Bachiller VIII - Regalo de Navidad

Las navidades le han servido a Oscar para aclarar su cabeza, respecto a su relación con Isaac, y los últimos acontecimientos con Alberto

Bueno, pues este relato pensaba subirlo mañana, pero como el anterior ha salido antes de tiempo subo este ya hoy.

Como siempre agradeceros vuestros comentarios, mails y valoraciones, la historia ha superado las 25.000 vistas, algo que no podía ni imaginarme cuando empecé a subirla y de verdad no sé cómo daros las gracias.

El próximo capítulo, es posible que tarde un poco, es para mí el más complicado de todos y quiero que salga bien.


Oscar

Bueno, la verdad que las navidades han estado bien, me han servido para recargar las pilas y sobre todo, para descansar y ordenar un poco la cabeza.

Como siempre, la Navidad y la Nochevieja la pasen con la familia de mi padre. Con la de mi madre desde que murió, nos hemos distanciado un poco, solo veo a mis abuelos en Semana Santa.

Yo estos días me lo paso bien con mis primos, son algo más mayores que yo, así que siempre he sido el juguete de mis primos en el buen sentido de la palabra. Este año me fui de fiesta en Nochevieja por primera vez, y me lo pase superbien con ellos, además como tienen más de 18 me sacaban bebida, por lo que acabe un poco borrachín.

Antes, en estas fechas intentaba quedar con algún amigo de mi antiguo colegio, pero la verdad, que nunca tuve demasiados amigos, y este es el segundo año que no quedo con nadie.

Con quien si hable mucho fue con Germán, y también algún día hable con Dani. De Isaac no supe nada, casi lo prefería, era lo mejor para aclarar mi cabeza, respecto a él.

Lo que me sorprendió fue saber de Alberto, nada, fueron solo unos whatsapp felicitando navidad y año nuevo, (no sé como tenía mi numero, será cosa de Dani), estuve tentado a llamarlo para quedar y aclarar las cosas, ya sabía que vivíamos en la misma ciudad, pero no lo hice. El beso y lo que me dijo no dejaban de darme vueltas en la cabeza y tenía miedo por empezar a sentir algo por él, y la verdad,  ya tenía las cosas bastante complicadas con Isaac, para complicármelas con Alberto, así que solo conteste a los mensajes, felicitándole a él.

Las clases empezaban el día 9, así que el 7 Germán vino a mi casa, estaría el finde y subiríamos juntos al colegio.

Yo me había aclarado bastante las ideas, así que le pude contar toda la historia (omitiendo lo concerniente a Alberto), había decidido, que esperaría a ver si las cosas iban mejor con Isaac, porque si volvían a lo de siempre, borrón y cuenta nueva. Ahora que Germán estaba enterado de todo y tenía la certeza de que no lo iba a contar, le pude decir mi decisión.

-          ¿De verdad crees que Isaac va a cambiar?, Oscar, no te engañes es un mal bicho.

-          No lo es, simplemente que… que vemos las cosas de distinto modo.

-          Mira Oscar, no te había dicho nada, porque pensé que después de lo de la ultima vez ya habrías abierto los ojos, y habrías decidido librarte de el de una vez, pero ya veo que no, así que escucha

Germán me empezó a contar una rocambolesca  historia sobre una chica, que se ve, salió con Isaac, y luego la puteo. Yo no podía creer eso, era imposible, Isaac me dijo al principio que yo debía elegir, él me lo dejo todo claro, fui yo el que intente llevar las cosas a mi terreno, además…

-          Lo siento Germán, pero eso es imposible, es cierto que a veces hace cosas, que no me gustas y tiene su temperamento, pero tú no has visto a Isaac cuando esta cariñoso, no sería capaz de hacer eso, además, a mí, no me embauco,  él me dejo claras sus condiciones, yo las acepte.

-          De verdad Oscar o estas completamente ciego o eres tonto, ¿No has oído lo que te acabo de contar?

-          Sabes lo que creo Germán – su comentario no me gusto ni un pelo - Isaac no es perfecto, pero tampoco es como tú lo describes, esa historia me parece los típicos bulos que suelta la gente que le tiene envidia, seguramente esa chica intento volver con él y la mando a paseo, razón para inventarse toda la historia.

-          No se – por un momento vi a Germán dudar – eso podría ser una posibilidad, pero personalmente, Isaac no es buena gente y yo creo que la historia le queda como anillo al dedo.

-          Ves, es una historia estupenda para que la gente, que como tú, que tiene prejuicios contra él, se la crea.

-          ¿¿¿Queeeee??? ¿que tengo prejuicios? –ahora era Germán quien se estaba enfadado–  No son prejuicios, son juicios claros y si no hubieras estado medio noviembre y medio diciembre como un alma en pena por su culpa, tal vez no los tendría.

-          Germán, en todo eso yo también he tenido parte de culpa, el me lo dejo claro, yo quise imponer mis puntos, y me desilusionaba porque no fueran las cosas como yo quería.

-          Dioooooos Oscar te estás oyendo, eres un yonki

-          ¿¿¿¿¿¿Cómo??????

-          Un yonki, eres adicto a un tío que te está destrozando y no lo quieres ver, solo sigues con él, y no solo eso, le justificas toda la mierda que te lanza a la cara, Oscar por favor desengánchate.

No me gustaba discutir con Germán y a él tampoco, nos serenamos y me paso una mano por encima del hombro.

-          Chiquitín – él ya se había sosegado – ya sabes que nunca te diría nada con intención de fastidiarte, lo hago porque me preocupo por ti, ya lo sabes.

-          Ya lo sé, y te lo agradezco, pero entiende que yo esto lo veo desde otro punto de vista, y además yo… yo a Isaac lo amo.

Note que Germán iba a decir algo pero se mordió la lengua.

-          Bueno, en eso tienes razón, no eres un niño, tú sabrás cual es la mejor decisión para ti, pero por favor, no te consumas por alguien que no vale la pena, y escucha los consejos que te doy, que lo hago por ayudarte.

-          Lo sé Germán, y tranquilo, no voy a volver a lo mismo de antes, le voy a dar una oportunidad, pero para que las cosas cambien, y si veo que sigue igual, se acabo, pero sinceramente creo que si pueden cambiar.

-          Una cosa Oscar ¿Es la primera vez que piensas eso?

-          Si- mentí como un bellaco –

-          Bueno, tu sabrás, yo, ya sabes lo que pienso, pero también sabes que hagas lo que hagas estaré a tu lado.

Nos dimos un fuerte abrazo, la verdad que quiero muchísimo a Germán, pero… no me siento cómodo hablando con él sobre este tema de Isaac, tenemos una visión demasiado opuesta y nos lleva a discutir.

Respecto a Alberto había decidido hablar con él y aclarar las cosas, era lo mínimo que se merecía, yo me había aclarado la mente y no quería nada con él, le apreciaba muchísimo, pero yo amaba a Isaac, me dolía en el alma hacerle sufrir, era lo mejor, además, yo quería seguir siendo su amigo, es un chico estupendo.


Llegamos al colegio para empezar el lunes. Ese día fue más que nada de presentación del trimestre, lo duro empezó al día siguiente, desde el principio, nos empezaron a meter temario, y eso solo era un pequeño entrante en comparación a lo que nos tocaba ese trimestre, y además Dani ya me aviso que el miércoles primer entrenamiento.

En consonancia, con mi valentía habitual, en vez de hablar con Alberto lo evite todo lo que pude, habría podido hablar perfectamente cualquier día con él, solía estar bastante con Dani, pero si lo veía, me iba por otro camino, así que el primero de mis propósitos lo estaba cumpliendo de puta madre.

Con respecto a Isaac, bueno, con el ansiaba hablar con todas mis fuerzas,  pero en este caso era él quien me evitaba (¿Karma?), bueno no me evitaba realmente, se comportaba conmigo como siempre, es decir, distante.

El primer entrenamiento fue duro, en dos semanas teníamos un partido, y aunque íbamos primeros, el entrenador no quería que nos confiáramos. Pensé que allí Isaac, me hablaría, o me diría algo, pero nada, solo la típica conversación de que tal las navidades y eso. Estaba empezando a preocuparme, llevabas casi un mes, con las cosas en el aire, y cada vez que lo veía ansiaba mas estar con él. Pero no me atrevía a mandarle un mensaje, además quería que fuera él, quien me lo dijera, que mostrara interés, estaba harto de arrastrarme.

Era ya jueves cuando en el descanso de media mañana, fui al baño a echarme algo de agua después de dos soporíferas horas de lengua.

Estaba ya secándome cuando de uno de los baños salió Alberto, jodeeeer, también es mala suerte.

-          Vaya Oscar, no te he visto en todos estos días, ni siquiera he podio preguntarte que tal las navidades, cualquiera diría que me evitas.

-          ¿¿¿Yo??? No claro que no – últimamente mentía con mucha regularidad-

-          Jajajajajaj, has de cuidar esos sonrojos te delatan chiquitín

-          Lo… lo siento, es que… me sentía un poco incomodo, perdona.

-          Oscar – su semblante se torno serio - escucha yo quería disculparme por lo de la última vez.

Disculparte, no creo que sea necesario disculparse por un beso tan estupendo.

-          Alberto, no hay nada que disculpar, no… no hiciste nada malo.

-          Sí, sí que lo hay, yo no tenía derecho a ponerte en ese compromiso, y menos sin pensar las consecuencias que podría tener para ti, fui egoísta y lo siento.

-          No pasa nada Alberto de verdad.

Se hizo un corto silencio

-          Yo … - dijo -bueno, tú ya sabes lo que siento por ti – su expresión paso de la seriedad a la tristeza –

Por favor no pongas, esa cara, esa preciosa carita de cachorro desvalido.

-          Por eso mismo si estas ahora con alguien, que te hace feliz, para mí es suficiente, solo quiero, que no dejes de considerarme tu amigo.

No podía soportar que me siguiera mirando así, o me rompería, le puse una mano en la cara

-          Alberto, no te preocupes por nada, y por supuesto que quiero seguir siendo tu amigo.

Por fin sonreía, joder, su sonrisa era realmente bonita.

-          Gracias Oscar, eres un cielo, uyyyy, voy a ir yéndome o no llegare a clase.

Me dio un beso en la mejilla y salió corriendo, yo aun me quede un segundo mas, tocando con mi mano el lugar donde me había besado.

El viernes en el entrenamiento, por fin Isaac, me hablo de algo más que lo estrictamente necesario

-          Oscar, el domingo a las 6 ven a mi habitación

Bueno, por fin íbamos a quedar e intentar enderezar las cosas.


Era el primer finde del trimestre, y como no teníamos aun deberes excesivos, en comparación a lo que se preparaban, salimos todos a Sahú. Fui con Germán, Dani, Alex, Esteban y un par de amigos de clase de Dani. En el pub donde estábamos acudiría Alberto, eso me puso nervioso, pero a la vez no puede evitar alegrarme.

A las 8 acudió y no venia solo, vino con su hermana.

-          Chicos, os presento a mi hermana Estela. Estela, estos son Alejandro, Daniel, Germán, Pablo, Samuel, y Oscar.

-          Buenas os conozco a algunos de los partidos, estáis medio equipo, aquí, si lo sé traigo los pompones.

Cuando Alberto me presento, su hermana se quedo mirándome un poco más que a los otros, y me regalo una sincera sonrisa, madre mía, como se parecen al sonreír, seguramente Alberto le habría hablado de mí, no sé si me sentí alagado o incomodo.

Como me había fijado Estela era realmente guapa y los ojos, eran un calco de su hermano. Cuando se quito el abrigo, vi que también tenía un cuerpo de infarto, como su hermano, jajajaja, extrapolando a una chica claro, los chicos se quedaron mirándola babeando, hasta Germán levanto las cejas.

Estela se sentó al lado de Germán, y note que me lanzaba alguna mirada curios, Alberto se sentó al lado de Esteban, eso me alegro, era la otra punta de la mesa, de habernos sentado juntos habría sido una situación muy incómoda.

Al pasar el rato me empecé a dar cuenta que los hermanos se parecían físicamente , pero no así en carácter, mientras que Alberto era sosegado y callado, Estela era como un torbellino, habladora, simpática, muy graciosa y vital, hablaba alegremente con Germán, mientras Alex la miraba con cara de tonto.

-          Vamos a por otra ronda – grito Estela –

-          Te acompaño – dijo Alex al segundo –

-          Yo aprovecho para irme,- dijo Germán –  he quedado ahora a las 9:30, ¿luego nos veremos en el DONA?

Me acerque a él y le dije al oído

-          Aun me tienes que contar tu parte

-          Ostras si, recuérdamelo, pero ahora no puedo.

Se fueron y al dejar Alex su hueco libre, se coloco a mi lado Dani.

-          Esta tremenda la hermana de Alberto – dijo Dani-

-          ¿Qué pasa grandullón?, ¿te gusta?

-          No diré que no, pero creo que no soy el único que se ha fijado en ella – Señalo a Alex que hablaba alegremente con Estela en la barra -

-          La verdad es que es guapa y muy simpática, aunque te crees que al principio pensé que eran novios.

-          Jajajajaja, que dices pero si son iguales

-          Ya, ya me di cuenta, pero bueno iguales físicamente, porque lo que es en carácter.

-          Alberto es mas callado, pero cuando le pillas confianza se suelta, es un tío de puta madre, la verdad que se le coge cariño.

-          La verdad es que es muy majo, a mí también me cae muy bien.

Me quede mirando a Alberto, a sus preciosos ojos verdes y no pude evitar como hormigas moviéndose por mi interior.

La noche fue redonda, seguimos la fiesta en la discoteca, Estela estuvo mucho rato bailando con Alex, y aunque no paso nada, se dieron los teléfonos. Yo estuve casi todo el rato hablando con Dani, y también un rato con Alberto, y me alegro ver que podíamos ser amigos sin problemas, algo que para mí era muy importante, aunque no podía evitar sentir de nuevo ese hormigueo en mi interior cuando estaba muy cerca o me rozaba.

También vi a Isaac, estaba guapísimo, bueno, más guapo aun, lo echaba de menos, ansiaba notar de nuevo sus brazos me rodearan, quería que fueran ya las 6 de mañana.


Esa mañana del domingo a la hora de comer, le conté a Germán que quedaría con Isaac. Me pidió por favor que me mantuviera firme y no me dejara liar por fuegos fatuos. Esa era mi intención, pero en realidad mientras Germán hablaba yo no hacía más que fantasear con el cuerpo de Isaac.

A las 6 puntual y tras asegurarme que no había nadie llame. Yo estaba nervioso, hacia muchos días que no estaba en su habitación, la idea de tenerlo a mi lado, me hacía estremecerme, pero por otra parte había decidido mantenerme firme en mis decisiones.

-          Hola Oscar, pasa.

La habitación estaba en penumbra, como casi siempre, e Isaac llevaba solo una camiseta de tirantes y un bóxer, la verdad es que estaba estupendo con cualquier cosa.

Pego su pecho a mi espalda y paso sus manos por mi cintura, rodeándome en un abrazo

-          Te he echado de menos, chavalín – comenzó a besarme, la oreja.

Estos gestos tan dulces no eran habituales por parte de Isaac, pero me sabían a gloria, atesoraba cada uno de ellos y hacían que se me erizara todo el vello del cuerpo. Me agarraba fuerte, notaba su fuerte pecho contra mi espalda, y su paquete ya duro contra mi culo, yo me apreté aun más. Quería sentirlo aun más cerca, gire mi cabeza para besarle, besos que me devolvió.

-          Espera, espera, que tengo una sorpresa, para ti.

Fue a su armario y saco una bolsa.

-          Toma un regalo de navidad.

Yo estaba sin habla, lo saque, era una camiseta negra de manga larga, con una tira amarilla clara en las junturas, era muy maja, pero lo que más me llego era el detalle.

-          ¿Es… es para mí? – estaba realmente emocionado -

-          Claro, para mi follamigo favorito.

Bueno, hubiera preferido que no me hubiera llamado así, pero me daba igual, estaba exultante con el regalo.

-          Graciaaaaas Isaac, es chulísima.

Me acerque a él para comérmelo a besos, el me abrazó

-          Me alegro de que te guste – dijo sonriéndome, con esa preciosa sonrisa que solo Isaac sabe dibujar-

En ese momento, me di cuenta de algo.

-          Yo... yo no te he comprado nada – me sonroje-

-          No te preocupes, esto no lo hago por recibir algo a cambio, me apetecía regalártela, además así limábamos aspereces por lo de la ultima vez, no estuve muy diestro.

-          Gracias Isaac de verdad.

-          Póntela a ver cómo te queda.

Me quite el jersey y la corbata y empecé a desabrocharme la camisa, Isaac se había tumbado en la cama y me miraba de forma lasciva, eso me calentaba, me gustaba sentir que me deseaba, quería que disfrutara viéndome, así que me quite la camisa lentamente, y me puse la camiseta. La verdad que me quedaba como un guante, era ajustada y me marcaba muy bien, ya dije que no estoy musculoso, pero si marcado por el deporte y la camiseta marcaba una figura perfecta, ojala fuera un pelín más alto.

-          ¿Qué tal me queda? – pregunte-

-          Joder, eres el tío mas sexi del mundo

-          Jajajajaja, tontorrón

-          Ven aquí

Me acerque a la cama y me senté a horcajadas sobre él, me estrecho y empezó a besarme, con el deseo contenido tras un mes separados. Yo estaba igual que él, nuestras bocas eran fuego, mi lengua recorría hasta el último rincón de su boca, y el de vez en cuando mordía mis labios, ahora me daba cuenta cuanto le había echado de menos. Solo esta sesión de besos, basto para ponérmela dura como una piedra.

Sus manos se metieron bajo mi camiseta acariciando toda mi espalda, me la subió y empezó a morderme los pezones, poniéndome a mil.

-          Uffff, Isaac, ahhhh, como echaba de menos esto…

Bajo sus manos a mi culo, y empezó a aprestarlo con fuerza, separando y juntando mis nalgas, yo me estaba poniendo cada vez mas, eche mi cabeza para atrás para disfrutar de Isaac tocándome todo el cuerpo. Dejo mis pezones y me volvió a besar.

-          Chúpamela, Oscar, chúpamela con esa preciosa boquita que tienes.

Me moví hacia atrás, y fui a sus bóxer que estaban a punto de reventar, se los baje rápidamente y esa polla grande de la que no me cansaba salto ante mí, puede que fuera porque hacía días que no la veía pero me pareció más hermosa que nunca, él se quito la camiseta quedando completamente desnudo, era una maravilla verlo así.

Sin dudar un segundo, comencé a devorarla con pasión, me la metía hasta el fondo haciendo suspirar a Isaac, apretaba fuertemente los labios, desde su capullo hasta la base, hoy quería que disfrutara más que nunca, solo me la sacaba para coger un poco de aire o lamerle sus perfectos huevos o sus ingles. Estuve como diez minutos, tragándome su verga, lamiéndola, mientras que él colocaba su mano en mi pelo, hasta que me hizo un gesto para que me acercara a él, volvió a besarme. Yo en ese momento me sentía arder.

-          Hoy quiero algo diferente, nene, hoy quiero que me cabalgues, toma el control.

Nunca lo había hecho así, me sorprendió a la vez que me excito.

-          Donde tienes las cosas.

-          En el segundo cajón, pero, Oscar…

-          Dime

-          No quiero condón, quiero notarte directamente

No sé porque, pero me excito muchísimo, lo habíamos hecho un par de veces sin condón pero el hecho de que me lo pidiera me llego. Fui a por el lubricante, y me desnude completamente, el me miraba, se mordía el labio y se pajeaba, verlo a si me vuelve loco.

-          Joder Oscar, creo que nunca me cansare de tu cuerpecito.

Me acerque a él y nos volvimos a besar con pasión mientras le ponía lubricante en la polla, y luego me ponía en el culo. Me senté sobre el de nuevo, notaba su polla en mi agujero,  la agarre y empecé a dirigirla, entro la punta, no sentía la polla de Isaac desde hacía mucho tiempo y la quería ya dentro de mi  hice un movimiento y entro de golpe, la deseaba tanto, estaba tan cachondo y había puesto tanto lubricante, que si dolió, no lo recuerdo, solo recuerdo el placer.

Comencé a mover la cadera hacia adelante y hacia atrás, haciendo que la polla de Isaac entrara y saliera, notaba como se abría paso dentro de mí, nooo, como le hacía abrirse paso dentro de mí y era indescriptible. Isaac puso sus manos en mis caderas para acompañar el movimiento. Su cara era de autentico placer, me encantaba verlo a si, además, por primera vez llevaba yo el control en la follada con Isaac, y eso me excitaba hasta la saciedad, empecé a pajearme mientras disfrutaba al máximo del mete-saca del rabo de Isaac. Lleve mis dedos a su boca para que los chupara y luego los llevaba a la mía para notar su saliva.

Eso le puso a mil, se elevo para besarme con furia, los labios, la cara, la barbilla, tenía mi cara llena de su saliva cuando bajo a mi cuello.

Yo aumente el ritmo de mover mis caderas y el aumento el bombeo con ellas, volvió a recostarse, yo me pajee con más energía, notaba la polla de Isaac entrar y salir a una velocidad endiablada, sus huevos chocando contra mi culo, pensé que iba arder, no podía mas, noo, noooo….

-          Is… Isaac, ahhh me corroooooo….

-          Hazlooo, correte sobre mí…

Me empecé a correr en el pecho de Isaac, mientras apretaba mi culo con todas mis fuerzas contra su polla, que al momento la note hincharse y llenarme totalmente con una corrida monumental, mientras Isaac se convulsionaba.

Se elevo y empezó a besarme, quedando nuestros pechos pegados por mi semen y nuestro sudor, podía sentir su respiración entrecortada y el corazón a mil. Nos fundimos en este beso y abrazo, mientras su polla salía poco a poco de mi culo, y notaba como el semen de Isaac resbalaba fuera de mí.

-          Oscar, has estado increíble, de verdad.

-          Tú sí que eres increíble.

Seguimos un rato besándonos, hasta que decidimos limpiarnos y nos acostamos un rato, juntos. Creo que desde que estoy con esto con Isaac no me había sentido tan bien. Por fin las cosas empezaban a funcionar,  y eso me hacia tan feliz. Me habría gustado que Germán hubiera estado aquí para hacerle tragar sus palabras, nos quedamos dormidos, yo apoyado en su pecho, mientras me abrazaba con sus fuertes brazos y me daba besos en el pelo.