Bajo el dominio de mi profesora 1
Os voy a contar como fui el exclavo de mi profesora lo cual fue una experiencia increible
Quien no ha pensado nunca cuando ha tenido una profesora en tener una aventura sexual con ella, creo que muchos entre ellos yo, y por suerte puedo deciros que la hice realidad, la profesora no es como en la serie de FYQ que están que se rompen era todo lo contrario una mujer entrada en los 45-50 años, de pelo largo y rizado, con los pechos caídos y bueno quizás pensarías que de donde está el beneficio al tener algo con esta señora y sea quizás el mal trato que daba a sus alumnos el poder pensar y dejar volar la imaginación pensando si esos malos modos también los llevaría mas allá en su vida diaria y más concretamente a la hora de mantener una relación sexual, pero supongo que os preguntareis como llegamos a la situación en la cual puede hacer este sueño realidad, para ello tendremos que remontarnos un poco atrás en el tiempo hasta los inicios del curso prácticamente...
Uno de los días como siempre tras terminar el horario de clase me dirigí a la taquilla a dejar como cada día mi bata, cuando para mi sorpresa vi una nota dentro de ella que ponía lo siguiente: "Me gustaría pasar un buen momento contigo si quieres compartirlo te espero en mi casa esta tarde"; y la dirección de la casa, pero no venia firmada por nadie y obviamente en ningún momento supe de quien era ya que nunca había visto esa letra, lo cual en un principio de hizo dudar y creo en mi una gran desconfianza, la comida no fue nada tranquila ya que no dejaba de darle vueltas a aquella nota que había aparecido en mi taquilla esa mañana, como cada día cogí la mochila y me dirigí a la biblioteca pero ese día la dirección no era esa sino la que aparecía en la nota...Al llegar al portal y tocar el timbre me abrieron sin más y cuando llegue a la puerta de la casa me esperaba en ella un antifaz y una nota la cual indicaba que antes de pasar debía colocarme el antifaz, y así lo hice sin dudarlo ni un momento ya que mi excitación no iba sino en aumento con el paso del tiempo. Una vez que tuve el antifaz puesto automáticamente se abrió la puerta de la casa una mano me cogió del brazo haciéndome pasar dentro de la casa, llevándome hasta una sala donde hizo sentarme en el suelo, una vez hecho esto empezó a quitarme la ropa y todo aquello que levaba encima hasta que me dejo como dios me trajo al mundo, obviamente todo esto sin mediar ninguna palabra.
Llegados a este momento empezó a tocarme con suaves caricias y dedicándome un sin fin de besos y lametones por todo el cuerpo cosa que no hizo sino aumentar me excitación, pero de repente paro y para mi sorpresa llegaron sus primeras palabras:
-Ahora voy a quitarte en antifaz y espero que seas consciente de que lo que va a pasar hoy aquí debe quedar entre nosotros porque no estaría bien visto. No hizo falta quitarme el antifaz para ver el rostro ya que claramente sabia quien era la persona a la cual pertenecía aquella caligrafía no era otra sino Mi querida profesora( lo dejaremos así por no dar nombres).
-Puedes estar seguro de que lo que pase hoy entre nosotros nadie más lo sabrá, querida profesora-dicho esto me quito el antifaz y efectivamente allí estaba ella con unos zapatos de tacón alto, medias altas a juego con un corsé que hacía que pareciese una mujer mucho más joven y el pelo suelto y para mi sorpresa liso, lo que la dejaba si cabe en mejor posición todavía.
-A partir de este momento y si estás de acuerdo me gustaría que estuvieras a mis servicios y es que de siempre he tenido el sueño de poder disfrutar de un alumno a mi antojo y hacer con el todo lo que por mi mente pasara y es que no soy la que día tras día ves en clase sino que detrás de esa profesora se esconde una persona que tiene un gran ansia sexual y el deseo de cumplir una de sus fantasías no hace sino alentar esta situación, por ello a partir de ahora te dirigirás a mi solo cuando yo te lo indique y me llamaras Ama, de acuerdo-Dijo mi querida profesora.
-De acuerdo-dijo yo.
-De acuerdo, ¿qué?-dijo mi ama mientras dejo su mano caer sobre mi cara con una fuerte bofetada.
-De acuerdo mi ama-me apresure a corregir.
-Eso está mejor.
Dicho esto me hizo ponerme una especie de uniforme que escaseaba en la tela y que apenas me cubría y atándome con una cuerda me llevo a otra sala, al entrar a la sala no sabía por dónde empezar a mirar ya que en ella había multitud de objetos desde una cama hasta una silla de respaldo alta con reposabrazos, pasando por un pequeño banco con un cinturón alrededor es de suponer que para tener bien amarrado a alguien sobre él. Muchos eran los objetos de índole sexual que en aquella sala se encontraban pero no es el momento de describirlos ya que todos ellos aparecerán tarde o temprano en este relato ya que les dio uso a todos ellos.
Me tumbo sobre el suelo cerca del sillón donde se sentó ella, acto seguido poso sus zapatos sobre mí, y así estuvo un rato, pero poco a poco fue moviendo los zapatos hasta que los puso sobre mi cara y me ordeno que abriese la boca y sacase la lengua. Poco a poco fue pasando sus zapatos para que mi lengua recorriese cada uno de los lugares, así hasta que de pronto introdujo el zapato en mi boca con tal fuerza que incluso me provoco una arcada. Posteriormente se quito los zapatos y ahora fueron sus pies los que empezaron a recorrer mi boca, lo cual era de agradecer ya que su sabor era inigualable y el olor que desprendían aunque un poco fuerte lo hacía sino excitarme aun más.
Una vez que se canso de pasar sus pies por mis rostro y meterlos una y otra vez en mi boca, se volvió a colocar los zapatos y me hizo levantar, llevándome hasta el banco donde una vez tumbado boca abajo sobre él me ato con el cinturón a él para que no pudiese moverme, las manos quedaron amarradas a las patas del banco y las rodillas inclinadas 90º grados hacia arriba juntas las dos con una cuerda, no era una posición muy cómoda pero ante aquella situación y el no saber que podía pasar a continuación hacia que mi excitación fuera en aumento, pero por poco tiempo.
-Ahora toca la hora de que me divierta un rato contigo-Dijo mi Ama, y acto seguido unto un poco de vaselina en los alrededores de mi ano e introdujo en él un pequeño dilatador el cual fijo con cinta para que no pudiese salir. El dolor que sentía era grande, pero nada comparado con lo que vendría a continuación.
Poco a poco empezó a golpear mis nalgas con una fusta lo cual unido al dolor provocado por el dilatador hacia la situación bastante incómoda.
-Te gusta lo que estoy haciendo contigo.
-Si mi Ama- y es que a pesar de no gustarme en absoluto mis pensamientos aun eran claros y de ser una respuesta negativa quizás el castigo seria mayor. Y no iba mal encaminado ya que paso a golpear mi espalda con una especie de látigo, pero no fue por mucho tiempo la tortura ya que al poco tiempo todo acabo.
-Te has portado muy bien-Y acto seguido me quito el dilatador y me desato de mis ataduras.
Acto seguido volvía a atarme con una cuerda y me hizo seguirla hasta el baño, allí se despojo de la ropa y se metí en la bañera haciéndome esperar fuera, una vez que hubo terminado me hizo meterme dentro a mí.
-Ahora necesito una limpieza más a fondo-Dicho esto puso su vagina en mi boca- Quiero que la dejes bien limpia y después harás lo mismo con mi otro agujero- Dijo mi Ama.
Cuando llevaba un rato recorriendo sus labios vaginales y sin previo aviso empezó a verter su orina sobre mí.
-Espero que te guste, quiero que no dejes ni una gota- Una vez que hubo terminado y habiéndole lamido de nuevo toda la zona me hizo salir de la bañera llevándome de nuevo a la habitación.
Continuara.