Baile sensual

Una apuesta puede hacer mucho...

H estaba nerviosa, era su gran día con Revh y tenía que impresionar a ese macho. Se habia pintado en tonos calurosos y su cuerpo estaba enfundado en un mono de cuero y unas botas de caña alta hasta los muslos. Su pelo suelto, se lo habia alisado haciendo que el flequillo le tapara parte de los ojos dándole un toque misterioso.

Habia llamado a Revh para confirmar la cita y le estaría esperando a las 10 en el Zero Sum y bien limpio. No quería que ninguna droga trastornara al macho esa noche. Lo quería tal y como era. Saliendo de su habitación, bajo las escaleras lentamente.

Habia echo las llamadas que necesitaba y todo iba a ser perfecto. Una noche memorable. Montándose en su lamborgini, arranco dejando una humareda detrás del bólido saliendo de camino a la ciudad.

Mirando fijamente a la puerta del pub, la hembra aparco durante un momento en las sombras y tomo aire. Nunca habia hecho esto e iba a ser la primera vez. Todo por él, dios. Aun recordaba sus labios contra los suyos y ese olor que desprendía que la ponía mas caldeada que una hoguera.

Volviendo a encender el motor, condujo hasta la salida de emergencia donde el macho la esperaba apoyado en la pared. Con su bastón en mano y una mirada escrutadora, H tuvo que aguantar el aire, estaba espectacular.

-Puntual.

-Me encanta serlo. Nunca dejo lo que me importa para más tarde –le dijo con una mirada lujuriosa.

-A mi tampoco. ¿A dónde vamos? –pregunto el macho acomodándose en el asiento.

-Tienes una invitación especial esperando por ti. Pongámonos en marcha y antes sabrás de qué va.

Hécate condujo por la ciudad mientras que Revh no paraba de mirar a un lado y a otro intentando adivinar de qué iba todo esto. La demás habían hecho lo mismo, pero aun así no se quedaba tranquilo.

-¿Qué tal todo por la mansión? –pregunto él.

-¿Qué tal todo por ahí abajo? –pregunto ella mirando su entrepierna.

-Bien –agrego él.

-Mmm… Eso no me vale. Habrá que hacer algo para qué este a tono –dijo H alargando el brazo y rozando su paquete.

Revh cerró los ojos cuando sintió la palma de la mano acariciarle el bulto que estaba comenzando a despertar. H medio sonrió y aparto la mano para cambiar de marcha. El macho espero a que la volviera a colocar pero ella no tenía ni la más mínima intención.

-Eres perversa. –le susurro.

-No cariño, soy mala. Y mucho.

Condujeron cerca del centro comercial y la hembra paro el coche y lo miro fijamente. Este la miro con una sonrisa en sus labios y espero a ver que iban a hacer. Cuando H se echo hacia adelante, él creía que lo iba a besar pues sus labios quedaron muy cerca. Pero ella solo sonrió y con un movimiento de su mano, una banda negra tapo sus ojos.

-Querido, así estas mucho mejor. –le susurro en el oído y paso su lengua por el lóbulo de su oreja.

-¿Para que esto? ¿Me vas a secuestrar? –pregunto con tono juguetón.

-Mmm… No me des ideas. Pero no esta noche, tengo un plan mucho más jugoso que eso.

Poniéndose de nuevo en marcha, Hécate condujo hasta una tienda muy querida para ella. Derek la estaba esperando en la puerta con una sonrisa a la que ella le respondió cuando se bajo del coche.

-¿Va todo bien? –pregunto este dándole un pico.

-Inmejorable.

Derek se acerco al coche y abrió la puerta de Revh para ayudarle a salir. El macho olisqueo el aire y al notar el aroma del otro hombre, hizo un mohín que no le paso desapercibido a H.

-¿Vamos a hacer un trió? –ella se tuvo que reír.

-Mmm… No sé qué te han hecho las demás, pero eso no está en mis planes. Si te interesa, luego lo podemos hablar sobre la marcha. –le respondió la hembra abriendo la puerta de la tienda.

-Tío, me gustaría estar en tu pellejo –le susurro Derek cuando lo saco del coche y comenzó a andar hacia la tienda.

Revh no dijo nada y se dejo conducir pues habia probado a quitarse la venda y no habia habido suerte. Así que no le quedaba más remedio que esperar. H camino detrás de ellos hasta un cubículo donde metieron a Revh y justo cuando iba a cerrar la puerta, ella se acerco y su aliento dio en la nuca de él.

-¿Preparado? –R se sobresalto.

-Siempre lo estoy linda.

-Me alegro de eso. Disfruta.

Diciendo esto, ella salió de allí y le quito la venda que tapaba sus ojos haciéndola caer en su regazo. Revh la tomo y la apretó en un puño. ¿Dónde coño me ha metido? Pensó él intentando averiguar entre la oscuridad del cubículo. Sabía que estaba sentado en una silla, pero nada más.

Se levanto y toco la pared que tenía delante. Cristal, ¿Cómo se llamaba la hembra? No se lo habia preguntado, solo habia hablado con ella lo único para saber que era H. Pero nada más.

Se dispuso a darse la vuelta, cuando la pared que tenía delante comenzó a izarse y lo hizo pararse en seco. Volviendo a la misma posición, vio que lo que tenía delante era una cama redonda con sabanas de satén rojo y muchos cubículos alrededor como el suyo.

-Disfruten de la sensual y lujuriosa Madame Dark. No se arrepentirán –La voz de Derek sonó dentro del cuartito.

La música comenzó a sonar en todo el lugar y Revh se pego al cristal esperando ver que ocurría. Una hembra entro al centro por una puerta que después de cerrarse, no parecía que estuviera hay. Gateando cual gatita, H se fue arrimando a cada espejo abierto y a contonearse sensualmente. Cuando llego al de Revh, se levanto y le echo una de sus miradas que el macho acabo sentado en la silla.

-Mira y relájate. Esto es para ti –le vocalizo mientras pasaba sus manos por su cuerpo.

Entre movimiento y movimiento, el macho noto que el ambiente se iba caldeando. Hécate estaba vestida con un picardías negro con lacitos lilas por los tirantes y una gran cinta sujetaba sus pechos firmes dentro del corset.

Los tacones de aguja parecían ser parte de ella y al macho le gusto. Arqueando su cuerpo, ella comenzó a quitarse uno a uno los lazos. Mirando fijamente a cada cabina mientras que estos caían a las sabanas debajo de ella. Sin darse ni cuenta, la mano del macho estaba puesta sobre su abultado pantalón de pinzas masajeando su pene erecto mientras que no le quitaba la vista de encima.

-Así chicos, tóquense para mi –dijo H cuando los suspiros llegaban desde los cristales.

-Maldita perra –susurro Revh cuando vio que no podía separar la mano de su entrepierna.

Cuando la hembra poso su mano en una tira del lazo, se acerco a una cabina y pulsando un botón, el cristal desapareció. Una mano grande se poso encima de la suya y suavemente y al compas de la música, fue deslizando el lazo de su nudo. H mantenía la mirada fija en la oscuridad delante de ella y sonreía lujuriosa.

Con un último tirón, el corset se abrió dejando ver sus redondos pechos que el macho pensó que serian perfectos para la medida de su mano. Separándose del cristal, este volvió a parecer encerrando de nuevo a la persona que estuviera dentro. H cayó de rodillas y comenzó a masajearse los senos con suavidad y un poco de rudeza. Cogiendo los pezones les dio un pequeño tirón que la verga de Revh dio un salto en su mano. Carne contra carne y la mirada de ella fija en sus ojos.

Un gemido salió de los labios de él cuando H se quito por completo el corset y empezó a desabrochar las tiras del liguero hasta que quedaron soltadas de las medias. Su cuerpo se mecía de un lado a otro y sus caderas no paraban quietas ni un segundo. Movimientos invitatorios, la mano de Revh meciendo su verga y gemidos que salían de todas las cabinas calentaban mas a cada momento el cuerpo de este.

Rodando entre las sabanas, estas quedaron en medio de las piernas de la hembra. Envites como si un macho estuviera detrás de ella dándole el mayor placer hacían divagar la mente de los hombres.

-Siénteme –susurro la hembra.

Quedando boca arriba, alzo su torso escondiendo sus senos de Revh y desabrocho el liguero que paso a ser una pieza más en la cama. Solo con los tacones y el tanga negro, H se levanto y comenzó a caminar pasando la mano por cada uno de los cristales hasta que se paro en el de él. Desesperado por una liberación que no llegaba, la joven hizo desaparecer el cristal y doblo su cuerpo dándole una buena perspectiva de su cuerpo. El cuello, la fina curva que lo enlazaba con su hombro, sus pechos, el pequeño triangulo que estaba trasparentado por la tela del tanga y esas largas piernas enfundadas en esos fabulosos tacones.

-¿Te unes a la fiesta?

Quería decir mejor al morbo. Él sabía que habia mas hombres, pero coño, que se jodieran, pensó. La hembra alzo una mano que el acepto gustosa llevándola a su entre pierna. El calentor que desprendía ese húmedo lugar quiso poseerla de mil maneras diferentes.

Dio unos pasos hasta encontrarse en medio de la cama que no paraba de girar. Sus ojos estaban posados en cada movimiento del cuerpo de Hécate que le sonreía bajo la tenue luz. Rehv la agarro por la cintura y la presiono de espaldas contra su cuerpo. Un gemido salió de la garganta de la hembra al notar la presión en su trasero de su sexo duro como una piedra.

-Tengo que poseerte aquí mismo. –le susurro en el oído el macho llevando sus manos a sus pechos desnudos y los apretaba duramente.

-Mmmmmmm… No sé yo. –le respondió esta separándose algo de su cuerpo

-Pues yo si lo sé

Revh la doblo y metió una mano en su entre pierna, directa al húmedo centro que estaba caliente como el fuego del infierno. Introdujo dos dedos dentro de ella y la hembra se arqueo moviendo las caderas al compas de la música y de los envites de sus dedos. Varios gemidos diferentes vinieron de las cabinas que hicieron que R se calentara y no pudiera esperar.

Así como la tenía, se introdujo en ella con una letal y fuerte estocada que hizo que H gritara en un tono delicioso que lo hizo seguir con ese ritmo así como la tenia. La panorámica desde su posición era espectacular. El vidrio donde momentos antes estaba encerrado se habia convertido en un espejo que reflejaba los duros pechos y la boca entre abierta de Hécate mientras sus gemidos llenaban la sal y formaban un coro con los oscuros personajes que estaban en las demás cabinas.

-¡REVH! –grito la hembra loca de placer cuando una mano comenzó a friccionar su pequeño capullo sensible.

-Sufrirás ahora maldita… Es mi turno.

Saliendo de ella dejándola justamente donde quería. La tiro al suelo y le coloco de lado dejando una pierna debajo de las suyas y la otra por encima de su hombro. Esta se agarraba a las sabanas y las apretaba en puños cuando todo volvió a comenzar pero más duro aun. Parecía que la iba a hacer añicos de un momento a otro, pero sus gemidos desquiciantes y aprensivos no lo dejaron parar. Se escuchaban los jadeos y la música a todo volumen. El macho, mirándola, le dio una palmada en el trasero que hizo que H brincara en su posición y lo mirara fijamente.

-Sigue moviéndote gatita –le pidió ralentizando las embestidas.

Bailar, así, era imposible, pensó la hembra mirándolo. Una rápida entrada la hizo arquearse y mirarlo de nuevo con los ojos entrecerrados. El la mantenía agarrada de las piernas y sus grueso miembro no dejaba de entrar a diferentes tiempos.

-Muévete o te juro que no te correrás si de mi depende esta noche que así sea. –le dijo dándole otra palmadita en el redondo trasero.

Pero no le resulto tan difícil como pensaba. Acoplo los movimientos a las embestidas y en unos minutos su cuerpo se contoneaba y arqueaba entre los gemidos que no pararon de salir de ella. La sonrisa maliciosa que tenía el macho en su cara era una dulzura para ella y mordiéndose el labio, intento cambiar la postura para tenerlo de frente y poder darle un cálido beso. Pero le era imposible pues sus manos la afirmaban al colchón sin dejarle más que hacer lo que él ordenaba.

El macho solo podía oírla gemir, sus sentidos no podían ser controlados al estar dentro de ese húmedo canal que lo estaba haciendo salirse de sus casillas. Siseo mostrando sus colmillos cuando ella le agarro los testículos y comenzó a masajeárselos. Hécate seguía bailando deseando que el tiempo se parara y poder disfrutar de este momento.

No habia entrado en sus planes acabar así, pero verlo en el cubículo con su verga en una mano y sin apartar la mirada de su cuerpo habia sido mayor que ella. Una palmada en su culo la hizo botar de nuevo. Entrecerró sus ojos en su torso tan bien formado y se relamió.

-Dios Revh

-¿Qué pasa gatita? ¿Quieres más? –se interno en ella rápido y letal.

H se arqueo. En una milésima, Revh freno su agarre y ella se puso encima de él. Sus miradas se encontraron y los ojos del macho brillaban lujuriosos. Arqueando las caderas, se introdujo en ella y se quedo hay mientras que ambos gemían.

La hembra comenzó a cabalgarlo mientras que bajaba su cabeza para llevarse un pezón duro como una piedra a su boca. Él por su parte, la agarro del pelo y la acerco a su boca.

-Muévete más rápido preciosa, quiero correrme dentro de ti. –le dijo lamiéndole el cuello.

-Si… -gimió esta descontrolada.

Los gemidos aumentaron tanto entre la pareja como en los cubículos. Revh comenzó a acompasar los vaivenes de la hembra para aumentar el placer. Hécate comenzó a subir por su pecho y llego a su cuello. ¿Cómo sería morder y sentir lo que tanto le habían contado? No tenia colmillos pero de todos modos

-Oh joder –exclamo Revh cuando H le mordió justo en la vena.

Sin miramientos, el macho desenfundo sus colmillos y se lo clavo en el cuello a la vez que aligeraba las estocadas y succionaba la sangre al compas. La hembra gimió y chillo cuando el orgasmo la desbordo. Arqueo la cabeza mientras que el macho seguía bebiendo de su vena.

El orgasmo de Revh le nublo la vista y separándose de su vena, le agarro las caderas y bombeo más rápido dentro de ella. H Se agarro el pelo desquiciada por el placer y expuso sus pecho al macho. R se alzo y se llevo uno a la boca sin dejar de moverse. Aspiro, chupo y mordió sin que ella pudiera estarse quieta.

-¡¡Revh!! –grito ella cuando un nuevo orgasmo la alcanzo.

-Mierda… Oh joder… -grito cuando sintió como el cuerpo de la hembra se contraía y se apretaba contra su miembro.

Un sonido les indico que se habían quedado solos. Los cubículos se habían cerrado y la función terminaba hay. Se miraron y ella vio como el sonreía. Relamiéndose, Revh trazo un camino hasta la vena de su cuello que cerró con varios lametones.

-Gracias. –susurro ella cuando se separo.

-Un placer preciosa.