¿Bailamos? 15. Cita con Leti

Dado que María está con su novio en una cita, Cristina con el suyo; soy libre al fin de quedar con Leti y todo va sobre la marcha, hasta que repentinamente aparecen Miguel y María en escena complicándolo todo.

¿Bailamos? Capítulo 15

Cita con Leti

En una hora estaba plantado en su casa y tocando el pito, al ver que no contesta la llamo.

  • ¿si? - pregunta sorprendida

  • Leti, ¿por qué no bajas? - pregunto molesto

  • ah pensé que el del pito no eras tú, no sabía que tenías coche. - argumenta siendo sincera.

  • y no lo tengo realmente. - río al decirlo

  • ¿qué? - interroga sin comprender.

  • ya lo verás, cuando bajes...

Cuando baja queda sorprendida con el trastajo.

  • oye, esto es una furgoneta vieja americana de las caras. - dice sorprendida.

  • un regalo de mi tío, indicame; adonde vamos.

  • te voy a llevar a la Regalada, un pedazo de centro comercial que tiene de todo. - me suelta.

El viaje empieza tranquilo, paro a echar gasolina con el dinero que me adelantó mi tio; luego reanudamos la marcha, hasta pasar varios pueblos. Ella no ha puesto música, vamos conversando sobre baile; solo detiene su lengua para escucharme o indicarme hacia donde ir, cuando ya nos alejamos suficiente le pregunto:

  • oye, ¿esta lejos eso?

  • no a 5 minutos más, no es tanto; sigue por la derecha en esta rotonda. - me guía.

  • vale, voy.

  • ¿cómo que me has llamado hoy? Estas siempre tan ocupado con el baile y el trabajo. - me hace un reproche oculto.

  • hoy le pedido a mi tío el día libre para comprarme ropa, ya que toda se me ha quedado grande; me ha tenido que dejar ropa de cuando estaba delgado el, así voy echo un desastre. - le explico.

  • a mi me parece que vas muy guapo así. - dice tocándome la mano.

Me ruboriza con su comentario y doy un volantazo.

  • será mejor seguir hablando de esto cuando nos bajemos, no vaya ser que te ponga nervioso y nos matemos. - rie divertida.

  • si, mejor - digo preocupado por sus palabras.

Llegamos al centro comercial que es cierto que es gigantesco, ella espera a que le abra el coche para salir; luego me ofrece su brazo, vamos así agarrados viendo que el sitio está súper lleno de gente.

  • como te decía...me ha gustado mucho que me llamaras hoy, estaba aburrida en casa sin nada que hacer. - me explica lo que piensa.

  • yo recién salía del ensayo, iba predispuesto a trabajar; pero vi que ninguna ropa me sujetaba, entonces me dije: queda con esa muchacha de clase con la que no paras de hablar y eso hice. - le explico más o menos mi versión.

  • ¡oye! y... ¿cual es mi recompensa por hacerte de juez en la ropa? - me pregunta interesada.

  • ¿qué te parece almuerzo, cine y helado? - ofrezco

  • me parece una buena oferta, pero quizás mejorable. - juzga ella, queriendo sacar más.

  • primero, para mejorarla... ¿tendré que ver la calidad de la jueza o no? - negocio con ella.

  • esta bien, vamos.

Tira de mi mano entrando en la primera tienda, así nos llevamos una hora comprando; hasta que el hambre empieza a ser más una necesidad que un capricho, además las tiendas de ropa se acaban y empiezan los restaurantes.

  • ¿merezco ya una comida? - pregunta con cara de buena.

  • si la verdad es que te has portado, creo que quizá te de otra cosa; pero no te la daré hasta el final.

  • ¿qué es? ¿Que es? - dice como cría.

  • ya lo verás.

Y así vamos todo el camino, intentando sonsacarme que será probando varios métodos de tortura femeninos; pero sin conseguir sacarme lo que quiere, hasta que los dos llegamos a los 1000 bocaditos y ambos estamos de acuerdo en querer comer allí.

Nos sentamos muy juntos, solo hay una carta; ella agarra el boli y el papel, yo la carta.

  • ¿cómo lo haces? - pregunta mirandome de reojo casi enfadada.

  • ¿el qué? - digo sin entenderla.

  • estoy casi sentada con un tanga encima tuya y no estás excitado - susurra molesta.

Sonrio ante sus palabras.

  • no soy fácil de poner. - susurro en su oído dándole con la lengua adrede.

  • ¿ah no? Ahora verás... - suelta indignada y cambia de estar en mi muslo a sentarse encima con su minifalda.

Espera unos segundos y luego...

  • ¿aún no? - pregunta aún más molesta.

  • parece que no. - río divertido.

Ella empieza a pegarme saltitos encima, moverme el culo; hasta que la mirada de un padre de familia con su familia le corta el rollo.

  • eso esta mejor - sonrie satisfecha.

  • como sois las mujeres - río al decirlo.

  • ¿cómo? - pregunta interesada.

  • cuando queréis algo, no paráis hasta conseguirlo. - defino lo que creo.

  • es cierto, pero es difícil y raro que queramos nada. - confiesa satisfecha.

  • ¿para qué querías que me excitara? - interrogo confuso.

  • ah, para nada especial; es como que si no pasaba, como que no estoy buena para ti. - me explica con sinceridad.

  • entiendo, que sincera eres. - le sonrio y ella me sonríe de vuelta.

  • ¿te puedo hacer una pregunta y que me respondas con sinceridad?

Asiento y ella hace su pregunta.

  • ¿quién te ha echo eso en los labios? - pregunta observando mi herida.

  • la gata... - confieso con toda la sinceridad que puedo.

  • ¿y por qué estás con la coneja y no con la gata aquí? - me sigue el juego.

Le sonrio por no insistir en lo que no puedo contar.

  • la gata tiene al gato, pero juega a veces con el ratón y el ratón está en el centro comercial con la gata. - explico todo usando animales.

  • ¿y qué quiere el ratón de la coneja? - pregunta para saber a qué juego.

  • el ratón busca una amistad especial, tan especial como la coneja quiera; dado que esta enamorado de la gata, pero aún o quizás nunca no la puede tener. - le sonrio al terminar y ella me sonríe de vuelta.

  • esta bien tenerlo todo claro para que nadie sufra. - me replica.

  • lo pienso igual.

Tras eso la conversación se volvió más informal, no se bajó de encima mía e incluso noté como se iba mojando con mi erección y calentando; elegimos sin prisa la comida de hoy y la bebida, hasta estuvimos de acuerdo en ir luego al prince burger para el postre...porque hacen unos couple ice cream únicos.

La comida pasó con ella encima, probando los bocadillos de uno al otro; dándonos patatas en la boca, dejandonos sorbos de bebidas y gracias a eso por un rato no pensé en María.

Fue bastante más cómodo de lo que esperaba, erótico y distinto; sobre todo muy diferente a una cita normal, pague la cuenta y eso no le gusto.

  • ¿qué haces pagando la cuenta, pequeño ratón? - me dice molesta.

  • tenia ganas de hacerlo, señorita coneja. - le replicó en el mismo juego.

  • como castigo, ahora te voy a tener zanahoria todo el día. - me sentencia.

  • ¿y como harás eso? - río intrigado.

Ella me da besos en el cachete, poco a poco se acerca a mi cuello y al lóbulo de la oreja; es bastante buena en eso, cuando me fui a pagar y ella se quitó de encima bajo pero ahora ha vuelto a subir.

Ella agarra mi mano y se la coloca en su nalga por debajo de la falda.

  • ¿qué haces? - pregunto sorprendido

  • disfruta, es para que no baje. - sonrie provocativa.

  • que mala eres. - le sonrio sorprendido.

  • en la cama soy más mala - rie maléfica.

  • me gustaría comprobarlo - la reto.

  • ¿no tienes miedo o es que no me crees? - me sostiene el reto.

Niego con la cabeza.

  • cuando pruebes a la coneja...no vas a querer a la gata más.

Me río al ver que en el fondo está picada.

  • ¿y te voy a probar hoy? - pregunto interesado.

  • ya veremos, veremos como te portas.

Llegamos a lo del helado.

  • ¿quién paga esta vez? - me pregunta risueña

  • estas un poco loca... - afirmó no muy seguro de lo que digo.

  • pero... ¿y lo bien que te lo vas a pasar con esta loca?

Tengo que reírme ante esa frase.

Ella pagó el helado y se sentó encima mía como en la comida, se acomodó bien y empezamos a compartir los helados que pedimos diferentes a proposito; sabiendo que lo haríamos, me estaba poniendo como un burro a pesar de haber venido saciado.

  • ¿no te incomoda estar sentada sobre eso?

  • para nada, me incomoda más mi propia humedad; pero tienes una buena zanahoria, es normal que a la coneja se le haga la boca agua.

Tuve que soltar una carcajada ante esa comparación y ella soltó una risita.

Tras eso agarrados mutuamente del culo el uno del otro, erecto y ella humeda; nos pusimos en la cola del cine, ella se puso delante y me hizo rodearla con mis brazos...teniendo su culo muy pegado a mi herramienta.

  • ¿no está bien de castigo, ya? - pregunto buscando su clemencia

  • no, no; ¿no puedes más, eh? - rie traviesa

  • ...no puedo más...

  • pues vas a tener que aguantar o violarme en el cine, como quieras bonito. - me guiña el ojo.

Ignoro si me lo dice como opción, me lo pide o es que da por echo que no lo haré; cuando la cola avanza no me deja soltarla y avanzamos así pegados, así hasta llegar a la ventanilla de entradas.

  • buenas, yelbo cines ¿que desean?

  • ¿eliges tu o elijo yo? - me pregunta con cara traviesa

  • elije tu - me resigno

Ella sonríe y elige los asientos en una esquina de atrás, una película de miedo.

  • no me gustan las pelis de miedo - le susurró

  • ¿te dan miedo?

Asiento y ella se rie.

  • no te preocupes, hoy duermo contigo y te protejo.

Sonrio y agarrados de las nalgas vamos hasta el mostrador de palomitas.

  • ¿quieres algo?

  • ¿me invitas a un menú duo?

  • vale, pide uno.

  • ¿qué quieres de beber?

  • Seven eik

  • de acuerdo, yo beberé Bern.

Pedimos el menú y yo lo pagué, ella llevo la bebida y las palomitas; mi bebida la lleve yo, pero mi otra mano seguía en su nalga y puedo jurar que tengo ganas de violarla en el cine del calentón que llevo.

Nos sentamos en nuestros asientos, cuando escucho en la oscuridad una voz conocida; son Miguel y María sin duda, por mi parte estaba callado y fue Leti la que los llamo.

  • Miguel, Maria; por aquí.

  • ¿esa voz?

  • me parece que es Leti

Cuando se acercan, la saludan.

  • ¿quién está a tu lado? - pregunta María

  • es Pedro, tu pareja de baile; María. - dice Leti para contestar

  • ah, hola Pedro; ¿nos sentamos con ellos? - pregunta Miguel

  • hola Miguel

  • venga, vale; ¿no os importa, no? - pregunta María

  • no, sin problema. - contesto

Y así es como acabamos Miguel, Maria; Pedro y Lety, sentados en ese orden. Esta sala era particularmente oscura, casi de inmediato María busco mi mano y entrelazo su mano con la mia; obviamente me deje, Lety tenía su mano en mi culo y mi mano en el suyo.

Cuando empieza la película Leti me empieza a dar Palomitas en la boca, María aprieta su mano con coraje; no me quejo a pesar de que si me duele, porque no lo esperaba.

La mano en el culo de Leti la masajea como recompensa, ella a cambio también masajea mi culo; María de repente suelta mi mano y agarra mi cola, al notar que esta dura prueba a masajearla y a cambio busco su rajita para frotarla sobre su ropa.

Ella da un respingo, Leti disimula mejor; pero todos creen que fue por la película y estamos fuera de peligro, aunque realmente nos la estamos jugando bien jugada.

Leti, juega con las palomitas; ahora me la da, ahora no o se la pone en el escote o la boca para que se la coja y nos acabamos enrollando. María se enoja y me la aprieta con rabia, además me cruza las piernas para que no pueda tocarla; también tontea con Miguel, pero este solo la abraza absorto en la peli.

Le gimo en la boca a Leti y ella piensa que es su mano en mi culo o la mía en el suyo, a la par que nuestro tonteo; mientras la mano de María avanza a los boxer para tocar con más comodidad, mi mano apretada entre sus piernas la toca presionando y provocando que suspire.

La mano de Leti entra dentro directamente a mi nalga, la mía la imita; mientras nos besamos, la mano de María avanza hasta piel con piel y me la empieza a machacar. Salgo de la cárcel de sus piernas cruzadas y entro por el borde de las mallas apretadas, aunque ella las tiene cruzadas para evitarlo; no puede evitar que un dedo pase por su rajita humeda y rasurada, que esta hinchada y caliente.

María en una mezcla de caliente, celosa e impotente; pega un jadeo entre cortado, para empezar a comerle el cuello y la oreja a Miguel mirandome de reojo a mi como si me lo estuviera haciendo a mi.

Leti agarra mi nuca para que no me separe y con la otra mano me mete un dedo en el culo, intento separarme pero no me lo permite; María intensifica la paja como si se pusieran de acuerdo, mi dedo ahora son dos y rozan su clitoris...Miguel y ella se están besando, además este le toca las tetas y el culo; ella le gime bajito y el cree que es por el, yo gimo bajito y Leti piensa que es por ella.

Leti cambia mi mano a su rajita, empiezo a alternar meterle un dedo y jugar con su clitoris; ella juega con su dedo en mi culo provocandome una sensación extraña a la par provocado por este cuarteto extraño, le machaco el clitoris a María mientras esta mueve las caderas.

Voy notando las sutiles diferencias de la vagina de ambas, lo que no hace más que aumentar el morbo; que Miguel y Leti no lo sepan lo sube más todavía, Maria me pajea fuera de control y ambos nos vamos a la vez...dejando a Leti y a Miguel a medias.

Cuando María arquea su espalda y tiembla en la mía, me pongo tieso y me corro a borbotones en su mano dentro de mi ropa interior; Leti y Miguel quedan atónitos, ambos dicen una sola palabra casi al unísono.

  • ¿ya?

  • Esta noche te compenso, voy al baño - contesta María con una sonrisa desencajada y mirándome de reojo.

  • tranquila, cuando vuelva te termino; tengo que ir a limpiarme - digo antes de irme.

Ellos se quedan mirándose.

  • ¿tu también a medias?

  • si y lo peor es que es culpa mia

  • ¿por qué que le hiciste? - dice sentándose a su lado.

  • le provoqué varias horas

  • si yo también a María.

Tras un momento de silencio.

  • ¿quieres? - pregunta miguel enseñando sus dedos.

  • ¿qué quieres a cambio? - pregunta Leti

  • lo justo - dice Miguel imitando el gesto de una paja con sus manos

Leti asiente y se la saca a Miguel, mientras esté busca la rajita de Leti; ambos se masturban en silencio, mientras miran la peli y entre gemidos silenciosos se van los dos.

Tras eso ambos se sonríen e intercambian números, por si algo parecido les pasa de nuevo.