Bajo las sábanas

La pasión llamaba a estos dos jóvenes encendidos en la rutina

Esa noche los dos sabían muy bien que se tenían ganas desde hace días, pero la paternidad los obligaba a rrtardar el encuentro. Ella durante la tarde, mientras se bañaba, dejo que su mano recorriera suavemente su vulva imaginando que cada parte de él recorría su vagina. Sacó sus dedos suavemente sintiéndose sucia y eso la excitaba más. Al llegar del trabajo él, tomó su ducha cotidiana. Casi como un acto reflejo se desnudó ante ella y la muy pervertida no pudo dejar de excitarse mientras miraba su hermoso culo, imaginando las cosas más sucias que se pudieran hacer con el porque siempre se volvía a su mente el día que él "la dejó cogerlo con sus dedos". Se vistió y se fueron de amigos a cenar. Al volver un solo beso con la lengua bien al fondo el uno del otro bastó para que de inmediata ella deseara que su hermosa verga dura entre en su concha.el sabia como y donde besarla, que hacer para derretirla de placer y de inmediato bajo hacia su clitoris que deseaba que lo recorriera con su lengua para hacerla enloquecer, devolvió la cortesía loca de ganas de mamarle la verga, él la había puesto al máximo así que no le fue difícil tragarsela hasta el punto de hacerlo acabar. Después, ambos decidieron que había llegado el momento de cogerse. Ella tomó el mando subiéndose a montarlo súper caliente refregó su humedad concha por su pubis, podía sentir y gritar de placer mientras rozaban. Se volvía loca cada vez que su verga dura se movía dentro de ella. La carita de el lo decía todo maldito pendejo que la vuelve loca y ella se sentía una puta. Cuando ya no daban más de placer, llegó el orgasmo tan ansiado y explotó cual galaxia como jamás lo había sentido. La pija de el, llena de leche dispuesta a salir, recordó que debía acabarle en la espalda, no sin antes haberla puesto en cuatro para calentarse aún más con la vista de su culo. Se besaron apasionadamente y su miel dulce explotó sobre la espalda de ella. El despertador de su bebé sonó. El prendió su cigarrillo y lo fumó lentamente en la puerta con la satisfacción de haberse echado un buen polvo. Ella acomodó su cabello, volvió su niño a la cama, dispuesta a atender a su bebé, no sin antes sacar el culo por si pinta un segundo round