Bachiller XXXIII - Darwinismo social
En el mundo hay dos tipos de personas, fuertes y débiles, los fuertes están para mandar, y los débiles para obedecer lo que les marcan los fuertes, les guste o no.
Buenas a todos
Lo primero que quería hacer era daros las gracias a todos, por vuestras muestras de ánimo, no sabéis lo que ha significado para mí en estos momentos. Poco a poco los ánimos se recuperan y uno vuelve a estar más fuerte, muchas gracias de nuevo a todos de verdad.
Y gracias también por vuestra paciencia, se que este ha ocurrido, digamos en el momento cumbre de la historia, ya el penúltimo capítulo está aquí. Solo queda uno el capítulo final, que supongo que lo podre tener o el Lunes o el Martes.
Y aun a riesgo de repetirme muchas gracias de nuevo a todos
Oscar
He estado toda la noche dándole vueltas a la cabeza, Alberto estaba en manos de Isaac, y eso me aterra, yo estuve en sus manos, Dani también, y nos hundió totalmente, no quiero que pase por lo mismo, no quiero verlo en mi situación, se que él es más fuerte, pero es solo tiempo que Isaac acabe minándolo. Además aunque me diga que no, se que la culpa es mía, yo he ayudado más que nadie a derrumbarlo.
Sé porque lo hace, no quiere que Isaac nos haga daño, lo sé porque es lo que yo hice y… y lo volvería a hacer ahora sin dudarlo, si con eso arrancara a Alberto de las garras de Isaac.
Pero su seguridad me descoloca, y no sé qué pensar. Me dijo que él sabía lo que hace, que confiara en él y a mí me gustaría hacerlo, pero nadie sabe lo que se hace cuando está en manos de Isaac.
Ahora necesitaría un buen consejo de Germán, pero no me atrevía, porque no sé cómo se lo tomaría Alberto si se enteraba que se lo había contado a Germán, no creo que quisiera que la gente supiera que ha caído en sus manos, si algo tiene Alberto es orgullo.
Tenía que hablar con Alberto primero, tenía que convencerle que acabara con esto, que no es el camino, que se está metiendo en la boca del lobo.
Había acabado de comer y estaba llegando a la habitación cuando note una mano en mi hombro
- Oscar
- ¡Alberto! Qué bien que estés aquí, hoy en clase no me has dado tiempo, no te he visto en la comida, tenemos que hablar, te…
- Espera, ven un momento
Me agarro por el codo y me sentó en un banco del pasillo
- Escúchame, Isaac me ha dicho no se va a volver a acercarse a ti.
- Alberto, no creas nada de lo que te dice ese cabrón
- Lo sé, por eso quiero que me digas si te hace algo, si te dice algo o simplemente se acerca a ti. No pienso permitir que te haga daño.
Tome aire, si quería convencer a Alberto, tenia que serenarme.
- Alberto, se porque lo haces, lo sé porque yo lo hice por lo mismo, pero estaba equivocado, tú me lo hiciste ver....
- Oscar, ya te he dicho que se lo que me hago.
- No lo sabes, nadie lo sabe con Isaac, te retuerce, te anula, de verdad Alberto, hay otro camino, si hablamos con Germán, con…
- Oscar, esto es cosa mía, no quiero que metas a nadie por medio, yo me apaño con esto.
- No Alberto, no es cosa solo tuya, también es mía, porque si tu lo pasas mal o te hacen daño, es cosa mía también, yo tampoco permitiré jamás que te hagan daño
Me miro sonriendo, con esa sonrisa suya y esos preciosos ojos verdes, me pareció que sus ojos se humedecieron, pero los míos seguro.
- Chiquitín, se que te preocupas por mí, pero yo estoy bien, te prometo que estoy bien, se lo que me hago, pero necesito que confíes en mi.
- Yo confió en ti, pero…
Cogió mis manos, las llevo a sus labios y las beso
- Oscar, necesito que confíes en mí, jamás he necesitado que confíes en mi tanto como ahora, para mí no es fácil, y lo necesito, prométemelo.
- Alberto yo…
- Necesito que me prometas que confías en mí y que me dejaras esto a mí, yo te prometo que estaré bien. Prométemelo Oscar
- Te lo prometo Alberto
Volvió a sonreír y me beso las manos de nuevo antes de soltarlas
- Gracias Oscar
No añadió mas, se levanto y se fue.
Creo que la conversación no me había aclarado nada la cabeza. Yo confió en Alberto, pero es que es Isaac quien controla la situación. Tengo que hacer algo, pero le he prometido confiar en él, ósea, que tendría que hacerlo sin que él se enterase. Jodeeeer, no tengo ni idea de por dónde tirar con esto.
Alberto
- Y quiero que sea idéntica, pero con ese cambio que le he comentado.
- No hay problema, tengo una igual
- Perfecto, entonces ¿para cuándo podría estar?
- Mañana mismo la tendría
- Estupendo, pues mañana mismo vengo.
Acababa de salir, cuando sonó el móvil, era un whatsapp de Cristian
- ¿Era esto lo que querías?
Lo vi y sonreí.
- Perfecto, muchas gracias Cristian, te debo una
- Jajajaja, te las cobrare en carnes
Isaac
Ufff, aun quedan como tres horas para que venga Alberto, y eso que lo he tenido todas las tardes de esta semana, pero es que no me canso, de hecho cada día disfruto más de él, y parece que el cada vez acepta mas su situación, aunque no le guste, jajajaja, aunque bueno, no aseguraría que no le gusta.
Sin embargo, también le doy vueltas a la cabeza a varias cosas, no es que me preocupen, sino que simplemente me parecen curiosas.
Me explicare. El lunes se la mame por primera vez, es algo que tenía pensado, pero me vino de perlas para aplacar su cabreo. Yo hasta ahora, las mamadas las usaba como medio para mis fines, para doblegar a mi voluntad a los demás, porque sé que lo hago bien, y hay que usar nuestras bazas.
Pero esta vez me gusto, vamos me encanto, era delicioso tener esa maravillosa polla en mi boca, notar cómo se ponía mas y mas dura, notarla palpitar, fue increíble, nunca me había sentido así. Yo jamás se la había chupado a un chico más de una vez, pero es que a Alberto se la he chupado todos los días de esta semana, y lo he disfrutado muchísimo, aunque no menos que él, claro.
Porque lo disfruta y la mamada del lunes la disfruto como nunca, normalmente lo intenta disimular, pero el lunes no pudo, luego le noto el remordimiento en sus ojos y me encanta verlo, pero estos últimos días es como si en ese sentido se fuera rindiendo, como que su mente dejara de luchar y disfrutara sin ambages, o por lo menos con menos resistencia, y sorprendentemente, me gusta, me pone saber que disfruta, no por el hecho de humillarle o que se sienta mal, si no por el hecho simple y llano de hacerlo disfrutar.
Y me encanta, no puedo resistirme, Alberto es el mejor amante que he conocido, al principio era frio pero entregado, ahora es cada vez menos frio y mas entregado y cuando disfruta es increíble. No ha habido chico, chica, culo, coño o boca, que sea comparable a él en ningún sentido, jajajaja, y muchísimo menos polla, madre mía que maravilla de herramienta. Creo que puedo decir que soy a dicto al sexo con Alberto, aunque no veo ningún problema, al fin y al cabo es mío.
Creo que esa, es una de las razones, de lo que para mí, es lo más curioso que ha pasado.
Cuando el lunes Alberto llego totalmente cabreado, me empujo y me grito. A ver, yo sé que no me tiene miedo, ni se acobarda con facilidad como tantos otros, pero de todas formas yo de normal, jamás habría dejado pasar eso, habría reanudado la guerra hasta enseñarle quien manda. Pero no lo hice, ya que eso habría supuesto renunciar a él durante el tiempo que durara y no me agradaba, y… bueno tener a un Alberto totalmente derrotado, tampoco es que me atraiga en exceso, lo prefiero con su orgullo y dignidad intacto, pero sumiso a mí.
Y no negare que en cierta manera lo respeto, por su fuerza y valentía, más que a ninguno de esos simples que he tenido en mis manos, de hecho más que a la mayoría de la gente que conozco, jajajajaja, lo que no quita que deje de disfrutar de él.
Y esta noche no voy a parar.
A las 22:00 llamaron a la puerta, yo estaba más ansioso que nunca, pero bien me encargue de disimularlo.
- Hola
- Hola Albertito
- ¿Puedo entrar?
- Claro, bienvenido a la fiesta.
Venía con el uniforme del colegio, se lo había indicado, era algo que me gustaba, me ponía muy cachondo verlo con el uniforme, siempre he tenido una vena fetichista, aunque… sin el uniforme me gustaba aun más.
Entro y se sentó en la cama apoyando la espalda en la pared, al principio se quedaba en la puerta, esperando lo que le dijera, pero últimamente estaba… no sé como mas aclimatado y no me disgustaba, ya que se traducía en mayor entrega por su parte.
- ¿Bueno, que quieres hacer?
- Tranquilo Alberto hay mucha noche para pasarlo bien, no hay ninguna prisa
Saque una botella de whisky, una de naranja, hielos y dos vasos
- No necesitas emborracharme para que haga lo que tú quieras
- Lo sé, pero ya que hoy va a ser una gran noche, en la que pienso disfrutar al máximo, me gustaría un ambiente más distendido, ya te dije desde el primer día, también quiero que lo pases bien.
Serví dos whiskies con naranja, se lo ofrecí y me tumbe a su lado. Alberto, mantenía su seria dignidad, me encantaba, desde que estoy con él me he dado cuenta, de lo harto que estaba de follar con peleles y mediocres.
- Bueno ¿te lo has pasado bien esta semana?
- No me quejo
- Vaya ¿no te quejas? Voy a tener que esmerarme más, pensé que disfrutabas en nuestros encuentros
- Eres buen amante, no te lo niego, pero ya sabes que yo no vengo a disfrutar.
- Pero lo haces, lo noto, creo que alguna vez te habría hecho correrte sin tocarte, jajajaja, lo que piense tu cabeza no es lo que tenga que hacer su cuerpo, y de hecho cada vez disfrutas mas y te resistes menos, tu cuerpo está tomando el control sobre tu mente.
Se revolvió incomodo en la cama, y se acabo el cubata de trago, estaba metiendo el dedo en la llaga y a pesar de todo me seguía encantando, demostraba que tenía el control sobre él y no le quedaba más que aguantar, pero por otra parte era también una muestra de su aguante y fuerza. Me lo acabe también y fui a servir otros dos. Se lo di y me volví a sentar en la cama a su lado.
- ¿El trato incluía también estas charlas?
- El trato era, que eres mío, y no todo va a ser follar.
- Resulta mas fácil
- Jajajajaja y placentero, venga no lo niegues, te encante que te folle.
Le vi un pequeño rubor, creo que eso hizo que se me empezara a empalmar, aunque no estaba seguro si era por verlo turbado o por el simple hecho de saber que disfrutaba follando conmigo. Puede que un poco de cada.
- Depende de la léxica, me gusta follar, me gusta el sexo y tú lo haces muy bien, no lo niego, pero claro, que no me gusta que seas tú.
- Sin embargo a mi me encanta que seas tú, verte retorcerte de placer entre mis manos, dime ¿cómo te gusta más?
- Me es indiferente
- Jajajajaja, claro, disfrutas de cualquier modo sin medida.
Se volvió a ruborizar ligeramente, a un chico como Alberto, el hecho de decirle a la cara que le gusta que se lo folle un tío al que desprecia, debe resultar como una bofetada, sin embargo para mí es un recordatorio de mi victoria.
- Pero tampoco te quejes, que yo me preocupo por ti, o ¿acaso no te gustan las mamadas que te he hecho?
- No creo que te costaran mucho
- ¿Y eso?
- Porque he visto como te morías por mi polla desde el primer día
- Jajajajajajaja, jajajajajaja, tienes razón, me impresiono, más que nada de ti – coloque mi mano en su entrepierna – es impresionante – la agarre, note como empezaba a crecer bajo su pantalón, uffff, Alberto era pura testosterona – tengo grandes planes para ella – note como aumentaba el ritmo de su respiración.
- Mientras no me la cortes
- Mataría a la persona que se atreviera a dañar una maravilla como tu rabo.
Por primera vez le vi una tímida sonrisa, muy pequeña, pero no irónica o sarcástica, parecía que el alcohol se le iba subiendo, madre mía, si es que ya habíamos acabado el segundo.
- ¿Quieres otro?
- Bueno, no diré que no
Ya íbamos por el tercer cubata y la conversación se había vuelto más distendida, cosa que me agradaba.
- Pero no lo niegues cuando te la chupo te encanta
- No está mal
- ¿Qué no está mal? Jajajaja, pero si con la del lunes te volviste loco, si hubiera sido por ti, me habrías tenido chupando hasta dejarme sin labios, y eso te hizo sentir mal, lo sé, por eso el martes fuiste como un tempano, aunque te costo, jajajajaja, ayer y el miércoles lo dejaste, no te resististe.
- Bueno, he de reconocer, que lo haces bien, tienes una lengua privilegiada.
- Jajajaja, ves si al final disfrutas, y más que lo vas a hacer, no te queda otra, así que aprovecha y pásalo bien, que no te lo pongo difícil.
Volví a acariciar un momento su entrepierna, ya estaba más dura, como me gustaba, y si hoy…
- Bueno – dijo volviendo a su tono serio – es la única forma de hacerlo más llevadero.
- Pues que todas las cosas sean así de llevaderas, y gracias por lo de la lengua, la de cantidad de tías que he hecho correrse, solo con este musculo.
- Todos tenemos músculos privilegiados – se agarro el paquete, jajajaja, definitivamente estaba desinhibido –
- Jajajajaja, tu lengua tampoco está nada mal
Me levante, abrí la ventana, y saque un cigarro, Alberto, se había tumbado en la cama con las piernas algo separadas y me miraba, definitivamente el alcohol lo había afectado, jajajaja, vi como se sobaba instintivamente el paquete ¿podría ser que estuviera retozón?
- Vaya, ¿la estrella del equipo fuma?
- Solo en ocasiones especiales
- ¿Me das uno?
- Uyyyy ¿el príncipe Van Buren fuma también?
- Solo en ocasiones especiales
Se acerco y nos echamos el cigarro en la ventana, el cubata se estaba acabando, los volví a rellenar, y van cuatro, Alberto ya tenía algunos colores, creo que yo también, pero no es fácil tumbarme con el alcohol
- Oye Isaac, te voy a preguntar una cosa
- Adelante, y yo decidiré si te respondo
- ¿Por que eres así?
Vaya, ¿Por qué soy así? Muchos me lo habían preguntado y normalmente ni me molestaba en contestar, pero pocas veces tenía delante a alguien que se pudiera acercar a mi nivel, alguien que en otras circunstancias pudiera estar a mi nivel, alguien al que de alguna forma respetaba.
- ¿Sabes lo que es el darwinismo social?
- Si
- Claro, pregunta estúpida, pero ¿estás de acuerdo con sus preceptos?
- No
- Yo depende del tipo de interpretacion, los nazis tenían ciertas bases en ese sentido pero erróneas en mi opinión, ellos solo creían en la raza, la forma de los ojos, o el color del pelo, tonterías. En mi opinión la base de darwinismo social, no está aquí – agarre sus bíceps – si no aquí – toque su cabeza.
- La inteligencia marca la diferencia
- Como si no, mira tus amiguitos, Germán y Dani. Dani un ejemplar de toro bravo, capaz de ser la envidia de cualquiera, Germán, es guapete, pero no es en exceso alto, no está muy fuerte, es un chico normal. Para esos estúpidos como los nazis, no habría duda de cuál es el ejemplar de admiración. Para mí tampoco, Germán, es mucho más grande que Dani, incomparablemente más.
- Opino lo mismo, es de las personas más inteligentes que conozco.
- Jajajaja, lo sé, y estoy seguro que sin su ayuda, tu no habrías aguantado tanto, solo hay que ver lo de la foto, se vio quien es el fuerte y el débil. Yo a Germán lo respeto, y… – pensé un momento, pero me decidí - aunque te sorprenda a ti también y bastante.
- No me sorprende, por lo menos no tanto como hace unos momentos, me respetas porque me consideras fuerte.
- Exacto, hay dos tipos de personas fuertes y débiles. Yo siempre me he considerado fuerte, desde niño conseguí todo lo que quería, eso no me hizo fuerte claro, pero si me lanzo a ver si podía tener a las personas como tenia las cosas, y lo conseguí, vi que era fuerte y nunca he dejado de moverme con ese parámetro, y por eso me guio por este tipo de darwinismo social. Los débiles son muchos más, y su destino es aceptar lo que marcan los fuertes, Dani y… – lo pensé un segundo, la conversación me resultaba estimulante, y no quería que se acabara - … Oscar, son débiles, y su destino es aceptar lo que les marquen los fuertes, y sus propias derrotas, demuestran su debilidad, por eso no tolero su rebeldía, lo que les ha pasado, sinceramente el que es derrotado es porque se lo merecían.
Pensé que la conversación se acababa allí, pero si Alberto se molesto, no demostró nada en su cara, parecía agradarle la conversación como a mí.
- Pero ese darwinismo no se divide entre fuertes y débiles solo ¿no?
- Para nada, hay muchos niveles, en el fondo es todo una estratificación, tú por ejemplo eres más fuerte que Germán, y casi a mi nivel, pero a los hechos me remito de que no llegas.
- Por eso lo estas disfrutando tanto, no es lo mismo tener a tus pies a un inferior que a un igual, es como cazar un conejo con una escopeta, o matar a un león con tus manos.
- Jajajajaja, jajajaja, jajajaja, eres un hacha, ves casi estas a mi nivel y podrías estarlo, si no fuera por todos esos malditos sentimientos que te rodean.
Encendimos un segundo cigarro y rellene el cubata, el quinto ya.
- Te seré sincero, cuando tu y yo nos pegamos, te odie, te odie por enfrentarte a mí, por quitarme algo que consideraba mío, pero también te admire, por la misma razón, considere que había encontrado un rival a mi nivel, sabía que eras fuerte, pero sería interesante ver hasta qué nivel. Y porque no negarlo, ya me atraías.
- Y tú no eres de los que te amilana una dura lucha, más bien…
- Me atrae, no hay nada mejor para demostrar quién eres que con una buena lucha.
- Además, yo ese día te deje claras mis debilidades.
- Básicamente, a los fuertes como nosotros es difícil atacarnos, pero a ti, tus amigos son tu debilidad, y eso hace fácil atacarte, bueno mas fácil.
- Por eso tú no tienes amigos.
- No los necesito, me basta con que me teman, me admiren o me respeten, es lo único que me interesa, no necesito la amistad de los inferiores, ni ellos merecen la mía.
Acabamos al cigarro y nos tumbamos en la cama, no estábamos borrachos, pero nos había subido.
- ¿Y nunca has encontrado a un igual?
- Nunca, tú eres lo más parecido a algo así como un igual, lo has demostrado con creces, pero lo siento, también has demostrado que aunque grande, no llegas a mi nivel.
- Bueno, ya lo he asumido.
- Es lo mejor, la gente que sabe cuál es su lugar, le es más fácil aceptarlo.
- Y mi lugar es …
Puso su mano en mi paquete, estaba flipando, era la primera vez que hacia algo así, que tomaba la iniciativa, pero me gusto, mucho más de lo que me imaginaba, yo lleve mi mano a su entrepierna.
- Ya sabes cuál es, ¿te molesta?
- Ya te he dicho que lo he asumido
- No te equivoques, sigues siendo mejor que todos los demás, solo yo estoy por encima de ti.
Empecé a besarlo, pero que diferente, normalmente solía ser apocado y frio en sus besos, pero hoy no, hoy era él quien me besaba, y besaba bien, muy bien, suave pero firme, ascendiendo poco a poco. Me apretaba el paquete que ya estaba duro como una roca, y yo hacía lo mismo, con ese rabo que me ensimismaba. Dios que a gusto estaba.
- Sabes – dijo – me fije como me mirabas el sábado.
- Para no, te mueves así para que no te miren ¿verdad? sabes que bailas bien, muéstralo, la modestia no es ninguna virtud.
Seguí besándole, poco a poco nos fuimos tumbando en la cama, y él se puso sobre mí, la pasión de sus besos aumentaba, notaba su fuerza, emanaba fuerza, no sé si era el alcohol, pero me estaba volviendo loco.
- Así que te gusta como bailo ¿eh?
- No diré que no.
- Porque se me está ocurriendo una cosa.
- ¿A sí? ¿el qué? – me sorprendí a mi mismo deseándola-
- Dime si la quieres
- La quiero
Se levanto saco el móvil, busco algo y empezó a sonar la música mientras lo dejaba en la estantería, era una música sensual (The Pussycat Dolls - Buttons ft. Snoop Dogg, http://www.youtube.com/watch?v=VCLxJd1d84s ). Alberto se empezó a mover, sus hombros a la vez que su cabeza, a la vez que su tórax, su cadera, sus piernas.
Se empezó a sacar el jersey, ¡¡¡¡¡¡nooooo!!!!!! No podía ser verdad, iba… iba a… ¡¡¡¡Diooos!!! Se tocaba el pecho con las dos manos sobre la camisa, bajando poco a poco, hasta meter una mano por debajo del pantalón, donde se notaba su erección.
Los zapatos volaron, cayó de rodillas, sin parar de moverse. Se agacho hasta que su cabeza estaba en mis pies, jodeeeeer, su lengua empezó a subir por mi pierna, por el paquete, mi pecho, mi boca. Estaba alucinando, era increíble, como se movía, me tenía hipnotizado.
Los botones de su camisa fueron volando, hasta que se la quito, se acerco a mí, coloco un pie en la cama, con su paquete a la altura de mi cara, yo la enterré allí, mordí esa polla dura sobre el pantalón, me estaba poniendo a mil, él apretó mi cabeza contra el bulto. Un gesto que en cualquier otro habría acabado en una hostia, me puso a cien, quería que me apretara más contra ella.
Se alejo y empezó a desabrocharse el cinturón, con las caderas al ritmo de la música, se desabrocho el pantalón, se tumbo en el suelo, y se lo quito junto con los calcetines, sin perder el ritmo, por Dios como se movía. Solo llevaba los bóxer y la corbata, arrrrrggggffff, no podía dejar de mirar esas caderas hipnóticas, con ese paquete que volvía loco, que se marcaba hacia la derecha, apretando la tela tensa, tenía que esforzarme por no sacarme la polla y pajearme como un mono, tenía que ser esto el alcohol.
Cayó de rodillas con los brazos tras la cabeza, tensando su torso, marcando cada uno de sus músculos, moviendo las caderas de forma que su paquete era aun más evidente. Se desabrocho la corbata, moviéndola por su cuello, para al final pasarla por su boca y lanzarmela. Se doblo hacia delante y a gatas se fue acercando, separo mis piernas, metió su cabeza entre ellas, mordisqueando mi paquete para seguir subiendo, para tener de nuevo esa maravilla a mi altura, fui a agarrarla pero se giro, ahora su perfecto culo se movía ante mi
Cogió una de mis manos y la llevo a su pecho, y fue bajando hasta meterla bajo el bóxer y pude agarrar ese trozo de carne caliente y palpitante. Llevo mi otra mano entre sus piernas y la metió por una de las perneras del bóxer, pudiendo sobar sus perfectos huevos.
Se bajo el bóxer por detrás dejando su culo al aire, el cual empecé a morder, era también de infarto.
La canción acabo, pero ni siquiera me di cuenta, saco sus manos de mi bóxer, y se giro, la punta de su polla asomaba por su elástico, brillante y húmeda, a la altura de mi cara.
- Haz lo que quieras, soy tuyo
Le mire, nunca había visto esa cara en el, era lujuria pura y me encanto.
Le baje el bóxer, se lo arranque mejor dicho, y empecé a devorar esa maravilla que tenia entre las piernas como si me fuera la vida en ello, creo que nunca había estado tan caliente, volvió a poner su mano en mi cabeza haciendo la mamada más profunda, me encantaba que empujara, porque la quería hasta el fondo, quería ahogarme, con mi nariz en su pubis y sus huevos en mi barbilla.
Estuve así, hasta que pensé que me moría por la falta de oxigeno, me la saque y me empecé a desnudar, cuando me quite los bóxer, había ya una enorme mancha por mi excitación.
Alberto sin miramientos, se lanzo sobre mi polla, y de una sola tacada se la metió en mi boca, no sé si era por lo excitado o porque era así, pero me la estaban mamando como nunca, creí que me correría en un segundo.
Aparte su cara, y lo atraje hacia mí, joder, no había tenido un calentón así en mi vida y él no estaba menos caliente, sus besos eran como fuego.
- Y hoy ¿qué vamos a hacer?– pregunto, con esa sonrisa lujuriosa y lasciva –
- Hoy… - dije entre jadeos - … hoy… a…a…me vas a hacer tu… vuélveme loco.
No lo pensó ni siquiera un segundo
Me cogió y volteo en la cama poniéndome en dirección contraria a esta.
Me puso a cuatro, separo mis nalgas y empezó a devórame el culo, aaaaaa, que gustazo, su lengua era como un remolino, que me acariciaba y presionaba mi agujero para intentar entrar, notaba su saliva caliente, y me encantaba. De repente la presión se hizo más fuerte y note como uno de sus dedos comenzaba a entrar, mientras empezaba a moverlo dentro de mi culo, con la otra mano, agarraba mi rabo, no lo pajeaba, solo lo apretaba y soltaba, deje mis brazos y apoye la cabeza contra la cama, y con mis manos separe los cachetes de mi culo.
- Te gusta, ehhhh, disfrutaaas.
- Mucho … ahhhhh
- Pues esto solo ha empezado.
Saco el dedo, pero pronto llegaron dos, entraron de golpe, aaaaaa, dolor y placer a la vez.
- No estás cachondo ni nada, te entran solos
Yo no conteste, tenía mi cabeza pegada contra el colchón. Mientras sus dedos se movían dentro de mí de manera magistral, su lengua lamia alrededor y su mano apretaba mi polla, no podía mas, quería que me follara, que me destrozara, que no me pudiera sentar en días.
- Bastaaaaaa, fóllame…ya…párteme en dos.
Era curioso, como me transformaba en esos momentos, como la vez con Oscar, pero elevada al paroxismo, me convertía en un animal, solo guiado por el placer, único y brutal placer.
- Donde…
- No, así, ya…. quiero que te corras dentro…. que me llenes… ya
Se puso de rodillas y coloco su polla a mi altura.
- No te detengas en miramientos.
Metió la cabeza y fue entrando rápido, pero tampoco de golpe.
- AAA….
Alberto coloco una mano en mi boca, no interesaba que se nos oyera, chico listo, me dolía, me ardía, nada que ver con la de Oscar, pero era un dolor que me excitaba, esa polla que me volvía loco penetrándome, y ese semental incomparable a mis órdenes, dentro de mi UUUUUAAAAAAA iba a explotar del calentón.
- Tranquilo, relájate, soy bueno en esto
Empezó suave, pero fue aumentando. Cuando me di cuenta, me estaba taladrando sin piedad, yo pensé que perdía el conocimiento, de placer, de la respiración que no daba de sí, de mi corazón a cien por hora, me derretía como la mantequilla.
- AAAAA…. SIII…aaa…joOODER.
Me estiro hacia él y acallo mis gritos con sus besos. Cuando me calme, volvió con su arremetida brutal, contra más fuerte era, mas me gustaba, y al final no pude aguantarme, no me había tocado, pero me corrí, como una manguera, por mi pecho, mi barbilla, por la sabana todo quedo con gotas de semen.
Me atrajo hacia mí para besarme, mientras detenía sus embestidas, con su lengua limpiaba mi barbilla y con sus manos extendía el semen por mi pecho y exprimía mi polla, la suya seguía en mi culo, y la mía no bajaba.
- Aaa...aaa…quiero más… hazme correrme de nuevo.
Saco su polla de mi culo dejándome una sensación de vacío, que ya quería llenar, me levanto, me uso en la pared entre la cama y la estantería, apoye mi cabeza en la pared junto con las manos, el trajo mi culo hacia atrás y acerco su polla.
Tenía el culo tan abierto y tan hambriento que entro casi de golpe y desde el principio las embestidas fueron brutales, me encantaban y se lo hice saber.
- Asiiii, asiii me encanta, mas, dame...aaaaaaa….
Me pajeaba a la misma velocidad que me embestía, yo allí, sabía que me correría de nuevo y no en mucho rato, apretaba la boca contra la pared, llenándola de babas, que también me resbalaba por la comisura de los labios.
Alberto empezó casi a aullar, iba a correrse en breves, la hundió toda, lo más adentro que pudo de mi, y note como oleadas de leche inundaban mis entrañas, no sabía cómo no empezó a rebosar por mi culo, me parecían litro, sentirlo fue la señal para correrme de nuevo, salpicando de semen la pared y el suelo.
Me beso la mejilla y el cuello ahora dulcemente, yo no me moví, me faltaba el aire, y no me quedaban fuerzas.
Me la saco y note como su lecha salía de mí, mis piernas no me sostuvieron y si no me llega a agarrar habría caído de golpe, pero caí despacio aunque totalmente desmadejado en el suelo y el cayo al lado, apoyado en la pared.
Lo de Oscar no había sido nada en comparación a esto, si he de poner el mejor polvo de mi vida, era este, pero con mucha ventaja
- In…in…incre…ible
Estaba a mi lado, también intentando recuperar la respiración. Ni en mis mejores sueños, podía imaginar que la guerra contra él, iba a tener unos resultados tan jodidamente placenteros, aun no me había recuperado y ya me estaba excitando, solo con pensar la de cosas que iba a poder hacer con él.
Alberto
No suelo mentir, y reconozco las cosas cuando las veo, y he de reconocer que esta ha sido una de las mejores noches de sexo de mi vida, sin duda, no la mejor que conste, esas tiene el privilegio Oscar, pero si entre las primeras.
De hecho la noche ha sido interesante en todos los sentidos.
Mire el reloj, casi las 5. Isaac lleva como media hora durmiendo. Me levante cogí uno de sus cigarros y lo encendí.
No entiendo como con todo el ajetreo de esta noche no tengo sueño, deben ser los nervios.
Después del primer polvo, que fue sin duda el mejor, tardamos un poco en recuperarnos, pero después de eso, Isaac, se me follo a mí, de una manera salvaje, como nunca lo había hecho, y después otra vez yo a él.
Uffff, me dolía un poco el culo, prefería la delicadeza de mi Oscar, aunque no lo negare, lo pase bien. Jajajajaja, Isaac no sé si mañana podrá sentarse.
Le observa dormir, estaba muy guapo, sin esa maldita sonrisa de suficiencia. Dormido, su cara era dulce, casi daban ganas de besarlo, ¿cómo podía ser que algo tan bonito, estuviera tan corrompido? porque ya me había dado cuenta, que Isaac, era una persona totalmente amoral, bueno desde el punto común de la moralidad o desde mi punto de vista.
Acabe el cigarro y me acosté a su lado para intentar dormir un poco.
Isaac
Mmmmmm, ¿qué hora era?, buuuuhhhh las 12 ya, que tarde se ha hecho.
Me gire y vi a Alberto, dormido está bastante guapo, pero prefiero la faceta animal que destilo ayer, joder menuda noche, follar sin parar. Jajajaja si se creía que sería la última, que equivocado estaba, esto no lo voy a desperdiciar, menudo filón.
Aunque… bueno, ayer me demostró que es un chico listo, supongo que ya asumirá que no.
Ufff me tumbe mirando al techo recordando lo de anoche, la polla se me empezó a endurecer solo con pensarlo, ayyy también me di cuenta que me dolía el culo bastante, aunque normal menudo trote, pero mereció la pena, vaya si la mereció.
- Eyyyyy, despierta
- Mmmmmm
- Que es muy tarde ya Alberto
Le zarandee un poco para que se despertara del todo.
- ¿Qué pasa?
- Que ya son las 12
- ¿Yaaaa? Mmmmmm
Se estiro en la cama y vi como se le marcaban esos músculos perfectos.
- Si es mejor que te vayas yendo
- Si, ya he cumplido.
Me alegraba que a pesar de los ciertos momentos de confianza de anoche, no se le haya subido.
- Oye, esta noche me iré con mis amigos, seguramente me emborrachare, y puede que me tire a alguna del colegio de chicas, así que mañana, nada.
- Mejor – su tono volvía a ser el de siempre – tengo cosas que hacer
- ¿Tú también saldrás?
- No - dijo, acabando de vestirse – me bajare a casa, para acabar unos temas de los papeles del coche
- Bueno, pues ya hablaremos de cara al lunes, que lo esperare con ansia.
- Sí, yo también - dijo sarcásticamente –
- Jajajajaja, no me digas que ayer no te lo pasaste bien
- Yo solo hago lo que me pides.
- Uyyy pues el bailecito no te lo pedí
- Efectos del alcohol, no te vayas a pensar nada raro
- Venga Alberto, reconoce que te lo pasaste de puta madre, para mí fue el mejor de mi vida.
- ¿¿¿¿Quieres echar otro???? – seguía con su tono -
- Me gustaría, pero me temo que no hay tiempo.
- Pues entonces hablamos el lunes.
Se dispuso a salir
- Asegúrate de que no hay nadie
- Sé cómo funciona esto
Abrió un poco la puerta, observo, y salió sin decir nada más.
Jajajajaja, pobre, lo disfrutó tanto como yo y le vuelve loco pensarlo, me encanta. Es cierto que hay alguna sintonía, la conversación de ayer, el bailecito que hizo, no negare que me encantaron esos momentos, aunque estuvieran aderezados por el alcohol, pero eso fue ayer y hoy es hoy, y me sigue encantando ver su turbación al saberse bajo mi control. Tal vez si se quitara todos esos estúpidos sentimientos, podríamos hacer grandes cosas juntos, jajajaja, pero eso sería si Alberto no fuera Alberto. No pasa nada, ha aceptado su lugar, aunque le desagrade.
Oscar
Era sábado por la tarde y me dirigía con Germán y Dani a dar un paseo por el pueblo.
Íbamos por el aparcamiento del colegio cuando vi a Alberto a lo lejos, estaba subiendo a su coche, nos miramos y me sonrió, no dijo nada, solo subió al coche y se fue.
Yo seguía preocupado, pero sin embargo él no parecía que… no lo vea mal, al contrario que yo en su momento, esa seguridad que destilaba… he llegado a pensar que… tal vez… que… ¿Qué estuviera a gusto con Isaac?, pero eso no podía ser, lo sé, se porque lo hace, Alberto me lo confirmo, y sé que él no miente, además he de confiar en él, como le prometí.
Aunque la verdad que esta semana he mantenido la cabeza ocupada, y aunque lo de Alberto está presente de continuo en mi mente, más o menos he logrado no volverme loco, bueno Germán se ha encargado de ello. Me ha recordado lo cerca que están los exámenes, que había que estudiar, además Dani necesitaba mucha ayuda, para ver si aprobaba, así que después de comer quedábamos en mi habitación a estudiar los tres, y si Dani tenía entrenamiento, venia después, hasta la hora de cenar, que se iban los dos a su habitación. Yo agradecía las horas de estudio, pero también el momento en que se iban, porque cuando estaba con Dani y Germán, pues como que me subía el azúcar y… bueno lo que realmente me pasaba es que me comía la envidia.
Intentaban controlarse cuando estaban conmigo, pero Germán siempre dirigía a Dani una sonrisa de felicidad extrema, y bueno, Dani nunca ha sabido disimular, y miraba a Germán con una cara de verdadera adoración, se acercaba a él y empezaban a darse piquitos, es increíble el cambio de Dani en apenas unas semanas, abraza y besa a Germán sin importarle quien mire, a veces creo que es Germán el que se turba.
Sinceramente, estarán pastelosos y me dará envidia, pero me alegro terriblemente por ellos.
Ya en el pueblo nos sentamos en la terraza de una cafetería y hablamos de tonterías, pero yo estaba ausente, el haber visto a Alberto me había llevado de nuevo a todas las preocupaciones que tenia hacia él. Nos acabamos el café y Dani, se ofreció a ir a pedir a la barra y me quede con Germán
- Oscar, sé en que estas pensando, yo también lo he visto en el aparcamiento, pero hazme caso, las cosas van a mejorar.
Lo pensé un momento, no tenia porque contarle todo, pero guardármelo tampoco era buena idea.
- Germán estoy preocupado por Alberto, creo… creo que se está metiendo en algo muy malo.
- Oscar, conozco a Alberto y tu también, mejor que yo, es listo y tiene cabeza, estoy seguro que sabe lo que hace
- No, no lo sabe y tu tampoco.
- Si lo sé, le conozco y tu también, y tendrías que saber que no hace las cosas a lo loco.
- Pero tengo tanto miedo a que le hagan daño.
- Oscar – me agarro las manos, esos gestos de Germán siempre me tranquilizaban – Alberto es alguien muy fuerte, sabes que no es un inconsciente, las cosas se arreglaran, pero dale tiempo.
- Tú y tu puñetero tiempo.
- Sí, yo y mi puñetero tiempo, pero funciona – señalo con la cabeza a Dani que estaba en la barra – Alberto te quiere, ya sabes que he hablado con él y en el momento menos pensado, veras como todo empieza a solucionarse. Por favor hazme un poco de caso.
A pesar de las palabras de Germán, yo no estaba nada convencido, así que a las nueve, deje a los dos tortolitos dándose arrumacos y me fui para la habitación, me sentía cansado de dar vueltas a la cabeza.
Me tumbe en la cama y me puse a leer, para evitar dar vueltas a la cabeza, pero no lo lograba, seguía pensando en Alberto y de qué modo podría ayudarle, era algo que hacia todas las noches antes de irme a dormir, pero no se me había ocurrido nada.
Serian alrededor de las doce cuando recibí un mensaje de ¿Alberto?, creo que era el primero me mandaba en más de un mes, era escueto y claro.
- Mañana te espero en nuestro banco a las 11:30, no me falles chiquitín
Alberto
- Siempre me ha gustado esta plaza.
Estaba sentado en unas escaleras, contemplando la plaza más grande de mi ciudad, con la catedral y la basílica, era un deleite para los sentidos, pero no estaba allí por el atractivo artístico.
En el colegio me pase toda la mañana trasteando hasta dejarlo perfecto, ahora solo quedaba la segunda parte. 25x20+16+1, para las 8:00 de mañana. Si aceptaba no habría vuelta atrás. Era ese 1 lo que más me preocupaba, sin embargo era el más importante de todos, en ese momento tuve dudas.
Cerré los ojos, mientras el sol de la tarde me pegaba en la cara.
Volví a pensar en la historia de David y Guillem, y si no aceptar supondría quedarme quieto, como cuando el padre de David amenazo a Guillem, pensé en Estela, mi adorada hermana, y finalmente en Oscar, mi Oscar, mi chiquitín, mi amor. Acepte.
Alea iacta est