Bacanal en el viaje del imserso.2ª parte
Grite como hacía tiempo no lo hacia la recibir tan apetitosa y jugosa herramienta natural de placer y con las primeras acometidas a la vez que me besaba aquel sexi y genuino macho, comencé a regalarle mis múltiples y seguidos orgasmos que destacaban en sonoridad con creces sobre el resto los allí presentes.
Al cuarto día del viaje y a sabiendas eras la comidilla del grupo por las noches y matinales locas de buen sexo, recibimos una sorprendente proposición por parte de una pareja que se habían sentado a desayunar con nosotros.
Era un matrimonio con el que habíamos hablado muy poco, pero una si se había fijado en él, pues entre nosotras las mujeres le llamábamos “el guapito”, ya que era realmente atractivo, de hecho una compañera de viaje decía que parecía un actor de los de las películas americanas, y que junto al mío eran los más guapos del grupo y de los que mejor se conservaban, pues a pesar de ser jubilados estaban en un estado envidiable.
Se presentaron como Rafa y Mónica y nosotros correspondiendo cortésmente como Tere y Mario, hablamos muy distendidamente durante el reconstituyente bufé desayuno, pues durante el mismo nos dijeron que debíamos reponer fuerzas pues ya habían escuchado que nuestras noches no eran muy calmadas que digamos, riendo los cuatro, cuando una le dijo, “ no sabía que había llegado tan lejos nuestros escarceos nocturnos, pues pensaba que los de al lado si nos habían escuchado alguna vez pero que todo el grupo ya lo supiera, me va a ruborizar”.
No te preocupes Tere me dijo el, el que más o el que menos también nos damos nuestras fiestas, pues somos una pareja bastante liberal y no la única en este grupo, y pensamos si no nos equivocamos que ustedes son de la misma línea, sin ánimo de meterme donde no me importa.
Mario le dijo, que si y ciertamente nos brindamos a las circunstancias como se van presentando, de hecho somos una pareja que andamos juntos desde hace poco tiempo, pero encajamos bien y mientras estemos “agustito” y de eso te garantizo que si estamos jejeje reía mirándome picaronamente, seguiremos juntos .
Pues como te dijo retomo Rafa la conversación, hemos conocido otra pareja en el grupo de gustos similares y pensábamos hoy descartar las excursiones para quedarnos tranquilamente en el Hotel durante el día y así conocernos bien, sin compromisos ni nada que uno no quiera hacer, por eso pensamos en vosotros y creo no equivocarnos que encajarían bien con nosotros, pero eso se los dejamos a ustedes que lo hablen y decidan.
Ahí entre yo rápidamente en la conversación, para decirles que sería un placer pues las excursiones estaban siendo algo pesadas y queríamos quedarnos un día a nuestro aire a descansar y creo que Mario también le apetece lo mismo, por lo que por nuestra parte no hay ningún problema.
Buenos pues quedamos todos en la cafetería después de salir el grupo y así os presento a los otros.
A la hora estábamos en la cafetería las tres parejas, presentándonos a Luis y Fina, otra pareja encantadora, el corpulento y fuete pero de buen ver y ella mucho más pequeña pero muy elegante y bien conservada.
Hablamos durante el café pera pasar rápidamente al tema de conversación que nos llevaba allí reunidos y no era otro que el sexo liberal y sin tapujos, pues Rafa y Mónica nos comentaron que habían visitado varias veces locales de este estilo y que se habían aficionado a estos gustos, cociendo ya varios matrimonios similares con los que de vez en cuando tenían pequeñas reuniones, ratificando lo mismo Luis y Fina que dijeron que desde hacía muchos años eran afines también a estos gusto.
Una que nos e escandaliza de estos temas le dije que era consumidora de este tipo de encuentros aunque no había sido siempre con Mario mi actual pareja, pero que él estaba con seguridad abierto a todo (por supuesto no les conté que su nuera era la precursora de sus inicios).
Si quieren podemos subir a nuestra habitación que es de las más amplias y tiene terraza, dijo Luis, y seguimos charlando de forma distendida pues no quiero llamar la atención aquí de los camareros y gente del hotel que luego somos el punto de conversación de todos.
Dicho y hecho en minutos andábamos tomando una oportuna copa de cava en su habitación, pues a falta de estas para todo el grupo ciertamente le habían dado la suite a precio de una normal, y esta tenía un salón amplio contiguo al dormitorio así como terraza.
El hielo tardo poco en romperse pues el guapito tras ofrecerme otra copa de cava le dijo a mi pareja si me permitía un baile, subiendo previamente un poco el sonido del hilo musical que allí disponíamos.
Acepte encantada y fuimos el revulsivo para que todos hicieran lo mismo, pues una forma rápida de conectar y liberarnos rápidamente.
Sabia bailar muy bien Rafa pero lo que más dominaba era la faceta de pulpo, pues sus manos no tardaron en pasar de mis caderas a mis posaderas a las que acariciaba disimuladamente.
Hablamos un poco y durante la breve conversación me fue pegando hacia su cuerpo que yo agradecí mucho, pues me tenía encandilada la belleza de las facciones de aquel hombre que ahora frente a mi cara disfrutaba muy de cerca.
Su sombreado espesa barba bien afeitada con la tez algo morena y su pelo blanco hacían la imagen de un galán del oeste de las películas americanas, además su cuerpo delgado pero fuerte aun las pronunciaban más y no les digo cuando sus fuertes brazos me atrajeron hacia el pegándome sobre su sexo.
Sentí como digo su paquete junto a mi medio supurante sexo que andaba ya deseosos de algo más, y fue de una grata satisfacción ver que el cambio momentáneo no iba a ser a menor y más sintiendo como la dureza se acrecentaba poco a poco en él.
Me dijo mientras sus manos seguían haciendo estragos—Tere eres una mujer tremendamente atractiva, el día que te vi llegar al grupo en el viaje, se lo dije a mi mujer que eras muy guapa y elegante además de ser la más joven de todas, pues ya sabes aquí la mayoría pasan de los 60.
Una le correspondió diciéndole que no se podía quejar que su mujer también lo era y sin querer echarle muchas flores a el aunque se las merecía le dije que también era un hombre muy atractivo.
Me beso en ese instante ¡y que beso!, pues mis piernas casi se aflojan al sentir sus labios rozar con los míos mientras su lengua jugueteaba rápidamente con la mía cariñosamente, mis manos bajaron instintivamente de su espalda hacia su trasero para ceñir más su cuerpo con el mío en aquel largo y placentero beso.
Paro y me miro un instante sin decir nada con los ojos fijos en los míos y casi me desmaya esa tierna mirada, para tras un suspiro fuerte me dijo, te deseo con locura Tere, quiero acariciar cada centímetro de tu cálido cuerpo y darte el placer que una reina como tú se merece.
Yo le dije sin ningún tapujo- Espero que así lo hagas , volviéndome a besar con igual intensidad mientras su cuerpo se rozaba ahora fuertemente con el mío a la vez que su manos ya daban cuenta de mis glúteos por dentro de mi falda, a la que ya había subido levemente para incrustar sus fuertes garras en ellos.
Estaba absorta por ese intenso momento sin haberme dado cuenta de cómo andaban los demás, por lo que al pasar a besarme mi cuello lujuriosamente, eche una mirada al resto viendo que Mario mi pareja, estaba sentado en el filo de la cama con Fina en sus rodillas mientras esta sobaba su bulto y él le comía el pezón de un pecho que había sacado a través de la blusa.
Mónica estaba frente a la bragueta de Luis, y aunque este estaba de espaldas a mi intuí que ella en la boca no tenía un chupa Chus pequeño, pues sus mmmmmm con dificultad mientras comía delataban la tenía bien llena. Estos habían ido más rápido que nosotros ya por sus encuentros anteriores.
Intente ver cómo era aquel tamaño pero rápidamente caí en la cuenta que el que tenía rozando mi sexo aun no lo había palpado y catado y menos descubierto, por lo encendí motores y pase un poco a la acción.
Lo separe un segundo de la voraz comida de cuello que estaba sufriendo gratamente mientras sus manos ya sobaban mis pechos y le dije: déjame un momento a mi cariño.
Le abrí lentamente la camisa botón por botón empezando por los de arriba, para ir descubriendo aquel poblado pectoral de colores mixtos entre blanco y negro pero espeso en proporciones justas, incrustando mis manos una vez abierta la camisa en su totalidad y jugar con sus pectorales fuertes hasta pellizcar sus duros y masculinos pezones.
El respondió: ummm tu sí que sabes calentar a un hombre, a la vez que yo metía mi boca y los mordía entre la maraña de espeso y lacio pelo pasando de uno a otro mientras olía su aroma a macho que tan gratamente desprendía aquel pecho.
Mis manos bajaron suavemente hasta su cintura mientras seguía degustando de aquella rica masculinidad, para soltar el cinturón y lentamente los botones del pantalón así como bajar su cremallera y dejarlos caer mientras el moviendo acompasadamente sus pies los libere de sus piernas, dejándolo frente a mí con la camisa y aquellos blanco y ajustado slip que contenían un enorme intruso que palpitaba buscando oxígeno.
Baje mu boca a través de su barriga hasta llegar al filo de los slip mientras mis manos ya habían entrado por estos en su parte trasera y acariciaba su terso y duro culo, respirando profundamente a la vez que pegaba mi nariz contra aquel duro bulto, comencé a mordisquear la dura barra que recorría el estreno de un lado a otro acabando en una gorda punta que casi asomaba por uno de los extremos.
Resoplaba el como un miura encerrado al que le ponen delante una hembra en celo por lo que no quise demorar más y descubrí aquel gustoso manjar.
Que grata y placentera sorpresa me lleve cuando aquel mástil se balanceo duro y terso al ser liberado de su opresivo slip y golpeo contra mi cara.
Era de tamaño algo más fino y más largo al de mi pareja actual, venoso también entre su rígido cuerpo al que rodeaban estas infladas venas como si de dibujos se tratasen, para acabar en una cabeza más gorda que la de Mario y con una finura y textura tan suave que nunca la había visto en un hombre de su edad.
Respire mientras mis ojos casi se nublan ante tanta belleza, mientras mis manos llegaban ya para ayudar a mi boca que en segundos ya degustaban esa fina textura, mientras estas masajeaban las espesas y poblabas bolas que debajo colgaban.
Me agarro mi cabeza dulcemente mientras absorbía aquella rica y gorda terminación en mi boca y gemía como un poseso a la vez que soltaba palabras de agradecimiento a tan buena mamada.
Estábamos siendo observados pues Fina que estaba recibiendo una sabrosa comida de mi pareja en su abierto conejo, le dijo a este –Mira tu mujer que bien lo hace cariño, que se le están doblando las rodillas a Rafa a la vez que soltaba quejidos de placer por las acometidas de Mario y su lengua.
Puse a Rafa a punto de explotar pues el palpitar de ese bonito rabo lo delataban y más el movimiento su subida de esos enormes depósitos que tenía abajo, hacían prever que si seguía con aquello me vería inundada de aquel rico elixir, por lo que muy a pesar pare para pasar ahora a ser pasto de su boca.
Me tumbo en un lado de la cama mientras se liberaba de su camisa y me quitaba toda mi ropa cuidadosamente, ser dejar una de mirar aquel portento de rabo que recto como una regla, desafiaba mis aberturas deseando penetrarlas ya.
Bajo este sabiamente a mi pilón para abrevar los jugos que ya se derramaban, escapándoseme gratamente mi primer orgasmos y primero de todo el grupo, pues todos resoplaron al unísono de mis placenteros alaridos.
Mire con la vista medio nublada por la intensidad del mismo así como por la continuidad de ese perfecto trabajo bucal y “lingüístico” y ahora si pude ver la enorme y gorda tranca que Luis tenia y que estaba a punto de meter a mi lado a la mujer de mi experto amante.
¡Dios que gorda¡ pensé para mis adentros cuando aquel misil transoceánico perforaba el viejo chochito de Mónica entrando lentamente mientras expandía las paredes de este al máximo como desgarrándolas por su tremendo grosor.
Esta me miro pues estaba junto a mi lado con la cara desencajada mientras recibía la totalidad de que rabo en su interior agarrándome una de mis manos a la que apretó como buscando consuelo al recibir aquel enorme intruso.
Ciertamente era enorme y con creces era la más gorda de las tres que allí había, aunque el tamaño de la de mi pareja era envidiable así como las dimensiones de las de mi degustador momentáneo de mi conejito, pero aquella tenía un grosor y dimensiones que casi daban miedo, aunque yo no me iba a ir de allí sin catarla.
Contagiado por los alaridos de placer de su mujer y los de la Luisa que acababa de tener uno orgasmo apoteósico por la sabia desfloración de Mario en su puerta trasera, Rafa se incorporó y posiciono aquel largo y bonito apéndice en mi sexo al que previamente restregó su suave cabeza durante un interminable minuto de deseo y placer, para de una certera y fuerte estocada ensartarme en su totalidad.
Grite como hacía tiempo no lo hacia la recibir tan apetitosa y jugosa herramienta natural de placer y con las primeras acometidas a la vez que me besaba aquel sexi y genuino macho, comencé a regalarle mis múltiples y seguidos orgasmos que destacaban en sonoridad con creces sobre el resto los allí presentes.
En el ardor de aquel buen polvo, me giro y me puso boca abajo con un cojín sobre mi barriga, quedando a su merced ahora mis dos agujeros para que penetrara por el que quisiera, pasando aquel rico y duro pollon de uno a otro con una sabia alternancia, pues noto el que mi ano estaba dilatado en su justa medida pues supuso viendo a Mario con Luisa, que este me lo tenía bien trabajado.
Fue a correrse Rafa tras una placentera sesión y cortésmente me dijo que por donde quería que lo hiciera, diciéndole una que necesitaba sentir su crema por mi conejito.
La saco de mi dilatado ano y metiéndola hasta el fondo en mi mojadito y hambriento chochito, lo perforo fuertemente ahora con duras estocadas hasta dejarse caer sobre mi espalda con fuertes espasmos a la vez que soltaba ráfagas largas de espesa leche dentro de él.
Me pareció imposible la abundancia pero quizás el ardor y calenturas del encuentro hicieran también lo suyo.
Quede rendida, el aun sobre mi manteniéndome ensartada, cuando al lado explotaron también casi al unísono pidiendo ella entre suspiros con la boca pequeña que parara él.
La cama temblaba de las fuetes acometidas de Luis y su enorme rabo y ciertamente casi daba miedo ver follar con aquel hombre y su enorme apéndice pero también lo deseaba.
Los gemidos de Mario nos hicieron girar la cabeza pues sentada sobre la alfombra y apoyada su espalda en el filo de la cama Fina estaba recibiendo las chufletadas de la polla de Mario que estando de pies sobre ella descargaba su rica nata en la boca y cara de esta.
La puso perdida por toda su cara pues esta fue incapaz de tragarse aquel arsenal de nata, aunque ahora Mario la recogía con su punta y se la ofrecía dentro de su boca para que la comiera.
Fuimos recuperando todas fuerzas poco a poco y más tras la apertura de la segunda botella de cava con unos frutos secos, andando nosotras desnudas tras un rápido aseo y limpieza de nuestros sexos y ellos al igual pero con sus ricas morcillas balaceándose al caminar junto a nosotras.
Aquello no había acabado y todos lo sabíamos, pues había que intercalar otra vez las parejas y catar los conejos y rabos que otros no había probado , llevándose a cabo esa sabia distribución sin ningún conflicto ni discusión, aunque tengo que reconocer que hubiera repetido con Rafa, pero había más días por delante.
Luis sabiamente y picantemente comenzó a alabar mi cuerpo y mi sabe hacer en el sexo, pues dijo que había disfrutado viéndome follar antes con Rafa, y que deseaba sentir el ardor y calor que yo desprendía.
Comenzamos unos juegos preliminares de toqueteo y yo rápidamente le transmití mi preocupación por el grosor de aquel falo que el disponía, aunque realmente deseaba tenerlo.
Él se reía y me decía que no se preocupara que aparentara más de lo que era, que luego dentro sabia comportarse, todo esto mientras sus dedos jugaban con maestría en la puerta de mi conejito.
Me invito a tocarlo y una no puede perder esas oportunidades jejeje, por lo que comencé a acariciar aquel morcillon rabo que pesaba y tenía una textura dura.
Los huevos eran enormes también pero bien proporcionados a aquel apéndice y era muy grato y gustoso tenerlos en mis manos, pues irradiaban calor y me hacían mojarme toda.
Me miro y me dijo: ¿quieres que empiece yo a comerte o te apetece a ti chupármela primero?
Sin responder me agache y ahora si sentí miedo al tener frente a mi boca aquel enorme pollon.
Lo agarre y comencé a chupar como podía su cabeza a la vez que masajeaba el largo y gordo cuerpo que la sujetaban, haciendo que este en minutos tomar su estado natural para atacar.
Sus manos mientras habían pellizcado mis pezones y me había puesto ardiendo, por lo que me subió sobre la cama cortando aquella rica mamada y paso el sin pedir permiso a devorar mi sexo con una apetito desbordado, pues parecía anhelar mi conejito y hacerlo explotar, cosa que consiguió rápidamente.
El coro a nuestro lado ya estaba en su apogeo, pues Mario parecía experto en culitos y ahora trabajaba a petición de esta en el de Mónica, seguramente por tener aun dolorido su chochito tras las incursiones del rabo que ahora iba yo a recibir.
Lo hacía bien Mario y de eso una no tenía duda pues allí ensartada como la tenía, esta se había corrido como una colegiala pidiéndole que parara, aunque el entre risas, seguía y decía, --tranquila que se me lo dices con la boca chica, vas a un disfrutar más cariños, que estas deseándolo y más con lo mojadita que estas… Todo esto amenizado con las entradas y salidas de su rabo junto a unos pequeños azotes cariñosos que le iba dando.
Me corrí nuevamente viéndolos follar y por supuesto por la rica comida que una estaba recibiendo, cuando vi que Luis se incorporaba con su robusto cuerpo para levantarme la cadera con un cojín que allí había a mano y besándome se dejó caer sobre mí pero aun sin penetrarme.
Me preparo a besos y con las caricias de sus dedos en mi sexo al que dilataba sabiamente, para al final notar como ponía en mi puerta aquel enorme dragón.
Me miro fijo a los ojos mientras me decía, relájate cariño relájate quédate quieta, notando como su cabeza comenzaba a entrar en mi gruta.
Fue de un placer colosal aunque parecía me desgarraba aquel pollon y su extraordinario grosor, pero mi supurante sexo ayudo a aquella rica penetración, que rápidamente se convirtió en un mete y saca de puro placer amenizados por los géminos de mis múltiples órganos que estaba consiguiendo sacarme.
Me aferraba yo con ahínco a su cara con mi manos agarrando su pelo fuertemente mientras el respirando agitadamente seguía con su monta.
Oír gritar a una pareja a mi lado y supuse eran Rafa y compañía pues este también andaba desflorando el trasero de su actual concubina, a la vez que Mario se corría como un poseso en el trasero de su Mónica previa esta haberse corrido y medio gimiendo le suplicaba parar ya.
Quedamos nosotros solos en la faena, pues tras varios minutos oímos como solo nuestros gemidos inundaban el cuarto.
El enorme peso de Luis así como sus acometidas me tenían extenuada por lo que el sabiamente y dándose cuenta cambio de postura, girándome sin sacarla para quedar una sobre él, por lo que me puse cómoda sentada en aquel enorme apéndice que me tenía abierta en dos y comencé a cabalgar como una loca.
Era increíble el aguante y más sintiéndoos observados por los cuatro que atónitos veían las fuerzas que a una le quedaban para cabalgar de aquella manera sobre aquel misil balístico.
Me llego uno de esos explosivos que hacen tiritar todo mi cuerpo pero sin dejar de subir y bajar , provocando a este que agarrándome fuertemente por la cintura comenzó a vomitar leche en mi conejo con una intensidad y caudal que me hizo estremecer.
Los leves aplausos de Rafa así como su comentario “Eres única Tere eres una fiera que acaban de sacar de la jaula “acompañados de los de Mario, que dijo—Ya te digo yo que la sufro a diario noche y día a esta inagotable diosa del sexo que me está dando la mejor jubilación que uno puede esperar”..
Riéndonos todos un poco, una casi sin aliento y aun con aquel intruso dentro de mí, del que me retire no sin algo de pena, pues había conseguido hacerme gozar bien.-
La mañana quedo calmada y tras un reconstituyente yacusi, pasamos a vestirnos para irnos a comer a un buen restaurante y reponer fuerzas pues intuía aquella fiesta se iba prolongar algunos días más.