Bachatas clandestinas

La música unida a la sensualidad del baile hizo que sus cuerpos se unieran, envueltos en un frenesí de pasión y lujuria.

Trevor había llegado hace unos meses a la ciudad, acostumbrado a su bella Barcelona, Granada se le antojaba una ciudad un tanto aburrida. Había dejado toda su vida en Barcelona para acompañar a su novia Lorena a Granada, donde aspiraba a conseguir una plaza en el conservatorio de música de la ciudad. Para ello había solicitado el traslado a las oficinas de la ciudad y ahora se encontraba sólo en una ciudad encantadora pero totalmente desconocida para él. Lorena pasaba horas y horas perdida entre partituras y libros de música o practicando con su violín, mientras Trevor se encargaba de las labores domesticas. Por la tarde, cuando el sol daba una tregua él salía a correr por la ciudad, los días se le hacían eternos.

Trevor era un hombre atractivo, muy abierto y con un toque de picardia, era cuestión de tiempo adaptarse a la vida en la ciudad y construir de nuevo algo de vida social, pero de primeras se sentía muy solo. Aquel día algo llamó su atención, un cartel en una farola anunciaba unas clases gratis de salsa en un local de la ciudad cercano a su domicilio. Nada gustaba más a Trevor que la salsa, bueno sí la bachata! Mientras bailaba no habían problemas para él, todo fluía y una descarga de adrenalina recorría su cuerpo. Siguió corriendo a orillas del Darro por las faldas de la Alhambra y el Generalife. Las pequeñas callejuelas de Granada desprendían cierto embrujo, poco a poco la ciudad iba conquistándole...en su cabeza la idea de salir un rato a bailar daba vueltas, necesitaba un poco de agitación en su vida. Siempre había ido a bailar con Lorena, de hecho se conocieron bailando, pero desde que ella había empezado a estudiar, el tiempo para bailar había desaparecido y él tenía muchas ganas, no había nada malo en ello, pensó.

Pasaron los días y llegó el Domingo, había decidido ir a probar, después de todo no perdía nada y no tenía ningún plan mejor que hacer, una vez hechas todas sus tareas, Lorena ensayaba en su estudio mientras él miraba las musarañas.

  • Voy a salir a dar una vuelta
  • ¿Donde vas? Inquirió Lorena
  • A andar un poco, volveré pronto.

Trevor pensó que mejor no ponerle los dientes largos, total una mentira piadosa a veces es de agradecer. Cogió una camiseta para cambiarse la metió en su bandolera y se dirigió hacía el local. El local estaba a las afueras de Granada, tenía una pequeña terraza decorada con muy buen gusto, cesped artificial con unos cómodos sillones wenge con cojines blancos y farolillos orientales, creaban una atmósfera exótica a la par que agradable para los sentidos. Abrió el portón de entrada de Varadero y la sala estaba vacía, al fondo en la barra la sonrisa de la camarera (una bella andaluza de ojos pardos y piel morena enfundada en un fino vestido blanco que resaltaba más si cabe su mestizo color) llamó su atención, cruzo la sala y se dirigió a ella

  • ¿Son aquí las clases de salsa?
  • Si, empezarán en un ratito - dijo ella sonriendo

La puntualidad no era la mejor virtud de los habitantes de la capital granadina, algo que aún no había descubierto. Poco a poco la sala fue cogiendo color, la gente empezó a llegar y la música a sonar, varias parejas no pudieron resistirse y empezaron a bailar, a Trevor siempre le había gustado bailar, le encantaba ver como otras personas bailaban, se fijaba en sus pies, en como sonreían y en otros detalles más técnicos, en la pista pasa como en la cama, nunca hay dos parejas iguales... volvió a la barra y se dirigió de nuevo a la camarera

  • Un ron, por favor
  • ¿Con qué te lo pongo?
  • Con hielo -dijo sonriendo
  • ¡Vaya! Un tipo duro...
  • Se hace lo que se puede…

Después de mucho tiempo sin salir, esa mínima interacción con el sexo femenino le había resultado casi un coqueteo, que hasta le había puesto un poco nervioso, se ruborizó al pensar que tiempos atrás, hablar con cualquier persona, animal o cosa era lo más natural para él. La profesora hizo acto de presencia, era alta con larga melena color azabache, mirada penetrante su presencia denotaba seguridad en si misma y desparpajo, Gisela, que así se llamaba, reunió a los presentes y comenzó la clase

  • Hoy vamos a hacer una rueda cubana, anunció

A la gente pareció divertirle la idea, una rueda cubana consiste en un circulo de parejas, donde al son de la música los bailarines van haciendo figuras de forma ordenada dirigidas por la persona que dirige la rueda, es bastante sencilla y al cambiar de pareja constantemente es divertida y sirve un poco para hacer una primera toma de contacto con las mujeres con las que después puedes bailar. Hicieron unas cuantas ruedas entre risas, el ron ayudó a Trevor a soltarse un poco, estaba disfrutando como un niño, al parecer bailar era como ir en bici, nunca se olvida… El tiempo pasó volando y se hizo la hora de volver a casa, hacia tiempo que no se lo pasaba tan bien, por lo que volvió a casa eufórico y algo cansado.

Pasaron las semanas entre la monotonía del trabajo y las tareas del hogar y el pequeño paréntesis que suponía ir a bailar los domingos. Ese domingo hacía mucho calor, últimamente la vida sexual de Trevor era más exigua que la vergüenza de la tuna… por lo que entre tanto calor Trevor pensó que era un buen momento

  • ¿nos damos una ducha? Preguntó Trevor a Lorena

  • Me parece bien, hace mucho calor y así descanso un poco

  • Estupendo

Ambos se desvistieron y entraron a la ducha, Lorena era una mujer atractiva, de rasgos bien definidos, de curvas suaves y pechos que si bien no eran muy voluminosos resultaban muy tentadores, la imagen de ella alzando los brazos para ponerse crema en el pelo dejando lucir sus tersos pechos, ahora mojados por el agua caliente que los acompañaba era demasiado excitante para Trevor, que puso un poco de gel en sus manos y comenzó a acariciar la espalda de Lorena mientras expandía el gel, ella sonrió, el dibujo un camino por su costado con las manos hasta llegar al borde de sus senos, los rodeó suavemente, jugueteando con sus dedos, a esas alturas su miembro ya quería explotar, se acercó a ella y empezó a besarle el cuello…

  • Para!!! tengo que hacer cosas!! - dijo Lorena sonriendo

Trevor pensó que estaba haciéndose de rogar y prosiguió sus besos, pero ella lo separó con firmeza, la misma con la que se quedaba el miembro de Trevor que ese día no iba a ser de mucho provecho.. Trevor salió de la ducha algo cabizbajo y desmotivado, entendía que ella estaba muy ocupada pero él tenía ciertas necesidades y en el fondo lo que más le preocupaba era que no se sentía deseado por ella con el consecuente miedo por el futuro de la relación. Intentó no darle muchas vueltas al asunto y decidió que las penas se ahogaban bailando o bebiendo quizás, o es posible que con las dos cosas…

La noche transcurría con normalidad en Varadero, terminó una canción y como de costumbre Trevor miró a su alrededor para escoger su próxima pareja y allí estaba ella, una chica bajita de pelo rizado y ojos claros, él le tendió la mano, le encantaba el gesto de sacar a bailar con total cortesía y algo de vergüenza, ella sonrió y acepto, la música empezó a sonar y a medida que la canción avanzaba fue sintiéndose más y más

cómodo

con esa completa desconocida, sentía que sus cuerpos se aproximaban cada vez más, ella vestía ropa ancha, pero la poca distancia entre los dos delataba sus curvas, de repente Trevor sintió vergüenza y miro a sus pies como si la tierra pudiera guiarle en esa situación inesperada, lo único que obtuvo fue una visión infinitesimal del escote de su compañera de baile que terminó de ponerle todavía más nervioso. Terminó la canción y le dio dos besos a la chica y siguió bailando con su próxima pareja, pero en su cabeza solo estaba volver a sacar a esa chica, bailaron dos, tres canciones… cada vez con más complicidad, ella tenía una sonrisa traviesa que le daba un aire divertido, Trevor decidió que era el momento de irse, una huida en toda regla… Llegó a casa y fue directo a la ducha, en su cabeza rondaban imágenes de aquella chica que acaba de conocer, ¿ cómo se llamaría?, ¿la volvería a ver? La sensualidad del baile llenaba su cabeza de

imágenes

, sus ojos claros que no se había atrevido a ver con calma, su cintura firme, su largo pelo rizado… su cuello y su piel que parecían extremadamente suave… una fuerte erección no tardó en aparecer.. mientras el vapor llenaban el baño y el agua caliente caía sobre él, comenzó a acariciarse, imaginó tenerla delante, rozando sus curvas contra su miembro que no podía estar más duro, imagino sus pechos y que le daba la vuelta y se besaban con pasión, comenzó a sacudirse con mayor intensidad.. cuando estaba a punto de llegar al climax paró, no quería que terminará ese momento, miles de fantasías llenaban su cabeza hasta que no pudo aguantar más y estalló en un tremendo orgasmo que lo dejó extenuado. Una profunda calma le invadió, necesitaba aliviar tensión… y si bien no era la forma que hubiera deseado, hacía tiempo que no tenía esas sensaciones sin compañía alguna. No pudo evitar la tentación de buscar a la chica en Facebook, no fue difícil encontrarla, para bien o para mal vivimos totalmente interconectados, ella se llamaba Susan y era de Baza, un pueblo a media hora de Granada, no pudo resistirse y le envío un mensaje. Las horas pasaron, y a medida que el tiempo pasaba y no recibía respuesta, Trevor se iba convenciendo de lo disparatada que había sido su idea y de los problemas que podría acarrearle, no sabía que le había llevado a hacerlo, pero había sentido una conexión y por un instante se había sentido un poco vivo. Cuando ya pensaba que no recibiría respuesta, ésta llegó, Susan algo sorprendida le preguntó quien era, él se identificó y con unos pocos datos ella recordó quien era, para aquel entonces el pánico había envuelto a Trevor que con toda celeridad dejó claro a la chica que no quería nada raro, que tenía pareja pero que le había gustado mucho bailar con ella, la chica algo extrañada asintió y quedaron en volverse a ver en Varadero, al parecer ella se había apuntado a clases de baile, e iba a empezar a ir con asiduidad. Pasaron las semanas y la tensión fue creciendo entre ambos, alguna conversación más subida de tono de lo normal hizo que la imaginación de Trevor se disparara

  • ¿qué postura te gusta más? Preguntó Trevor

  • ¿Cómo??? dijo Susan sorprendida.

  • Jajaja pues eso…

  • A mi me gusta estar arriba

Él lo imaginaba, ella parecía hiperactiva, a veces indomable, muchas veces había pensado que debía ser salvaje en la cama y eso le ponía demasiado. Imaginarla cabalgando sobre él le ponía de los nervios.

  • ¿Qué música te gusta? Dijo Trevor

  • Pues no se… lo típico, sobre todo el reggaeton

  • Nunca he bailado Reggaeton!! ese es un baile muy lujurioso

  • Que va!! es como la bachata!! dijo Susan

  • No se, no se… si tu me enseñas a bailar, yo te doy unos truquillos para girar mejor.

  • Trato hecho!! dijo ella

Desde aquel día la idea de bailar reggaeton con Susan rondaba constantemente la imaginación de Trevor, pasaron las semanas y siguieron hablando y bailando, cada vez con más complicidad, pero esa noche todo cambió.. Ella iba con un pantalón corto y una camiseta de tirantes con algo de escote, se había alisado el pelo y a Trevor le había costado reconocerla,

  • ¿se te han caido los rizos?

  • Me lo alisé ayer, ¿Qué te parece? Dijo Susan

  • Cambio de look, te queda bien

A Trevor le encantaba el pelo rizado, sin embargo el pelo liso le hizo fijarse en otras cosas de ella que hasta ahora no había visto bien, sus ojos eran grandes y bonitos, por un instante Trevor se perdió en ellos intentando averiguar su color

  • ¿Bailamos? Dijo Susan

  • Claro

Balbuceó Trevor saliendo de el embobamiento transitorio que había sufrido, la cogió de la mano y le acercó a él, la música empezó a sonar, una canción lenta, las que más le gustaban, la cogió de los hombros con las dos manos y empezó a describir círculos al son de la música, mientras ella contoneaba sensualmente sus hombros, Trevor no podía quitar ojo de su escote, parecía mentira que siendo tan pequeña estuviera tan bien dotada… Le dio la vuelta y puso su mano sobre el ombligo de Susan, su vientre era plano totalmente firme, tiro de su vientre hacía atrás empujándola contra su paquete, que sintió como el culo de Susan se pegaba a él, durante unos instantes se olvidó de la música, solo quería sentirla, se rozó con ella lentamente, cogió la mano izquierda de Susan y la deslizo por sus pechos, con disimulo dejo caer uno de sus dedos junto a la mano de Susan, sentir su suave piel le terminó de encender, se le estaba poniendo dura y no podía hacer nada por evitarlo, realmente tampoco quería evitarlo, quería que ella lo sintiera, le dio la vuelta y se encontró con sus ojos más brillantes que nunca, miró sus labios y no pudo evitar morderse los suyos, cuanto habría deseado morder los de Susan, Trevor no podía más bajó sus manos por la cintura de Susan y las dejó al borde de su culo, su corazón se aceleró no sabía como reaccionaría ella, no dijo nada y Trevor la contoneo con ambas manos, la música terminó y Trevor dio dos besos a Susan, salvado por la campana, la situación se le había ido de las manos.. y nunca mejor dicho!!

Trevor decidió que debía irse, lo que había pasado no estaba bien, tenía sentimientos contradictorios y en esos casos , lo mejor era meditar con la almohada que había pasado. La noche siguiente se encontró con Susan en el chat

  • El domingo me gustó mucho bailar contigo, has mejorado un montón – dijo Trevor

  • ¿si? Gracias, a mi también me gusto mucho, aunque..

  • Aunque??

  • Me tocaste..

  • ¿En serio? No me dí cuenta! Lo siento

  • No, no pasa nada jajaja

Realmente si se había dado cuenta y lo había hecho muy aposta y ahora sabía que ella también se había dado cuenta y no había hecho nada por evitarlo, la cosa se ponía cada vez peor… Susan le había dicho que iba a hacer un curso en Granada y que estaría toda la semana en el albergue juvenil de la ciudad que si tenía tiempo podía pasarse a saludarla, Trevor le había dado largas porque veía demasiado arriesgado quedar con ella a solas. El albergue estaba muy cerca de casa de Trevor, la tentación de bailar con ella era muy grande y se le estaba haciendo difícil resistirse. Trevor se fue a la cama y pensó que mañana sería otro día, despertó con una sensación muy extraña y se fue a trabajar, el tiempo pasaba muy deprisa y no sabía muy bien que pasaba, terminó a trabajar antes de hora y vio un mensaje de Susan

  • ¿qué tal el día?

  • Bien y el tuyo? - respondió Trevor

  • Aburrida, ya he terminado por hoy.

  • Yo también voy a casa, puedo pasar a saludarte

  • Estupendo!!

Con el corazón palpitando Trevor se dirigió hacía el albergue, allí estaba en la puerta esperando, con unas mallas y una camiseta blanca ancha y deportivas se le veía muy guapa

  • ¿Qué tal guapa?

  • Muy bien, hoy he tenido un día tranquilo

  • Eso está bien, yo también me alegra mucho verte

De repente sonó un relámpago y empezó a llover con fuerza, los dos dudaron un momento, se estaban empapando, de repente Susan reaccionó y cogió a Trevor por la mano diciéndole, vente. Entraron al albergue juvenil y se cobijaron de la lluvia

  • Si quieres sube y nos secamos un poco y bailamos -dijo Susan

  • Genial, estoy calado hasta los huesos!!

Subieron a la habitación y se secaron un poco, era la típica habitación de colegio mayor con un escritorio un baño y una pequeña cama, que recuerdos, sin embargo era suficientemente grande como para bailar un poco.

  • Venga vamos a bailar, dijo ella enérgicamente

Estaba supersexi con el pelo mojado y la camiseta que llevaba, dejaba entrever por los costados su sujetador, empezamos a bailar y la temperatura empezó a subir, el frio de la lluvia desapareció por completo, ahora o nunca pensó Trevor,

  • Bailamos un reggaeton??

  • ¿En serio? ¿Estás seguro? Dijo Susan

  • Claro! Tendrás que enseñarme, te advierto que no tengo ni idea…

Ella sonrió y fue al móvil a buscar una canción, al darse la vuelta Trevor no pudo dejar de mirarle el culo, esas mallas no dejaban mucho a la imaginación, más bien eran una segunda piel que en breve estaría cerca de él, muy cerca..

empezó a sonar la canción y ella empezó a bailar de forma muy sensual, Trevor se acercó a ella y la cogió de la cintura, sus cuerpos se pegaron, podía sentir su respiración cada vez más agitada, le dio la vuelta y ella empezó a restregarle el culo, él la cogió de la cintura y ambos se juntaron, un bulto empezó a surgir en el pantalón de Trevor que tuvo que separarse para colocársela de forma que no le molestara, las finas mallas permitían sentir sus curvas como si de un guante se tratara,no pudo aguantar más y subió sus manos por el abdomen de Susan hasta sus pechos, eran tal y como los había imaginado, ella no paraba de rozarse al ritmo de la música, le retiró el pelo y empezó a besarle el cuello, no aguantaba más, quería dar rienda suelta a todas sus fantasías, la volvió a girar y la imagen de sus labios entreabiertos dejo a Trevor extasiado, la cogió fuerte del culo y la subió a horcajadas, comenzó a restregarle la polla lentamente, podía sentir como ella suspiraba, la dejó en el suelo y cogió su mano y se la colocó sobre su miembro erecto, ella sin decir nada empezó a acariciarlo al ritmo de la música, Trevor podría haberse corrido en ese mismo instante, le quitó la camiseta rápidamente y le desabrochó el sujetador, la miró a los ojos y los dos empezaron a besarse apasionadamente, cuantas veces había imaginado besar esos labios… jugó con su lengua y mordisqueó suavemente sus labios, después se perdió por su cuello y bajó hasta su pecho, eran increíbles, sus pezones pequeños y sonrojados culminaban sus firmes esferas y pedían a gritos ser acariciados, la sentó en la cama y se arrodilló delante de ella, empezó a besarlos suavemente rodeando sus pezones, hasta acariciarlos con su lengua, haciendo pequeños círculos y succion

á

ndolos con pasión, tímidos gemidos salían de la boca de Susan, sin duda ella también había deseado ese momento desde hace tiempo. La tumbó en la cama y deslizó su mano entre las piernas de Susan por encima de las mallas, sentir sus labios entre sus manos lo puso a mil y se quitó los pantalones y los boxer e incorporó a Susan que se encontró de frente con la polla de Trevor totalmente dura, sin dudarlo abrió sus labios y cogiéndola de la base, la introdujo en su boca casi hasta el fondo, empezó a chuparla a un ritmo frenético, Trevor no podía ni moverse, la imagen de esos ojos que no dejaban de mirarle y sus pechos moviéndose bruscamente, era demasiado para él, estaba dándolo todo y si seguía así no aguantaría mucho, Trevor la cogió de los hombros y la tiró a la cama, le bajo las mallas y cuidadosamente retiró su ropa interior dejando su sexo desnudo ante sus ojos, tuvo la tentación de embestirla pero era muy pronto, se puso de rodillas a la altura de su pecho y con la mano derecha comenzó a acariciarla lentamente, recorrió sus labios, sep

a

r

á

ndolos con los dedos e introduci

é

ndolos, primero uno y más tarde los dos, Susan estaba muy mojada y no dejaba de jadear, con los dedos humedecidos Trevor empezó a juguetear con su clítoris, mientras con la otra mano empezó a masturbarse junto a la cara de Susan que empezó a succionar sus huevos, un

escalofrío

recorrió el cuerpo de Trevor a la par Susan gritó

y su cuerpo se estremeció

en un fuerte espasmo, sería el primero de la tarde…

casi de un salto ella se incorporó y empujo a Trevor hacia la cama, el quedó tumbado boca arriba y cerró los ojos, Susan empezó a besarle el cuello mientras deslizaba la punta de sus dedos por el costado de Trevor, su cuerpo tembló le ponía mucho que le besarán el cuello, ella subió y jugueteó con la lengua por detrás de la oreja de Trevor, mientras rozaba su erguido miembro entre sus piernas reprimiendo sus ganas de sentirlo dentro, fue bajando por su pecho, besando y mordisqueando sus pezones hasta llegar a su polla deseosa de sentir de nuevo sus labios, esta vez sin embargo fue distinto, la cogió con firmeza y lentamente con sus labios bajó la piel que envolvía su rojizo glande que estaba hinchado como un globo, suavemente deslizo su lengua por el frenillo, el cuerpo de Trevor se tensó, el placer era inimaginable, Susan estaba recostada junto a él y alternaba sacudidas con caricias sobre sus propios pechos o entrepierna, introdujo la enorme polla de Trevor en su boca y con la mano empezó a pajearle a marchas forzadas, Trevor no aguantaba más quería correrse pero quería hacerlo dentro de ella, la cogió de la mano indicándole que parara ella se incorporó y se puso a horcajadas sobre su mástil, Trevor sintió el calor y la humedad de su sexo, entró

con suavidad hasta casi al fondo, la espalda de Susan se arqueó, sus senos votaban sin control, las manos de Trevor los acariciaban, ella aceleró el ritmo, los dos jadeaban sin control de fondo la música seguía sonando, pero ya no importaba pues la única música que podían oír era la de los agitados latidos de sus corazones y la orquesta formada por sus gemidos,

Trevor deslizo sus manos por la espalda de Susan hasta llegar a su culo, la apretó con fuerza, era pequeño pero firme, comenzó a embestirla con fuerza, la miró mordisqueando su labio inferior lascivamente y le dio una bofetada en el cachete ella sonrió y tomo el control, estaban gozando como nunca lo habían hecho antes, bailando desnudos sobre la pequeña cama del albergue, Trevor la abrazó y la tumbó en la cama, se hundió entre sus piernas y recorrió con su lengua sus labios totalmente mojados de arriba abajo, volvió hacia arriba hasta encontrarse con su

clítoris

y empezó a jugar con él, primero haciendo pequeños círculos mientras introducía dos dedos en su mojado coño, lentamente empezó a dibujar las letras de su nombre con la lengua sobre su clítoris, ella ahogó un grito y antes de que se corriera detuvo en seco para ponerla a cuatro patas,

la cogió del pelo y reclinó su cabeza hacia atrás, ella miró de reojo totalmente excitada y él se la metió sin gran esfuerzo puesto que ella estaba totalmente lubricada, le soltó el pelo y empezó a acariciar sus pezones mientras se la metía cada vez más deprisa notó que llegaba el final y deslizó su mano derecha hacía el sexo de Susan acariciándola sin dejar de bombear, entre gritos los dos se fundieron en un profundo orgasmo, sus cuerpos temblaron entre convulsiones y los dos cayeron a la cama agotados,se miraron y sonrieron, sobraban las palabras… Trevor cerró los ojos sin apenas poder creer lo que acababa de suceder, sus pensamientos se nublaron y por un momento sintió perder el sentido. De repente, abrió los ojos un pitido lejano del despertador retumbó en sus oídos, sobresaltado se incorporó:

  • Dios mio!! no he vuelto a dormir a casa pensó Trevor

Sin embargo miró a su alrededor y no estaba en el albergue juvenil, su miembro seguía erecto, pero Susan no estaba, todo había sido un sueño, Trevor respiró con alivio, suspiró y pensó que todo era una locura.

Aquella noche llevó a Trevor sobre la situación y que pasaría de ahí en adelante cuando viera a Susan en la pista de baile, decidió no darle más vueltas al asunto puesto que al final “la vida es sueño, y los sueños… sueños son”

Espero os haya gustado!