Bachiller V - German

Os presento a German, el mejor amigo de Oscar, un chico sagaz y despierto, preocupado por los derroteros que esta tomando su mejor amigo

Ya traigo un nuevo capítulo, este, os comento, es un poco diferente, ya que pasamos a conocer en detalle a Germán, el mejor amigo de Oscar. Este sigue siendo el hilo conductor de toda la historia, pero para que esta pueda discurrir, en más de una ocasión tendremos que pasar a los ojos de otros personajes y por eso creo que es bueno conocerlos.

Quiero dar las gracias a todos los que me habéis comentado hasta ahora, y gracias a Javier, Albany y aurora la diosa, que me seguís desde el principio.


Germán

Mi nombre es Germán Ansaldo, tengo 16 años, 17 en unos meses. Soy de Valencia, tierra de las flores de la luz y del amor. Este clima semialpino, sigue sin convencerme, a pesar de llevar aquí cuatro años, me gusta el sol, el calor y las playas de mi tierra.

Soy un chico normal, con una vida normal, de hecho, con las cosas que ves por ahí he tenido una vida muy cómoda y agradable.

Soy hijo único. Con mis padres la relación es estupenda, a pesar de tener trabajos que les absorben mucho. Mi padre es un importante medico, y mi madre tiene un bufete de abogados bastante prestigioso. Es cierto que tenemos una buena casa, apartamento en la playa, me pagan este colegio, en fin no nos falta dinero, pero más de una vez, me hubiera gustado pasar más tiempo con ellos. Pero no os confundáis, para nada he sido un niño desatendido, no me he criado de niñera en niñera como muchos de mis compañeros, me criaron mis padres.

De esta manera ambos me inculcaron lo mejor de ellos, ambos son buenas personas, pero mi padre, a diferencia de mi madre no nació rico, de él he aprendido a valorar las cosas, la tenacidad y a ser reflexivo, mientras que de mi madre he heredado su sagacidad y su mirada penetrante.

A mis casi 17 me veo bien, no soy alto como mi amigo Dani, ni marcado como Oscar, pero si soy guapete de cara, más que guapete, es… atrayente, la ventaja de ser rubio de ojos azules, en un país preeminentemente moreno, herencia de mi madre también.

Hasta los doce años vivía en Valencia, mis padres trabajaban mucho, así que me quedaba en el colegio hasta la tarde, aunque siempre uno u otro venia a buscarme y pasaba la tarde con ellos. El estar tanto tiempo en el colegio me convirtió en una persona bastante independiente.

Era un buen colegio, donde tenía a mi grupo de amigos. Los profesores ya me solían decir que era muy inteligente, pero yo no lo veo así, ni entonces ni ahora, yo creo que las palabras que más me definirían son sagaz y despierto, jajajaja, las mismas palabras que usaría para describir a mi madre. Tenía mucha capacidad de compresión y sabia ver cosas que la gente pasaba por alto.

Esas características, han marcado mucho mi vida, me volvieron una persona, curiosa, que no cotilla, me gustaba entender las cosas, no saber por saber. De hecho sigo siéndolo, estoy en el bachiller de ciencias, y mi sueño es investigar, desentrañar el porqué, aunque desgraciadamente en este país la investigación, es difícil.

También me encantaba leer, los libros e Internet, eran en realidad mis mejores amigos. Esta conjunción de cosas me llevó a ser, tal vez, muy maduro para mi edad, lo que me llevo a una de las peores épocas de mi vida.

A los 12 años, me empecé a dar cuenta de un detalle, mis amigos empezaban a sentirse atraídos por las chicas de clase, algunos se iban a escondidas y se besaban.

Pero a mí no me atraía eso, bueno miento, lo que no me atraía era lo de besar a una chica, me di cuenta que me parecía más interesante besar a un chico.

Yo sabía perfectamente lo que era la homosexualidad, y asumí ya esa edad, que seguramente fuera gay. Pero no me gustaba, no porque pensara que fuera raro o que fuera algo malo. A pesar de todo lo anterior, yo no era una persona valiente, había tenido una vida muy cómoda, cosa que quería que siguiera siendo así. Pero yo sabía que complicaciones podía traer esto, y no lo quería para mí.

Primeramente decidí ignorarlo, incluso me bese con una chica. Mis amigos hablaban de los cosquilleos y de los calores que ya les causaba besar a una chica, a mí, nada, peor que nada, me sentía un mentiroso, y no me gustaba.

El tema no dejaba de volver a mi cabeza, tal vez si hubiera sido de otra forma no le habría dado tanta importancia, pero yo era así, le daba mucho al coco, me empecé a volver taciturno, y me fui separando de mis amigos.

Cuando mis padres me dijeron que querían mandarme al Ramiro I a estudiar, me pareció una gran idea, sería un cambio de aires, además había leído, que también podía ser una etapa de confusión, así que puede que no me tuviera que preocupar.

Sin embargo, una vez allí, las sensaciones que sentía no variaban, aumentaban, las notaba cuando veía los chicos mayores, o cuando me duchaba con mis compañeros, así que durante ese primer año, no hice amigos, me llevaba bien con la gente, pero por lo demás, me había vuelto retraído.

Fue el verano de 1º a 2º, cuando las cosas cambiaron, y me convertí en lo que soy ahora.

Yo veraneo en Gandía, en un apartamento con mis padres. Estaban preocupados, notaban que estaba ausente, no quedé con mis amigos de Valencia, se planteaban que lo de mandarme tan lejos, no había sido buena idea.

El apartamento contiguo es de alquiler y tiene diferentes ocupantes, ese año coincidimos con una familia. Tenían un hijo de mi edad, Jorge.

Jorge era ciego desde los 4 años, por una enfermedad, y mis padres insistieron en que pasara el tiempo con él,  ya que me veían muy solitario. Al principio me daba pena por su situación, de la misma forma que yo me compadecía de mi mismo, pero en las dos semanas que pase con él, descubrí que Jorge era la persona más alegre, vital y optimista que uno se puede imaginar. Y cambio mi forma de ver el mundo.

Descubrí, que las cosas no son fáciles para nadie, y que muchas veces somos, nosotros mismos los que las hacemos más difíciles. Que no vale la pena llorar por lo que pueda pasar, si no enfrentarte a ello cuando llegue. Que hay que dar a las cosas la importancia que tienen. Y que siempre habrá gente que te desprecio por lo que eres, y gente que no lo haga, pero que si esperas la aprobación de todos, estas jodido.

Cuando empecé 2º, era una persona diferente, no me preocupaba lo que era, no sé cuándo, ni a quien se lo diría, pero sabía que en algún momento lo diría, porque es lo que soy. Me volví una persona más reflexiva, más analítica y mucho más valiente.

Ese año encaje con muy pocos de mi curso anterior, aunque tampoco me importaba. Me senté con un chico que conocía de vista, no sabía su nombre, pero se apellidaría con la A, la B o la C, porque su habitación estaba en mi pasillo.

Era un chico tímido, que se ruborizaba enseguida, y yo le notaba muy inseguro. En cierta forma era muy diferente a mi nuevo yo, pero también era una persona con un corazón de oro, algo que siempre he valorado, y ahora aun mas y eso hizo que nos hiciéramos amigos enseguida, y a día de hoy, Oscar sigue siendo mi mejor amigo.

Tal vez mi amistad con él me hizo ser aun más reflexivo. Oscar se preocupaba por todo, se rayaba un montón, yo intentaba que no se diera mal por cosas sin importancia, a veces lo conseguía, a veces no. Además era terriblemente ingenuo, eso me llevo a ser algo protector con él.

También en esa época me volví aun más observador, me interesaba, si podía ver algo en algún chico que me dijera que era gay, un par de chicos, me lo parecían (incluyendo a mi amigo Oscar), pero no estaba seguro.

Porque a pesar de lo que cuente, no soy un robot, tengo mis rayadas, mis inseguridades, etc.

Pero intento mantener la mente fría, ser reflexivo, y dar a las cosas su justa importancia.

Por eso cuando tuve la oportunidad de beber alcohol, lo hice, pero no me emborrache, de probar un cigarrillo, lo hice y no me enganche. Y cuando tuve la oportunidad tener sexo con un chico lo hice.

Fue hace dos veranos, cuando tenía 15 años, yo estaba en Gandía, tengo allí a un grupo de amigos. Uno de ellos Rafa trajo a un amigo suyo, se llamaba Rodrigo, Rodri. Era un año mayor, alto, pelo negro, ojos negros, piel blanca, con pelo en el pecho, no estaba musculoso, tenía un pelín de barriga, pero tenía unos brazos estupendos.

Oscar, encajo con nosotros un par de días. Yo notaba que Rodri le echaba alguna miradita. Mi amigo se queja que es muy bajito, pero a mí me parece que esta increíblemente proporcionado, le encanta el deporte, y tiene muy buen cuerpo, además es guapo. ¡¡¡Coño!!! Oscar es un agonías, pero es que esta muy bueno. Pero con Oscar solo encajaron dos días, el se volvía para casa. Así que yo pude seguir conociendo a Rodri. Note como sus miradas pasaban a mí, y claro, yo le seguí el juego.

Llevábamos así tres días, cuando una noche fuimos los amigos a la playa. La zona donde esta mi apartamento, no está en la misma ciudad, es una zona tranquila, así que nos dejan una buena hora. Habíamos conseguido cerveza, yo la había probado, pero con una lata me basto para darme el punto. Nuestras miradas se hicieron más osadas, y nos lanzamos alguna sonrisa.

Serian las 11 de la noche, y necesitaba mear. Fui a una zona alejada y discreta para poder hacerlo a gusto. Estaba punto de irme cuando el llego.

-          Hola – dije un poco sorprendido - ¿también te meas?

-          Si, también – se puso en dirección a las rocas – oye Germán, sabes que cuando te conocí pensé que eras guiri, con ese pelo rubio y esos ojos.

-          Jajajaja, me lo han dicho, pero soy tan de aquí como la paella.

Acabo y se acerco hacia mí

-          La verdad que tienes unos ojos impresionantes

-          Y…. – la cerveza me dio el punto osado- ¿por eso me miras?

-          Por eso… y por otras cosas.

Estábamos coqueteando y me gustaba, y me sigue gustando, estaba cada vez más cerca de mí.

-          ¿Y qué cosas son esas?

-          Espero que las mismas por las que me miras tu.

-          Es posible

Sus labios se juntaron a los míos, era la primera vez que besaba a un chico, note su calidez y su suavidad, su incipiente bigote, pinchando en mi cara lampiña. Su lengua empezó a pugnar para entrar en mi boca, la cual abrí para dejarle paso, el beso tierno desapareció y se volvió más intenso, recorriendo mi boca como un torbellino, yo movía la lengua intentando imitarle, pero al poco ya me deje llevar, que me llevara el, se notaba que sabia besar.

Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, por debajo de mi camiseta, yo por mi parte le agarraba el cuello con las manos.

Mi polla se puso dura, con esos besos, yo estaba demasiado metido en dejarme devorar, para ser consciente, pero el sí que se dio cuenta, y note como intentaba introducir su mano en mi bañador.

-          Espera, ¿Qué haces? – dije un poco sorprendido -

-          Tete, si estas a mil, solo quería aliviarte

-          Nos pueden pillar

-          ¿Conoces otro sitio?

Dio por hecho, que yo quería ir a más, y la verdad… pues sí, estaba muy caliente.

-          Ven

Le lleve a una zona, detrás de un chiringuito, era muy, muy escondido.

Allí me empezó a besarme de nuevo, metió mi mano en mi bañador y me la agarro, y empezó a tocarla, ufff, era mucho mejor que tocársela uno, yo hice lo mismo. La tenía tan dura como yo y era increíble tener una polla en la mano, era como una barra de carne, estaba caliente, sentí sus venas y la punta muy húmeda. Estuvimos un rato así, disfrutando de los besos, de nuestra paja mutua. De repente se agacho, y me bajo el bañador.

-          No, no, acabo de mear, no…. ahhhhhh…

No pude continuar, se la metió en la boca, buuaaaaaaa, que pasada, notar su lengua por el frenillo, me volvía loco, la sensación de absorber, notarla dentro, esa sensación cálida. Evidentemente, siendo mi primera vez, no tardaría en correrme.

-          Paraaaaa, por Dioooos, que no aguaaanto.

Subió para besarme, ufff, note el sabor de mi polla en la boca.

-          Tú nunca lo has hecho ¿no?

Negué con la cabeza

-          ¿Quieres?

No conteste, me agache y le baje el bañador. Me detuve un momento a contemplarla, era morena, tenía bastante vello, más corta que la mía, pero más gorda. La olí, olía a semen.

Me metí el capullo en la boca, y note su sabor, empecé  a mover la lengua, un poco a lo loco, quería saborear todo, y poco a poco fui metiéndomela, no pude toda, pero si una buena parte. Comencé a meterla y sacarla, era una gozada notar una polla en la boca, no entiendo porque hay gente que le da corte, a mi me estaba encantando. Quería sentir sus huevos, eran pequeños, y peludos, se los lamí con suavidad, y volví a su polla. Llevaba así un rato. Cuando me indico que me levantara. Me llevo a sus labios y mientras me pajeo con fuerza, yo le imite, el acabo y soltó lefa sin medida, note como llenaba mis manos, y me corrí también. Uuuuuu, creo que nunca me había corrido tanto, le pringue todas las piernas.

-          Aaaaaa…. ¿de verdad era tu primera mamada?

-          Si, de verdad

-          Pues tete, eres un maestro

-          Bueno, me he informado

-          Jajajaja, cursos para chuparla.

Volvimos, y aunque parezca mentira, todo fue en un poco mas de cuarto de hora, así que nadie sospecho. Los dos días siguientes no paso nada, porque no pudimos. Pero el tercer día la suerte nos acompaño. Mis padres se fueron a pasar la tarde a Calpe, a visitar a unos amigos.

Para mi amigo Rafa, las siestas eran sagradas, así que pude hacer que Rodri viniera a mi apartamento, justo después de comer, con la escusa de jugar a la Play.

Fue llegar e ir directamente a la habitación, volvimos a besarnos sin parar, caímos sobre la cama, él sobre mí, nuestras pollas se rozaban cada vez más duras. Nos separamos, me quito la camiseta y empezó a lamerme el pecho. Era increíble el placer que puede dar una lengua recorriendo tu cuerpo. Finalmente llego a mi entrepierna, la empezó a morder por encima del bañador, donde ya se apreciaba una mancha cada vez mayor. Me lo bajo y empezó a devorar mi polla, buaaaa, como había añorado esa sensación. Reconozco que me encanta el sexo oral. Estuvo un rato tragándosela, hasta que

-          Oye, Germán, ¿Quieres pasar a algo mejor?

Supe que quería decir, lo pensé unos segundos, hasta ahora solo había descubierto cosas estupendas así que me decidí.

-          Si, pasemos a algo mejor

Me sonrió, me quito del todo el bañador y levanto mis piernas, su lengua empezó a acariciar mi ano, un terreno nunca hoyado, sentía un agradable cosquilleo, cuando dibujaba círculos con su lengua.

Al poco note una presión, su dedo pugnaba por entrar en mi, cuando lo hizo note cierto escozor, pero también una extraña sensación, para nada desagradable, cuando lo movió en mi interior, y empezó a entrar y salir. Metió un segundo dedo, sentí de nuevo escozor, pero ansiaba esa sensación que acababa de descubrir. A la vez pasaba su lengua para salivar mi ano. Yo estaba empezando a jadear, el sudor empapaba mi frente.

-          Germán, ehhh, tienes… ¿tienes condones?

-          Siiii, tengo – hacia unos meses, que compre una caja de doce, por si acaso –

-          ¿Y algo para lubricar?

Salí de la habitación, cogí una crema de Nívea de mi madre y luego busque el condón, le entregue las dos cosas y me volví a tumbar en la cama, el se tumbo sobre mi y empezó a besarme de nuevo, notaba su polla erecta, la cual en poco tiempo estaría dentro de mí.

-          Si te duele o algo, dímelo y parare

Yo asentí. Se levanto y se puso el condón, se lo sobo con algo de crema, luego puso en mi culo, coloco mis piernas a la altura de sus hombros, no negare que estaba un poco nervioso. Puso la punta en mi ano y empujo, haciendo que entrara y JOOOOODERRRR

-          Ayyyy… jodeeeer… aaaaa

La saco, yo no esperaba que doliera tanto, coño, notaba que el culo me ardía.

-          Germán lo siento, lo siento

Se acostó a mi lado y me acaricio la cara. Gotas de sudor caían por mi frente.

-          Ufff, no ha sido culpa tuya, - dije - yo quería probar… uuffff

-          Tranquilo, podemos hacer otras cosas

El dolor iba bajando, y la verdad no soy una persona que deje las cosas a medias.

-          No, ya que hemos empezado, quiero llegar al final.

Volvió a mi culo, me puso más crema, metió un dedo. Aun me dolía, pero lo hacía suavemente, luego entro un segundo, y poco a poco un tercero, me escocía, pero notaba que se iba dilatando, y la crema hacia su trabajo, además el calentón me volvía a subir.

-          Ro…Rodri… vuelve a probar

Volvió a colocarme en posición, y empezó de nuevo a penetrarme, me dolió, me dolió mucho, pero no tanto como la otra vez, notaba como se abría paso dentro de mí, como si fuera un taladro, yo contenía la respiración, los músculos de mi cuello estaban totalmente tensos.

Finalmente note como paraba y exhale el aire, el dejo que mi culo se acostumbrara, mientras me masajeaba mi polla, cuando me noto más relajado empezó a bombear, muy suavemente. El culo me escocía, pero empecé a sentir de nuevo esa sensación tan placentera que se iba incrementando, el empezó a subir su velocidad, y el placer ganaba el pulso al dolor. A la vez que me penetraba me pajeaba, y cada vez estaba más en la gloria. Veía su rostro, perlado por el sudor, y reflejando placer, eso me ponía cada vez más y más caliente, hasta que explote.

-          Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Me derrame por todo mi pecho, una cantidad increíble, el primer trallazo llego hasta mi mejilla. Fue alucinante. El inicio una penetración más rápida, hasta que también se vino, levanto su cabeza sin dejar de jadear, para acabar cayendo sobre mí. Mientras recuperábamos el resuello, nos dábamos besos.

-          Jodeeeer, Rodri, al final ha sido alucinante.

-          Jajajajaja, me alegro que lo hayas pasado bien.

-          No veas.

Nos duchamos juntos, mientras nos besábamos y acariciábamos, y tuvimos suerte, porque al poco de vestirnos, mi amigo Rafa vino para que bajáramos a la playa.

Había sido mi primera vez, y fue estupenda, goce a tope, aunque me dolió el culo durante todo el día.

Dos días después se fueron, yo me mantuve en contacto con él, la verdad que no me importaba repetir, y él pensaba lo mismo, así que en Navidades esperaba verlo, pero sería  finales de Noviembre cuando me conto, que había medio empezado con un chico. No sé si pensó que él a mí me gustaba, o se sentía incomodo por lo del verano, pero dejo de hablarme, tampoco es que me doliera en exceso, pero me habría gustado tenerlo de amigo.

Sin embargo, yo había disfrutado mucho, y quería probar más cosas, aunque claro en el colegio era complicado, así que creo que fue más o menos cuando cumplí los 16 años, decidí entrar en un chat gay de mi ciudad.

Yo quería encontrar a alguien, que como yo, quisiera experimentar, descubrir cosas nuevas. Al principio me asuste, la gente iba muy a saco, y durante un tiempo lo deje. Pero al final volví, y tuve suerte, encontré a un chico, que buscaba lo mismo, y encajábamos en nuestros deseos.

Estuve un tiempo hablando, se llamaba Asier, tenía 17 años, nos describimos, nos contamos un poco lo que queríamos  y nos pareció buena idea encontrarnos. Y así, cuando yo volví a Valencia quedamos en una cafetería, yo tenía miedo a que me hubiera mentido, y que no fuera lo que parecía. Pero no, cuando llego lo reconocí enseguida, era muy delgado, pelo negro, peinado a un lado, ojos marrones, sus labios eran bonitos, aunque su estilo tan emo, no era que me encantara.

Estuvimos tomando un café,  y era una persona más callada en persona que por el chat. Yo intente, no sé, que no fuera tan frio, pero él quería ir al grano, así que le dije de ir a mi casa, mis padres llegaban tarde de trabajar, así que me pasaba el día solo.

Allí me demostró que íbamos a lo que íbamos, besándome desde que entramos, hasta llegar  a mi cuarto, eran unos besos pasionales. Fue llegar a mi cuarto, y agacharse a por mí polla, para empezar a mamarla, ufffff, otra vez esa maravillosa sensación, se notaba que eso, si que lo había hecho, se la metía hasta el fondo como si nada y lo hacía con decisión, pensé que me la quería arrancar, pero me derretía.

Creo que por él, habría querido que me lo follara ya, pero yo quería por ahora otra cosa. Lo subí y fui yo quien me agache, le desabroche los pantalones. Lo que encontré me sorprendió, tenía un buen pollon, mínimo 20cm, además de gorda. Comencé a devorarla. Ummmm que bien sabía, que bien olía, como me gustaba. Le agarraba los huevos, que eran también de buen tamaño, poco a  poco fui por su perineo hasta llegar a su ano, yo solo lo iba acariciar, pero él lo agarro y lo metió dentro. Ufff, me gustaba la sensación de notar mi dedo apretado por su culo, notaba como palpitaba. Estábamos los dos a cien, le penetraba con mi dedo sin dejar de chupársela.

El no pudo más y me levanto, me volvió a besar y comenzó a desnudarse, yo hice lo mismo, hasta quedar los dos sin ropa. Se tumbo en la cama y se puso a cuatro.

-          Hazlo, llevo semanas esperándolo, estoy cachondo perdido.

Esta vez estaba preparado, había comprado un botecito de lubricante. Me puse el condón y lubrique, coloque mi polla en su agujero. Aunque parezca raro, en absoluto estaba nervioso, así que empecé a penetrarle, despacio pero con decisión. Veía como se arqueaba, gimiendo y jadeando, notaba como su culo, se abría, al paso de mi polla, y la apretaba. Ouuuuu, una mano no es más que una vulgar imitación de esto, como apretaba, jodeeeeer.

Ya dentro empecé el mete saca, al principio con cuidado, no quería hacerle daño, pero el pedía mas, así que le agarre con fuerza sus caderas y empecé a hacerlo con decisión, sentía como su culo se apretaba al sacarla, y abría al meterla, como movía sus caderas, acompasandola a mis movimientos.

Los dos sudábamos como cerdos, le penetraba con fuerza y él se pajeaba al ritmo.

-          Aaaaaaa – dije – no puedooooooo ma….

Note como me derramaba dentro de él, casi al tiempo el hizo lo mismo sobre mi cama, la forma que apretó en ese momento, fueron, fue, uffffff.

Caímos rendidos en la cama, sudando los dos, le dije que si se quería duchar y así hizo, yo traje unas coca-colas, nos la tomamos mientras hablábamos. Le dije si quería quedar otro día, pero me dijo que mejor que no, que ya habíamos hecho lo que queríamos, y ya estaba. No me pareció mal.

Se fue, limpie el cuarto y me duche, me sentía increíblemente relajado. Había sido sexo por sexo, y había estado muy bien, pero me di cuenta de que en una cosa, que me había mentido, para mí, si fue la primera vez que hice esto, pero para él estoy seguro que no.

Así que como veis, con el sexo me sentía seguro, era otro aspecto que cubría mi seguridad general. Pero eso también tenía sus desventajas.

A ver yo, por lo general, soy una persona empática, pero a veces me cuesta entender, que la gente se dé tanto mal, por cosas que a mí, me parece que no tienen importancia, y esto me pudo llevar a una de las mayores meteduras de pata de mi vida.

Este verano como los anteriores, Oscar vino a mi casa a pasar unos días, y allí, me confesó que era gay, yo lo sospechaba, el pobre es malísimo disimulando, y me fijaba como miraba a algunos chicos. Yo por mi parte se lo conté también.

Me sorprendió no obstante que el inseguro Oscar, me lo contara el primero, y yo que me considero tan seguro de las cosas, no se lo había contado. Está claro que no todo es blanco o negro.

Ya en la playa, Oscar era un torbellino de querer saber cosas sobre lo que yo había hecho. Al final pasamos de la teoría a la práctica y empezamos a pajearnos por la noche juntos, reconozco que al principio, el se sintió cohibido, pero luego se lo pasaba bien, además, le venía bien soltarse un poco y disfrutar.

Una noche que mi madre no estaba, nos emborrachamos, empezamos con nuestra rutina de pajas, pero yo di un paso más, ya he dicho que me encanta el sexo oral, y decidí pasar a ese punto. Oscar la verdad, no puso muchas pegas. Yo pensaba quedarme en ese punto, chupipaja y fiesta, pero la cosa se salió un poco de madre, y de quien no esperaba que lo hiciera. Oscar me pidió que me lo follara.

Una cosa era chuparla y otra follar, tendría que haber dicho que no, sé que eso puede traer problema entre amigos y si no hubiera bebido, me habría negado. Pero es que Oscar, es un chiquitín que está muy muy bueno, y yo con el calentón y con la borrachera, pueeees … Pues que si, vamos.

El día siguiente fue una mierda, me había acostado con mi mejor amigo. Yo no tenía ningún sentimiento romántico hacia Oscar, pero lo quería muchísimo y no quería hacerle daño, y ¿si el tenia alguno hacia mí? ¿O si lo de ayer lo había creado?, no todo el mundo tiene una concepción del sexo como yo.

Por la tarde no pude mas con mi desazón y con su cara de pena, así que decidí hablar con él, y menos mal, di mil veces gracias a la Virgen de los Desamparados. Oscar tenia la misma rayada que yo, él no me amaba, temía que lo de la noche anterior hubiera significado algo mas para mí y no quería que cambiara nuestra amistad.

Nos abrazamos muy fuerte, sabiendo que nuestra amistad lejos de resentirse se había fortalecido. No negare que el tema de pajearnos lo mantuvimos, pero acordamos tácitamente no pasar de allí.

Sin embargo yo con los demás chicos no cambie mi actitud, por eso no tuve problemas en lanzarme cuando conocí a Martín.

Martín era un encanto, aunque tanto él como yo sabíamos que lo nuestro era pura diversión, los dos lo teníamos claro y eso permitía la existencia de amistad entre nosotros

Martín, tenía tres años más que yo, estudiaba segundo de bachiller en el instituto de Sahú, era repetidor, y solo estudiaba por sus padres, su verdadera pasión eran los coches y las motos. Era alto, con un buen cuerpo fibrado, pero no muy guapo, el pelo castaño, ojos marrones, pero unas facciones demasiado bastas tal vez, aun así, tenía algo que me atraía, sería su mirada, sincera y clara.

Por las tardes trabajaba en la cafetería de sus padres. Desde el año pasado tenia sospechas de que era gay, no es que tenga ese sexto sentido ni nada, pero como ya he dicho, me suelo fijar en más detalles que la mayoría.  Y pude darme cuenta de las miradas furtivas a algunos chicos, eso atrajo mi curiosidad, quería saber más, el chico me atraía, y me lo propuse como un reto personal, así que este nuevo curso lo puse a prueba.

El primer día que salimos por Sahú, me manche adrede (si truco viejo) y le pregunte si me podía dar algo para limpiarme, me dejo una de esas toallitas limpiadoras, y yo me limpie con parsimonia, delante de él, no era tampoco de forma provocativa, pero fui suficiente para notar que su atención, estaba pegada a mí.

-          Es un fastidio tener que trabajar un sábado ¿no?

-          Bueno la verdad es que si, pero compensa, me saco una pasta.

-          ¿Pero luego te quedan ganas para salir?

-          Claro, pero me voy a tomar algo en plan tranquilo, no voy a la discoteca, la tienen tomada los niños p….

-          Jajajaja, los niños pijos como yo.

-          Bueno… tú no pareces un niño pijo.

-          Un poco sí que lo soy, pero tampoco me gusta la discoteca, si te apetece podemos ir a tomar algo así tranquilo.

Note como me miraba de forma inquisitiva, yo devolví una mirada neutra, si me equivocaba, no quería que todo fuera muy evidente.

-          Me parece bien, yo salgo a las 20:30, ¿a dónde te apetece Ir?

-          Pues te espero cuando salgas y ya decidimos

Ya tarde, de vuelta al colegio, por el parque de la ribera, me llevo a un sitio discreto nos liamos por primera vez, y así los sábados, daba un rato esquinazo a mis amigos y me perdía con él para enrollarnos.

Ya el último domingo de Octubre, fuimos a mayores, cogió su coche y nos fuimos a una zona boscosa a unos 15 km del pueblo.  El coche era viejo pero amplio, y en la parte trasera follamos por primera vez. Era increíble, el cabrón era el mejor con el que había estado, sabía hacer cosas que me volvían loco. Tuve que repetir, me encantaba, casi no llegue al colegio antes de cerrar las puertas.

Hoy es el segundo domingo de noviembre y estoy aquí de nuevo en la parte trasera de su coche, tras una estupenda sesión de “deporte”

-          ¿¿¿Qué te pasa Germán??? Te noto preocupado

-          Es por mi amigo Oscar, no está bien, creo que se está metiendo en un problema.

-          Ya sabes que si quieres puedes contármelo

Este chico me encanta, es divertido, simpático, alegre, cariñoso y espabilado, cuando le conté que me lo ligue como reto, estuvo un buen rato riéndose, además no negare que me venía bien la  compañía, Oscar estaba alejado de todo, cada día mas cabizbajo, y a pesar de mis intentos, no lograba que me dijera que le pasaba, me tenia preocupado, aunque bueno, yo ya lo había descubierto el porqué.

-          No es culpa suya es por ese cabrón, lo está jodiendo.

-          Vuestro “capi”

-          Su “capi”, lo sospechaba, me fijaba en las miradas que Oscar le dedicaba, eran diferentes, mas ansiosas, además últimamente se ausentaba demasiado, pero hasta el miércoles pasado no lo supe, me acerque al campo de futbol, yo no puedo entrar en los vestuarios, así que espere tras un árbol, primero vi salir a Isaac, y luego a los 5 minutos a Oscar, allí no tuve ya dudas. Ese tío lo ha conquistado y lo está consumiendo.

-          Sigue pareciéndome casi imposible que ese chico sea gay, no sé ni con cuantas chicas diferentes lo he llegado a ver en el pueblo.

-          Puede ser bi, o tal vez solo le guste tener a alguien para chuparle la sangre

-          Sea gay, bi, hetero, o le guste follar cabras, ese tío no es trigo limpio

-          Lo sé, lo noto en su mirada, es tan bonita como turbia, además yo sospechaba que los tíos también le iban, el cabrón sabe disimular, pero… notaba un brillo en sus ojos al mirar a Oscar, por eso puse todo mi empeño en desalentarlo.

Martín se quedo cayado un rato, como perdido en sus pensamientos

-          Tu amigo parece un buen chico.

-          ¿Bueno? Oscar, es todo corazón, es una de las mejores personas que conozco, pero es inseguro, un poco cobarde, es...

-          Un peligro en manos de ese chico.

-          Exacto, es una presa perfecta para él.

-          Mira Germán, en el instituto del pueblo y en la cafetería se hablan muchas cosas y se entera uno de muchas cosas.

-          ¿Cómo qué?

-          Al Petronila iba una chica que se llamaba…. Joder, como se llamaba… era… ¡¡¡¡Blanca!!!! Si, esa chica, me acuerdo, era un año mayor que vosotros, no era en exceso guapa, pero tenía buen tipo. Me acuerdo de verla en la cafetería, con tu “capi”.

-          Isaac no es mi “capi”, coño

-          Jajajaja, vale gruñón. Bueno, el parecía un encanto con ella, yo lo recuerdo porque el chico era guapo, vamos era guapísimo. Hasta allí habría sido una pareja más y fin. Pero luego esa chica empezó a salir con un amigo mío del instituto del pueblo, yo fui a tomar algo con ellos un par de veces, y la chica parecía simpática y agradable, pero no se la veía muy espabilada. Mi amigo me conto que había estado con un tío que la camelo y luego la trataba como una mierda. No sé qué paso después, pero al mes mi amigo rompió con ella, la puso a caldo, que era una puta, una guarra, que no quería que se acercara a él y todo eso.

-          Continúa….

-          Que ¿te interesa? Pues me tendrás que recompensar por ello, ehhh

-          Sabes que luego te hago lo que quieras, pero cuenta.

-          Está bien. Bueno en Mayo, un sábado salí de trabajar y me encontré a Blanca, no era muy tarde, pero estaba sola y borracha, llorando, yo la conocía del par de veces que vino con mi amigo, así que intente serenarla, me conto que un hijo de puta le estaba haciendo la vida imposible, que no la dejaba en paz. No me dijo de quien hablaba pero lo sospecho. Este año no la he visto por aquí, supongo que habrá cambiado de colegio. Espero.

-          Oscar, va por el mismo camino que Blanca – tuve un pequeño escalofrió –

-          Eso me temo, la gente mala e inteligente, se aprovecha de los corazones buenos e ingenuos.

-          Tendría que hablar con Oscar.

-          A esta chica la engatuso, pero por lo que me cuentas tu amigo estaba enamorado ya de antes, eso es mucho más complicado.

-          Bueno, lo que tengo que hacer es que Oscar abra los ojos, no es fácil, lo quiero muchísimo, es mi mejor amigo, pero pobre es gilipollas, aunque algo se me ocurrirá.

-          Ya verás como si – me dio un abrazo – eres muy listo rubiales.

Y le di un beso, listo para volver a repetir mi “deporte” favorito