Bachiller XXXVIII - Epilogo IV - Daniel

Llegamos al cuarto epilogo, el del bruto y buenazas de Dani

Hola de nuevo a todos. Os dejo el epilogo de Dani.

Es el más corto de los cinco, pero creo que un poco más animado que el de Germán, aunque en algunos puntos se cruzaran.

Este epilogo quería dedicárselo a dos personas, a A.R. y a Andrés que ha podido volver a leer mi historia.

Gracias a todos por vuestros mails, comentarios y valoraciones


EPILOGO: DANIEL

-          No me lo puedo creer, aun no me lo creo, que fuerte de verdad ¡¡¡ Que fuerte!!!

-          ¿¿¿¿Queeee???? ¿¿¿Qué dices????  Que no te oigo con el casco y agárrate bien o te me vas a caer

-          Jajajajaja, vale me agarro, sabes que me encanta. Que digo, que aun no me puedo creer que Alberto y Oscar se vayan a casar, que pasada, pero me hace una ilusión tremenda.

-          Yo ya me imaginaba algo así.

-          Claroooo, el señorito de Germán, siempre se da cuenta de todo.

-          Jajajajajaja, así compenso lo tuyo de que no te enteras de nada, mira, Oscar no sabe disimular y justo cuando volvieron de Nueva York, nos llama emocionadísimo, vamos que solo le faltaba lanzar fuegos artificiales, nos dice de hacer una cena enseguida y que no podíamos faltar por nada del mundo, blanco y en botella, o era que se casaban, o que iban a ser padres y lo segundo difícil.

No me lo puedo creer, Alberto y Oscar se iban a casar, solo de pensarlo alucino.

-          Pero no sé, son tan jóvenes, por una parte me alegro que no veas, pero por otro me parece que van muy rápido.

-          ¿Y para que van a esperar? Alberto y Oscar llevan entre unas cosas y otras mucho tiempo y siguen igual de tonticos el uno por el otro como el primer día, y dentro de veinte años seguirán igual, además ¿para qué quieren esperar? ¿Para ahorrar dinero para el ajuar? jajajajaja.

-          Jajajajaja, bueno visto así tienes razón, aunque jejejeje  tu y yo estamos igual de tonticos que ellos

Le agarre con más fuerza, notaba como mi entrepierna se alegraba de que me apretara contra Germán, lo reconozco, me encanta que me lleve en moto.

-          Jajajajaja, tienes razón, pero espera a llegar a casa o nos caeremos de la moto.

Que fuerte, que se casen, si parece que fue ayer cuando acabamos el instituto, que por cierto vaya fin de curso.

Cuando aun recuerdo al maldito cabrón hijo de puta de Isaac, siendo la risa y el blanco de los ataques de todo el  instituto, tras verlo en ese maravilloso video en que Alberto le dejaba el culo como la bandera del Japón aun sonrío. Se merecía eso y más.

Aun no entiendo como Alberto lo pudo perdonar después de todo lo que hizo, aunque claro, él es así, si no… tal vez no me habría perdonado, por lo que hice yo.

El día de la caída de Isaac, yo estaba contentísimo, Germán y yo estábamos juntos, ese mierdas por fin desaparecería de nuestras vidas, pero aun tenía una espinita, bueno no, una espina bien grande. No sabía si Alberto llegaría a perdonar por todo lo que hice y eso me dolía en el alma, era de mis mejores amigos y no me importaba pedirle perdón mil veces, pero no soportaba pensar que lo rechazara y me mandara a la mierda.

Esa misma mañana fuimos a la habitación de Oscar y mi sorpresa fue mayúscula al ver a Alberto, yo no pude mirarle a los ojos, baje la cabeza muerto de vergüenza, había sido un cabrón, puede que por miedo, por inseguridad o por la mierda que sea había sido un cabrón y no me merecía ni mirarle a la cara. Se acerco a mí y me dio una buena colleja, poco para lo que yo consideraba que me merecía, pero acto seguido me dio un fuerte abrazo. Yo tarde unos segundos en reaccionar, pero en cuanto comprendí que me estaba perdonando, no puede evitar llorar como un niño, y abrazarlo con todas mis fuerzas, casi lo ahogo, no suelo controlar la fuerza de mis abrazos, siempre me lo dice Germán, pero es que estaba tan feliz, por fin parecía que todo se arreglaba.

Tal vez parezca un capullo por no perdonar a Isaac, habiendo sido yo perdonado por Alberto, pero es que es superior a mí, no os imagináis el daño que me hizo Isaac y si hubiera sido lo que me hizo y ya, pues es posible que lo hubiera perdonado, pero es que lo arrastro y a día de hoy sus efectos aun siguen en parte.

Yo siempre he sido una persona insegura, pero lo que me hizo, destruyo completamente mi autoestima, convirtiéndome en la persona más insegura del mundo, tanto, que casi manda a la mierda lo mío con Germán hace algún tiempo, ya que seguía considerando que no estaba a su altura, y eso no se lo puedo perdonar. Ahora he mejorado mucho, me rayo mucho menos por las cosas y me valoro mas, pero eso ha sido gracias a toda la paciencia y a todo lo que me ha ayudado Germán, no porque Isaac haya hecho nada, así que cuando Alberto nos comento un día que le mando un mail pidiéndonos perdón, para mí como si se metía su perdón por el culo y se daba gusto.


Llegamos a casa y me quite la ropa, me gusta ir cómodo, me quede en calzoncillos y camiseta  y me senté espatarrado en el sofá

-          No tengo sueño, con la emoción que llevo con lo de estos dos – dije- oye, y en este caso ¿Cómo se hace la despedida de soltero?

-          Coño, no había pensado eso, supongo que la celebraran juntos o… a lo mejor no la celebran

-          ¿Cómo no van a celebrar?  De eso ya nos encargamos nosotros, pero no sé cómo se hará en estos casos

-          Mira ya hablaremos con Cristian, que domina de todo lo que sea fiesta

-          Ahora sí, porque vaya temporada ha pasado el pobre. Oye ¿porque no sacas unas cervezas?

-          Saco para ti, yo prefiero una coca- cola, ¿quieres algo de comer?

-          Pufff deja que me he puesto de cenar como un cerdo ¿Pongo la tele?

-          Prueba a ver si hay algo interesante, pero a estas horas…

No había nada, programas de “llama y gana”, teletienda, brujas del tarot… Al final dejamos un programa de zapping. Yo estaba sentado y Germán se tumbo apoyando su cabeza en mi regazo, yo le acariciaba el pelo, me encantaba tenerlo así.

-          Jajajajaja – empezó a reírse – creo que mejor, me voy a sentar

-          ¿¿¿Por??? me gusta tenerte así

-          Y a mí, pero tú “amigo” no hace más que dar saltitos y me roza en la oreja, jajajaja.

Me acerque a él y le abrace entre risas

-          Eso es culpa tuya, que eres mago, es acercarte y las cosas cambian de tamaño y cobran vida, mira – mi polla dio unos satitos dentro del calzoncillo- hop, hop, hop

-          Jajajajaja me gusta hacer magia contigo

Nos fuimos tumbando quedando uno al lado del otro y empezamos a besarnos, ya ninguno atendía a la tele.

Cuando acabamos el curso, yo ya tenía claro que iría a estudiar donde fuera Germán, estudiara en Madrid, Valencia o en el culo del mundo. Al saber que iría con Alberto y Oscar, aun fue mejor, son mis mejores amigos y no quería tampoco separarme de ellos, así que seguiríamos los cuatro juntos.

Se lo dije a mis padres. Mi padre no entendía que no estudiara en Madrid, que ya tenía pensada hasta la universidad.  Yo le dije que quería estar con mis amigos, que gracias a ellos me había sacado el curso y aprobado la selectividad y que después de tantos años les iba a echar mucho de menos. Suena a una niñería, pero claro yo no podía decirles lo de Germán, de hecho no sabía cómo iba decirles que era gay, me daba un miedo terrible. Use todos los recursos de ojito derecho de la casa siendo un zalamero con mi madre y mis hermanas, con lo que se pusieron todas de mi lado, ante lo cual, al final mi padre cedió.

En septiembre empecé las clases, empresariales, que era lo que mi padre quería que estudiara para luego poder currar en la empresa. Tuve suerte, no es una carrera en la que pidan mucha nota pero las mías eran un poco malas, aunque al final me llego, por los pelos, pero me llego. Iba a la misma clase Oscar, lo que era genial, no solo porque es mas fácil empezar en un sitio con un amigo y yo al chiquitín lo quiero un montón, sino porque me ayuda una burrada con los estudios, porque la verdad, no voy tan bien como debiera, siempre he sido muy torpe con los estudios,  ya había acabado segundo y arrastraba bastantes asignaturas.

Lo que más me gustaba de la universidad, con muuuuucha diferencia, es estar en el equipo de futbol. El último año en el equipo del instituto fue una mierda, ya que tenía que aguantar a Isaac y amargo una de mis cosas preferidas. Por eso no perdí ni un segundo para hacer las pruebas del equipo de la facultad, para el de la universidad aún era pronto. Tanto yo como Oscar entramos en el equipo y no es por presumir, pero soy bueno, nunca he sido malo en el futbol, pero he mejorado una barbaridad, de hecho el entrenador, me ha comentado que soy de los mejores que ha tenido.

Germán dice que le doy demasiada importancia y que tal vez debería dedicar más tiempo a los estudios, pero… no lo puedo evitar, Germán no lo ve como yo, cuando juego, cuando tengo una pelota en mis pies, soy otro, me siento seguro, porque realmente allí sé que soy bueno. De todas formas, desde hace unos días estoy dándole vueltas a lo de los estudios y el futbol y… bufff no sé, se me sigue dando mal pensar.


Los besos eran cada vez eran más pasionales, mis calzoncillos habían volado y refrotaba mi polla dura contra Germán que también se había quitado los pantalones.

-          Uffff como me pones rubito

-          Como a mi tu musculitos

-          Jajajaja – empecé a acariciar su entrepierna sobre el calzoncillo – oye ¿te apetece hacer algo diferente?

-          Uyuyuyuy, ¿qué cochinada estas pensando?

-          Podríamos llenar la bañera… un poco de espuma…

-          Jajajajajaja, ya, como la ultima vez, que hiciste un jacuzzi casero y casi me intoxicas

-          Jajajajajaja, hombre pues la forma más fácil y rápida de hacer burbujas en la bañera

-          Si, y casi me muero de la peste

-          Jajajajaja, pero bien que te reías

-          Eres un guarrete, pero me rio un montón contigo y sabes que eso es una de las cosas que me vuelven loco de ti.

Me moví y me senté sobre el paquete de Germán, que estaba como una roca

-          Bueno, las verdad es que no me importa el sitio – me quite la camiseta, sabía lo que le gustaba a Germán ver como mi torso se tensaba y marcaba los músculos – mientras pueda tener tu rabo bien metido en el culo.

-          Jojojojojojojojo eres pura poesía Dani, pero – coloco sus manos en mis cadera- esas cosas que me dices me ponen un montón.

-          Pues – me acerque hasta que nuestras caras se rozaban – demuéstramelo

Le di un beso que era puro fuego

Vivir con Germán, me encanta, llegar a casa y tenerlo allí, dormir con él, abrazarle contra mí, hacer el amor una y otra y otra vez. Han pasado ya más de dos años y creo que cada día quiero más al rubiales este.

Aunque al principio hubo algunos problemas de convivencia, reconozco que fue por mi culpa y casi la cagué. Yo siempre he sido un mimado y eso me ha llevado a ser desordenado, bastante vago y a no tener ni idea de las cosas del hogar. En mi casa no había problema, ya que se encargaba de todo mi madre y en el colegio tampoco, pero claro no es lo mismo convivir con alguien y que tenga que aguantarme. En eses sentido Germán es recto, demasiado diría yo, todo ha de estar limpio todo ordenado.

Pero por muy recto que sea, la verdad que yo era un caos y en vez de aceptarlo y reconocerlo, me ponía gallito, Germán sabe que soy todo fachada, pero eso no quita que llegue a ser molesto que alguien te niegue lo que está claro.

No fue hasta después de la primera Semana Santa cuando la cosa exploto. Yo volví unos días antes que él y sin tener a Germán metiéndome caña, la verdad es que me toque bastante los huevos. Tres días viendo la tele y jugando a la Play, sin hacer otra cosa. La maleta abierta en el salón, ni la deshice, solo sacaba algún calzoncillo o alguna camiseta para estar por casa. Que tenía hambre, pues llamaba a un chino o pedía una pizza y los restos ahí se quedaban, porque no fregué ni un solo día.

Cuando él llego la casa, lo reconozco era una autentica pocilga y ni siquiera había comida en la nevera, vamos que llega  a tardar un par de días más y se me come la mierda. Se enfado mucho, muchísimo, tanto que me dijo que como siguiera en ese plan se empezaba a buscar un piso para él y que me encargara yo de lo mío. En el fondo no pensé que lo haría, pero el solo oírlo me asusto, me aterraba la idea de que se pudiera ir. Le pedí perdón un montón de veces y sirvió para ponerme las pilas. Ahora soy mucho mas apañado y cumplo con las labores de la casa, puede que no tanto como Germán, pero cocino… bueno algo cocino, limpio, pongo la lavadora, friego los platos, bajo a comprar… bueno todo, menos planchar, eso se me da de pena, es un lio.


Me había puesto un poco de saliva en el culo, aunque no la necesito mucho, está ya muy hecho al rabo de Germán. Se la agarre, la lleve hasta mi agujero, me moví hacia atrás y me la empecé a meter.

A mí como más me gusta es que me monte  a cuatro patas, pero así también me gusta porque soy yo quien lleva el ritmo y uffff, me encanta que entre despacito y disfrutar de cada centímetro abriéndose camino dentro de mí.

-          Aaaaaa, ya está toda dentro

-          Me encanta cuando te entra tan fácil, porque sé que estas caliente

-          Uffff podría pasarme todo el día así

Me recosté para atrás logrando tenerla aun más adentro y así empecé a moverme, lento al principio disfrutando del momento, pero poco a poco fui aumentando la velocidad. Germán me agarro la polla que se bamboleaba toda erecta babeando sin parar y empezó a pajearme, yo estaba en la gloria, disfrutando por delante y por detrás y empecé a gemir, tal vez grito demasiado, pero sé que a él le pone oírme y no lo puedo evitar cuando estoy caliente y ahora estaba muy muy caliente.

-          Jodeeeeer Dani estas desatado…. aaaa…. eres una maquina…

-          Ummmm, tu rabooo…. que me pone todo perro…. uffff dale… pajéame más rápido…

Anqué técnicamente ya había salido del armario y aceptaba lo que era sin problemas, seguía siendo reticente a contárselo a la gente. Con mi grupo de amigos no había problema, todos los sabían, además todos éramos gais. Porque aunque quedábamos con amigos de la facultad, del equipo de futbol, nuestro grupo de amigos seguía siendo el mismo del instituto, bueno, el mismo mas Cristian, el mejor amigo de Alberto. Yo al principio… digamos que no me caía muy bien, por el hecho de que sabía que Germán se acostó con él. Pero poco a poco mi actitud cambio. Era un chaval simpático, divertido y buena gente, un poco golfo, pero buena gente y ahora me llevo muy bien con él, además, pensándolo bien, Germán también se acostó con Oscar, yo con Alberto y este con Cristian, jajajaja, vaya golferío, así que era algo estúpido rechazarlo por eso, sino, no nos hablaríamos ninguno.

Pero claro eso era nuestro grupo de amigos, otra cosa es decirlo en la facultad o en el equipo. Pero por suerte allí estaba Oscar, él fue el primero en decirlo, tanto en el equipo como en clase, a ver, no se presento con eso, pero tampoco lo oculto mucho tiempo, eso me dio fuerzas suficientes para contarlo yo también y la verdad que no ha habido problemas, así que desde entonces apenas me preocupo por ese tema, me he dado cuenta que ya no me da miedo que la gente lo sepa, bueno… no me importa tanto.


Cada vez me movía más y más rápido no me quedaba mucho para correrme, Germán jadeaba sin parar, tampoco le quedaba mucho para acabar. Como deseaba ese momento, me encantaba sentir su semen derramándose dentro de mí, la verdad que me volvía loco cualquier cosa que me hiciera, pero esa más.

-          German…aaaa… Germaaaaan… me voy a correeer…

-          Quiero ver córrete sobre mi campeón, quiero ver tu polla estallar

Germán aumento la velocidad de su paja y me empecé a correr sobre su abdomen y su pecho, apretando mucho el culo alrededor de su rabo, el dio una fuerte embestida y note como me llenaba el culo con su lefa, uaaaaa que a gusto me sentí.

Me incline hacia él, para besarle, mientras nuestros pechos se pegaban por mi semen, y su rabo iba saliendo poco a poco de mi culo, uffff me encanta esa sensación, me gusta que salga poco a poco y luego notar como sale su semen, mientras no dejamos de besarnos

Estábamos los dos cubiertos de sudor, pero he de reconocer, que me encanta olerlo todo sudado, jajajajaja, soy un guarrete con mi chico.

-          Guaaaaaa, ha sido increíble grandullón

-          Y tanto cari, estoy agotado.

Me recosté sobre el apoyando mi cabeza en su cuello, mientras ambos recuperábamos el aliento

-          Llevas el corazón a cien por hora  - le dije-

-          Es lo que tú me provocas.

En Navidades del primer año, Germán se lo dijo a sus padres y en verano me fui a Valencia para conocerlos. Yo estaba nervioso, pero me dijo que fuera simplemente yo y que vería como les encantaba, y así fue. Son muy agradables sobretodo su padre, su madre es algo más estirada, pero me cayeron muy bien los dos, y por lo que me dijo Germán con una sonrisa de oreja a oreja, yo a ellos también.

El conocer a sus padres me decidió que ya era hora de contárselo a los míos, aunque me daba un miedo terrible. Tras estar en valencia me fui al pueblo y luego unos días a casa, a Madrid.

Era un sábado, acabábamos de comer y estaba solo con ellos dos, porque mis hermanas hacía tiempo que no vivían ya con mis padres. Les dije que les tenía que contar algo muy importante, tome aire y se lo solté y fue… fue… fue un autentico y descomunal desastre.

Yo… bueno yo no esperaba que se lo tomaran bien, sé que mis padres son dos personas bastante tradicionales y el tema de la homosexualidad… no es algo en lo que fueran muy comprensivos, pero desde luego no esperaba eso.

Al principio pensaron que se trataba de una broma y por un segundo estuve por decirles que lo era, pero ya que había empezado, había que echarle huevos. Cuando vieron que era verdad mi madre empezó a llorar desconsolada, entre los sollozos llegaba a entender que si ella tendría la culpa y mi padre se puso histérico, siempre había sido un hombre un poco cascarrabias, pero nunca lo había visto así y menos conmigo. No los podía entender, para mi había sido muy difícil aceptar mi condición, muy difícil armarme de valor para decírselo y ver su rechazo por algo que no podía evitar, me dolía en el alma, porque los quería, no pude evitar empezar a derramar lagrimas.

Yo les intente explicar que no era malo, que era simplemente lo que era, que no podía vivir mi vida aguantándome, viviendo mentiras. Que solo así sería feliz, que necesitaba que ellos lo entendieran y que necesitaba a Germán a mi lado.

Me salió solo, ellos conocían a Germán pero claro, pensaban que solo como era un amigo y… fue una metedura de pata garrafal lo que dije.

Mi padre se puso a gritar como un loco, quería que volviera enseguida para casa, que empezara a estudiar en Madrid, que él no iba a estar pagando dinero para que llevara una vida a saber de qué tipo y con un pervertido que mira porque camino me ha llevado.

Eso sí que no, podía aceptar que me dijeran  a mí lo que quisieran, pero por nada del mundo iba a permitir que insultaran a Germán llamándolo pervertido, le conteste, le dije que quien se creía que era para decir eso que de la persona que más quiero, que jamás volviera a decir eso delante de mí. Los gritos subieron, jamás me había peleado con mi padre y sin embargo estábamos allí diciéndonos de todo, mientras mi madre no dejaba de llorar y nos pedía que paráramos.

No pude mas, fui a mi habitación, cogí mi cartera y el móvil, metí rápidamente cuatro cosas en mi bolsa y me fui de casa. Yo iba camino del metro sin parar de llorar, la reacción de mis padres me había dolido una barbaridad.

Iba en el metro camino de la estación de Atocha, para coger un tren de vuelta casa, por suerte tenía dinero para pillar un billete, porque quería volver a casa con Germán, porque necesitaba sus abrazos más que nunca, que me calmara y aconsejara como solo es sabe hacer. Fue entonces cuando me llamo mi hermana la mediana, que le había llamado mi madre toda histérica, y me preguntaba donde estaba, yo se lo dije y quedamos en media hora en la estación.

Cuando llegue me dio un fuerte abrazo y nos fuimos a tomar algo a una cafetería, yo me tuve que tomar una tila, porque estaba muy nervioso. Ella intento calmarme, diciendo que me comprendía y que contaba con su apoyo y también de seguro con el de mis hermanas, aunque eso tampoco fue una sorpresa, yo sabía que ellas me entenderían, pero respecto a mis padres… qué bueno que les diera tiempo, pero no me oculto que la cosa… estaba complicada, eso hizo que me echara de nuevo a llorar, ella me dio a entender, que lo mejor sería que volviera a casa, y que tal vez el año que viene, con las cosas más calmadas… pero ni hablar, no pensaba volver, le hable de Germán, que le quería con toda mi alma, que no pensaba separarme de él,  que me apañaría como fuera, pero que por mis cojones que no volvía.

Nos dimos un fuerte abrazo de despedida, que supiera que ella y mis hermanas estaban para lo que necesitara y que hablarían con mis padres.

La verdad es que era más fácil decir lo de que apañaría yo solo, que hacerlo, yo dependía totalmente del dinero de mis padres. Ellos me pasaban un dinero al mes, con eso yo pagaba el piso, la universidad, mis gastos y mis caprichos y debo decir que siempre he sido un poco manirroto con el dinero y que ahorrar.... más bien poco.

Sinceramente, esos días estaba hecho un asco, no por el dinero, sino por el rechazo de mis padres, los quería muchísimo y si lo pase mal en el instituto por el rechazo de gente, que en el fondo me la sudaba, imaginaros como estaba al ser mis padres. Los dos primeros días de vuelta a casa llore sin medida. Germán no se separo de mi lado me cuido e intento animarme diciendo que todo se solucionaría pero que les diera un poco de tiempo para hacerse a la idea. Creo que de no haber sido por Germán me habría hundido completamente.

Lo del dinero, para mi sorpresa, se soluciono increíblemente pronto. Tres días después de mi vuelta vinieron a casa a cenar Oscar y Alberto, a quienes Germán había contado todo lo que había pasado y Alberto me ofreció un regalo. Cuando vi la cifra me mareé, pero yo tengo mi orgullo y no podía aceptar todo ese dinero sin más, por muy amigos que fuéramos, aun así el insistió en que le dejara pagarme la universidad y que aceptara algo de dinero para mis gastos, hasta que la cosa se arreglara. Al final acepte. Por otra parte Germán, que es mas ahorrador que yo, me dijo que él podía pagar mi parte del piso un par de meses y por ultimo me llamo mi hermana mayor, las tres se habían reunido y me hicieron una transferencia. Así que por lo menos el problema del dinero se soluciono temporalmente mientras buscaba un trabajo, para poder mantenerme.

Solo habían pasado veinte días, cuando mi madre me llamo, estaba fatal, terriblemente preocupada por como estaba. Decía que sentía muchísimo su reacción, le pillo de sopetón, que ella no podía entenderlo, que era de otra época que la habían educado de otra manera, pero que lo que si entendía es que era su niño, y que lo que mas quería del mundo es que fuera feliz y eso para ella era lo realmente importante. Me pase más de dos horas hablando con ella, llorando los dos a moco tendido.

La charla con mi madre significo mucho para mí, parecía que la cosa se iba arreglando… aunque no del todo, mi padre no quería hablar conmigo. A pesar de ello, me volvieron a pasar dinero, con lo que pude arreglarme mejor, intente devolverle el préstamo a Alberto, pero se negó en redondo, lo mismo paso con Germán y que mis hermanas.

Para el puente de Todos los Santos me llamo mi hermana pequeña y me dijo que había convencido a mi madre para ir las dos a verme, y así también conocer a Germán, que si lo iban conociendo las cosas se irían normalizando con mis padres. A mí me pareció también una gran idea.

Mi hermana se llevo muy bien con él, mi madre… fue educada, dejémoslo ahí y mi Germán fue un autentico encanto, sabia lo importante que era para mí solucionar toda la situación con mis padres.

Ya a principios de diciembre, yo no sabía qué hacer en Navidades, en principio iría a Valencia con Germán, pero entonces me llamo mi padre. Me pido que fuera a pasar las Navidades con ellos. Fue muy seco conmigo y no estaba muy convencido si aceptar o no, pero Germán me convenció, que era mi padre y que ya había dado un paso importante y tendido un puente conmigo, así que al final decidí ir.

La situación con mi padre al principio era tensa, aun así me pidió disculpas, que no debería haberme tratado así, que seguía pensando lo mismo, pero que era su hijo y que por mi haría todo el esfuerzo del mundo por comprenderme y cambiar sus pensamientos.

No era perfecto, pero por ahora era más que suficiente para mi, nos dimos un fuerte abrazo, yo mucho más contento.

Poco a poco las cosas fueron mejorando, la verdad que después de estar tanto con Germán, he descubierto que su receta del tiempo suele funcionar.

Para marzo mis padres vinieron a verme un fin de semana, para seguir limando asperezas. Mi madre empezaba a llevarse bien con Germán, mi chico no escatimaba en intentar agradarlos. Con mi padre la tensión era más patente, a veces le miraba con una cara como diciendo ¿Tu eres el cabrón que ha pervertido a mi hijo? y si yo me daba cuenta, pues imaginaros Germán. He de reconocer el esfuerzo, la paciencia y la comprensión que ha tenido en este tema, sabe lo importante que es para mí y yo se lo agradeceré siempre.

Ya en Semana Santa, les pedí a mis padres de llevar a Germán al pueblo. Al principio hubo reticencias, pero al final lo aceptaron, pero que ni que pensara en que durmiéramos juntos. Fueron solo cuatro días y delante de todo el mundo éramos simplemente colegas, excepto mis dos mejores amigos del pueblo, que se lo había contado, pero ante el resto, solo amigos, no quería que mis padres se sintieran incómodos, pero fue todo bien, Germán conoció al resto de mis hermanas y hubo más acercamiento con mis padres.

Este verano volvimos a ir al pueblo y esta vez sí que note que las cosas estaban yendo mucho mejor, aunque seguíamos sin poder dormir juntos, con lo que lo pasaba muy mal, estoy acostumbrado a hacerlo con Germán cuando quiero. Pero ya digo, la cosa ha mejorado un montón, mi madre le está tomando bastante cariño, sobretodo, porque sabe que ha sido él, quien me había espabilado en el tema de las cosas del hogar, algo que mi madre siempre me reprendía, por ser tan desastroso. Con mi padre, no me atrevería a decir aun, que le caiga ya bien, pero se llevan mejor. Estoy seguro que al final se llevaran bien.


Estábamos tumbados en el sofá, disfrutando del relax tras una estupenda sesión de sexo. Germán me acariciaba el pelo y yo apoyaba mi cabeza en su pecho y jugaba con su pezón. Sin embargo, yo daba vueltas a algo en mi cabeza y como siempre, a Germán no se le pasa una.

-          ¿Estás preocupado por los exámenes, grandullón?

-          Un poco, no las tengo todas conmigo.

-          Tranquilo ya verás cómo va bien.

-          Bueno, pero no… no es eso lo que realmente me preocupa

-          ¿Qué es lo que te preocupa?

-          Pues veras, dentro de dos semanas son las pruebas para el equipo de la universidad, las voy a hacer quiero entrar en el equipo y jugar en la liga universitaria.

-          Me parece estupendo  verte con tanta determinación, yo no entiendo mucho de futbol pero sé que eres muy muy bueno, así que no veo de qué preocuparse.

-          Veras, hable hace dos días con el entrenador, para lo de las pruebas y eso y… bueno pues…

-          Dani ¿qué pasa?

-          Pues a ver, tú ya sabes que la liga universitaria es algo serio y bueno el entrador me ha dicho que si me lo curro, podría ser… bueno, a esta liga van muchos ojeadores y no ve descabellado… que pudiera acabar en una liga profesional, que cree que tengo mucho futuro en esto…

-          Dani ¡¡¡¡Pero eso es fantástico!!!! ¿Por qué no me lo habías dicho?

-          Porque de entrar en el equipo me quitara mucho tiempo de los estudios, tendría que entrenar mucho y... y no sé si con eso podría sacarme la carrera y yo… yo quiero que estés orgulloso de mí.

Germán se levanto y me miro con ojos de sorpresa.

-          ¿Qué quieres decir con estar orgulloso de ti?

-          Pues eso, yo sé lo que tu opinas de estar todo el día con el futbol, y que me quite tiempo de mis estudios y… que estés orgulloso de mí, me es muy importante.

-          Pero qué tontería es esa, es cierto que a veces te digo eso, pero también me gusta ver lo bueno que eres con el futbol, además lo del futbol o lo de la carrera has de hacerlo por ti, no por mí ni por nadie, yo me siento orgulloso de ti, pero por ser lo que eres, una buena persona, alguien maravilloso, con un corazón de oro, que se que me quiere y que haría cualquier cosa por mí.

Le abrace con mucha fuerza. Ha pasado tanto tiempo y no había nada que me animara más que las palabras de Germán

-          ¿Sabes? voy a currármelo, me voy a poner a tope con lo del futbol, siempre ha sido mi sueño y poder dedicarme a él profesionalmente seria la hostia, pero no voy a dejar los estudios, me sacare la carrera, por estas, que me la saco, puede que tarde algo mas, pero lo hare.

-          Así me gusta grandullón, el oírte así, tan lleno de seguridad y decidido a luchar por tus sueños, hace que me sienta orgulloso de ti.

Subí un poco para estar a su altura y poder besarle

-          Te quiero Germán , y te voy a querer durante toda mi vida

-          Y yo, no me separare de ti jamás