Bajo Mundo

Historia de Magnus quien por casualidades de la vida se ve envuelto en bajo mundo de la delincuencia, lo cual a el no le hace mucha gracia pues no es un criminal, sin embargo le gusta ser follado por ellos.

NOTA:

Este relato es el mismo que “Magnus y Aren : unidos por la delincuencia” solo que ha sido reeditado bajo el nombre de “Bajo mundo” en el cual hace de este primer capítulo más largo y con más escenas para el goce y disfrute de ustedes.


No tendría que estar pasando por eso – decía Magnus mientras caminaba en la plena media noche por la calle.

Habían revelado su más grande secreto, aquel secreto que muchos de nosotros la gente homosexual o bisexual no queremos que se sepa y por ese motivo sus papás lo habían echado de casa.

Lo llamaron de todo, chivo, rosquete, cabro o maricón – como despectivamente les decían a los homosexuales en su ciudad – aunque siempre el prefirió decir o que le digan la palabra cabro, no le gustaba como sonaba la palabra gay u homosexual.

No le importaba el hecho que lo botaran de casa, y bueno tampoco le mataba la idea que se hayan enterado, lo que lo destrozaba por dentro y hacía mierda su mente era que se quedaría sin sus estudios de medicina, al ser sus padres de una posición económica media alta, le pagaban la carrera en una universidad privada, la tercera más costosa de su ciudad, se le hacía un nudo en la garganta por tal motivo, pero nunca soltó sus lágrimas.

Iba caminando por la calle sin rumbo, había salido del distrito ficho de donde vivía, no quería decirle a nadie, ni amigos, ni familiares que lo alojaran por esa noche, ni tampoco tenía pensado ir a un hotel, decisión que lo llevaría por rumbos que él jamás imaginó.

Llevaba caminando buen tiempo, estaba cerca al centro de la ciudad, reconoció la zona, era un tanto peligrosa aseguro la mochila que traía y miro a todos lados, se rascaba la cabeza y al sentir su frondosa cabellera, recordó las frases de su padre antes de echarlo de casa.

Por eso seguro te has dejado crecer el pelo, te quieres volver mujer , fueron las palabras de su padre, que lejos de molestarlo lo hicieron cagar de risa.

Si Magnus se había dejado crecer la cabellera era porque le gustaba la forma de su cabello, ondeado y de color castaño, tampoco estaba tan larga, lo tenía alborotado de 30 cm de largo, pero no era para nada afeminado, al contrario, es un chico bastante varonil, de piel blanca ojos marrones claro, nariz perfilada, delgado, pero no flacucho y en buena forma.

Iba riéndose a carcajadas cuando de pronto una fuerza lo estampo contra la pared de una casa golpeándose la cara.

Dame todo reconcha tu mare – dijo el ladrón presionando el cañón de su pistola en la cabeza de Magnus.

Puta madre – dijo Magnus – Ya perdí causa – dijo.

Magnus no era de usar jergas, pero dada la ocasión le fue necesario.

Saca el celular hijo e’ puta – le increpo el delincuente.

Magnus impotente le dio el I phone 10 que tanto apreciaba.

Quítale la clave – le dijo

Magnus con resignación, lo tuvo que hacer, pensaba en sus videos íntimos donde salía comiéndose buenas vergas.

La mochila – le dijo guardándose el celular en el pantalón.

No causa, no seas frío, ahí está mi ropa – dijo Magnus.

Cállate reconchatumare – dijo el ratero disparando al aire.

Magnus no tuvo de otra que quitarse la mochila, donde estaba su laptop, algunas mudas de ropa y bastante ropa interior y calcetines.

Zapatillas, casaca y polo – dijo el delincuente insultándolo otra vez.

Puta mare – dijo Magnus.

Magnus, más que por sus cosas temía por su vida, a pesar que él no temía al arma pues sabía cómo disparar y todo lo concerniente a ella, también se había inscrito a un curso de Krav maga, aunque recién estaba comenzando prefería no hacer nada, solo se dejó quitar sus cosas.

Lo único que le pudo ver al delincuente fue una cicatriz en la cara y un tatuaje de una rosa a colores en la mano, por otro lado, pudo ver que era de contextura normal, ni gordo ni flaco.

El ladrón lo golpeo en las costillas haciendo que Magnus se arrodille por el dolor y el ladrón se fue, como si nada y caminando.

Magnus se recuperó y cuando volteo a ver el delincuente ya no estaba.

Se quedó apenas en su pantalón color beis pitillo, y nada más, que suerte que el hijo de puta no le haya pedido el pantalón también – se dijo así mismo.

Golpeó la pared de cólera y comenzó a llorar, a soltar todo lo que tenía, con una ira tremenda.

Tras de él se detuvo un auto Nissan Sentra color negro.

Hey, que pasa – dijo un hombre en el auto bajando la luna del copiloto.

Llamo la atención del muchacho.

Soy policía – que sucede.

Magnus sintió alivio y se acercó al auto.

Me robaron el celular, mi mochila con ropa y la que tenía puesta también – dijo Magnus dándose cuenta que en asiento de atrás había un hombre, con esposas.

Los delincuentes son una lacra, mira la cara de imbéciles que ponen cuando se les atrapa – dijo el hombre señalando hacia atrás.

Me dice que es policía, por favor, fue hace poco, el choro debe estar cerca, vamos a buscarlo – dijo el chico.

No puedo, estoy de franco – dijo el hombre.

A Magnus lo le hizo gracia.

Esta de franco, pero deteniendo delincuentes – dijo Magnus.

Es mi pasión – dijo el hombre.

Tombito por qué no le dices que me vas a matar porque me cogí a tu mujer – hablo él que estaba atrás.

El hombre bruscamente tomo su arma, lo amenazo y lo golpeo con la cacha de pistola, haciendo que la frente del sujeto sangre.

No me va ayudar a buscar al choro entonces – dijo Magnus.

No, además lo tienes bien merecido, por andar en la calle a estas horas, debes ser un vago sin oficio ni beneficio que vive de la plata de sus padres – sentenció el hombre.

A Magnus le hirvió la sangre al escuchar eso, si algo que no le gustaba era que alguien le llamara vago, siendo un buen estudiante e inteligente, además.

Hijo de puta  – dijo Magnus.

El hombre que no debía tener más de 40 años, se enfureció e introdujo bruscamente parte del cuerpo del chico por la ventana de copiloto.

Repite lo que has dicho – dijo el hombre.

Eres un tremendo hijo de puta – le dijo Magnus en su cara.

Dicho eso el hombre le tiro un puñete que le cayó en el pómulo, lo soltó y se bajó del auto con la intención de darle una paliza a Magnus, pero inmediatamente tomo el arma que había dejado el hombre tan estúpidamente encima del panel del auto.

Cuando el hombre lo jalo hacia afuera Magnus ya lo estaba apuntando con el arma, el hombre retrocedió.

No me hagas reír mocoso, me vas a matar, si apenas eres un vago que lo único que sabe es jalársela y vivir del dinero de sus padres – dijo el hombre riéndose.

Retrocede y arrodíllate, que créeme se de armas – dijo Magnus.

Tu que vas a saber, mocoso – dijo

Se lo suficiente como saber que en mis manos tengo una Glock 26 calibre 9 mm – dijo el Magnus.

El hombre ya no se mostraba retorico después de escuchar eso.

Bueno muchacho te juzgue mal, dame el arma y haremos como si nada hubiese pasada y te puedes ir – dijo el hombre.

Tú me crees imbécil hacerme creer que no pasara nada después de esto – dijo Magnus.

Soy policía, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir – dijo el hombre.

Que te arrodilles en el piso – dijo Magnus.

No hagas de lo que te puedas arrepentir – dijo el hombre.

Tras eso Magnus disparo al aire, señal de advertencia.

El hombre no hizo caso.

Has disparado el arma de un oficial, y estas interfiriendo en un procedimiento encubierto, tengo que llevarme a esa lacra a la comisaria, te puedes meter en muchos problemas, pero puedo perdonarte si me entregas el arma – dijo el hombre acercándose despacio.

Magnus todo el tiempo estuvo calmado.

Te dije que te arrodillas – dijo Magnus y disparo.

Magnus disparo con una precisión tal, que la bala solo rosó la pierna del hombre, haciendo que este se llevara una mano a la pierna derecha.

Ahora la próxima bala puede ir directo a la rodilla, mira que solo he hecho que te roce, arrodíllate – repitió Magnus con gran calma.

El hombre se arrodilló.

Has disparado dos veces el arma de reglamente de un policía, estas en serios problemas – dijo el hombre.

Arma de reglamento con la serie limada – dijo Magnus.

El sujeto que estaba atrás en el auto, miraba atentamente y riéndose.

Lo que más me jode en este mundo es la gente como tú, doble moral e hipócrita que me dice vago y a las finales resulta ser peor que un delincuente, que porque tiene un poco que poder se cree la gran cosa – dijo Magnus.

Acepto mi derrota, puedes irte y te llevas el arma – dijo el hombre poniéndose ya nervioso.

Ya no te la das de machito conchatumare – dijo el que estaba adentro.

Cállate, hijo de puta que después de esto, te mato a ti y a ti – dijo mirando a Magnus.

Buena suerte – le dijo Magnus y le tiro una patada en la cara – Eso fue por el puñete – dijo.

El hombre cayó al suelo.

Dame las llaves de las esposas – dijo Magnus.

El hombre se las dio.

Quédate ahí o ya sabes dónde irá la otra bala – dijo Magnus dirigiéndose al auto sin perderlo de vista.

Sal del auto – le dijo Magnus.

Magnus metió la llave, liberó una mano al sujeto y dejo la otra para que el solo la libere.

El tipo que bajo del auto medía más o menos 1.70 casi la misma estatura de Magnus, moreno con cabello corto, ancho, daba la apariencia que fuera gordo, pero no era así, pues no tenía nada de panza, su cuerpo era del típico cuadrado, no era guapo, pero tampoco tenía una cara desagradable.

El hombre aún estaba tendido en el suelo.

El delincuente se acercó y lo pateo.

Fue suficiente – dijo Magnus.

Pero no hacía caso.

Suficiente, dije – volvió a repetir.

El hecho que por casualidad me hayas salvado no quiere decir que seas mi jefe – dijo el tipo con voz fuerte.

Lo vas a matar – dijo Magnus calmado.

Un muerto más, un muerto menos, no hace la diferencia – dijo.

Tendrán que matarme, hijos de puta o si no lo hago yo – dijo el policía.

Magnus se agacho y metió la mano al bolsillo del policía para sacar su celular.

Que haces, perro – preguntó el policía

Buscando un salvoconducto – respondió Magnus.

El otro solo miraba, mientras buscada su pistola y su celular en la guantera del auto.

Clave – dijo Magnus.

Jódete – respondió el policía.

Dame la puta clave – dijo pisándole una mano.

7539 – dijo el policía.

Magnus entro a la galería y vio las fotos.

Que guapos están tus hijos, me los cogería a los dos – dijo Magnus.

Maricón asqueroso – dijo el hombre.

Magnus se acercó al hombre con la pistola en la cabeza.

Sí, soy maricón, cual es el problema – le dijo.

La contraseña del privado, aquí no hay nada – dijo Magnus.

Lárgate de una vez – dijo el hombre.

Me voy cuando se me salga de los huevos – dijo Magnus .

6987 – dijo el policía.

Magnus puso la clave y vio todo lo que tenía allí dentro, había varios videos de pornografía infantil, incluido el policía con algunas menores.

Sí que eres un tremendo hijo de puta, mereces morir, pero sabes, quien no ha hecho cosas malas, y yo no soy como tú, un doble moral – dijo.

Yo si lo mataría – dijo el otro.

Pero yo tengo ganas de involucrarme en un asesinato – dijo Magnus.

Haremos lo siguiente, nosotros te vamos a dejar vivo, pero no harás nada contra nosotros después, nunca me viste, y esto nunca paso – dijo Magnus.

El policía los miraba lleno de ira.

Ahora, no te lo estoy pidiendo, porque no tienes otra opción – dijo Magnus – No creo que quieras que te rompan el culo en la cárcel, todos los presos – le termino diciendo Magnus.

Estoy seguro que le encantaría – dijo el otro.

Ah y me llevare tu arma, me gustó y también el auto – dijo Magnus.

Sé que lo quieres matar, pero esta vez déjalo, no me quiero ver envuelto en un asesinato – le dijo Magnus.

Solo porque me salvaste la vida – dijo el tipo y nada más.

Ambos subieron al auto, Magnus de copiloto y el otro manejaba, se fueron y dejaron tirado al policía en plena calle.

Eran las dos de la mañana, había silencio, nadie hablaba, Magnus miraba de reojo al tipo como estudiándolo ya que desde un primer momento había llamado su atención, si algo le excitaba en gran manera eran los tipos con aspecto delincuencial poco agraciados, se volvía completamente sumiso con hombres así.

Cómo te llamas – pregunto Magnus.

Marco, pero me dicen gordo – respondió.

Me llamo Magnus.

Llegando a un descampado, el gordo detuvo el auto.

De verdad eres gay – pregunto Marco una vez estacionado.

Si – respondió Magnus mirando al parabrisas. Pero detesto esa palabra – volvió a decir

Cabro entonces – dijo Marco y rio.

Sí, mucho mejor – dijo Magnus.

Mmm ah ya – dijo el gordo.

Algún problema – preguntó retóricamente Magnus.

Antes que el gordo respondiera, sonó su celular.

Donde estas – dijo alguien por el teléfono.

Hermano, estoy en el descampado, tú ya sabes cual, estoy en un auto, necesito que vengas – dijo el gordo.

Primero sacare a orinar al perro – dijo el hermano.

El perro ya orinó – respondió el gordo.

Aquello era como una clave para cuando alguno estuviera en peligro.

Joder, estas con alguna puta seguro – dijo el hermano riendo.

Que no joder, te espero – dijo el gordo.

Quien era – pregunto Magnus.

Mi hermano, debe estar aquí en unos 15 minutos – dijo el gordo.

Bueno, creo que yo me voy – dijo Magnus.

No me jodas, estamos lejos del centro, a pie y sin ropa no llegas – dijo el gordo.

No tenía pensado que llames a tu hermano – respondió Magnus.

Además, me preguntaba si no quisieras darme una mamada – dijo el gordo sacando su verga por el cierre del pantalón.

El pene de Magnus se paró de inmediato.

Te gustan los hombres – pregunto Magnus riéndose.

No, me gusta que me chupen la verga, uno no aguanta tanto tiempo en la cárcel sin sexo – dijo el gordo tomando la cabeza de Magnus y llevándola hasta su verga.

Magnus le encantaban tanto los hombres con aspecto de malandro que simplemente no opuso resistencia, y comenzó a chupar el pene del tipo, no era un pene chico, pero tampoco extremadamente grande, según calculo media aproximadamente 17 cm pero gruesa.

Magnus chupaba como él sabía hacerlo, mientras que el gordo lo tenía tomado por los cabellos llevando control de la mamada.

La chupas riquísimo – dijo el gordo.

Magnus llevaba varios minutos dándole la mamada en la oscuridad del lugar y aun no se venía.

De pronto el momento se vio interrumpido por el sonido y luces de motos.

Mierda, llegaron – dijo el gordo haciendo que Magnus se levante y se limpie la boca.

Espera, aun no bajes –dijo el gordo encendiendo las luces del auto.

No pienso esperarte como si fuese una dama – respondió Magnus.

Magnus y el gordo bajaron del auto, guardando sus respectivas armas, Magnus estaba descalzo y sin polo.

Llegaron 5 hombres jóvenes en tres motos, y se estacionaron delante el carro.

Se sacaron los cascos y bajaron de las motos.

Aren, hermano – dijo el gordo.

El hombre al que el gordo saludo, era alto, debía de medir poco menos de metro ochenta, cuerpo mesomorfo, es decir, era esbelto, cintura estrecha y hombros anchos por lo que se podía ver, tatuajes por todos los brazos, con el cabello recogido con un moño muy parecido a cuando Magnus se recogía el pelo y ligera barba, llevaba puesto un vibidí y un pantalón jean.

El tombo me encontró con su mujer, me esposó, y me iba a dar vuelta el muy hijo de puta – dijo el gordo.

Y este quien es – pregunto por Magnos.

Él es ..

Soy, digamos su Ángel guardián – dijo Magnus.

No te dije que hablaras, te callas – dijo Aren.

A mi, no me das ordenes – dijo Magnus.

Gordo quien es este hijo de puta – pregunto Magnus.

Hermano él fue quien me salvo la vida – dijo el gordo.

Se te agradece, te hubieras podido ir con vida, pero acabas de cometer un grave error, al responderme – dijo Aren sacando su pistola.

Automáticamente Magnus también saco el arma adquirida hace poco y le apunto a la cabeza, ambos se apuntaron.

Los de atrás también sacaron el arma y apuntaron a Magnus.

Me sobrepasan en número, pero tendrán que tener tan buena puntería como yo, para matarme en un solo intento, porque donde fallen, le vuelo la cabeza – dijo Magnus sonriendo.

Magnus estaba sumamente nervioso era inteligente y sabía que tenía pocas probabilidades de salir con vida.

Muchachos tendrán que acertar porque no va a fallar – dijo el gordo.

Bajen las armas – les dijo Aren a los demás, pero ambos se seguían apuntando.

Vamos a hacer una cosa, ambos vamos a bajar el arma y conversaremos, a la cuenta de tres.

Ambos bajaron sus armas.

Creo que fue mala idea venir hasta aquí no – dijo mirando al gordo.

Te dije, que esperaras en el auto – dijo el gordo.

Como, una nena, no gracias – respondió Magnus.

Hagamos una cosa, me das el arma y te dejo ir – dijo Aren.

Crees que estuviera aquí, si hubiese tenido un lugar mejor donde ir – respondió Magnus.

Aren, si no tiene a donde ir, dale vuelta de una vez – dijo alguien atrás.

Esa voz llamo la atención de Magnus, le parecía conocida, cuando dirigió la mirada pudo ver a un hombre con una cicatriz en la cara, con la casaca que llevaba puesta y alcanzo a ver también el mismo tatuaje en la mano.

Joder, lo que me faltaba, eres el hijo de puta que me robo mis cosas – dijo Magnus.

Con razón me parecías conocido – dijo Aren.

Ahora que te veo bien si eres – dijo el chucky quien era el ladrón.

Entonces tú eras dueño de este celular – dijo Aren sacando el celular de su bolsillo.

Soy el dueño – dijo Magnus.

Si, te reconozco por los videos – dijo Aren riéndose.

Con que soy famoso – dijo Magnus – Supongo que les habrán gustado – termino diciendo.

Me dio asco tan solo ver como ….

Chucky cállate, suficiente – dijo Aren.

Quiero que me devuelva mis cosas y me iré – dijo Magnus.

No estás aquí para exigir nada – dijo Aren.

Grueso quítale el arma – mando Aren a un hombre gordo de los cuatro que estaban con él.

El hombre que era desagradable a la vista se acercaba hacia Magnus.

Magnus saco el arma.

Ni un paso más o disparo – dijo Magnus calmado.

No lo va hacer, quítale el arma – dijo Aren.

Magnus le disparo en la pierna al hombre y este se apoyó en el carro para no caer, gritando y maldiciendo de dolor.

Y antes de que los demás reaccionaran, Magnus ya tenía a grueso, encañonado en la cabeza.

Bajen sus armas, no pasa nada – dijo Aren.

Le acaba de disparar – dijo uno atrás.

No lo ha matado, o acaso no estamos acostumbrados a recibir disparos – dijo Aren.

Te has ganado mi respeto – dijo Aren.

Gran cosa – dijo Magnus.

Peleemos a puño limpio, mira voy a dejar mi pistola con el gordo – dijo Aren.

Aren le entrego la pistola a su hermano.

Si ganas y me matas te puedes ir, si pierdes, yo te mato – dijo Aren.

Hecho – dijo Magnus sin más remedio que aceptar dejando su arma a un lado.

Ambos comenzaron a pelear, golpe tras golpe, Magnus no estaba seguro si aplicar una de las técnicas que había aprendido ya que si fallaba todo se iba al carajo, pero se arriesgó y en unos instantes, Aren estaba en el suelo, con Magnus encima de él, los demos alentaban a su líder, como si fuera una pelea en la prisión.

Y Magnus se acercó al oído de Aren.

Puedo hacer un pequeño movimiento y matarte en un instante, pero si hago tus perros me matarán, pero si te dejo ganar, tus perros te tendrán mucho más respeto, pero tienes que prometer que no me mataras, dame tu palabra – le dijo Magnus.

La tienes – dijo Aren sonriendo.

Ahora voy a soltarte una mano y eso es todo – dijo Magnus.

Acto seguido Aren le acertó un puñete a Magnus y este se hizo a un lado fingiendo su derrota.

Te voy a perdonar la vida porque me diste pelea.

Quedamos en que lo ibas a matar – dijo el chucky

El trato fue con él, cállate – dijo Aren.

Todos miraban como si quisieran matar a su jefe.

Zombi llévate a grueso en la moto, calvo, llévate el carro y que lo desmantelen – ordeno Aren.

Nada personal causa – le dijo Magnus a grueso acercándose a ver la herida

Te voy a matar – le respondió grueso.

Presiona la herida, y cuando este saturada, toma cefalexina y doloquimagesico cada ocho horas – dijo Magnus.

Eres doctor – pregunto zombi quien estaba ayudando a grueso.

Estudio medicina – respondió Magnus .

Una vez listos todos, se fueron, quedándose, el gordo, el chucky y Aren.

Magnus levanto su arma y la guardó.

Toma – dijo Aren extendiéndole la mano con su I phone.

Magnus desconfiado extendió también su mano para recibirlo.

Pero antes quiero ver algo – dijo Aren.

Dejo con la mano extendida a Magnus y entro a la galería, reprodujo uno de los videos, donde salía Magnus siendo follado por otro hombre, mientras le mamaba la verga a otro.

Si eras tú – dijo Aren burlándose y dándole el celular al gordo.

No te duele – pregunto el gordo.

Si me doliera, no lo haría, no crees – dijo Magnus. Ahora si me lo permites, esto es mío – dijo Magnus quitándole el celular.

Ya lárgate – dijo chucky o te mato.

Inténtalo y de seguro tú sales muerto – respondió Magnus poniéndose en marcha.

Hey a dónde vas, no tienes a donde ir no – dijo el gordo.

No lo sé, tuve suficiente por hoy – dijo Magnus sacándoles el dedo del medio.

Ven con nosotros, te invitamos a pasar la noche, no tienes zapatos y polo – dijo Aren.

No gracias, me siento más seguro en la calle – dijo Magnus.

Es muy de madrugada, es peligroso – dijo Aren.

Como si no supiera defenderme – dijo Magnus caminando.

Vayan a la casa – les Ordeno Aren mientras subida a la moto.

Se pusieron en marcha, los dos se fueron sin detenerse, pero Aren se detuvo al lado de Magnus.

Aún tenemos tus cosas en mi casa, sube – dijo Aren

Solo por mis cosas – dijo Magnus.

Ya sabes, me llamo Aren – dijo Aren.

Pensé ese era tu apodo – respondió.

No tengo apodo, porque me gusta mi nombre – dijo Aren

Me llamo Magnus – dijo Magnus subiendo a la moto.

Salieron de aquel oscuro descampado guiándose con la luz de la moto, Magnus respiraba el olor de Aren, tuvo una erección, tenía la combinación perfecta, rudo, avezado, inteligente y no era el prototipo de hombre guapo, pero tenía un rostro bastante agradable, aunque la belleza no era lo que cautivaba a Magnus de ese tipo de hombres, sino por el contrario la vida agitada que tenían.

Siguieron por un camino de tierra propia de los barrios marginados donde abundaba la delincuencia, las casas rusticas, algunas hechas de esteras, otras en ruinas, otras de ladrillo, pero nada más, sin pintura, sin nada.

Finalmente, se detuvieron en lo que sería la casa de esos tres hermanos.

Llegamos – dijo Aren.

Ambos bajaron de la moto y Magnus visualizo todo a su alrededor.

La casa era de ladrillo sin pintar, al frente había ladrillos apilados y a los costados no había nada, era la casa de un piso en medio de un pequeño descampado, tenía una puerta y una ventana, cochera sin puerta.

Magnus sabía adaptarse a diversas situaciones así que no dijo nada.

Caminaron unos metros hasta llegar a la puerta y entraron, el desorden era tal que parecía bombardeada la casa, nada más entrar estaba la cocina con una mesa vieja y sillas deterioradas, eso sí, había electrodomésticos siquiera, cocina, refrigeradora, hasta lavadora, pero todo súper sucio y desordenado, a la izquierda había cuatro cubículos que funcionaban como habitaciones que apenas entran una cama, todos hechos de triplay con una puerta corrediza, pero una de las cuatro era más grande y hasta un pequeño ropero al interior estaba, finalmente el piso de cemento sin pulir, como si nada más hubieran levantado cimientos y nada más en esa casa.

Los dos que estaban adentro, se percataron que ambos estaban entrando.

Mis cosas y me voy – dijo Magnus serio.

Chucky, dale sus cosas – dijo Aren.

Que se vaya a la mierda, ahora son mías – respondió el chucky

Son mías hijo de puta – respondió Magnus.

A quien le has dicho hijo de puta – dijo chucky levantándose de donde estaba y apuntando a Magnus con su pistola en la cabeza.

Magnus con una técnica rápida le quito el arma al chucky.

Aun no me he olvidado de lo de hace rato, o me das mis cosas o te vuelo la cabeza – dijo Magnus.

El chucky miraba a sus dos hermanos para ver si hacían algo, el gordo miraba serio y Aren solo sonreía.

Ya chucky devuelve las cosas - ordeno Aren.

El chucky a regañadientes fue y le entrego la mochila.

Las zapatillas, casaca y mi billetera – dijo Magnus.

El chucky lo miraba con odio.

Ya ahora lárgate – dijo el chucky.

Y tú crees que no me voy a ir de este chiquero – dijo Magnus.

Hey tampoco no ofendas por ser pobres – dijo Aren sonriendo.

No lo digo por el hecho que sean pobres, lo digo por lo cochino que esta todo, el hecho que no tengan recursos económicos no significa que sean cochinos – dijo Magnus.

Es que no tenemos alguna chica que limpie – dijo el gordo.

Si deseas puedes ser nuestra chica, nos puedes servir – dijo Aren tocándose lo huevos y sonriendo.

Gesto que no pasó desapercibido por Magnus.

No te ibas – grito el chucky desde su ´´habitación´´

Estoy revisando a ver si no te quedaste con algo – dijo Magnus.

Reviso y estaba en orden, solo saco una cajetilla de cigarros y encendió uno.

Se puede fumar verdad – dijo Magnus.

Aren se había quedado prendado de la actitud de Magnus, le llamaba enormemente la atención, cuando estuvo peleando con él una electricidad recorría su cuerpo, esa adrenalina no lo había sentido desde hace tiempo.

Bien, solo necesito cambiarme de ropa y me iré – dijo Magnus dándole el cigarro a Aren.

Vaya menos mal tienen un baño decente – grito Magnus desde el fondo.

Que se largue o entro y lo mato – dijo el chucky furioso saliendo de su cuarto.

Que termine y se ira – dijo Aren.

Eres cortes con quien te humillo en la pelea – dijo el chucky – O acaso crees que no nos dimos cuenta que te dejo ganar – dijo.

El gordo miro al chucky como diciendo ¨Ya la cagaste¨

Aren se acercó y le pego dos puñetes a su hermano y lo arrojó al suelo.

Aren ya basta – dijo el gordo.

Tú no te metas – dijo Aren.

Sabes cuál es tu maldito problema – dijo Aren chancándole la cabeza en el suelo

Hijo de puta, suéltame – decía el chucky.

Tu maldito problema es que no piensas, la droga te tiene tan quemado el cerebro que solo sirves para decir cagadas – dijo Aren.

Papá, que pasa – dijo un niño de cinco años que se levantaba soñoliento.

Vuelve a la cama, hijo, papá solo está conversando con el tío – dijo Aren acercándose y dándole un beso en la frente a su hijo.


Por su lado Magnus se había dado un baño rápido, se lavó el cabello que estaba con tierra y se anudo la toalla a la cintura, se paró frente al espejo para mirarse los golpes en el rostro.

Quería salir de ahí lo antes posible, por muy en el fondo, no quería hacerlo, el deseo de ser sometido por esos hombres comenzaba a asomarse.

Joder, todo el tiempo cuidándome el rostro para arruinarlo así – se dijo así mismo.


El chucky salió de la casa furioso.

Quieres una cerveza – dijo el gordo abriendo la refri.

Si – respondió Aren.

Deja que se quede, no tiene a donde ir esta noche, además me salvo – dijo el gordo.

No me lo tienes que recordar, se lo ofrecí – dijo Aren dándole un sorbo a la cerveza.

Si no te conociera, diría que te gusta – dijo el gordo.

No soy cabro – respondió Aren despectivamente.

Son atenciones que nunca has tenido con nadie, ni siquiera con la mamá de André – dijo el gordo.

Solo es respeto, te salvo la vida – respondió Aren.

Pero no me digas que no dejarías que te la chupe – dijo el gordo – La chupa riquísimo – dijo.

Ya no hago eso y lo sabes – dijo Aren.

Las costumbres de la cárcel, no se olvidan – dijo el gordo terminándose su cerveza.

Aren tenía varias mujeres a su disposición, y en la cárcel se había follado a presos por necesidad, pero si algo le llamaba la atención desde siempre era la adrenalina, el carácter rudo de una persona, esa sensación de tener cerca a alguien y ver que es como él mismo en varios aspectos, lo había sentido con la mamá de su hijo es por ello que se enamoró, pero ahora lo estaba sintiendo por un hombre y era extraño.

Terminé por fin – dijo Magnus saliendo del baño.

Se había puesto un joger camuflado, las zapatillas blancas que había recuperado y una sudadera blanca también, se había hecho un moño en la cabeza y le daba un aspecto muy varonil.

Bueno ha sido un placer casi orgásmico, me voy – dijo Magnus.

No hay ni unas gracias – dijo Magnus.

Por devolverme lo que tu hermano me ha robado – respondió Magnus.

Volveremos a encontrarnos – dijo Aren.

Eso lo dudo – respondió Magnus y salió por la puerta.

Era de madrugada, pero aun así el orgullo de Magnus lo gobernaba, quería quedarse, pero nunca daba su brazo a torcer y esta vez no iba a ser la excepción.

Encendió un cigarro de esos con sabor a mora que tanto le gustaban, miro a todos lados y emprendió su marcha, no había nadie, las calles oscuras, escaso alumbrado público pero el chico no tenía nada de miedo.

Joder, como diablos me regreso – dijo el chico en voz alta.

Se le acabo el cigarrillo, se detuvo para encender otro cuando de la nada una persona lo embosca y cae al suelo con sus cosas, dejando la cajetilla de sus cigarros en el suelo de tierra, en medio de la oscuridad.

Mierda – dijo Magnus alumbrando con su celular

Al enfocar a la persona que lo había arrojado al suelo bruscamente pudo ver que era el chucky.

Otra vez tú – dijo Magnus intentando ponerse de pie.

Hijo de puta, quédate en el piso y no te muevas – dijo El chucky.

Que quieres – dijo Magnus.

Creíste que te ibas a ir sin recibir ningún tipo de escarmiento – dijo el delincuente.

Joder, ya supérame – dijo Magnus arrogantemente.

El chucky le tiro una patada que lo hizo caer tendido en el suelo, el hombre se acercó y le quito el arma que llevaba atrás.

Levántate lentamente – le grito el chucky con lisuras.

Fácilmente Magnus hubiera reducido al chucky, pero no hizo nada porque quería descubrir que iba a hacer con él.

Vamos malparido – dijo el chucky a empujones y apuntándole con su arma.

Caminaron pocos metros y entraron a una casa en ruinas, tierra y escombros abundaban en ese lugar.

Para que me has traído a este lugar – pregunto Magnus.

Solo recibió un puñete como respuesta, pero no le dolió tanto.

Joder, hombre que va contigo, si me vas a matar mátame, pero no me rompas la cara bonita – dijo Magnus todo egocéntrico.

Sabes que les hacemos a los niños que se creen la gran cosa como tú en la cárcel – dijo el chucky alumbrándolo en la cara y dejando a un lado su pistola y sobándose la verga por encima del pantalón.

No, hijo de puta eso sí que no, si yo follo con alguien tiene que ser a voluntad propia – dijo Magnus haciendo creer que el chucky lo había asustado.

Magnus era inteligente y por dentro ardía de deseo porque quería que alguno de ellos se lo cogiera, y le estaba siguiendo el juego al chucky para prenderlo más, porque parecía que eso lo ponía.

El chucky había dejado el arma a un lado y tocándose la verga por dentro mientras alumbraba con la otra mano; Magnus fácilmente podía salir de esa situación, pero no lo hizo porque no quería irse sin probar verga.

Magnus a pesar de saber que la cogida que le iba a dar no iba a ser tan cariñosa que digamos entro más en el papel de víctima indefensa.

Por favor déjame ir y no sabrás de mi más – dijo Magnus arrinconándose en la esquina de la pared casi por caerse.

Hoy serás mi puta – dijo el chucky mostrándole la verga que estaba medio morcillona.

Acércate lentamente y con las manos atrás hijo de puta – dijo el chucky dejando a un lado el celular para que pueda alumbrar correctamente.

Por favor no, si quieres me voy, pero no me hagas eso – dijo Magnus poniendo cara de susto.

Que vengas, cabron – dijo chucky acercándose temerariamente a Magnus.

¿Ahí si no te pones tan gallito no? – le dijo el chucky pegándole el cañón en la cabeza de Magnus

El gesto que tenía el chucky en el rostro era de perversión, la misma que ponía cualquier violador alimentado por morbo que le provoca el miedo de su víctima, y eso a Magnus lo estaba poniendo a mil, por eso le encantaban los malandrines, tenían esa osadía, ese descaro que a muchas personas les faltaba.

Arrodíllate – le dijo el chucky haciendo que el chico se ponga bruscamente de rodillas en el suelo.

Se golpeó las rodillas, pero no le importo pues estaba poniéndose bien cachondo por la situación.

El chucky tomó de golpe la cabeza del muchacho y la restregó por toda su verga, la fricción era tal que le quedaba ardiendo por momentos el rostro, pero Magnus comenzaba a disfrutar, le gustaba el sexo hardcore.

La sientes, perrita, todo eso te voy a meter por el culo – dijo el chucky con la pistola en su cabeza.

Magnus no decía nada, solo levanto la cabeza al escuchar eso, poniendo rostro de pánico falso.

Chúpala por encima, pero cuidado con morder – dijo el chucky tomándolo del cabello y haciendo su cabeza hacía atrás.

Ni bien dijo eso, Magnus comenzó a hacer su trabajo, comenzó a lamer y morder levemente la verga por encima del pantalón para percibir de qué tamaño era, calculó unos 18 a 20 cm y gruesa.

El chucky ya cansado de ese jueguito echo la cabeza de Magnus hacía atrás y se bajó el pantalón, dejando salir su verga morocha al igual que el resto de la piel de su cuerpo, gruesa.

A Magnus se le hizo agua la boca, el solo verla, su mente voló fugazmente, y se veía ahí mismo penetrado por ese pene y disfrutando a tope.

El chucky golpeaba con el pene la cara a Magnus, la sentía dura como un tronco en su rostro, el olor era fuerte pero embriagante y atractivo, como si no se la hubiese lavado la verga, en lugar de hacerle ascos, le erizaba la piel.

Voy a dejar el fierro a un costado, intenta hacer algo y te vuelo la cabeza – dijo el chucky dejando el arma a un lado en el montón de ladrillos.

Joder, menuda zorra eres, esperando por una verga – decía el chucky.

Se acercó a Magnus y le ordenó meterse la verga a la boca.

Magnus iba metiéndose la verga lentamente, probando ese sabor entre salado, amargo y rancio de la verga, estaba súper excitado, sin hacer fuerza se podía comer hasta la mitad del pene, pero chucky no se iba a quedar contento solo con eso.

El chucky tomo se sus cabellos a Magnus y le clavo brusca y profundamente la verga hasta el traspasar la glotis de la garganta del muchacho, haciendo que este prácticamente se ahogara y sintiera dolor en la garganta.

El Chucky saco la verga de la garganta de Magnus.

Hijo de puta – dijo Magnus ahogándose.

Pero en los videos parecías disfrutarlo perrita – le dijo el delincuente volviéndole a meter la verga de golpe.

La verga del chucky entraba y salía babeante, el exceso de saliva le recorría los webos mojando los vellos púbicos, el pantalón del hombre y la sudadera del muchacho.

Magnus lagrimeaba, parecía llorar, pero en realidad estaba disfrutando al máximo, tenía la verga bien parada, pero obvio eso al Chucky no le importaba, comenzó a sudar y se quitó la sudadera blanca que traía.

Pensaste bien perrita, esa polera, ahora me la voy a quedar yo, así como todo lo que traes – dijo el chucky.

Magnus solo asentía, pero seguía chupando ese pene, pero ahora la saliva recorría su blanca piel.

Cansado el chucky ya de la mamada que era magnifica de hecho, levanto a Magnus a la fuerza haciendo que se coloque manos contra la pila de ladrillos.

El chucky aun creía que aquello era una violación, pero en realidad Magnus lo estaba disfrutando todo totalmente.

Quítate todo, no me lo vayas a manchar zorra – dijo El chucky quien se estaba quitando la camiseta.

Magnus se quitó el joger, dejándose el bóxer gris solo en una pierna.

Las perras como tu merecen ser castigadas – dijo el chucky.

Esto te va a doler tanto que te vas a arrepentir haberte cruzado por mi camino, maricón hijo de puta – dijo el chucky.

Y poniéndole un poco de saliva en el ano, más por costumbre que por consideración le dejo ir toda la verga hasta el fondo.

El ano de Magnus ya estaba dilatado, él mismo también estaba preparado para ese tipo de situaciones, le gustaba lo rudo y su cerebro en lugar de dolor extremo, hacía que el chico sienta placer con dolor moderado.

Por favor sácala, me duele – decía Magnus haciéndole creer que le dolía horrores.

Tú te callas, maricón – dijo Magnus atrayendo su cabello hacía atrás.

La penetración desde un inicio fue brutal, el chucky metía y sacaba su pene como un auténtico macho poseyendo a su hembra, y Magnus estaba disfrutando como una perra en celo.

El chucky se bajó por completo el pantalón hasta los tobillos y no se dio cuenta que el arma de Magnus la cual la tenía atrás, se cayó.

La verga del chucky resbalaba de adentro hacia afuera a pesar de la poca lubricación que había.

El delincuente se esmeraba en hacer sufrir a Magnus con la supuesta violación que le estaba dando, sin embargo, el chico lo estaba disfrutando.

El chucky estaba tan empecinado solo en disfrutar él, que no le prestó atención a Magnus quien estaba disfrutando tanto que su pene lubricaba a montones, el presemen que salía de su verga hacia un charco de loco.

El cabello largo de Magnus fungía de riendas pues que el Chucky lo tenía tomado con ambas manos, como si de un caballo se tratase, y lo penetraba violentamente.

El chucky era un completo animal salvaje fuera de sus cabales.

Mientras más violentamente el chucky lo penetraba, extrañamente Magnus tenía una especie de lubricación anal que hacía más fácil la penetración y que caía en una especie de hilo hacia el suelo.

Sacaba por completo el pene y se la volvía a meter chocando la vejiga de Magnus y dándole una sensación de espasmos como si quisiera eyacular, el chucky también ya sentía que la leche se le venía.

Cuando de pronto el acto se vio interrumpido por la voz de un hombre.

Por lo visto no se te han olvidado las mañas de la cárcel – dijo el hombre apuntándoles con una escopeta.

Como me has encontrado – pregunto el chucky sacando la verga del culo de Magnus.

Magnus quien se enderezo, no entendía nada de lo que pasaba.

Hazte a un lado – le dijo el chucky a Magnus.

No me digas, que ternura, protegiendo a su zorrita – dijo el hombre.

Pero en realidad no quería protegerlo, solo quería tomar el arma que estaba a un lado, pero el hombre se dio cuenta.

Ni lo intentes o te vuelo la cabeza – dijo el hombre.

Hijo de puta, que quieres – dijo el chucky.

Tú, te doy cinco segundos para que te vayas o te mato a ti también – le dijo el hombre a Magnus.

Magnus, se retiró por la parte de atrás de la casa, solo el chucky y el extraño hombre se quedaron ahí.

Ahora, sal lentamente, pero antes súbete el pantalón, que no me apetece ver tu polla – dijo el hombre.

El chucky hizo caso y se salieron lentamente de aquel lugar, el chucky se colocó cerca de donde minutos embosco a Magnus.

Las deudas que se contraen dentro de prisión, estando afuera también se pagan – dijo el hombre.

Aún no he podido conseguir la plata, dame un tiempo más – dijo el chucky.

Hace dos meses saliste de la cárcel, sin embargo, me preguntaba porque ibas cada fin de semana y pedias una visita íntima – dijo el hombre.

El chucky abrió los ojos de par en par.

Primero quiero darte un regalo para que veas que soy buen amigo – dijo el hombre sacando un celular y buscando un video en su galería.

El chucky recibió el celular y le dio a reproducir, en él se podía observar a un chico rubio de apenas unos 18 o 19 años, estaba en una cárcel y decía

Frank tu saber, yo no hablar español so I'll speak English.

I don't have much time, I'll be brief

First, I miss you every day, even when you coming to visit to me and you're not still gone.

I wonder why you didn't come this week.

Please don’t commit a crime anymore.

Just remember I love you.

Te quedaste mudo – pregunto el hombre sarcásticamente.

Eres un hijo de puta, no te atrevas a tocarlo – dijo el chucky.

Al ver el video el chucky entro en pánico, aunque parezca extraño, la sola idea de imaginar que aquel chico rubio del video pudiera estar el peligro le aterraba.

El chico por ahora está bien, vamos que a pesar que me debes no me las he cobrado con él, nadie se mete con él – dijo el hombre.

Es solo un niño, no le hagas nada – dijo el chucky.

Te ofrezco este trato, en las visitas conyugales que ustedes tengan le vas a llevar tantita droga y harás que se lo meta por el culo para que una vez adentro la saque y se la entregue a mi compa para que me maneje el negocio desde dentro, o tu vida ojo tu sabes que soy hombre de palabra, si me das tu vida lo dejo en paz – dijo el hombre.

Mátame – dijo el chucky sin pensarlo dos veces.

Joder pensé que te gustaban las tías, pero, bueno, no soy de repetir las cosas dos veces, toma échate todo el galón de gasolina – le dijo el hombre dándole un galón, pero seguía apuntándolo con una escopeta.

Intentas hacer algo, y de inmediato doy la orden para que lo maten – dijo el hombre.

El chucky por todos lados tenia las de perder, iba a morir horriblemente, pero protegiendo a una persona que amaba posiblemente.

Dentro de la casa se encontraba Magnus quien había escuchado, puesto que después que ellos salieran había regresado y escondido para que no lo vieran.

Magnus, no le importaba si el chucky moría o no, después de todo era un hijo de puta.

Joder, no me sentiría bien si lo dejo morir sin siquiera defenderse – pensó para el mismo.

Pero también pensé en aquel chico del video.

Te molesta si prendo un cigarro – dijo el hombre de manera sarcástica encendiendo un cigarrillo.

Demonios, si intervengo tendré que matarlo, no parece de esos tipos que se detienen ante un tiro – pensó Magnus.

A la de Dios – dijo en voz baja.

El chucky ya estaba listo para que aquel hombre arrojara el cigarrillo y arder en llamas.

De pronto un disparo estallo y aquel hombre cayó al suelo, muerto de un disparo en la frente, el chucky miro a su alrededor y el único que estaba ahí era Magnus quien vestía solamente su bóxer y sus zapatillas.

Magnus se comenzó a buscar sus cigarrillos que estaban a escasos metros, los encontró y encendió uno.

Joder tío necesitaba una para el sabor a verga, la próxima vez lávatela – dijo Magnus yéndose a buscar el resto de sus cosas

Pasaron pocos segundos y ya tenían a los hermanos de chucky afuera también.

Joder que paso aquí – dijo el gordo.

Que el hijo de puta este se le ocurre violarme justo antes de irme a casa – dijo Magnus saliendo de esa casa con sus cosas restantes.

Tío y tú por qué sigues aquí y en bóxer – dijo Aren.

Pues lo que dije, tu hermano me quería violar y que después le salvo la vida – dijo Magnus

Menuda noche he tenido, son ya las 5 de la mañana, voy a dormir – dijo Magnus dirigiéndose a la casa lo cual no le quedó más remedio.

Hey Franky explicanos, por qué estás mojado de gasolina y por qué hay un cadáver aquí – Dijo Aren.

Ayúdenme a desaparecer el cuerpo y le cuento – dijo el chucky serio.

Creo que no tenemos otra opción – dijo Aren.