¿Bailamos? 13. Todo se arregla follando

El primer día en el duende empieza siendo agridulce, hasta que le tapan los ojos y todo empieza a mejorar; todo va hacia arriba y vislumbra como puede ser su futuro, al principio le incomoda pero luego se da cuenta que al lado de María no le importaría

¿Bailamos? Capítulo 13

Todo se arregla follando

Salgo del baño pensando en una excusa para irme, cuando veo que Cristina y Alberto se están despidiendo de Miguel y Maria; me quedo sorprendido, entonces ellos vienen a despedirse de mi.

  • ¿no venís?

Pregunto lleno de sorpresa.

  • no, Alberto no quiere.

  • que va Pedro, eso no es para mi; yo a mi casa con mi estufa y mi mujer.

Niego con la cabeza, pero la pregunta que tenía en mente me la calle.

  • ¿y por qué el no salga, ya no sales tu?

Viendo mi decepción Miguel intento animarme.

  • venga vamos al duende, que hoy es tu noche; vas a arrasar en la pista.

  • déjalo si no quiere venir que no venga, el mismo. - Suelta María con indiferencia

  • ¿estás loca? Cuanto más mejore en menos tiempo, mejor saldrá; tiene que practicar y que ponerse en forma, ya. - comenta Miguel

  • ¿y si voy otro día? - pregunto.

  • si quieres actuar, vendrás hoy. - sentencia Miguel.

Viéndome acorralado y sin más opciones, me marcho al duende con ellos; sin gana alguna, la actitud de María me quita las pocas ganas que ya tenía.

En el coche van ellos dos delante y yo detrás, Miguel me habla; María solo me mira mal, pero no dice nada y va muy seria.

Paso de la decepción al enojo, ahora decido no hablarle yo.

Miguel aparca junto a la plaza de toros.

  • vamos está noche será genial, el baile te va a encantar.

Miguel nos abraza a los dos y al estrecharnos, nos junta; María me mira incómoda y yo la miro enojado, mientras Miguel no se percata de nada.

  • ...espero que me guste... - suelto escuetamente

  • lo hará veras, díselo María - argumenta Miguel

  • seguramente - deja caer María obligada

Miguel niega con la cabeza y se pone a mirar el móvil, una vez empieza móvil "mode on"; da igual lo que hagas o digas, no esta ahí.

María me mira de reojo y yo a ella, pero ninguno damos el paso; cada uno camina por separado hacia delante, lo más distanciados posible sin que sea raro yendo en grupo claro.

Poco después cuando estamos casi llegando.

  • que aburridos sois, ni habláis ni nada; si no hablo yo ni se os escucha, no se como podéis ser amigos. - protesta Miguel volviendo en si.

  • si, claro.

  • amigos - susurra María.

Miguel la ignora, llegamos al duende y me quedo sorprendido.

Es un local con luces verdes, arriba es el Richs; abajo el duende, la música latina suena desde fuera.

Hay gente fuera tomando algo o fumando, en definitiva charlando y descansando; Miguel se preocupa de saludar a la gente y presentarme, María saluda y se va.

Niego con la cabeza y resoplo.

  • no le hagas caso, seguro que tiene la regla; mañana estará mejor.

Asiento y entro para dentro tras ella, el se queda ahí fuera fumando y charlando; una vez dentro quedo alucinado, aunque el sitio es más pequeño de lo que esperaba...Hay más de veinte parejas bailando en la pista, esquivandose mutuamente; evitando darse entre ellos o con alguna columna, bailando al son de la bachata de moda que suena y más de 30 personas mirando tal escena rellenando todos los laterales de la discoteca.

En la zona vip hay bailando un par de parejas, un grupo de gente que mira la escena sin bailar; 10 personas que miran en el borde de esta, sentados o de pie.

María ya está bailando, por mi parte me dirijo a la barra; viendo bailar con ese nivel a la gente y tanta gente que baila, me siento demasiado impresionado y superado como para hacer algo.

Al llegar a la barra con un ataque de pánico, tengo que esperar turno ya que hay 2 camareras para mucha gente y eso personalmente hace que me sienta mucho peor; aguanto la crisis hasta que es mi turno y cuando se me acerca la camarera, al fin puedo pedir.

Ella habla pero no la escucho la música esta demasiado alta y nunca he sido bueno leyendo los labios, antes de pedir me fijo en ella; va bastante escotada, tiene un tatuaje de una cruz celta entre ambas tetas que se ve perfectamente.

Es morena, ojos marrones; no muy alta, tiene el pelo largo recogido en una coleta baja y buenas tetas separadas por el escote...una linda sonrisa de labios anchos.

Ella me mira extraño y hace el amago de irse, le agarró la muñeca en un intento de gallardía; se detiene pero me mira molesta, la suelto y se relaja.

  • un ron con coca cola

Ella asiente y me lo pone, la observo al ver cómo se mueve con cierta gracilidad; baila al son de la música, menea un culo escueto pero en su sitio y me pide por signos 8 euros por el cubata.

Abro los ojos de par en par bastante contrariado, en mi ciudad de origen te cobran 5.

Lo pago a disgusto y dejo de mirarla como si ella tuviera la culpa, que quizá la tenga y me haya cobrado de mas; por tocarla, hoy definitivamente no tendría que haber salido a cenar y a venir aquí.

El principio de la noche pasa en tomarme la copa, ver bailar a los demas; sobre todo a María que todas las veces baila delante mía, parece que quiere que vea lo que me pierdo y prefiero no mirarla.

La noche se puso un poco mejor cuando al fin entró Miguel, mucha gente lo saludo; sobre todo mujeres, entonces el me hizo bailar con una chica.

  • mira Estefania, este es Pedro; baila con el, es alumno mío.

  • vale Miguel, hola Pedro encantada ¿bailamos? - pregunta incómoda.

Iba a decir que no, ya que se nota a la legua que quiere bailar con el y no conmigo; pero María me está mirando llena de coraje, es hora de devolversela.

  • bailemos.

Bailo con ella una bachata, mi primera bachata en social; sin que nadie me diga que hacer, estoy tremendamente nervioso y más porque veo que María no me quita los ojos de encima...que Miguel me mira y varia gente de los observadores también influye, que la chica está tensa y mirando a Miguel también; ni ella intenta conectar conmigo ni yo con ella, tambien estoy más atento a María que a ella.

El baile comienza, ella está bastante alejada de mi; lo que me dificulta hacer bachata sensual más de la cuenta, indicó bien aunque tembloroso y eso hace que mis indicaciones sean menos claras.

Me chocó con la gente ya que no estoy acostumbrado a bailar en sitios tan llenos de gente, voy a ritmo pero cada vez que choco o ella no entiende mi indicación nos vamos de tiempo; haciéndole sensual nos desequilibramos por su lejanía, la verdad es que no disfruto el baile lo paso mal y me siento ridículo.

Tengo tanta culpa como ella, pero veo en su cara que no va bailar conmigo más y eso me jode.

Terminamos y se despide sin mirarme con un escueto.

  • gracias.

Miguel viene a mi, a María la sacan a bailar y ella acepta junto a mi; como no.

  • ¿qué tal tu primera bachata?

  • ...agridulce... - digo

Aunque más bien ando pensando en desastrosa o fatal. Me presenta más amigas con las que bailo, los resultados aunque no tan malos; son diversos, con algunas normal tirando a bien...con otras normal, con muchas normal tirando a mal; con más todavía mal, pero al menos fatal solo con la primera.

Luego empieza una animación, yo no me quiero meter; pero Miguel me obliga, ellos dos se ponen en la primera fila con los otros tres profesores del local. Esto tras al principio liarme como un trompo lo cojo al vuelo, hasta que me fijo en María; como se mueve, su trasero y su pelo. Ella se ha puesto delante mía a propósito, así que acabo obnubilado con ella; molestando a la gente que sigue la animación, más que bailando bien.

Me voy a la barra agotado, hasta que alguien me tapa los ojos por detrás; la última vez que pasó eso acabe follando y espero que esto arregle la noche, porque realmente va de mal a peor.

Sigo las manos con las manos, acaricio toda la espalda; los hombros, el pelo y en ese momento cuando voy a seguir bajando me deja de tapar los ojos.

  • ¿que haces? - me interroga muy cerca de mi Leticia.

  • tocarte, para ver quién eres. - respondo escuetamente y sonrio

  • ¿y no crees que tocabas demasiado, sin saber quién soy? - suelta alzando una ceja.

  • no, no he tocado nada raro; aún - sonrio travieso.

  • ¿aún? O sea que... ¿piensas tocar algo raro? - me pregunta con media sonrisa.

  • no voy a contestar más preguntas de esa índole, salvo en presencia de mi abogado. - señalo con el dedo levantado entre ambos.

  • ¿por qué? ¿Acaso te comió la lengua el gato? - pregunta riéndose.

  • la gata.

Ella me mira raro como si no entendiera.

  • estoy prácticamente seguro, de que si alguien se comió mi lengua; fue la gata. - me explico.

  • ¿gata? Prefiero coneja, follan más - me provoca.

  • ¡ah! Chica lista, me gusta como piensas.

  • le sigo el rollo

  • ¿quieres bailar conmigo? - me pregunta con mis brazos rodeando su cintura y ella rodeando mi cuello

  • te aviso que aún no le cojo el rollo a esto, en clase se me da mejor.

  • no importa, si lo que quiero es una excusa para estar pegada a ti. - me informa de sus intenciones.

  • ¿necesitas una excusa para estar pegada a mi? - pregunto divertido

Provocando que ella simplemente se ría.

  • ¿entonces...bailamos? - insiste

  • bailemos... - acepto.

De soslayo veo que María aún bailando ha estado atenta a mi, por su gesto deduzco que es una olla exprés apunto de explotar; pero ella ha decidido terminar el juego, veamos si aguanta el contraataque que me ha ofrecido la vida.

Me ofrece su mano como si fuera una noble, agarro su brazo lanzadamente; ella abre sus ojos sorprendida, me sonríe y se aferra a mi brazo. Con ese gesto el ceño de María se frunce, la llevo al centro de la pista; aprovechando que vamos tan pegados, empiezo a bailar pegados. Ella no solo lo permite, sino que apoya su nariz y su frente en la mia; siento algo extraño y la verdad es que bailamos conectando, quizá no bien pero tampoco mal.

En la siguiente canción la voy a soltar...

  • ¿adónde te crees que vas? - dice aferrándose a mi brazo.

  • a descansar, esto es una salsa. -sonrio al ver lo seria que se ha puesto.

  • baila, bailala conmigo. - me pide, como si le fuera la vida en ello.

Niego con la cabeza.

  • ¿es que no sabes?

  • bachata es lo que mejor se me da, salsa apenas se.

  • pues hagamos el tonto juntos, pero baila conmigo

  • bueno...yo no tengo vergüenza

  • ni yo tampoco.

  • entonces, ¿bailamos?

  • Esta bien, bailamos.

Estoy intentando una salsa con ella que me sale mal, pero no tan desastrosa como la primera; cuando noto que una mano me acaricia bailando la espalda, me giro sorprendido mientras bailo y veo a María que no me mira bailando con otro detrás. Sigo bailando un poco más centrado, porque María siempre tiene ese efecto en mi; mientras pienso...

  • esta intentando llamar mi atención.

Cuando acaba la salsa, suena una bachata de bailar pegados; hago el amago de irme, pero Leticia no me suelta.

  • esta canción es mía, ¿eres muy tímido verdad? - dice envalentonada y convencida.

Se pega más, prácticamente no deja huecos entre nosotros; María aprieta los dientes, la verdad es que quería bailarla con ella pero tampoco se si diría si.

Empiezo a bailar con Leti súper acaramelados, siguiendo el son de la musica; cuando María hace una caderita rozando su culo con el mío, sin querer le doy un puntazo a Leti y abro los ojos de par en par.

  • ¡oye! - me riñe

Le sonrio avergonzado y no digo nada.

Cuando terminamos, Leti me mira extraño; yo le devuelvo la mirada extrañado, cuando María se cruza conmigo y engancha su brazo al mío.

Ella sigue andando y hace que me gire hacia ella, ella gira hacia mi y comienza a bailar conmigo; ella sonríe victoriosa, Leti niega con la cabeza y desaparece entre los espectadores, la miro sorprendido.

  • ¿se puede saber que haces? - digo enojado.

  • shhh...calla y disfruta. - me ordena tapando mis labios con su dedo.

Se que ella desearía taparlo con otra cosa, pero aquí no puede; bailamos una bachata espectacular, conectamos que te cagas y aunque estamos fríos por la pelea de antes...los sentimientos no desaparecen en un pestañeo, la gente nos rodea; muchos llegan a dejar de bailar para vernos, cuando la bachata termina la gente nos empieza a aplaudir y en ese momento la música se corta.

  • con vosotros estos son Pedro y María, la semana que viene actuarán aquí el domingo; si queréis verlos, tenéis que venir. - dice Miguel desde el micrófono.

María se agarra a mi cintura y me obliga a hacer una reverencia, la gente nos da un fuerte aplauso; entonces miro mal a María y le pregunto a un tono que solo ella puede oirme:

  • ¿te obligo Miguel?

Ella arquea su ceja, como si no me entendiera.

  • ¿te dijo que bailarás conmigo?

  • no lo hizo.

La miro como si no la creyera, ella se entristece.

  • ¡otra, otra; otra, otra! - pide el público y Miguel con el micro se une a la ola del público pidiendo otro baile.

  • tenemos que bailar... - susurra sonriendo, aunque con los ojos llorosos

  • no quiero hacerlo, no pienso hacerlo - me niego.

  • por favor, así es el mundo del baile. - me pide por favor apretando mi mano.

  • tu mundo.

  • ahora, nuestro mundo - dice mirandome a los ojos y situándose para bailar.

La aferro contra mi, cuando una lágrima rueda por su mejilla.

  • ojos de princesa, nunca vi nublados; deja de sentirte presa, cuando quieras puedes seguir a mi lado. - le susurró al oído.

Mientras tanto Miguel decía al dj con el micro en mano.

  • ponles una bonita.

Antes de que ella me contestara, empezamos a bailar interpretando la música con el dolor que sentíamos los dos; por tener que fingir que no pasaba nada, aún en este momento odiando odiarnos por querer ocultar que quizás empezabamos a amarnos.

La gente se volvió loca desde un principio, empezamos fuerte; luego las palmas animaron la canción dándonos aún más fuerzas, en la última parte el deseo tomó el control poniendo aprueba nuestro propio autocontrol y la gente hizo un gran "ohhh" cuando sume una acrobacia del show y estuvimos a milímetros de besarnos.

Por último ella se enganchó a mi solo con una pierna enlazada a la mía y una mano tras mi nuca, giramos así con las caras juntas; ella en el aire, mi pierna de detrás nos dio el impulso y mi rodilla flexionada nos dio el equilibrio..mi agarre en su nuca, mi agarre en su espalda impidieron que ella saliera volando; al hacer una acrobacia que nadie nos había enseñado, que nunca hicimos antes y jamás practicamos.

La gente gritó, fue ensordecedor; silvo, aplaudió y se volvieron literalmente loca.

Nosotros nos abrazamos jadeantes, hasta Miguel aplaudio; aunque con un gesto extraño, que no llegue a descifrar.

  • ¿estás empalmado? - susurra María a mi lado.

  • siempre que estas cerca - confieso susurrando.

De repente una mancha de gente queriendo bailar con nosotros apareció a nuestro alrededor, ella no dijo que no; pero me miró triste, como si quisiera hacerlo y entonces entendí que no decía que no porque su mundo no se lo permitía.

Nuestras manos se enlazaron, en el instante que ambos comenzamos a separarnos; mientras que nuestros brazos se tensaban obligándonos a soltarnos, nos miramos mientras la electricidad se desvanece al dejar de tocarnos y comenzamos a bailar con personas que no queríamos estar.

La siguiente hora fue un no parar, no podíamos hacer más que mirarnos o rozarnos bailando con otras personas; Acariciarle el pelo, su mano rozando la mía y por último estaba bailando con Leti que aún alucinaba.

  • ha sido increíble y yo no te creía

  • ya...

Digo por inercia, ya que apenas la estoy escuchando.

María se cruza conmigo yendo a bailar con un chico.

  • baila dos más y nos vemos arriba, en el baño - susurra.

Sigue su camino y obedezco sus instrucciones, luego por el camino rechazo varios bailes; diciendo que voy al baño, que luego bailaremos y subo con el corazón a mil.

No se que quiere, ni siquiera que puedo esperar; solo se que todo con ella lo quiero, pero que solo conmigo no puede estar.

Entro en el baño de mujeres y ella que estaba en el espejo se mete en una cabina, la sigo desesperado; ella cierra la puerta nada más entrar, se abraza a mi con mucha fuerza esta sudada y yo también pero a ninguno nos importa nada.

  • María, ¿que estamos haciendo aquí? - le pregunto con un hilo de voz.

  • shhh - me pide sin contestar.

  • María, nos pueden pillar - le aviso.

Aunque si soy sincero, me quedaría así toda la noche y quizás más tiempo.

Ella deshace el abrazo, pero sus brazos quedan en mi cuello; los míos en su cintura, sus ojos miran mis ojos y nuestras narices no se separan... no es que no quieran, es que no pueden.

  • María - susurró más moviendo los labios que hablando, porque se me quiebra la voz.

  • dilo otra vez - me pide y le pasa lo mismo.

Levanto una ceja señalandole que no la entiendo.

  • repitelo, mi nombre. - me pide en un murmullo casi sin voz.

  • María - susurró haciendo un esfuerzo titánico.

De repente la música se hace más lenta, nuestros corazones se sincronizan; nuestras manos se aferran al otro, nuestras cabezas se giran y nos metemos un muerdo que nos deja sin respiración.

Entonces sus manos recorren mi cuerpo, mientras suena una canción romántica de Romeo Santos: "bailando bachata en New York" mientras este se enamora bailando; nosotros nos enamoramos tocando, así es como poco a poco y sin darnos cuenta nos vamos desnudando.

  • ¿¡estas loca?! - le susurró al oído.

Ella sonríe y asiente.

  • todo se arregla follando, mi amor.

Con esas palabras se congela el tiempo, mientras aún más lentamente que antes; suena "si esta casa hablara" una hermosa bachata, que nos hace sucumbir al deseo.

Ella demostrando una flexibilidad poco común, sube una pierna hasta mi hombro; mientras me besa y una mano esta anclada en mi nuca, con la otra agarra mi llave para meterla con una suavidad innecesaria en su cerradura.

La música, nuestras bocas y la presión a la que la sometemos; hacen de silenciador de nuestros gemidos de puro placer, mis manos la acarician por todas partes llevándola al cielo y su otra mano investiga libre toda mi anatomía mostrándome lo que ella en ese instante sentía.

El ritmo no es muy grande como si ninguno de los dos quisiera acabar, aún sabiendo el riesgo al que estamos sometidos; en cualquier momento Miguel o cualquiera nos puede pillar, pero en sentirnos tenemos todos los sentidos.

Los gemidos por nuestras bocas son acallados, nuestros corazones acelerados; nuestras penetraciones son lentas pero sentidas, pues hasta el fondo llegan nuestras acometidas.

Mientras suena la kizomba "despacito"

Nos vamos sintiendo trocito a trocito,

Esta vez nos vamos juntos y

Mordiendo nuestros labios, nos hacemos uno siendo dos rios.

Ella baja la pierna pero no se la saca, sintiéndome vaciarme en sus entrañas;

Esta vez no necesitamos más,

Solo sentirnos una vez no más.

  • te compartiré, con Cristina; pero solo hasta que este preparada para algo más.

Asiento comprendiendola.

  • vete anda, luego salgo yo.

  • ¿me das otro beso?

  • los que quieras.

Nos dimos un último beso, que valió por muchos y luego salí de allí; pero mi alma se quedó alli dentro y posiblemente también mi corazón, pero nunca escuche su última frase.

  • si es que alguna vez estoy preparada...