Azhara 4

Sacrificio de un a hija por su madre que termina en un trio

AZAHAR – 4

Aquella noche que en realidad toda mujer espera, para mí no fue esperada, no fue como yo hubiese querido, yo no amaba a Kamil, había sido el marido de mi madre y por lo tanto mi padrastro, para mí era un degenerado, solo le importaba tener un hijo varón, cueste lo que cueste.

Cuando nos quedamos solos en el dormitorio, no me pidió cariñosamente que me desnudase, ni siquiera se acerco para hacerme alguna caricia, mientras él se quitaba su ropa me ordeno que me desvistiera, sinceramente tenía miedo,  ya completamente desnuda me metí en la cama y me tape, pero el retiro la ropa de la misma y acercándose, comenzó a lamer mi cuerpo, a sobarme, primero las piernas, luego sus manos se posaron sobre mis pechos, estrujándolos como si de unas naranjas se tratase, me hacía daño, su mano bajo hacia mi sexo buscando mi secreto, yo notaba que él estaba muy excitado sexualmente, pero yo estaba completamente seca, el temor que sentía en ese momento me hacia tener las piernas cerradas, con fuerza las separo y poniéndose de rodillas ante mí, puso su pene entre mis labios mayores y sin miramiento ninguno, de un solo movimiento me penetro.

Di un grito de dolor, hasta ese momento era virgen, había roto mi himen con violencia, sentí un escozor en mi interior al mismo tiempo que notaba que su pene con los movimientos de mete y saca crecía no solo a lo largo sino también a lo ancho sus violentos movimientos me hacían daño, no era capaz de mirar a su cara, con cada empujón que me daba, mis ojos soltaban una lagrima, no comprendía como mi madre se había enamorado de aquel hombre, mi madre me había dicho que en esos momentos las mujeres sentimos un gran placer que nos lleva casi al éxtasis, que una corriente recorría todo nuestro cuerpo hasta que estallaba en nuestro interior un placer indescriptible, yo no sentía nada de eso, seguramente sería porque eso lo sentían las mujeres que eran amadas y amaban a sus maridos, yo lo único que sentía era que me estaban violando, no amaba a mi marido, me sentía sucia y desgraciada.

Notaba que cada movimiento de Kamil era más rápido y más fuerte hasta que dando un grito de placer eyaculo en mi interior, descargando su semen en mi vagina, cuando la saco, mi sangre estaba mezclada con mis flujos vaginales y con su esperma, me la paso por la cara y me dijo que se la limpiase con la boca. Una vez se la limpie, me di la vuelta en la cama y llorando me quede dormida, el me abrazo cogiéndome mis pechos y así se mantuvo toda la noche. Al despertarnos, note que el tenia una erección matinal y aprovechándola me dio la vuelta y poniéndome a cuatro patas sin decirme nada, me volvió a penetrar, me tenia sujeta por las caderas y no me podía mover, mi cara reposaba sobre la cama y mi culo lo tenía en pompa, sus envestidas eran brutales, no podía escapar, pasaba su brazo por encima de mi pubis y con el otro me cogía del pelo como si fuese las riendas de un caballo, sus movimientos me empujaban hacia la cabecera de la cama, mis quejidos tenía que amortiguarlos tapándome la cara con la almohada, volví a sentir su descarga en mi vagina una vez descargo se separo y empujándome sobre la cama me dejo allí tendida diciéndome.

-          Así me gusta hacer que las mujeres disfruten, seguro que te dejo preñada hoy mismo.

-          Estas muy equivocado Kamil, la violación es denigrante tanto para la mujer como para el hombre, lo que tú me hiciste anoche y ahora, no es hacer el amor con fines de procrear, es una violación, todo eso influye en que la mujer pueda quedar embarazada o no, si quieres que te de hijos, deberás actuar de otra manera. Mi madre se sacrifico para hacerte feliz dándote un varón, no le importo si en el intento moría o no y ahí la tienes, que por tu violencia jamás podrá concebir un hijo, por suerte para mí se lo que es ser querida por una madre pero seguro que tus hijas no lo sabrán, pues no han sido engendradas con amor.

Cuando se marcho, y tras ducharme, me sentía sucia y no era feliz, fui a ver a mi madre, la encontré sonriente me pregunto cómo me encontraba y le dije:

-          Mamá, no me encuentro bien, no soy feliz, todo aquello que me dijiste de lo que sentiría la primera vez no sucedió, Kamil no me hizo el amor, me violo, fue como si un hombre se pasa 20 años sin conocer mujer y en un momento le entregan una, estaba desfogado, violento, soez cuando me desvirgo no fue suave y cariñoso, todo lo contrario, y encima presume de su virilidad, ya le dije que si actúa de esa manera será difícil de que quede embarazada, tal vez reconsidere su postura. Tú te casaste con el estando enamorada, pero yo no, yo me case con él para evitar que tu y mis hermanas fueseis enviadas con los nómadas. Me parece que estamos condenadas a vivir como esclavas de un hombre que lo único que le interesa es tener un hijo varón.

-          Y para ello le voy a dar un castigo, comenzare a tomar anticonceptivos, hasta que vea que su actitud hacia mi cambia, comprenderá que su violencia actúa sobre mi sicológicamente impidiendo mi embarazo, cuando lo tenga domado, y sea cariñoso en la cama, dejare de tomarlos, se que tardare en quedar embarazada, pero será la única manera de enseñar a esa bestia como se tiene que tratar a una mujer.

A partir de ese día, en la clínica, me tomaba mi píldora, para que el no la viese en casa, todas las noches a excepción de los días que tenía el periodo, teníamos sesión de sexo, por no decir que me violaba a diario, y así durante un año, llego a preguntarme si en realidad yo podía tener hijos, le mostré análisis de ovulación, falsos, indicándole que mi esterilidad se debía al stress que me producía su actitud cada noche, que no hacíamos el amor como un matrimonio normal con el deseo de procrear, que él me hacía daño, y por lo tanto mi subconsciente impedía mi embarazo, sus penetraciones eran como violaciones lo que impedía dejarme embarazada.

Un día, cuando nos retiramos por la noche, el me pregunto, si quería tener sexo, comprendí que mi actitud le estaba haciendo cambiar, le dije que no, que estaba muy cansada, que había tenido mucho trabajo en el hospital. Esa fue la primera noche en que no me violo, durante varios días no me pregunto nada, cuando me volvió a preguntarme le dije que estaba con la regla, se cayó sin pedir ninguna explicación.

Al cabo de un mes, me pidió tener relaciones y le indique que lo estaba deseando, quería saber cómo actuaria, era la segunda vez que me pedía tener sexo, antes era una cuestión automática, yo tenía que saber que cada noche y cada mañana el tenia que penetrarme, ahora el empezaba a pedirme si quería sexo.

Cuando nos retiramos, y en la soledad del dormitorio, acercándose a mí por detrás y mientras me besaba en el cuello, me dijo.

-          Azahar, perdóname, no sé lo que me paso en todo este tiempo, me he portado como un verdadero salvaje, reconozco que no he sido lo suficientemente sutil para merecerte.

-          Kamil, me hiciste mucho daño, aquella primera noche en la cual una mujer se entrega por primera vez a su esposo, para nosotras las mujeres es muy importante, tu actitud para conmigo era de odio como si quisiese vengarte de mi madre por no haberte dado un hijo varón, yo no he tenido la culpa. Muchas mujeres no quedan embarazadas por el stress que padecen, sea por una causa o por otra, una mujer necesita sentirse querida, amada y deseada.

Me ayudo a desnudarme, me beso, con cariño, me acaricio, todo aquello que debía hacer la noche de bodas, lo estaba haciendo ahora, esa noche no hicimos el amor, pero nos abrazamos y nos deseamos sin llegar a penétrame, fue una noche muy bonita. A partir de ese día deje de tomar la píldora y comencé a tomar las que me producirían ovulación, ya que las anticonceptivas eliminan la ovulación y después tienes que tomar otras para que los óvulos maduren y ovules mensualmente.

Solamente a partir de aquel día, dos veces por semana hacíamos el amor, si hacíamos el amor, pues eso era lo que sentía, deseaba sus penetraciones, besaba todo mi cuerpo, mis pechos, mis pezones, mi ombligo lo besaba al igual que mis ojos y mis labios, mi pubis lo acariciaba con suavidad, con sus largos dedos, acariciaba mis labios vaginales, buscando mi clítoris que después de masturbarme, me lo besaba con amor, produciendo no solo un orgasmo sino dos o tres, para que al final, con una sensibilidad desconocida hasta entonces me penetraba en diferentes posturas. Sentía su gran falo dentro de mí, como crecía con cada movimiento, mi vagina lo retenía apretándolo como diciéndole, “tú de aquí no sales sin dejar algo” y si que dejaba, su esperma llenaba mi vagina, un esperma blanco y cremoso, que resbalaba fuera de mi vagina, y que yo cerraba mis piernas para que no se escapase ninguna gota.

Lo había domado, si quería sexo, tenía que comportarse con amor. Así pasamos 6 meses, un día me hice la prueba de ovulación, ya comenzaba a ovular, era el momento de escoger los mejores días para que me dejase preñada, consulte mi calendario biológico y escogí los mejores días fértiles.

Ese día, le dije:

-          Cariño, creo que hoy es el mejor día para quedarme preñada, pero tienes que hacerme el amor como lo has venido haciendo durante esos seis últimos meses, ya sabes que por la fuerza nunca podremos tener hijos.

Me prepare para la noche, puse nuestro dormitorio lo mas romántico que pude y lo espere en la cama, fue una noche de pasión y amor, tuve dos orgasmos clitorianos y tres vaginales, nuestras fuerzas, se quedaron dentro de mí, esa noche sí que llegue al éxtasis.