Bachiller XXVI - Mientras respiro, espero

Oscar ha decidido tener paciencia con lo que le planteo Alberto y parece que funciona

Bueno, este ha venido más pronto que el anterior, voy a intentar que lo del anterior sea un máximo, no más de 4 días, el siguiente, no tengo que perfilarlo mucho, salvo una escena y espero que no tarde.

Este capítulo, ya no es de transición, pero sigue con la pauta del anterior, a mí personalmente me gusta mucho.

Y como siempre daros las gracias a todos, ya no estamos muy lejos del final y me alegro mucho que sigas aquí conmigo al pie del cañón.


Oscar

Ya había llegado el sábado que celebramos el cumpleaños de Germán, aunque su cumpleaños había sido el jueves, que fue cuando le dimos los regalos y me alegro que el mío le gustara. Yo, para esta noche, me puse la camiseta que me había comprado, iba a pasar frio, seguro, pero me daba igual, quería que Alberto me viera guapo.

Fuimos al chino del año pasado y más o menos los mismos, menos Esteban que ese finde, se había tenido que ir a casa y Martín el antiguo “amigo” de Germán

-          Y ¿cuándo hablaste con el por última vez?

-          Pues hable con él para Navidades, estuvo aquí, pero claro cuando él viene, yo me voy, pero seguimos por el whatsapp, está muy bien y muy contento, claro rodeado de motos y de coches está en su ambiente.

-          ¿Aun lo echas de menos?

-          Sí, pero como un amigo que se fue, nada más.

Nos pusimos a cenar, y esta vez no había problemas de bebida, ya que teníamos al primer mayor de edad del grupo, así que pedimos sangría y vino sin problemas, me da a mí que esta noche beberé bastante, pero si tengo a Alberto a mi lado no me preocupo.

Esta vez a diferencia de la vez anterior todos sabíamos usar los palillos, bueno o casi todos, a mi me había enseñado Alberto y a Alex, Estela, que aunque lo dejaron hace tiempo se llevaban muy bien, de hecho se sentaron juntos y no paraban de hablar y reírse.

El pobre Dani, los pidió pero más que nada, para no ser el único con tenedor, pero no había mejorado. Esta vez fue Germán el que le intentaba enseñar, con un éxito….

-          Estos es una mierda, yo paso, éstos chinos no saben comer como las personas normales –Dijo Dani-

-          Eres tú, que eres un burro, que los coges como si fueras a pinchar, ¿Cómo pretendes pinchar un grano de arroz?, no tienes que pincharlos, has de agarrarlos. – se lo mostro con los suyos-

-          Come tú con los palos si quieres, yo me pido un tenedor y a tomar por culo.

Pobre Dani, le pasa como a mí la primera vez.

Cuando acabamos de cenar, menos Alberto estábamos ya todos bastante borrachos.

Fuimos directamente a la discoteca, allí seguimos bebiendo y bailando, mis pies me jugaron una mala pasada, me caí de culo, me hice bastante daño, perdí el móvil, por suerte una chica me lo recogió, se me cayó un cubata que acababa de pedir, ósea un espectáculo. Yo estaba con Dani y Germán,  Alex llevaba ya un rato en la barra trabajándose a una chica morena muy guapa que no dejaba de reírse, y Alberto se había ido a la pista con Estela.

Sobre las doce note como se me revolvía el estomago de tanto beber, así que decidí irme y me fui despidiendo de la gente. Desde que salimos del restaurante apenas había estado con Alberto, pero tampoco quise agobiarle. Estaba bailando con su hermana y me acerque a despedirme.

-          Alberto, Estela, me voy ya.

-          ¿¿¿Yaaaaa??? – dijo ella – si es muy pronto.

-          Pero es que tengo el estomago revuelto.

¿Te encuentras mal? ¿Quieres que te acompañe? – dijo Alberto

-          No tranquilo, tú pásatelo bien.

-          Que no, si además me iba a ir ya en breves, ¿tú te apañas Estela?

-          Yo siempre me apaño guapo.

Nos dio un beso a ambos, y nos fuimos hacia el colegio, no hablamos mucho, cosas sin transcendencia hasta que me di cuenta de que estábamos ya en la puerta de mi habitación.

-          Bueno gracias por acompañarme, eres un caballero.

-          Pensé que ya sabias que lo era.

-          Lo sé – Oscar, no seas tonto, arriésgate – eeeee te apetece….pasar tengo coca-cola, además me vendría bien tomar algo que me asiente el estomago.

-          Oscar, no sé si …

-          Solo tomar algo, como el otro día con el chocolate.

-          Venga, vale.

Tres meses de que Alberto entrara en mi habitación, justo aquí empezó todo, y ahora el volvía, si se sentía incomodo, no daba muestras de ello.

-          Siéntate – le pedí mientras sacaba las coca-colas - ¿quieres algo más? tengo cacahuetes y pistachos.

-          Jajajaja, ¿no te dolía tanto la tripa?

-          Son para ti, tonto.

-          Tranquilo, gracias.

Nos sentamos los dos en la cama, mientras tomábamos la coca-cola

-          ¿Te fijaste en Dani y Germán en la cena? – me pregunto-

-          Ay si, pobre Dani, es tan torpe con los palillos como yo al principio, me daba pena.

-          ¿Eso piensas?

-          Si, ¿no lo viste?

-          Jajajajaja, jajajaja, jajajaja

Me quedo sorprendido de su risa, no sabía a qué venía, aunque me gustaba verlo reír.

-          Pero ¿qué pasa? ¿que he dicho?

-          Ayyy, jajajaja, chiquitín mira que eres inocente.

Seguía sin entender nada, pero me daba igual, yo me quedaba con el “chiquitín” que acababa de escuchar.

-          ¿No te diste cuenta de la tensión entre ellos?

-          No, ya están bien, después de lo de Nochevieja lo hablaron y ya están bien desde hace semanas.

-          Corrijo, más que tensión, es química flotando, sobre todo por parte de Germán, se le nota como mira a Dani, aunque creo que por parte de este también hay, pero no estoy tan seguro.

-          Eso es imposible, Germán confía en mí, es mi mejor amigo, si sintiera algo por Dani, estoy seguro de que me lo habría contado.

-          No tiene porque, se le ocultan cosas hasta a las personas que mas quieres.

No sé si lo decía con la intención que a mí me pareció, pero me sentó como una patada en la boca y él lo noto en mi cara.

-          Perdona, no me refería a ti, a lo de…, bueno déjalo.

Nos quedamos en un silencio incomodo, hasta que Alberto miro su reloj.

-          Vaya, ya es un poco tarde, creo que debería ir a mi habitación

Se levanto, pero estiré mi mano y agarre la suya.

-          Espera, no te vayas todavía, quédate…

-          Es tarde ya Oscar

-          Quédate a dormir

-          No, no creo que sea buena idea yo… yo aun no me veo…

-          Por favor, necesito… nec… ¿sabes que es lo que más he echado de menos todo este tiempo?

-          ¿El qué?

-          Tus abrazos, soy adicto a ellos, desde ese día, hace más de un año, que me abrazaste en ese banco.

No dijo nada, pero se volvió a sentar en la cama, se acerco a mí y me abrazo, Dios mío, como había echado de menos estos abrazos, sus fuertes brazos rodeándome, el calor que exhalaba su cuerpo, el sentir su respiración en su pecho, alargue mis brazos y lo abrace también con todas mis fuerzas.

Poco a poco nos recostamos, pegando mi espalda a su pecho, mientras él no dejaba de  abrazarme, notaba sus manos en mi pecho dándome suaves caricias.

-          Gracias, Alberto de verdad.

-          De nada, me quedare aquí hasta que te duermas.

Me habría gustado quedarme despierto, toda la noche, para que no se fuera, pero entre la borrachera y su dulce calor no tarde en quedarme dormido.

No sé cuanto llevaría dormido cuando note como Alberto se pegaba mas a mi espalda y sus labios acariciaban mi cuello. Su mano descendió, introduciéndola por debajo de mi camiseta haciendo que se me pusiera la piel de gallina. Se apretó mas a mí y note su entrepierna en mi culo, tan grande y tan dura.

Me gire y le mire a los ojos, eran más verdes, más brillantes y más bonitos que nunca, me hipnotizaban, no podía siquiera hablar perdido en su inmensidad. Me quito la camiseta y me dio la vuelta. Me beso la nuca y su lengua fue descendiendo por mi columna, haciéndome arquear, hasta que llego a mi cintura.

Metió sus manos debajo de mí, me desabrocho el pantalón, y me los quito junto a los calzoncillos, dejándome desnudo frente él. Se bajo los pantalones, y volvió a besarme el cuello. Note como rozaba su rabo, caliente y palpitante por mis nalgas, yo temblaba de excitación, movía mis caderas para aumentar la fricción, indicándole con mi cuerpo lo que deseaba.

-          ¿Lo quieres?

-          Siiiii, hazme tuyo Alberto, hazme el amor, como solo tú sabes hacérmelo.

Su polla empezó penetrarme como si yo fuera mantequilla, entrando sola, dándome un placer indescriptible y transportándome de golpe al séptimo cielo, no podía parar de gemir, jadear, estremecerme, acerco su boca a mi cuello, besándome con lujuria.

-          Te quiero chiquitín, te quiero con toda mi alma.

-          Y yo a ti mi amor, más que a nada… eres todo… todo…

Abrí los ojos, la oscuridad solo era rota por los rayos, vaya, había empezado a llover. Estaba sudoroso y notaba como mi pene apretaba contra el vaquero, tenía una erección de campeonato. Ufff vaya sueño húmedo.

Fue entonces cuando me di cuenta. Alberto dormía plácidamente a mi lado, su carita transmitía total tranquilidad. Me alegro tanto verlo allí, que al final no se hubiera ido. Con sumo cuidado, me acerque a él para no despertarlo y le di un pequeño beso en los labios, arrugo un poco la nariz en sueños y no pude evitar sonreír.

Me acosté y volví a colocar su brazo sobre mí. Mire la hora, aún era pronto. Las 2:30. Me acurruqué con él y desee con todas mis fuerzas, volver al sueño que había dejado, hasta me parecieron oír los jadeos del sueño en la lejania.

Isaac

-          ¿Es este?

-          Si, este es

-          Te ha sido muy difícil.

-          Pufff, con el pedo que llevaba, podría haberle quitado la cabeza.

-          Sé que eres una profesional, una mangante, pero profesional.

-          No menos que tu, yo actuó, pero tu pagas.

Pobrecilla, querer compararse conmigo, ayyyy bendita ignorancia.

Comencé mirando si el muy tonto había cambiado las cosas, jajajajajaja, si es que lo sabía, Oscar es definitivamente tonto, es que en el fondo está pidiendo a gritos que le jodan.

Me moví a toda velocidad, era muy importante ser rápido

-          ¿Encuentras lo que buscas?

-          No lo sé, realmente no  estoy seguro de lo que busco.

Aun no, pero sé que algo útil habría, se que Dani ocultaba algo, y tiene que haber algo joder, mis movimientos por internet han sido un fracaso, tienen que ser aquí, a ver, no, no, no, por Dios no puede ser mas cursi, no, no, ajaaaaa, esto creo que puede servir, definitivamente si algo vale, es esto. Saque mi móvil y me puse a apuntar toda esta información, en el fondo no sé si sería útil de verdad, es una simple corazonada, pero no perdía nada, la verdad que no estaba en buena situación.

Acabe y recogí mi móvil.

-          Toma se lo puedes devolver.

-          ¿Ya está? Nunca entenderé tus tejemanejes.

-          No hace falta, tú haces y yo pago, ¿100€?

-          100€

-          Toma 150€

-          Jajajajaja, los ricos, lo que queréis.

-          Tú lo vales, me resultas una buena inversión.

Se apego a mí, note sus tetas pegadas a mi pecho, ufff la verdad que tenía unas tetas impresionantes esta chica.

-          Ya que has sido tan generoso – bajo su mano hasta mi entrepierna – podríamos ir algún sitio, desde el año pasado no puedo gozar de esto.

-          Quedamos en el pub cutre – le dije mientras apretaba suavemente uno de sus pechos- pero antes devuélvelo.

Germán

Uyyyyy, la 1:00 ya, es muy tarde, aunque claro yo ahora podría quedarme más rato con mis 18 añazos, pero claro estos críos jejejeje.

Ayyy creo que he bebido demasiado.

Solo quedábamos Dani y yo, bueno realmente no sabíamos que había pasado con los demás jejejeje, pero la verdad es que estábamos animados.

-          Oye Germán ¿tú no tienes cervezas o algo en la habitación?

Hice memoria, no estaba seguro.

-          Creo que tengo un litro, pero no se cuanto lleva allí.

-          Oye pos vamos y nos tomamos una última.

-          Venga.

Nos fuimos rápido o Dani se metería en un lio por llegar tarde, finalmente llegamos a la habitación. Abrí la nevera, joder no había cerveza, pero oye…

-          No hay cerveza pero mira, ron, lo que no tengo es coca-cola.

-          Y ¿a palo seco?

-          Ufff, podemos acabar muy mal y darnos un algo…. pero espera , Oscar creo que tiene en su nevera.

-          Pero ¿le vas a despertar?

-          No, me dejo la llave hace un tiempo para casos de emergencia y este lo es.

Entré en el baño y la puerta de Oscar estaba sin llave, mejor así no tenia que usarla , pero ¡¡¡¡¡coño!!!!! Cerré y volví con Dani.

-          ¿Yaaaaaa? – dijo Dani -

-          Nada, sin coca-cola, a palo seco.

-          ¿¿¿¿Qué pasa???

Saque dos vasos con hielo y serví ron, nos sentamos los dos en la cama, apoyando la espalda en la pared

-          Cuando he abierto, estaban en la cama durmiendo juntitos, Oscar y Alberto.

-          ¿De verdad?  -vi como se le iluminaba la cara con una gran sonrisa – ¡¡¡Joder!!! que buena noticia.

-          Yo también me alegro aunque en el fondo, creo que era inevitable, Oscar esta loquito por él, y Alberto… pues también y eso le ayuda a curar sus heridas

-          Pues yo me alegro muchísimo, no sabes los mal que lo he pasado con toda esta mierda, lo... lo terriblemente mal que me sentía.

Ufff el ron estaba fuerte, pero aun así, nos pusimos un segundo vaso.

-          Oye Dani, me alegro mucho que volvamos a estar bien.

-          Y yo también, no entiendo cómo… como pude actuar así, me aleje de ti porque tenía miedo a hacerte daño, y lo hice igualmente, yo y mis continuas meteduras de pata, no sé cómo me aguantas, soy un cabestro.

Pase una mano por su hombro

-          La verdad que si, eres un cabestro, pero te quiero un montón, no sabes lo importante que te has vuelto para mí.

-          Tu también lo eres para mi Germán, muchísimo.

Nuestras caras se habían acercado, veía su carita de niño grande y tontorrón que tanto me gustaba, llevaba alguna copa de mas y eso me llevo a…

-          Te amo Dani.

Dani me miro, abrió los ojos y se separo un poco de mi, parecía sorprendido, aunque… puede que no tanto como yo me habría imaginado.

-          ¿Qu…que has dicho?

-          Que te amo Dani. Te amo desde hace mucho tiempo.

Intente besarle, pero el aparto la cara.

-          German, no… esto es…

-          Lo sé, sé que no llego a tu nivel – logre besarle el cuello – pero ahora estoy borracho y me da igual.

Sonó un trueno y se oyó como la lluvia empezaba a caer.

-          NOOOO, no vuelvas a decir eso, no me entendiste.

-          ¿Cómo?

-          No eres tu el que no llegas a mi nivel, soy yo el que está por debajo de ti.

-          ¿¿¿¿Qué?????

-          Germán eres alguien, maravilloso, genial, inteligente, guapo, no sé cómo pudiste llegar a creer que estas por debajo de mí, es que suena estúpido hasta para mí.

-          Entonces porque no me lo has explicado hasta ahora – en mi voz había un deje de enojo y reproche, pero en el fondo me sentía muy feliz –

-          Pensé que era la mejor forma de mantenernos alejados después de lo de fin de año, yo… yo ya me olía algo de que… vamos tú… tú por mí… y bueno yo…

No pensé, actué por instinto, me coloque sobe él a horcajadas, con uno de mis brazos alrededor de su cuello.

-          ¿Y tanto te molestaría eso? – empecé a desabrocharme la camisa – ¿es que te doy asco?

-          Noooooo, eso jamás, pero no te convengo, no puedo ofrecerte lo que tú quieres, no traigo nada bueno, te hare sufrir.

Me acerque de nuevo y le empecé a besar el cuello.

-          Ger… Germán – note como se le erizaba el pelo – no es buena idea, yo…. yo no te amo de la misma manera, así lo único que lograras es que te lo haga pasar mal.

Cogí su cara con mis manos y le mire a los ojos.

-          Lo sé, no soy tonto, se perfectamente cómo funciona esto, pero esta noche déjame gozar de ti y tu goza de mi, te prometo que lo pasaras muy bien.

-          No… no puedo…

-          Como que no, por aquí abajo siento que si – notaba su polla toda tiesa bajo su pantalón –

-          No quiero hacerte sufrir, así solo te hare daño, solo te hare sufrir, siempre hago sufrir a todo el mundo.

-          Dani, no te preocupes, soy más fuerte de lo que te puedes imaginar, prefiero esto a nada.

Acerque de nuevo mis labios y entonces no los aparto, los labios de Dani eran una delicia. En pocos segundos empezaron a arder, como en Nochevieja, abrió su boca y nuestras lenguas se rozaron, bueno realmente empezaron luchar como locas, mientras exploraban hasta el último rincón de la boca ajena, que bien besa el condenado. Me logre quitar del todo la camisa, y sus manos empezaron a recorrer mi espalda, mientras que yo las ponía en su cara, quería dejarle sin aire, y que pasara todo a mí.

Nos separamos, no se le veía ya nervioso, sino caliente, se le dibujo una sonrisa y se lanzo a besar mi pecho, chupando como un loco mis pezones, era tal su ímpetu que en algún momento me hizo un poco de daño, pero era un dolor que me sabia a gloria.

Solo se separo para volver a besarme, mientras yo le quitaba el jersey y la camiseta.

-          Joder, Dani, no se puede estar más bueno.

Le empuje para que se tumbara en la cama y me deleite con su cuerpo, tan fuerte, tan definido. Pase mi mano por todo su tórax, recorrí cada una de las formas de sus pectorales, de sus abdominales, tan lampiños, excepto por una fina tira de vello bajo su ombligo. Dani no se movía, simplemente se dejaba hacer, pero notaba como su entrepierna apretaba contra mi culo.

Ahora fui yo quien ataco sus pezones, eran maravillosos, los lamí y mordí suavemente, poniéndoselos totalmente erecto, pase a su fuerte pecho y bajando por sus perfectos abdominales, hasta su paquete, que parecía a punto de explotar.

Le solté el cinturón, y empecé a desabrochar los pantalones. Quite sus zapatos y le saque los pantalones, quedando solo en bóxer, eran unos bóxer amarillos preciosos, estirados por su erección, y ya manchados, por el liquido preseminal. Me arrodille y empecé a lamerlos por encima del bóxer, ejerciendo pequeña presión con mis dientes, haciéndole escapar ligeros gemidos. Pero yo ya quería ver el objeto de mis deseos, de tantas pajas que me había hecho estos últimos meses.

Agarre por el elástico y su polla salto, era tan bonita como me la había imaginado, un poco más corta que la mía pero más gorda. Me puse de pie para admirarlo, el se elevo un poco apoyándose en sus codos, era una imagen impresionante, un adonis musculoso, que torax y que piernas, como se le notaba en ellas el futbol, esa cara de niño tonto que me volvía loco, las piernas abiertas, con el rabo todo erecto y unos estupendos huevos grandotes.

Volví a arrodillarme y empecé a saborear su capullo, notando el delicioso sabor que desprendía, recorrí con mi lengua todos sus recovecos, pase a bajar por su mástil, hasta llegar a sus huevos, me demore un rato porque sus gemidos denotaban que le gustaba. Yo no podía mas, siempre me ha gustado el sexo oral, pero ahora era la de Dani, la deseaba tanto, que me la empecé a comer sin dilación. Agarraba la base como un helado y me metía el resto en la boca, deleitándome con su olor, sabor y textura.

-          Jodeeeeer, Germán eres un maestro, aaaaaaa, estoyyyy en el cielooooo.

-          Shhhh – dije entre risas- que vas a despertar a todo el edificio.

Yo seguí devorando su rabo con ansia, con gula, llevaba tanto tiempo soñando con la polla de Dani que me habría quedado así toda la noche, pero apoyo la mano en mi cabeza haciendo un gesto para que subiera. Fui hasta él y comenzó a devorarme a besos, mientras me apretaba contra él, me encantaba notar sus fuertes manos recorriendo mi cuerpo.

-          Ahora quiero hacértelo yo – hizo amago de levantarse, pero le pare –

-          No, quédate ahí

Me levante, me desnude completamente, mi polla salto agradecida de perder la presión del pantalón.  Me coloque sobre él, pero a la inversa, para poder mamárnoslas mutuamente.

Yo me metí la suya en la boca de nuevo, él hizo lo mismo, note que no era muy ducho, pero compensaba la falta de habilidad, con las ganas, y para mí era el mejor del mundo en ese momento. Me estaba volviendo loco, dando y recibiendo placer a un tiempo.

Dani se la saco, y note su lengua recorriendo nuevos terrenos, mis huevos, mis piernas, mis ingles, mi perineo hasta llegar a mi culo, coloco sus manos en mis nalgas y las separo, estirando el cuello para poder llegar más fácilmente con su lengua a mi agujero, yo notaba un agradable cosquilleo, por mi parte, había dejado de chupársela, para pasar a darle besos por ella, por su pubis y por esos fuertes muslos. Tras lamerme un rato note la presión de uno de sus dedos.

-          ¿Puedo? – pregunto con timidez-

-          Haz…. haz todo lo que quieras.

Note como su dedo entraba en mi culo, cuando presiono mi próstata los cosquilleos se convirtieron en placer a medida que entraba y salía. Luego, paso a un segundo dedo, yo estaba empezando a calentarme a un nivel brutal. Sin sacar los dedos se volvió a meter la polla en la boca, buaaaaaaa, estaba disfrutando al cuadrado, no podía parar de gemir y de arquearme, deje de trabajarlo y apoye mi cabeza en su entrepierna sin poder parar de jadear.

-          Paraaaaa, Dani, paraaaa, o me corro y quiero que me folles, quiero que lo hagas yaaaa.

Paró y me levante, ufff estaba tan cachondo que me temblaban las piernas. Fui a por un condón, tenia crema, pero no recordaba donde, aunque me dio igual, estaba muy caliente y Dani me había lubricado bien con su lengua.

-          Yo Germán, nunca he….

Me acerque a él y lo bese, mordiendo sus labios, no eran muy gruesos ni muy finos, eran perfectos.

-          Tranquilo grandullón, yo me encargo.

Lo tumbe sobre la cama, le coloque el condón y me senté sobre él, volví a besarle, mi pecho sudoroso se pegaba al suyo, notaba su polla rozando mi ano. Me eleve, la agarre  y la guie hacia mi abertura, la punta fue entrando, pero yo la quería ya, y me moví con fuerza para atrás, y entro casi golpe. Ufff tal vez tendría que haber ido más despacio, me dolió un poco, pero estaba tan caliente, además era Dani, ¡¡¡¡¡tener a Dani dentro de mí!!!!! , comencé el movimiento de adelante y atrás para que entrara y saliera.

Dani coloco sus manos en mis caderas y empezó a mover las suyas al mismo ritmo, yo le veía esa cara de placer, con la boca entre abierta y jadeando, y pensé que esto tenía que ser el paraíso, me puse a pajearme al ritmo de la penetración, mientras lleve mi otra mano a su boca, y se puso a chupar mis dedos con deleite.

Cada vez Dani bombeaba con mayor fuerza, se estaban desatando, se elevo poniéndose a mi altura, besándome con pasión, lujuria, y todos los sinónimos posibles. Me agarro por la cintura y sin sacármela me tumbo en la cama, coloco mis piernas en sus hombros, y empezó a follarme salvajemente, como un autentico semental, mientras me pajeaba con su mano, creía que me daría un infarto del placer que sentía, me lleve la mano a la boca para que no se me oyera. No podía mas, no aguante.

-          Aaaaaaaaaaaaaaa, Dani, me… aaaaaaa.

Me corrí como en toda mi vida me había corrido, los dos primeros trallazos llegaron a mi cara, y el resto por mi pecho y abdomen, se acerco a mí para besarme, mientras seguía penetrándome lentamente, y mi semen se pegaba en su pecho y en su cara. Volvió a su ritmo anterior, ahora más fuerte que nunca, mientras que con su mano recorría mi pecho, y me llevaba los dedos a la boca, yo los chupes uno a uno, vi como echaba su cabeza para atrás, apreté el culo, para que le diera mas placer, y note como su cuerpo temblaba con el orgasmo.

-          Arrrrrgggg, aaaa, aaaaaa

Acabo derrumbado sobre mí, besándome de una manera dulce y tierna. Estábamos agotados, la habitación olía a sudor, semen y sexo, me encantaba, la lluvia se oía en el exterior, cuando poco a poco su polla fue saliendo de mi culo, note una sensación de vacío, hubiera querido tenerla allí por siempre. Nos tumbamos en la cama y Dani se quedo dormido sobre mi, sin ni siquiera limpiarnos, bueno ya lo haríamos mañana.

A  mí también me vencía el sueño, sin duda había sido el mejor polvo de mi vida, había sido increíble, tal vez porque era la primera vez que lo hacía con alguien a quien amaba.

Mire a Dani, y acaricie su pelo, era bonito verlo dormir, tan tranquilo, sin todas esas tonterías por las que se raya tanto. Ya no me sentía mal por lo que me dijo ese día, entendí que lo había echo preocupado por mí, haciendo que aun lo quisiera mas, es una pena que él no me quisiera así, pero… el mundo da muchas vueltas. En pocos segundos me dormí también.

Oscar

Qué guapo esta cuando duerme, le acaricie la cara, como deseo estar con él, despertarme así todos los días, a su lado. Abrió los ojos.

-          Ummmmmm, vaya me quede dormido.

-          Y eso que te ibas a ir en cuanto me durmiera yo.

-          Es que hacía mucho frio y eres como una bolsa de agua caliente.

-          Jajajajaja, sigues tan tonto como siempre

Se levanto y se estiro

-          Ufff, creo que me vendrá bien ir a mi habitación y ducharme.

Se sentó para ponerse los zapatos.

-          Bueno Oscar ¿luego bajas a comer?

-          Si claro, avisare a este, para ver si quiere bajar, o está muy resacoso.

-          Ok, pues luego nos vemos.

Me sonrió un momento y se fue.

Ayyyyy, me tumbe sobre la cama y me estire. Note en las sabanas el olor a su perfume, que bien me sentía pro Dios, es cierto que Alberto seguía en cierta medida distante, pero sus acciones demostraban que íbamos por buen camino, jooo y tanto que iban por buen camino.

Decidí que yo también debía ducharme, más que nada porque tenía que hacer algo rememorando el maravilloso sueño de anoche.


Fueron pasando las semanas, nos acercábamos a marzo y yo estaba pensando ya en algún regalo, para el cumple de Alberto, quería algo especial, así que hable con Estela, yo tenía una idea, pero necesitaba su ayuda. Quedamos un domingo a tomar un café, mira que es maja esa chica, que ganas tengo de volver a tenerla de cuñada. Le explique mi idea y le pareció muy buena, ella me ayudo en lo que necesitaba, me pareció raro y no me lo quiso explicar mas, pero me fio de ella.

Estas semanas, Alberto estaba más cercano, mas cariñoso, y yo mucho más contento, aun quedaba un mes para los exámenes pero creo que iban a ir muy bien.  Alberto también estaba muy liado, estaba estudiando el carnet de conducir quería sacársele teórico pronto, y el practico antes de Semana Santa, aun no se había apuntado a la autoescuela, pero quería en cuanto empezara poder hacer el examen rápidamente, yo se que le gustaba lo de conducir, pero se metía mucha prisa creo yo.

Me fije en lo que me dijo de Germán y Dani, y tenía razón, estaban mucho más cercanos, además me fije en un detalle, los días tras el cumpleaños de Germán, los veía cuchicheando y riéndose por tonterías.

Esa misma semana lo pille por banda, para que me contara lo que pasaba, y la verdad que no se hizo de rogar.

-          Bueno vale, nos acostamos el día de mi cumpleaños

-          ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeee?

-          Shhhhhh, no grites

-          Pero ahora ¿estáis juntos?

-          Noooo, seguimos siendo solo amigos, pero… bueno ayer… vino a la habitación y nos volvimos a liar, solo liar eh, se podría decir… que estamos de royo sin compromiso

-          Y ¿qué tal? ¿qué tal?

-          Jajajajaja, mira que eres maruja, solo te diré ahora que muy bien, que Dani en esos momentos es un amor, ya te contare luego más tranquila mente. Y tú qué.

-          Yo que, de que

-          Tu y Albertito

-          Pues creo que la cosa va a mejor, el otro día se quedo a dormir conmigo, no paso nada, pero creo que vamos por muy buen camino.

-          Jajajajaja, entonces el cumpleaños nos fue redondo.

Cuando llego el día del cumpleaños de Alberto, estaba ya con unas ganas tremendas de darle el regalo, lástima que cayera en martes y no pudiera ir a celebrarlo. Le felicitamos todos por la mañana, llame también a Estela para felicitarla, y después de comer a las cuatro y media fui a verlo a su habitación.

-          Felicidades – me lance y le di un fuerte abrazo

-          Gracias Oscar – me devolvió también un fuerte abrazo

-          Ya sé que te he felicitado esta mañana pero este es el que cuenta de verdad.

-          Prefiero este – dijo sonriendo –

-          Bueno y ¿cuando se pasa el resto de la gente?

-          Les he dicho a las 17:00, he logrado meter cervezas de extranjis, jejejeje

-          Bueno ahora ya puedes que ya eres un hombre

-          Vaya con este, ¿antes no?

-          Jajajajaja, si lo eras, doy fe.

Me senté en la cama

-          Bueno y este cumple ¿cómo lo vas a celebrar?

-          Pues este precisamente no creo que lo celebremos mucho como quisiera.

-          Vaya ¿y eso?

-          Pues porque al ser los 18, Estela y yo, ya somos mayores de edad, y claro ahora la fortuna de nuestros padres es nuestra,  y sobre todo las acciones de la empresa, técnicamente… técnicamente somos… los presidentes, así que habrá una enorme cena formal y aburrida.

Joder, se me olvida tan a menudo toda la pasta que tiene Alberto, madre mía, menos mal que ya no me rallo por ese tema.

-          Oye entonces… como… ¿tienes que irte a…  a dirigirla?

-          Jajajajaja, Oscar por Dios ¿te estás oyendo? ¿me ves a mi pudiendo llevar esa cosa? ni hablar, mi tío será quien lo lleve como hasta ahora y cuando acabe la universidad, pues ya veré, no quiero pensar en ello.

-          Menos mal, pensé que te ibas a ir.

-          Eres más tontico – sonreía y me revolvió el pelo - bueno y dime ¿porque querías venir antes?

-          Pues quería darte mi regalo el primero

-          Pero Oscar, no tenias que molestarte

-          Claro que si, ¿no te hacía ilusión comprarme la camiseta? Pues a mí me hace ilusión esto.

-          Jajajaja, bueno si es así, si.

Abrí mi mochila, le di el primer regalo, y lo desenvolvió, me gustaba ver como ponía una cara de niño emocionado.

-          Vayaaaaa, La Vida de los Doce Cesares, siempre he querido leerlo.

-          Aun me acuerdo cuando lo dijiste en la FNAC.

-          Eres un sol.

-          Tonto, me hacía mucha ilusión – me puse rojo – y espera, que vienen a pares.

Saque el segundo regalo, lo desenvolvió, era un estuche negro, lo veía nervioso y eso me encantaba. Lo abrió y me miro sorprendido.

-          Oscar….

Era una esclava de plata con su nombre gravado

-          Es… preciosa…es…

-          ¿¿Te gusta??

-          Me encanta

-          Dale la vuelta

La giro y observo el grabado que había pedido que pusieran, se le dibujo una sonrisa que a mí me supo a gloria.

- Dum spiro, spero

-          Le pedí a Estela que me dijera una frase que hubiera sido importante en tu vida.

-          Lo es… lo es – note que sus ojos brillaban-

-          Se lo que significa, pero no se qué significa para ti, Estela no quiso contármelo, dijo que así sería una sorpresa para los dos.

-          Es… es el lema de mi familia “mientras hay vida, hay esperanza”, más o menos.

-          Déjame ponértela

Me dio su mano y comencé a colocarla alrededor de su muñeca, el me miraba a los ojos.

-          Oscar, no sé qué decir, esto es, es muy bonito.

-          No, Alberto, no es nada en comparación a todo lo que desearía hacer por ti.

Coloco su mano en mi mejilla.

-          Gracias Oscar

Sus labios se pegaron a los míos, note un escalofrió que salía de ellos y recorría todo mi cuerpo hasta la punta de los dedos de las manos y de los pies, fue un beso con una ternura, que no olvidare jamás, tan deseado, tan anhelado, yo le correspondí, no lo pensé, no tenia que pensar, esperaba tanto ese beso, que aunque no tuviera ninguno de mis 5 sentidos, mi cuerpo habría sabido reaccionar. Coloque mi mano en su cuello, abrimos un poco la boca, para que nuestras lenguas se rozaran suavemente, como si fuera la primera vez que se tocaban.

No había nada mas, solo nosotros, el mundo se había parado en ese momento.

Toc toc toc

Pero no, llamaban a la puerta y eso hizo que volviéramos al mundo real, mierda tenían que ser ya las cinco.

Llegaron Germán, Dani, Alex y Esteban. Estuvimos allí bebiendo y charlando, bueno yo no, mi mente estaba en otro sitio, en algún sitio lejano en que solo estábamos Alberto y yo.

Eran ya casi las ocho cuando nos fuimos a despidiendo, no sabía si Alberto me diría de quedarme o no, pero cuando le abrace para despedirme, oí decirme al oído

-          Mañana vente a las cuatro.

Solo sonreí, aunque hubiera preferido quedarme, me daba cuenta que el no forzar las cosas daba un resultado increíble.

Alberto

No lo voy a negar, ha sido un cumpleaños estupendo, pero lo mejor ha sido lo de Oscar, y no me refiero a su esclava, que también ha sido estupenda, sino al beso. Desde el cumpleaños de Germán, mis deseos de abrazarle y de besarle se habían acrecentado, cada vez estábamos más cercanos, aunque yo no forzaba. Pero hoy no me pude contener, y fue tan maravilloso besarle. Ahora pienso si vuelvo a confiar en él, la verdad que por un lado no ha habido ninguna situación para ponerlo a prueba, pero me ha demostrado lo que me quiere, lo que le importo, ha demostrado paciencia, y respeto a mis decisiones, eso también demuestra que puedo confiar en él ¿no?

No iba a cenar, me iba a acostar pronto, mañana iba a ser un día movido, quería ir a la autoescuela y apuntarme en cuanto acabara en clase, llevo más de un mes estudiando por mi cuenta y haciendo test bajados de internet, lo llevo bien, creo que antes de semana santa tendré ya el teórico, a ver si puedo tener el carnet antes de mayo.

La verdad es que es una cosa que me hace ilusión. El dinero, no es que me importe, nunca me ha importado, pero me voy a dar un gustazo, comprarme el coche que me encanta, un Audi A4, es mi preferido, solo los Mercedes me parecen mejores, pero prefiero el Audi A4, tengo unas ganas de poder conducirlo y… y poder llevar en él a Oscar.

Bueno lo primero, arreglar el cuarto. Recogí los regalos que habían sido ropa en su gran mayoría. Bueno este no, “El conde de Montecristo”.

La verdad es que me sorprendió, cuando el Sr Blasco, bueno, cuando David, me paro al salir de clase, me felicito el cumpleaños y me regalo este libro, es un hombre estupendo, me encanta hablar con él, es … como decirlo… su presencia es embriagadora y me transmite una gran seguridad.

Bueno voy a revisar el correo e irme a dormir.

Lo abrí, 67 correos sin leer, por Diooos.

Vaaa, la mayoría felicitaciones de gente que no me interesan de nada, la lista de la cena de nuestro cumpleaños, pufffff, 167 invitados, eso no es cumpleaños ni es nada, prefiero mil veces la comida, mi tío, Carmina, Estela, Cristian, Alicia, Natalia y yo, bueno… y si quiere Oscar, por eso le he dicho que venga mañana, se lo voy a comentar para que se baje este finde, se venga a la comida, y a esta cena tan protocolaria, creo que viniendo él será mucho más llevadera. Jajajaja, me lo imagino dando un bote o poniéndose colorado, bueno en cualquier caso esta majísimo. Además mi tío y Carmina me preguntan por él, saben que lo dejamos, pero no el porqué. Creo que así les daré una sorpresa.

Uyyy  ¿y este mail? es raro, contodomiamor18@gmail.com , que cosa más rara. El asunto es Felicidades Albertito. Bueno tengo un buen antivirus. Lo abrí, seguía siendo raro, era como la transcripción de una conversación, era extraña, pero poco a poco le vi viendo sentido, y me empecé a cabrear, ya sabía quién lo había mandado, evidentemente para meter cizaña y joderme, ¿es que no iba a parar nunca?

- Hasta que vengas a mí, suplicando y de rodillas – esas palabras resonaron en mi mente.

Pues si cree que le va a ser tan fácil lo tiene claro. Además ¿no decía que quería poner a prueba a Oscar? pues mira aquí está la oportunidad, mañana hablare todo esto  con él y se solucionara. Señor haz que se solucione.