Bachiller II - Recuerdos de verano

Oscar rememora, los dias que paso en la playa con su amigo German

Os traigo la segunda parte, que en realidad es un flasback, he estado pensando si incluirlo o no, pero creo que viene bien, para conocer mejor la psicologia del protagonista y entender la sucesion de hechos posteriores.

Ante todo dar las gracias sinceramente a todos los que habeis comentado y me habeis mandado e-mails, la verdad que me han venido muy bien, ya que la historia la estoy remodelando de manera importante. Otra vez gracias


Oscar

Como ya dije, este verano, le conté a mi amigo Germán que era gay, esto ocurrió cuando estaba en su casa de Valencia, estuve allí cuatro días antes de irnos a pasar 10 a un apartamento con su madre en Gandía.

Germán veraneaba allí desde niño, y yo era ya el tercer verano que iba. El tenía un par de amigos, Rafa y Santi, que conocía desde niño del mismo bloque de apartamentos y cuando iban en verano se juntaban en la playa, ellos y los amigos que solían llevar, de la misma manera que Germán me llevaba a mí.

Yo tenía curiosidad por conocer al chico del que me hablo Germán

-          A ver Oscar, el en realidad es un amigo de Rafa, el año pasado en una fiesta en la playa con la tontuna de unas cervezas, pues nos besamos y sabiéndolo, nos las arreglamos para vernos a escondidas, pero nadie sabe que es gay, ni siquiera Rafa, así que cuidado, que nos conocemos, que tienes el disimulo de un ladrillo.

-          Jajajajaja, tranquilo, pondré cara de póker.

Pero al final, este año, no encajamos con sus amigos, excepto el primer día con Santi,  que se fue al siguiente, así que estábamos Germán y yo, pero bueno, algo se nos ocurriría.

Esos días nos bajábamos por la mañana a la playa, nos metíamos al agua, tomábamos el sol, algo en algún chiringuito. Luego íbamos a comer al apartamento. Por la tarde algunos días íbamos a la playa, otros paseábamos por la ciudad, hasta la hora de la cena. Si hubieran estado sus amigos habríamos bajado después de cenar, pero así, o nos quedábamos viendo la tele en la habitación o hablando en la terraza con el fresquito de la noche.

El apartamento era grande y había habitaciones de sobra para cada uno, pero como en la de Germán había televisor pues al final acabamos instalando los dos en la suya, el en su cama y yo en una cama inflable al lado.

Durante esos días, cuando estábamos solos, yo le preguntaba muchas cosas, yo toda la experiencia que tenía de sexo, era a través de las páginas porno de internet y tenía curiosidad por saber más. Germán no tuvo reparos en contarme. Con este chico se habían besado, experimento por primera vez el sexo oral y una tarde que Germán logro tener libre el apartamento y lo hizo con él, siendo penetrado por primera vez.

Me sorprendía con que naturalidad lo contaba Germán, mientras yo me ponía rojo con muchos de sus detalles. Aunque me interesaba mucho, quería saber.

Lo que más me sorprendió, que este no fue el único chico. A principios de ese año se metió en un chat gay, y conoció a un chaval de Valencia de nuestra edad, hablaban de vez en cuando, pero Germán estaba en Sahú y no se vieron hasta Semana Santa. Quedaron un par de veces y esa fue la primera vez que penetro a alguien. No se volvieron a ver, Germán me confesó que ese caso fue más por probar, no se lo oculto al otro chaval y el estuvo de acuerdo.

Yo no podía evitar sentirme extraño, para mí el sexo es algo que me intimidaba, que me inspiraba cierto respeto, sin embargo para él era tan natural.

Pero bueno, al tercer día en la playa, el tema ya estaba bastante trillado y no daba mucho más de sí.

Esa noche estuvimos viendo varias pelis, eran ya la una y la madre de Germán dormía. Empezamos a hacer zapping, cuando apareció una porno.

Salía una rubia con tetas muy grandes, que me daban igual, yo me fije en el chico, era rubio oscuro y con ojos claros, se daba un ligero toque a Isaac, muy poco la verdad, pero me basto para empezar a empalmarme. Como estábamos en bañador no lo pude disimular.

-          Jajajaja, te gusta la peli ehhh, eres un cochino – dijo Germán –

-          Es que… - me puse rojo en un segundo-

-          Oscar, no te preocupes, que somos amigos, yo también me he puesto tonto con la peli.

Vi que él también se había empalmado. Yo me revolví un poco incomodo

-          Espera

Germán se acerco a la puerta y echo el cerrojo, y allí mismo se quito el bañador, dejando al aire su pene erecto. Yo había visto muchas veces a Germán desnudo, pero nunca empalmado.

-          ¡¡Germán, que haces!!

-          Que pasa, no me digas que no te apetece, te has puesto tonto con la peli.

-          Si… que , noooo

-          Venga Oscar no seas tonto, a ti te apetece, a mi me apetece, somos amigos y tenemos confianza, además, con la de cosas que hemos hablado estos días.

En eso tenía razón, me relaje un poco, pero solo un poco, Germán se sentó a mi lado y se puso a pajearse, yo solo me tocaba por encima del bañador, de vez en cuando le lanzaba alguna mirada, pero eso solo lograba ponerme más nervioso.

-          Oye Oscar – Germán, cogió el mando y apago la tele- ¿qué te pasa?, ¿porque estas tan nervioso?

La verdad es que ni yo lo entendía, tampoco era nada del otro mundo y Germán era mi mejor amigo, nuestra confianza es total.

-          Pues no sé, es que me da un poco de vergüenza, ya me conoces.

-          Y cuando estés con un chico ¿que pasara? ¿también te dará vergüenza?

-          Nooo, bueno… puede, ayyy no se.

Germán se acerco a mí y puso su mano en mi hombro

-          Venga Oscar, si no tienes confianza conmigo… – me di cuenta que su erección había bajado, al igual que la mía-

-          Claro que tengo, por qué crees que te pregunte todo estas cosas estos días, quería aprender, y tú eres con quien más confianza tengo.

-          Pues si quiere aprender, con quien mejor que conmigo.

Yo me quede, un momento pensando, pero sinceramente, con quien mejor que Germán para aprender.

-          De acuerdo,… pero si me siento raro, paramos.

-          Vale, pues lo primero es estar cómodos.

Germán se quito su camiseta, no tenía un cuerpo tan fuerte como el mío, pero él era más alto y yo siempre he pensado que más guapo. El me ayudo a quitarme la camiseta, y me fui deshaciendo del bañador quedando los dos de rodillas desnudos uno frente a otro.

Yo sentía algo de vergüenza, pero puede que fuera la confianza que me daba Germán, que ya no estuviéramos empalmados, o yo, que me iba relajando, la cuestión es que la vergüenza se evaporaba.

Empezó a acariciarme el pecho, con un dedo, eso hizo que me relajara por completo

-          Tienes un cuerpo muy bonito

-          Pero pequeño – conteste-

-          Jajajaja, qué más da, está perfectamente proporcionado, tienes que lucirlo mas.

Siguió acariciando mi pecho y llego a mis pezones, los empezó a apretar suavemente y a estirarlos, produciéndome placer, haciendo que mí rabo reaccionara.

-          Y también tienes una tranca muy maja – me dijo –

Yo me puse rojo pero me sentí alagado, mi pene no está mal, unos 17 cm, pero al ser bajito destaca mas, el de Germán era del mismo tamaño, pero como él es más alto parece más pequeño. En ese momento me la agarro y empezó a masajearla, yo temblé.

-          Tranquilo Oscar – me dijo en un susurro- si quieres parar, paro.

-          No, sigue.

Nadie me había tocado antes el rabo, y Germán lo hacía bien, o a mi me lo parecía, la cosa es que me estaba gustando. En ese momento, poso sus labios en mi cuello, y empezó a besarme suavemente, yo estaba ya totalmente relajado y disfrutaba. Mi mano actuó sola, y agarre el rabo de Germán, tal vez en mi creciente excitación, demasiado fuerte.

-          Ufff, cuidado Oscar, que me la arrancas, despacito.

Me puse con más cuidado, mientras Germán subía por mi cuello hasta llegar al lóbulo de la oreja, y empezó a morderlo, ahhhh, nunca había sentido eso, era muy placentero, aumente la velocidad de mi paja, y el también, me sentía ya muy caliente, y quería mas.

-          Ger…Germán

-          Dime - se quedo parado y me miro –

-          Yo nunca he besado a nadie

-          ¿Quieres que te bese?

-          Si, enséñame a besar.

Puso sus labios en los míos, es curioso lo placentero que resulta, el contacto de labios contra labios. Al principio solo los juntaba, pero al momento note su lengua y entendí que quería que abriera la boca, lo hice, y su lengua entro, moviéndose por ella, yo me deje hacer y solo moví la mía tímidamente, aun así me estaba encantando, la velocidad de nuestra paja aumentaba, y yo con toda la oleada de nuevas sensaciones, no pude evitar notar que me venía.

-          Ahhh, Germán…..

Pensé que pararía, pero no, aumento la velocidad tanto en su mano como en su lengua y el semen, empezó a salir de mi polla en chorros que salpicaron el abdomen y las piernas de Germán.

Yo de la misma manera, aumente la velocidad de la paja que le hacía y al poco el también empezó a correrse, salpicándome, fue la primera vez que notaba el semen ajeno, y no me resulto desagradable el notar como escurría por mis piernas y mi mano. En todo el rato no deje de besarlo. Hasta que finalmente, se separo cogió unos pañuelos, y nos limpiamos, los tiramos a una papelera y nos quedamos tumbado uno al lado del otro. Yo en ese momento me sentía en la gloria, estuvimos unos minutos sin decir nada.

-          Bueno, que tal Oscar, ¿te ha gustado?

-          Ahhhhh… mucho, me ha encantado.

-          Jajajaja, ves si al final te lo has pasado bien, tienes que ser menos vergonzoso, te lo pasaras mejor.

-          Si, jajajaja, y me han dado mi primer beso

-          Y te han hecho tu primera paja no lo olvides.

-          Bueno – me sonrose un poco – si eso también, quien me diría que ibas a ser tu.

-          Jajajaja, pues cuando quieras te lo repito.

Y así fue, los dos días siguientes, seguimos la rutina, esperábamos a que su madre se durmiera, para pajearnos juntos por la noche. Reconozco que si alguien me hubiera dicho cuatro días antes que tendría ganas de que llegara la noche para pajearme junto a mi mejor amigo lo habría tomado por loco, pero la verdad, tanta vergüenza no era buena, poco a poco me desinhibía, y a su vez las disfrutaba más.

Pero el sexto día en la playa, todo se estropeo, a la madre de Germán le surgieron unos problemas en el bufete, y teníamos que volver.

-          Pero mama, que solo llevamos la mitad, además el sábado pensábamos salir un rato por la noche – gruñía Germán –

-          Hijo esto es muy importante, no lo puedo dejar pasar.

-          ¿Y si nos quedamos Oscar y yo y luego vuelves?

-          Como os voy a dejar solos, además, Oscar esta bajo mi responsabilidad.

-          Mama tenemos los dos ya 16 años y nos pasamos solos la mayor parte del año.

Estuvieron un buen rato así, de tira y afloja, hasta que su madre cedió. Se iría al medio día y volvería al día siguiente a primera hora, y esa noche nada de salir por ahí.

-          Tenemos la casa para nosotros solos – me dijo Germán alegremente dándome una abrazo y levantándome-

Pasamos la tarde en la playa, a eso de las 7 volvimos al apartamento, pero Germán me llevo al sótano, era enorme y con mogollón de trastos, pero él me señalo un armario que abrió y contenía varias botellas de bebidas alcohólicas.

-          Mis padres siempre compran alguna cuando vienen con los amigos, pero si no se la acaban, terminan aquí y se van acumulando. No se darán cuenta, ¿qué te gusta?

-          Vodka o ron, cualquiera me gusta.

-          Mierda, el vodka esta sin abrir, pero de ron hay varias abiertas, cojamos estas.

He de decir que no bebo mucho, me sube enseguida y la única vez que me emborrache, en la Nochevieja pasada, acabe por los suelos.

Ya en el apartamento pedimos unas pizzas y cenamos mientras veíamos una peli, luego empezamos con los cubatas de ron. Empezamos a recordar anécdotas del curso, pasado y cuando nos dimos cuenta llevábamos tres cubatas, la verdad que empezaba a estar borracho. Alargue mi mano y agarre la oreja de Germán

-          Oyeeee porque no vamos a la habitación– el alcohol elimina cualquier rastro de vergüenza, y me ponía tontorrón-

-          Jajajajaja, te estás volviendo un vicioso

-          Un poquito solo

-          Vamos

Agarro mi mano y me llevo a su habitación

Nos quitamos ya directamente el bañador y nos sentamos en la cama, empezamos a tocar nuestras pollas que se pusieron duras rápidamente, mientras nos besábamos mutuamente el cuello.

Sus besos empezaron a bajar por mi pecho, llego hasta mis pezones y empezó a jugar con su lengua, lamiéndolos y dándoles pequeños mordiscos, nunca habían chupado mis pezones y me estaba poniendo a mil, mientras sus manos acariciaban suavemente mis dorsales. Dejo mis pezones, y empezó a bajar por mi abdomen.

-          Joder, como me gustaría tener estos abdominales  – dijo Germán -

Llego a mi polla y le dio un pequeño lametón. Yo me revolví, no me esperaba dar un paso más allá, a pesar de la borrachera y de lo caliente que estaba. El me sonrió.

-          Tranquilo Oscar, te va a encantar

Antes de poder contestar se metió todo mi glande en su boca, recorriendo hasta el último rincón con su lengua, nunca había experimentado algo así, cualquier pega que quisiera expresar se ahogo en mi boca, siendo sustituida por suaves jadeos, Germán me estaba descubriendo cada día, un mundo nuevo. Poco a poco se la fue tragando, subía y bajaba cada vez más abajo, hasta que al final se la trago entera, y empezó un mete-saca delicioso, demorándose en la punta, mientras yo colocaba mi mano en su nuca. Como siguiera así me iba a correr y no quería

-          Para Germán, para

-          ¿Qué pasa no te gusta?

-          Me encanta, pero como sigas así me corro, y no quiero aun, lo que quiero es… chupártela yo.

No me podía creer que fuera yo el que había dicho.

Se recostó en la cama, yo me puse a cuatro patas y acerque su rabo hacia mi boca, le mire un momento.

-          Jejejeje, me tendrás que indicar un poco

-          Tranquilo yo te guio, empieza con la lengua y ten cuidado con los dientes.

Me cerque su polla a mi cara, era la primera vez que tenía una tan cerca, y quería centrar en ella todos mis sentidos. Tenía un olor fuerte, penetrante, me atraía. Saque tímidamente mi lengua y lamí agujero para notar su sabor del liquido que rezumaba. Era un sabor nuevo, pero agradable, no sabría describirlo, ¿salado?, ¿con trazas dulces?, ¿un toque acido?, me excito, en realidad me excitaba toda la situación, me metí la punta y empecé a lamer como si fuera un polo, y los gemidos de Germán me indicaron que por ahora no iba mal, pase a introducirme su glande, como un chupa-chups, apretaba con mis labios, y acariciaba con mi lengua. La verdad que me estaba gustando lo de sentirlo en mi boca, pero quería mas, quería comérmela entera, como lo había hecho Germán. Me la metí todo lo que pude en la boca de golpe, pero fue demasiado rápido, y me dio tos.

-          Tranquilo Oscar, poco a poco o te atragantaras.

Volví de nuevo, esta vez poco a poco. Germán me pidió un par de veces que tuviera cuidado con los dientes. A pesar de ir lento, no podía con ella entera.

-          Oscar, no hace falta que te la tragues entera.

La agarre en su base con mi mano, y me la metí hasta allí, eso era mas fácil y pude dedicarme a disfrutar de su polla a placer.

Germán empezó a jadear y coloco una mano en mi cabeza y empezó a marcar el ritmo. Eso  hizo que diera todo lo posible con mi lengua. Sus gemidos eran más fuertes, pero yo no quería que se corriera aun. En ese momento, con el calentón y el alcohol, abierto a un mundo de sensaciones nuevas, mi deseo era el que controlaba mi cuerpo.

-          Germán… Germán

-          Que … que pasa Oscar

-          Quiero más, quiero llegar al final.

-          ¿Estás seguro?

-          Siiii, quiero probarlo todo.

Se puso de rodillas, yo seguí con su polla, mientras él se llevo un dedo a su boca para después dirigirse a mi virgen ano. Lo mojo y empezó a presionar, introduciendo su dedo, al principio fue una sensación rara, y me dolía un poquito, pero en cuanto lo introdujo ceso el dolor, y cuando lo movió, comencé a notar placer, era diferente, pero me gustaba mucho y me ponía más caliente si cabe.

Esa sensación hizo que le devorara la polla con mayor ímpetu, el lo noto, me saco el dedo, yo me removí, lo quería de nuevo en mi culo, pero volvió enseguida y esta vez fueron dos, no sentí dolor, pero si mas placer, cuando los metía y sacaba. Notaba que iba arder de lo caliente que estaba, sumado a los efectos del alcohol, estaba fuera de mí.

-          Quiero ya – le dije-

El me miro algo receloso, aunque en sus ojos vi que lo deseaba.

-          ¿Estás seguro Oscar?

Me erguí para poderlo besar

-          Que siiii, estoy seguro, quiero follar- dije jadeando-

Germán se levanto y fue a un cajón, en las manos llevaba un condón y protector de sol.

-          Jajajajajaj, nos vamos a tomar el sol – dije-

-          Créeme será mas fácil y a falta de algo mejor.

Me puse a cuatro otra vez y me empezó a lamer el culo, primero mordiscos en los cachetes hasta que llego a mi agujero que empezó a lamer con deleite, me gustaba, era un agradable cosquilleo. Ya me había trabajado con los dedos así que su lengua pudo entrar, eso me gustaba aun mas, lleve mi mano a mi rabo y empecé a pajearlo al ritmo de los lametones. Paró e introdujo un dedo sin ninguna dificultad, luego dos y finalmente un tercero, ahhhh que gozo, se me hacia raro que se pudiera abrir tanto, y que fuera tan agradable, me encantaba esta sensación que acaba de descubrir.

-          Métemela ya, no puedo mas – dije cachondo perdido-

-          Jo, que hambre tienes, pero hay que cambiar, que es tu primera vez y hay que hacerlo fácil.

Me tumbe en la cama boca arriba mientras él se colocaba el condón y se ponía crema por encima, puso el almohadón bajo mi cadera, y subió mis piernas a los hombros, note como su mano, volvía a mi culo y me untaba también bastante crema, metiéndome dos dedos de nuevo. Acerco su cadera a la mía y note su polla en mi raja

-          Si ves que te molesta mucho, dímelo

-          Vale pero empieza, por favor

Coloco la punta en mi ano y empezó a presionar, entro la cabeza y sentí dolor, pero no tanto como esperaba, poco a poco fue metiéndola, y ufff, vale, ahora sí que dolía, suerte de la crema, pero por otra parte notar su miembro en mi culo me ponía mucho.

Siguió entrando hasta que note que sus huevos tocaban en mi culo, estaba toda dentro, solte el aire de mis pulmones y poco a poco me fui acomodando a ese nuevo intruso. Así muy lentamente empezó a bombear y el dolor, se fue convirtiendo en placer, lo de los dedos no era nada en comparación a esto, le pedí que fuera más rápido, y ondas de placer me recorrían cuando su rabo se hundía del todo, yo tenía una sensación de que me corría cuando la hundía hasta el fondo. Germán me doblo un poco y acerco su cara a la mía, besándome mientras seguía con la penetración, cada vez más fuerte.

-          ¿Te gusta? – susurro Germán entre jadeo-

-          Me encanta…. no pares

Instintivamente lleve mis manos a sus caderas, como buscando una penetración más profunda, como si quisiera aumentar el placer que sentía.

Germán agarro mi polla para pajearme, yo estaba  totalmente entregado a recibir placer, a disfrutar de este esas nuevas sensaciones.

No aguante mucho y sin darme cuenta comencé a correrme sobre mi pecho y el suyo. Fue una sensación al correrme, totalmente diferente, pero fue increíble, notaba con más intensidad la polla de Germán dentro de mí y a él le gusto, porque tras eso empezó a embestir con más fuerza, hasta que vi como se tensaba, como su polla se hinchaba y presionaba en mi interior, indicándome que él también se había venido.

Cayó sobre mí, besándome, mientras nuestros pechos se pegaban por el semen y el sudor, y su polla iba saliendo poco a poco de mi culo, dejándome una rara sensación de vacío.

-          A sido genial, genial – dije con la respiración entrecortada -

-          Siii, ufff, lo ha sido – el también respiraba entrecortado-

Estuvimos como diez minutos así.

-          Quieres que nos demos una ducha – dijo Germán-

-          Si, por favor he sudado horrores

Al levantarme fui consciente de una cosa, me dolía un montón el culo, cosa que Germán noto y le entro la risa.

-          Jajajajaja, es normal la primera vez.

-          ¿Solo la primera?

-          Bueno a veces duele, que se le va hacer, pero no me dirás que no compensa – y me atrajo hacia el-

-          Y tanto, compensa y mucho.

Nos duchamos tranquilamente, con la excepción que me apunto varias veces la ducha al culo, logrando que bajara el escozor. Tras eso nos secamos y nos pudimos el pijama, me di cuenta que estaba cansadísimo. Y en cinco minutos me quede dormido.

A la mañana siguiente me desperté temprano, muy mareado. Sin el alcohol y el calentón, volvían las ralladas de cabeza respecto a la noche anterior, me había acostado con mi amigo y eso me perturbaba, no sé si eso estaba bien, pero sé que estando sereno no lo habría hecho seguro.

A las 11 de la mañana volvió la madre de Germán, y fue un día normal, bajamos a la playa, comimos, otra vez playa y a casa. Yo estaba tenso, pero lo disimule, o eso pensé.

Cuando después de cenar estábamos viendo la tele

-          ¿Qué te pasa Oscar? - me dijo Germán –

-          A mi nada

-          Venga que creo que te he demostrado que no puedes engañarme, es por lo de ayer ¿verdad?

-          Bueno…, pues es que…,

Me paso su mano por los hombros, yo estaba muy nervioso.

-          Es que.., tu eres mi mejor amigo, y lo de ayer fue… no sé, una cosa son pajas y otra, pues otra es eso, y yo a ti te quiero mucho, pero, claro, es..

-          ¿Es?

-          Que no quiero que cambie nada entre nosotros

-          ¿Y porque va a cambiar?

-          Hombre después de lo de ayer, no se supone que somos – baje la voz – algo más, ¿no?

-          Si claro, somos aun más amigos.

-          Pero….

-          A ver Oscar, ¿tú te lo pasaste bien?

-          Yo mucho

-          Y yo también, somos dos amigos, que nos divertimos, nada más, no tiene que cambiar en nada, no te tienes que preocupar.

-          Entonces ¿no fue nada?

-          Claro que lo fue, pero no en el sentido que temes

Un nudo se me deshizo en el pecho, vi que las cosas no iban a cambiar, que seguiría siendo mi amigo, me dio un abrazo y yo sonreí.

No se volvió a repetir lo de esa noche, pero sí que cayó algún toqueteo más entre nosotros esos días. Después yo volví a mi casa y él se quedo en la suya, hablamos todo el resto del verano por el móvil

Luego, pensándolo en retrospectiva me alegre, la verdad que esos días con Germán me hicieron mucho bien, por una parte, por fin había dicho que era gay, aunque fuera solo a una persona, jajajaja, y resulto que también era gay, y era mi mejor amigo. Fuera como fuera me había quitado parte del miedo a que la gente lo supiera, porque ahora sabía que Germán estaría mi lado.

Por otra parte, explore mi sexualidad, es posible que hubiera preferido que mi primera vez fuera romántica y con el amor de mi vida, pero sé que eso no siempre es así. Mi primera vez fue muy placentera, con una persona a la que quiero muchísimo, por lo que tampoco lo veo tan mal. Además me ha dado mucha confianza en ese aspecto.

Para mí el sexo era algo lejano, abstracto, que me intimidaba, ahora ya no lo es, puede que con ciertos comentarios me sonroje, y sigo teniendo muchas inseguridades, pero por lo menos, esta, no es una de ellas.

Un mes después aquí estaba, con mi mejor amigo apoyando su cabeza en mi regazo.

-          Pues también tienes razón, no entiendo porque me sonrojo, con las cosas que tú y yo hemos hecho.

-          Si es que eres mas cochino – dijo riéndose –

-          Mira quien hablo

Forcejeamos y quedamos tumbados en la cama uno al lado del otro

-          Mañana podríamos ir a Sahú a comprar cosas y le damos un toque a las habitaciones – dijo Germán – Están bien, pero son muy sosas.

-          De acuerdo, podemos dar una vuelta y si quieres hasta ir al cine.

-          Me convence el plan.

Nos quedamos un rato callados

-          Germán, ¿siempre serás mi amigo verdad?

-          Siempre

Germán se fue a su habitación, y yo me quede en la cama, pensando que mañana, vería Isaac, y como que me gustaría hacer con él todo lo que hice con Germán.