

Una vez refrescado por el agua en su rostro salió del baño y se topó con la realidad, toda la casa estaba hecho un desastre, claro que desde que entro por primera vez todo se veía desastroso, pero ahora considerando que dormiría ahí y el hecho que era un amante de la limpieza en los espacios que el habitaba, pues si le chocaba.

Odiaba tener que hacer cosas por esa gente y mucho menos a personas que no consideraba de su clase, porque valgan verdades, Magnus se acostaba con cualquier hombre que le gustara, pero de ahí a tener algún tipo de amistad o hermandad con ellos, había mucha diferencia, pero aun así se puso a ordenar aquel chiquero.

Comenzó por la cocina de la cual llenó 2 bolsas grandes de basura, limpió absolutamente todo, hasta las cosas podridas de la refrigeradora, prosiguió con las pseudo habitaciones, limpio absolutamente todo, pero en una de ellas se había encontrado al hijo de Aren que aun dormía.

No creo que lo hayan secuestrado – dijo Magnus en voz alta y se rio.

Continúo limpiando ordenando todo, hasta la habitación del Chucky la había limpiado, tenía que dejar todo bien limpio, finalmente fregó los pisos, terminando todas las labores como a las 8 de la mañana.

El chico no pegó el ojo toda la noche, pero a pesar de ello no tenía sueño y aprovechó para asearse completamente, se desnudó dejando su ropa sucia en la entrada del baño y se colocó debajo del chorro de agua helada, saco varios productos de cuidado para la piel, es por ello que su piel era suave y tersa, y muy blanca, se lavó el cabello también, el cual estaba muy sucio.

Los rayos del sol ya alumbraban con fuerza, pero los hermanos aun no regresaban, el chico pensó que era lo mejor para así no verles la cara, así que se dispuso a vestirse para salir de ahí lo antes posible.

Estando a nada de abrir la puerta para salir, una pequeña voz llama su atención.

Papá – dijo el hijo de Aren.

Demonios – dijo Magnus, No soy tu papá, soy un amigo .

Tengo hambre – únicamente respondió el niño.

¿Cómo te llamas? – pregunto Magnus.

Me llamo André – respondió el niño.

Y ¿tú? – interrogó André.

Yo soy el tío Magnus, soy un amigo de tu padre – respondió el chico acercándose al niño y agachándose para estar frente a él.

¿Dónde está mi papá? – volvió a preguntar el niño tallándose los ojos.

Tu papá tuvo que irse a trabajar, ahora vuelve a la cama que yo ya me iba – le contesto Magnus.

Pero ya no tengo sueño y además tengo hambre, ayer no desayuné – dijo el niño esta vez mas despierto.

Magnus se acongojó por eso y se maldijo porque a veces tenía ciertos periodos de sensibilidad.

Bueno, aquí no hay nada que comer así que tenemos que salir fuera, pero antes báñate que no me gusta llevar niños cochinos conmigo – le dijo Magnus a André.

Pero no me se bañar solo – dijo el niño.

Pues tendrás que aprender – respondió Magnus poniéndose de pie.

Bueno – solo atinó a decir el niño tiernamente.

Okey chaval, vamos yo me quedo en la puerta mirándote a ver si lo haces bien - dijo Magnus volteando los ojos.

Magnus buscó unos cigarros y acompaño al niño a la ducha, pero él se quedó vigilándolo desde la puerta.

No te molesta si fumo verdad – le pregunto Magnus de una manera sarcástica.

No, aquí lo hacen todo el tiempo – respondió el niño tiritando por el agua helada.

El niño solamente se mojó todo el cuerpo y salió de la ducha.

Hey a donde crees que vas – pregunta extrañado Magnus.

Pues ya me bañé – respondió el chico.

Con razón te ves todo mugroso niño – afirmo Magnus riéndose.

No soy mugroso – le reclamo André haciendo puchero.

Mírate si lo eres, así que regresa ahí y toma esto – decía Magnus regresando con los mismos productos que el usaba para bañarse.

El chico volvió a la ducha a regañadientes e hizo todo lo que Magnus le ordenaba.

No olvides entre las pompis y tu pene – le aconsejó Magnus mientras fumaba.

Y así lo hizo el niño.

Ya vez ahora si estas limpio – dijo Magnus.

Ve a cambiarte – le ordenó.

¿Me ayudas? – pregunto el niño mirándolo a los ojos.

Magnus no se pudo resistir, muy en el fondo su bondad le ganaba.

Espera échate esto por todo el cuerpo – dijo Magnus echando una crema corporal por el cuerpo del chico.

Posteriormente a ello, Magnus busco algo de ropa para el niño, pero no encontró nada nuevo, todo era viejo y unos zapatos muy desgastados.

Magnus se puso perfume a ambos y salieron.

Y ahora como nos vamos – pregunto Magnus.

Mi papá siempre me lleva en su moto – respondió el chico.

No sería mala idea – afirmó Magnus con una sonrisa de oreja a oreja.

Fueron directo a la cochera que estaba alado de la casa, y tomaron la moto de Aren, se colocaron los cascos y salieron de ese lugar.

Sujétate bien – le grito Magnus al niño.

Sí, mi papá me dice lo mismo – respondió André.

Rápidamente llegaron a un centro comercial, y fueron directo al patio de comidas.

¿Qué quieres comer? – pregunto Magnus al chico.

Puedo pedir lo que quiera – interrogo el niño incrédulo.

Si niño, lo que tú quieras – respondió Magnus aburrido.

Quiero una pizza grande para mí solo – manifestó André.

Okey dame un momento, ahora vuelvo – se levantó diciendo el chico.

André miraba ansioso hacia donde estaba Magnus, tenía miedo de estar solo, aquel miedo tan natural que teníamos de niños todos.

Finalmente, tras una breve espera Magnus llego con una pizza grande y dos Sodas.

Wao, nunca me había comido una pizza, gracias – exclamo el niño contento.

Unos metros más allá, en una mesa para dos, se sentó un hombre misterioso, estaba vestido con una sudadera negra y un pantalón plomo, gorro y gafas oscuras, automáticamente captó la atención de Magnus.

Mientras el niño comía desesperadamente la pizza, por encima de él, Magnus miraba al hombre buscando cruzar con su mirada, pero el otro al parecer no se daba cuenta, sin embargo, tras unos segundos más, ambos de miraron, el hombre de negro le regalo una sonrisa, dándole luz verde para el coqueteo.

Magnus sorbía de manera sensual, gesto que hizo al otro entrar en más confianza y con la cabeza insinuarle ir a los baños.

Magnus asintió.

André, se bueno y quédate aquí un ratito solo, yo me voy al baño, no me demoro – le dijo Magnus al niño.

Ujum – respondió André con la boca llena sin prestarle mucha atención.

Rápidamente Magnus se puso de pie y se dirigió al baño, siguiendo al hombre quien se perdía en la entrada del mismo.

Una vez dentro ambos estaban frente al lavabo mirándose en el espejo.

¿De quién huyes? – cuestiono atrevidamente Magnus.

El hombre sonrió y se quitó los lentes dejándolos a un lado.

De mi destino, tal vez – declaró el hombre con un español no muy nativo.

Aquel hombre tenía rasgos asiáticos, aunque ciertamente por el porte no lo parecía, pues era mucho más fornido y de piel no tan clara como normalmente son los de dicho continente.

Ver el rostro del hombre, hizo que la piel de Magnus se erizara, su cara emanaba frialdad, su mirada y la forma de sus ojos eran enigmáticos, era el hombre con cara de malo que a Magnus le ponía.

Se dibujó una sonrisa en el chico.

No creo que seas de los hombres que huyen de su destino – respondió Magnus secándose la mano con un papel toalla.

Kim Dai, un placer – exclamó el hombre asiático

Magnus, el placer es todo mio – respondió extendiéndole la mano.

Ambos se quedaron con la mano extendida, sonriendo lujuriosamente y mirándose fijamente.

Después de unos largos segundos de estar embobados Kim Dai lo atrajo hacia él, quedando muy pegados el uno del otro, el asiático que le ganaba en tamaño y en cuerpo lo tomo por la cintura y lo beso, beso que Magnus correspondió muy apasionadamente.

Ambos restregaban sus erecciones y Kim Dai colocó su mano en el trasero del muchacho tocándolo.

Sentí como una electricidad recorría mi cuerpo desde que te vi – dijo Kim Dai entre besos.

Una electricidad que te estremecía y no sabías en donde comenzaba y donde terminaba – aporto Magnus. Sentí lo mismo – termino diciendo.

Magnus sigilosamente hizo que el asiático se colocara de espadas al espejo y se arrodillo, con eso el hombre ya sabía que pasaría.

La erección de Kim se levantaba en el jogger que traía, y la tocaba con lujuria.

Definitivamente Magnus sabia como tratar un hombre, con el simple hecho de saberlo tocar y la forma en que lo hacía, Kim estaba deseando con todas sus fuerzas que comenzara la mamada, pero Magnus lo estaba haciendo esperar un poco antes de comenzar a chupar.

Magnus bajo los pantalones de Kim y dejo al descubierto la verga del muchacho, no era una verga grande como la del Chuky, en tamaño posiblemente sería igual al gordo, aunque tal vez menos, pero era gruesa, si bien es cierto a Magnus le gustaban las vergas grandes, con esta iba a hacer la excepción, pues muy al margen del tamaño de la polla, aquel hombre le ponía bien cachondo.

La verga era de color más oscura que el resto de piel, cubierta con una mata de ricos vellos púbicos que lo hacían lucir más apetitoso.

Magnus jugaba con la verga babeando de Kim, con su lengua recogía el líquido preseminal de la uretra del hombre, y le daba pequeños lametazos, lo cual era una tortura para él, ya que se moría de ganas de recibir la mamada.

Y cuando finalmente Magnus se comenzó a comer aquella verga, el receptor de la mamada se estremeció de placer, no les importaba si alguien entrara y los descubriera, la adrenalina del acto no los dejaba pensar.

Mientras Magnus hacía la mamada a su ritmo, se masturbaba lentamente, pero al pasar unos minutos, el enigmático hombre tomó el control, tomó del cabello al chico y comenzó a follarle la boca hasta el fondo.

La maestría de Magnus hacia que no se ahogara y con la baba que caía de su boca se masturbaba frenéticamente.

El hombre solo bufaba, por escasos momentos Magnus tomaba aire, pero de inmediato volvían a la carga, con una mano en la cabeza y la otra en el mentón, Kim Dai hacia comer lo más que pueda de su verga, la cara del chico se enrojecía.

Tras unos minutos así, una voz por el parlante los desconcentró.

Tío Magnus ven a buscarme al departamento de seguridad, estoy perdido – decía André por el parlante.

Por favor el pariente del niño André acercarse al departamento de seguridad – termino diciendo un hombre y corto el comunicado.

Magnus se puso rápidamente de pie.

¿Qué pasó? No me dejes así – le reclamo Kim Dai con la verga aun erecta y llena de babas.

No escuchaste, el niño me está buscando – respondió Magnus lavándose la cara.

Pero quiero cogerte – dijo – ¿Tú qué opinas amiguito? – pregunto a su verga haciendo una voz cómica.

Lo siento enserio, me encantaría poder terminar todo esto, pero si pierdo al niño me matan – dijo arrodillándose.

Limpio la verga de sus babas, con todo y bolas, las dejo limpias y secas, finalmente subió el pantalón del hombre.

Se dieron un último beso.

9-4-7-8-5-6-8-7-5 – dijo su número de teléfono en alto y salió.

Memorizado – le gritó Kim Dai

Magnus fue a buscar al niño y lo recupero.

Te dije que te quedaras ahí, ¿Por qué? no me hiciste caso – interrogaba Magnus mientras iban de la mano al estacionamiento.

Me asusté mucho porque no regresabas – respondió André.

Bueno ya está, vámonos a casa – dijo Magnus cortando la conversación.

Eran las 12 del mediodía cuando ambos llegaron a casa.

Nada más entrar, Magnus fue emboscado por Aren y arrinconado contra la pared.

La próxima vez que te lo lleves sin dejar alguna nota, te mato.

Papá, no le pegues – decía André empujando a su padre.

Magnus rápidamente se liberó, sacó un cigarro y lo prendió.

Ahora si te preocupas por él – dijo calando el cigarro. Y aun así ayer no desayunó – continúo diciendo soltando el humo en la cara de Aren.

Aren iba a decir algo, pero guardo silencio

Además, que te hace pensar que voy a volver a llevármelo, yo me largo de aquí – dijo Magnus tomando sus cosas.

Ya era hora – dijo Chucky.

No, tío Magnus no te vayas, quédate y llévame a pasear y comer, mi papá no lo hace – decía el niño rogando.

Lo que André dijo, hizo poner la piel de gallina a todos.

No te voy a decir como criar a tu hijo, pero préstale más atención, si no quieres que termine como nosotros - dijo Magnus retirándose y cerrando la puerta tras de sí.

Ni bien se cerró la puerta Aren golpeó la pared con todas sus fuerzas.

Marco alias el gordo se posiciono detrás de su hermano.

Debí matarlo – exclamo Aren .

Lo mismo te decía yo – dijo el chucky desde su cama . Si quieren voy y lo quemo ahorita – sugirió.

Marco le lanzo una mirada fulminante.

No niegues que te atrae – dijo Marco en voz muy baja.

Que no soy maricon – respondió Aren de la misma manera.

Joder tío y quien ha dicho que lo eres, solo te atrae y ya – dijo el gordo.

Nunca debiste traerlo – agregó Aren.

Eso es lo de menos ahora, ve y búscalo – recomendó el hermano.

Aren alentado por aquellas palabras salió a buscar a Magnus.

Lo que faltaba, un hermano Maricon – decía Chucky disgustado.

No vengas con idioteces, bien que, en la cárcel, te cogías a algunos presos – le contesto Marco.

Tú mismo has dicho en la cárcel – afirmo el chucky.


Aren persiguió en la moto a Magnus hasta una autopista.

Sube – ordenó Aren estacionándose al lado de Magnus.

Olvídalo – respondió Magnus prepotente.

Sera la última vez que me veras, después de esto, si quieres luego te vas – dijo Aren.

De acuerdo – solo contesto Magnus.

Aren manejó a toda velocidad hasta el descampado donde conoció a Magnus.

Para que nos has traído hasta aquí – pregunto Aren .

Aquí empezó y aquí debe terminar, o talvez sería otro nuevo comienzo – respondió Aren quitándose solo las prendas de arriba dejando al descubierto su tatuado cuerpo.

No te queda el ser enigmático – dijo Magnus irritado .

Has lo mismo que yo – exclamó Aren - Una última pelea y se decide todo – asuntó.

Magnus decidido a terminar con todo esto, hizo caso.

El fuerte viento y la arena arreciaba, el sol estaba a punto de ocultarse, y el contraste de sus siluetas con el sol daba una impresión de película.

Tras unos minutos de pie Magnus cayó al suelo, pero solo porque perdió el equilibrio.

Ahora he confirmado porque he tenido muchas consideraciones contigo – dijo Aren extendiéndole la mano para levantar a Magnus.

Magnus aceptó la ayuda.

No me interesa, ahora si déjame en paz – dijo Magnus yéndose en dirección a sus cosas.

Te gusto, como tú me gustas a mí – grito Aren.

Ahora me he dado cuenta, generaste en mí una atracción desde el primer minuto, eres rudo, determinado, inteligente, no tienes miedo de nada – Exclamo eufórico Aren.

A mí me gustan varios – respondió sarcásticamente Magnus.

Pero ninguno como yo – le contestaba Aren pegándose en su tras.

Magnus no decía nada, automáticamente cuando sentía la presencia de un verdadero macho bajaba su defensiva.

No niegues que también te prendo – dijo Aren muy bajo en el oído de Magnus y metiendo su mano debajo del joger del joven.

Aquella mano se perdió entre las nalgas del joven, tocaba y amasaba, la sangre de Magnus comenzó a hervir por la calentura.

Aren saco su mano y chupo un dedo, el cual posteriormente introdujo en el ano de Magnus quien automáticamente hizo el culo hacia atrás ligeramente.

Muero de ganas por hacerte mio desde hace horas – susurro Aren.

Tus ganas – dijo Magnus.

Aren sonrió victoriosamente y saco el dedo del interior del chico y lo volvió a chupar.

Sabe delicioso – comento Aren.

Ambos se vistieron, subieron a la moto y se pusieron en marcha.

Aren condujo unos pocos minutos más y llegaron a una casa que tenía un aspecto de guarida.

Todo se veía como un chiquero, pero eso no importaba pues nada más entrar se comenzaron a besar desesperadamente, no les importo siquiera lo sucio que estaban, simplemente se dejaron llevar como animales salvajes.

Muy rápido se despojaron de sus prendas quedando completamente desnudos dejando al descubierto las anatomías de sus exquisitos cuerpos.

Arrodíllate – dijo Aren.

Magnus automáticamente le hizo caso.

Cómeme la verga a tu gusto – ordenó Aren.

Magnus comenzó a introducirse todo el miembro de Aren hasta llagar a la garganta, era un maestro en hacer garganta profunda, eso volvió locos a los hombres.

O joder – dijo Aren sintiendo un espasmo.

La vista era preciosa Aren miraba desde arriba a Magnus quien de rodillas y mirando a su amante con lágrimas en los ojos tenia todos los 20 cm del macho incrustados en la garganta.

Que buena hembrita eres – decía Aren restregándole la verga por todo el rostro.

Magnus solo suspiraba y movía el rostro en todas las direcciones para sentir la verga por todos lados.

Aren era un afrodisiaco para el chico, no era para nada feo pero lo que le llamaba la atención era su forma de ser y sus tatuajes por todo el cuerpo, si antes era sumiso con algún macho, esta vez lo era mucho más.

Estuvieron dándole a la mamada como por quince minutos, tiempo suficiente para que la mandíbula del chico este súper cansada.

Cógeme, ya – dijo Magnus.

Voltéate – le Ordeno Aren.

Magnus no perdió el tiempo y buscó la forma de acomodarse en una cama vieja, en posición de perrito dejo a la vista su blanco trasero y rosado ano.

Magnus esperaba y Aren se relamía acercándose masturbándose.

Nunca había visto un ano tan rosadito – dijo Magnus tocando las nalgas del chico.

Son todas tuyas papi – atinó a decir Magnus en un tono muy morboso.

Mientras Aren golpeaba su verga en el ano de Magnus, este sacaba más el culo hacía atrás, como si de un acto reflejo se tratase.

Métemela ya – ordenó Magnus.

Aren despacio lo tomo del cabello y lo levantó y en un todo casi susurrante dijo:

En el sexo las ordenes las doy yo, tu hoy eres mi hembra, posteriormente le lamió toda la cara.

Magnus regreso a su posición inicial y Aren se agachó quedando frente a lo que segundos después se iba a comer.

Pasaba la lengua sintiendo el sabor del ano del chico, sabia un poco sudado, pero el mal olor era casi imperceptible por el cuidado a su cuerpo que el chico realizaba.

Las vergas de aquellos hombres babeaban, una por entrar a la cavidad anal y la otra por sentir todo el placer que una penetración puede dar.

Fueron varias las sensaciones que Aren le hizo sentir a Magnus con el beso negro, el ano palpitaba, abriendo y cerrando avisando que ya necesitaba ser penetrado.

Para ser la primera vez de Aren chupando un ano pudo percatarse que lo hizo muy bien pues todo el tiempo Magnus estuvo gimiendo ahogadamente.

Prepárate, te la voy a meter suave, pero no me voy a detener – le avisó Aren.

Aren lanzo un escupitajo en el ano y la empezó a introducir, lento y suave, pero sin detenerse, los gemidos de Magnus comenzaban a ser sonoros.

Finalmente, los 20 cm de Aren llegaron a tope, poco a poco aumentaba la velocidad, y Magnus emanaba gemidos bastante altos que alentaban a su macho a moverse más fuerte y tomándolo del cabello lo taladraba como si su vida dependiera de ello.

Lo penetraba mientras Aren le decía cosas bastante calientes y lo nalgueaba.

Soy tu macho y tú eres mi hembra –le decía.

Si papi, soy tu hembra, soy tuyo – le decía Magnus.

Magnus era tan sumiso que permitía que le dijeran eso, pero solo en la cama, pues fuera de esos terrenos desprendía masculinidad y virilidad.

Follaron por más de una hora, la cama estaba empapada de sudor y finalmente el orgasmo llegó cuando Magnus cabalgaba a Aren.

Toda la fuerza y los movimientos Magnus los había concentrado en su trasero, y lo cabalgaba haciendo twerking, tras unos minutos más, ambos eyacularon, Aren dentro de Magnus y este en el abdomen del activo.

Los sonoros bufidos de placer de ambos hombres se escucharon hasta la calle y no pasó desapercibido para alguien que pasara por el lugar.

Aquella persona que se percató de ello sigilosamente se asomó para averiguar lo que pasaba adentro.

Adentro aún continuaban los amantes con lo suyo.

Magnus se levantó cuidadosamente dejando un vació en su ano, comenzó a limpiar con su boca los restos de semen de la verga de su hombre, lamia las bolas y el pubis llenos de pelos hasta dejarlas sin ningún fluido, posteriormente siguió un camino resto con su lengua hasta recoger su propio semen y tragárselo.

El espectador de afuera se sintió asqueado mientras grababa con su celular toda la escena.

Te gustó – preguntaba Aren mientras se secaba el sudor de su rostro.

Estuvo bien – contestó Magnus tomando un cigarro.

Según como gritabas mi nombre, estuvo más que bien – agregó Aren.

Pequeños detalles – respondió Magnus

Magnus le dio el cigarro Aren y se puso de pie.

¿A dónde vas? – pregunto Aren extrañado.

Creo que ya es hora de irme – respondió Aren.

Quédate – se escuchó decir a Aren.

No pretenderás que después de esto vivamos como marido y mujer - dijo Magnus sarcásticamente y riéndose.

Te lo diré por una única vez, sino quieres después de eso te puedes largar – Aren mal humorado y serio decía.

Magnus volteo los ojos restándole importancia a lo que dijo el otro.

Aren se dio cuenta del gesto y en un movimiento brusco, atrajo hacia la cama al muchacho y quedo encima de el con un brazo en el cuello asfixiándolo levemente.

Me atraes hijo de tu puta madre y me gustaría que te quedaras conmigo, en mi casa, quiero conocerte y tenerte para mi, acaso no te basta con eso – exclamo Aren con voz gruesa. Además, mi hijo te ha tomado cariño – agregó.

A Magnus le agradaba la idea, había dejado de lado su prejuicio de no emparejar con distinta clase social, pero tenía que hacerse el desinteresado.

Yo, en tu casa, contigo, con tus hermanos – dijo Magnus.

No diré más joder, decídete, sino quieres, lárgate de una vez - sentencio Aren.

Está bien – respondió Magnus desganado.

Ambos hombres se excitaron y se miraron lujuriosamente, había cierta conexión, motivo por la cual no necesitaron decir nada y automáticamente Aren comenzó a penetras a Magnus mirándose fijamente.

El hombre que estaba afuera dejo de grabar y emprendió su camino de regreso no sin antes hacer una llamada.

El chucky quien estaba con su celular grabando mientras se cogía a su gringo en la visita íntima que estaba haciendo, recibió una llamada del Grueso, pero la rechazó, finalmente tras mucha insistencia, contesto después de hacerle una seña de silencio a su joven enamorado.

Espero tengas un buen pretexto para joderme ahora – dijo molesto.

Ya sé como joder a tu hermano – exclamo el otro por el teléfono.

Eso capto totalmente la atención del chucky.

Dime todo lo que sepas – respondió.

Te estoy enviando un video – dijo el hombre y corto la llamada.

El chucky descargó el video y vio que quien estaba ahí era su hermano y Magnus, se alarmo completamente y volvió a llamar al grueso.

Quien más sabe de esto – pregunto el chucky tranquilo.

Nadie más que tu – respondió.

Perfecto con esto lo vamos a joder, tenemos que ir donde el conde, le enseñamos el video y matara a tu hermano, tu sabes así podremos tener el control de la zona y de paso nos vengamos por sus malos tratos – aseguró grueso. Además, tú sabes que no podemos aceptar maricas – agregó

Perfecto, te veo ten el descampado – dijo el chucky.

Te doy 30 minutos, sino me voy sin ti – dijo eufórico

No te preocupes, a partir de hoy tendrás a una mejor vida – dijo el chucky ironizando.

Está bien.

El grueso siendo tan tonto no se percató que el plan del chucky era matarlo, había pisado el palito, puesto que meses antes Aren había ideado un plan para probar la lealtad de sus subordinados.

El plan consistía que el chucky diga a todos que estaba cansado de los malos tratos de su hermano y que lo mejor sería hacer algo contra el para quitarle el poder; obviamente esto se lo dijo por separado a cada uno.

En aquella ocasión todos se negaron, afirmando lealtad a su jefe, pero esta vez, el traidor cayó.

I got to go – dijo el chucky en un inglés de principiante.

Again? Stay with me, please – rogaba el gringo.

Listen, I’ll come back. We’ll be together soon – dijo el chucky con mucho pesar.

Pronto el chucky se vistió y salió rápidamente, si no llegaba a tiempo posiblemente grueso se le adelantaría.


Hasta que al fin llegas tío – dijo el grueso.

Que te hizo cambiar de opinión – pregunto el chucky.

Es que tío, tu sabes que odiamos a los maricones, y no podemos permitir que un maricon sea nuestro jefe – dijo el grueso.

Tienes toda la razón – confirmó el chucky las palabras de su amigo.  - Cómo va tu herida – fingiendo interés preguntó

El hombre con la cicatriz en la cara saco un cigarro y lo encendió.

Te puedo decir una cosa – le consultó el chucky.

Que? – pregunto extrañado el otro.

Hace algún tiempo yo comprendí muchas cosas respecto a las personas, a la vida, se diferenciar quien vale y quien no – decía Franky.

No te entiendo – dijo el otro.

Que no importa si te gustan los hombres, las mujeres o ambos, para mí lo único que vale es la lealtad, y yo a mi hermano no lo traicionaría nunca, por más hijo de puta que haya sido conmigo, lo amo y no me importa si es marica o no – dijo Franky sacando su arma y apuntando al gordo.

Que coño estas haciendo – exclamó el gordo

Joder macho, hemos crecido juntos, tenemos casi la misma edad, hemos jugado juntos en este mismo lugar – le gritó el gordo.

Eso no lo consideraste cuando pensaste en traicionar a mi hermano – mencionó Franky calando el cigarro.

Nos trata mal todo el tiempo y a él no le importa si crecimos con él o no, permitió que el maricon hijo de puta me disparara y no hizo nada – le gritó eso el gordo.

Mira nuestras vidas, hemos recibido millones de disparos y te afecta que alguien te trate mal – dijo el chucky.

No tienes ni la más mínima puta idea – dijo gritando el gordo.

Si la tengo y créeme esto también me duele, pero la traición como bien sabes, se paga con la muerte Aldo – dijo chucky a punto de apretar el gatillo.

Que bueno que me matas diciendo mi nombre y no mi apodo – respondió con lágrimas en los ojos.

Lo único que se escucho fue el disparo cuya bala fue a dar en la frente del hombre, cayendo muerto en un instante.


En todo ese lapso, Aren y Magnus despreocupados habían estado disfrutando del mejor sexo que hayan podido tener, y exhaustos se quedaron dormidos pero interrumpidos por el sonido de una video llamada.

¿Qué quieres? – respondió Magnus enfocándose así mismo.

¿Con quién estás? – preguntó el chucky.

Con una hembrita – dijo Aren acariciando el cabello de Magnus.

Joder, dile a tu maricon, que se ponga a la cámara –  el chucky dijo de mala gana.

Franky no me estés hinchando las pelotas que no soy maricon – dijo Aren molesto

Que se ponga a la cámara joder – gritó el otro cambiando la cámara y enfocando el cadáver de Aldo.

Acabo de matar a Aldo por vuestra culpa, si tan solo se hubieran ido a coger por otro lado, nada de esto hubiese pasado – dijo Franky furioso.

No te muevas de ahí, vamos para allá – dijo Aren.

Rápidamente se vistieron y salieron del lugar.

Al llegar encontraron al chucky sentado frente al cadáver de su amigo de la infancia.

Que se vaya – dijo el Chucky

Pero ..

Vete, toma la moto, esta vez no insistas – dijo Aren acariciándole la mejilla.

Magnus esta vez hizo caso y se fue.

En el trayecto se encontró con el gordo, pero solo cruzaron miradas, ya se había enterado lo sucedido.

Una vez llegado en casa, Magnus recibe un mensaje de texto de un número desconocido.

Dentro de dos semanas, en el mismo lugar, esta vez ven sin golpes en el rostro.

Atte: Kim Dai

Psdt. No respondas este mensaje.


Disculpen mucho por la demora, he tenido mucho trabajo, espero que hayan disfrutado el capítulo.

Escribir a sexualesr@gmail.com para cualquier cosa.