¡Azótame Amo! (Hardcore version)

Le demostré a los amigos de mi novio, lo buen uke que soy

Cuando me miro al espejo, pienso en la gran suerte que tiene mi amo de tenerme con él; suerte que todos sus amigos envidian (gracias a mí, jejeje)

No sé si es por mi juventud, por mi delicadeza, por mi aspecto femenino, por mi pequeño tamaño o por mi belleza; pero todos desearían tenerme; y nunca volverán a burlarse de mi amo por ser homosexual.

Sucedió este verano, cuando Amo trajo a sus amigos de la infancia de visita a nuestra casa. Vivimos en una gran mansión, en una finca hermosa. Mientras Amo fue a buscar a sus amigos, yo aproveché para ponerme guapo. Soy un chico pequeño, tengo 20 años, y un aspecto muy femenino. Soy bajo, mido uno sesenta, y estoy delgado. Lo único que tengo gordo es el culo (si no me lo aplana mi Amo, de tantos azotes que me dá, jejeje). Soy lampiño y llevo el pelo muy largo y castaño. También mi piel es morena, y mis ojos marrones. Mis pies y manos son pequeños; y mi cara hermosa. Soy muy presumido y me gusta ponerme guapo para excitar. Así que me hice trenzas, me maquillé, me pinté los labios de rojo granate y las mejillas muy coloradas, y la línea de ojos más grande que pude. Las uñas de manos y pies, de rojo intenso; y un conjunto divertido. Como era verano y hacía calor; sólo me puse un calzoncillo slip apretado y un vaquero muy corto, que dejaba mis piernas al aire. Y una camiseta blanca de tirantes, con una leyenda fucsia que decía: "good girl". Ah! Y mi collar de sumisión, que no me quito nunca. Y descalzo, para presumir mis pies; que a mi amo le encantan. Mi Amo es un hombre joven, muy masculino. Tiene treinta años y es un caballero. Es muy grande. Sus pies son el triple de grandes que los míos. Es alto y fuerte; lleva el pelo y la barba cortos y nunca se maquilla. Viste de traje y corbata y zapatos negros, cuando quiere estar elegante. Y un pendiente en la oreja derecha y una gorra de béisbol, que le dán un aspecto más juvenil. Tiene el cuerpo lleno de tatuajes y la piel morena. Aunque lo que más me gusta de él es su enorme pene. Es muy dulce y cariñoso conmigo y siempre me está acariciando.

Cuando oí llegar el coche, salí a recibirles; mi Amo me abrazó y me besó en la boca. Sus amigos no me conocían y me saludaron con cordialidad. Pero, de buen rollo, comenzaron a burlarse de mi Amo por estar saliendo con un chico. Amo no les hizo mucho caso, pero yo me ofendí. Uno de ellos dijo:

-Menuda novia que te has hechado, Javier. Pero ten cuidado en la cama, no te des la vuelta-

Otro dijo:

-Sí te duchas con ella, mejor usa jabón líquido-

Y se reían. Mi Amo sonreía, aunque se le veía avergonzado.

No sé si fue por el valor de mi juventud o por la inocencia de mis 20 años; pero decidí actuar y le pregunté a Amo por qué tenía el coche tan sucio. Me respondió que les había traído por el monte.

-Pero tenemos visitas, no puedes dejar el coche así, Amo, hay que lavarlo.

-Ya...sí...cariño, mañana lo lavaré...

-No, Amo, ése es mi trabajo-

Fui al cobertizo, cojí dos calderos, esponjas y la manguera y volví donde estaban ellos. Amo se impacientó y me dijo:

-Tesoro, no hace falta que lo laves ahora; con lo guapo que estás y vas a manchar la ropa.

-Tienes razón Amo; mejor me la quito-

Me quité la camiseta, y se la lancé. Luego me desabroché el pantalón y me lo bajé, y se lo dí, quedando en slip blanco. Luego me bajé el slip y se lo lancé, quedando completamente desnudo...bueno, no completamente, aún llevaba mi collar.

Abrí la manguera y empapé todo el coche. Me costó un rato porque es un coche grande, un todoterreno. Eché jabón en los calderos, los removí bien con mis manos y mojé una esponja. Empecé a fregar los cristales del lateral, y luego las puertas. Los amigos de Amo se quedaron boquiabiertos, se sorprendieron mucho de verme así. Hicieron algunos comentarios obscenos.

-Reconozco que es lindo tu novio.

-Tiene buen culo, la verdad, mejor que muchas chicas-

Mi Amo rió y me defendió.

-Eh! Oye! Que es mío! Se mira, pero no se toca. Éste cuerpecito sólo lo disfruto yo-

Entonces se acercó a mí y me dió un sonoro azote en las nalgas. Yo sonreí.

Seguí enjabonando la luna trasera, y luego el otro lado, mientras los amigos de mi novio me miraban con lujuria. Después enjaboné los bajos y las ruedas, para lo cual tuve que agacharme, mostrando mi culo en pompa, para que todos babearan. Mi dueño aprovechó para sobarme el culito. Luego pasé a enjabona el capó, y me subí al capó, para fregar la luna. No sé si fue porque iba muy lento o por darles envidia a sus amigos, pero Amo se acercó a mí y me pegó otro sonoro azote:

-¡Más rápido, tesoro, que no tenemos todo el día!-

Entonces quise subir arriba, pero resbalé y caí del coche. Amo se me acercó asustado:

-¿Estás bien tesoro, te has hecho daño?

-Estoy bien Amo. Tú entra a por la correa, pinzas, lubricante, y un lápiz pintalabios; y cuando termine, me atas y me llevas al sofá- le susurro al oído

-De acuerdo Perrito- me besó en la frente y entró a casa.

Yo volví a intentar subir y ésta vez tuve éxito. Los chicos me piropeaban y me silbaban. Me arrodillé en el techo, les miré y les dije con chulería:

-Ahora ya no os reís de mi Amo, eh!

-Lo sentimos, princesa, era de broma. Eres muy bonito.

-¿os gustaría follarme?- pregunté sin rodeos. No respondieron, pero se les veía en la cara que sí.

-Pues os fastidiáis, listos, sólo mi Amo puede tocarme-

Se quedaron con un cara de pringados...

Ya me puse a enjabonar el techo, exhibiéndose lo más posible, mostrando mi pequeño pene y mis pezones rosados. Cuando terminé, me senté en el capó a descansar un poco. Me miraban con unas caras que fliplas, pero no se atrevieron a tocarme, porque yo les dije que sólo podían mirarme. Entonces llegó mi Amo, y trataron (sin éxito) de disimular sus lascivas miradas hacia mí.

Yo me levanté, cogí la manguera y aclaré el vehículo, moviéndome de forma muy sensual, sin perder la oportunidad de echarme agua por mi cuerpo y jadear como una zorra. Al terminar de aclararlo me tumbé en el capó y le dirigí una mirada a mí Amo, que entendió en seguida. Se acercó a mí, me ató, me puso a cuatro patas y me llevó, paseándome como un perrito, hasta el sofá. Me subió al sofá, me secó con una toalla, me tumbó bocarriba y me besó en los labios; mientras me abrazaba y me secaba todo el cuerpo, yo le dije al oído, muy bajito, para que no me oyeran sus colegas; lo que tenía que hacer.

Sacó el pintalabios y escribió en mi barriga:

"PROPIEDAD DE JAVIER"

Me dió la vuelta; me colocó a cuatro patas, con el culo en pompa y escribió en mi espalda: "PUTO VICIOSO" y más abajo: "JAVIER, AZÓTAME" y una flecha apuntando a mi culo. Y una diana en mis nalgas. Cogió las pinzas y me las colocó en los pezones. Yo grité de dolor, luego les miré y les dije:

-¡A que vuestras novias no se dejan hacer ésto, pringados!- y les saqué la lengua con desprecio.

Amo se escupió en la mano; miró con chulería a sus colegas, que se morían de envidia, y me dió un fuerte azote, que me hizo gritar. Luego otro y otro y otro...me iba azotando, y sobando mis nalgas, mientras yo aullaba y gritaba. Yo me estaba excitando mucho y mi pequeño pene se estaba levantando; pero no se notaba porque la tengo muy chiquita. Hasta que en un golpe, me corrí, eyaculando todo mi semen.

-Mira lo que has hecho, Pequeño; ya puedes limpiarlo- me regañó mi amo y me empujó la cabeza para que lo limpieza con mi lengua. Así lo hice y me lo tragué. Luego se bajó la bragueta, sacó su gran pene y me dijo:

-Ya que estás, sigues comiendo, bonito, que esto te encanta-

Yo me relamí y Amo insistió:

-¡Venga, Putito, demuéstrales a éstos chicos para qué vales!- y les dedicó una mirada chulesca.

Efectivamente me encanta chupar pollas, sobretodo la de mi Amo; por lo que lo hice encantado.

Pero, de repente, me cortó; y sacó su polla de mi boquita; lo cual me sorprendió. Me miró y le entendí enseguida. Me puse a cuatro patas, con el culo en pompa y me relajé. Me preparé para hacerle disfrutar, cuando oí cómo abría el bote de lubricante y sentí su mano, aplicándolo dentro de mi ano. No grité, sólo me preparé para recibir la hombría de mi amo y demostrar lo puta que soy. Me resultó muy excitante estar allí, desnudo, al aire libre, a punto de ser porculizado, delante de seis chicos vestidos, que me observaban con atención. Pero no sentí vergüenza, sólo sentí morbo y orgullo de estar defendiendo la hombría de mi amo. Amo lubricó totalmente mi ano y Luego me dió otro azote, como señal de lo que me esperaba. Cerré los ojos y me preparé para recibirle. Sentí cómo comenzaba a introducir despacio su polla sin preservativo en mi ano. Yo grité de dolor. Aunque me han penetrado muchas veces, me seguía doliendo; porque Amo la tiene muy larga y dura. Pero aguanté el dolor, porque en verdad, me encanta que me den por culo y porque me encanta más aún ayudar a mi Amo. Así que mordí la almohada, y traté de permanecer quieto mientras Amo terminaba de entrar dentro de mí. Luego empezó a moverse lentamente, embistiéndome, yo mordía la almohada, tratando de no gritar. Empezó a darme más fuerte; yo estaba muy excitado, tanto que solté la almohada y comencé a gritar. Ésto le excitó más, y se movió más rápido; hasta que se corrió dentro de mí, descargando una gran cantidad de lefa dentro de mi culo; al tiempo que yo también me corría, echando mi lefa por todo el sofá. Sentí cómo un gran chorro de su leche caliente corría por mi recto, símbolo de mi sumisión y nuestro amor. Él sacó su polla de mi ano, la limpió contra mis nalgas y se subió la bragueta. Entonces me dió otro azote, más fuerte, que hasta me dejó marca y me indicó con el dedo que limpiara mi corrida. Obedecí con gusto y lo lamí todo, hasta la última gota. Luego me puse de rodillas encima del sofá y le miré con cara de vicioso. Amo entró al baño a lavarse la polla y volvió conmigo, para ofrecérmela. Se colocó delante mío, se bajó otra vez la bragueta, se sacó la polla y me la ofreció:

-Anda, pequeño! Bebe más leche, que sé que te gusta- me dijo con dulzura y me golpeó la cara con su verga. Yo me acerqué a gatas, cogí su falo con mi mano derecha, mientras apoyaba la izquierda en su barriga. Metí su miembro en mi boca y le dí una chupada, sonreí y me relamí, le dí otra chupada y otra más; me lo metí en la boca y comencé a mamar, lentamente, chupando su tranca, como su fuera un chupa-chups. Fui aumentando su intensidad, a medida que endurecía en mi boca. Amo se estaba excitando mucho, y se movía rápido. Con sus manos acariciaba mi espalda y pelo mientras yo chupaba su polla. Fue lento, tardó en venirse; pero el esfuerzo tuvo su recompensa. Se corrió en mi boca, descargando gran cantidad de lefa, que tragué con gusto y me relamí. Luego relamí su verga, para aprovechar el resto de semen. Amo me pellizcó un brazo, y me indicó con el dedo que limpiara unas gotas que habían caído al sofá. Cuando me agaché a lamerlas, aprovechó para sobarme el culo. Luego, cuando me levanté y le miré, me indicó que abriera la boca, para comprobar que me había tragado su leche. Yo abrí la boca entera, para enseñársela. Él se acercó y miró dentro, tocándome la lengua con sus manos, observando dentro de mi boca. Entonces acercó su cara a mi boca para mirar dentro, colocó sus manos sobre mi cuello y me escupió en la boca. Soltó un trozo de saliva, con su lengua, que yo recibí en mi boca. Su saliva cayó sobre mi lengua. La cerré, para tragar y la volví a abrir, con obediencia. Amo volvió a escupir en mi boca, mientras me estaba acariciando. Él se dió cuenta de que yo había sudado y me quitó las pinzas, cogió de la correa y tiró para llevarme hasta la hierba; pasando por delante de sus compañeros, para exhibirme como una puta. Me quitó el collar y abrió la manguera, con el agua fría a tope, y me apuntó de lleno. Entonces sí que grité, notando un chorro de helada por todo mi cuerpo. Cuando cerró el agua, yo estaba temblando de frío; Amo cogió la toalla, me puse de pie y me secó con delicadeza. Luego se arrodilló, para estar a mí altura y me dió un largo beso en la boca, mientras me abrazaba, tocándome con cariño el culo y las piernas. Al cabo de unos dos minutos, se apartó, pude observar cómo sus amigos nos miraban con cara de lujuria.

Me cogió de la mano y caminó conmigo hasta casa, invitó a sus amigos a pasar; y luego entró conmigo de la mano. Se sentó en un sillón, en el centro del salón. Yo atendí a sus amigos, ofreciéndoles cervezas y snacks; y luego me senté desnudo sobre mi amo, para que me abrazara y me diera mimos. Él me preguntó si yo quería cerveza. Sabía lo que pretendía, por eso le dije que sí, aunque no me gusta la cerveza. Él echó un trago de cerveza en su boca, sin tragarla. Me miró, yo puse mi boca debajo de la suya, para recibir. Él agachó la cabeza y depósito el trago en mi boca, que tragué con gusto. Derramé algo por mis labios. Él pasó sus dedos por mis mejillas, para aprovecharla, y me los metió en la boca, para que se los chupara.

-¡Quiero más cerveza, Amo!- exclamé. Él echó otro trago en su boca, y lo volvió a depositar en la mía con cariño, mientras acariciaba mi espalda. Me siguió acariciando con cariño, mientras hablaba con sus amigos. Todos ellos me miraban, y eso me daba ego. Se me ocurrió ir un paso más allá. Me levanté de las piernas de mi dueño y me coloqué a sus pies. Le desabroché los zapatos. Luego le quité el zapato derecho y lo dejé a un lado. Le quité el zapato izquierdo y lo dejó al lado. Cogí su pie derecho y le quité el calcetín, descubriendo su pie. que besé. Cogí su otro pie, y le quité el calcetín. Luego comencé a chupar sus dedos de los pies, para seguir lamiendo el empeine, el talón y todo el pie. Le chupé los pies con devoción, mientras él se estiraba relajado y cerraba los ojos para disfrutar de mi lamida. Cuando tuve sed, me levanté a su lado, y abrí mi boca, pidiéndole más cerveza. Él echó otro trago en su boca, la acercó a la mía y me la dió en mi boca. Yo tragué y volví a abrir la boca, pidiendo más. Amo echó otro trago y me lo volvió a dar en mi boca. Yo volví a agacharme, para seguir lamiendo sus pies. Cuando terminé, volví a sentarme sobre sus rodillas, para recibir más mimos. No paró se acariciarme en toda la tarde, delante de sus amigos. Ellos no se lo tomaron a mal, y fueron buenos conmigo. Hasta se despidieron de mí, dándome un beso en la mejilla, antes de marchar (para lo cual, pidieron primero permiso a mi amo) Creo que aprendieron la lección. Y yo también; mi Amo nunca ha estado más orgulloso de mí, que aquel día, que le demostré para qué sirvo delante de sus amigos. Ese día, cuando volvió de dejar a sus amigos, le dí el pintalabios y le dije que se me había borrado lo que me escribió. Amo me tumbó en el sofá y me escribió en la barriga: "TE QUIERO, ZORRITO"

Yo sonreí, a Amo se le escaparon las lágrimas, me miró a los ojos y me dijo:

-Cariño; lo que has hecho hoy, ha sido maravilloso. No sé cómo podré agradecértelo-

Le miré a los ojos:

-¿Quieres agradecérmelo, Amo?-

Mi Amo asintió.

-Muy fácil- respondí y me dí la vuelta, colocándome bocabajo- ¡AZÓTAME!