Bachiller XIX - Sorpresas de nuevo curso

Oscar y Alberto vuelven al colegio tras un estupendo verano, pero las cosas no son perfectas, German esta raro, Dani sigue preocupado e Isaac... ¿Que le pasa a Isaac?

Bueno, el verano se acabo y empezamos un nuevo curso. Este año será diferente, en el primero fue muy importante el conocerse y en este la historia sigue adelante, pero el principal cambio es que mientras el anterior curso fue el curso de Oscar, este es el de Alberto, el resto de personajes aumentan su protagonismo y deja de ser simplemente Oscar, espero que os guste.

Daros las gracias como siempre por vuestros comentarios, vuestras valoraciones y vuestros mails. Pero esta vez quería hacer una mención especial a una persona que me mando un mail, y me conto que esta historia para él había significado mucho más de lo que yo me podía imaginar cuando empecé a escribirla. Este capítulo te lo dedico.


Oscar

Después de un estupendo verano, empiezo un nuevo curso, mi último curso.

Y no podía ser más diferente al año pasado, que llegue ansioso por encontrar al chico que me gustaba, y resulto ser un monstruo que me amargo hasta la saciedad.

Ahora hay otro chico, al que quiero como nunca he querido a nadie, pero para encontrarlo solo tengo que girar un poco mi cabeza, contemplar sus ojos verdes, verlo sonreírme y hacer que yo también sonría.

Es el primer día, Alberto y yo subimos juntos, y nada más llegar nos encontramos  a Germán, con el que me fui a mi habitación, mientras Alberto se fue a la suya, lo había visto escasamente hace tres semanas, y por lo que me conto habían sido bastante aburridas, casi tenía ganas de empezar el curso.

Al que tengo muchas ganas de ver es a Dani, y comprobar que ya no estaba como a finales del curso pasado. Lo encontramos en el comedor a la hora de comer, nos dio un fuerte abrazo a todos, le vi sonriente y hablador, eso me alegro, parecía el Dani de siempre, pero creo que aun le notaba un poco forzado, estaba mejor, pero seguía pasándole algo.

También estuvimos a esa hora con Alex y Esteban. Alberto se revolvió un poco, Alex lo había dejado con Estela hace poco, y aunque se supone que acabaron bien, pues sentía cierta desazón, pero cuando nos confirmo que habían acabado muy de buenas, Alberto se relajo. Alex era un buen amigo y me alegro que la cosa haya acabado bien. Nos contaron sus vacaciones, Alex entre la playa y Valladolid, Esteban había estado en Alemania, su padre quería que fuera a estudiar allí tras acabar el curso y la verdad que le atraía, le había gustado bastante.

Al que también vi fui a Isaac, estaba rodeado de su habitual grupo de amigos, el muy cabrón, que asco me daba por todo lo que me había hecho y sin embargo no podía negar que estaba guapísimo, aunque ni de cerca como Alberto. Nuestros ojos se cruzaron, y me sonrió. Yo no pude evitar sentir un escalofrió. Alberto pasó su mano por mi hombro y me tranquilice. Me fije como entornaba los ojos, y sus facciones se tensaban.

Por la tarde fuimos al salón de actos para decirnos a que clase nos había tocado. Desgraciadamente sabía que no me tocaría con Germán.

1º B – Oscar Antúnez, Daniel Santos y Alberto Van Buren

La leche, no podía ser más perfecto, iba a clase con Alberto, lo más importante, pero además estaría Dani, y con Esteban que también le tocaba con nosotros. Germán no estaría solo, ya que iba a clase con Alex y para redondear no tendría que soportar al capullo de Isaac.

Tuvimos la presentación de clases, evidentemente, me senté con Alberto, Dani y Esteban se sentaron un poco más adelante. La suerte continuaba, nuestro tutor seria le Sr. Blasco, el profesor de historia. Siempre me había caído bien, pero la ayuda que presto a Alberto tras la pelea con Isaac hace que lo aprecie aun más.

Por la noche bajamos a cenar, normalmente no lo hacemos, pero era el primer día, y así cenábamos todos juntos, seguimos hablando del verano, de las perspectivas del curso, y claro estando Dani, Alex y Esteban, hablamos del futbol. Eso fue más difícil, iba a ser el primer año que no estaba en el equipo y lo echaría mucho de menos.

Tras una estupenda cena y con todos los recuerdos del verano, nos fuimos a la habitación.

Estuve hablando un rato con Germán. A lo largo del día me había fijado que de vez en cuando se quedaba en silencio, algo no típico en él. Me confesó que la vuelta había sido dura este año, al no estar ya su amigo Martín. Le di un fuerte abrazo, no había estado con el cuándo lo necesitaba, pero esta vez sí lo haría.

Serian sobre las 22:00 cuando Germán se fue a su habitación, le dije que se quedara que vendría Alberto a ver una peli, pero me dijo que no tenía muchas ganas. Paso un rato, ya tendría que haber llegado, cuando llamaron a la puerta. Abrí y allí estaba, con su maravillosa sonrisa. Le metí para adentro, le agarre sus mejillas y atraje sus labios para besarlos.

-          Ya pensé que no venias

-          No podrían detenerme – dijo cogiéndome y levantándome del suelo.

-          Suerte que la presentación es en sábado, que si no, te podrían haber pillado.

Me dejo en la cama

-          Ya echaba de menos verte con tu trajecito de colegial – me dijo -

-          Que tonto si a ti te queda mejor.

-          Bueno y que haremos hoy ¿veremos una peli? He traído un par de miedo – dijo abriendo su bandolera – se que te gustan.

-          Perfecto, escusa para acurrucarnos.

-          Jajajajaja, como si necesitáramos escusa, oye y ¿Germán?

-          Le he dicho que ibas a venir y veríamos una peli, pero dijo que no estaba muy animado, se ve – baje la voz – que esta rallado por el chico con el que estuvo el año pasado, que el volver le ha recordado el tema y todo eso.

-          Vaya, pues si que le ha tenido que afectar, con lo duro que es Germán, pero quedarse en la habitación no es bueno.

Entro al baño y golpeo, la puerta de Germán, este abrió y se puso hablar con él, a los cinco minutos lo traía en volandas, Germán se intentaba resistir, aunque se reía. Logramos convencerle de que viera la peli con nosotros, sacamos patatas y unas coca-colas. Cuando la acabamos, aún era pronto, ni las 0:00, pero Germán decía que estaba cansado y se despidió.

Nosotros nos pusimos otra peli, esta vez tumbados en la cama, no llevaríamos ni 20 minutos viéndola, cuando ya pasábamos totalmente de ella, estábamos besándonos dulcemente solo pendientes el uno del otro, nuestras camisas cada vez tenían menos botones abrochados, y nuestras manos recorrían cada vez más nuestro cuerpo. Alberto se subió sobre mí, y sus besos fuero adquiriendo cada vez más pasión.

-          Ufff chiquitín, creo que vamos a tener que estrenar ya la habitación.

-          Jajajajaja, será este curso, porque como esta habitación hablara….

-          Pues entonces haremos algo de lo que aun no pueda hablar.

-          Ummmm en que estas pensando cochinote.

No dijo nada, simplemente movió sus caderas, apretando su culo contra mi paquete y lanzándome una mirada lasciva mientras se mordía el labio. Entendí al instante.

-          Vaya, así que estas retozón –dije-

-          Siempre

No habíamos repetido de esa manera desde que celebre mi cumpleaños y ahora que lo pensaba me apetecía un montón, y más notando su estupendo culo moverse sobre mi paquete.

Me fue desnudando hasta dejarme solo con los calcetines, a medida que me quitaba la ropa iba besando todo mi cuerpo, haciendo que mi piel se erizara. Cuando me quito los bóxer se dirigió hacia mi polla, que ya estaba dura, uffff, era totalmente adicto a sus mamadas, era un genio, era capaz en un segundo de pasar de la mayor suavidad, a una furia desmedida, ese frio-calor me encantaba.

Cuando paro se alzo a mi lado, se desnudo completamente y se sentó sobre mi pecho, dejando su polla casi en mi cara yo me eleve un poco, ya sabía lo que quería, estire mi cabeza y empecé a chuparla poco a poco, pero pronto deje a él hacer, mantuve mi boca abierta lo suficiente para que se ajustara a su rabo y empezó a meterlo y sacarlo, aaaaa que rico era que me follara la boca, lo probamos por primera vez este verano y la verdad que esa vez casi me ahogo, pero ahora ya nos habíamos pillado el ritmo, a mi me encantaba y el disfrutaba como un niño con un caramelo.

Así estuvimos un rato, hasta que le dije de parar, quería besarle, nuestras lenguas se movían como locas en nuestras bocas.

-          Ahhhh chiquitín como me gusta ese sabor en tu boca.

-          Es tu sabor.

Seguí besándole, mientras que llevaba mis manos a su culo, clave un poco en el mis uñas. Fui poco a poco hasta su ano, estaba caliente y palpitante, humedecí mis dedos y empecé a penetrarlo, a medida que lo hacia su espalda se arqueaba y sus besos eran más pasionales.

-          No puedo más mi amor – dijo – quiero hacerlo ya.

Se levanto y saco de su mochila el bote de lubricante.

-          Vienes preparado.

-          Nunca está de mas

-          ¿Y el condón?

-          Hoy no – se acerco y me beso – hoy quiero sentirte hasta el final

Eso me puso muy caliente, nunca me había corrido dentro de nadie.  Bajo y me pajeo un poco, para luego echarme lubricante, luego se dio el. Se sentó en cuchillas sobre mí, llevo su mano a mi polla y la dirigió a su culo, y fue bajando poco a poco. Pobre, su cara empezó a ponerse roja, y se le marcaban algunas venas del cuello, aun le seguía doliendo, pero se negaba a parar, y me volvía loco por eso.

Cuando estaba toda dentro dio un soplido, bajo las rodillas colocándolas a ambos lados de mi cadera, yo le acariciaba el abdomen y el rabo, mientras su culo se iba acostumbrado.

-          ¿Estás bien? –pregunte-

-          ..iiii... mu… bien.

Fue decir eso y empezó a mover sus caderas hacia delante y hacia atrás, primero despacio pero poco a poco fue aumentando, notaba como salía y entraba, joder, Alberto tenía un culo que se agarraba como una tenaza alrededor de mi polla. Su cara mostraba al principio algún gesto de molestia, que se fue tornando a uno de placer. Yo empecé a acompañar sus movimientos con mi cadera, entre abría su boca, y jadeaba, a la vez que yo. Su enorme polla toda enhiesta se bamboleaba hacia arriba y hacia abajo, al ritmo de la penetración, me hipnotizaba, coloque mis manos en sus caderas, para acompañar el movimiento. Bajaba hasta mis labios, me los besaba y mordía de tal forma que pensé que me los arrancaría. Mientras, él se pajeaba de forma más salvaje aun.

La velocidad era cada vez mayor, cuando se elevaba veía como todos sus músculos se marcaban, ese cuerpo perfecto cabalgándome y pajeándose, me volvía loco, no aguantaba más, no podía más.

-          Mi aaaaaaaa… voyyy aaaa, voooyyyy

-          Correteeee, llenammmee de lecheeeee

Empecé a descargarme, y él se echo hacia atrás, hundiéndola del todo, mientras se pajeaba a toda velocidad, explotando poco después que yo, de forma que su corrida llego a mi cara pecho y abdomen, cosa que me encanto, notar el olor a semen de mi chico en la cara y sentir como resbalaba. Se inclino para besarme, besos suaves y pausados, mientras mi polla iba poco a poco saliendo de su culito, se lo agarre y lleve mis manos hasta su agujero, se lo acaricie, mientras notaba mi semen salir.

Estuvimos así no menos de 15 minutos, hasta que se levanto, saco pañuelos y me fue limpiando y limpiándose él, para luego tumbarse a mi lado.

-          A sido genial chiquitín – me dijo mientras me acariciaba el brazo-

-          Tu sí que eres genial

-          Aunque ahora se me ha vuelto a quedar… una sensación rara de vacío en culo.

-          Jajajajaja – me acerque y le bese – yo ya estoy acostumbrado.

Apoye mi cabeza en su pecho y nos quedamos dormidos. Este año se planteaba realmente bien.

Germán

Este año no se planteaba para nada bien.

Tras tanto tiempo compartiendo clase con Oscar, se me hacia raro no estar con él, además tampoco es que tuviera mucha relación con el resto de mis compañeros. Solo con Alex tenía más relación y me sentaba con él, aunque realmente era más cercano a Dani o a Oscar que a mí, y era para mi gusto muy callado, pero nos llevábamos muy bien de todas formas, aunque bueno esto eran tonterías.

El problema tenia nombres y apellidos, Daniel Santos.

Desde mi noche con Cristian, le daba muchas más vueltas al tema de Dani, y aunque intentaba apartarlo de mi mente, no podía evitar, mandarle whatsapp, y hablar un rato con él.

El primer día que volvimos, me encontré a Dani en el comedor, sería un poco exagerado decir que se me acelero el corazón, pero reconozco que si sentí una cálida sensación al estar a su lado. Y la verdad que estoy bastante a su lado. Aunque Alberto y Oscar están mucho con nosotros, no es raro que se vayan para poder estar a solas, por lo que acabo quedándome yo con Dani, por suerte Alex y sobretodo Esteban, suelen estar, haciendo que la situación no sea tan incómoda para mí.

En esos ratos, no podía evitar mirarlo, sus pectorales y fuertes brazos que se marcaban bajo su camiseta, su culo que se le veía estupendo, su paquete que se adivinaba bajo el pantalón y su cara, esa cara de niño guapo y tontorrón me encantaba. Además Dani junto con Oscar, seguramente estarán entre las 10 personas menos perspicaces del mundo, así que no me resultaba difícil observarle.

Otra cosa es si esto era bueno para mí, y la verdad es que no. Deleitarme en Dani, me resultaba un tanto amargo, ya que él seguía enamorado de Alberto.

Lo notaba cuando se lo quedaba mirando, como se revolvía cada vez que le tocaba, pero había algo más. Alberto y yo lo habíamos hablado (aunque no le había contado nada de que cada vez me atrae más Dani, conozco a Alberto y se sentiría mal, sobretodo porque el amor que genera en Dani es mi principal impedimento), antes Dani nos evitaba, ahora lo hacía mucho menos siempre estaba sonriendo, hablador, incluso a veces nos resultaba hasta exagerado, llegamos a la conclusión de que se había hecho a la idea y que solo era tiempo de que fuera desenamorando de Alberto, pero no sé, creo que había algo raro.

Una tarde de un lunes fui a buscarle tras su entrenamiento, estaba un poco alicaído, últimamente salía tristón y taciturno de los entrenamientos, aunque también, muy de Dani, no conto nada. Al día siguiente en clase estuve hablado con Alex.

-          Oye, ¿Qué le pasa a Dani?

-          ¿De qué?

-          Pues que aunque él no lo diga, ayer llevaba una cara de funeral.

-          Pufff, pues lo que le lleva pasando desde que empezamos a entrenar, tuvo bronca con Isaac.

-          Joder, ya esta ese tiparraco amargándole.

-          Yo no diría eso

-          ¿Qué quieres decir?

-          Bueno, tú ya sabes que no soy amigo de Isaac, y que a Dani le aprecio mucho, pero las broncas las empieza él.

-          ¿Comooooo?

-          Pues eso, Isaac… como decirlo, parece que no esta tan capullo como otros años, está más suave, es Dani el que salta por nada, el que se le encara.

Eso me pareció muy raro, Dani no es de encararse, así que esa tarde fui a su habitación a ver si me contaba que le pasaba y de paso animarlo un poco. Cuando llegue me invito a pasar, yo me tumbe en la cama y él se sentó en el suelo.

-          Dani ¿Qué te pasa en los entrenamientos? últimamente te veo salir mal.

-          Nada tío, la verdad que nos meten mucha caña, no tenemos buenas perspectivas para este año, han entrado dos chicos nuevos de 4º y de 1º, pero no son gran cosas. Jorge acabo el año pasado y era un gran defensa, y bueno, también se ha notado lo de Oscar, la verdad lo echo de menos.

Coloque mi mano sobre su hombro, notando los duros músculos.

-          ¿E Isaac?

Note como se tensaba.

-          ¿Qué pasa con Isaac? – contesto cortante –

-          Sé que discutes con él

-          Cuando vea a Alex le voy a meter un calcetín en la boca.

-          Se preocupa por ti, al igual que yo.

-          ….

-          Entonces, ¿Qué pasa?, se que es un mal bicho, pero por lo que he oído, eras tú el que saltas.

-          Lo que tú dices, es un mal bicho, nunca lo he soportado, pero ahora lo aborrezco, me da asco, no soporto estar cerca de él, ojala… ojala.

-          Tranquilooo – dije apretando su hombro –, no me extraña que saltes, estas tan tenso que vas a reventar.

-          Lo se

-          Pues déjame ayudarte

Me senté en la cama puso sus brazos sobre mis piernas y agarre sus hombros para darle un masaje.

-          Uffff, gracias Germán lo necesitaba que te cagas.

Notaba como se iba relajando, así decidí preguntar, lo que más ansiaba saber

-          Y con Alberto ¿qué tal?

Note de nuevo como se tensaba

-          Perdona, perdona Dani, no debería haber hablado.

-          No, si no es bueno guardárselo, la verdad que estoy mejor, la distancia ha sido mano de santo, lo sigo pasando mal cuando estoy con él, pero cada vez me duele menos, además Alberto es mi amigo y Oscar también.

-          Entonces te ocurre algo más verdad.

Esta vez la tensión fue más alta, había tocado blanco, algo le pasaba

-          No que va

-          Dani, mientes peor que Oscar

-          ….

Deje de masajearle y pase a darle caricias en el cuello, notaba como se le erizaba la piel.

-          Dani, no tienes que contarlo si no quieres, pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

-          ….

-          Tranquilo – subí mis manos hasta las orejas-

-          Con todo esto de Alberto, tengo miedo de meter la pata, de hacer daño y de acabar quedándome solo.

-          Pero que cosas tienes, no va a pasar nada de eso, bueno, puede que metas la pata como hacemos todos, pero no vas a hacer daño ni te vas a quedar solo.

Giro su cabeza y me miro a la cara, note la preocupación en su mirada.

-          Gracias por animarme Germán

-          No tienes que darme las gracias, eres buena gente, muy buena y no te vas a quedar solo, a mi no me vas a perder, ni a ninguno de tus amigos.

Durante un momento nos quedamos mirando fijamente, yo había llevado mi mano a su pelo y  se lo acariciaba. Entonces Dani se levanto

-          Joder, Germán muchas gracias, siempre logras animarme, eres un amigo de puta madre.

-          Tu sí que lo eres y no te ralles tanto, bueno creo que me iré yendo ya, que es tarde.

-          Tampoco es tan tarde.

-          Ya, pero hoy quiero bajar a cenar.

-          Ok, pues yo también bajo nos vemos allí.

Mierda, pensé de camino a mi habitación, no sé si me dará tiempo a llegar a cenar, porque lo que necesito ahora mismo es o una buena paja o una ducha fría.

Oscar

Vaya, este mes y medio se me han pasado volando, es cierto lo que se dice que cuando estas a gusto el tiempo vuela.

La verdad es que llevo un ritmo frenético en los estudios, estamos en el último año y los profesores no tienen compasión, desde el primer día trabajos a saco, ejercicios y algún que otro examen. Lo bueno es que el estudiar me da mucho tiempo para estar con Alberto además logramos llevar las cosas al día.

Otros días se nos unía Germán al estudio, pero como ahora teníamos pocas clases en común, no quedamos tanto como el año pasado, así que él estudia en la biblioteca a menudo con Alex. Si no entrenaban quedamos también con Dani y Esteban, aunque esas veces adelantábamos poco, porque sinceramente Dani es muy torpe con los estudios.

Pero aun no estamos tan agobiados como para no salir de fiesta los sábados, solemos quedar con Estela y no negare que me sorprende la buena relación que sigue teniendo con Alex, de hecho creo que se volvieron a liar una noche, pero creo que ninguno quiere pasar de allí.

También reconozco que me he vuelto más fiestero, antes no era raro que a las 10 estuviera en la habitación, y casi nunca llegaba a la hora límite. Pero ahora me lo paso mejor, y reconozco que bebo más que antes. Claro siempre vamos a ese pub cutre que no piden el carnet, y empiezo con  las cervezas. El primer finde de Octubre, Alberto me tuvo que llevar a la habitación y se quedo al día siguiente cuidándome una terrible resaca.

Lo que más añoro es sin duda el futbol, Dani me ha comentado lo flojo que este año está el equipo. No he dejado de hacer deporte, ahora salgo a correr casi todos los días con Alberto, la verdad, que se me esfuerza mucho para que no sienta morriña, incluso un par de tarde de domingo ha intentado jugar a futbol, con nosotros, pero que malo es el pobre, aunque valoro mucho su esfuerzo. Así que cuando me da el bajón por el futbol me hago recordar que tendría  que estar con Isaac, y eso me ayuda.

Isaac ese es otro tema, me tiene desconcertado, tres veces se ha acercado a hablar conmigo. La primera fue en DONA el primer fin de semana que salimos, yo estaba en el baño lavándome las manos, cuando salió de uno de los váteres, dijo mi nombre y se acerco hacia mí, yo ni le mire, le di la espalda y me fui.

La segunda fue al siguiente domingo que baje solo a desayunar y se me acerco, sonreía, pero no con esa sonrisa, irónica que me asustaba, era una sonrisa cordial.

-          Hola Oscar

-          …. – ni le conteste -

-          Puedo hablar contigo

-          Sinceramente, no hay nada ni remotamente que tenga que hablar contigo – recogí mis cosas para levantarme –

-          Oscar por favor necesi….

-          Que me dejes en paz – y me fui -

La tercera fue más tensa, era un jueves por la tarde, me dirigía a bajar al jardín,  cuando me encontré a Isaac de frente, yo aparte la mirada de el dispuesto a seguir mi camino cuando me agarro suavemente la muñecas.

-          Espera Oscar, por favor no te vayas.

Había un deje en su voz ¿suplicante?, era raro

-          No me toques

-          Vale está bien, disculpa, solo quiero hablar contigo.

-          Creo que ya te dije que no tenía nada que hablar contigo.

-          Mira te entiendo, sé que solo debes tener desprecio hacia mí…

-          Exactamente, solo te desprecio

-          Y me parece poco en comparación a lo que merezco – eso me hizo levantar la ceja- veras ni te lo pido ni tengo derecho a que …

Se quedo callado, su rostro hasta ahora suave se torno duro y entrecerró los ojos, pero no me miraba a mí, note una mano en mis hombros

-          ¿Estás bien Oscar?

-          Si Alberto, vámonos

Dejo de mirarme y centro la vista en Isaac

-          Creo que te lo deje claro la última vez que nos vimos ¿No?

-          ¿El qué? ¿Que no me acercara a Oscar?, ¿acaso eres su amo? Me parece que no es un niño, ni es tonto, y puede decidir por sí mismo si quiere que alguien se acerque o no.

-          Te lo advierto, Isaac, te-lo-advierto – coloco su dedo contra el pecho de Isaac -

-          Advierte lo que quieras –sus caras estaban una ya frente a la otra y apretaban los puños – si Oscar me dice que no me acerque, respetare sus deseos, pero no lo hare por un novio que se cree que puede decidir por él como si fuera un niño. Hasta luego Oscar.

Siguió su camino, yo seguí bajando las escaleras, con Alberto a mi lado

-          ¿Estás bien chiquitín? ¿Te ha hecho algo?

-          Si, estoy bien – dije cortante –

-          De verdad, al final le volveré a partir la cara, oye, si se vuelve a acercar a ti…

-          Alberto basta, lo último que quiero es que ese mierda se acerque a mí, pero eso es algo de lo que me tengo que encargar yo.

Había levantado un poco la voz, Alberto se quedo clavado

-          Perdona, yo lo hacía por ayudarte – su tono también se volvió cortante -

-          Y me has ayudado, pero yo no soy un niño, ni soy tonto.

-          Pues te dejas envenenar fácilmente por sus palabras, para ser tan listo

-          ¿Qué quieres decir?

-          Que para no ser tonto le bastan decir al cabrón ese cuatro palabras envenenadas, para que se te empapen.

-          Así que crees que soy tonto.

-          No lo creo, pero a veces de bueno o ingenuo lo pareces.

-          Mira, luego hablamos

-          Pues sí, tampoco me apetece hablar.

Sobra decir que ese mismo día lo arreglamos, pero la verdad que me había escocido, no solo sus palabras, si no el hecho de que tuvieran parte de verdad, Isaac en un momento había creado una pelea entre nosotros, pero sin embargo… no me pareció sinceramente que fuera algo solo de Isaac, me parece que Alberto tuvo algo de culpa también, no me gusta que se comporte así, haciéndome sentir como un niño.

Germán

-          Me parece muy bien Dani

Dani vino a mi habitación quería hablar conmigo, decía que llevaba tiempo pensándolo y quería que Oscar supiera también que era gay. Yo lo sabía y Alberto también, aunque sé que para Dani el caso de Oscar era peliagudo, ya que era el novio del chico al que quería, y se lo quería contar a solas.

-          Oscar es de mis mejores amigos, pero no he podido evitar en muchas ocasiones verlo como un rival, incluso no lo puedo evitar tener pensamientos mezquinos a veces.

-          Pero no debes olvidar, que ante todo es Oscar.

-          Además es más difícil, es la primera persona a la que se lo quiero contar de propio, tú bueno, tú tienes un gran ojo, y con Alberto fue complicado, pero en este caso es diferente, por eso me gustaría que fuera a solas.

-          No te preocupes, a ver, tu ¿qué tienes pensado?

-          Pues le diré que vayamos al parque de la ribera, el sábado habrá mucha gente, aun hace muy buen tiempo, llevare alcohol para que me sea más fácil y se lo contare.

-          OK, los de mi clase creo que iban a DONA así que iré con Alex y el resto.

-          Yo… yo quiero mucho a Oscar, y quiero que sepa lo que me pasa, pero no le voy a contar lo de Alberto.

-          Mejor, realmente no hay nada que contar y podría producir algo de tensión.

-          Ya me inventare la historia de alguien anónimo, gracias Germán, me ayudas un montón.

Me dio un abrazo, lo note temblar, pobre, ni que fuera para tanto, pero me alegre por él, este podía ser un paso más para olvidar a Alberto, me alegre por Oscar, que se merecía saberlo, por Alberto, que se que lo pasaba mal por su amigo, y me alegre por mí, ya que si Dani se olvidaba de Alberto, se podía abrir un mundo de posibilidades.

Oscar

Estamos ya en la primera semana de Noviembre, y hace un buen tiempo impropio de la estación. Lástima que no pueda aprovechar este fin de semana de buen tiempo con Alberto, y poder ir a tomar algo a una terraza antes de que las quiten. Le llamaron el miércoles, Carmina se había caído y se había roto el brazo, así que el viernes el y Estela se bajaron a la ciudad.

Pero bueno, tampoco se planteaba mal. Dani quería hablar conmigo y contarme lo que le pasa, pero me lo quería contar a solas, así que Germán se iría con los de su clase, por fin iba a saber que le atormentaba tanto.

Así que a las 7 Dani vino a buscarme, llevaba una pequeña bandolera, le pregunte y me dijo que era una sorpresa.

Fuimos al parque de la rivera, había mucha gente, de los dos colegios y del instituto de Sahú.

Vimos un banco libre y nos sentamos uno frente a otro, saco una botella con un líquido verdoso y varios vasos de chupito.

-          ¿Qué es esa bebida?

-          Se llama absenta, la probé este verano en el pueblo, es fuerte de cojones, pero sabe bien, y créeme que yo, la voy a necesitar

Y si, la verdad es que lo veía muy preocupado. Lleno dos chupitos.

-          Por ti Oscar

-          Y por ti Dani

¡¡¡¡¡La hostia!!!!! Como quema la condenada, ufff, que calor, pero he de reconocer, que cuando pasa te deja un regusto agradable.

-          Bueno Dani que querías contarme

-          Pues…. veras, no sé si has notado que estuve una temporada así chungo.

-          Noooooo – dije con ironía –

-          Vale era muy claro, pues es que todo viene de una cosa – sirvió dos chupitos mas – y eso es… bueno es… que… que yo soy… soy gay.

Me quede con la boca abierta y me bebí el chupito, cogí el suyo y también me lo bebí.

-          Meggg – me ardía la boca- ¿me estas vacilando?

-          No – bajo la vista – es cierto, soy gay.

-          Joder que fuerte Dani y porque no me lo has contado – me acerque y le di un fuerte abrazo –

-          Siempre da un poco de reparo.

-          Pero ¿¿¿a mí??? Tu sabes que lo soy y que Alberto también, podrías habernos lo dicho.

-          Alberto lo sabe, y…. también Germán

-          Ósea – me puse un poco serio – así que soy el último que se entera.

-          Sí,  pero eres el primero que se lo cuento, ellos lo adivinaron.

-          Maldito par de listillos.

-          Jajajaja – por fin una sonrisa se dibujaba en su rostro- vaya cuarteto de maricas.

-          Pues – rellene los chupitos – por el cuarteto de maricas.

Ufff, esta maldita mierda me estaba empezando a subir y eso que solo llevaba cuatro y me están dando unos calores. Dani me conto que esta Semana Santa se lio con un amigo en Madrid, y acabo enamorándose, pero él estaba con otra persona de la que está muy enamorada y por eso está mal. Mientras me contaba, su rostro se iba poniendo más sobrio, y los chupitos seguían rulando.

-          Essse amigooo tuyo esss… es imbecil, cualguiera vería la cozita queee… que eres

-          No creass – Dani iba más sereno – no soy tan… tan así, he intentao fastidiarles

-          Jooooer Dani, eso noooo,  tampoco, tu ehhes buennna guuuente…que tu y eso.

Joder cuantos chupitos llevo ya, esta bebida es rara, me está subiendo una barbaridad, se me va la cabeza un montón y uffffff que calores.

-          Oyeee, ¿quieres que vayamos pa la habitasion? – pregunto Dani-

-          A veeee, pero gue dices… si son las, 10… las 10 y…, no son ni las 11.

-          Pero tú ya vas mu mu pedo, si quiereees , bebemos, allí, le… mando un wasap a Germán  cuado lleguemos y venga.

-          Eacuerdo, amos pa allí

Fuimos hacia la habitación, la cabeza se me iba bastante, buena no, mucho. Ayyyyy Dios creo que estaba empezando a alucinar, me acorde de mi nene, ayyy lo echaba de menos,  si estuviera aquí, con el calor que me ha dado esto. Me estaba imaginando unas cosas, que me estaban poniendo muy cachondo, si lo tuviera aquí lo cogía y lo iba a tener toda la noche dale que te pego. Uffff, ¿qué me pasa? ¿Pero que es esta  bebida?

Con el cuerpo que llevábamos no fuimos por la puerta principal, si no por una secundaria, yo no estaba para disimular. Ya casi llegábamos al edificio de las habitaciones, cuando oí una voz.

-          Ey Oscar, tu por aquí.

El que me faltaba. Dani mudo su expresión y apreto los puños.

-          Gueee coñoo queres Isaac