Bajo los pies de tres preciosidades

Todos los fetichistas que se precien de tal sabran lo que significa estar bajo los pies de tres preciosas mujeres, que, ademas, disfrutan con el juego.

Bajo los pies de tres preciosidades

Todos los fetichistas que lean estas lineas comprenderan lo que significa estar bajo los pies de tres hermosas mujeres que, ademas, disfrutan con el juego.

Mi nombre es Maximiliano, vivo en Buenos Aires, tengo 31 años, y al terminar mi carrera terciaria confiado en la seguridad de encontrar un trabajo, me independice, empleando todos mis ahorros en el alquiler de un departamento.

Pasaron los meses, y el trabajo no llegaba, al mismo tiempo que el dinero se agotaba, hasta el punto que el dueño del departamento me dio un ultimatun, y, justo en aquel momento, llego la solucion.

Un amigo, introducido en el mundo de la moda, me comento que tres modelos amigas suyas, las cuales vivian juntas en un piso, y estudiaban con el un curso de moda, estaban buscando una asistenta para hacer las tareas de la casa, dado que ellas tenian practicamente todo el dia ocupado.

Se imaginan que, por lo desesperado de mi situacion, no podia pararme en perjuicios absurdos y vanos, por lo que le pedi a mi amigo la direccion de las chicas, y alli me presente para ofrecerles mis servicios, unicamente a cambio de alojamiento. Aunque al principio eran reacias, por lo poco comun de la situacion, a aceptar mi propuesta, finalmente accedieron, por lo que en principio se solucionaba mi problema.

Mi vida alli era sencilla. Ellas se levantaban muy pronto, se arreglaban y se iban, dejando la casa patas arriba, y no volvian hasta la noche, cenaban lo que yo les preparaba y, dejando de nuevo todo tirado se acostaban. Y he aquí que, sin buscarlo, solucione otro problema que me apremiaba hace ya mucho tiempo: mi fetichismo por los pies femeninos, medias y zapatos. Resulta que yo, al levantarme, procedia a recoger la ropa que habian dejado tirada la noche anterior, entre la que estaban sus medias y zapatos. Estaba solo en casa y disponia de medias y calzado de tres chicas, quienes ademas, teniendo en cuenta su profesion, eran muy atractivas. El primer dia que entre en las habitaciones y encontre los zapatos y las medias me lance como loco sobre ellas, las oli y lami con verdadera devocion, hasta llegar casi al desvanecimiento;

luego con sumo cuidado lave las medias y limpie los zapatos, dejandolos listos para el dia siguiente, lo que repeti con los de las otras dos chicas.

Al llegar esa noche, y ver lo que habia hecho, me dijeron que entre mis obligaciones no estaba el lavar sus medias y limpiar su calzado, a lo cual yo les dije que lo hacia con mucho agrado, pero ellas insistian en que no era necesario, pero al final, despues de tanto insistir, me dejaron hacer lo que quisiera. Todo transcurrio sin sobresaltos hasta que una noche se presento en casa, antes de lo normal, una de las chicas. Me dijo que estaba agotada y con los pies muy doloridos y cansados, tumbandose en un sofa.

No podia dejar pasar esta oportunidad, asi que me ofreci a darle un masaje en los pies. Ella , al principio, se negaba, diciendo, que, despues de todo el dia, los tenia muy sudados y que, probablemente, olerian. Insisti, y finalmente accedio. Me arrodille ante ella y retire sus zapatos con delicadeza, depositandolos en el suelo. La sola vision de sus pies, pequeños y bien formados, enfundados en unas medias negras de seda, ya me estaba exitando. Los tome en mis manos y comence a acariciarlos lentamente con autentica veneracion. Creo que empezo a exitarse con mis caricias, porque, de forma sorpresiva, retiro los pies, diciendo que debian oler mucho, pero, en el fondo, deseaba que siguiera. Le dije que no importaba, y para demostrarlo, los acerque a mi nariz y aspire profundamente, lo que provoco su risa. Sin embargo, su risueño semblante se mudo cuando acerque una de sus pies a mi mejilla y lo acaricie con mi cara.

Fue entonces cuando lo comprendio todo, levanto su otro pie y comenzo a acariciarme la cara con el. Acto seguido me ordeno que le quitase las medias, y con sus pies desnudos, repitio las caricias sobre mi cara, hasta que poso uno de sus pies sobre mis labios, entreabriendolos y, finalmente, introdujo el dedo gordo en mi boca, dedo que lami con devocion. Luego me mando lamer todos y cada uno de los puntos de sus pies, orden que obedeci de forma inmediata. De pronto, en medio del frenesi, llegaron las otras dos amigas, quienes se quedaron alucinadas de la escena. La primera les explico lo que habia pasado, y, sin mayores problemas, se unieron a la fiesta. Asi, tuve que repetir todo lo hasta ahora hecho con las tres. Poco a poco fueron dando rienda suelta a sus fantasias, y comenzaron deliciosos juegos, tales como:

Cada noche dormia en una habitacion, en el suelo, a los pies de la cama de la correspondiente ama. No tenia almohada, sino una pequeña funda de rejilla rellena de las medias y calcetines de las tres de los ultimos dias. Asi, ni durmiendo olvidaba mi unico objetivo en esta vida. Las cenas eran deliciosas.

Primero cenabam ellas, mientras que yo lamia sus pies desnudos. Una vez que habian terminado eran ellas las que me daban de cenar a mi, para lo cual tomaban con sus pies la comida, y de ellos yo la tomaba directamente con mi boca. Los sabados por la mañana debia hacerles la pedicura, naturalmente, con mi boca, cortandoles las uñas. Pero su juego preferido era el siguiente: yo me ponia a cuatro patas, y dos de ellas se subian a mis espaldas, cabalgandome como un animal. Yo las llevaba hasta una de las habitaciones, donde la tercera me esperaba para que, con las dos amazonas sobre mi espalda, lamiese sus pies. Luego intercambiaban pocisiones, tras lo cual yo quedaba muy cansado. Lamentablemente todo se acaba, al terminar el curso volvieron a sus lugares de origen, dejandome absolutamente vacio. Ahora busco desesperadamente a mujeres que quieran revivir tales experiencias, asi que ya saben pueden contactarme en Maxi_3773@hotmail.com o en Lamepies83@hotmail.com , estare esperandolas.

Maximiliano "El Lamepies"