Bailar con el Diablo
Entrega todal a lo prohibido, saboreando en el entre sueño de las carisias nunca recibidas.
Bailar con el Diablo...
Un suelo de mármol negro, sombras a su alrededor, ella vestida de negro, esperando en el centro del gran salón. Que sólo está iluminado por unas velas suspendidas del techo por unos candelabros antiguos, que brillan con cada llama. El tiempo parecía detenido, el frío del aire provocaba escalofríos, la mirada de la joven se paseaba entre las sombras buscando en que centrar su atención. Un murmullo subió en volumen cuando el invitado de honor se acerca por su espalda, ocultando su presencia, no obstante un escalofrió la recorre advirtiéndole de la presencia. En cuanto sus ojos se posan en la imponente figura el mundo a su alrededor desaparece, ambos se entregan a esa música que sólo a ellos les pertenece, haciéndoles viajar por ese gran salón, moviendo a personas que los miran sin poder creer que esa pareja exista.
Sus miradas quedan prendidas de ese instante, se reconocen y el corazón de ella reacciona ante tal conocimiento latiendo con una fuerza arrolladora. Sus manos se estiran en un intento de sujetarla cuando ve que ella esta a punto de alejarse, cuando al fin la tiene a unas pulgadas de si su mano masculina le acaricia la mejilla con inmensa ternura provocando que su cuerpo se estremezca, que su piel se erice anhelando más de su tacto, sus ojos se cierran disfrutando de los otros sentidos que están siendo activados por su presencia. Su olor, el escuchar su respiración profunda y entrecortada provoca un batallón de emociones entre ellas el terror y la certeza que algo de vital importancia la ata a él.
_ ¿Pensé que no llegarías? _ Sólo una sonrisa traviesa en sus labios, que fueron en un viaje de exploración acariciando su cuello mientras que sus manos atraparon su cintura, apretando más su cuerpo contra el suyo, masculino, alto y delgado.
¡TE DESEO! No supo decir cual de los dos dejo escapar esas palabras, pero eran reflejo de lo que ambos sentían.
_No quiero alejarme de ti, me haces sentir viva _ Un beso se abrió paso entre ambos, donde el juego de sus lenguas y dientes era parecido al que se desarrollaba en sus manos y en la punta de sus dedos que viajaban sobre la ropa, anhelando lo que la tela ocultaba. Las manos masculinas cerca de sus pechos, alimentando el deseo de que los acariciara.
"Sabes que no soy real ¿Verdad? No te aferres a mí, puedes perder tu vida por ello. _ Cuando abrió sus ojos se encuentra sola en su rincón favorito, rodeada de miles de libros donde se puede ocultar del mundo real para que nada le alcance.
Que soledad, que ganas, pero que felicidad
Lejos de la muerte en vida en que estaba sometida
Gracias amigo y perdona que estas palabras se aferren a ti
Liberando lo que se escondía en mí.