Bajo la lluvia

Muchas cosas pueden pasar acariciados por una suave lluvia.

"4:06 am por mi reloj, siempre adelantado 10 minutos: La noche me confunde, se mezclan las sensaciones y en medio de la nocturna pasión empiezo a ver pequeños atisbos de cordura, me pican los ojos, debí haberme quitado las lentillas, y una cálida sensación me recorre el cuerpo, las palabras me nacen de dentro y mueren sin haber sido expresadas... a estas horas me doy cuenta de que he velado su sueño, he observado cada uno de sus movimientos entre mis intermitentes ataques de somnolencia, le he arropado cariñosa y he pasado suavemente las yemas de los dedos por su cara apenas rozándolo, he cogido sus manos cálidas y acariciado su cuerpo despacio... quizá ansiosa por devolverle en su sueño la paz que me transmite a cada segundo, y, en secreto, en lo más hondo, albergo el deseo egoísta de que despierte y me abrace, vuelva a besarme y me libere de esta congoja que me cubre el alma de saber que esto sólo es algo pasajero, y al llegar el día desaparecerá. Será sólo polvo. Le oigo decir entre sueño y sueño que no quiere que me aleje de él, sonrío melancólica... por la mañana, no volveré a oír eso de sus labios.

Marcos, esta noche la llevaré en el alma, quizá más allá del espacio o el tiempo, esta sensación irá grabada a fuego en mi corazón."

Así comienza nuestra historia, unas palabras escritas sobre un papel una noche, tras unos momentos especialmente embriagadores.

"¿Qué haces?" sonó una voz femenina

"Nada" respondió Marcos,

" Entonces vente, ya te dije que estoy sola"

El muchacho bostezó, miró el reloj del video que estaba delante de él, eran las 5 de la tarde, "Ufff, que pronto" pensó.

"La verdad es que tengo algo de sueño, no he pasado la mejor de las noches y tengo cansancio acumulado encima de toda la semana" repuso, "pero estaba viendo una película, jajajaja, me pienso el levantarme si me das un buen motivo"

"Está bien, pero antes díme que es para tí un buen motivo" la sonrisa caló en la línea, se la oía divertida, Alexia lo sabía.

"Envíame un mensaje con una foto, algo que me motive, tendría que ser una parte de tu cuerpo"

"Te enviaré un foto de una parte de mi cuerpo desnuda" rió pensando que su pie valdría.

Esto empezaba a resultar algo interesante, tras finalizar la conversación, Alexia cogió el teléfono movil, llegaba a resultar útil para jugar el que tuviera determinadas opciones, se dirigió al cuarto de baño para poder ver reflejada en el espejo como quedaría la imagen, y pulso el botón para capturar, acto seguido, satisfecha, envió la foto. Nerviosa se sentó en el sillón y recapituló : "Ya está enviada la foto, compraré alguna que otra cosa para no tener la nevera vacía y me sentaré a esperar... bueno quizá salga a dar una vuelta, y cuando avise le iré a buscar, sí, eso haré". Segundos mas tarde cambió de opinión, mejor dormiría la siesta primero.

Marcos colgó el teléfono y miró a su alrededor, se encogió de hombros y respiró profundamente, tenía muy pocas ganas de desplazarse a la otra punta de la ciudad y luego coger un autobús para llegar donde había quedado con la chica, pronto oyó un sonido conocido, un mensaje, sonrió : "No ha tardado" lo abrió esperando ver cualquier cosa, no es que Alexia fuera una persona especialmente impredecible, simplemente tenía momentos brillantes en los cuales costaba saber por donde saldría, por lo general su carácter afable y llevadero hacía que resultase muy sencillo iniciar con ella un juego, al que, siempre que se habían visto, había estado dispuesta a jugar. Su nombre apareció en la bandeja de entrada como remitente del mensaje que acababa de sonar, una barra de desplazamiento apareció cargando una foto que no acababa de abrirse. Por fin!, en su cara apareció una mueca de interés y una sonrisa: "vaya, nunca perderá su innata provocación, no sabe actuar de otra forma", en la foto aparecía la imagen del escote de Alexia, una camisa negra abierta a la altura perfecta para que se puediera observar ampliamente el canalillo, se veía sólo la unión de un sujetador oscuro marcando dos senos abundantes, una buena motivación... respondió al mensaje y dejó el movil sobre la mesa, se quedó pensativo y el sueño pudo con él.

Una hora más tarde despertó, recordó que había quedado... se duchó, se afeitó y se dispuso a salir, 1 hora y algo de camino...

Mientras en otra punta de la ciudad, Alexia era devorada por la impaciencia, miraba insistentemente el reloj, pero el tiempo no pasaba, pensaba una y otra vez que no sabía qué ocurriría esa noche, sentía agarrarse a la tripa una sensación muy molesta, se había duchado, pintado las uñas de manos y pies de un blanco perla que destacaban sobre su imagen morena, había acomodado su cabellos largos y rizados, se había vestido con un pantalón negro y una camisa ligeramente desabrochada de forma que pudiera causar estragos y se había perfumado usando un olor que le recordaba a unos caramelos violetas que le encantaban de niña. Repasó los labios con un ligero brillo de sabor a fresa y se colocó las lentillas... aún así el tiempo no pasa cuando queremos que lo haga.

Se tumbó en el sillón y puso la televisión, la aburría ver el tipo de programación que hay cualquier dia por la tarde, buscó por la casa alguna película, por fín halló algo de su interés, miró de nuevo la hora, se encogió de hombros y le dió al "play".

Las 20:30h , sonó el teléfono, un mensaje: en media hora estaré allí. Nervios, organización, todo en su sitio ¿mas o menos? ufff no, parece que todo bien, el gusanillo del ultimo momento como si fuera una colegiala. Quería estar perfecta, bueno, dentro de lo que su habitualmente desgarbado aspecto admitía.

Al fin llegó, era un hombre de cara afable, castaño con una amplia sonrisa de labios jugosos enmarcados por una perilla recortada, sus ojos marrones resultaban tan expresivos que parecían poder responder cualquier tipo de pregunta. Corpulento, de espalda amplia y grandes brazos fuertes, nada podía evitar que la suya fuera una figura protectora. Llevaba una pequeña cartera colgada a modo de bandolera.

Alexia sonrió ampliamente al verle, bailaron pequeñas luces en el interior de su mirada de caramelo, las mejillas ligeramente sonrosadas, los labios carnosos siempre de un rosáceo intenso, brillantes, en pocas ocasiones pintados, falda corta de cuadros de colegiala dejando al descubierto el ombligo y por supuesto su marcado escote era lo primero de lo que cualquier persona se fijaría y el pelo moreno rizado suelto, exhalando naturalidad. Sus pies iban cubiertos con unos zapatos con punta de color negro y unas medias acabadas en el muslo coronadas con un ligero de encaje que sólo se veían cuando la poco discreta falda se alzaba ligeramente

Marcos alzó la mirada para verla, a veces parecía decidida y otras frágil, era sombra y luz intermitente, siempre caos. Algo quizá en ocasiones exasperante, pero esa fragilidad que la hacía agua por momentos se calaba por los poros de su piel.

Saludo frío, la distancia y el tiempo, no eran buenos compañeros, algo había empujado a Alexia como un flash a acercarse a los labios de Marcos pero rápidamente decidió modificar la trayectoria de aquel impulso irracional. Irían a cenar, y después verían que hacer.

En aquella ocasión se decidieron por un bar de tapas, algo familiar y cercano, un ambiente rústico con mesas de madera y taburetes a juego en un marrón oscuro envejecido, paredes imitando la piedra y un rinconcito más o menos íntimo donde hablar de temas banales hasta que la confianza haga variar la conversación. En medio de la amena tertulia las distancias se iban acortando, hasta dejar muy poco espacio entre ambos.

"Sabés? Quiero esta noche llevarte al mundo de los sueños." - susurró Marcos

Se aproximó más hasta hacer notar su aliento en la nuca de ella, los labios pasaron por su cuello, sin prisa pero sin pausa, recibiendo como por la espina dorsal una sensación cálida empezaba a invadirle, Alexia echó hacia a tras la cabeza sin decir nada para facilitarle la acción, se apoyó sobre él notando aquel torso masculino contra su espalda, le cogió las manos y las colocó alrededor de su cintura haciendo que una de ellas rozara antes de colocarse un pezón erguido de emoción a través de la camisa, el chico no obvió el detalle: de la cintura movió las manos a los senos y los acarició ávidamente, aquellas peligrosas curvas , aquel cuerpo de pecado hecho para disfrutar sería suyo.

" Deja hoy que mi cuerpo te transporte entre dulces convulsiones lejos de los complicados entresijos del mundo, quiero beber de tu fuente de vida hasta agotarla, y extenuados, al llegar la mañana renaceremos de nuevo" - Su voz masculina resonó en la mente de la jóven haciéndola perder el sentido.

Alexia se dejó llevar por las sensaciones, por la pasión, perdió el norte, se dió la vuelta y poniéndose a horcajadas sobre él le besó con fuerza.

"¿Les traigo algo más?" - El delicado camarero parecía preocupado por la poca ortodoxa postura que presentaban los dos clientes.

Con una amplia sonrisa Marcos pidió la cuenta asomando la cabeza por detrás de la chica, dejando escapar el pezón que tenía atrapado con los dedos...

Llovía, mucho además, parecía haber empezado cuando entraron en el bar, en la calle, la gente se movía algunos con paraguas y otros sin él, iban de camino a la parada del autobús cuando Alexia tiró suavemente de la mano de Marcos.

"Tengo una idea..." agarró mas fuerte y tiro instándole a seguirla a través de las calles hasa llegar a un pequeño polígono industrial, y en una de las callejuelas se paró bajo la lluvia, se fue despacio deabrochando la camisa mientras en su rostro se dibujaba una gran sonrisa pícara, acarició su cuerpo mientras la camisa se abría cada vez más y la abrió del todo. Acarició sus pechos por encima del sujetador con una mano mientras con la otra le indicaba a Marcos que mantuviera cierta distancia, el pelo rizado iba empapándose despacio dándole un aire cada vez más sensual. Se dió la vuelta y levanto la falda para que se viera aquel culo y el minúsculo tanga blanco que tapaba tan poco, se dió una palmadita en el culo, de nuevo se dió la vuelta y se aproximó despacio, retadora.

"Estoy empapada..."- le miró a los ojos marrones- "y me muero de ganas..."- decía abrazandole con la izquierda y con la derecha pellizcándose un pezón- "de que con estos brazos tan fuertes me cojas en tus brazos, y sujetandome en la pared ..." - Ahora tocaba los brazos de él y bajaba hasta su paquete...- "uses esto con fuerza"

Arañó su torso por fuera de la camieta que en ese momento se pegaba a los pectorales marcandolos ligeramente. Desabrochó los pantalones y los dejó caer, sacó el miembro del boxer y lo lamió, cada gota de lluvia se hacía deliciosa sobre la dura superficie, las manos acariciaban el culo del muchacho, atrayendo hacia sí su cuerpo para facilitar una más profunda entrada del pene en la boca, lo lamía, lo chupaba y se lo introducía despacio hasta el fondo, fue despacio aumentando el ritmo, notando como Marcos dejaba escapar pequeñas exhalaciones de placer, era delicioso poder sentir aquella superficie dura entre sus labios mientras la lluvia caía sobre ella.

Marcos no podía más, tenerla allí, así, era como un sueño, acompañó el movimiento de la chica con las manos sobre su cabeza para mostrarle el ritmo más placentero mientras se deshacía apoyando la espalda sobre la pared, deseaba follarla, deseaba cogerla en brazos si era lo que ella quería y follarla, pero cuando hubiera acabado empezaría de nuevo con ese culito que pedía a gritos cogerla de las caderas y ser penetrado una y otra vez hasta que cayera rendida. De pronto recordó algo que llevaba en su cartera, alargo la mano para cogerlo, apartó la boca de Alexia de su miembro y cogiendola suavemente de la barbilla la indujo a levantarse, la beso cogiendola con la mano libre de la cintura , y con la mano ocupada se deslizo entre el tanga de la joven para introducirle un vibrador. Ella respingó al notarlo dentro y empezar a sentir la vibración... Mientras Marcos no dejaba de besarla con pasión, movió el consolador dentro de ella un minuto y lo sacó con una pequeña protesta por parte de la chica, la puso frente a la pared, y mientras lamia su cuello, tanteó con el vibrador para introducirlo por su ano, lo introdujo, puso la vibración máxima y la cogió en brazos con cuidado de que no se saliera, su pene erecto esperaba con impaciencia el momento de entrar en ella.

" Te voy a soltar un momento ya que se me ha olvidado un detalle, no quiero que se te escape el vibrador, no soltare el mando que tengo en la mano para asegurarme que lo sientes, y quiero que me pongas el condon con los labios, quiero que te sientas llena por ambas partes."

Alexia tuvo cuidado de que no se saliera aquel consolador, sólo podía pensar que cosas como aquella eran las que hacían que adorase el morbo que le despertaba Marcos, colocó el codón entre sus labios y lo deslizo sobre el pene erecto. Acto seguido se levantó.

Marcos la cogió en brazos, movió antes de penetrarla con su miembro el consolador y redujo la vibración, despacio la penetró haciéndosele más delicioso enetrar aquel agujerito estrechado por el volumen alojado atrás, notaba la vibración ligeramente, antes de empezar a moverse, aumentó de nuevo la vibración y comenzó a penetrarla despacio, los pechos estaban fuera del sujetador, los pezones totalmente erectos, y aquel cuerpo femenino estaba a su merced, revolviendose de placer y emitiendo gemidos ahogados, la lluvia caía con fuerza aún, mientras aumentaba el ritmo deseoso de vaciar la excitación que ella le había causado.

Con la espalda en la pared casi llegaba a sentir el frio de la ropa mojada, y casi sólo era por que el calor que tenía dentro era más fuerte, aquel consolador introducido con la vibración al máximo la volvía loca, y ahora ser penetrada a la vez... MMMmmm sentía aquella verga fuerte entrar y salir, la vibración, la respiración agitada de Marcos, notó como el ritmo aumento de forma muy fuerte, la excitación llegaba a su punto más alto y una gran sensación orgásmica se propagó por su cuerpo.

Marcos paró despacio, salió del interior, la besó en los labios con fuerza y la apoyó sobre la pared ya en el suelo, de nuevo de frente a la pared, la espalda hacia él, cogió el consolador y lo movió violando aquel culo femenino una y otra vez mientras recuperaba el aliento, vio como la muchacha se convulsionaba y lo sacó para guardarlo.

Se arreglaron y buscaron un taxi, lo cogieron y ya en casa de Alexia se quitaron la ropa mojada y tomaron juntos una ducha caliente. Al salir, cuando se sentaron Marcos acusó el cansancio de una árdua semana, ella le arropó, le abrazó y a su lado notó su corazón latir, trató de dormir con la mano de él agarrando la suya, pero no pudo, lo miró una y otra vez, le besó suave y acarició el cuerpo dormido del muchacho, los brazos realmente eran su perdicion, fuertes como le encantaban y con una preciosa expresión de paz. No pudo evitar pensar que estaba muy guapo. Le arropó y algo la llevó a coger un cuaderno y escribir... quizá por la mañana podrían continuar jugando, o cuando hubiera descansado algo, los pensamientos revoloteaban en su cabeza, la intención de escribirlos se materializó tras mirar el reloj las 4.06

Fuerte luz en plena noche,

rara vez supe alejarme,

adoro esos besos dulces,

nada puede rechazarte,

eres algo descarado

soberbio morbo es tu arte

tras ese lindo amanecer

olvidé no despertarte.

era aquella noche sola

son tus ojos transparentes

previsión de la verdad

alma clara y diferente

risas varias y pasiones

a parte de tu encanto

todo junto me trastorna

i nada emociona tanto.