Bacanal con maduro y madura
Quedo el viejo aturdido y medio a trompicones regreso a la cama y se dejó caer boca arriba a recuperar el aliento de mi buena mamada, llegando acto seguido mi esposo con la vieja a la que tumbo diciéndole se estuviese calmada mientras comenzó a jugar con su sexo hasta bajar la boca y comenzar a comérselo.
Hola, soy Sonia la que escribe hoy y perdón por tanto tiempo sin contar nada, pues andaba algo descuidada aunque no en nuestras aventuras, que volvimos a retomar con fuerza últimamente, contando hoy la que tuvimos hace un mes con un matrimonio mayor que contacto con nosotros a través de una página de contactos que frecuentamos, pidiendo si podíamos tener un encuentro con ellos en su casa discretamente pero sin llegar a hacer intercambio, pues lo que parece le ponía era intentar hacerlo con una pareja que también lo hiciera delante de ellos para integrarse poco a poco en estos eventos.
Aceptamos, ya que las fotos que nos enviaron nos encantaron pues el de casi edad de jubilación era un maduros muy atractivo, completamente ya con pelo canoso pero con un torso y cuerpo de escándalo y no menos su sexo aunque lo mostraba semidormido y medio tapado en dicha fotos, y ella cuerpo atractiva también ya sobre los 60 años delgada y con buenas tetas que seguramente tenia operadas pues se mantenían tersas y duras en las fotos sugerentes que mostraba.
Carlos estaba también entusiasmado con la idea y a la noche siguiente de contactar nos presentamos en su caserón en las afueras de la ciudad que por cierto tenían muy bien cuidado aunque era ya muy antiguo.
Entramos y tras presentarnos y una pequeña charla de romper hielo decidimos aligerarnos de ropa para ir entrando en ambiente quedándonos nosotras completamente desnudas aunque con una camiseta sobre el cuerpo y ellos en situación similar, comprobando rápidamente que el andaba dotado y muy bien dotado comparado con Carlos que tampoco se quedaba corto.
Tras tomar unas copas de vino que nos ofrecieron nos fueron enseñando el caserón llegando al dormitorio que era enorme y en cuyo centro pegado a la pared había una cama antigua enorme con espejos por el cabezal y en el techo, notando les gustaba verse cuando lo hacían.
Nos pareció la cama grandísima siendo yo la primera que rompió el hielo pues me senté sobre ella testando su comodidad con unos pequeños saltos con mi pompi a la vez que le dije a Carlos que allí podíamos hacer hasta una fiesta de lo grande que era.
Ellos nos imitaron y se sentaron mirándonos como esperando que mi pareja comenzara y este rápidamente entendiendo la situación comenzó a acariciarme el sexo mientras me quite la camiseta y me deje caer hacia atrás subiéndose el a la cama de rodillas y balanceando su miembro sobre mi cara.
Gemí un poco para caldear el ambiente y esto parece los motivo pues rápidamente se quedaron desnudos también sobre la cama pero como viendo que hacíamos, por lo que agarre con descaro la polla de Carlos y comencé a chupársela mientras el con sus dedos jugaba con mi conejo abierto de par en par y moviendo sinuosamente la cadera ante sus caricias que pronto dieron sus frutos pues los gemidos ya no eran simulados y más cuando mire y el restregaba su duro y gordo cabezón guiado por sus mano sobre el conejo de su mujer a la vez que le pellizcaba los pezones con la otra mano.
Se subió el sobre la barriga de ella y sujetando su polla entre los pechos de ella comenzó a pajearla poniéndome como una loba salida,viendo aquel pollon salir entre estos mientras el rugía ya como un toro.
Hice que Carlos se recostara al lado de ella sobre la almohada y agarrándole el rabo comencé a comérselo descaradamente así como los huevos que se los habían afeitado para la ocasión, mirándome el con envidia sana pues parecía no se decidían a tener oral entre ellos.
Entendí que eran algo arcaicos en el sexo pues no se decidían en el oral y más cuando la giro poniéndola a cuatro patas al lado de mi marido comenzando a restregarle su duro y enorme apéndice por el conejo de su mujer que ahora se contorneaba deseando ser penetrada.
Se la metió tras varios restregones de una fuerte estocada sin miramientos ni tacto, haciendo su mujer gritara de dolor en primera instancia, pues semejante tranca la tuvo que dejar escocida con aquella dura metida mientras yo seguía degustando el rabo de mi marido sin dejar el de mirarme con deseo y lujuria mientras su mujer apenas aguantaba con la cabeza metida en la almohada los envites fuertes que aquel macho le estaba dando.
Ella suplico parara un momento tras tener un primer orgasmo o eso me pareció pues gimió como una loca, sacándola y tras tumbarse le dijo a su mujer que se subiera encima.
Estuve a punto de lanzarme a comérsela pero ya nos habían dicho que sin intercambio, que solo ver, pero aquel venoso y gordo pollon me tenía loca, tanto que mi pareja dijo, para ,para que vas hacer me corra ya.
Se sentó ella como sumisa sobre aquel apéndice que el dirigió a su dolorido conejo quedando ella ensartada sobre él, moviéndose ahora al son que el marcaba con sus fuertes manos en su cintura.
Me cruzo Carlos sobre la cama ahora mostrándole mi cojito junto a su cara y con su sabiduría comenzó a comerlo haciendo me corriera en pocos minutos mientras el miraba el techo cruzando mi mirada y observando como seguía devorando mi sexo mi pareja.
Esto lo puso loco pues respiraba jadeosos mientras movía a su mujer sobre el como si fuese una muñeca de trapo, haciendo que esta volviera a correrse gimiendo y medio llorando que parara ya que estaba reventada.
A través del espejo veía caer aquel cuerpo delgado sobre aquellos peludos huevos viendo como subía y bajaba sobre aquel duro rabo haciendo ahora me corriera nuevamente con un pequeño pero fuerte orgasmo, quedando sorprendida de tener dos tan seguidos aunque este fue cortito.
Para encenderlos más mi pareja me pregunto qué quería ahora le hiciera, contestándole yo entre gemidos que me follara me la metiera ya que quería macho y que me cabalgara.
Esto puso al viejo como loco y tras incorporarse manteniendo clavada a su mujer se puso sobre ella y comenzó a follarla fuertemente haciendo la cama se moviera toda.
Era duro de correrse pues no paraba de subir y bajar sobre el cuerpo de aquella frágil abuela que ahora parecía pedir auxilio ante aquellas acometidas que la tenían casi sin conocimiento.
Al final entre gemidos de macho bravío se corrió aquel semental sobre su mujer, tersando su cuerpo sobre ella cada vez que soltaba leche en su sufrido y seguro dolorido conejito.
Me puso loca y más a Carlos que ahora me puso a cuatro patas con el culo en pompa y flexionando sus rodillas tras de mi comenzó a meter alternando los dos agujeros, casa que hizo los dos nos miraran con descaro mientras tomaban aliento.
No paraba de decirme mi pareja si me gustaba mientras yo le decía si dame, dame más, quiero un macho como tú me haga gozar como una tigresa, follame cielo si más si más, dame.
Tras un buen rato me cambio de postura y ahora con disimulo roce con mi cabeza el cuerpo de él, mientras mi marido levantando mis piernas y poniéndolas sobre sus hombros comenzó nuevamente a follarme.
Con los impulsos mi cabeza quedo casi doblada sobre el lado de su cuerpo por lo que con disimulo la subí sobre su torso pareciendo que era por la fuerza de las metidas de mi pareja.
Gemía moviendo la cabeza de lado a lado sobre su torso masculino y peludo oliendo ese aroma a macho que desprendía tras follarse a su mujer, haciendo que él me sujetara pues Carlos cada vez metía más fuerte y me hacía casi subirme sobre su tronco.
Mire al espejo del techo y el no paraba de tocarse su morcillona polla que la restregaba y estrujaba viéndome ser follada a su lado.
Tuve en ese momento un orgasmo colosal que hizo mis manos se abrieran y agarraran por un lado su cabeza y pelo y por el otro su muslo pues me pareció demasiado descarada haberle agarrado su polla aunque ganas no me faltaban.-
El me sujeto ahora por los hombros con una mano y con la otra me agarro la que tenía sobre su cabeza y entrelazo sin darse cuenta su masculina mano con la mía como calmándome de aquel enorme orgasmo.
En ese momento mi pareja comenzó a balbucear mientras se corría como un cosaco dentro de mí.
Quede relajada y semi dormida en aquella postura unos minutos mientras Carlos se tumbó sobre un lado de la cama tomando resuello tras aquel buen polvo.
El viejo no se movió como para no molestarme y quitar mi cabeza sobre su pecho mientras su mujer le acariciaba ahora su pierna y cuerpo como reclamándome que aquel hombre era suyo.
Quedamos en silencio un largo rato sin movernos casi, hasta que mi pareja le dijo a su mujer si podía prepara un café que se había quedado agotado, asintiendo ella a la vez que se levantaba para ir a la cocina, diciendo preparaba unas pastas y café para todos, acompañándola Carlos y dejándome a mi apoyada sobre aquel viejo macho.
Se pusieron solo las camisetas si bien fue ella primero a un baño a asearse y lavarse el conejito inundado de crema que le había dejado su marido, viendo como mi marido entro también al baño haciéndose el disimulado y escuchando le decía que también quería asearse un poco.
Cuando me quede sola con él, le dije si había sido de su agrado la experiencia de follar en la misma cama, contestando que sí que lo había puesto como un toro y hacía tiempo no se sentía tan en forma, que yo le excitaba mucho viendo como me hacia el amor mi pareja y viendo lo mucho que disfrutaba.
Le conteste que me había pasado igual que él era muy atractivo y me había puesto ardiendo y más aquel miembro gordo y duro que tenía.
Soltó una pequeña carcajada de agradecimiento diciendo que la verdad había sido agraciado por la naturaleza, aunque echaba de menos no haberla trabajado más.
Le dije si podía preguntarle porque no hacían oral con tan buena herramienta que tenía y lo atractiva de su mujer, diciendo que ella siempre le había puesto problemas y jamás lo habían hecho aunque a veces viendo alguna película le dio ganas de probar.
Le dije aún estaban a tiempo que no perdieran la ocasión de ese juego que era muy placentero, contestando el, que pensaba no aguantaría mucho el cuándo se lo hieran pues no sabía si con tanta excitación y deseo se correría rápido, mientras se reía tras aquella respuesta.
Le dije que todo es cuestión que se lo haga una boca experta y veras disfrutaría mucho igual si le comía el sexo a su mujer pues ella se volvería loca.
Bueno lo meteremos en la agenda y a ver si convenzo a esta que lo haga algún día, mientras note que su mano casi sin darse cuenta me acariciaba el hombro mientras la mía seguía sobre su muslo que con descaro ahora acaricie.
Quedamos un segundo en silencio con esos leves roces y mi mano la subí ligeramente hasta rozar el vello de su miembro y sus enormes huevos reposados sobre la cama.
Oí que en la cocina mi marido tenia entretenía a su mujer e intente un paso más, pues ya no dude en acariciar sus huevos con el dorso de mi mano, haciendo el bajara la suya hacia mi pecho y rozara un pezón.
Lo mire mientras respire lentamente al roce de su ruda mano sobre mi pecho a la vez que toque su sexo con más descaro.
Me dijo si le gustaba, y mirándole con pasión le dije que como podía dudarlo si era un hombre muy atractivo y dotado, si bien oímos pasos desde la cocina y dejamos de tocarnos por si era su mujer.
Entro en el dormitorio y dirigiéndose a los dos, nos dijo, venga levanten y aséense un poco que el café y unas pastas están listas en la cocina.
Le dije pasaba al baño que donde estaba, haciéndome la despistada, a la vez que él me dijo, te acompaño que yo también me aseo y voy hacer pis..
Fui desnuda y el también y tras sentarme en el bidel y comenzar a lavarme mi sufrido conejito, él se puso al lado a orinar pues el inodoro estaba junto al bidel, agarrando aquel enorme pollon junto a mi cara y soltando un chorro que me hizo excitarme como una loba.
Se lo sacudió y con un papel limpio la punta mientras yo me secaba mi sexo, el con descaro se limpiaba el cabezón como quitando algún pelo incrustado.
Me sentía ardiendo y no pude resistirme a la tentación de agarrarle aquel miembro y tras acariciarlo mientras él me miraba, me lo lleve a la boca, si bien apenas puede meterme el cabezón de lo grueso que era.
El quedo perplejo del gusto le dio los labios sobre su glande y rápidamente se le escapo varios quejidos de placer, agarrando yo con más descaro por el tronco de aquel pollon con mi mano mientras lo devoraba con pasión desenfrenada.
Tire del rabo y le obligue saltar con la pierna por delante del bidel y tras apoyarse en la pared quedo frente a mí a la merced de mi boca a la vez que agarraba con la otra mano sus enormes y jugosas pelotas que sobaba con maestría.
Aquel macho resudaba placer por todos los poros y sorprendentemente su polla se puso dura y enorme ante las acometidas de mi jugosos labios que hacían estragos en su grande, hasta el punto de pasión llegamos que nos quedamos desinhibidos del entorno y no escuchamos como llego su mujer y mi esposo que volvían a llamarnos para el café.
Se quedó parado un segundo él como esperando una reacción desagradable de su mujer y ante la ausencia de esta me sujeto la cabeza e hizo ademan que siguiera chupándosela.
Continúe con mi jugosa labor pues el rabo estaba en un esplendor como para no perder el tiempo, bajando de vez en cuando a los huevos que devoraba y le hacía pegar respingos de placer.
Mientras, era observada por la pareja de él y mi marido que no perdían vista de la pasión que ponía en comer aquel enorme y duro apéndice.
No sé lo que duro pero fue un buen rato pues ya me sentía incomoda sentada en el bidel cuando vi que el resoplaba y gemía y me sujetaba la cabeza con más hincapié y pasión , hasta que su cadera delato que iba mi boca a recibir un descarga colosal de una impresionante corrida de espeso y viscoso manjar que trague sin miramientos.
Pensé me ahogaba la garganta pues en uno de los movimientos casi me revienta la comisura de los labios al meter parte de aquel pollon en mi boca, pero como pude lo trague y deguste hasta que aflojo en su pasión.
Quedo el viejo aturdido y medio a trompicones regreso a la cama y se dejó caer boca arriba a recuperar el aliento de mi buena mamada, llegando acto seguido mi esposo con la vieja a la que tumbo diciéndole se estuviese calmada mientras comenzó a jugar con su sexo hasta bajar la boca y comenzar a comérselo.
Cuando la lengua de Carlos entro en contacto con su interior, la abuela se puso loca y no tardo en agarrarle el pelo y aprisionar su cabeza contra su viejo pero jugosos conejo que mi marido comió como si le fuese la vida en ello devoraba.
Se corrió a los cinco minutos de comida de chochito por parte de mi marido y ella no parecía tener hartura pues decía.. Sigue, sigue ,come que nunca sentí algo así tan rico, mientras con un arte propio de un experto, Carlos se giró sin dejar de comer y le ofreció en una postura de un 69 su péndulo y huevos para que la vieja los comiera.
Dudo un poco ella pero tras agarrarle el rabo a mi esposo y sentir ya su dureza, se lo llevo a la boca aunque en precio se lo metió tan adentro que casi le provoca unas arcadas, diciéndole mi esposos que lo hiciera despacio y lo degustara como si fuese un dulce.
Fue un largo y jugoso 69 que acabo con la corrida de mi marido sobre parte de su cara y pecho pues no fue capaz de tragársela mientras ella le regalo otro orgasmo que la dejo para el arrastre.
Su marido me miro tras recuperase de mi mamada y mirándome, me dijo no sé si sabré hacértelo bien pero me apetece intentarlo.
Me abrí de piernas y quede a la disposición de aquel viejo macho que con una dulzura y un anhelo encomiable me ofreció una comida tan sabrosa que no pude nada más que ofrecerle un sabroso orgasmo que degusto con una exquisitez sorprendente, rompiendo el hielo por completo en aquel sorprendente encuentro que repetimos al día siguiente, pero ya el comienzo fue otro….