Bachiller XV - La gota que colma el vaso

Cuando una situación se lleva al limite, solo puede ocurrir una cosa, que explote.

Buenas. Antes que nada quería pediros disculpas a todos los lectores, ayer, me agobie un poco, es la primera vez que escribo así en novela, y la verdad es que no esperaba ni de cerca tal cantidad de lecturas, me pillo un poco por sorpresa, además que ayer no fue un día muy que te allá. Por eso quería pediros disculpas sin excepción.

Bueno, al tema, os traigo el capitulo 15, este es un capitulo de transición, podría ir con el siguiente, pero es el del final de curso y ya es bastante largo por si, así que este en cierta manera está un poco colgado, pero es necesario para entender el siguiente.

Como siempre agradeceros, vuestras valoración, vuestros comentarios y vuestros mails, y volveros a pedir disculpas.


Alberto

Jodeeeer, pero porque tengo que beber así, se que no debo, pero no puedo evitarlo cuando me deprimo.

Cuando abrí los ojos note el terrible dolor de cabeza que iba tener que soportar ese día. Bueno por lo menos no le daría vueltas a lo de Oscar, en realidad creo que n….

¡¡¡¡¡¡JOOOODEEEEEEER!!!!!!, casi me caigo de la cama al ver a Daniel desnudo a mi lado. ¿Qué hacia aquí, y desnudo? Pero entonces empecé a recordar rápidamente, recogerme en el parque, traerme a su habitación, contarle lo mío con Oscar, besarme, decirme que él estaba enamora…

No, no, no. Joder si es que no debo pasarme bebiendo, me lo dice Estela, “Alberto que pierdes el norte”, me lo dice Cristian “que cuando bebes no piensas con la cabeza”, y mira, lo que me faltaba para rayarme.

Bueno calma, lo primero que tengo que hacer es serenarme y hablar con él de esto, pero esta tan tranquilo durmiendo, que no quiero despertarlo, mierda como he podido meter así la pata y encima con uno de los mejores amigos de Oscar.

Aproveche para ir al baño, tenía todo el alcohol de anoche en mi vejiga, al volver me fui vistiendo mientras lo observaba, la verdad es que Daniel está muy bien, alto con un cuerpo muy bien formado y musculoso, tal vez demasiado para mi gusto, pero tampoco excesivo, ligeramente moreno, esa cara de niño grande,  y ese pelo castaño corto, y ese corazón de oro, podría conseguir al chico que quisiera. Pero justo en el que se ha fijado en uno que no puede corresponderle. Jodeeer Daniel, porque te has tenido que fijar en mi, ojala pudiera corresponderte. Y para rematar, lo de anoche, lo mejor que podía hacer para ayudar, esto es una mierda, si es que soy IM-BE-CIL.

Se revolvió un poco en su cama y abrió lentamente los ojos.

-          Buenos días Alberto

-          Buenas Daniel

-          No sabría si te encontraría al despertar.

-          ¿Por quién me tomas?, no soy de los que huyen tras… bueno tras lo de ayer.

-          No tendría nada que reprocharte, fui yo el que llevo a esta situación, tu estabas muy borracho y yo… bue…

-          Cállate y no digas tonterías, claro que tienes que reprocharme, y mucho, ayer yo… yo no debí…, metí la pata de una forma descomunal.

-          Ehhhh, no hay nada que reprochar ninguno al otro, tu sabes lo que siento, pero yo también sé lo que sientes tu, se ha quien quieres, y me alegro que sea a él, Oscar es estupendo. Disfrutamos los dos mucho, y creo que tú has podido dormir como un troco. – colocó la mano en mi mejilla –

Ojala pudiera creerle, pero notaba el dolor que habitaba detrás de su sonrisa, como Oscar, Daniel era terriblemente transparente, sabía que el quería seguir acariciando mi mejilla, pero agarre su mano suavemente para separarla.

-          Siento de corazón no poder corresponderte, daría un brazo por ti, pero, pero… yo… yo quiero a Oscar, no puedo evitarlo.

-          Bueno, pues ya esta, la cosa esta clara, no hace falta seguir con el tema, lo pasamos bien, sin compromisos, y si algún día pues… quieres repetir.

-          Creo… creo que será mejor que no, dejemos las cosas como están, ya se han complicado demasiado.

Y tanto que se habían complicado, además, yo le tenía que comentar una cosa, que era lo que necesitaba para acabar de hundirle.

-          Daniel… yo esto… se lo tengo que contar a Oscar, yo… yo no puedo mentirle.

-          Pero… -note preocupación en su rostro- ahora no estáis justos, no… no has hecho nada malo.

-          Técnicamente no, pero yo le quiero y lo que he hecho, no es justo, no está bien, no para él, además… yo no le puedo mentir, si me lo pregunta se lo tendré que decir y si no lo hace… pues creo que también.

-          Alberto, yo… Oscar de mis mejores amigos, y bueno… y sé que anoche no actué de la forma más leal con él, pero… no quiero perderlo, ni… ni tampoco quiero… que nadie sepa que… que soy gay, me… me da miedo.

Estuve tentado a decir que eso tendríamos que haberlo pensado anoche, pero me contuve, sé que no fue mala su intención, le guio el corazón, fue peor mi parte, la maldita incontinencia que me produce el alcohol. Además ¿tenía derecho a descubrir que era gay?, era ya lo que me faltaba para mi cabeza.

-          Bueno, yo ahora no estoy con Oscar, así que por el momento, no tendría que decirle nada, pero si volvemos…, bueno, en ese caso actuare como tenga que actuar, pero te prometo que hablaría antes contigo.

Note como una marabunta de sentimientos, se agolpaban en sus ojos, pero cuando habló, habló sereno.

-          Lo entiendo, no te preocupes haz lo que creas correcto.

-          Gracias Daniel

Se hizo un momento de silencio, hasta que decidí que lo mejor sería irme.

-          Creo que mejor, me voy.

Iba ya a abrir la puerta cuando volvió a hablar.

-          Alberto, ¿seguimos siendo amigos?

Me volví y le di un fuerte abrazo, en el que note que Daniel, no deseaba separarse, pero yo me separe por él.

-          Siempre seremos amigos, eso te lo prometo.

Me despedí y salí de la habitación, me quede un momento en el pasillo apoyado en la puerta, eran las 6:30 así que el pasillo estaba vacío. Fue cuando oí un sollozo en la habitación.  Me fui corriendo.

Que pasa voy a ir jodiendo la vida a toda la gente que me importa.

Oscar

Hoy, aunque es martes y no hay entrenamiento, Isaac me ha citado en los vestuarios del campo, al ser capitán tiene llaves. Yo estaba de un humor terrible, pensé que hasta el viernes me ahorraría el desagradable trago de tener que verlo, y saber que quería quedar hoy me había jodido el día.

Cuando llegue la puerta estaba abierta, entre y allí estaba ya Isaac.

-          Llegas tarde

-          He venido a paso lento, no es que me hiciera mucha ilusión el destino

-          Vaya, hoy vienes mosqueado – se acerco y me abrazo – tranquilo, lo pasaras bien.

-          Habla por ti

-          Jajajajajaja, tranquilo, yo lo voy a pasar muy bien, que realmente es lo que importa, pero me gustaría que también disfrutaras.

-          Es difícil disfrutar, cuando el que te toca es alguien tan asqueroso como tú, no me extraña que tengas que recurrir a esto, si no solo te harías pajas.

Note el golpe en la mejilla, me tambalee pero no caí, note el regusto a sangre en la boca. Me dolió, y bastante, pero solo físicamente, estaba llegando a un punto de apatía y de resignación con todo lo que hacía Isaac.

-          CUIDADITO CHAVAL, a ver si aprendes quien es el que manda aquí.

Palpe mi cara, el golpe me dejaría marca en el labio y en la mejilla.

-          Ves Oscar a lo que me obligas – se acerco y me abrazo, que asco me daba -

-          Bueno – dije – que quieres que haga.

-          Para empezar quítate la ropa, quiero verte desnudo.

Me desvestí sin rechistar, viendo a Isaac observándome con lujuria

-          Creo que no me cansare de admirar tu cuerpecito. – El empezó a desnudarse también– ¿Como prefieres hacerlo?

-          Prefiero apoyado en la pared– de esa forma no tendría que ver su cara –

-          Pues ponte entonces

Lo hice, realmente lo único que quería es que acabara rápido e irme, vi como se desvestía, y se colocaba detrás de mí.

-          Uffff tienes el mejor culo del mundo –decía detrás de mi mientras se sobaba la polla –

Se agacho y hundió la cabeza en mi culo, para devorar mi ano, la vez anterior aun sentí algo de placer, pero esta vez era totalmente apático, solo quería acabar e irme. Pero esta vez tuve suerte, cuando intentó meterme un dedo, estaba tan poco excitado, que me entro con muchísima dificultad y me dolió un montón.

-          Así no hay manera – notaba el enfado en su voz – vístete y lárgate, ha sido culpa mía, no debí pegarte, y no quiero que lo pases mal, principalmente porque si no, no disfruto, coge tus cosas y vete.

Me vestí rápidamente y me dirige a la puerta, cuando me llamo

-          Oscar, la próxima vez está un poco más colaborador ¿entendido?

Yo asentí de forma automática y salí. Llegue a mi habitación. Me mire a al espejo y vi el moratón en mi labio y mejilla.

Me había mantenido firme ese rato, pero ahora me vine abajo. Derrame lágrimas silenciosas, tumbado en mi cama, no quería que Germán me oyera. Estaba tan anulado por Isaac, yo me daba cuenta, pero cada vez a medida que yo me hundía sus acciones eran mas y mas efectivas, y le tenía más miedo. Lo único que deseaba es que se acabara el curso e irme a Irlanda para perder a todos de vista.

Alberto

La semana se planteaba mal. Por lo menos Daniel se comportaba como siempre y yo hacía lo mismo, lo hecho, hecho esta, no se podía hacer nada, pero es cierto que notaba tensión entre nosotros, y yo no podía evitar sentir ciertos remordimientos, no solo frente a Daniel, si no también ante Oscar. No podía evitar mirar a Daniel a los ojos, y saber que bajo su fachada se consumía por dentro y yo en vez de poner topes había ayudado a agravarlo.

Pero para que mentir, lo que ocupaba la mayor parte de mi mente seguía siendo Oscar. Había decidido intentar volver a hablar con él, y esta vez lo siento, necesito que me sea sincero, quiero saber que es eso mas que se guarda, para poder ayudarlo, aceptare que me deje, pero no que deje de ser su amigo.

Durante el lunes no lo vi, y el martes solo lo vi un momento, y se dio la vuelta en cuanto me vio, le habría seguido pero se metió en clase. Leches solo quería hablar con él, no me lo iba a comer, me pregunto si sabía el daño que me hacía con su actitud, ignorándome de esta manera.

El miércoles me estaba volviendo loco, y lo de Daniel no hacía más que agravarlo, necesitaba hablar con Oscar, ya. Así que esa mañana espere al otro lado del pasillo a verlo salir. Salió muy tarde, creo que se saltaba el desayuno. Lo seguí para ponerme a su altura, y lo cogí por el hombro, para volverlo hacia mí.

-          Oscar, ya está bien de evitarme, tu y… ¡¡¡¡¡ME CAGO EN LA PUTA¡¡¡¡¡¡¡

Lo agarre del brazo y lo metí de un tiron,en una sala que estaba contigua, un laboratorio vacio.

-          ¿QUIEN COÑO TE HA HECHO ESTO?

Tenía la mejilla izquierda y el mismo lado del labio hinchado, no mucho, pero se notaba el golpe, notaba como la sangre me hervía de la cabeza a los pies.

-          No ha sido nada – dijo mientras bajaba la vista – Germán me golpeo con la puerta del baño.

-          Si claro, y me lo creo, crees que no reconozco un puñetazo.

-          Créete lo que quieras

-          Si quieres le preguntamos a Germán.

-          Bueno y a ti que te importa lo que sea, no es asunto tuyo, TU YA NO ERES NADA MIO.

Eso me dolió mucho, pero cada vez veía más que claro que había algo más, algo grave, me acerque contra él, le agarre los hombros y hable con voz tranquila, coloque mis manos sobre sus hombros, para intentar que se relajara.

-          Mira Oscar, puedo llegar a aceptar que me dejes, pero no me pidas que deje de quererte, ni preocuparme por ti.

-          Yo no quiero que te preocupes por mí, ni que … ni que me …quieras

-          Joder Oscar no me digas eso – seguía manteniendo la voz serena, le agarre las manos – Mírame y dime que tu no me quieres.

-          ….

-          Por favor Oscar, no me vites mas, mírame a los ojos y dime que no me quieres, si me lo dices te dejare en paz.

-          Yo… ya no… te quiero – lo dijo, pero no me miro a los ojos-

-          Dímelo mirándome a los ojos, por favor.

-          YA BASTA ALBERTO – notaba rabia y dolor en su voz - déjame ya en paz, no quiero que me vuelvas a hablar, nunca más.

Se giro y salió de allí rápidamente, dejándome allí, clavado como un tonto, me quede, un poco para reponerme, estaba claro que algo le pasaba a Oscar, algo le estaba forzando a esa situación, tenía que ser fuerte y dedicarme a descubrir que era, aunque tenía una sospecha.

Ahora estaría en clase con Daniel, era lo único que faltaba, un interrogatorio, y encima por parte de Daniel, que sabía que él, simple el hecho de nombrar a Oscar le dolía, además que no hacía más que recordarme lo que había hecho.

Las clases se me hicieron un infierno, no me enteraba de nada, en mi cabeza solo estaba las duras palabras de rechazo de Oscar, y el saber que era lo que le pasaba, y cuanto tiempo tardaría en descubrirlo.

A las 11 no aguante, no podía dar una clase más. En el bolsillo llevaba un paquete de tabaco que me compre el domingo en un bar. Estaba a miércoles y ya me había fumado la mitad, al final con todo esto me iba a enganchar a esta mierda, pero ahora necesitaba uno, a tomar por culo las clases.

Oscar

Me tuve que saltar la primera clase, volví corriendo a la habitación, sin poder parar de llorar, JODEEEER, hasta que punto me había ya anulado Isaac. Tras calmarme un poco fui a la segunda clase, genial, ahora tocaba el turno de Germán, y así fue, evidentemente supo enseguida quien era el autor del golpe, me dijo de todo, que ya estaba bien, que esto ya era demasiado, que no aguantaba más y que iba a hacer algo si o si. Solo calló cuando el profesor nos amenazo con echarnos de clase.

Para rematar a media mañana una llamada del hijo de puta de Isaac, se había comprado un móvil, con un nuevo número, para que no encajara con el suyo, y así poder llamarme, definitivamente, eso no era normal. No se lo quise coger, pero volvió a llamar, entre en un baño, comprobé que estaba vacío. Y entonces conteste.

-          Dime

- ¿Qué tal Oscar?

-          Bien

- Sabes que hoy no hay entrenamiento verdad, que el entrenador está enfermo

-          Si

- Así que tenemos una oportunidad estupenda para “entrenar” tú y yo

-          …

- Jajajaja, te has quedado sin habla.

-          Pensé que con lo de ayer ya habrías tenido para unos cuantos días.

- Pero que dices, sabes que no me canso de ti, además ¿qué de ayer?, si no hicimos al final nada.

-          Por favor, no podemos dejarlo, para otro día, hoy está siendo un día horrible, y no me apetece para nada.

- Ayyyyy pequeño, me parece que olvidas quien pone aquí las normas

-          Sabes, si estiras demasiado una cosa se rompe, y estoy empezando a hartarme de todo esto.

- Bueno en tu derecho estas, pero ya sabes las consecuencias.

-          …

- ¿Entonces, si?

-          Vale

- Perfecto pues entonces a las 6:30, en el campo pequeño.

-          ¿No podría ser a un poco antes? estoy muy atrasado con los estudios y ne….

- Bueeeeeeno, para que veas que soy estupendo y me preocupo por ti, quedamos mejor a las 5:30, ¿te parece?

-          Ok, pues a las 5:30 en el campo pequeño, pero ¿porque no quedamos los vestuarios directamente?

- Tengo una sorpresa preparada, ah y ven vestido con el uniforme de futbol

-          De acuerdo, adiós

No podía, no podía mas, salí y fui directo a la enfermería, explique que ayer me di un fuerte golpe, cosa que con el hinchazón de mi labio y mejilla, no dejaba duda y que no me encontraba bien, así que me dieron un justificante que me excusaba de las clases.

Fui a la habitación y me metí bajo las sabanas. A la una, Germán empezó a golpear la puerta del baño, pidiéndome que abriera, que habláramos, estuvo así casi media hora, pero no abrí, esta mierda era mía y ya le había jodido a Alberto, no quería joder a Germán, porque sé que Isaac, no tendría escrúpulos en ir a por él también, ya me lo aclaro, “ni se te ocurra hablar con el rubito”.

Así estuve hasta las 4:30, me empecé a preparar y a las 5:15 salí de nuevo a mi infierno particular.

Germán

Vaya semana de mierda, todo parece que se viene abajo, Alberto sigue con la misma cara de siempre, Oscar va cada vez peor, pero ya de manera preocupante. Y si fuera poco Dani lleva la misma cara, aunque la intenta ocultar, esta también mal.

Joder todo junto, y encima, sin Martín, he de reconocer que lo estoy pasando peor de lo que pensaba, bastante peor.

Pero lo primero es lo de Oscar, lo de venir hoy con el labio y la mejilla hinchado, aunque no fuera mucho, como me ha dicho él, es ya más de lo que puedo aguantar. Como siempre no me conto nada pero yo sabía perfectamente quien había sido y había sido la gota que colma el vaso.

No apareció por el resto de la mañana, fui a su habitación, estuve golpeando durante media hora, pero no me abrió, estaba cada vez más preocupado, intente abrir, con la lleve que me dejo para emergencias, y esto lo era, pero había colocado la suya en el otro lado, estaba claro que no quería hablar, lo deje, pero no me quede quieto, era el momento de actuar. Tome una decisión, bueno la tome en cuanto le vi el golpe, iba a hablar con Alberto, tenía que contarle que era Isaac el que estaba haciendo esto. Alberto no era como Oscar, el sabrá poner fin a esta situación. Sé que Oscar me había hecho jurar y jurar, que por nada del mundo le hablaría de Isaac a Alberto, y yo llegue a tener miedo de meterle en problemas, pero joder, ¿en que más problemas se podía meter?, si hasta le ha pegado. Me da igual que Oscar no me vuelva a hablar en la vida, si con esto vuelve a estar bien, estaré contento.

Pero tampoco encontraba a Alberto, fui a su habitación y nadie contestaba, le llame, pero el móvil sonaba dentro así que no sabía cómo localizarlo. Empecé a recorrer el colegio para ver si lo encontraba en algún lugar, pero nada.

Eran ya las 5 cuando decidí intentar localizarlo por los jardines, pero tampoco nada. A quien si me encontré fue a Dani, estaba sentado en las escaleras del ala este, solo, y con la cara que yo sabía que usaba para ocultar algo.

-          Hola Dani

-          Ah, hola Germán, ¿qué tal? – su cara volvió a forzar una sonrisa –

-          Bien, oye ¿tú no sabrás donde estará Alberto? Llevo un buen rato buscándolo y no hay manera.

-          No, desde esta mañana no lo he visto, ha faltado a varias clases. ¿Por qué?

-          Nada quería comentarle algunas cosas ¿y tú? ¿qué tal estas?

-          Pues bien, tomando el aire.

Nos quedamos unos minutos en silencio mirando a la nada, porque la gente creía que lo mejor era callarse tragarse todo e ir envenenándose poco a poco, en vez de pedir ayuda, estaba harto de los silencios, al final yo había caído en lo mismo, y lo odiaba. Ya no más, sabía que era lo que torturaba a Dani.

-          ¿Quién es ella? – dije -

-          ¿Comoooooo?

-          La chica que tiene la culpa que el grandote alegre de Dani tenga esa cara de pena desde hace días.

-          Anda, no digas tonterías

-          Mira, últimamente llevo viendo tanto la cara del desamor allí donde mire, que la reconozco incluso bajo una capa de cemento.

-          ….

-          Solo quiero que sepas que estoy para lo que necesites – le pase una mano por el hombro, siempre me ha impresionado la fuerza física que tiene Dani, será en contraste a mi cuerpo delgado-

Se volví a hacer el silencio, pero Dani lo rompió.

-          Gracias Germán, pero me temo que en esto no me puedes ayudar, no hay nada que hacer, yo… la… quiero, pero su corazón está ocupado por otra persona.

-          Pero las cosas dan muchas vueltas, además es imposible no querer a un grandote como tú.

Logre hacerlo sonreír, pero esta vez una sonrisa sincera

-          Cuando hablas de cara de desamor, ¿hablas de Alberto y Oscar verdad?

Me tense, claro que hablaba de ellos, pero no esperaba esa respuesta de Dani, ni Oscar ni Alberto me habían dicho que el supiera nada.

-          No, se que últimamente, están serios, no sé porque lo estará Alberto, el no me lo ha dicho, pero Os…

-          Germán – me corto mientras sonreía – eres un amigo de puta madre, pero tranquilo, Alberto me lo conto todo hace unos días.

Ostras

-          ¿A si? Y que te conto.

-          Que él y Oscar, lo habían dejado. La verdad que de Oscar, siempre había tenido alguna sospecha de que era gay, pero lo de Alberto me dejo a cuadros, aunque claro pensándolo fríamente estaba a la vista, he de reconocer que no soy muy listo. ¿Tú lo sabías verdad? – note un momento de tensión en su voz -

-          Si, de Oscar lo sé desde hace tiempo, de Alberto lo sospechaba pero Oscar me lo confirmo antes de Semana Santa.

-          Menos mal, pensé que había metido la pata. Pues sabes que yo llegue a pensar alguna vez que Oscar, iba detrás de ti, siempre estáis tan juntos.

-          Jajajaja, no, no, Oscar nunca ha ido detrás de mí, le quiero como a un hermano, aunque no negare que Oscar es un bombón.

Dani se me quedo mirando con los ojos muy abiertos

-          ¿Cómo que es un bombón?

-          Pues eso, que seremos como hermanos, pero no negare que su cuerpo me atrae.

-          Me estás diciendo… que tu… tu también…

-          Si yo también.

-          No me lo puedo creer, Alberto, Oscar, tú…

-          Ya ves, somos legión.

-          Me sorprende que me lo digas con tanta naturalidad.

-          No me avergüenzo de ello, a ver no lo pregono, pero si la gente lo supiera, pues no me seria un trauma, tú eres mi amigo, y por lo que has dicho de Alberto y Oscar sé que no te importa, así que porque ocultarlo.

-          Jajajaja, tengo cinco personas aquí que considero mis amigos y tres sois gais, no me lo puedo creer, como Esteban y Alex también lo sean me muero.

-          No lo creo, por lo menos Alex, seguro que no.

-          Madre mía, la verdad que lo de Oscar no me sorprendió en exceso, algo se le notaba, en como mira a veces, pero a ti, nada, y bueno, a Alberto ni de coña.

-          No la verdad que a él nada de nada, pero enton…

-          Hablando del rey de Roma

-          ¿Qué? ¿Cómo?

-          ¿No buscabas a Alberto? Pues allí lo tienes

Mire a la distancia y si, era él, aunque estaba lejos se le reconocía, iba atravesando los jardines, no corría pero casi

-          Parece que tiene prisa, ¿ha donde crees que irá? – dije mientras me levantaba

-          Pues no se – el también se levanto- en esa dirección no hay nada, el campo de futbol pequeño y esta prácticamente abandonado, bueno y el bosque pero eso está en todas las direcciones.

No sé porque, pero tenía un mal presentimiento.

-          Dani, vamos para allí.

-          ¿Por qué? ¿que pasa?

-          Tengo el presentimiento de que va a pasar algo muy malo.