Bachiller III - Curiosidad

La curiosidad en si no es mala, pero hay que tener cuidado con ella, porque nos puede meter en problemas.

Buenas, traigo el tercer relato, espero que os guste. Ante todo dar las gracias a todos las personas que me habéis comentado, tanto por mail como en los relatos, me estáis ayudando mucho a pulir la historia


Oscar

Joder, ni cinco días de empezar el curso y voy a llegar tarde, mierda.

Era el viernes de la primera semana, una semana que yo esperaba que fuera tranquila, pero no. El sábado, tuvimos reunión del equipo de futbol. Me llevo en general bien con todos, sobre todo con Dani, el jugador más grande del equipo, también con Isaac, aunque es mas por mi parte, el siempre es agradable conmigo pero no más.

Con algunos me llevo mejor, como con Esteban o Alex, con el resto hay relación cordial, pero para mis adentros hay unos cuantos, que no me convencen, como Pablo y Sergio, son las estrellas del equipo, junto con Isaac y Dani, son personas vanas, superficiales, que te miran por encima del hombro porque saben que son buenos. Son amigos de Isaac, aunque me da la sensación que Isaac no tiene amigos, por lo menos el tipo de amigo intimo como somos yo y  Germán, eso sí seguidores y admiradores muchísimos. Germán dice que Isaac es como esos dos al cubo, pero es porque él apenas lo conoce.

Isaac no mentía, este año nos iban a meter caña, entrenamiento lunes, miércoles y viernes, con sesión extra las semanas de partido.

Os explico, mi colegio juega en una liguilla, llamada ECA, que la forman 7 colegios como el mío en la zona noreste del país. Los partidos son cada 3 semanas, y mi escuela lleva 4 años sin ganarla, así que la presión se nota.

Esa tarde fui con Germán al cine y compramos unas cuantas cosas para las habitaciones, dándole un toque más hogareño.

El primer día de clase empecé a agobiarme, simplemente por las presentaciones de las distintas asignaturas veía que me iba agobiar, ya nos avisaban de bachiller, no tiene nada que ver con 4º, y que la cantidad de estudio, deberes y trabajo se incrementaría. Si a eso le sumo los entrenamientos, me veía realmente con poco tiempo libre.

El viernes me desperté tarde, eso no es propio de mí, y si no me daba prisa me quedaría sin desayunar, y hoy precisamente me había levantado con hambre.

Me duche y vestí en cero coma, cogí mi mochila y fui corriendo hacia el comedor, corrí por el pasillo, esquive a uno, a otro, baje escaleras, mire el reloj, bueno creo que si me dará tiem…

BAAAAAAAAAM

Salí rebotado y caí de culo, ayayay, que dolor, jodeeeer.

-          Perdona chico, perdona ¿Estás bien?

No supe que añadir ¿¿Quién era este chico??, nunca lo había visto, y no me habría pasado inadvertido. Era bastante más alto que yo, sobre 1.80 m, el pelo castaño peinado ligeramente a un lado, labios finos, que tendían a formar un pequeño mohín y unos preciosos ojos verdes claros, que le daban una expresión de cachorrito tierno, expresión que se resaltaba con sus labios.

-          Espera que te ayudo –se inclino y me ayudo a levantar, agarrándome por la mano y la cintura, haciéndome sentir un escalofrió -

-          Perdóname tú a mí – dije-, iba corriendo y no me fije.

-          Yo también iba corriendo, así que culpa de los dos – dijo sonriendo-

Y que sonrisa, era preciosa, con unos dientes muy blancos, pero a su vez le daba un aspecto de niño inocente, nunca había visto una mirada que casara tan bien con una sonrisa. Yo me empecé a ruborizar y me quede callado. Menos mal que el rompió el hielo.

-          Creo que no te conozco, soy nuevo aquí, me llamo Alberto, voy a 1º C – y me ofreció su mano -

-          Yo soy Oscar, de 1º D – se la estreche, una mano suave pero fuerte –

-          Bueno te tengo que dejar, que si no llegare tarde a clase – dijo – un placer conocerte Oscar, aunque siento que hayas acabado en el suelo.

-          Igualmente.

Siguió su camino, y no pude evitar girarme, y mirarle el culo, una de mis debilidades, y ufff que bien le marcaba en el pantalón, que maravilla.

Llegue al desayuno pero solo me dio tiempo para un vaso de leche. Durante la primera hora estuve atontado, por el encuentro con ese chico y por no desayunar lo que debía haber desayunado, pero a lo largo del día se me fue pasando y mi mente volvió a mi dios griego, mi guapísimo capitán del equipo, que esta tarde lo volvería a ver en el entrenamiento y en las duchas, solo por esos momentos valía la pena tanto entrenamiento.

Ese primer finde volví a casa, quería estar con mi padre y a él le gustaba que bajara ese primer fin de semana  y le contara como había empezado el curso, además quería subir el televisor de mi cuarto para mi habitación.

La segunda semana fue más agobiante, nos empezaron a mandar ingentes cantidades de trabajo en todas las asignaturas, además el entrenador me había dicho que me veía en baja forma y me hacia quedarme un rato tras los entrenamientos, menos mal que me ayudaba Germán con los estudios y deberes, bueno en lo que podía, porque aunque íbamos a la misma clase, el hacia bachiller de ciencias, y yo de ciencias sociales.

-          Que estrés llevas y solo es la segunda semana, como sigas así tendrás que plantearte lo del futbol.

-          Ni de coña, me encanta y no lo voy a dejar, antes dejo el curso.

-          Te encanta el futbol y te encantan tus compañeros, jajajajaja

-          No te voy a decir que no.

-          La verdad que envidio esos ratos en las duchas con ellos

-          Que pasa – dije sonriendo- ¿te gusta alguno?

-          Todos, Oscar, me gustan todos.

Por fin era viernes de nuevo y este fin de semana podría descansar, porque aunque parezca mentira, todo el estrés ha servido para que adelantara trabajo, pero bueno, quedaba el entrenamiento de esta tarde, antes de poder descansar.

Estaba comiendo con Germán, cuando se acerco Dani y estuvo un poco con nosotros, el estaba mucho mas agobiado que yo, no era muy bueno en los estudios.

Cuando se fue con sus compañeros me fije que uno era el chico del otro día, hablaba con Dani, recordé que iba a su clase, joder, era rematadamente guapo.

Esa tarde en el entrenamiento nos hicieron dar vueltas al campo, y como siempre yo iba trotando a su lado

-          Oye Dani, ¿quién ese chico nuevo de tu clase?

-          ¿Quién?

-          El otro día iba con prisas, y me choque con un chaval, que iba a tu clase, me ayudo a levantarme, me pareció muy simpático, es así castaño, con los ojos verdes.

-          Aaaaa sí, claro, se llama Alberto, Alberto Van Buren, ha empezado este año, antes estudiaba en Inglaterra.

-          ¿¿¿Van Buren??? Que apellido más raro, ¿No?

-          Jajajajaja, yo le dije lo mismo, el es español, pero su padre es Holandés, o de por un sitio raro de esos.

-          Pues me cayó muy bien.

-          Es así como muy elegantón, pero a mí también me cae bien, es muy majo, me ayuda con los estudios, es un hacha en las asignaturas. Además tiene muchiiiiiismo dinero, si lo viera mi madre ya la veo intentando arrejuntarlo con alguna de mis hermanas, jajajajaja. Además creo que es de tu ciudad, pero no me hagas caso, ya le preguntare.

Bueno ya iba sabiendo mas de ese chico misterioso, no sé porque, pero me creaba curiosidad, sin embargo, vi algo que me hizo olvidarme de él y de todo. En el césped estaba Isaac, a cuatro patas, estirando, elevaba su pierna y se le marcaba su culo perfecto. Note como me recorría un escalofrió, ese sí que era mi dios, solo él.

Como toda la semana, el entrenador me hizo quedar un rato más, no lo veía justo, no me consideraba en baja forma, pero mi entrenador no admitía replicas.

Tras 45 minutos  de mas me dejo irme, estaba cansado y agotado, hoy dormiría como un tronco, pero primero una ducha relajante.

Llegue y oí el sonido del agua. Qué raro, si todo el mundo se había ido ya, me acerque y mire disimuladamente, y allí solo, se estaba duchando Isaac, estaba de espaldas y el agua recorría su cuerpo.

No pude evitarlo y me puse a mirarlo en un discreto hueco apoyando la pierna en un banco, era una posición incómoda, pero más difícil que me viera.

Era un espectáculo, era arte, ese cuerpo marcado, fibroso, ligeramente moreno, ver como el agua recorría su espalda ancha, en forma de V, como resbalaba entre sus músculos, hasta llegar a ese culo perfecto, como dos perfectas montañas, y bajaba por sus fuertes piernas de futbolistas, tan bien torneadas

Yo sin darme cuenta había bajado mi mano a mi polla, que estaba endureciéndose a pasos agigantados.

Sabía que lo que estaba haciendo era peligroso, que alguien podía entrar, aunque fuera poco probable, pero podían. Sin embargo me daba igual, estaba extasiado, tenía a Isaac, solo para mí.

Se giro y pensé que me desmallaba, estaba empalmado, nunca lo había visto empalmado, pero su polla no defraudaba, era grande, más que la mía, mas morena que el resto de su cuerpo, totalmente enhiesta, totalmente recta, era perfecta, como todo él.

Bajo su mano y empezó a masajearla, no podía ser, ¡¡¡se estaba pajeando!!! Yo no puede más y metí mi mano en el pantalón, agarre con fuerza mi polla y comencé a pajearme mientras le miraba.

Veía como se la acariciaba suavemente. Deseaba que mi mano fuera la suya, deseaba poder tocarlo, abrazarlo, besarlo, darle todo el placer del que fuera capaz. Aumento la velocidad de su paja,  y yo hice lo mismo, cerraba sus ojos levantaba su cabeza entre suaves jadeos, mientras el agua recorría todo su cuerpo. Creo que había dejado de pestañear, no quería perderme el mínimo detalle. Me estaba volviendo loco, me iba a correr.

Crrrrrraaaaaaaajjjj

¡¡¡¡MIERDA, MIERDA,  Y MIL VECES MIERDA!!!!

En mi ímpetu había empujado el banco donde me apoyaba y no había sido un sonido pequeño por cierto. Jodeeer, ¿¿¿me ha visto??? , no lo sé, pero estoy seguro que durante un segundo nuestras miradas se cruzaron. No me pare a averiguarlo, cogí mi mochila y salí de allí corriendo como alma que lleva el diablo.

No deje de correr, hasta llegar a mi habitación, hecho un manojo de nervios, jodeeer, Isaac me había pillado espiándole mientras se pajeaba, si se ha dado cuenta que era yo, me mata, me arranca la cabeza. Y ahora ¿qué pasaría?,  estaba muerto de miedo, pensé que me iba a dar un ataque.

No me había duchado, así que me duche en la habitación eso siempre me relajaba y me aclaraba la cabeza.

Siendo muy propio de mi, ya me puse en lo peor, ahora Isaac me despreciaría, me alejaría, (eso, si no me mataba), todo el mundo se enteraría de que era gay, y muchos me mirarían como un apestado. Esas  cosas me dolerían, pero no tanto como el rechazo de Isaac, lo amaba y su posible rechazo me dolía como cien puñales.

No baje a cenar, Germán vino a buscarme, pero le dije que estaba molido del día. Y es cierto, pero no me dormí hasta las 2 de la madrugada, dando vueltas y vueltas a las peores situaciones posibles, por supuesto en ningún momento me plantee que no me viera, o que aunque me hubiera visto, no me reconociera, soy así de optimista.


Al día siguiente la imagen que me devolvió el espejo, era un poco denigrante. Tenía  mala cara y ojeras, había dormido fatal, me duche para despejarme, y de algo sirvió, por lo menos en el plano físico, mejoro mi aspecto, pero no mi cabeza, seguía igual de embotada.

A la 1 baje a comer. Germán estaba sentado con Dani, y se partía con las payasadas del grandullón.

-          Eyyy Oscar, por fin resucitas, esta mañana te he llamado pero supuse que seguías durmiendo.

-          Si, estaba hecho una mierda – apoye mi cabeza en la mesa –

-          Es que le exigen mucho en los entrenamientos al chiquitín – dijo Dani revolviéndome el pelo–

-          Pues te tienes que despejar, que hoy nos vamos a Sahú.

No os lo he explicado, pero los alumnos de bachiller podemos ir sin problemas al pueblo, claro, que necesitamos un permiso paterno a principio de curso, pero eso no hay problemas.

Mi colegio, en el tema de hospedaje, en muchos aspectos es más una residencia que un internado. Eso sí, a la una tenemos que estar de vuelta, si nos quedamos la noche fuera, hay que indicarlo y necesitamos otro permiso.

-          ¿¿¿A Sahú hoy??? Yo no tengo cuerpo –en realidad lo único que quería era meterme en la cama y no salir de allí en la vida -

-          No seas moñas Oscar,-dijo Dani- Germán y yo vamos, también vienen Esteban y Alex, y algún compañero mas de mi clase, además están las chicas del Petronila, podemos pillar cacho, y seguro que se mojan viendo ese cuerpecito.

-          Este cuerpecito no está hoy para muchos trotes – y no me hables de cuerpos mojados añadiría -

-          Anda porfa Oscar – dijo Germán- es la primera salida del año, ven, ven.

-          Buenoooooo, pero solo para que te calles.

Habíamos quedado a las 6, Germán se arreglo, bastante, aunque no se para que, Dani, estaba muy guapo, ligaba seguro, Esteban, mi compañero de equipo también, era un chico muy moreno, de piel, pelo y ojos, casi tan alto como Dani, pero mucho menos fuerte y a mí siempre me ha parecido que tiene la nariz muy grande, Alex, el portero de mi equipo iba más informal, tampoco necesitaba mucho, era muy guapo, todo el moreno, piel, pelo, ojos, era el típico galán latino. Yo por mi parte, iba muy de zarrio callejero, quería volverme pronto, cuanto antes, mi cabeza seguía siendo un torbellino de pensamientos, de malos pensamientos.

Sahú no es muy grande, pero era muy agradable, bonito y acogedor, además de una vida nocturna impropia de su tamaño, algo normal teniendo dos grandes colegios con tantos jóvenes, que querían fiesta el fin de semana.

Había tres pubs y una discoteca, DONA, pero yo no pensaba ir a ninguno, solo quería tomar algo en alguna cafetería y volverme.

Llegamos a una bonita cafetería, que solíamos frecuentar, en la avenida principal. Dani fue hablándome de cosas del futbol, lo que me faltaba, para reposar mi cabeza. Nos sentamos y nos atendió un camarero muy simpático, todos pedimos café. La conversación era insustancial, aunque yo ponía todo mi empeño en participar, no quería que Germán, notara mis ralladas, el tío es como una bruja.

Por suerte a Germán se le cayó el café, tuvo que ir a limpiarse, y pude desconectar de la conversación. Me quede atontado mirando la calle, se veía muy animada, muchas caras conocidas, hoy parece que toda la gente había decidido salir. Me centre un segundo en una bocatería enfrente nuestra, y entonces vi a ese chico, a Alberto. Nunca lo había visto sin uniforme, y me sorprendió. Aun hacia buen tiempo y llevaba un polo que marcaba un brazo muy fuerte, vaya, no me lo imaginaba musculado. Estaba con dos chicas. Una de ellas se reía alegremente y le pellizcaba las mejillas, él la abrazo, era castaña, de ojos claros, realmente guapa, hacían una pareja armoniosa

-          Que pareja tan guapa- pensé-

Se hicieron las 8:00 y yo decidí que en media hora me iría para el colegio, cuando…

-          Buenas tardes

Si no hubiera tenido un corazón fuerte, me habría dado un infarto, Isaac se había acercado, a nuestra mesa.

-          Solo era para recordaros que el sábado que viene es el primer partido de la temporada. He hablado con el entrenador y hemos quedado en que también entrenaremos el jueves.

-          ¿¿¿¿Qué????? – Salto Esteban- Así lo que conseguiremos es acabar reventados para el sábado.

-          El entrenador y yo hemos visto que estamos en baja forma y así vamos a quedar muy mal este año si no lo solucionamos.

-          Pero una cosa es querer ganar y otra es acabar destrozados – dijo Dani –

-          Si no te gusta, ya sabes lo que tienes que hacer Santos – y lanzo una mirada dura a Dani- Y oye Oscar.

Joder, joder, pensé que el corazón me estallaba, me había estado hundiendo mas y mas en mi silla intentando desaparecer.

-          Me he dado cuenta los esfuerzos que estás haciendo para mejorar tu nivel – me sonreía abiertamente -, estoy muy orgulloso, ojala todos tuvieran tus ganas – y miro de forma despectiva a Dani- Hasta luego – Me apretó el hombro y se fue.

Note, como si me hubieran sacado un yunque del pecho, como todas las preocupaciones que me acechaban desde hacia 24h se desinflaban, no me había visto, imposible, no se habría comportado así, que alegría sentí en ese momento.

-          Ese tío es imbécil – soltó Dani-

-          Lo secundo, se le ha subido a la cabeza – contesto Esteban –

-          No, Isaac siempre ha sido un poco subido – añadió Alex -

-          Bueno, no seáis así, pensar que ahora es el capitán, tiene mucha presión, es normal que sea exigente, con él y con los demás.

-          Claro como tú eres un pelota con él, te podría mandar corriendo hasta Australia y tu irías dando saltitos- dijo Dani de forma seca-

Me revolví un poco en la silla, Dani, de normal era un sol,  pero de esa contestación no me gusto ni el contenido ni los modos, me molesto un poco, iba a buscar el apoyo de Germán, pero la verdad desde que llegamos estaba un poco ido. Se sucedieron unos minutos incómodos.

-          Y si nos vamos a otro sitio – dijo Esteban notando la tensión-

-          Buena idea –dije-

Nos levantamos todos para irnos.

-          Yo tengo que hacer unas cosas – dijo Germán- luego os mando un whatsapp y acudo allí, no creo que me lleve mucho.

Fuimos a uno de los pubs, era el peor de todos, pero no eran muy estrictos con el tema de la edad, y un grandullón como Dani podía conseguir cerveza, aunque yo me pedí una coca-cola.

Allí me encontré con algunos amigos de clase y estuve hablando con ellos, era mejor compañía, Dani seguía taciturno y yo molesto. Cuando mire, el reloj eran casi las 10, aún era pronto, pero estaba cansado, ahora que había eliminado todos mis miedos, estaba relajado y muy cansado de darle tantas vueltas a la cabeza. Así que me despedí de mis amigos y me fui para la habitación. Justo antes de salir

-          Oscar- me dijo Dani agarrándome el brazo suavemente- siento lo de antes, estaba cabreado con el capullo de Isaac y lo pague contigo. El te aprecia y tu le aprecias a él, no fui justo, los problemas que yo tenga con el no te los he de hacer pagar a ti, perdona chiquitín.

-          Claro, Dani, no pasa nada – Y me dio uno de sus abrazos de oso-

Llegue a la habitación, me sentía bien, tan distinto a esta mañana, me tumbe en la cama y me quede disfrutando de esta paz, aunque antes de dormir, creo que haría una visita a internet, no sé porque cuando se me esfuman las rayadas y me quito la tensión, me pongo tontorrón. No serian aun las once de la noche, acababa de encontrar un video interesante.

-          ¿Oscar? – Golpearon la puerta del baño

-          Pasa Germán

-          Que pronto te fuiste, cuando llegue ya no estabas.

-          Dijiste que tardarías un poco, espere dos horas, y como no venias me fui estaba muy cansado.

-          Ya, es que quede con unos amigos del año pasado, y se enrollaron y enrollaron y se me hizo tarde, así que vine directamente aquí.

Se tumbo al lado mío y le conté un poco la noche hasta que me fui, que si Dani tiro los tejos a tal tía, Esteban a tal otra, etc.

-          Bueno ¿y tú que hacías?

-          Pos nada, estaba… mirando algo en internet, pero ya lo apagaba.

-          Jajajaja, algo guarro para acabar bien el día.

-          Bueno… si, la verdad es que si, mucha tensión esta semana

-          Mira que eres mala gente, y no me avisas, ¿te hace un mano a mano?

-          Pueeees… si, la verdad es que no me importaría.

Tras la tensión de las últimas 24 horas esta paja común me sentó de muerte, aunque yo la verdad no se para que quería el video, porque en mi mente solo estaba la imagen de Isaac en la ducha.


La semana siguiente fue un caos, cada vez teníamos mas deberes, se empezaron a sumar trabajos prácticos, los entrenamientos y la presión por el partido del sábado eran atroces, pero yo estaba contento, Isaac seguía como siempre y eso me hacia estar muy a gusto y relajado, había tenido tanto miedo a su rechazo que la simple rutina era para mí un regalo.

El viernes estaba desayunando con Germán y Dani preparándome para un día duro (dos horas de filosofía, puagggg), y un entrenamiento aun más duro. Germán llevaba toda la semana extrañamente alegre, lo contrario que Dani, que llevaba un humor de perros. Estábamos desayunando cuando se sentó en nuestra mesa Alberto, el guapo amigo de Dani.

-          Tenias que hacer algo con este grandullón- y paso un brazo por el hombro de Dani – me lo habéis convertido en un triste, con tanto entrenamiento – Dani sonrió-

-          La verdad es que todos estamos muy estresados.

-          Yo la verdad nunca he entendido tanto estrés por el  futbol, es un deporte y tendría que ser para disfrutar, y liberar tensiones, no para crearlas.

-          ¿A ti no te gusta el deporte? – pregunte-

-          Me gusta correr, hacer pesas, algo de maquinas, pero a mi aire, no me gustan los de competición, hay muchas cosas en las que competir, y no quiero que el deporte este entre ellas. Tu también estas en el equipo ¿no?

-          Sí, soy centrocampista, pero no soy tan bueno como Dani

-          Bueno, no puedo opinar sobre eso, mañana te lo diré, iré a veros, pero seguro que lo haces muy bien.

Me contuve para no ponerme rojo, y aun así me puse, unos halagos que venían de un rostro tan bonito era difícil que no afectaran.

Terminamos de desayunar y nos fuimos a clase. Por suerte hasta los profesores estaban pendientes del partido y fue un día más sencillo de lo que imaginaba y lo mejor es que no mandaron deberes para el fin de semana. El entrenamiento también fue más suave, el entrenador, quería que reserváramos fuerzas para mañana, pero no impidió que me hiciera quedar 20 minutos más, aunque me confesó que me veía en mejor forma y que el partido de mañana seria mi prueba de fuego, si lo hacía bien, ya no tendría que quedarme rato extra.

Llegue a las duchas, como siempre estaban vacías, pero un escalofrió me recorrió al recordar los hechos de hacia una semana.

Me desnude y abrí el grifo, ahhhh era relajante el agua caliente cayendo sobre mí, era una de las cosas que más me gustaban. Decidí quedarme unos minutos con las manos apoyadas en la pared notando el agua recorrer mi cuerpo.

De repente note algo en la pared, abrí los ojo y vi una mano apoyada junto a la mía, seguí ese brazo y vi dos preciosos ojos azules mirándome descaradamente, centelleando con… con… no sabría explicarlo, yo me quede totalmente congelado. ¿Qué demonios hacia aquí?

-          ¿No vas a seguir duchándote? – dijo Isaac de forma tranquila, mientras me dedicaba una sonrisa.

-          Sí ,sí, claro –balbucee-

Cogí el jabón mientras el no despegaba los ojos de mi. Note como la sangre se acumulaba en mi cara, me estaba poniendo muy, pero que muy nervios

-          Te… te vas a quedar ahí… mirándome.

-          ¿Porque no? – Dijo con su deje chulesco que le caracterizaba- Seria lo justo

-          Como que lo justo – no entendía nada –

-          Bueno – hablaba de forma lenta sin dejar de sonreír- el otro día tú te divertiste mirándome, lo justo es que ahora te mire yo.

Se me resbalo el bote de jabón, me puse aun mas rojo, y apoye mi espalda contra la pared. Estaba muerto de miedo, no solo me había visto, si no que me había reconocido. El puso sus manos a cada lado de mi cabeza, su cara estaba a un palmo de la mía.

-          ¿Qué ocurre?, te gusta mirar, pero no quieres que te miren – su boca estaba seria, pero sus ojos, seguían con esa extraña expresión–

-          Isaac, yooo, no era… yo lo… – pensé que me iba a derrumbar.

-          Si Oscar, eras tú –me agarro la nuca, apretando un poco pero sin llegar a hacer daño- me mirabas y te tocabas.

-          Isaac, perdona, no volverá a pasar, lo siento, déjame irme – cada vez estaba más asustado -

-          ¿Irte? Eso sería muy egoísta por tu parte – apoyo su mano en mi pecho, evitando que pudiera huir - si tú te diviertes, yo me divierto – acerco su boca a mi oído y en un susurro – o podemos divertirnos los dos. – E introdujo su lengua en mi oreja.

Una descarga eléctrica se extendió por mi cuerpo en el lugar que me rozo Isaac, basto eso, para empezar a empalmarme. Mientras me comía la oreja llevo su mano a mis pezones que los empezó a apretar, el miedo y los nervios se tornaron en placer y empecé a jadear. Esto no podía estar pasando.

Isaac cogió mi mano y la llevo a su pecho, era pura carne cincelada, y empezó a bajarla, a sus abdominales marcados, por favor era increíble tocar ese cuerpo, con el que tanto había soñado, era cien veces mejor que en mi imaginación.

Siguió bajando hasta poner mi mano en su polla, que estaba también dura como una roca, era grande, con un capullo suave, delicioso. Por simple inercia se la apreté y empecé a subir y bajar, el dio un respingo, se separo de mi oreja, apoyo su frente contra la mía, veía esos ojos azules mirándome, acerco sus labios y me beso, con una pasión y furia como nunca me habían besado. Era todo tan surrealista que apenas era consciente, ¡¡¡¡Isaac me estaba besando!!!! , Coloque mi brazo alrededor de su cuello, quería tenerlo más cerca, quería disfrutar, gozar de ese cuerpo.

Nos separamos un poco, y el agarro mi polla y empezó a pajearla, uffff era una delicia, esa manos fuerte agarrándola, era una maravilla. Apreté la suya con más fuerza quería sentir hasta la última textura de ese rabo celestial.

Isaac puso su mano en mi hombro indicando que bajara, me arrodille, tenía su polla delante mío, era, perfecta, preciosa.

-          ¿Sabes cómo hacerlo? – dijo mirándome a los ojos

Como respuesta, yo me la metí en la boca, sabia deliciosa, con ese sabor a liquido pre seminal, que ya conocía, pero mejor, porque era el de Isaac. Me la metí de golpe hasta la mitad, pero me la iba a comer entera, sabía que esta vez lo lograría, quería, porque ansiaba notar, sus pelos en mi nariz y sus huevos en mi barbilla.

Estaba tan cachondo que al tercer intento lo logre, y empecé a tragármela cada vez más rápido, mientras Isaac jadeaba como un poseso, ohhhh como me gustaba darle placer.

No me quede solo ahí, lamí sus perfectas bolas, sus ingles, su pubis, quería tocar con mi lengua a todo el, mientras volvía a su polla de nuevo.

Tras un rato así, me alzo, me agarro de la cintura para tener nuestras bocas a la misma altura, yo puse mis piernas alrededor de suyas, y el coloco sus manos en mi culo, manteniéndome a pulso, mientras el agua caía sobre nosotros. Me besaba que parecía que quería comerme. Apretaba mis nalgas, mi rabo presionaba su abdomen, mientras el suyo me rozaba el perineo.

-          Que culo tienes cabrón, te lo quiero follar entero

-          Hazlo, hazme todo lo que quieras – en ese momento solo me guiaba el deseo, el deseo por Isaac -

Me bajo, me dio la vuelta y apoye la cara y los brazos contra la pared, Isaac se agacho y empezó a devorar mi ano, notaba como su lengua pugnaba por abrirse paso y yo me relaje poniéndoselo fácil.

-          Uaaaaaa, que gusto da hundir la cara en este culo.

Acto seguido cogió el jabón y se lleno una mano y la llevo a mi culo, y empezó a masajearlo, fue metiendo un dedo poco a poco, lo movía como un maestro, sabia donde tocar, y como darme más placer, luego otro dedo se unió y finalmente un tercero, ufffff, no podía mas, mientras metía los dedos en mi culo, apretaba la polla contra mis nalgas, y me mordía la oreja izquierda, necesitaba a Isaac dentro de mi ya, si no, iba a arder allí mismo.

Saco sus dedos, y volvió a echarme jabón, el también se puso en su rabo, y coloco la punta en la entrada de mi culo, solo de notarlo temblé de deseo, empezó a metérmela bastante rápido, me dolió, pero estaba tan caliente que no me importo para nada, era Isaac, era mi sueño tanto tiempo ansiado.

Cuando la metió entera empezó a bombear con mucha energía desde el primer momento y enseguida el placer empezó a ganar la partida al dolor. Era algo indescriptible, me temblaban las piernas.

-          Jooderrr, como me gusta follarte, cuánto tiempo llevaba desenado este culito.

Las palabras de Isaac, me ponían aun mas y me empecé a pajear, me follaba con brutalidad, como un animal y me gustaba, era Isaac, ese semental en estado puro poseyéndome. Yo no paraba de jadear y de pajearme y lo único que podía pronunciar era su nombre al exhalar. Tras un rato empezó a bombear con más fuerza si cabe, agarrándome las caderas como mucha fuerza.

-          Aaaaaa, voy a llenarte entero, aaaaarraggagag

-          Aaa…aaa…aaa…

La metió hasta el fondo y note como sus trallazos me llenaban, nunca había experimentado esa sensación y fue suficiente para que yo empezara a correrme contra la pared, creo que nunca había sentido tanto placer, pensé que me explotaba el corazón.

Isaac recostó su pecho contra mi espalda y note su respiración, mientras empezó a besarme el cuello, el agua caía sobre nosotros. Acerco su boca a mi oído.

-          Esto no se lo cuentes a nadie – Me lo dijo en un susurro-

-          No…no….aaaa…

-          Mas te vale, porque si no, no te lo hare mas, y quiero hacértelo muchas veces.

Empezó  a lamerme la oreja y yo me volví a estremecer.

-          Ahora, eres mío – susurro- mío y de nadie más – me mordió la oreja-

-          Tuyo – conteste – solo… tuyo.

Nos duchamos juntos y nos vestimos, aunque apenas hablamos, de todas formas yo estaba tan alucinado, que tampoco podía hablar, pero nos lanzábamos sonrisas cómplices, estaba  como en una nube, no era consiente realmente de lo que acababa de pasar. El insistió que saliéramos por separado, él quería ser discreto y yo también, así que no me importo.

Me dijo que mañana teníamos que darlo todo en el partido, me regalo una espectacular sonrisa y se despidió de mi.

Cuando llegue a la habitación, por fin di rienda suelta a mi alegría, empecé a votar en la cama preso de una euforia incontrolable. Isaac, mi Isaac, el chico por el que bebía los vientos, lo había hecho con él, lo que para mi llevaba siendo desde hace un año un amor platónico y un camino sin esperanzas, se acababa de hacer realidad. Caí sobre la cama, retorciéndome de alegría.

Me moría de ganas de encontrarme con él, hablar de lo que había pasado, mas tranquilamente, saber qué rumbo iba a tomar, y por supuesto repetirlo, repetirlo sin parar.

Esa noche creo que dormí mejor que ninguna de mi vida, rememore una y mil veces mi encuentro con Isaac en mis sueños.