Bachiller VI - Lección de piano

Oscar llega al mes de diciembre con buen animo, parece que el tema con Isaac mejora, lo que no sabe es que para bien o para mal, se avecinan sorpresas.

Bueno llegue a la sexta parte. Como siempre dar las gracias a todos los que me comentáis, tanto aquí como por mail. Antes que nada comentar que en esta parte no hay sexo, habría pues pero me parece que habría resultado forzado, así que antes de estropear la historia prefiero no hacerlo.

Luego, en este capítulo he puesto algunas canciones, yo me imagine la escena con ellas, pero aquí lo que cuenta es que cada uno se imagine su propia historia, pero la verdad me hacía ilusión. Me gustaría que me comentarais si os gusta esto o no, al fin y al cabo vosotros me ayudáis a que la historia sea mejor, y en parte es también vuestra.

Un gran saludo


Oscar

Ya es diciembre y hace frio, me gusta el frio, siempre lo he preferido al calor, el calor embota, el frio despeja. Me recuerda a mi ciudad, con su viento cortante, la gente lo suele odiar pero a mí me gusta.

Parece que estas dos semanas, desde el encuentro en el baño las cosas han mejorado con Isaac, me parece que esta mas cariñoso, y que me habla más, por lo menos en nuestros encuentros en su habitación. Sin embargo sigo teniendo cierta desazón, aunque no voy a negar que se ha reducido, estoy menos rayado y creo que los exámenes irán mejor. En estas semanas me he puesto al día en casi todas asignaturas, había bajado hasta el punto de que el mi tutor se reunió conmigo para hablar del descenso en mis notas y si tenía algún problema que quisiera contarle, bueno si lo tenía, pero no se lo iba a contar, evidentemente.  Si no llega a ser por Germán, que me ha ayudado como el que más.

En realidad, desde que estoy con Isaac, he dejado un poco de lado todo lo demás, y no me gusta eso, desde el día del baño intento estar más con Germán, aunque la verdad, él también un poco desaparecido y sospecho porque.

Es domingo,  ayer apenas salí y hoy me he despertado pronto, el machacarme a estudiar y con los deberes me ha dejado tiempo libre, así que me he ido a dar un paseo por los jardines, últimamente paseo bastante. Había nevado, no me gusta jugar con la nieve pero me encantan las estampas nevadas, seguí caminado hasta un banco, ya cerca de los lindes del bosque, me senté allí, disfrute del frio, y pensé en mis cosas, que claro, siendo domingo mi pensamiento estaba en el encuentro de esa tarde con Isaac, para hacer el amor con él, bueno para hacer el amor yo, él solo echa un polvo, ese pensamiento me deja siempre un poco alicaído, aun así deseaba esos encuentros con ansia.

-          Chiquitín, ¿qué haces aquí solo, pasando frio?

Por un momento, pensé que era Dani, es el más me llama así, claro con el palmo que me saca, está justificado, pero vi que no, era Alberto, su amigo. Que rematadamente guapo es, creo que realmente es tan guapo como Isaac, y que mirada y sonrisa más dulce, lo que daría yo porque Isaac, tuviera esa mirada.

-          ¡¡¡¡Anda!!!!, mira quién habla de pasar frio ¿y tu donde estas?

-          Pero yo salgo a correr, así entro en calor, tu ahí parado te vas a quedar congelado.

-          Me gusta el frio, y el viento frio

-          Como el de casa, es una ventaja que te guste el viento, yo personalmente lo odio.

-          Ayyy si, Dani me dijo que éramos paisanos

-          Si, a mí también me lo dijo Daniel.

-          Pues a mí el viento frio de nuestra ciudad me gusta, me ayuda a pensar

Alberto se sentó a mi lado, en ese momento quería estar solo con mis pensamientos, pero su presencia no me desagradaba para nada.

-          ¿Y de que tienes que pensar que necesitas este frio?

-          Pues… de todo un poco, los estudios, el futbol, el am… muchas cosas.

-          Pues no deberías pensar tanto, últimamente se te ve cabizbajo y no pega contigo.

Me quede sorprendido, yo con Alberto me llevaba bien, pero tampoco hablábamos en exceso, y eso, de que se hubiera fijado que estaba cabizbajo…

-          Bueno, estoy un poco estresado, tengo ganas de que lleguen las navidades y pasar por casa.

-          Deberías hacer algo que te distrajera, algo que te guste, hacer cosas que nos gustan rebaja estrés, ¿Qué te gusta?

-          El futbol.

-          Jajajaja, algo mas habrá que el futbol, piensa, ¿qué te gustaría?

Que Isaac me quisiera como yo le quiero a él.

  • Bueno me gusta mucho leer, me apasiona, no se dormir sin leer un poca antes, me gusta ver películas, sobretodo de risa y las de miedo, y me               gusta… - me sonroje ligeramente -

-          El que vergonzoso -  dijo sonriendo mientras me revolvía el pelo, haciéndome sentir un escalofrió-

-          Me gusta cocinar, mi padre tiene restaurantes y lo hace muy bien, pero nunca ha tenido mucho tiempo para enseñarme, me defiendo pero me                gustaría hacer cosas más curradas.

-          Eso está muy bien, a mí también me gusta, hacen cursos de cocina en el pueblo, podrías apuntarte.

-          Noooo, que me da no se qué – me volví a ruborizar-

-          Mira que eres tontico – me lo dijo de una forma tan dulce, sentí un poco derretirme –

-          Y a ti ¿qué te gusta?

-          ¿A mí?, pues ya ves que me gusta correr, me gusta el frio y me gusta cocinar.

-          Jajajajaja, ya, pero algo que no me hayas dicho.

-          Ya, pues… a ver, me gusta el piano, lo toco desde niño, mi padre lo tocaba muy bien y me enseño, de hecho, he ido a clases muchos años,                    aunque este año las he dejado, pero me encanta tocarlo, la verdad es que la música clásica me apasiona, y tocarla es lo mas.

-          A mí también me gusta la música clásica, algún día me gustaría oírte tocar.

-          Cuando quieras, me encantaría, me gusta tocar el piano y que la gente disfrute con ello, y bailar, me encanta bailar, todo tipo de baile, me                    enseño mi madre, era una gran bailarina y una autentica profesora, recuerdo las tardes de sábado bailando con ella, desde que aprendí no he                parado de bailar.

-          Yo bailo muy muy mal, pero me gusta, me habría encantado que mi madre me enseñara a bailar. ¿Sigue dándote clases tu madre?

Su semblante se torno algo triste, era increíble como su cara transmitía, alegría y tristeza de forma tan sincera. Yo me quede un poco cortado.

-          No, ya no, veras es que… mis padres murieron hace algo menos de un año en un accidente de tráfico.

Mierda, Mierda, Mierda

-          Perdona, Alberto, lo siento… yo no, no sabía, no quería… - me empecé a poner rojo como un tomate -

-          Shhhh, tranquilo, no pasa nada no, tu no sabias nada  - volvió a sonreír y coloco su mano en mi hombro -

-          Lo siento, perdóname

-          No hay nada que perdonar

-          Mi madre también murió, hace 6 años, se lo que se siente.

-          Ves, en ningún momento lo has hecho con mala intención, así que no tengo nada que perdonarte.

No sé porque pero, puse mi mano, sobre la que él apoyaba en mi hombro, era cálida y suave, me sentía tan a gusto a su lado. Pero entonces separo su mano, me pareció ver un ligero rubor en sus mejillas

-          Ehhh, bueno creo debo de seguir corriendo, si no me voy a quedar frio

-          Si, y yo me voy a ir para el colegio hace demasiado frio.

Ya me estaba yendo cuando me llamo

-          Oye Oscar, tú y tu amigo, este…, el rubito…

-          ¿Germán?

-          Si, Germán, ¿hacéis algo el Sábado que viene?

-          No, bueno, yo no tengo plan, ¿por?

-          Porque se habla de hacer en DONA una fiesta por el fin de los exámenes, podríais veniros, Daniel vendrá y muchos de mi clase.

-          La verdad que me parece buen plan, pero ya te diré, aunque casi seguro que sí. Hasta luego Alberto.

-          Adiós chiquitín.

Mientras iba hacia el colegio pensé lo bonito que sería que Isaac se pareciera un poquito a Alberto.


La semana fue bien la verdad. En diciembre se suspendían los entrenamientos, porque había exámenes y porque no había partidos, así que pude estudiar a tope, aunque no lo negare, Germán me ayudo muchísimo, esta navidad se ha ganado un buen regalo, y eso que es un pelma con lo de preguntar si estoy bien y que me pasaba hace unas semanas.

Sin entrenamientos solo veía a Isaac los domingos, y en cierta forma, el estar menos con él compensa, ya que cuando nos vimos la última vez, su pasión fue puro fuego y después me pareció mucho más cariñoso que antes. Creo que por fin las cosas están dando buenas señales, aunque sea lentamente.

Sinceramente, el pesado de Germán, tiene una receta para todo que consiste que hay que darle tiempo al tiempo, pero parece que tiene razón.

La primera semana de exámenes, fue bastante bien, siete exámenes y creo que cinco llegare al sobresaliente y a un notable en otro, compensaran las bajas notas en trabajos de noviembre, el único que me salió peor fue filosofía, que creo que me quedare en un suficiente alto, pero lo compensare con el trabajo de Nietzche, que lo borde.

Aun quedaban los exámenes de historia e inglés, pero esos se me dan de miedo, bueno y educación física, pero gracias al futbol, muy mal lo he de hacer para no sacar un sobresaliente.

Así que el sábado de la fiesta en DONA, estaba de muy buen humor. Se lo había comentado a Germán y acepto en un segundo. Me alegra volver a pasar más tiempo con Germán, pero últimamente me parece que su mirada es más aguda que nunca y me atraviesa con rayos X.

A mí me encantaría poderle contar lo de Isaac, pero no puedo, lo he prometido.

También estuve mas con Dani, estaba muy nervioso por los exámenes, el estudiar no era su fuerte, pero, Germán, Alberto, y yo le ayudamos, por lo menos creo que aprobara todas.

Alberto, no sé si sacara tan buenas notas como yo, supongo que sí, pero me encantaba su forma de explicar, era calmada, suave y relajante, me di cuenta uno de esos días, que su voz, tenía algo, era como si te envolviera en terciopelo.

El sábado salimos Germán y yo hacia el pueblo, Isaac también iba, pero con sus amigos claro, desde que empezamos a sal… desde que empezamos esto, jamás hemos ido juntos de fiesta, excepto si encajamos para celebrar los partidos.

Habíamos quedado en un bar a las 6:30 con Alberto, Dani, Alex, Esteban y  otros de su clase, para beber unas cervezas.

Germán nos dejo a las 8, diciendo que acudiría allí directamente. Yo estuve casi todo el tiempo hablando con Dani y Alberto.

En lo que llevaban de año se habían hecho muy amigos, y era chocante, no podían ser mas diferentes, tan brutote y tontorron mi amigo Dani, y tan elegante y refinado Alberto, eso sí, se veía a la legua que ambos eran buenas personas, por lo que no era raro que se llevaran tan bien.

A las 9 fuimos a DONA, yo me quede con mis compañeros de equipo, tomando algo. Sobre las 10 llego Germán, lo lleve a un lado.

-          ¿Dónde has estado?

-          He estado con unos amigos de 1º B tomando algo, que ellos no venían.

-          Me parece que esa escusa la usaste hace tres semanas.

-          Uyyyy, es verdad, esta semana era… a si he quedado con un amigo de 2º que es también de Valencia.

-          Vete a cagar, ¿sabes? Sé que  tienes algo por ahí y no me lo has contado.

-          Puede ser – Puso una sonrisa picara-

-          Vaya, vaya, y ¿quién es?

-          ¿¿¿¿Quien es el tuyo????

-          ¿¿Yo?? Yo no estoy con nadie – dije nervioso-

-          Yo tampoco.

Dejamos allí la discusión. La música se fue sucediendo, la gente bailaba, y a mí me gustaría hacerlo, pero ya he dicho que bailo muy mal, y no he bebido bastante como para hacer el ridículo. A las 10 llego Isaac con sus amigos y un grupo de chicas, solo me miro, pero ni un gesto con la cabeza. Yo habría ido y le habría besado allí mismo, pero bueno ya estaba acostumbrado.

Eran las 10:30, ya la gente se había desperdigado y estaban poniendo una canción que ya había oído últimamente Bara Bara Bara ( http://www.youtube.com/watch?v=ezpFSv3_0U4 )  o algo así creo, cuando oí a Germán

-          Por Dios ¿has visto a Alberto?

Y si, por Dios. Sé que me dijo que le gustaba bailar, pero eso era saber moverse, bailaba con la chica con la que lo he visto varias veces, y los dos lo hacían endiabladamente bien. Moviendo los pies, los hombros, pero las caderas, como movía las caderas, me estaban hipnotizando, las movía formando círculos, o hacia delante y atrás, pegado a esa chica agarrando su cintura, bailaba perfectamente coordinada con Alberto, el bajaba y subía y ella lo hacía a la vez, pero ¡¡¡como movían las caderas!!! Era estupendo verles moverse así, era realmente erótico, al lado de él estaban Dani y Esteban con un grupo de chicas mirando impresionados y animando. Jodeeeer, hacían una pareja perfecta, y sin embargo…., había algo como que fallaba.

-          ¿Te gusta la vista? – me susurro Germán al oído.

-          Ehhh… que… - me había quedado totalmente embobado -

-          Se mueve bien ¿verdad?

-          Sabes, te quiero, mucho, pero eres un puñetero, no me dejas intimidad.

-          Jajajaja, la culpa es tuya que tienes el disimulo en el culo.

Acabo la canción, llego otra chica y entre las dos se llevaron a Alberto al centro de la pista donde ya no lo veía.

Bueno, ha sido divertido, bueno más que eso, ha sido alucinante, como Alberto se moviera así para todo, esa chica se lo iba a pasar muyyyyy bien.

Estuve como tres cuartos de hora hablando con los chicos, cuando decidí irme, estaba cansado, y mañana por la mañana quería dar un último repaso a historia y a Ingles, porque por la tarde esperaba quedar con Isaac. Dije que antes iba al baño, pero en realidad iba a preguntarle, de forma disimulada, como siempre, a qué hora me pasaba mañana por su habitación.

Fui recorriendo la disco para encontrarlo, pero no lo veía, al final localice a su amigo Sergio

-          Sergio, ¿has visto a Isaac?, le quiero preguntar unas cosas del futbol y no sé si lo veré ya estos días con el lio de los exámenes.

-          Uyyyyy Oscar, pues no creo que ahora te pueda atender.

Me señalo una dirección con la mano, a un rincón del fondo.

Fue como si una espada me atravesara de parte a parte. Allí, apoyado en la pared estaba  besándose con una tía pelirroja, él la besaba con pasión y le agarraba el culo, mientras ella llevaba sus brazos a su cuello, como si se lo quisiera comer.

La habría matado allí mismo habría cogido a ese trozo de carne con pelos rojos y la habría estampado contra el suelo. Pero no lo hice, mantuve la compostura hasta que me aleje de los amigos de Isaac y luego salí corriendo de la discoteca llorando a lágrima viva.

Llegue a mi habitación y me metí bajo las mantas sin dejar de llorar, ¿porque Isaac me hacía esto?, el sabia que lo quería, que lo quería muchísimo, y sabía que estaba allí, porque era tan cruel. Pero mi amor me cegaba, en la disco fui injusto con la chica, la culpa era de él, ella no tenia culpa de nada, pero estoy tan ciego, le amo tanto, que descargo mi frustración en quien no tiene culpa

Era un poco más de las doce cuando llamaron en la puerta del baño.

-          Oscar,¿ puedo pasar?

Estuve por hacerme el dormido pero no quería estar solo, Germán es mi mejor amigo y siempre me ayudaba.

-          Espera – me seque los ojos para disimular – pasa.

-          Hola Oscar- tenía el semblante serio –

-          Hola Germán, siento haberme ido así sin despedirme, pero me encontraba mal y pens…

Me callo poniendo un dedo en mi boca

-          Sé porque te fuiste

-          ¿Qué… que sabes? – pregunte nervioso-

-          Sé todo, lo he visto – me miro con su mirada penetrante – Oscar, cuando estés preparado para contármelo, estaré aquí, mientras no lo estés yo            seguiré estando aquí y tomes la decisión que tomes estaré a tu lado.

Me abrazo y comencé a llorar sobre su hombro mientras me rodeaba con sus brazos.

-          Y ahora a dormir, esta noche no te dejare solo.

Se a costo a mi lado

-          Gracias, Germán, gracias por estar siempre a mi lado.

-          No necesitas darme las gracias por nada, sabes que siempre estaré aquí.

Abrazado a Germán, notando su tranquila respiración me fui poco a poco quedando dormido.

Al día siguiente, volvía a ser un mar de dudas, pero el hecho de contar con Germán me ayudaba, me dijo si quería que habláramos, le dije que no, que tenía que intentar solucionar todo antes y aclararme la cabeza.

-          No hay nada malo en hablar para intentar aclararte.

-          Lo sé Germán, pero ahora mismo no sé ni lo que quiero yo.

No volvió a insistir durante el día, así que por la tarde a las 5, que era cuando solía quedar con Isaac, decidí ir a su habitación. A pesar de todo yo lo seguía queriendo, y… no se… tal vez hubiera una explicación, siiii, soy imbécil, lo sé.

Llame a la puerta, asomo la cabeza estaba aun medio dormido.

-          Uffff, ¿Qué quieres Oscar, por Dios?

-          Venía a verte, como no me dijiste a qué hora querías que m..

-          ¿No pensaste que si no te dije nada era porque hoy no tenía ganas de quedar?

-          ¿Podemos hablar?

Isaac, asomo la cabeza, miro a los lados del pasillo

-          Bieeeeen, anda pasa, pasa.

La habitación estaba más en penumbras que de costumbre, definitivamente estaba durmiendo.

-          A ver, que me quieres contar, pero se breve, tengo sueño

-          Ayer te vi con esa chica.

Pensé que se avergonzaría, que me daría una escusa, o algo, pero definitivamente no esperaba eso.

-          Estaba buena verdad – dijo sonriendo, con una sonrisa de suficiencia -, me la chupo en el parque, menuda guarra estaba hecha, pero era una                maquina.

-          Pero cómo pudiste – levante la voz, las lagrimas empezaban a brotar en mis ojos-

-          Ya te dije que me ponían las tías como los tíos, no veo el problema.

-          ¿¿¿¿Y yo????, que pasa conmigo.

-          Tú qué, que yo sepa ni somos novios ni nada por el estilo, no te he prometido nada, ni fidelidad, ni amor eterno, tu puedes hacer lo mismo si te da la gana.

-          Yo… yo no podría hacerte eso

-          Pues es tu problema porque por lo que a mí respecta…

-          Solo follamos – notaba la sangre hervir en mi interior –

-          Exacto, no sé porque le tienes que dar más vueltas, creo que desde el primer día quedo claro, lo pasamos de puta madre, podemos llevarnos                muy bien, y tú tienes que fastidiarlo con tus rayadas.

Estaba cabreado, estaba muy muy cabreado

-          ¿Sabes?– tenia los puños apretados y una rabia recorría mi cuerpo – ¿me pregunto si a esas chicas les cuentas lo mucho que te gusta petarme el            culo?

En dos segundos, me vi empotrado contra la pared, con su brazo en la garganta, no me ahogaba, ni me hacía daño, pero me quede paralizado

-          Mira Oscar-dijo gritando- no te pases, me lo pasó muy bien contigo, pero conmigo no juegues, porque puedes salir muy mal parado, ¿entendido?

Yo empecé a llorar a lágrima viva, estaba asustado, temía a Isaac en ese momento. Él, al verme así, me soltó. Yo no paraba de llorar, estaba muy nervioso, se acerco de nuevo a mí, me abrazo y me llevo hasta la cama.

-          Ey, ey, ey, - dijo en tono muy suave – ves lo que me obligas a hacer, no soporto las amenazas.

Yo no podía parar de llorar, y temblaba.

-          Venga perdóname – siguió diciendo con una voz tan dulce como la miel, mientras me abrazaba – lo siento, no volveré a hacer esto – sus ojos                reflejaban arrepentimiento-

Me llevo a la cama y se tumbo a mi lado, yo poco a poco me iba relajando

-          Tienes razón en que no he tenido en cuenta tus sentimientos, y eso no es justo, a partir de ahora, intentare que no pase lo de ayer.

Me daba dulces besos en los labios, en la mejilla, en la cara.

-          Pero ten en cuenta, que esas chicas son de usar y tirar, una noche, a lo sumo dos. Tú eres mucho más que eso, ellas no me importan para                    nada, tú si me importas, tú eres mío.

Siguió así besándome, y yo empecé a devolverle los besos. Final mente, apoyo su cabeza en mi pecho, y poco a poco volvió al sueño que le había interrumpido.

Yo no me dormí, ya que mi cabeza no hacía más que dar vueltas. Mis sentimientos eran encontrados, mire el rostro de Isaac, era precioso verle dormir, le quería y hoy había estado más tierno que nunca, me había dicho que le importaba, pero claro siempre que teníamos una bronca el reaccionaba así, volviéndose tierno, hasta la siguiente, cada vez estaba más seguro de que no compensaba.  Además ha habido un momento que me ha dado miedo ¿Cómo  puede causarte miedo alguien a quien quieres tanto?

Agradecí que no hiciéramos nada mas, por primera vez me descubrí no queriendo hacer el amor con Isaac.


Desde el domingo no hable con él, además mañana jueves era el ultimo día de clase, y por la tarde volvía a casa y podría reflexionar durante navidades.

Mi amigo Germán me pregunto que como fue todo. Le dije que bien, y le conté por encima, evitando algunos detalles en concreto, aunque no le convencí, normal, no me convencía a mí mismo, así que a él que no puede ni ver a Isaac. Aun así le dije que estas vacaciones lo pensarían mas tranquilamente, me pidió que por favor tomara la decisión correcta, que claro, para Germán era dejar a Isaac.

Pero mi relación con Isaac era  ya como la de un drogadicto, que sabe que la droga lo mata pero no puede desengancharse de ella. Yo lo amaba lo amaba muchísimo, pero me estaba matando por dentro.

Ni que decir, que los dos exámenes que tuve el lunes no salieron como esperaba, si sacaba un notable, me daba con un canto en los dientes.

Lo dicho, como un drogadicto al cual su adicción le empieza a pasar factura en todos los aspectos de su vida.

Esos días, antes de las vacaciones paseaba por el colegio, inmerso en mis pensamientos, intentando lograr una cuadratura del círculo que se me escapaba.

Iba por el ala norte, cuando escuche una suave música, era bonita y la seguí, poco a poco se hizo más clara, era “Para Elisa” de Beethoven, ( http://www.youtube.com/watch?v=UPNUp9DwFR0 ) siempre me ha gustado esa pieza, aunque tiene un toque triste. Venia de la sala de música, entreabrí un poco la puerta, no veía su cara, pero reconocí su nuca

Era Alberto, tocando el piano, y no exageraba, tocaba el piano muy bien. Entré sin hacer ruido y disfrute oyéndolo tocar, era estupendo, parecía que con las notas, los remolinos de mi cabeza, se disipaban.

Cuando acabo, no puede evitarlo y me puse aplaudir, se giro sorprendido, pero enseguida dibujo su preciosa sonrisa.

-          Bravoooo, ha sido precioso, tocas genial

-          Es difícil no hacerlo, con un público tan distinguido.

Note como los colores subían a mi cara.

-          ¿Qué haces por aquí, Oscar?

-          Pues estaba dando una vuelta por el colegio, oí la música, y me acerque, “Para Elisa” siempre me ha gustado.

-          A mí también, es de mis favoritas, pero no puedo evitar ponerme melancólico al oírla.

Quitó las partituras y se acerco un poco a mí.

-          El sábado desapareciste muy pronto, volví donde estabais y me dijeron que ya te habías marchado.

-          Si, no me encontraba bien, además estaba aburrido. ¿Tú te lo pasaste bien no?

-          La verdad es que si, me divertí bastante.

-          Se te notaba, te vi bailar con tu novia, bailáis que es una pasada, creo que en m…

-          Espera, espera, ¿con quién has dicho que me viste?

-          Bueno… – creo que había metido la pata – o con tu amiga, te he visto varias veces con ella, pensé que sería tu novia, hacéis muy buena pareja.

-          Jajajajajaja, jajajajajaja, mi novia, jajajajaja, por Dios, cuando se lo cuente, jajajajaja.

-          Pero ¿qué pasa?, - me volví a sonrojar- ¿que he dicho?

-          Ay chiquitín, yo que pensaba que eras un chico listo, escucha me viste con una chica, es verdad, ¿la recuerdas?

-          Si, más o menos

-          Pues piensa

¿Qué quería que pensara? Hacían una pareja estupenda, era muy guapa como él, con ese pelo castaño, alta, labios finos, con unos preciosos ojos claros, unos ojos com…

-          Ostras, jajajajaja, ¡¡¡¡Es tu hermana!!!! Ahora me doy cuenta, si os parecéis.

-          Jajajaja, muy bien chiquitín, Estela es mi hermana melliza, estudia en el Petronila

-          Joder, si ya decía yo que notaba algo raro, jajajaja, si os parecéis un montón

-          Sí, pero yo soy más guapo, ¿oh no?

Le sonreí, poniéndome un poco colorado, decidí cambiar de tema.

-          Y… ¿qué haces tú solo, aquí tocando?

-          Me gusta, me relaja, además estos días el colegio está tranquilo, muchos alumnos se han ido ya a casa por Navidad, así que aprovecho, le pedí              permiso al Sr Enríquez, el de música y no me dio problemas, siempre que cierre con llave, y se las devuelva el mismo día.

-          Ufff, como me gustaría tocar como tú, yo aprendí lo básico, de pequeño, pero se me ha olvidado.

-          Prueba, eso son cosas que no se olvidan

Me llevo junto al piano, me volvió a poner la partitura. Me di cuenta que a duras penas, sabía leerla, intente volver a mis 6 años cuando intente aprender a tocar el piano con ayuda de mi madre.

Empecé, y bueno, no salió como yo esperaba, sonó… algo, notas, ruidos, bueno, cualquier cosa parecida a una canción, fue pura casualidad. Alberto me sonreía divertido.

-          Vale, corrijo, si que se puede olvidar, espera te buscare una mas fácil.

Se agacho a revolver partituras en su mochila, y pude ver que seguía teniendo un culo estupendo, era tan majo todo en el.

-          Mira, “Heart and Soul”, es fácil, además me gusta, anda inténtalo

Bueno, esta partitura la entendía mejor, además me quiere sonar que alguna vez toque esta canción. Aun así salió algo parecido a… a… bueno, yo creo que sonaba mejor que antes.

-          Bueno esto ha estado mejor, pero estas muy tenso, no lo tocas, lo aporreas.

Me agarro los hombros, y me dio un pequeño masaje, todo el vello de mi cuerpo se me erizo, habría deseado que estuviera así horas, pero fueron unos segundo.

-          Bien, ¿mejor?, pues vuélvelo a tocar

Esta vez mejoré, vamos que si lo de antes era un 1, esto ya seria un 2,5

-          Esto ya está mejor, se nota que lo tienes en la cabeza, solo necesitas recordarlo.

-          No me halagues, ha sido un desastre

-          Pero fíjate la diferencia de la primera vez, tienes la base, solo te hace falta recordar y cambiar tu actitud

-          ¿Mi actitud?

-          Respecto al piano, tu quieres que sea el piano quien toque y la música tiene que salir de aquí – golpeo con su dedo mi pecho -

-          Y eso ¿cómo se hace?

-          Levanta

Cogió el pequeño taburete rectangular y lo puso en vertical. Me pidió que me sentara en la punta enfrente del piano, el se sentó justo detrás mío, note su pecho contra mi espalda, y su boca cerca de mi oído, mi primer impulso fue de levantarme, pero su cercanía era tan cálida, y placentera, me hacía sentir tan a gusto. Me pidió que levantara los brazos y el puso los suyos debajo para llegar mejor a las teclas, cuando los bajé me sentía totalmente rodeado por él.

-          Es una suerte, que seas tú con otro no podía hacer esto.

-          ¿Porque soy chiquitín? – dije sonriendo –

-          ¿No te importa cuando te lo digo verdad?, es de forma cariñosa

-          En absoluto – me encantaba-

-          Bien coloca esta partitura.

Al levantarme note su entrepierna contra mi cadera, sentí un escalofrió.

-          Ahora, mira mis dedos

Y empezó a tocar, la conocía, era un nocturno de Chopin ( http://www.youtube.com/watch?v=MPvS0g2papI ), era precioso, veía como sus dedos se movían solos, como si ellos supieran automáticamente donde ir.

-          Las manos saben perfectamente que hacer, por lo que tu cabeza no se tiene que preocupar.

Me lo decía al oído, su voz era como un dulce arrullo, note su olor, olía a perfume, no lo conocía pero era estupendo.

-          El piano es solo el instrumento, tú eres el que tocas.

Deje de mirar sus manos, y cerré los ojos, quería disfrutar de la música.

-          La música sale de tu corazón.

Notaba su olor, su voz, su cuerpo casi abrazándome

-          Y llega a tus dedos, y el piano solo hace el sonido.

El calor que emanaba su cuerpo me rodeaba.

-          Pero lo que importa, es el corazón

Sus labios estaban pegados a mi oído

-          ¿Notas mi corazón latir?

No me di cuenta de que no había ya música, solo la voz de Alberto y sus palabras, llevo su mano a mi barbilla, y me hizo girar la cabeza suavemente. Le mire directamente a los ojos,  esos preciosos ojos verdes, que me miraban como un cachorrito.

-          Te quiero Oscar

Note el tactos de sus labios en los míos, eran tan suaves, y sentí una sensación de dulce placer, una sensación maravillosa recorriendo mi cuerpo, note como la punta de su lengua rozaba mi labio, era todo ternura, era como una caricia, una caricia dulce y cálida, era un beso totalmente empapado de amor, jamás me habían besado así, no pude evitar llevar mi mano a su cara notando su rostro suave contra mi mano.

Era un beso tan bonito, tan tierno, anhelaba tanto un beso así, deseaba tanto que fueran así los besos de Isaac

Ohhhh, nooo, ¡¡¡¡ISAAC!!!!

-          Espera Alberto, yo… yo no puedo.

Se me quedo mirando y vi la sorpresa y la tristeza reflejada en su rostro

-          Lo… lo siento Oscar, yo creí que… bueno… tu…

-          Es que, yo… yo ya estoy con una persona, lo siento, creo que mejor me marcho.

Me levante cogí mis cosas y salí corriendo, no pude mirarle.

Que había hecho, le había besado, como podía haberlo hecho, yo quiero a Isaac, el domingo estuve echándole en cara esto precisamente, temblaba solo de pensar como reaccionaria si se enterara que le exijo cosas que luego ni cumplo.

Lo que me faltaba, si ya tenía la cabeza hecha un lio, esto ya era perfecto para volverme loco de remate.

Menos mal que las vacaciones empiezan mañana, tendré tiempo para pensar el tema de Isaac, y para intentar olvidarme esto, aunque no sé cómo olvidar beso más bonito que me han dado en mi vida. El beso de ese precioso chico, el cual hasta hace unos minutos pensaba que tenía novia, el chico que me había dicho por primera vez  “te quiero”.