Azafata de cogresos chantajeada y violada - Dos

Segunda parte de la historia de Lorena, azafata violada. Por favor, si no habéis leido la primera os recomiendo encarecidamente hacerlo para que todo tenga sentido. Gracias y saludos. Comentarios a carlos_javier_gzlez@yahoo.es

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“¿Sabes? … ese tortazo que me pegaste hace unas horas me dolió de verdad. No está bien pegar a tu jefe, ¿no te lo habían dicho nunca?”, dije retirando suavemente tu pelo mojado de sudor de tu rostro.

Tu mirada estaba fija en el suelo humillada por lo que había ocurrido minutos antes y agotada de resistirte. Te sentaste absolutamente rendida, lateralmente sobre mis rodillas, tal y como te estaba ordenando, mientras yo reclinaba suavemente la cómoda silla de oficina en la que me había sentado.

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“Ves … además has sido una niña mala y te has dejado caer la lechita”, dije recogiendo con un dedo suavemente las gotas de semen que habían caído de tu boca. “Abre la boquita, Lorena”.

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“No por favor, basta ya, por favor. ¿No habéis tenido suficiente?”, dijiste sin mirarme a los ojos.

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“Lorenita, eres una zorrita y te vas a comer toda la leche que se te ha caído. Abre la boquita”.

Sumisa abriste un poco la boca dejando que mi dedo cargado de semen se introdujese en tus labios.

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“Vamos chúpalo bien”, ordené mientras tus labios rodeaban mi dedo que salía de tu boca completamente limpio. “Así me gusta … ves lo rico que está. Hay que comérselo todito como una nenita buena. Volviendo a lo del tortazo que me diste el otro día, no me gustó nada, ¿sabes?. Fuiste una niña mala y te mereces unos buenos azotes”.

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“¿Qué?. Tío fuiste tú el que te lo buscaste. Estoy haciendo todo lo que me habéis pedido. Por favor, ¿qué mas quieres?, joder”.

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“Quiero que así desnudita tú sola te recuestes sobre mis rodillas, porque te voy a dar 10 azotes en ese culazo que tienes. Por zorra y para que aprendas a obedecer a un hombre”.

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“Por favor, joder, basta ya, yo no …”.

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“¡Deja de hablar y pon aquí el culito sobre mis rodillas!. Seguro que tu papá te dio alguna vez una buena azotaina de niña … pues así quiero verte. Te voy a enseñar a respetarme putilla poniéndote el culito bien rojo. Con lo zorra que eres, no me extrañaría que te guste que te den caña, o sea que venga, déjate de rollos y pon aquí, justo aquí el culito desnudo ese tan bonito que te machacas en el gimnasio”, dije señalando mis rodillas.

Tu cara era de odio total mezclada con la humillación sumisa que eso suponía y que hacía caer una lágrima de uno de tus ojos, pero hiciste caso sin más objeciones. Apoyando los pies y las manos en el suelo, con la cabeza colgando, dejaste tu culito justo donde te lo había pedido, sobre mis rodillas. La postura hacía que tus nalgas se abriesen ligeramente, dejando ver tu delicioso culito dilatado levemente por la enculada anterior y una preciosa rajita depilada que cerraba tu clítoris … estabas preciosa e irresistible en esa postura.

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“Cuenta los azotes pequeña zorra … ¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”, sonó con fuerza el primero.

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“¡¡¡Aaauuuuu!!! … uno”, dijiste trans un respingo de todos tus músculos al notar mi azote en tus nalgas. “Pero qué culito más rico tienes chica”, dije acariciando tu culo tras el primer azote.

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“¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”.

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“¡¡Aaauuuu!! … dos”, dijiste en voz más baja.

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“Te quiero oir contar pequeña zorrita. Mientras te arreo en el culo me acuerdo de cuando me pegaste un tortazo y quiero oir como te humillas contando. ¿Me oyes, no? … ¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”.

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“¡¡Auuuu!! ..¡tres … joder!”.

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“Así me gusta”. Tu culito tenía perfectamente marcados ya mis dedos por los azotes anteriores y se notaba calentito, lo cual me excitaba aún más si cabe. “¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”

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“¡Cuaaatro!”

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“Mmmmhhh … asi me gusta. Javi, ¿ya has visto lo bonita que se ve su almejita desde aquí … fijate, así sin un pelito y con este culito tan mono, parece que estoy azotando a una niñita buena en lugar de la zorrita calientapollas que tenemos aquí … ¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”

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“¡¡Aaauuuu!! … cinco”.

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“¡¡¡¡Plaaaaas!!!! … ¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”, uno en cada nalga seguidos sin dejarte tiempo a contar en medio.

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“¡¡Aaaayyyy!!  Seis, siete … ¡joder, cabrón de mierda, me las vas a pagar hijo de puta!”.

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“Vaya … mira tú … vuelve a salir la Lorenita con mala leche. Fíjate tú, pues así desnuda y con el culito a mi disposición no parece precisamente que seas muy dura, ¿sabes?. ¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”.

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“¡¡Ocho … jodeer!!”.

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“Mmmhhh … me encanta este coñito, chica … y este culito”, dije sobando ambos fuertemente. “Me parece que tenemos que joderte un poco más para doblegar ese carácter que sigue saliendo de esa boquita de zorra. Javi, hazme un favor si no te importa. Ahí mismo, en el armario tengo mi bolsa de golf que ha había traído para hacer unos hoyos esta tarde, pero como nos hemos liado aquí follándonos a esta zorrita, pues no he podido ir. Pero dame 3 bolas de las que hay en el bolsillo lateral de la bolsa … se me ha ocurrido algo para Lorenita la putita”.

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“Toma aquí las tienes”, dijo Javi acercándome a mi mano extendida tres bolas de golf. “Tío mira como tengo ya la polla, me parece que la voy a dar un poquito de comer a esta golfa”, dijo señalando su polla durísima ya al observar la escena.

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“Vale, estupendo, fóllate esa boquita, a ver si es capaz de seguir contando con la boca bien llena de polla … jajajaja … mírala … creo que está deseando chupártela otra vez”.

Sin miramiento alguno, Javi se arrodilló frente a ti y levantando ligeramente tu cabeza colocó tu polla justo a la entrada de tu deliciosa boca.

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“Ala putita … abre la boquita que ya sabes lo que viene otra vez”.

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“Hijos de puta de mierda, otra vez no, joder. Ya me habéis hecho lo que habéis querido, cabrones violadores .. aaauummmm … ¡¡agggggg!!”.

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“Calla y come tonta, que es para lo que vales … para chupar pollas sin parar”.

Cogiéndote por los laterales de la cabeza, Javi te metió la polla hasta el fondo de la garganta de una sola vez, arrancándote una sonora arcada.

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“¡¡¡¡Plaaaaas!!!!”, sonó por sorpresa el siguiente azote con la mano que no sostenía las pelotas de golf.

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“¡¡Auuummmmmgggggg … nuegggggvveee!!”, dijiste obediente con la boca llena de la polla de tu jefe.

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“Así me gusta … te estás haciendo una chica obediente. Vamos a jugar otro poquito. Tú relájate zorrita y tú Javi sujétale la cabeza mientras se la follas para que no se levante … vamos a dilatar un poquito más este culito”, dije abriendo con una mano tus nalgas comprobando que tu culito aún estaba enrojecido y con restos de semen por la sodomización anterior.

Escupí en tu ojete, repartiendo la saliva por todo tu agujerito y coloqué la primera de las tres bolas de golf sobre él, girándola para lubricarla bien con la saliva y con los restos de semen a la vez que comenzaba a presionar.

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“¡¡Aauummmm!!”, te quejaste en cuanto empezaste a notar presión nuevamente en tu agujerito. “¿Qué haces, joder?”, dijiste sacando la polla de Javi de tu boca a la vez que intentabas levantarte.

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“Calla y chupa Lorenita”, dijo Javi volviendo a introducir su polla en tu boquita. “Tú tranquila y relajadita, que no te vamos a hacer nada que no esté desando una putilla como tú. Además como no te portes bien después de los 10 azotes de Jose vendrán otros 20 míos, o sea que ya sabes. Tú quietita mamando y deja tu culito relajado”.

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“¡¡Mmmgggghh, cabbbgggggooon, nooogggggg!!”.

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“Quieta tonta … vamos a abrir un poco más ese culito … así te lo podrán follar tus novietes de fin de semana”.

Te resistías como podías tratando de cerrar las piernas y apretar el culito, pero la bola iba dilatando tu lubricado esfínter.

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“Así me gusta, zorrita. Relaja un poco el culito, sino va a costar meter la bolita”.

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“¡¡Aummmmmm, nngggoooo!!”, tratabas de quejarte con la polla de Javi metida casi hasta la garganta.

La visión de cómo tus nalgas hacían la forma de la bola de golf  según esta iba dilatando tu culito me puso aún más cachondo si cabe.

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“No te lo repito … relaja el culito, sino será peor”.

Supongo que pensando que no podías escapar o tal vez simple agotamiento, noté que tus nalgas relajaban un poco, lo que aproveché para empujar la bolita con el pulgar, disfrutando de cómo se hundía en tu agujerito dilatándolo más y más.

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“Así me gusta, tonta … ¿ves como sí entraba?” , dije cuando tu culito cedió por fin y la bola desapareció en tu ano. Eres una zorra de primera. Vamos a por la segunda bolita”.

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“Nnnggooo, pogggg favoggg… ggggggg”, trataste de hablar sacando un poco la polla de tu boca, pero Javi respondió hundiéndotela nuevamente hasta el fondo.

La segunda fue más fácil … y la tercera tuvo que empujar a las anteriores, pero tu culito ya no se resistió casi al paso.

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“Ya tienes tres bolitas de golf en el culo, pedazo de zorra. Ahora las vas a tener ahí hasta que yo lo mande”

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“Joder, tío, que boquita tiene esta tía … como no cambiemos de posición la lleno la boca de leche ya mismo”.

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“No espera, que nos la follamos los dos juntos. No te corras”.

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“Vale”, dijo Javi sacándote la polla y levantándose para dejarme a mi colocarte.

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“¡¡¡¡Plaaaaas!!!! ,,, no creas que se me había olvidado que faltaba el último azote en este culito”, dije viendo ahora claramente tu culo enrojecido.

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“¡¡Aaauuu!!. Diez, joder … dejadme ir por favor. No puedo más”.

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“Calla, tonta. Levántate, ponte en pié”. Dije ayudándote a levantarte. “Y ahora recuéstate sobre mí, con la espalda en mi pecho Lorenita, vamos ponte cómoda y coloca los pies sobre la mesa para abrirte bien de piernas”.

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“Otra vez no por favor …”.

No me costó que obedecieras empujando tu cuerpo suavemente, y reclinaste tu espalda sobre mi pecho hasta apoyar tu cabeza en mi hombro. Una vez así colocaste los pies como te dije quedando tu entrepierna completamente abierta al alcance de mis manos, que empezaron a recorrer tus pechos con fuerza.

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“No te hagas la remolona. Estas deseando abrirte de piernas y lo sabes”. Una de mis manos se colocó en tu mojado clítoris y empezó a masajearlo muy suavemente. “Tienes un coñito precioso Lorenita y estás deseando que te lo sobe un poquito, ¿a que sí?. Estas mojada cabrona y lo sabes”.

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“Mmmhh … basta por favor, no, no quiero … mmhhh … basta “.

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“Así depiladita pareces una adolescente calientapollas, ¿lo sabes, verdad?”.

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“Bastaaaaa, por favor, dejadme marchar ya, por favooor, mmmhhhh …”.

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“Joder, es que cada vez que la veo creo que está más buena”, dijo Javi que masajeaba suavemente su polla para mantenerla a tope.

Mientras con una mano jugaba con tu clítoris, con la otra bajé hasta tu culito para ver si estaba muy dilatado por las bolas y de paso recoger de allí el semen de la corrida anterior que todavía salía de tu cuerpo. Lo fui recogiendo con un dedo para dártelo el la boca. Para que lo chupases una y otra vez … cosa que hiciste sin rechistar demasiado por el total agotamiento. Jugué y jugué con tu clítoris tan suavemente que tu cara mostraba cada vez más signos de relajación total, a la vez que Javi te observaba a escasos 2 metros.

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“Mírala como se retuerce tío. Esta zorrita no se ha corrido aún y está deseando que la dejemos tener un orgasmo. ¿A que sí Lorenita?”, dijo Javi.

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“Esta super mojadita la cabrona. ¿Qué te pasa Lorenita?, ¿quieres correrte como una niñita con su noviete?. ¿Te gusta que te toquen el coñito así, a que sí, eh?.”

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“Mmmhhh … baasta por favooor …. Paraaaa”, dijiste sin cerrar las piernas un solo momento ante los lentísimos movimientos de mis dedos en tu clítoris.

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“Mirala como se retuerce la muy puta. Vamos dímelo al oído zorra … dime que quieres correrte. Dime que necesitas correrte después de que te hemos usado. Quiero escucharlo. Pídemelo por favor, Lorenita”.

Mi mano te acariciaban con delicadeza el clítoris mientras la otra jugaba con tus pezones suavemente.

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“Vamos quiero oírte decirlo … dime que te quieres correr zorrita. Lo estás deseando. ¿O quieres que pare?”.

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“MMmhhh, no … digo sí …no ….. mmmmmhhhh … quiero correrme … por favoooor”.

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“Pero qué zorra estás hecha Lorena. Ya lo sabía yo que a ti lo que te pone es que te den caña como a una putita barata. ¿La has oído, tio?. Me dice que quiere correrse”.

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“Que pedazo de puta. Si cuando la traía su papa con 15 años ya era una calientapollas de cojones … pues ahora fíjate tú”.

Nuestras pollas ya se estaban poniendo durísimas de verte así expuesta, abierta y deseando correrte ante mis caricias. Mantuve el ritmo suave de la sobada hasta que ví que Javi ya la tenía dura como una piedra … y yo también. Entonces aceleré el ritmo a tope.

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“Vamos puta. Córrete como la zorra que eres. Venga. Córrete”.

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“¡¡ahhhhhhh!!, no puedo más …. Ahhhhhhhh …. Ahhhhhhh ….aaaaaaaahhhhhhhh”.

Gimiendo ante mis caricias no pudiste evitar correrte hasta que la hipersensibilidad posterior al orgasmo te hizo cerrar las piernas y retirar con fuerza mi mano con tus dos manos.

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“¡¡Paraaaaaaaaaaa, paraaaaaaaaa …. Ahhhhhh!!”.

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“De eso nada zorrita … ahora vuelve a ser nuestro turno. Ven aquí y ábrete bien de piernas otra vez”.

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“No, por favor, jodeeer … ahora no me hagáis nada, que no lo aguantaré … por favor, no. Pero qué haces, no”.

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“Calla zorrita, que te vamos a dar un poco más de polla”.

Entre los dos, estando como estabas así recostada con tu espalda sobre mi pecho, no fue difícil volver a abrirte las piernas para que Javi se colocase entre ellas a la vez que te incorporamos un poco para que mi polla quedase liberadade tus nalgas y apuntando a tu entrepierna.

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“A ver cómo te portas con dos pollitas dentro de ti putita. Sujétala Javi.”, dije a mi compañero que inmediatamente te cogí las piernas para evitar que te movieses demasiado. “Ahí va la primera … abre otra vez ese culito tan mono que tienes, puta”.

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“¡¡No, joderrr, nooo!!, ¡Basta joder!, ¡¡Nooooo!! …. ¡¡¡Aahhhhhhh!!!, ¡¡por el culo otra vez noooooo!!”.

No fue difícil en esa postura colocar la polla a la entrada de tu agujerito trasero y dejar caer tu propio peso encima haciendo que te ensartaran de un solo golpe. Noté perfectamente las bolas en el interior de tu cuerpo, que entraron más dentro empujadas por mi polla.

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“Calla zorrona, que te encanta notar una polla en el culo. Verás cómo te va a quedar después de hoy. Te entra de maravilla por haberlo dilatado antes.”.

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“Alla voy yo … abre ese coñito, Lorena, que te la meto entera”.

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“No, jodeeerrr, los dos a la vez no, bastaaaaa, ¡¡ahhhhhhhhh!!”, de un solo golpe te viste penetrada doblemente y sin más preámbulos empezaste a notar que los dos nos movíamos como podíamos, follándote sin compasión justo después de tu corrida.

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“Vamos puta, ¿no te vas a correr tu sola, no?.”

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“¡¡Aaaaaaaaahhhhh!!, ¡me estais destrozando, joderrrr … ahhhhhhhh. ¡¡Parad cabrones, ahhhh!!”.

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“Calla, putilla, desde hoy vas a tener que llamar a un amigo de tu noviete para que te follen entre los dos, sino no te va a gustar … joder que culito tienes Lorenita. Javi cabronazo, no me extraña que estuvieses deseando follarla por aquí … joder qué maravilla de culito”.

Te dimos todo lo fuerte que pudimos … sin compasión alguna de tus gemidos te follamos como dos animales en celo nuevamente.

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“Yo no aguanto más tío”, dijo Javi. “La voy a llenar el coñito de leche joder”.

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“No por favor, me vas a preñar hijo de puta, no te corras dentro joder”, trataste de retorcerte.

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“Quieta tonta y disfruta de mi leche en tu coñito. ¡Sujétala las manos Jose!, que lo está deseando aunque se resista”, me dijiste para cogerte bien fuerte por las caderas y clavarte la polla todo lo dentro que pudiste.

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“¡Quieta fiera! Y abre bien el culito también que te lo lleno a la vez que tu jefe”.

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“¡Basta hijos de puta no os corráis dentro joder!. No, joder ….ahhhhhh … ahhhhh”

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“Ahhhhh … toma leche putita …. Ahhhhhh … joderrrrr … que coñito, Dios”.

En cuanto noté tu polla con los últimos empujones y esos gemidos tuyos no deseados ya no aguanté más tampoco yo y te llené de leche el culito a la vez que tu jefe te inundaba el coñito esta vez.

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“Cabrones, os habéis corrido dentro, cabrones …”, dijiste entre lágrimas de humillación.

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“Calla tonta … cuando te has corrido tú como una perrita, poco te has quejado”.

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“Jajajajajaja … eso, tenías que haberte visto corriéndote mientras te hacían una pajita. Parecías una adolescente viciosa”, dijo Javi. “A partir de ahora creo que cada vez que vengas a verme a la oficina de la agencia me vas a tener que hacer una mamada, ¿eh?, ¿a que te gustaría? … ¡¡jajajajaja!!”.

Nos levantamos los dos tras sacar las pollas de tus orificios, dejándote sentada en el sillón que yo ocupaba.

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“Una pasada chico, lo de la Lorenita esta”, le dije a Javi.

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“Sí. Por un momento pensé que saldría mal, con lo cachondo que estaba yo solo de pensarlo desde hace 2 semanas”.

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“¿Mal?. Que va, esta es una golfilla que aunque se queje estaba deseando que le diesen una buena ración de polla. Ya la has visto gemir. Te digo yo que esta cuando salga hoy de aquí no dice nada a nadie”.

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“Sí, la he visto gemir y la he visto mojarse como una zorrita. Bueno y ¿ahora que hacemos?. ¿La dejamos ir?. Yo ahora necesito mucho tiempo para recuperarme y volver a follármela y por el ruido que oigo ya están desmontando los otros expositores”.

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“Sí, ya he oído yo los golpes. De hecho enseguida vendrán a desmontar el mío. Pero antes de dejar que se vaya quiero humillarla un poco más. Quiero que se sienta nuestra zorra de verdad y que podemos pedirla cualquier cosa. Tú sígueme el juego, ¿vale?”.

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“Joder tío, eres un cabronazo de la hostia. Vale yo te sigo, pero en la próxima hora no cuentes conmigo para volver a tenerla dura. Me conozco bien”.

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“No te preocupes, vamos a humillarla un poquito más … a ver por donde sale esta. Espera que salgo a mirar una cosa”.

Me acondicioné la ropa como buenamente pude y salí a mirar los trabajos de desmontado de los stands de la feria. El nuestro era el único que aún no estaba siendo desmontado. Cuadrillas de trabajadores desmontaban a golpe de martillo y destornillador eléctrico los listones y tableros que formaban los stands de la feria.

(tercera y última parte … si os gusta esta segunda ... enseguida)

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